Valle de dolor -- Fuentes

Textos primarios de los libros de Jozef Rulof correspondientes al artículo ‘Valle de dolor’.
Según los libros de Jozef Rulof.
Estas fuentes presuponen la lectura previa del artículo ‘Valle de dolor’.

Preanimal

El habitante de la esfera tenebrosa más baja tiene sentimientos preanimales, porque un animal en la tierra siente de forma más natural que este espíritu tenebroso que durante sus vidas terrenales asesinó a conciencia a miles de personas:
Un animal no hace eso.
Sí, un animal come.
Pero el ser humano asesina conscientemente.
Un animal solo lo hace porque tiene que comer en la selva.
Pero no el ser humano.
Preguntas y respuestas 6, 1951
Para dejar claro a André (Jozef Rulof) qué son sentimientos preanimales, su líder espiritual, Alcar, le muestra durante un desdoblamiento corporal un habitante del valle de dolor:
Mira, allí frente a ti yace un ser humano.
André miró hacia el lugar que Alcar le indicaba.
No veía más que una masa gris, que se sentía una con este entorno.
—Ven, sentémonos aquí.
Una mirada en el más allá, 1936
André vio primero todas las esferas tenebrosas que se encuentran por encima del valle de dolor, antes de que Alcar pudiera descender con él hasta estas profundas tinieblas y lo pudiera hacer sentir un poco en qué estado se encuentran estos habitantes.
Para intuir ese estado y seguir siendo él mismo a pesar de ello, André se tiene que concentrar intensamente:
André sentía que dentro de él se hacía el silencio.
Aquí había algo que no podía describir con palabras.
Le quitaba el valor de seguir adentrándose en todos estos líos.
Ya no sentía la fuerza para poder seguir.
Se sentía aturdido, triste, profundamente triste por todo lo que se le había concedido ver.
Alcar lo miró y dijo:

