Desventajas para la persona fallecida
Cuanto más fuerte el embalsamamiento, más tiempo se quedará atada la persona fallecida a su cuerpo.
¿Embalsamamos el cuerpo levemente?
Cuando fallezca un ser querido suyo, es muy probable que en la funeraria le hagan la pregunta anterior.
Si es usted quien fallece, sus seres queridos se verán enfrentados a esta pregunta.
Por eso es bueno que usted sepa qué es lo que se ofrece exactamente y que sus allegados sepan cuál fue su elección.
Con el embalsamamiento leve se satisface el deseo de la mayor parte de las personas de poder ver el cuerpo de una persona fallecida durante el último adiós tal como se recuerda a ese ser querido en plena vida.
La mayoría prefiere no ver las señales de la muerte y por eso se escamotean con un leve embalsamamiento.
Si se conocieran los efectos negativos para el difunto, ya no se embalsamaría a nadie.
Cuanto más fuerte el embalsamamiento...
Antes solo se conocía el embalsamamiento completo de la momificación.
En la actualidad hay además formas más leves, también conocidas como tanatopraxia.
El embalsamamiento leve y el fuerte difieren sobre todo en la cantidad de líquido conservante que se inyecta en el cuerpo.
En esencia se trata del mismo procedimiento: se retrasa el proceso de descomposición del cuerpo.
En el caso de una momia este proceso incluso se paraliza del todo.
Durante y después del proceso de morir vamos a retirar nuestro sentimiento de nuestra vida corporal para edificar con él nuestra siguiente vida.
Eso puede ser en el más allá o de nuevo en la tierra.
Cuando nuestro cuerpo pasa a descomponerse de manera natural nos liberamos automáticamente.
Pero la liberación se ve obstruida por este embalsamamiento.
Cuanto más fuerte sea el embalsamamiento del cuerpo, más tiempo seguiremos atados a nuestro cuerpo.
Cadena perpetua para las momias
Mientras sigan existiendo momias los implicados seguirán estando atados a sus cuerpos momificados en un determinado por ciento de sus sentimientos.
Cuando esta gente haya hecho la transición al más allá les faltará ese porcentaje de conciencia en su nuevo mundo espiritual.
Hay algo que les vuelve a tirar una y otra vez hacia la tierra: es su propio cuerpo que no puede pasar a descomponerse.
Si esa gente recibe una nueva vida en la tierra, les faltará un porcentaje de fuerza de los sentimientos en su nueva vida.
Además, ese sentimiento vuelve a ser atraído una y otra vez hacia el lugar en la tierra donde aún yace embalsamado su cuerpo de su vida anterior.
Si su cuerpo ha sido momificado en varias vidas, puede que les falte tanta fuerza de los sentimientos que se vayan arrastrando por la vida con apatía.
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El proceso de despedida con el que está ocupado el fallecido también se ve influido por otros actos que pueden afectar a su cuerpo.
Podrá encontrar más información en los artículos ‘Incinerar o enterrar’ y ‘Donación de órganos y trasplantes’.
El proceso entero con el que está ocupado el difunto se describe en el artículo ‘Morir como transición’.
Hacia dónde va la persona fallecida se describe en el artículo ‘Esferas en el más allá’.