Primera esfera de luz -- Fuentes

Textos primarios de los libros de Jozef Rulof correspondientes al artículo ‘Primera esfera de luz’.
Según los libros de Jozef Rulof.
Estas fuentes presuponen la lectura previa del artículo ‘Primera esfera de luz’.

Terrenalmente material

Hay siete esferas, de las que la primera y segunda se parecen mucho a la esfera terrenal, aunque sea de forma espiritual.
Pero allí poco a poco se empieza a desarrollar uno para poder llegar a las regiones elevadas.
Una mirada en el más allá, 1936
La naturaleza de la primera esfera de luz te sonríe:
La naturaleza era como se conoce el verano en la tierra, suave, con un cielo azul claro y algunas nubes blancas como la nieve, pero aún como por la mañana, cuando todo es todavía tan gloriosamente de ensueño, cuando la naturaleza canta y todo te sonríe.
Así exactamente es la primera esfera.
Aquellos que volvieron de la muerte, 1937
Aquí los árboles son altos, tan altos como no llegan a ser en la tierra.
Parecen cipreses, aunque las hojas tienen otra forma.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
El líder espiritual de Jozef Rulof, el maestro Alcar, explica a André (Jozef Rulof) que el sentimiento de los habitantes de la primera esfera de luz aún está sintonizado con lo material, aunque son conscientes de que siguen viviendo como espíritus en el más allá.
Todavía piensan de forma terrenal y material, en sentimientos aún viven como en la tierra:
Mira, ya estamos en la primera esfera.
En nada notarás diferencia alguna con la tierra.
Es la tierra, aunque en el espíritu.
André vio una tierra, como dijo Alcar, que se parecía al planeta tierra.
Una mirada en el más allá, 1936
Vio pájaros y flores, árboles y verdor, vio todo lo que también en la tierra se conocía en la naturaleza.
—¿Cómo es posible, Alcar, un otro lado y aun así en la tierra?
—Correcto, André.
El ser humano sabe que vive en el espíritu, pero sus sentimientos encuentran sintonización con la materia.
Una mirada en el más allá, 1936
La mayoría de los habitantes de la primera esfera de luz sí comprenden que solo pueden avanzar evolucionando hacia la segunda esfera de luz por medio de la entrega de amor:
Están en la primera fase de desarrollo espiritual.
Están convencidos de que todo lo que pertenece a la tierra carece de valor en el espíritu.
Todos intentan llegar a una esfera elevada, lo que pueden lograr y lograrán solo si ayudan a otros para significar algo para ellos, lo que es y significa el amor altruista.
Una mirada en el más allá, 1936
La vestimenta de los habitantes refleja su interior.
Cuanto menos piensen de forma material, más hermosa se hace su túnica:
Llevaban túnicas de tela basta y algunos de ellos ya llevaban una túnica bella.
Sentía lo que significaba.
Estos tal vez entrarían pronto a una sintonización más elevada.
Una mirada en el más allá, 1936
De promedio los habitantes de la primera esfera de luz parecen tener una edad de entre treinta y treinta y seis años.
A medida que siguen evolucionando empezarán a parecer más jóvenes:
En la primera esfera el ser humano tiene entre treinta y treinta y seis años.
El cuerpo acepta la edad en las esferas.
A más altura que lleguen ustedes, más joven se hará el cuerpo del alma.
En los cielos más elevados podrán encontrarse con un joven que aun así será un maestro cósmico, una persona consciente y un soberano de amor.
Los pueblos de la tierra contemplados por el otro lado, 1941
Las primeras tres esferas de luz sirven para darse cuenta de que sentir posesiones terrenales es una traba para seguir creciendo espiritualmente.
Los habitantes están de camino hacia la cuarta esfera de luz, que recibe el nombre de Tierra Estival:
Todos libran su dura lucha espiritual para poder subir; no descansarán hasta haber llegado a la Tierra Estival, la primera esfera feliz.