—¿Ya no puedes seguir, hijo mío?
¿Regresamos?
Si te supera, volvemos a la tierra.
Yo siempre te ayudo, ¿no?
—¿Qué es, Alcar, lo que ha entrado en mí?
—Mi hijo no siente más que la influencia de esta esfera.
Esfuérzate lo más que puedas, André, tardarás en volver aquí.
Intenta pedirle fuerza a Dios, tienes que quererlo, si no mis fuerzas dejarán de existir, entonces no te podré ayudar.
Tendrás que esperar mucho, porque primero se tendrán que desarrollar tus fuerzas espirituales.
Si aguantas todo, significará para ti sabiduría en el espíritu.
Yo te apoyaré, hijo mío.
Has de saber que tendrás que convencer a muchas personas en la tierra (—dijo).
André le rezó en silencio al Padre por fuerza; después de algún tiempo sintió cómo se refrescaba y con renovado valor se esforzó por seguir a su querido líder espiritual.
—¿Estás un poco mejor, hijo mío?
—Sí, Alcar, se me han dado nuevas fuerzas para poder seguirlo.
—Eres el único, porque muchos a los que se había traído tuvieron que marcharse de aquí.
Pero ya te he contado que no puedes cargar el sufrimiento de muchos seres.
La conexión es intuición, aunque al intuir la vida, no hace falta perecer.
Es la prueba de que tu concentración está sintonizada solo a medias.
Pero aprenderás todo esto (—dijo).
Una mirada en el más allá, 1936
André quiere saber qué ha hecho un ser humano en la tierra para rebajarse hasta semejantes tinieblas:
Y es que para él era tan incomprensible.
No veía más que pena, pena y dolor.
Cómo podía un ser humano cometer tanto mal.
Se volvería loco si no obtenía una respuesta a eso.
Ahora sabía por qué le había afectado.
Se sentía mareado.
¿Un ser humano podía malograrse tanto?
Para él eran problemas.
¿Qué mal podía cometer el ser humano en la tierra para encontrar sintonización con este estado?
¿No era un asesinato lo peor que se le podía hacer a un ser humano en la tierra?
¿Eso se castigaba tan terriblemente?
¿Era esta la sintonización con el acto?
Era triste.
Ya casi no podía pensar.
¿En qué lugares no habría estado?
Ahora estaba ante un ser humano, tirado como un montón de basura, inconsciente de su propia vida.
¿Dónde estaba el final aquí?
Miró a su líder espiritual, que lo observaba con amor y dijo:
—Sé fuerte, André.
Te estás rebelando.
Pronto todo te quedará claro.
Dios conoce a todos Sus hijos, no se castiga a ningún hijo de Dios.
—¿Qué dice?
¿No se castiga a ningún hijo de Dios?
—¿Suena tan increíble?
El ser humano lo hace él mismo, lo quiere él mismo.
¿Todo eso te queda claro?
Intentaré conectarme y contarte lo que percibo.
Tal vez entonces todo se te esclarecerá.
Escucha bien.
Alcar se concentró y André estaba terriblemente tenso.
¿Qué vería su líder espiritual?
Oh, tenía tanta curiosidad.
Una mirada en el más allá, 1936
Alcar ve una vida terrenal llena de odio y ansia de dominación:
—Veo al que está frente a nosotros en la tierra, como niño pequeño.
Es joven y bello, rodeado de mucha riqueza.
Estoy en Oriente.
Vive en una hermosa casa de campo.
Está rodeado de muchas personas.
Llevan túnicas espléndidas.
Ahora veo a otra persona; es su padre.
Parte a la guerra, adornado con los colores de su país.
Abraza a su hijo.
Tarda mucho en poder partir.
No vuelve.
Ahora lo veo, joven y bello, con una túnica espléndida.
Otra imagen más.
Ahora está a caballo, y él también parte a la guerra.
Es árabe.
Muchos lo acompañan a la guerra.
También él perece.
Lo veo de nuevo en el campo de batalla.
Varias imágenes, que representan un mismo estado, en el que comete asesinato tras asesinato, destruyendo a otros.
Aparece como vencedor.
Su terrible odio lo pone en este estado.
Se da un asesinato tras otro.
Todavía no es suficiente.
Veo que asesina a cientos de personas de manera despreciable.
Odiar y dominar, esa es su vida.
Ahora veo un campamento.
Ahora la imagen se difumina.
A este ser, André, no se le puede despertar.
Pasarán cientos de años más hasta que haya despertado.
—¿Ve más cosas, Alcar?
—Intentaré conectarme.
Veo de nuevo un campamento.
También lo veo a él.
Observa desde cierta distancia cómo sus soldados asesinan a los infelices que viven en el campamento.
Todo es su voluntad.
Todo está inmerso en tranquilidad.
Incendian el campamento.
Cientos de personas mueren abrasadas, ni una se salva.
Son heridos.
Su final es terrible.
No es solo que asesina, sino que se remata a los muchos heridos por orden suya.
Es un animal, André.
Este ser humano ha rebasado la sintonización animal.
No le tengas compasión, sino que has de sentir amor.
No vi más que escenas.
¿Cómo habrá sido su vida entera en la tierra?
Aquí yace, sin ser consciente de lo que ha realizado en una pequeña vida terrenal.
¿No es repugnante?
Era un héroe, un maestro del mal.
Pero ¿cuántos no habrá que destruyen la humanidad en silencio, que en sus silenciosas habitaciones vierten maldad y perdición sobre el ser humano?
Allí hay otros varios seres.
—¿Ve algo también de ellos?
—Lo intentaré, hijo mío.

