La metafísica germina
El primer sacerdote mago que llegó a hacer el examen metafísico de la vida bajo inspiración de la Universidad de Cristo vivía en China.
“Esa vida es una suerte de mano interior que infunde alma a la mano física”. (Foto: fotografía Kirlian)
La metafísica germinó en China
Los maestros de la Universidad de Cristo no solo han hablado a Moisés y los profetas, también han inspirado al ser humano en la tierra para empezar con el examen metafísico de su propia vida.
El primer ser humano alcanzable para esto vivía en China.
Allí, un sacerdote empezó a preguntarse: “¿Qué es la vida?
¿Qué es dormir?
¿No es eso perder el tiempo?”.
La vida interior de su mano
Se pregunta si también puede hacer que se duerma una parte de su cuerpo mientras él mismo siga despierto.
Se concentra y logra hacer que se duerma su mano al privarla de sentimiento.
Continúa con esto hasta ser capaz de perforar su cuerpo sin sentir dolor.
Así, el sacerdote toma conciencia de que es él mismo quien provee su mano de vida y sentimiento, y que también puede retirar ese sentimiento.
Le parece tan curioso que en él despierta el deseo de desconectar su cuerpo entero.
Porque esto significaría que él era otra cosa que su cuerpo, y que probablemente sería más que aquello que muere.
Primero, el sacerdote se ocupa durante semanas de su mano, y sigue la vida que hace que funcione esta parte de su cuerpo.
Esa vida es una suerte de mano interior que infunde de alma a la mano física.
Cuando retira su mano interior de su mano física, siente que esa mano interior no se disuelve, sino que se va a otra parte.
Percibe que puede colocarla, por ejemplo, en su hombro.
Cuando deja que su mano interior vuelva a descender en su mano física, esta se relaja porque recupera la propia vida.
Logra retirar su mano interior todavía más, incluso hasta que su mano física empieza a necrosar.
Esto hace que se dé cuenta de que tiene que dejar por lo menos un poco de sentimiento en una parte material de su cuerpo, para que no muera de manera definitiva.
Desplazar ¿a dónde?
Puesto que la luz del día lo estorba en su concentración, el sacerdote se encierra en una estancia oscura.
Porque quiere investigar si puede ir más allá que su mano, y lograr también que sus brazos y sus piernas queden completamente insensibles.
Alcanza el punto en que puede perforar sus brazos y piernas sin sentir dolor y sin que fluya sangre.
Entonces se pregunta si también podría dominar sus órganos internos, como el estómago y los riñones.
Se sorprende de lo bien que puede pensar, y de que le entren cada vez nuevos pensamientos.
Durante horas se hace preguntas a sí mismo y también se va contestando.
En ocasiones, de pronto sabe una solución, como si alguien le hubiera dado esos pensamientos.
Cuando saca la vida de sus piernas, le entra un hambre tremenda.
Se concentra en su estómago y percibe que ha desplazado sus piernas internas hacia allí.
Su estómago no puede procesar la doble fuerza vital y por eso le entra esa hambre tan grande.
Pero ¿qué hacer entonces de sus piernas internas?
Lo intenta en su cabeza, pero se marea, le entra una jaqueca terrible y le sangra la nariz.
Fuera del cuerpo
Para poder reflexionar mejor, en sus pensamientos el sacerdote da un breve paseo.
De pronto percibe la solución: sus piernas internas también tienen que irse a caminar y hay que llevarlas fuera de su cuerpo.
Logra hacerlo, y entonces incluso puede dirigir con su voluntad esas piernas internas fuera del cuerpo.
Hace que corran y bailen fuera de su cuerpo material.
Hasta que alguien las agarra y tira de ellas.
Siente claramente que hay otras manos que se ponen en sus piernas internas, como si alguien quisiera quitárselas.
Le entra un dolor terrible y retrae sus piernas internas en su cuerpo.
¿Qué clase de fenómeno curioso está conociendo esta vez?
Tomar algo con la mano y tirar de ello, no puede ser más que un ser humano.
¿Hay seres humanos en el espacio fuera de su cuerpo?