Por eso, la primera, segunda y tercera esfera son esferas de purificación, en las que el ser humano depone sus sentimientos materiales.
Solo en la tercera esfera se sienten liberados de la materia, y se preparan para entrar a la Tierra Estival, donde estuviste en tu viaje anterior.
Así que su lucha es la lucha para vencerse a sí mismos.
Seguramente sientes lo difícil que es, porque se tienen que destruir a sí mismos pedazo a pedazo.
De este lado, todos los pedestales terrenales se colapsan.
Primero tienen que demoler lo que pensaban poseer.
Sus pertenencias terrenales no son otra cosa que un obstáculo en la vida de este lado.
Una mirada en el más allá, 1936
Esa vinculación a la materia terrenal ya es posible aminorarla en la tierra:
—¿Aquí uno se puede desarrollar más rápidamente que en la tierra?
—Es más fácil desarrollarse espiritualmente en la tierra que de este lado.
Y es por esto: en la tierra es una dura lucha asimilar felicidad espiritual en un estado material; cuesta esfuerzo y fuerza.
La materia es el medio, se puede alcanzar a través de la materia.
La vida en la tierra no es difícil cuando se tiene todo lo que la vuelve más agradable.
Uno puede desarrollarse por la materia ayudando a otros.
Es decir, desprenderse de todos los estados materiales existentes.
Sin embargo, muchos perecen por la materia.
Soltarse de la tierra, es decir enriquecerse espiritualmente en un estado material, ese es el propósito, eso es lo que quiere Dios de todos Sus hijos.
Muchos, como dije, se dejan vivir por la materia.
En la vida en la tierra se puede hacer feliz a un ser humano con una sola acción.
Una sola acción llevada a cabo en amor es el desarrollo de la vida.
La tierra está en profundas tinieblas; para llegar a la luz desde las tinieblas hace falta fuerza.
Los que lo logren verán luz al hacer la transición.
Ven la luz que llevan interiormente y encontrarán su sintonización aquí.
Una mirada en el más allá, 1936
En el libro ‘Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe’ Theo busca el sol terrenal cuando llega a la primera esfera de luz:
Aquí la naturaleza es como una mañana veraniega en la tierra.
Dejé que el silencio elevado incidiera en mí.
Convendría que quien quiera tener una impresión de lo sagradas que son las esferas piense que incluso este silencio apenas se puede procesar.
Es tan sagrado, tan profundo...
Aquí no hay nada que interfiera en nosotros.
Las flores no hacen más que estar radiantes.
Los pájaros no hacen más que cantar.
El agua es transparente como un cristal y ni una mota de polvo deteriora todo esto tan inmaculado.
Era imposible que mi pie se lastimara con alguna dureza: la tierra era mullida como el musgo.
Las lágrimas de gratitud se me caían por las mejillas y no me daba vergüenza.
Durante mi camino vi varias almas que daban gracias a Dios con sus lágrimas, porque no era posible hacerlo con palabras.
¡Qué posesión revelaba la primera esfera a quien la hubiera asimilado!
Aquí la atmósfera jamás cambia.
Tal como la naturaleza se manifiesta en toda su luminosidad solar, así es la realidad astral, según se me ocurrió de repente.
¿Quién me dio ese pensamiento?
Me abrí por completo y me quedé esperando la explicación.
Pero esta no llegaba, así que proseguí mi paseo.
Miré hacia arriba como si esperara ver el sol allí.
Pero el sentimiento que me volvió a entrar me decía que el sol era parte del universo material.
La luz que veía aquí era la astral, que había sido edificada por las buenas obras de las primeras almas.
Quienes venían después la mantenían e incluso la intensificaban.
Por lo que pude comprobar, también yo contribuía a construir esta luz.
Y esto es así para cada ser humano que haga una buena obra.
La luz aquí jamás puede convertirse en tinieblas, no puede haber lluvia ni niebla.
Esos estados eran parte de las esferas inferiores a esta.