André vio que su líder espiritual se volvía a concentrar.
Una mirada en el más allá, 1936
Aquí no solo yacen caudillos, sino también eruditos que servían al mal:
—Este ser también es un hombre, un sabio de la tierra.
Veo un pequeño pueblo, rodeado de montañas, sustraído a la vista del mundo.
Allí está, solitario, como si estuviera soñando.
Hay niebla.
Ahora llego a un laboratorio.
Ahora lo vuelvo a encontrar allí y hay una segunda persona con él.
Oigo una detonación tremenda, todo explota.
El pueblito ha desaparecido de la faz de la tierra, y con él cientos de personas, niños y ancianos.
Eran inventores.
Habían logrado mucho.
Maestros del mal, hijo mío.
El mal los destruyó.
Se abusó de su don para liquidar a la humanidad.
No, para eso Dios no les da esos poderes a la gente.
Tienen que servir para apoyar al ser humano.
Pero ¡cómo se abusa de todo!
Una mirada en el más allá, 1936
Otra habitante era una maestra en el mal:
—Allí hay otro ser, Alcar.
André vio que su líder espiritual se volvía a concentrar.
Había silencio.
¿Qué vería Alcar ahora?
Pobres diablos, que echaban a perder su don divino.
Qué grande era recibir algo tan bello y qué pocos entendían un don.
—¿Una mujer, André? —le preguntó Alcar.
Se estremeció.
¿Una mujer?
¿Podía una mujer olvidarse así?
Dios le daba a la mujer el don más bello y sagrado que podía recibir un ser humano en la tierra.
¿Era posible?
No era posible que una madre pudiera hacer tanto mal, ¿no?
—Escucha, hijo mío.
Hubo un tiempo en que vivía en un palacio, coronada y honrada.
También veo a su cónyuge, pero él vive en otro estado.
Llevan ya mucho tiempo de este lado.
Su vida en la tierra fue una vida enfocada en destruir personas.
Todo a su alrededor es muerte y perdición.
Echadas a los calabozos, como presa de animales salvajes, para saciarse ella misma.
Cientos de personas le obedecían y cumplían sus caprichos.
Hizo torturar a personas hasta la muerte para saciarse de su dolor.
Cuando corría la sangre, ella vivía su vida animal.
Se había animalizado.
Sus pasiones eran más poderosas que las tormentas del océano.
Su intelecto humano aturdía sus pasiones.
Su vida sensual, su disfrute al destruir, la llevó a este estado.
Una maestra del mal.
Ella también hizo la transición, como hizo asesinar a muchos.
La imagen que veo es terrible.
Se alimentaba a sus cocodrilos sacrificando cientos de vidas.
Esto es desgarrador, André.
Asesinó a muchas mujeres que igualaban su belleza.
Por el poder de ella, el ser humano servía de alimento para los animales.
¿Acaso hay algo peor que lo que ella maquinó?
Una mirada en el más allá, 1936
El estado de los sentimientos de estos habitantes es más bajo que el los depredadores:
Mira en la tierra, siguen viviendo allí esos seres terribles.
Más adelante, en nuestros demás viajes, te mostraré todo esto.
Ahora todavía, un solo ser humano destruye a miles de otros.
¿Acaso no han descendido más que las bestias?
Un animal se sacia y se va; el ser humano tiene un intelecto pensante pero continúa destruyendo.
Un ser humano no se sacia nunca (—concluyó).
Ahora André entendió hasta qué punto un ser humano podía olvidarse.
Mirara donde mirara, en todos lados yacían personas que no le habían infligido más que pena y dolor a otros.
En verdad, este era un valle de dolor.
Una mirada en el más allá, 1936
Han descendido hasta el grado de vida preanimal:
La vida de las almas en este infierno está tirada allí y es inconsciente de toda la demás vida de Dios, debido a que este ser humano ha transgredido todas las leyes existentes.
Esas personas están sintonizadas con el grado de vida preanimal.
Los pueblos de la tierra contemplados por el otro lado, 1941
Aquí no vive gente que en la tierra fueran pobres en cuanto a propiedades:
—Dijo, Alcar, que aquí no viven pobres de la tierra.
¿Por qué será?
—Si ya te dije que en la tierra no poseen esas fuerzas y poderes.
Su pobreza en la tierra es su felicidad de este lado.
Así que no son capaces de poder hundirse tanto.
Pueden olvidarse espiritualmente, cometer un asesinato e incluso algunos están aquí, pero a pesar de eso les es imposible, aunque quisieran, mandar a miles de personas a la guerra.
No son sabios, no son genios, no son los gobernantes de la tierra.
—¿Qué harían, Alcar, de poseer ese poder?
—Actuar según sus sentimientos.
Aunque haya muchos pobres que exclamarán: tengo más riqueza por mis sentimientos espirituales que ellos con todas sus posesiones.
Esos seres están en la tierra y los conocemos.
Y todos estos estados significan el ciclo del alma, porque el ser humano tiene sintonización con el Cosmos, de lo que te contaré más adelante, cuando hayamos llegado a las regiones elevadas.
Una mirada en el más allá, 1936