¿Acaso en ese mundo se sabría de sus piernas internas?
Lo intenta otra vez y también esta vez sus piernas internas son agarradas y arrastradas.
Tiene que luchar para recuperarlas y tirar de ellas para arrancárselas a esas otras manos.
Otros
Para examinar este fenómeno hace nuevamente que sus piernas internas bailen fuera de su cuerpo.
Cuando vuelven a ser agarradas, las retira rápidamente, pero esta vez mira astralmente al ser que acecha sus piernas.
De esta manera no ve a uno, sino a decenas de seres humanos.
¿Han llegado allí antes que él, y no es él el primero en visitar este espacio?
Durante semanas reflexiona sobre este fenómeno.
Si allí hay seres humanos, también tiene que haber un mundo en que esos seres humanos viven.
Sus piernas internas pertenecen a ese mundo, de lo contrario no pueden agarrarlas allí.
¡Así que su vida interior pertenece a otro mundo que el material!
¿Cómo puede seguir examinando ese mundo?
Hacia el mundo interior
Entiende que él mismo tiene que ir a ese mundo, sus piernas solas no bastan.
Tiene que poder mirar a su alrededor allí, y caminar.
Cuando lo intenta se encuentra con un problema, porque cuanto más deja que transite a ese mundo de su vida interior, tanto más sueño le entra en el mundo material.
Cuando sus capacidades de reflexión transitan a ese otro espacio, se queda dormido en la tierra.
No puede resistirlo, no puede pensar en los dos espacios a la vez.
Decide dejar suficiente vida en su cuerpo material para que no se empiece a morir, y transmitir el resto de sus sentimientos a ese otro mundo.
Así, puede percibir en ese otro mundo.
Y hay que verlo: ahora no solo sus piernas reciben forma allí.
También se coloca su torso encima de sus piernas, además de su cabeza, y como ser humano interior está ahora fuera de su cuerpo material, que está dormido.
Pero entonces lo atraviesa una increíble sacudida.
Poseído
Su cuerpo terrenal empieza a moverse sin que él mismo lo active.
Se concentra con su cuerpo e intenta recuperar el control, pero tiene que experimentar que otro ser se lo ha apropiado.
Surge una dura lucha, pero aquel otro es más fuerte y domina ahora su cuerpo material.
Mientras el sacerdote permanecía en el nuevo mundo, esa otra persona había descendido en su cuerpo material y se había hecho uno con él.
El sacerdote pierde el combate y ahora está preso en los grados más profundos del sueño en que había descendido.
A esos grados más profundos también se les puede llamar el subconsciente, en contraste con la conciencia diurna con que se está despierto en la tierra y se vive la vida material.
En su cuerpo material ya no puede alcanzar los tres grados más ligeros del sueño y de la conciencia diurna, porque los ocupa ahora la otra persona.
Tiene el cuerpo bien controlado, quiere usarlo para comer y beber y para vivir la sexualidad.
Come por cuatro y se desvive en el gozo sexual.
Ahora el sacerdote está preso en su propio cuerpo.
Por ciertos rasgos de carácter está sintonizado con la personalidad tenebrosa que se ha apropiado de su cuerpo, y así pudo llegar a estar poseído.
Ahora comparte con el otro ser humano todo lo que hace con su cuerpo.
Liberarse pensando
Ahora el sacerdote busca un camino para poder seguir pensando él mismo a pesar de todo, porque su conciencia diurna se llena con los pensamientos de otro.
Experimenta que al sentir asco por esos pensamientos se desprende más de ellos, y que por tanto tiene que empezar a pensar de manera más etérea, al margen de la pasión.
Porque ese otro no percibe sus pensamientos etéreos.
El sacerdote mago aprende a construir una fuerza contraria, un segundo yo, desde el subconsciente.
Aprende a seguir siendo él mismo mientras comparte las vivencias de los comportamientos apasionados del otro.
Lo sigue y lo observa todo, pero espera un momento oportuno para escapar.
A su cuerpo le entra sed, el otro tiene que encargarse del agua.