Debido a que allí no habitaba el amor tampoco podía radiar la luz.
Así les iba a las personas allí: quien no amaba se blindaba contra la luz.
¡Los mundos de este lado son como se sienta el propio hombre!
Es una ley que ningún alma puede eludir.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
El padre de Theo mora desde hace más tiempo en la primera esfera de luz.
Junto a su alma gemela Angélica estudia en el templo de la ciencia.
Ayuda a Theo explicándole telepáticamente las cosas que este se pregunta.
Eso ya no hace falta para muchos fenómenos, debido a que la vida de la primera esfera de luz se explica ella misma a Theo cuando centra su atención en ella:
Qué sagrada es la vida en las esferas de luz.
No hay trastornos de ningún tipo.
Vuelvo a deslizar la mirada por las túnicas.
Ni una es igual a las demás, todas son radiantes.
Yo también estaba envuelto en una de esas túnicas.
Y era como si ya me perteneciera desde hacía siglos.
Mis ojos no ven más que belleza.
El hombre puede tener belleza en la tierra, pero aquí es una posesión espiritual.
Los edificios en la primera esfera son de una arquitectura asombrosa.
Se encuentran sobre un alto y están hechos de un mármol níveo.
Cada uno de estos edificios tiene un significado propio.
Por eso también varía su irradiación.
Es como si esta tocara mi propia vida, porque formo parte de esta esfera.
Uno de los edificios es el que más me llama la atención.
Iré andando hasta allí para intentar averiguar cuál es su significado.
Pero ya al primer paso que doy lo sé.
Me vuelve a surgir otra vez este pensamiento, como por sí solo: es papá, según siento, quien me ayuda ahora desde la distancia.
En este edificio se estudian las enfermedades de la tierra, así como sus curaciones.
Ahora también sé que papá y Angélica están en estos momentos en este templo de la ciencia.
No los molestaré y prefiero proseguir tranquilamente mi camino.
Poco a poco voy adentrándome en la vida de la primera esfera; está en vías de absorberme por completo.
Mi pensamiento y sentimiento también se están haciendo cada vez más profundos; los pensamientos y las imágenes me entran como por sí solos.
Si pienso en un árbol o una flor entonces estos hijos de la naturaleza empiezan a hablarme al instante de su vida, permitiéndome seguirla en todas sus transiciones.
Un pájaro hace lo mismo.
Un edificio me cuenta para qué se construyó, qué servicio presta.
La tierra que piso me dice cómo se originó.
Así es como voy adentrándome cada vez más en la creación de Dios.
Me siento en uno de los muchos divanes de reposo y pienso sobre las muchas cosas que me han sido reveladas.
A donde se dirija mi ojo, desde todas partes me sonríe la vida espiritual.
Por los numerosos caminos que llevan a los edificios veo muchedumbres que van y vienen.
Me sintonizo con ellas y me voy dando cuenta de que están perfeccionándose en un estudio u otro.
Lo que impulsa a todas estas almas es el amor inmaculado y la voluntad de hacerse serviciales.
Llenan su tiempo trabajando y rezando, por la necesidad de asimilar un grado superior de sentimientos.
También lo hacen quienes iban paseando por allí o quienes se han echado.
Mientras piensan van penetrando más y más en la creación, y así consiguen que sus sentimientos y su conciencia ganen en contenido.
Se me acercan los pájaros y se posan en mis manos y hombros.
Miro a los animalitos y observo que se parecen mucho a las especies orientales que hay en la tierra.
Todo lo que irradian y hacen da fe, sin embargo, de una sabiduría más grande.
Estos animalitos comprenden la conciencia más elevada que vive aquí entre las almas y están completamente sintonizados con ella.
Igual que nosotros los seres humanos, ellos han llegado aquí por fin, después de una larga escala evolutiva, y ahora crecen hacia el grado más elevado de la vida que su especie pueda alcanzar.
Va como por sí solo.
