La esfera del despertar
En la tierra crepuscular despiertan los sentimientos del hombre que está de camino a la primera esfera de luz.
Luz crepuscular
Al morir, puede que el ser humano con sentimientos fríos haga la transición a la tierra crepuscular.
En esta esfera predomina una luz crepuscular que refleja el interior de los habitantes.
Aquí el ser humano ya no alberga un profundo odio ni pasión ni violencia.
Pero tampoco está todavía en armonía con todo lo que vive a su alrededor, como en la primera esfera de luz.
Todavía es capaz de soltarle un exabrupto a alguien y de comportarse de manera basta.
Por eso también es llamada la sintonización basta material.
La mayoría de las personas en la tierra crepuscular aún no sabe que murió en la tierra.
No creen a los espíritus de luz más elevados que trabajan aquí para contárselo.
Piensan que siguen viviendo en la tierra.
Si un espíritu de luz más elevado hace algo por ellas, todavía quieren pagar con dinero, así de terrenales siguen siendo sus sentimientos.
Desprenderse de sentimientos tenebrosos
En la tierra crepuscular también viven habitantes llegados desde el país de odio, que se encuentra a una mayor profundidad en las esferas tenebrosas.
Han recorrido su largo camino desde las tinieblas e intentan centrarse en una vida más elevada.
Si no intentan con todas sus fuerzas desprenderse de sus sentimientos tenebrosos, es posible que recaigan en su estado anterior.
Llegan a una llanura árida, pelada, con una tenebrosa luz parduzca.
Todavía no se ve nada verde, ni árboles, nada que sea una vida en flor.
Esa vida natural está pendiente de despertar en su interior.
Pueden permanecer aquí centenares de años sin que haya un avance perceptible.
Otros trabajan intensamente en ellos mismos y alcanzan un estado más elevado con un clima que parece brumoso, en el que ya se asoman las primeras briznas de hierba.
También aquí hay una temperatura fría y desapacible, pero sí predomina ya una naturaleza grisácea, como la atmósfera otoñal en la tierra.
Los habitantes tienen aspecto de personas viejas con espaldas curvadas, en las que se evidencia su miseria vivida a fondo.
Calor que despierta
Algunos recurren a toda su fuerza interior y alcanzan la primera esfera de luz en pocos años.
Están determinados a deponer sus pequeñas mentiras, sus deplorables engaños y sus miserables odios.
Ya sienten la felicidad de su fuerza interior, con la que se sintonizan con la primera esfera feliz.
Al primer acto equivocado lo reconocen al instante, por lo que entra calor en sus sentimientos.
Vencen su pereza y la falta de voluntad, su soberbia y la importancia del ser humano que se siente grande a escala social.
Al no importarles ya las apariencias externas, deponen sus ricas túnicas y se visten con mayor sencillez.
Cuando se acercan a la primera esfera de luz su túnica espiritual empieza a irradiar luz.
Cuando los irradia la luz de la primera esfera de luz, lloran como niños al darse cuenta de que han vencido para siempre las tinieblas en su interior.
Por haber conocido las tinieblas saben valorar la luz.
Entonces están listos para explicar a sus hermanos y hermanas que se quedaron atrás cómo también el interior de ellos puede despertar por empezar a sentir calor por la otra vida.