Poco a poco y con precaución desciende una pendiente, camino de agua potable.
El sacerdote hace como si se hubiera quedado dormido, para que no se le perciba.
Pero mientras tanto siente que a la derecha de su cuerpo está el agua revuelta que le da miedo al otro.
¡Esta es su oportunidad!
El sacerdote se eleva como un rayo a la conciencia diurna, la domina tan solo unos segundos, percibe cómo es el entorno y salta.
El agua lo acoge, los tremendos bramidos del otro también se hunden bajo el agua, y sigue la muerte.
Las auras se desgarran, el cordón fluido se rompe y el sacerdote se libera.
Inspiración
Los maestros siguen esta alma, llevan las leyes ocultas para esta vida a la tierra, por lo que finalmente irá tomando forma el contacto entre la tierra y el más allá.
En esa única vida se avanzó mucho, pero sabían de antemano que el sacerdote sucumbiría, porque todavía tiene que asimilar el conocimiento de estos fenómenos.
Tiene que llegar a ese punto por sus propias fuerzas, para que finalmente eso se convierta en su propia posesión.
Sí que lo inspiran los maestros con pensamientos siempre nuevos, por lo que va avanzando en sus pensamientos.
Así, paso a paso el sacerdote conquistará los mundos astrales.
Para eso hace falta una vida nueva, que él puede volver a comenzar veinte años después de su salto al agua.
Reencarnación
El sacerdote mago vuelve a nacer cerca del templo que han erigido sus seguidores.
Cuando tiene seis años las experiencias acumuladas en su vida anterior se manifiestan en su conciencia diurna y nuevamente es capaz de sentir y pensar desde esta conciencia anterior.
Se perfora y muestra a otros que no fluye sangre.
Cada vez da más señales de vida, y pronto los sacerdotes de su templo van a por él.
A los quince años ya es un sacerdote consumado, porque su alma no ha depuesto la conciencia al morir.
Entiende entonces hasta dónde ha llegado en su vida anterior, y ahora puede explicar esos fenómenos a sus compañeros sacerdotes.
Cuando su cuerpo está completamente desarrollado, puede continuar con sus estudios.
Llega al punto en que puede llamar hasta él un pájaro que va volando, y hacerlo obedecer por completo a su fuerte voluntad.
Entonces el sacerdote vuelve a encerrarse en la oscuridad, y continúa donde se había quedado.
Despertar astral
No ha percibido nada de la muerte, esta no parece ser una limitación para continuar sus estudios.
Parece como si solo hubiera dormido durante un tiempo.
Ahora se le ocurre hacerlo de otra manera.
Esta vez se coloca en el centro de su cuerpo, en el plexo solar, en lugar de en cada órgano por separado.
El sacerdote percibe que este centro de energía alimenta todos los órganos.
Ahora eleva desde allí la vida de todos sus órganos corporales, por lo que su cuerpo se queda dormido.
Pero él mismo como personalidad sigue siendo consciente de sus sentimientos y pensamientos, también en los grados de sueño más profundos.
Ahora, sin embargo, no sale de su cuerpo, porque sabe que entonces habrá peligro.
Desde la profundidad de su sueño sintoniza con sus órganos de voz y logra hacerlos funcionar.
Así puede contarles a sus discípulos lo que vive, mientras a pesar de eso se mantiene en un sueño profundo.
En su nuevo estado se concentra en ver, y aprende así a observar al margen de sus ojos materiales.
Ahora ha alcanzado la observación astral y ve los alrededores sin abrir los ojos materiales.
Así se da cuenta de que es él como personalidad quien ve, y no su cuerpo material.
En ese momento mira desde el sueño profundo, y cuando en la tierra está despierto en conciencia diurna usa los ojos materiales.
Cuando usa los ojos interiores, ve el cuerpo interior como una figura etérea que tiene la misma forma que su figura material.
Se da cuenta de que con su cuerpo interior dirige el cuerpo material que tiene que actuar en la vida diaria.
El trance
Ahora el sacerdote mago va construyendo el trance.
Aprende a vencer la luz del día para que ya no tenga que morar en la oscuridad.