Es la naturaleza la que obliga esta vida a continuar, a regresar a Dios, que la creó.
Me levanto.
Allí, no muy lejos de donde estoy, brilla un estanque.
Quiero ir allí, sentarme en la orilla.
Quiero pedir a esta agua que me cuente cómo se originó.
Los pajaritos me acompañan, me preceden volando.
Dios, qué poderosa es Su creación, no me canso de repetirlo.
El agua plateada cuenta, y yo escucho con la cabeza inclinada y las manos plegadas.
Es así como la sabiduría nos llega en las esferas, es la propia vida la que nos cuenta sobre su origen y evolución.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Y entonces se le concede a Theo vivir la felicidad de volver a ver a su propia hija:
Pensando sobre todo esto de pronto me entra un sentimiento muy diferente.
Empiezo a seguirlo y los sentimientos me conducen a una vida que está emparentada con la mía.
Conozco esta vida y me siento uno con la felicidad que irradia.
El sentimiento va intensificándose y alzo la cabeza para mirar a mi alrededor, creyendo que alguien se acerca.
Entonces veo el rostro de mi propia hija.
—¡Liesje! —digo—, Liesje, ¿vienes a visitarme?
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Theo llega a saber por su padre que las esferas las dirigen maestros que representan la conciencia más elevada para esa esfera:
Inmediatamente después vi en el firmamento, muy arriba, algunas figuras radiantes.

—Los maestros de esta esfera lo saludan.
Saben que vive en las esferas y lo siguen.
Así que no se preocupe, y siga, Theo —me entró.
¡Papá!
Solo podía ser papá, solo él pronuncia mi nombre así.
Y ahora también lo siento a él, con Angélica, y me sé portado por el amor de ambos.
Hace un rato tenía miedo de seguir, no me atrevía a dar un paso, atemorizado por el poder del acontecer.
Ahora se ha disuelto.
Los maestros saben que vivo aquí.
Conocen cada alma que entra aquí, eso lo hace posible su enorme conciencia.
Se encargan de todo lo que vive aquí y lo custodian.
Esto también es poderoso y a la vez emocionante.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Jozef Rulof compara las túnicas de los habitantes de la primera esfera con la ropa en el Imperio romano en la tierra:
Hay que verlos pasear por allí, es justo como si vieras la Roma antigua, con esas hermosas túnicas sobre el pecho, por encima del brazo, ¿verdad?, van planeando de este modo y entonces hombre y mujer van juntos sobre sandalias, hay que verlo.
Preguntas y respuestas 2, 1951
El maestro Zelanus señala que algunos habitantes de la primera esfera de luz aún no se encuentran en sentimiento en la eternidad atemporal:
Vamos hacia la segunda, tercera, cuarta esfera.
Hemos vivido que la primera, la segunda, la tercera son todavía estados, que han de ser mundos que tienen sintonización con nuestros sentimientos terrenales.
Esa materia todavía no ha desaparecido de nosotros, aún tenemos el organismo en nosotros.
Queremos usar las manos, pero ya no las necesitamos.
Queremos ir, queremos andar; todavía tenemos tiempo... tenemos el sentimiento del tiempo, pero tiempo ya no lo hay.
Tenemos conciencia espacial, estamos eternamente listos y sobre todo para lo que vendrá pronto.
Allí hacemos todo por medio de los sentimientos, una mirada de los ojos de ustedes dice a la otra vida lo que quieren, lo que ven, lo que sienten, y enseguida se acepta esa sabiduría.
Conferencias 1, 1950
A algunas personas les gustaría entrar en la primera esfera con su coche, sin desprenderse de sus posesiones terrenales:
Porque tienen un fuerte deseo de ir a la primera esfera, ¿verdad?
Claro, en coche, ¿no?
Sí, ¿no es cierto?
Quieren ir a la primera esfera, a sus palacios y a sus hermosos templos, tocados con su corona, con su hermosa túnica, con todo lo que poseen en la tierra.
