Investigación filosófica de cada pensamiento
El Sócrates que albergamos puede investigar todos los sentimientos y pensamientos, y constatar si aportan luz o tinieblas a nuestro espacio interior.
¿Qué es el sentimiento?
Sócrates empezó a pensar para la humanidad en la Antigua Grecia.
En los templos del Antiguo Egipto ya se habían colocado cimientos para conseguir pensar de forma nítida, pero Sócrates, Platón y Aristóteles fueron los padres del pensamiento como filosofía.
Sócrates hizo pensar a su prójimo haciéndole preguntas.
“¿Qué es el sentimiento?
¿Qué es la felicidad?”.
Algunas personas le contaron que estaban contentas.
“Sí”, dice Sócrates, “por ese puñado de monedas que te acaban de dar.
Pero no es eso a lo que me refiero, quiero decir el sentimiento que nos conecta con todas las leyes, por el que surgimos nosotros y, tal vez, todo lo que vive”.
Y entonces el ser humano comenzó a pensar de modo filosófico.
“¿Por qué se dan ustedes besos?
¿Qué sienten cuando besan?
Y ¿qué empiezan a sentir cuando dan una paliza a alguien?
Si dicen algo duro y demoledor, ¿qué ocurre entonces en su espacio?”.
Sócrates quería hacer consciente al ser humano de la diferencia entre los sentimientos que proporcionan armonía y los que oscurecen nuestro espacio interior.
“Si pienso y quiero hacer el bien, ¿por qué sigo conservando el sentimiento, aquí, en mi interior, que no quiere participar en mi divinidad?”.
Los artículos ‘Voluntad’ y ‘Personalidad’ tratan las cosas que Sócrates preguntaba a la gente.
Eso lo convirtieron más tarde en filosofía universitaria, pero en el artículo ‘Autoconocimiento’ se afirma que son preguntas universales para cualquier ser humano que se quiera conocer.
Los artículos ‘Pensamientos de otros’, ‘Qué sabemos con seguridad’, ‘Aprender a pensar’ y ‘Verdad universal’ enfocan este pensamiento filosófico.
Cáliz de cicuta
Sócrates hizo preguntas profundas sobre la forma de pensar de la gente y eso a muchos de sus coetáneos ya les parecía excesivo.
Aportó un nivel más elevado de sentir y pensar, una forma de preguntarse a fondo si todo lo que se pensaba podía darse tan por sentado y cierto como se presumía.
Pero mucha gente no quería empezar con la concienciación, preferían atenerse a lo que conocían.
Por eso le tendieron a Sócrates la copa de cicuta, porque en sus ojos estaba contagiando al ser humano.
Desmantelaron este sentimiento y pensamiento más elevado con mano dura.
Levantaron una cortina de humo para disimular esta verdad, para no tener que empezar a sentir y pensar de manera nueva, a desprenderse de las seguridades aparentes.
Lo que les preguntaba Sócrates no les venía bien, aunque algunos sintieran que era verdad.
Pero prefirieron la seguridad imperante en la sociedad antes que la concienciación espiritual.
Reencarnación
¿De dónde procedía el sentimiento de Sócrates de escudriñar al ser humano?
Cuando llegó al más allá y pudo volver la mirada hacia sus vidas anteriores vio que había empezado con su propia concienciación en los templos del Antiguo Egipto.
Allí aprendió a basar sus sentimientos en la realidad por medio de la conexión de los sentimientos con la vida.
Allí es donde había empezado con su filosofía.
En las esferas de luz lo acogieron los maestros de la Universidad de Cristo porque había estado al servicio de su orden.
Se había reencarnado en Grecia para aportar sentimientos y pensamientos más elevados.
Le hubiera gustado dar mucho más en esa vida, pero no tuvo la oportunidad de hacerlo.
A Sócrates se le infundió alma en el más allá para volver a reencarnarse, para continuar su misión, pero entonces los maestros le explicaron que otros, como Jozef Rulof, volverán a la tierra para ponerse al servicio de la misión de Cristo.
Entonces comprendió que su copa de cicuta ni siquiera era lo peor, porque no lo había detenido en su propia evolución espiritual.
Vio que la gente que le había dado la copa de cicuta y que quienes asesinan, destruyen y cotillean se atascan durante siglos en la desintegración que introducen en el mundo.
El Sócrates que llevamos dentro
Sócrates, Platón y los demás comenzaron con la toma de conciencia de que todo pensamiento representa un mundo de luz o tinieblas.
Por cada pensamiento participamos en la construcción de una esfera de luz o de tinieblas en nuestro propio interior y en el más allá.
La Universidad de Cristo ahonda esta filosofía examinando filosóficamente el grado de verdad y amor de cada pensamiento.
Cuando despiertan en nuestro interior el Sócrates y Platón podemos mirar cuánta armonía y verdadera unión con la vida representa cada pensamiento, e infundimos alma solo a aquellos pensamientos que aportan algo para un mundo mejor, dentro y fuera de nosotros.