Ahora continúa sus estudios en medio de sus alumnos que están sentados alrededor de él.
De vez en cuando infunde alma a sus órganos del habla y les transmite sus nuevas ideas.
Se sintoniza con los grados de sueño.
Es como si alguien lo tomara de la mano y lo fuera conduciendo, un suave sentimiento de caricia entra en su vida.
Ahora siente conscientemente que se le está ayudando.
Si el sacerdote mago hubiera tenido que procesarlo todo solo, habrían hecho falta cientos de vidas para este estudio.
Por la ayuda de un maestro espiritual puede alcanzar esta profundidad en dos vidas.
Una y otra vez recibe nuevos pensamientos del maestro, por lo que sabe en qué dirección puede seguir trabajando.
Se va hundiendo más en el sueño y percibe que se acerca a la muerte.
Ahora no es posible continuar, porque entonces el cuerpo material se iría muriendo.
Ahora puede alimentar su cuerpo material, por lo que ya no le hace falta alimento material ni aliento.
Para demostrarlo les pide a sus discípulos que lo entierren.
Hacen una caja, meten en ella su cuerpo dormido y la entierran bajo la tierra.
Después de cuatro días vuelven a desenterrarlo, y ven por el color de su piel que el cuerpo todavía no ha muerto.
Poco a poco devuelve su conciencia desde el sueño profundo y vuelve a la conciencia diurna.
Toma un poco de jugo (zumo) de fruta, para continuar después sus estudios.
Desdoblamiento corporal
Ahora el sacerdote ha vencido el sueño y el cuerpo material, y se enfoca en el mundo astral.
Quiere saber qué es ese cuerpo interior que ha conocido, y en qué espacio vive esto.
Aprende a dividir la fuerza de sus pensamientos, por lo que puede desdoblarse y a la vez puede seguir alimentando su cuerpo.
Ahora puede moverse libremente en el mundo astral, pero este sigue siendo tenebroso.
Su grado de los sentimientos sigue siendo bajo, él todavía no ha asimilado ninguna esfera de luz.
Sigue pensando únicamente por sí mismo, todavía no está al servicio de los demás ni conoce el amor elevado.
Está estudiando únicamente para sí mismo.
El peligro astral
Cuando da un paseo por las tinieblas astrales de pronto está ante el peligro astral.
Allí delante de él percibe seres humanos astrales, cientos de ellos se le vienen encima.
Lo rodean, lo atacan y lo asfixian.
Clama por ayuda, pero esta no puede llegar, porque a causa de su grado de los sentimientos está sintonizado con este mundo tenebroso.
Sus discípulos viven su muerte en la tierra.
Oyen sus gritos de ayuda, pero no pueden tenderle la mano.
Nuevamente, el sacerdote mago ha perdido su cuerpo material.
Esta vez no por estar poseído, sino porque la alimentación de su cuerpo fue constreñida por la violencia astral contra la que no ha aprendido a armarse todavía.
¿Qué tendría que haber hecho?
Si se hubiera retirado a gran velocidad en su cuerpo material, se habría disuelto en sus manos.
Pero durante el ataque no se acordó ni un segundo de su cuerpo material.
Por eso pudieron estrangularlo astralmente, y eso rompió el cordón fluido.
Por estas experiencias aprendió que entre la vida y la muerte tendrá que empezar a actuar de otra manera para poder conservar el cuerpo físico.
El Antiguo Egipto
En siguientes vidas asimiló un grado de los sentimientos más elevado sirviendo y amando a otros seres humanos.
Después volvió a la tierra para continuar con sus estudios, y se convirtió en el médium más grande del Antiguo Egipto.
En esa vida pudo completar este estudio.
Allí lo aceptaron y amaron como una deidad, la única que pudo desdoblarse en ese momento y sin embargo pudo conservar su cuerpo físico.
Todos los demás sacerdotes sucumbieron, como también él había tenido que aceptar en vidas anteriores.
Elevó el conocimiento metafísico del Antiguo Egipto al nivel más elevado de todos, como aclara el artículo ‘El Antiguo Egipto’.