Textos primarios de los libros de Jozef Rulof correspondientes al artículo ‘Nuestra conciencia en Marte’.
Estas fuentes presuponen la lectura previa del artículo ‘Nuestra conciencia en Marte’.
Nuestra forma física
Cuando las primeras almas humanas llegaron a Marte, este planeta aún no se había densificado hasta alcanzar una forma material.
Seguía siendo una bola de plasma espiritual, formada por la energía densificada que se liberó después de la división cósmica.
Al igual que en otros planetas, el alma comenzó con su primera vida usando una pequeña porción de esta energía espiritual del planeta madre para formar su primera célula simple:
Y eso es de nuevo un planeta madre que está preparado, que ha sido hecho más denso por los planetas de transición hasta la conciencia semidespierta, o sea, aún en estado espiritual, para poder captar el alma humana.
Las máscaras y los seres humanos, 1948
Cuando el alma hubo construido su cuerpo a través de miles de grados de vida materiales hasta alcanzar la figura de un ser humano primigenio, el clima de Marte se podía comparar con la prehistoria en la tierra:
Miren estos seres humanos primigenios, este ser animal, y verá su era prehistórica para este planeta, más adelante se verán en la tierra y solo entonces podrán aceptar que se ha creado el universo para el ser humano.
Marte produjo siete grados de vida consecutivos, pero esas leyes las llegamos a conocer para la “Omnimadre”, y siguen presentes.
Ahora vivimos esas leyes de densificación por medio del organismo humano.
Pues bien, el grado de vida más elevado, el séptimo, domina aquí los grados que viven debajo de él, pero todos esos millones de seres humanos viven dispersos por el planeta.
Por supuesto que aquí la vida es ruda y difícil, pero ¿cómo fueron las eras prehistóricas en la tierra?
La cosmología de Jozef Rulof 3, 1944
No solo era más grande que el primer planeta en que el alma había comenzado su viaje cósmico, la vida material en Marte también vivía un tamaño mayor:
El tamaño del planeta se transmite a la vida, es por eso que vemos este animal gigante, cuyas leyes ha materializado también la tierra, y cuyas eras prehistóricas ha demostrado.
Así que Marte describe una órbita con justicia cósmica alrededor del sol, y está en armonía con el universo, con la vida, desde luego con la madre naturaleza.
Cuando el ser humano para el estadio actual dice: “En Marte no podemos vivir, esa atmósfera es demasiado dura y demasiado ruda”, entonces podemos decir: “Tiene usted razón, pero ¿sería capaz de vivir todavía ahora todavía la era prehistórica para la tierra?”.
¿Cómo era la criatura de la madre tierra para esas eras?
Cuando hayamos llegado a ese punto, hermanos míos, volverán a ver su era prehistórica; ya se lo dije: también la tierra ha creado esos tiempos.
Al ser humano le toca vivir, además, lo que el planeta posee, y esas son las leyes de dilatación espaciales para la vida humana y animal y para la madre naturaleza.
La cosmología de Jozef Rulof 3, 1944
Nuestra conciencia
Nuestra conciencia surgió por la necesidad de encargarse de la comida:
Esto se convertirá en los rasgos humanos.
Estos rasgos nacieron por el empuje de los sistemas materiales.
Por tener la obligación de vivir por medio de ella, de comerla y beberla, el alma humana alcanzará una conciencia más elevada.
Archives, 1945
Nuestra personalidad nació por la vivencia del cuerpo material:
Lo oyen, hermanos míos: debido a que el alma humana despertara, a que fuera construyendo su cuerpo material, despertó la vida interior y surgió la personalidad.
Fue en esto que se adentró la primera conciencia humana.
Archives, 1945
Los maestros llaman “preanimal” al grado de sentimientos de esa personalidad en Marte.
La conciencia que ha construido la personalidad en la tierra ya ha avanzado más que cuando todavía nos encontrábamos en el agua:
Aquí el alma humana tiene conciencia preanimal, porque ha alcanzado el espacio.
O sea, toda la vida que vive en las aguas experimenta un grado de vida inferior que para la creación divina no participa de ninguna manera en los estadios conscientes que tiene el animal terrestre y por los que puede acceder a un mundo más elevado.
Archives, 1945
El alma ha creado una forma material por medio de sus fuerzas básicas, el alumbramiento y la creación.
