Trastorno físico y sueño profundo
La muerte aparente es un trastorno físico que representa un profundo grado de sueño.
Imagen: La resurrección de Lázaro, de Carl Bloch
Lo de Lázaro fue una muerte aparente.
Debido a que no había fallecido de verdad, Cristo pudo traerlo de vuelta.
La muerte aparente es un trastorno físico en el que ya no se percibe actividad del corazón ni circulación sanguínea.
En ese sentido se diferencia de un estado comatoso, en el que el corazón sí late todavía y circula la sangre.
De un muerto aparente se puede certificar la “muerte” por la ausencia de funciones corporales perceptibles.
También puede fallecer de verdad.
O puede volver a despertar.
Se debe a que la muerte aparente también se puede considerar como un grado muy profundo de sueño.
Algún que otro mago o faquir incluso puede alcanzar este grado de sueño por su concentración, y regresar desde allí.
En el estado de muerte aparente el ser humano todavía no se ha desprendido del cuerpo.
El cuerpo todavía está siendo alimentado por el aura vital, por lo que no se descompone todavía.
Cuando sí se produce la descomposición existe la seguridad de que la persona está muerta “de verdad”.
Muchas veces la aparición de fenómenos de descomposición se contrarresta, sin embargo, por medio de refrigeración o una forma ligera de embalsamar, por lo que se puede ocultar el estado de muerte aparente.