Conferencias 2, 1951
El maestro Zelanus describe cómo para bastantes personas procedentes de la tierra no es tan fácil asimilar una concentración espiritual.
Creen poder dar así como así un paseo por la primera esfera de luz, pero entonces se encuentran con que eran capaces de pasear por la tierra gracias a la fuerza de su cuerpo.
Todavía no han aprendido espiritualmente a avanzar tranquilamente, sus pensamientos siguen revoloteando en todas direcciones.
Les falta empezar a pensar de forma espiritual, por lo que, por tanto, todavía no han erigido una base espiritual bajo sus pies.
El poder para el espíritu humano está completamente abierto.
Si ahora se salen de los cuerpos, tendrán que pensar para la realidad espacial.
¿Son en estos momentos reales, genuinos?
¿Quién de ustedes puede decir, pues: “Sé como he de andar allí”?
Solo hace falta pensar: ‘Lo hago aquí, puedo hacerlo aquí’.
Sí, aquí tienen piernas, pies para caminar, pero allí no tienen firme sobre el que pisar.
Hay un abandono fundamental de esa edificación, aún no han empezado con ella.
Vemos cómo el ser humano llega con una cantidad impresionante de posesiones materiales.
Conferencias 2, 1951

Arte más elevado

En la primera esfera de luz, André (Jozef Rulof) ve trabajar, como espíritu desdoblado, a los artistas espirituales:
Cruzó el umbral de un edificio espiritual y vio por todas partes seres, artistas espirituales ocupados en sus creaciones.
Sus sentimientos se traducían en arte.
Vio pintores en la vida después de la muerte.
Una mirada en el más allá, 1936
El maestro Alcar enseña a André la arquitectura en la primera esfera:
Mira, hijo mío, entramos a la primera esfera.
André vio personas, casas y edificios; muchas viviendas eran la sintonización interior del ser y habían sido construidas según su fuerza del amor.
También aquí ya había estado, pero ahora conocería arte.
La primera esfera era como la tierra.
Luego vio otros edificios más que habían sido construidos con otra arquitectura, de los que algunos eran muy bellos y tenían otro significado.
En la montaña y junto al agua, en todas partes estaban las moradas espirituales, construidas según sentimientos, gustos y fuerza.
Todo era sustancia espiritual y era verdadero y natural.
—¿Qué significa ese gran edificio allí, Alcar?
Es llamativamente más bello que los demás.
—Los arquitectos que lo construyeron viven en una esfera más elevada.
Así que se ha llevado a cabo según sus fuerzas y sentimientos interiores.
Es para incitar a los que viven aquí a que alcancen ese arte.
Al ver una sintonización más elevada se esforzarán y la asimilarán.
¿Te quedó claro?
—Sí, Alcar.
—Como sabes, una morada espiritual es el estado interior del ser.
Todos los que construyeron esto tienen una sintonización más elevada; por eso sienten un arte más elevado, una arquitectura más bella.
Y por lo tanto ellos también son los que conservan todos esos edificios.
Esto es así para todas las esferas.
En esta esfera encontramos arte con una segunda sintonización, y conforme vayamos ascendiendo se podrá encontrar arte más elevado.
En mi esfera conocemos arte de la sexta esfera que, como aquí, se mantiene por seres más elevados, porque ambas esferas tienen conexión.
Es como el reflejo de una luz más elevada, que, como ya dije, nos incitará a alcanzar ese arte, ese amor.
Porque todo es amor, nada más que amor, porque el amor significa vida y sentimientos, y creará al ser humano según sus sentimientos (—dijo).
Una mirada en el más allá, 1936

Esfera vital

El habitante se sintoniza desde la primera esfera de luz con la realidad de su mundo espiritual.
Ha dejado atrás la irrealidad del sentir y pensar de las esferas tenebrosas.
