Personalidades parciales -- Fuentes

Textos primarios de los libros de Jozef Rulof correspondientes al artículo ‘Personalidades parciales’.
Según los libros de Jozef Rulof.
Estas fuentes presuponen la lectura previa del artículo ‘Personalidades parciales’.

Personalidad juvenil

Una vez que Jozef Rulof se ha hecho adulto habla con regularidad a su personalidad juvenil “Jeus”.
Habla a la parte de su personalidad que se llama “Jeus”.
La cosmología de Jozef Rulof 1, 1944
El maestro Zelanus ha descrito con detalle la personalidad juvenil “Jeus” en la biografía de Jozef Rulof ‘Jeus de madre Crisje’.
Durante una noche informativa dice al respecto que al escribir la primera parte de la biografía estuvo “muy juguetón” para poder reflejar el carácter travieso de Jeus.
Para escribir esa biografía tuvo que aprender el dialecto, para tratar con justicia el lenguaje encantador de Jeus.
También para “aupar” a Jeus hasta la mediumnidad tenía que a hablarle en el idioma de su vida juvenil, para que sintiera confianza para con los maestros:
Y entonces, yo era muy juguetón.
Dije tantas veces como Jeus “maldita sea, encima eso”.
El ser humano mira: los maestros hablan en dialecto.
Sí, teníamos que hacerlo, y así fue, o de lo contrario no podríamos haber elevado esta vida.
Y después, a eso se añade el idioma más cariñoso de todos los idiomas que hemos llegado a conocer.
¿Por qué?
Porque ahora habla la vida.
¿No tiene el dialecto muchas cosas encantadoras?
Yo tuve que asimilarlo.
Preguntas y respuestas 6, 1951
Todo ser humano lleva dentro lo infantil:
En realidad, ha de vivirlo todo ser humano.
¡Practiquen el arte y lo serán!
¿Cuántos rasgos de carácter no tiene el ser humano?
Y aquí han recibido una vida y también una personalidad propias, además de una entidad propia por la que podrán llegar a conocerse.
Cada ser humano posee lo infantil que no muere jamás, pero que algún día adquirirá la conciencia adulta, o seguirá estando todavía en un punto muerto.
Y también es milagroso: a quien haya perdido ese aspecto infantil, o sea, a quien se sienta adulto en todo, le falta esa cosa hermosa, esos sentimientos inmaculados por los que el ser humano es encantador, por los que sigue siendo la criatura de Cristo.
¿No ha hablado Cristo sobre eso?
“Que los niños vengan a mí, porque de ellos es el reino de los cielos”... eso es ahora “Jeus” para André... pero también esa criatura está delante de la cosmología y tiene que asimilar las leyes correspondientes.
La cosmología de Jozef Rulof 3, 1944
Cuando comienza la vivencia de ‘La cosmología de Jozef Rulof’ también la personalidad juvenil de Jeus se esfuerza por hablar el neerlandés oficial, porque ahora ya no se puede hacer nada con su dialecto:
—Por supuesto, lo he visto, ¿no?
—También es un gusto que ahora nos hayamos liberado por completo del dialecto.
Ahora ya no tenemos nada que ver con nuestra juventud, y vamos a continuar conscientemente.
La cosmología de Jozef Rulof 4, 1944