Al vivir su cuerpo, el alma empezó a tener sensaciones que más adelante se convirtieron en experiencias y que finalmente fueron construyendo una personalidad:
No obstante, ¿qué nos han enseñado las leyes de revelación divina?
Que como seres humanos comenzaríamos a con las revelaciones.
Y miren, si seguimos a la madre luna, se nos ha concedido vivir miles de milagros.
Y esos milagros en estado material y espiritual nos pertenecen.
Dieron evolución a nuestra vida, pero sobre todo la comprensión para poder vivir, de cómo actuar, si queríamos poder continuar nuestra vida.
Y también se nos reveló ese milagro, porque llegamos a tener el control del renacer.
Y aun así hay muchísimas más cosas que asimiló el alma en estos siglos según los planes de Dios.
Pues bien, cada tejido material sirvió al alma.
Ese tejido quería que el alma le infundiera alma, y esa animación obligaría a la personalidad interior como alma a aceptar su empuje.
¿Cómo se aceptó ese empuje?
Hizo que el alma adquiriera sus rasgos.
La vida se amplió.
Pero al ampliarse la vida, el alma estaba venciendo el espacio infinito de Dios.
Siguió construyendo sus reinos del cielo.
Vemos de esta manera que el alma evolucionó, adquirió una personalidad, y esta es aquí preanimal.
Archives, 1945
Al primer grado de conciencia también se le puede llamar “instinto”:
Aquí en este planeta nació la primera conciencia para el alma, porque hizo que su cuerpo fuera capaz de hacerlo.
Así que por medio de la vida material goza de un grado de vida consciente y preanimal.
Por tanto, el primer grado de vida del alma humana se puede vivir aquí, porque solo ahora podemos comenzar a trabajar en el instinto humano.
Archives, 1945
En Marte, los sentimientos preanimales eran el estadio final:
¡Esta vida crea e infunde alma!
Alcanzará una altura, como la que conoció la tierra en sus eras prehistóricas.
Esta es la sintonización de Marte para cada uno de los grados de vida, por lo que podemos aceptar que Marte siguió siendo preanimal y que ningún grado de vida espiritual ha nacido aquí.
Porque no es posible.
Así que lo que seguimos y viviremos es preanimal.
Vivimos en la tierra los grados de vida animales y las leyes para el cuerpo humano y la vida del alma.
Archives, 1945
No fue sino hasta en la tierra que el alma alcanzó los sentimientos animales:
Todos los grados que ella creará siguen siendo preanimales, solo en el planeta tierra creará los grados de vida animales por los que constatamos que su vida es como la del animal.
Archives, 1945
Los sentimientos preanimales pertenecen al cuerpo preanimal que todavía no ha recibido la refinación que alcanzará más adelante en la tierra:
Pero para la cosmología es un estado preanimal del grado de conciencia de la vida, que de esta manera ha recibido un cuerpo.
Y el cuerpo constata el grado de vida preanimal, el cuerpo representa ese grado de vida.
Archives, 1945
Los sentimientos preanimales todavía no tienen una conciencia propia, solo quieren vivir:
Quiere vivir, pero tampoco más.
Archives, 1945
Esta vida puede comer y beber y reproducirse:
Puede comer y beber, y es capaz de engendrar nueva vida.
Archives, 1945
El alma ha alcanzado este estadio viviendo la maternidad y la paternidad, como se comenta en el artículo ‘Nuestras primeras vidas como células’:
¿Qué son las leyes principales para el alma humana que la conducen a esta existencia edificante?
¿Que exigen que continúe esta vida?
¿Que le dan espacio, fuerza y conciencia según avanzará su vida?
¡La paternidad y la maternidad!
Son estas leyes las que la dominarán a lo largo de cada uno de los grados de vida, y por las que ella recibe su renacimiento.
Archives, 1945
La conciencia preanimal aún desconoce los conceptos humanos como “bueno” y “malo”:
Si más adelante queremos analizar la conciencia de Marte y comenzar con una breve contemplación, de todos modos se verán ante el grado de vida preanimal, porque esto no son actos humanos que surgen por medio del alma.
Esta vida en todos estos estadios no sabe que no hace bien ni mal.
