El milagro explicado
El niño prodigio ha construido su gran talento en el arte o la ciencia trabajando duro en muchas vidas anteriores.
La Virgen con el niño, pintado por Anthony van Dyck
Los niños prodigio como Mozart, Beethoven, Bach, Van Dyck y Rembrandt ya dan señales de su gran talento por el arte en su juventud.
Alcanzan una altura imposible para los demás, por mucho que estos estudien y trabajen.
Porque ese grado de arte no se puede alcanzar en una sola vida.
El don de los niños prodigio lo han construido ellos mismos en muchas vidas anteriores en que trabajaron y estudiaron intensamente.
Vida tras vida se dedicaron a aumentar su arte o ciencia.
Cada siguiente vida la pudieron comenzar con más sensibilidad por ese arte o esa ciencia, y así avanzar más en esa vida.
En la vida que comienzan como niño prodigio pueden alcanzar entonces lo más elevado para el arte o la ciencia.
Si con ello prestan un servicio a la humanidad, reciben además inspiración desde el más allá.
Es cuando colaboran con la concienciación y con el amor universal que nos aportó hace dos mil años el niño prodigio más grande de todos: Cristo.