Theo y Jack

El padre de Theo cuenta en el libro ‘Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe’ por qué sabemos tan poco sobre nuestras vidas anteriores.
Tenía la sensibilidad para ser médico, pero no lo consiguió porque se había reencarnado para enmendar cosas.
Su alma gemela, Angélica, le explica que fue médico en una vida anterior y que en la nueva vida, ese interés médico ha permanecido como sentimiento:
“En una vida anterior en la tierra fui médico, Theo.
Ahora no te rías, te digo la sagrada verdad.
En esa vida te conocí a ti, nos hicimos amigos.
Entonces te llamabas Jack.
¿Comprendes ahora por qué en esta vida tuve el deseo de hacerme médico?
Pero no debía ser así, estaba aquí para enmendar”.
—Pero, papá, si eso es así, entonces ¿qué ha sido de esos conocimientos que sin duda tenía como médico?
“Angélica dice que el alma, al nacer en la tierra, tiene que vivir la nueva vida y que por eso se disuelve el pasado.
Cuando despertamos en la madre y durante el tiempo en que nos hacemos niños, el pasado va desapareciendo en nuestro interior, y la nueva vida con sus nuevas leyes ocupa su lugar.
Sí que continúa formando parte de nuestra conciencia, pero entonces se ha convertido en sentimiento”.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
El padre de Theo puede explicarle a su hijo estas leyes gracias a las imágenes que le muestra Angélica, su alma gemela.
Ella muestra que cuando el ser humano sintoniza con una sola pregunta, el alma como ser humano se reconduce hacia la respuesta, al vivir una situación que responda a ella:
Angélica me mostró esas imágenes; ya en encarnaciones anteriores intentabas averiguar lo que experimenta el alma cuando, por ejemplo en un accidente, es arrancada de repente del cuerpo.
Parece extravagante poseer semejante manía, pero aquí en las esferas de luz nadie se ríe de eso.
Saben que nosotros, los seres humanos, siempre seguiremos los sentimientos que ocupan nuestra vida y todo nuestro ser.
Sí que es preciso que el ser humano sepa por qué busca en una u otra dirección.
¿Es por una cuestión de estudio, como era tu caso, o es, en cambio, por sensacionalismo?
En este último caso el hombre no gana nada espiritualmente, sino que se detiene en su desarrollo.
Te pongo por ejemplo a un grupo de personas que también se ocupan de tu problema, es decir, aquellos inventores que a diario arriesgan su vida para brindarle algo a la humanidad.
En el fondo, se preparan sin cesar para su muerte.
También a ellos les surgen entonces preguntas como esta: la de qué les sucederá si alguna vez les fuera fatal la invención en la que trabajan.
Quieren saber a dónde irá entonces la vida de su alma.
Pues si este deseo está muy arraigado en el hombre, si le vuelve una y otra vez, haciéndose así parte de él, entonces eso despierta leyes, es decir, uno llegará a encontrarse, un día u otro, en una vida u otra, ante la realización de este deseo, y entonces se vivirá cómo se desgarra el cuerpo y cómo se libera el alma con una sacudida; es cuando el propio hombre se convierte en ley.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Estas leyes cobran vida por la voluntad humana:
Sin embargo, la experiencia de Theo del libro de la Línea Grebbe es, en verdad, ciencia espiritual pura.
Quiso vivir eso y ahora la ‘voluntad’ humana está sintonizada con el suceso.
Preguntas y respuestas 1, 1950
Jozef añade:

“Todo lo que hacemos por medio de nuestra ‘voluntad’ consciente y con nuestro espíritu, o sea, lo que queremos vivir para la vida en el otro lado, así sucede y eso también rige para nuestra vida en la tierra.
Preguntas y respuestas 1, 1950
Cuando Theo repasa su propia vida, siente que fue Jack, que estaba en él, quien tomó la trascendente decisión de hacerse militar profesional:
Ahora que me sintonizaba con la decisión que me hacía aceptar el estado militar como profesión, me volvían a surgir los sentimientos que me llevaron hasta allí.
¡No salían de mí mismo pero a la vez sí que lo hacían!
Era como si moraran en mí dos personalidades, de las que una tenía predominio sobre la otra e imponía su voluntad.
Esta, la más débil, se llamaba Theo.
¿Cuál era el nombre de la otra?
Entonces me entró el nombre de Jack.
¿Era Jack la otra?
Él, pues, podría introducirme en el significado de mi decisión trascendental de hacerme militar profesional.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Jack quiso llegar a saberlo todo acerca del alma durante su vida como psiquiatra.
Lo que más deseaba saber era si el alma era indestructible, incluso ante un terrible impacto corporal.
Conversaba sobre ello en esa vida con sus amigos Angélica y su marido, que más tarde en la vida se convirtió en el padre de Theo:
Si es verdad lo que tú supones, que tuvimos varias vidas, ¿quedaría determinado con eso que tampoco se puede destruir el alma?
¿Ni por una terrible sacudida que deje el cuerpo hecho añicos?
Si ello fuera cierto, que recibimos más de una vida, solo se me complica todavía más.
Porque entonces también queda fijada en el alma la enorme cantidad de impresiones que el hombre acumuló en todas esas vidas anteriores.
Con solo pensar un momento en ello todo me da vueltas por los nuevos problemas que eso conlleva.
Sea como fuere, no deja de ser de una belleza impresionante seguir la vida del alma, intentar sondarla, descifrarla.
Si es como tú crees, que hemos vivido varias veces y que podemos volver una vez más, entonces eso me haría profundamente feliz.
Entonces querría volver a la vida, una y otra vez, hasta saberlo todo del alma humana.
Quiero hacer todo por ello.
Darme por completo si fuera necesario.
Quiero perderme, dejar que mi cuerpo se quede hecho jirones para averiguar de esa manera lo que el alma vive entonces.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Cuando Theo analiza después como espíritu su vida terrenal, comprende que Jack empezó a dominar cada vez más su ser interior a medida que fue acercándose el suceso que este estaba estudiando.
Finalmente, este empieza a dominar a Theo, porque la personalidad con el desarrollo más fuerte toma las riendas:
Siendo Jack, no tengo más que un objetivo que me impulse.
Recibí la vida para enmendar y vivir cosas.
Ahora estoy ante esas vivencias.
Mi vida como Jack, que es un erudito, trasciende mi conciencia como Theo.
Pero más tarde harán la transición el uno en el otro.
Eso es lo que siento ahora.
Entonces —después del acontecimiento que me espera— la vida de Jack será completamente predominante, y esto es posible porque en la vida de Theo no viví nada que sacudiera mi alma.
Ahora voy a sentir más profundamente y eso a papá se lo agradezco mucho.
Es tremendamente instructivo lo que voy a sentir y a procesar.
Cada vez tengo más claro que no es Theo quien lo quiere vivir, sino Jack.
Theo no tenía sentimientos como erudito, no sabía nada de este estudio, eso era algo de Jack.
En esta última vida en la tierra soy Theo y pertenezco a papá.
En aquella otra vida también existía, sin embargo, un lazo entre nosotros: era mi amigo.
Así es posible que ahora me ayude, lo que de otra manera quizá habría resultado inconcebible
Ahora empiezo a ver lo complicado que es el ser humano.
En Jack se ha hecho el silencio.
Theo ya solo forma parte en un veinticinco por ciento del cien por cien que soy.
Para él no hay guerra ni horror, todo lo ve como en un sueño.
Jack, en cambio, es muy consciente, está sintonizado con un solo punto y se prepara para vivir la experiencia.
Papá le ayudó a hacerlo.
Ahora toca quedarse a la espera de lo que vaya a suceder.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Jack sigue construyendo, también en las esferas de luz, sobre vidas con un significado espiritual:
Luego, Jack irá desplazando por completo a Theo cuando este haya concluido su vida.
Jack arde en deseos de empezar, quiere seguir su estudio, quiere hacer algo para la ciencia y por tanto para la humanidad.
De esas dos personalidades en mí es Jack quien puede aportarme algo bueno, algo útil.
En las esferas solo seguimos edificando las vidas en las que nos afanábamos por una tarea, un cometido, que tuviera significado espiritual.
Por eso es imprescindible que la vida de Theo se vaya hundiendo en mí, porque no tiene nada que aportar al mundo: vivió el mundo como un niño pequeño y despreocupado.
Oh, qué claro y real es todo.
La intensa e incesante ambición de Jack de conocer el alma, en aras de la humanidad sufriente, lo ha convertido en una personalidad que se fue fortaleciendo en cada vida subsiguiente.
Es esta la personalidad, este el mundo de los sentimientos, este el Jack cuya voluntad de servir y cuya animación desplazan otras personalidades en mí.
Es él también quien una vez llegado a las esferas busca de inmediato los caminos que lo puedan conducir a la realización de sus ideales.