En la tierra crepuscular en las esferas tenebrosas muchos habitantes todavía no son conscientes de que su vida en la tierra ha concluido, siguen pensando que viven en su cuerpo terrenal.
En la primera esfera de luz esa forma de pensamiento irreal y antinatural ya ha concluido:
Ahora vamos a la primera esfera existencial en el espíritu (la primera esfera de luz).
Los que viven allí, André, saben que han hecho la transición en la tierra.
Saben que viven en la eternidad, aunque sus sentimientos sean materiales.
Por eso, la esfera es igual a la tierra, pero en sustancia espiritual.
Por eso es la primera esfera existencial, lo que significa que se sintonizan de verdad en el espíritu.
Así que aquí hay un estado natural.
Lo que vive allí es verdadero, es real, porque es un estado existencial.
Una mirada en el más allá, 1936
En las esferas tenebrosas el habitante sigue viviendo en el pensamiento y sentimiento anormales, sus pensamientos no se corresponden con la realidad armónica y el amor de la primera esfera de luz.
También en la tierra mucha gente sigue sin sentir este amor espiritual.
Su sentimiento y pensamiento siguen siendo disarmónicos, aún no sienten amor por lo demás que vive.
Los maestros consideran anormal y antinatural el sentimiento y pensamiento del ser humano que aún no están sintonizados con el amor de la primera esfera de luz.
Lo normal, en contraste, es el cuidado y el amor que el ser humano siente en su armonía natural por el prójimo.
Cuando deja atrás ese pensamiento anormal, también tiene fuerza interior y consciente en la vida terrenal.
Se ha salido entonces del sentimiento y pensamiento tenebroso anormal:
En el ser humano de aquí hay calor, y ama toda la vida de Dios.
Este ser humano es consciente y se ha salido de lo anormal.
Quien haya alcanzado en la tierra este grado de vida tiene los pies bien colocados en la vida y puede cargar interiormente todo lo que la vida terrenal dé a procesar al espíritu.
Las enfermedades mentales contempladas desde el otro lado, 1945
En las esferas queda claro con mucha mayor rapidez si uno ya piensa y siente de forma natural, en armonía con la realidad espiritual.
Cuando allí no se quiere comprender ni aceptar a otra persona, uno mismo se arroja fuera de la primera esfera de luz, porque entonces interiormente ya no se irradia luz:
Les mostré las esferas.
Es una gloria hablar de las esferas porque entonces vivimos en la paz, la serenidad, la gloria y el silencio.
Pero ¿de qué les sirve?
Cuando a ustedes les vuelve a salir otra vez la incomprensión, la palabra, les vuelve a cruzar los labios, algo que por tanto ya está en disarmonía con la realidad —a todo tienen que sacarle la realidad, eso es lo que les enseñamos—, ya se arrojan a sí mismos a patadas de esa primera esfera.
Conferencias 2, 1951
Las esferas vitales están reservadas a la conciencia adulta.
Los niños en el más allá todavía están de camino a su propia conciencia adulta y por eso van primero a una esfera de los niños.
No entran en una esfera vital hasta que no hayan alcanzado la edad interior para ella:
Allí conviven hombres y mujeres, así como jóvenes, aunque no hay niños.
Los niños viven en otras esferas, con las que encuentran sintonización los pequeños, para entrar más adelante en un estado existencial, cuando hayan llegado a la edad apropiada.
Las esferas infantiles están en las regiones elevadas, que visitaremos.
Pero otros, quiero decir los seres más jóvenes, han llegado a la edad de catorce y han llegado aquí desde la tierra.
Los que no llegan a esa edad, y son los de entre siete y catorce años, viven a su vez en otras esferas que los seres aún más pequeños que hayan dejado la tierra.
Así que tenemos varios estados para los pequeños, que son esferas de conexión que se encuentran entre la tercera, la cuarta y la quinta esfera.
Los jóvenes que viven en la primera esfera están allí cuando sus padres no poseen otras esferas más elevadas.