Hitler y congéneres

El maestro Zelanus explica cómo durante las grandes guerras el ser humano se desfoga en la tierra con sentimientos preanimales:
El ser humano astral, junto a otros millones más que representan con él este mundo, se ha desfogado.
No es posible imaginar ningún mal que no hayan cometido.
¡Torturaron la vida de Dios y la destruyeron y lo hicieron conscientemente!
Estas son las hienas de la humanidad, aquí viven juntas y se han cerrado frente a mundos más elevados.
Este es su propio mundo, su esfera y su sintonización espiritual.
Los pueblos de la tierra contemplados por el otro lado, 1941
Viven su grado preanimal de sentimientos en el valle de dolor:
En la tierra asaltaron a miles de personas, han torturado a estas personas y las sometieron a suplicios hasta producir la muerte; pero después de sus vidas terrenales recibieron este mundo, este hediondo pozo de miserias que les corresponde por haberse sintonizado con él.
A la masa arrojaron dolor y miseria, el infierno y el diablo, pero así ellos se crearon unas tinieblas, una caverna en este mundo, tal como ustedes tal vez no conozcan ninguna en la tierra.
¡Allí vivirían sus propias vidas!
Escaparse de ello no era posible, ¡los mantenía presos su esfera!
Los pueblos de la tierra contemplados por el otro lado, 1941
Durante la Segunda Guerra Mundial pudieron desfogarse en la tierra:
También ahora hay gente viviendo en la tierra con esta horrible sintonización.
¡Para miles de personas significan un horror, la desgracia!
Esta guerra las arrojaron masivamente sobre ustedes, así que las han llegado a conocer.
Muchos de ustedes han tenido que soportar sus torturas, y sucumbieron por ellas.
Este infierno inferior también las atraerá a ellas, a quienes pensaban poder violar la vida de Dios.
Pero en nuestra vida se ven ante estas leyes, aunque en la tierra nos las conozcan y vivan sin orden ni concierto.
Los pueblos de la tierra contemplados por el otro lado, 1941
Se crean su propio más allá por su bestialidad:
La especie propia convive en muchos infiernos pálidos, eso no es posible en la tierra; donde ustedes estas especies humanas viven todas mezcladas, así se formó su sociedad.
Sin embargo, después de sus vidas terrenales se ven dominadas por las leyes divinas; Dios sabe dónde se encontrarán en los infiernos más bajos.
Ese propio ser humano quiso este blindaje espiritual.
También se blindó ante la vida y la conciencia más elevadas.
Otros mundos más elevados solo serán alcanzables para ellos por medio de la fuerza de voluntad y el servicio a la vida de Dios.
Sin embargo, la vida de las almas en los infiernos más profundos no empieza con eso todavía y por eso volverá a la tierra para enmendar lo que destruyó en muchas vidas.
Depende de nosotros mismos qué vida queramos seguir, qué leyes queramos asimilar.
Si buscamos el mal en la vida sobre la tierra, entonces tendremos que aceptar los infiernos después del final material.
O sea, ¡el propio ser humano se crea su propio infierno o cielo, y esta será la sintonización espiritual después de la muerte!
Los pueblos de la tierra contemplados por el otro lado, 1941