De otra manera no podría ser.
Quiero estudiar, padre, saber todo aquello que mi espíritu pueda procesar.
Quizá entonces se me conceda volver alguna vez a la tierra.
Es algo que anhelo, padre.
No deseo otra cosa que volver a nacer.
Quiero ayudar a la ciencia, comunicarle todo lo que se me concede experimentar aquí en relación al hombre y la vida de su alma.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Jack quiere reencarnarse de nuevo para llevar conocimientos espirituales a la humanidad.
El padre de Theo explica que este deseo pone en movimiento leyes por las que se reencarnará antes que otras almas, que solo sintonizan con ellas mismas:
Recibimos nuestras vidas para adquirir experiencia en ellas, para combatir nuestros rasgos equivocados y para enmendar los males cometidos.
Y las últimas tres vidas que se nos asignan sirven para que encontremos el equilibrio espiritual.
Entonces nos recuperamos de todo lo imponente que hayamos vivido y asimilamos la conciencia más elevada.
¿Sientes el orden en esto?
—Lo comprendo, padre, pero quiero seguir reflexionando mucho tiempo sobre estas cosas poderosas.
¿De modo que ahora, padre, puede considerarse a sí mismo espiritualmente consciente?
—Sí, hijo mío, se me concedió asimilarlo.
Comencé con ello en vidas anteriores y en mi última vida pude hacer la transición en ella.
—Si lo comprendo todo bien, padre, ya estuvo usted varias veces de este lado para regresar desde aquí a la tierra.
—Así ha sido.
Dios me dio esta gracia.
A Angélica se le concedió vivirlo, y con nosotros a millones de personas más.
—Pero ¿tan fácil es entonces recibir la vida en la tierra?
—Si estamos trabajando en nuestra conciencia, si queremos servir y abrigamos el deseo de trabajar en la tierra, entonces despertamos una ley, y esta incluso antecede a todas las demás.
—¿Es por Dios, padre?
—Por las leyes cósmicas del bien y del mal, Theo.
—¿A dónde me conduce esto ahora, padre?
—Te lo explicaré.
La ley que despertamos nos reenvía a la tierra, en concreto para mantener allí en equilibrio la balanza del bien y del mal.
Esta ley es tan importante y por eso se cumple antes que todas las demás, porque —como ya sentirás— pocas cosas saldrían bien en la tierra, o incluso ninguna, si allí no vivieran los grados superiores de conciencia.
¿Sientes lo que significa esto?
—Si lo comprendo bien, el asunto es que si yo quiero el bien y otra persona quiere el mal, ¿la precedo y recibo allí la vida?
—Sí que tocas la realidad, pero no del todo.
A las almas sintonizadas con las tinieblas no les corresponde querer nada: tienen que volver.
Es lo que exige su sintonización. ¿Cómo iban a querer elevarse, avanzar, si se les privara de la vida en la tierra?
Pero ¿qué sucedería si estas almas tenebrosas empezaran a predominar en la tierra?
—¿Así que Dios hace que haya un equilibrio?
—Sí, por Él hacemos la transición a las leyes de la vida y la muerte.
Entonces recibimos una tarea en la tierra y pronto somos atraídos hasta allí.
—Pero sobre esto no leí nada en la tierra, ¿no es así, padre?
—No, allí aún no está esa sabiduría.
No sería comprendida allí, porque afecta a las leyes cósmicas.
Pero ya llegará a la tierra, serán los propios maestros quienes la llevarán allí.
—O sea, para la nueva era que ahora se avecina.
—Para eso, hijo mío, y cada uno de nosotros en las esferas está dispuesto a entregarse por completo con ese fin.
—Yo también quiero trabajar, padre, ayudar a los maestros en su tarea.
Pero entonces seguramente tendré que aprender mucho todavía, ¿no?
—Sin duda, hijo mío, pero llegarás a ese punto.
Empieza sin preocuparte por eso, así luego estarás preparado cuando recibas las leyes para tu tarea.
Pero primero tendrás que hacer trabajo para Angélica y su maestro.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Ese trabajo es la escritura del libro ‘Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe’.
En él describe lo que lleva estudiando desde hace siglos:
Averiguaba los cuadros patológicos que a resultas de sacudidas padecidas carcomían el cuerpo y el alma.
Me ocupaba de esta investigación vida tras vida, exploraba siempre más allá y más en profundidad, pero ni siquiera en mi vida de erudito alancé el conocimiento completo.
En mi última vida sufrí incluso la sacudida más tremenda que el hombre puede padecer: el estallido de mi propio cuerpo.
Así se cumplió el deseo que me había acompañado en todas esas vidas de investigación.
Quería experimentar la sacudida en mi propia carne, porque así me parecía que alcanzaría conocimiento, además de la meta de mis estudios desde hacía siglos.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Semejante estudio no puede llevarse a cabo en una sola vida:
En una sola vida eso sería imposible.
Una vida humana ya es demasiado breve para transformar un solo rasgo malo en uno bueno.
¿Y cuántos rasgos no forman parte de nuestro carácter?
¿Y podría elevarme en una sola simple vida hasta alcanzar altura en el arte, en la ciencia?
¿Puedo asimilar en una sola vida un mundo de sentimientos?
¿Podría prepararme en una sola vida para un cielo?
Hay millones de leyes que gobiernan la vida de Dios, he de conocerlas todas de forma consciente: ¿Lo conseguiré en cincuenta, sesenta años?
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942