Si el estadio selvático de la tierra, que como sea pertenece al tercer grado de vida cósmico, ni siquiera lo sabe, ¿qué decir entonces de estos habitantes de Marte en estado preanimal?
Veremos que el planeta Marte no ha podido crear ninguna conciencia humana, porque no ha recibido esa tarea, puesto que el alma no ha alcanzado todavía ese punto.
Porque el alma está evolucionando.
Archives, 1945
Cuando los maestros se conectan en sentimientos y se hacen uno solo con los sentimientos preanimales, perciben que quienes poseen el cuerpo más fuerte del grado de vida material más elevado toman posesión del planeta:
No entiendo nada de toda esta vida, porque soy uno solo con esta conciencia, todavía tengo que despertar para los pensamientos y los sentimientos humanos.
¿Cómo se siente esta vida?
Soy por completo uno con el grado de vida que tiene que vivir a mi vida.
Empiezo a sentir que he alcanzado lo más elevado y que todos los demás grados de vida tienen que seguirme.
No me atrevo a alejarme de mi entorno, de los demás grados de vida, porque aquí acecha el peligro.
¿Ya soy un ser humano?
¡No lo sé!
No podría explicar estas leyes, únicamente tengo sentimiento preanimal.
Por esto comprendo mi propia especie y me conectaré con ella.
Archives, 1945
El hombre y la mujer se reproducen como animales, sin comprender lo que hacen:
Vivimos nuestra propia existencia.
Me sigue el animal que es mi madre.
No sabemos por qué nos seguimos el uno al otro.
¿Es esto amor?
¿Quién hizo que adquiriéramos estos sentimientos?
Creé nueva vida, pero no la comprendo.
Aun así, el sentimiento para ello está presente en mí.
Estos rasgos como sentimiento ¿han tomado conciencia en mi vida?
No se lo puedo explicar, todavía no he alcanzado esa concienciación.
Archives, 1945
Su vida se compone de comer, beber, dormir y reproducirse:
Vivimos, crecemos; comer, beber, dormir y generar nueva vida son las leyes para nuestra existencia.
Archives, 1945
El hambre y la sed les da empuje:
¿Cómo se siente la gente cercana a mí?
Nuestros sentimientos y pensamientos son limitados.
Puedo percibir esa vida, sé lo que quiere, pero no hay más conciencia.
¿Cómo tenemos que tomar conciencia?
Me siento y dormiré, solo el hambre y la sed me despiertan.
Entonces empiezo a tener empuje.
Aprendo así, también la que pertenece a mi vida.
Archives, 1945
Al producir el cuerpo la sensación de hambre, la personalidad desarrolló una conciencia para aplacarla:
¿Gracias a qué adquirí como alma la conciencia?
Por mi organismo.
Busqué alimento porque los sistemas materiales querían recibir la animación material.
A mí, la conciencia me la dieron los sistemas materiales.
Si no hubiera podido evolucionar de esta manera, si el proceso de crecimiento y florecimiento se hubiera completado de otra manera, no habría adquirido ninguna conciencia más elevada ni diferente.
Así que una cosa depende de otra.
Archives, 1945
Así la vida adquiere instinto:
Buscó alimentos y al hacerlo hizo la transición un grado de sentimientos: el instinto.
El origen del universo, 1939
En la tierra, la búsqueda de comida requirió más esfuerzo que antes en el agua, donde la comida pasaba flotando.
Al buscar más activamente, los sentimientos adquirieron más empuje y se desarrolló el instinto.
Más tarde, la personalidad empezó a edificar la voluntad propia para asegurarse mejor de alimento:
Ahora hemos llegado al instinto.
Es decir, aquí despertó aquello que se llama instinto.
El ser humano pero preanimal sintió hambre, ocasionada y suscitada por el organismo material.
Llegaría a la autonomía y así fue, pero a la par el instinto.
Porque ahora el ser humano vivía en el planeta, lo que no era posible en el primer grado, y seguramente te habrá quedado claro que aquí el ser humano despertaría.
Debido a que el ser humano hubiera aceptado ahora un mundo existencial y hubiera llegado hasta este punto, dio a la vida interior vivencia, experiencia, y esta vivencia fue un empuje proveniente desde el interior que se reveló en hambre.