Durante las guerras mundiales eran reconocibles por su comportamiento preanimal:
Desde luego que es posible en la tierra reconocer a la gente que porta un infierno en su interior.
Traen muchísimas desgracias a los demás, en la tierra pueden decidir sobre miles de vidas; su tarea y las posesiones materiales en la tierra les dan esta posibilidad.
Han asimilado ese estado social.
Con que esta gente solamente hubiera vivido otra vida, habrían accedido a un mundo más elevado y quizá formarían parte de las esferas de luz.
Sin embargo, sucumben por el mal.
Todos sus sádicos que ahora piensan que les está permitido torturar y destruir entrarán aquí después de su muerte y entonces formarán parte de este mundo infernal.
Entonces serán ellos a quienes se les chupará todo hasta dejarlos vacíos: así recibirán lo que infligieron a otros en la tierra.
Estas son las leyes de nuestra vida y esas leyes les pararán los pies aquí.
Dios quiere que amemos Su vida, pero ¿cómo vivieron ellos las suyas?
Nosotros incluso tenemos que enmendar cada pensamiento equivocado.
Pero ¡estos seres inhumanos no se detienen ni ante cadáveres!
Aquí llegan cada segundo semejantes demonios de la tierra y ahora forman parte de este mundo.
En la tierra se les puede reconocer, como ya les dije hace un momento: asesinan, roban y se regodean viéndolos arder vivos, disfrutan viéndolos ahorcados, envenenan su elixir de la vida y son los violadores de su existencia vital.
Con sus colillas, que apagan en los cuerpos desnudos de ustedes, dejan cicatrices, causan heridas a base de golpes y pisotean corazones, succionan sus hijos hasta dejarlos vacíos y se los quitan de encima como guiñapos; sus actos fueron diabólicos y satánicos durante las horas que ha tenido que vivir ahora la humanidad.
Violentaron a niños y a ancianos, no respetan nada ni nadie estos sádicos del siglo XX, que poblarán en este lado los infiernos más bajos.
No hace falta que les diga cómo se han comportado en estos años de guerra, ya lo saben.
Para mí de lo que se trata es de demostrarles qué sintonización representan estas almas para nuestras vidas y entonces llegarán a conocer todos estos grados de vida y mundos astrales.
Aquí el hedor de sus vidas putrefactas es diabólico, sus figuras son malas y horripilantes, pero esto no lo quiso Dios, ¡es algo que se han hecho los propios seres humanos!
En este infierno más bajo de todo vive el autócrata del mal, esta mentalidad se encuentra en la propia sintonización vital.
En este lado les esperan las tinieblas más profundas de todas y nadie ni nada puede cambiar algo en eso.
Los pueblos de la tierra contemplados por el otro lado, 1941
En el caso de Hitler podrán pasar fácilmente cien mil años antes de que pueda abandonar el valle del dolor para recuperar la conciencia en la tierra:
Él también volverá a la conciencia, para volver a la tierra.
Eso puede durar todavía cien mil años.
Preguntas y respuestas 5, 1950
Lo mismo se aplica a Napoleón:
Ni podrá volver hasta dentro de cien mil años y adquirir conciencia, porque ese también hizo de las suyas en este mundo.
Preguntas y respuestas 5, 1950