¿Quién en nosotros lee estos artículos?

Durante una noche informativa hay un oyente que se refiere a una conferencia que dio el maestro Zelanus.
Se había hablado sobre las cuatro personalidades parciales que se pueden distinguir en la vida de Jozef Rulof: Jeus, Jozef, André y Dectar.
Dectar es el sacerdote del Antiguo Egipto de quien se habla en el libro ‘Entre la vida y la muerte’.
El oyente no comprende cómo esta alma perdió el conocimiento místico de Dectar durante vidas posteriores:
(Señor en la sala):

—Quisiera volver un momento a la conferencia del domingo de la semana pasada”.

—Bien.

—Allí se habló sobre las cuatro personalidades en la persona de Jozef.

—Estupendo.

—Y se habló de Dectar...

—Sí.

—... que desempeñó el sacerdocio en los tempos y que fue un “alado”.

—Sí.

—De André, Jeus y Jozef.

—Sí.

—Y si ahora tomamos a Dectar, a ese “alado”, como sacerdote...

—Sí.

—... entonces en realidad es inexplicable cómo pudo y tuvo que perder su sacerdocio en todas esas vidas.
Preguntas y respuestas 2, 1951
Jozef responde que nunca perdió esos sentimientos sacerdotales:
—¡De eso nada!
(Gente en la sala):

—No.
(Señor en la sala):

—Dectar no.
—¿Qué es el sacerdocio?
¿Qué es?
Preguntas y respuestas 2, 1951
Jozef rebota la pregunta al oyente:
¿Quién en usted desea estar sentado aquí? ¿Qué es eso de usted?
(Señor en la sala):

—Yo mismo.
—¿Este que nació aquí en La Haya?
(Señor en la sala):

—Bueno, probablemente, no.
—Esa es la cuestión.
Quizá también sea alguien del templo, señor, porque usted sabe pensar con agudeza, hace buenas preguntas, sabe pensar con agudeza, pero ha empezado a tener un enorme deseo de leer esos libros, de escucharme, en esta vida, ahora.
Señor, ¿lo aprendió aquí, en La Haya?
(Señor en la sala):

