El camino interior del alma
Al vivir muchas vidas, el alma crece en sentimiento y conciencia; en ese proceso cada alma recorre los mismos grados de los sentimientos.
“Los maestros descubrieron que todas las almas evolucionan a través de las tinieblas hacia la luz”.
El más allá refleja el grado del sentimiento
Acumulamos experiencias en cada vida.
Las experiencias de todas nuestras vidas anteriores forman nuestros sentimientos, por los que intuimos la vida en la tierra.
Vamos construyendo, vida tras vida, nuestros sentimientos que se van reencarnando, que así adquieren un determinado grado de sentimiento.
Después de nuestras vidas en la tierra hacemos la transición en ese grado de sentimiento a nuestro más allá.
Cuando las primeras almas llegaron al más allá tomaron conciencia, solo después de un tiempo, de que la esfera en la que se encontraban estaba sintonizada con su propio grado de sentimiento.
Lo que habían vivido en la tierra interiormente como sentimiento lo veían en su más allá reflejado exteriormente en la luz de su esfera.
Cuanto más sentimientos y conciencia hubieran adquirido, más luz entraba en su esfera.
Se daban cuenta de que la luz se hacía más nítida y hermosa a medida que se esforzaban más por los demás.
Por lo visto, la naturaleza de la luz estaba vinculada al grado de amor que sentían por la demás vida.
Así alcanzaron la luz de la cuarta esfera de luz y se convirtieron en maestros de la luz.
Comprendieron que el ser humano en la tierra no sabía aún que la esfera en el más allá venía determinada por el grado del sentimiento propio.
Por eso pusieron diferentes nombres a las esferas, para representar así el grado del sentimiento de los habitantes de esa esfera.
También comprendieron que el ser humano en la tierra ya tenía que portar por dentro esos grados de sentimiento, de lo contrario no podrían haber surgido las esferas sintonizadas con ellos.
Si al hacer un ser humano la transición, el lugar en el más allá lo determina el grado del sentimiento, este ya tiene que haberse construido durante las vidas en la tierra.
De lo material a lo espiritual
Los maestros de la luz llaman “Tierra Estival” a su propia esfera en el más allá, para que el ser humano en la tierra pensara en un verano eterno.
Los propios maestros han depuesto todos los pensamientos terrenales; en sentimientos ya no están ocupados para ellos mismos con cosas que formen parte del mundo material.
A su propia sintonización de los sentimientos la llaman el “grado del sentimiento espiritual”, porque se han desprendido de todos los sentimientos materiales.
Están del todo sintonizados con su desarrollo espiritual en la esfera de luz, donde permanecen con su cuerpo espiritual.
Los maestros vieron que el alma en la tierra tiene un “grado de sentimiento material”, por vivir en la materia.
Al estar centrada en la materia terrenal sí que vieron grandes diferencias.
Mucha gente en la tierra solo se centra en la materia y no ve a su prójimo.
Lo que más hacen es acumular riqueza material, sus propias posesiones son el centro de sus sentimientos.
Son capaces de seguir tratando a su prójimo de forma basta y ofensiva; por eso los maestros llaman a esta sintonización de los sentimientos el “grado de los sentimientos basto material”.
Cuando esta gente hace la transición al más allá llegan a parar en la ‘tierra crepuscular’.
Esta esfera refleja la escasa luz que sus habitantes han construido en su interior.
Otras personas ya han refinado su grado de los sentimientos material, ya no son bastos, sino que se han hecho amables y serviciales.
Por medio de su amor para su prójimo ya se están sintonizando con la primera, segunda o tercera esfera de luz en el más allá.
La sintonización de sus sentimientos se llama el “grado de los sentimientos fino material”.
Los grados más bajos de los sentimientos
Las personas que en la tierra tienen su interior lleno de odio y lujuria están sintonizadas en el ‘país de odio y pasión y violencia’.
Llegarán a parar en esta esfera tenebrosa entre millones de semejantes, cuyos cuerpos espirituales se parecen al de una fiera con garras.
Por eso los maestros hablan en este caso del “grado de los sentimientos animal”.
Hitler y sus secuaces se encuentran en el “valle de dolor”, el infierno más bajo en la vida después de esta.
A su sintonización se le llama “grado del sentimiento preanimal”, porque sus sentimientos son más bajos que los de la fiera que mata por hambre.
Por las tinieblas hacia la luz
Los maestros descubrieron que todas las almas evolucionan a través de las tinieblas hacia la luz.
Vieron que toda alma sigue el mismo camino interior, desde el grado de los sentimientos preanimal al espiritual.
Algunas almas ya han avanzado más en ello que otras, porque unas ya han vivido muchas más vidas que otras.
Al final, cada alma alcanza el grado de los sentimientos espiritual en el más allá, porque cada alma tiene el impulso de elevar sus sentimientos.
En su cuarta esfera de luz los maestros habían evolucionado espiritualmente en suficiente medida para poder determinar con seguridad el estadio evolutivo de cada alma en la tierra.
Vieron que el ser humano en la tierra no puede alcanzar esa seguridad y que solo puede conseguir una estimación del grado de los sentimientos de cada acto, porque la capacidad crítica se ve limitada por la conciencia material.
Los maestros se dieron cuenta de que compartían su grado de los sentimientos con otros millones de almas, pero siguieron siendo únicos por sus diversas vidas anteriores que habían vivido en la tierra y que habían dado a sus sentimientos un color propio.