Despertar

El cuerpo espiritual se forma conforme a los sentimientos del alma.
Cada sentimiento destructor y cada pensamiento malo influye en la formación del cuerpo espiritual.
Los pensamientos tenebrosos y antinaturales deforman la forma humana natural del cuerpo espiritual.
Una vez que todos los sentimientos y pensamientos se han hecho antinaturales y destructores en el grado extremo de la conciencia preanimal, el cuerpo espiritual también se deforma en una medida extrema hasta un montón de baba que se parece a una medusa:
Así que el alma divina es el impulso para el organismo.
Sí, eso sí que está bien.
¿No es así?
La esencia divina en nosotros le da sin la menor duda una nueva vida.
Y nosotros también habríamos conocido armonía, justicia, en todos esos millones de vidas, si no hubiéramos mirado a las tinieblas.
Pero la esencia divina...
Ha leído usted ‘Una mirada en el más allá’, ¿verdad?; en las tinieblas hay gente que vive allí como medusas en la playa.
Es horrible, ¿verdad?
Puede usted... podemos amedusarnos, señora.
Y entonces es que tampoco ya queda nada de nuestra conciencia, no lo dude, porque lo deformamos todo.
Cada pensamiento equivocado ya es la deformación del espíritu divino armonioso para el ser humano.
¿Lo comprende?
Cada deformación, cada pensamiento equivocado es la deformación del ser humano espiritual, armonioso, divino.
Preguntas y respuestas 3, 1952
Los sentimientos preanimales se han convertido en nada más que baba:
Los seres humanos están tirados allí como medusas en las tinieblas, en la playa, no hay playa, pero yacen allí como medusas, hechos una baba.
¿No podemos hacernos babosos en la tierra, en esta sociedad, convertirnos en pus?
Preguntas y respuestas 2, 1951
Un cadáver putrefacto no es nada en comparación:
La pestilencia en la que viven los atormenta.
Es la pestilencia que emana de su propio interior.
No encuentro palabras que puedan reflejar este horroroso olor.
Es peor que la fetidez repugnante que despide un cadáver en descomposición.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Las matanzas masivas los condujeron a este estado:
Hemos seguido al ser humano que ha transgredido todas las leyes.
Esa gente está en este mundo como medusas en una playa y ya no tienen vida alguna ni muerte.
Han asesinado a la masa.
La cosmología de Jozef Rulof 5, 1944
Pero por muy profundo que hayan caído estas personas, aun así hay algo que las reconducirá a la realidad normal.
Ese “algo” es su núcleo divino, su alma:
Pero esa esencia divina en nosotros reconduce al ser humano desde la existencia de la medusa a la realidad.
De lo contrario el ser humano seguiría siendo medusa.
Preguntas y respuestas 3, 1952
El alma fuerza esa existencia de medusa hasta ponerla en marcha de nuevo:
Así que esa esencia divina —está demostrado— se cuela por el granito, señora.
Una semillita en el suelo, una semillita de hierba, una brizna atraviesa sin problema esas duras piedras, a desde su costado, y primero se mete retorciéndose a base de fuerza y lo atraviesa, irremediablemente, he visto crecer hierba a través del asfalto.
Y eso tenía que ser..., esa pobre semillita pequeña tenía...
El ser humano dice: “¿Cómo es posible?”.
Pero ¡esa brizna de nada hizo que se rasgara el asfalto, el cemento!
Eso está demostrado.
Así de poderosa es esa célula divina inconsciente en nosotros.
Sigue siendo inconsciente, decimos nosotros, inconscientemente divina, pero fuerza a esa existencia de medusa a volver a tener empuje.
Y entonces el ser humano... el ser humano como sentimiento vuelve a despertar y no le queda más remedio que seguir, lo quiera o no.
Así que la condena ha vuelto a quedar marginada.
Preguntas y respuestas 3, 1952

Reencarnación

Los habitantes del valle de dolor solo pueden liberarse de su estado tenebroso reencarnándose en la tierra y empezando a servir lo demás que vive, en lugar de destruir.
Todos esos autócratas, estos destructores tienen que elevarse más, y para eso es el renacer en la tierra, o no lograrían avanzar más.
El origen del universo, 1939
Eso es así con Napoleón y todos sus congéneres:
Ese sigue allá como una medusa sobre la playa.
Primero tenía que volver a la vida, y eso es el renacer.
Preguntas y respuestas 5, 1950
Cuanto más haya descendido su sentimiento hasta lo preanimal, más tiempo pasará antes de que puedan volver a reencarnarse:
Hay una persona aquí que ha acabado con miles de seres humanos.
Imagínate más adelante su lucha, su pena y dolor.
Tendrá que dormir miles de años más, solo entonces también él volverá a nacer.
El origen del universo, 1939
Solo podrán enmendar sus espantosos actos en innumerables nuevas vidas terrenales:
A nosotros, mi hermano André, se nos ha concedido vivir estas leyes para los libros ‘El origen del universo’.
Cuando el alma ha transgredido las leyes de Dios, lo que es posible viviendo un asesinato tras otro, yace en el mundo astral como una medusa en la playa actual y puede esperar, pero ahora tiene que volver a la fuerza a la tierra para enmendar esos actos disarmónicos.
La cosmología de Jozef Rulof 5, 1944