—Nunca jamás.
—Esa es la cuestión.
Ese Dectar en mí es la mística, o sea, rasgos de mis sentimientos de ahora que están abiertos a la mística.
Preguntas y respuestas 2, 1951
¿Qué dimensión tiene la parte de nuestra personalidad que quiere enriquecerse espiritualmente?
Hace un rato le dije al señor Van Rossen: “Usted se llama Nico, ¿no es así?”.
Pues, este..., este que ahora es este hombre tiene que ver con el niño de antes.
Esta personalidad escucha y quiere anhelar, pero ese hombre, ese niño de antes, sigue viviendo en su interior.
Y ¿pensaría usted que esa criatura ya es consciente también?
¿No lucha usted a diario contra los sentimientos de antes que aún viven en su interior y a las que todavía les falta mucho para querer mística?
¿No hay sentimientos en ustedes, señoras y señores, a los que todavía les parece lo más normal del mundo, pero a los que les falta mucho todavía para formar parte de las investigaciones espirituales?
Todos esos sentimientos en ustedes, ¿se han puesto a anhelar? ¿Tienen hambre?
¿Quién está escuchando aquí?
Pero allí hay mucho.
Pero es que lo son todos ustedes.
Y así, dice el maestro Alcar, es como se van a comprender a ustedes mismos.
Y nosotros tenemos que ver con su juventud.
¿Es que no hacen nada que tenga sintonización en su juventud o en lo que hacían hace veinte años cuando repartían palos a diestro y siniestro?
Y ahora ese, ¿qué va a...?
¿Quiere decir usted que todos esos rasgos del carácter de antes, de esos tiempos de diez, veinte años atrás..., quiere decir que ya formaban parte de ese deseo y anhelo?
Preguntas y respuestas 2, 1951
Quizá solo dejamos a una parte de nuestra personalidad gestionar la tarea social con la que nos ganamos el pan:
Y, señor y señora, todo eso lo son ustedes; ¿han logrado llegar en todos sus rasgos al punto de que todos son espiritualmente armoniosos?
¿Están todos aquí?
“Eso se lo puede contar usted a su abuelo”, dice Frederik, “pero es imposible”.
¿No es justo eso?
(Señor en la sala):

—Desde luego.
—Tienen ustedes dos, diez, veinte personalidades, tienen un nombre.
Ustedes en sus trabajos son aquellos, pero ¿tienen ustedes en su trabajo una veracidad espiritual igual que la que nuestra doctrina nos dice que hemos de tener, que hemos aprendido?
Preguntas y respuestas 2, 1951

Personalidad múltiple

A veces una personalidad parcial puede ser problemática:
Aunque hoy se llame Mientje o Anneke, en dos semanas tendrá de esos aires raros, y entonces su marido ya no comprenderá, porque entonces será: Señora Anna.
(Jozef imposta la voz). Entonces dirá: “Quiero otra cosa”.
Entonces aparecerá algo elevado, saldrá a la luz algo de la nobleza.
Y entonces dices: “Oye, ¿de dónde sacas esos pensamientos extraños?”.
“¡Dinerito!”.
Y cuando el marido no me entiende entonces y ella no lo entiende, eso adquirirá una conciencia aún más fuerte, y tendremos una riña.
Dirá ella: “Vete, que eres un agarrado”.
Y si la mujer no es fuerte en su amor por su familia, mirará al otro que sí tenga dinerito.
Y entonces decimos: “Qué milagro es eso, o qué maravilla.
Me abandona, sin más”.
Pero, señor, puede ser el pasado de ella.
Porque no se entiende a sí misma.
Claro, ahora pensarás: ‘A ese todo le parece bien’.
Pero el ser humano es así de profundo.
Preguntas y respuestas 4, 1952
El ser humano que no acepta el renacimiento no llega a conocer del todo la personalidad:
(Señor en la sala):

—Eso es algo que la sociedad todavía no quiere aceptar.
—Es que la sociedad no puede aceptarlo.
(Señor en la sala):

—No, claro que no.
—El psicólogo dice: “El ser humano está por primera vez en la tierra.
Cuando nace un niño, es por primera vez.
Porque Dios sigue haciendo nuevas almitas”.
El psicólogo no puede hacer nada y no puede aceptar el renacer.
Preguntas y respuestas 4, 1952