Así que cuando los padres poseen otra sintonización, o al revés, están solos hasta que se hayan conquistado una sintonización, posean un amor, que es su sintonización en el espíritu.
Pero sabemos que hay madres solas, hijos y padres solos, así como varios amigos y familiares, para luego juntarse para la eternidad, en felicidad, en amor, en perfecta felicidad sagrada.
Pero no antes de que hayan llegado a las primeras esferas felices en el espíritu.
Por eso, muchos esperan con impaciencia el momento en que serán conectados.
Así llega aquí el ser humano de la tierra y piensa encontrarse con sus seres queridos, de los que luego resulta que viven en otras esferas.
Entonces están tristes, y se desarrollan escenas dolorosas.
No hay nada tan terrible como cuando el ser humano tiene que descender a las esferas oscuras.
Una mirada en el más allá, 1936

Amor servicial

En la vida espiritual solo se avanza mediante el amor servicial:
Muchos vuelven desde aquí a la tierra, para ayudar en la materia a sus seres queridos que dejaron atrás.
Los convencen de su pervivencia eterna, incitándoles a desarrollarse en el espíritu.
Otros más descienden a las regiones oscuras, para ayudar a los infelices, y trabajan así en sí mismos, porque quieren significar algo para los demás.
De este lado, el ser humano solo puede desarrollarse dando, lo que es el amor servicial.
El que exige está detenido en su desarrollo.
De modo que la vida en la tierra no se puede comparar con esta, aunque la esfera pueda compararse con la tierra.
No olvides que los estados terrenales carecen de significado en el espíritu.
Aquí, uno vive para el otro.
En la tierra, el hombre sirve al hombre.
El que tiene muchas posesiones se deja servir; aquí todo eso ha terminado.
Así que todos los que han llegado a la primera esfera están convencidos interiormente de su vida espiritual.
Una mirada en el más allá, 1936
Algunos habitantes de la primera esfera de luz aún no han empezado con este amor servicial:
Entonces también en esta esfera residen otros estados, a su vez esferas intermedias, en las que vive el ser humano que también en la tierra se encierra en soledad.
Aquí viven una misma vida, porque la sintonización de sus sentimientos es una sola.
Pero cuando les señalamos su estado, nos contestan: “Vivo feliz, ¿acaso no tengo luz?”.
Claro que tienen luz, pero ¿qué es su luz comparada con la de los que viven en las esferas elevadas?
Pero si siguen por este camino, pasarán cientos de años y en todo ese tiempo viven y se quedan en una misma sintonización.
Su desarrollo está detenido, porque se blindan de la vida.
Puedes deducir de todos estos estados, que solo serán felices los que sean uno con toda la vida, lo que es el camino de amor que tienen que seguir.
Una mirada en el más allá, 1936
En las esferas de luz se aprende a poder dar:
En la tierra se aprende a poseer, aquí se aprende a poder dar para hacer felices a otros.
Por eso, no se entiende el propósito de vivir en la tierra.
Para muchos, sus estudios y erudición son honor y destrucción.
Por más grandes que sean los sabios, en la tierra para muchos las posesiones son sensacionalismo.
Aquí uno se capacita para servir la vida.
Ver la vida felizmente es la disciplina, la sabiduría de muchos.
En la tierra, uno se puede capacitar como médico para apoyar a la humanidad que sufre, con el fin de ser algo para suavizar su miseria.
Pero ¿cuántos sienten su vocación?
Entre los que acabas de ver hay sabios terrenales y tienen como guía a los que no fueron sabios, que nunca estudiaron.
¿Qué te dice eso, André?
Estos poseen amor, y el amor es sabiduría.
Para eso no se puede recurrir a ninguna habilidad material.
Así que no tiene valor cuando no se posee amor.
Los sabios de la tierra se entregan a ellos porque son seres con una sintonización elevada.
Aquí, ante el amor se inclina la cabeza.