División de la personalidad

Frederik cuenta en el libro ‘Las máscaras y los seres humanos’ cómo René le explica el suicidio de Vincent van Gogh.
Este podría haber evitado matarse de esa manera si hubiera podido hacer una reflexión más profunda:
“Van Gogh”, dice, “no tenía por qué haber perdido la vida si hubiera sido capaz de pensar.
Pero esa alma pensaba mal.
En lo que tendría que haber pensado no se le ocurrió”.
Las máscaras y los seres humanos, 1948
Cuando Van Gogh agarró el revólver no sabía que iba a destruirse:
Van Gogh vivía su arte por su alma, y sin embargo, ¿quién nos dice que dejó hablar su alma con toda su fuerza?
Yo lo veo de otra manera.
Van Gogh vivía el arte, pero se estrelló por sus vivencias.
Entonces agarró un revólver y se disparó en la cabeza.
Te apuesto, Frederik, que no sabía que se destruiría, porque entonces no lo haces.
¿Sientes lo que quiero decir?
Las máscaras y los seres humanos, 1948
Solo un diez por ciento de su personalidad apretó el gatillo:
Van Gogh tampoco sabía lo que hacía en el momento de su acto.
En el momento de su caída, hubo algo que le forzó a ese estado, pero él como artista y personalidad estaba al margen y podría haberse contemplado a sí mismo.
Pero debido a que desconocía las leyes se derribó a sí mismo.
¡Y ese es el mundo para el “alma”, y el espacio para nuestro “espíritu”!
Para Vincent fue una división de la personalidad.
No supo razonar su estado porque no era capaz de pensar: entonces hablas con tu propia vida y ¡también tiene algo que decir la otra vida!
¿Lo sabías, Frederik?
Entonces Vincent estuvo ante el suicidio, pero solo por los pelos; quiero decir: como mucho en un diez por ciento, un diez por ciento de contenido vital, de impulso; el resto de su gran carácter no participó.
Las máscaras y los seres humanos, 1948
Esta división de la personalidad no solo es peligrosa para el suicidio:
¿O pensabas, Frederik, que los asesinos siempre quieren perderse a ellos mismos con todas sus fuerzas?
¿Pensabas que los seres humanos no somos capaces de cometer un asesinato con un diez por ciento de fuerza de voluntad?
Desde luego que lo creo, porque las propias cosas vienen a contártelo.
Las máscaras y los seres humanos, 1948

Ese yo particular

Cuando André va a comenzar su obra más importante, ‘La cosmología de Jozef Rulof’, tiene que unificar en una sola concentración todos los pensamientos de todas sus personalidades parciales:
Y entonces, André sintió ya en este instante que su Jeus, su yo de ‘s-Heerenberg se adaptará al estado en que vive ahora, y que esto finalmente y a fin de cuentas es necesario.
Pero justo ahora, ahora todo pensamiento tiene que ayudarlo y apoyarlo.
Tiene que empezar a entregarse al cien por cien para la fuente de la cosmología.
Conferencias 3, 1952
En cada ser humano todas las personalidades parciales al final tendrán que formar parte de ese yo particular:
Siente que su otro yo, que esos rasgos de carácter despiertan.
Empieza a sentir que también Jeus llega a la concienciación.
Ese Pepito, ese Nachito y ese Paquito, digamos, Juan, ese Juan, ese Germán, ese Ignacio y ese Nicolás —¿cómo se llaman los nombres?—, esos Migueles, tienen que representar ahora el nombre como una personalidad y ya no serán Pepitos, ya no serán Juanitos, eso tiene que formar parte de ese único yo.
Y que lo entregaré todo para comenzar la vida verdadera, el viaje a la fuente que lo ha creado todo.
Conferencias 3, 1952
En las esferas de luz ya no hay sitio para diferentes personalidades parciales:
“Jeus y Jozef” se han disuelto ahora y ya no los conoce.
Pero también ellos llegarán a conocer estas leyes y las asimilarán.
Antes de irse de la tierra, o sea, de entrar aquí al ataúd, también elevará a Jeus y Jozef dentro de sí, y ha de hacerlo todo ser humano; en las esferas de luz ya no hay cuestión de la división de personalidad.
La cosmología de Jozef Rulof 2, 1944