Aquí, se respeta al amor, porque de este lado, el amor es luz y sabiduría.
Una mirada en el más allá, 1936
También en la primera esfera de luz hacen falta todavía los discursos para incitar a algunos habitantes a empezar a esforzarse por los demás.
Alcar se lleva a André a un discurso de estos:
—¿Vamos allí, Alcar?
—Sí, escucharemos un momento lo que tiene que decir.
El que hablaba era un espíritu de mediana edad que llevaba una túnica espiritual.

—Hermanos —dijo—, hubo un tiempo en que vivíamos todos en la tierra sin saber nada de esta vida.
—André sintió que hablaba de la vida eterna—.
Ahora todo nos ha quedado claro.
Ya les dije que se odia a aquellos que tengan otra religión, pero aquí eso ya no es posible.
Aquí somos uno y solo conocemos a un Padre, un Padre de amor.
Por Cristo hemos conocido a nuestro Padre.
Y qué bello es amar, poder significar algo para los demás.
Pero ¿cómo podemos ayudarnos y ayudar a otros?
Desciendan, hermanos, desciendan a las regiones oscuras, allí donde viven sus hijos y sus hermanos y hermanas; ellos necesitan su ayuda.
Es el camino que recorrieron otros, que debemos recorrer nosotros.
Estuve abajo mucho tiempo, así que sé cuántos hay a los que les hace falta ayuda.
¿Por qué siguen esperando?
¿No oyen sus gritos?
Así ustedes se crearán un estado propio y al volver entrarán en otras esferas, pero más elevadas.
Quien no vive para los demás no evoluciona.
Tenemos que trabajar y rezar, allí reside nuestra fuerza y la de todos.
Quien espera no vive, son muertos en vida.
Les exclamo a todos ustedes: ayúdenlos, a sus hermanas y hermanos.
¿No sienten la necesidad de contarles a otros de la pervivencia eterna de ustedes?
¿Decirles que viven?
¿Que su madre o su padre y sus hijos están con ustedes?
El espíritu siguió hablando con fervor, pero André sintió que seguirían, después de lo que efectivamente se fueron alejando.
—Ves que también de este lado hay que incitar al ser humano a significar algo para otros.
En la segunda esfera ya no hace falta.
Conozco al que les hablaba y me da gusto volver a verlo en este camino.
Lo conocí en las esferas oscuras; era infeliz, profundamente infeliz, y me pidió que le diera una prueba de la vida elevada.
Solo entonces podría aceptarlo.
Me mostré ante él en un estado más elevado y ahora, después de cien años, me lo vuelvo a encontrar aquí para convencer a otros.
Oíste que les contaba de una vida que vivió hace mucho y claramente conoce todas las transiciones de los sentimientos en el espíritu.
Así algunos trabajan a través de otros, y él se desarrollará por ayudar a otros.
No podría haberte dado una imagen más clara.
Su camino es el nuestro, nuestro camino es el de aquel al que crucificaron en la tierra.
Es la sagrada voluntad de Dios que sigamos Su camino.
Pude convencer a este hombre por tan solo una prueba, por la que empezó a trabajar en sí mismo.
Únicamente con actos, solo con actos se construye una morada espiritual, piedra a piedra.
Todo irradiará cuando posean interiormente estas fuerzas que han adquirido por ayudar a otros.
Esta verdad reside en cada estado que te muestro.
Pronto él también ascenderá; ya recibió su vestidura espiritual.
En la segunda esfera le espera mucha felicidad y mucho amor.
Le exclamo al ser humano en la tierra: empieza ahora, no esperes hasta llegar aquí; lo que poseas en la tierra no tendrás que aprenderlo de este lado.
Cada uno se creará su tarea ya en la tierra, y también de este lado.
Quien no sienta su tarea no está vivo y primero tendrá que despertar.
Pero eso puede tardar mucho y por eso venimos a la tierra, para aclararles que deben recorrer nuestro camino.
Una mirada en el más allá, 1936