Ves: nuevamente esa unión en todo, pero que una cosa despierta a otra, porque ese empuje del organismo material hizo la transición en la vida del alma.
Aquí nació, por lo tanto, el instinto por medio del organismo material; también fue en este planeta que el ser humano hizo la transición en su propia voluntad y que la usó.
El origen del universo, 1939
Lo que queda en los sentimientos de los miles de reencarnaciones en el segundo grado de vida cósmico es sobre todo el conocimiento de dónde se puede encontrar el alimento necesario:
También aquí había vida, vivió el ser humano y volvió miles de veces, para alcanzar su estadio más elevado.
El ser ya no recuerda nada de lo que vivió en esos tiempos, pero el alma posee toda esa sabiduría vital, lo que se revela en esta vida.
Esta revelación es la búsqueda de alimento y se encontró, porque el planeta estaba preparado para recibir esta vida.
El origen del universo, 1939
En primera instancia, esta personalidad buscaba su alimento sola y se protegía resguardándose debajo del suelo, más adelante empezó a formar un rebaño con otros y pasaron a vivir encima de la tierra:
Primero vivió debajo de la tierra, ahora como una gran manada, juntos y en la tierra.
Archives, 1945
Cuando el maestro Alcar mostró el estadio de desarrollo del alma en Marte a Jozef Rulof (André), este se dio cuenta de que aquí todavía no se había desarrollado un idioma humano:
André vio seres humanos.
‘Dios mío’, pensó, ‘¿son seres humanos?’.
Ni siquiera un depredador era como estos seres.
Tenían un aspecto salvaje y feroz.
Eran grandes seres vigorosos e irradiaban una fuerza primigenia que lo hacía temblar y estremecerse.
Vio un conjunto de cientos de estas personas.
Las oía hablar, pero no era hablar, eran uno terrible griterío.
El origen del universo, 1939
Durante la recolección de alimento el alma como personalidad llegó por primera vez en su viaje cósmico a los actos disarmónicos de cara a sus semejantes.
Este acontecimiento se comenta en el artículo ‘Armonía’:
La muerte no existe.
Volvemos al mundo material.
Nos atrae otra vida y luego vivimos las mismas leyes.
La naturaleza cambia, nuestros cuerpos se hacen más grandes y fuertes.
Por dentro llegamos a infundir alma, a actuar, alcanzamos la disarmonía con este mundo.
Se van despertando rasgos que pueden destruirme.
Veo que en los primeros grados de vida estuvimos en armonía con esta vida, pero conforme voy avanzando, voy viviendo los grados de ida elevados, estoy rebelándome contra las leyes vividas.
Seguramente han de entenderlo: ahora estoy ante la disarmonía, he profundizado en fenómenos que no pertenecen a mi vida.
Y los constataremos más adelante.
Archives, 1945
La disarmonía consiste en matar a otros seres humanos.
El grado de los sentimientos preanimales se caracterizan por el canibalismo:
—¿Son caníbales, Alcar?
—Todos, André, no hay ni uno que no lo sea.
En el estadio inicial de este planeta también ellos vivían de manera separada, como lo acabamos de ver en esa última transición.
Pero durante los muchos siglos que han pasado ha llegado a haber un cambio en eso.
El ser humano que vive aquí se ha concienciado, pero esa conciencia es preanimal.
Aquí se acaba con lo que no tenga resistencia, lo que no pueda protegerse.
Aquí manda el derecho del más fuerte, porque a los débiles se les aniquila.
Viven cerrando filas y se sienten superiores.
En todo se les sigue y de esta manera vemos un conjunto de miles de ellos, que a su vez han formado diferentes grupos.
Parten a la lucha y erradican todo lo que vayan encontrando.
Desde el principio de su juventud están sintonizados con eso y cuando hayan cumplido la edad para ello, se acoge a los jóvenes en el grupo.
El origen del universo, 1939
Se masacra a las personas con un cuerpo menos fuerte de otro grado de vida material:
Así que aquí se aniquila a quienes hayan alcanzado los primeros grados de desarrollo material.
Ya te dije que conviven en grupos.
Los lideran los más fuertes de todos y cuando se produce un encuentro, es terrible.
Se pelea hasta que los demás hayan quedado vencidos.
Entonces continúan, pero aun así permanecen en su propio entorno, pues se sienten allí los verdaderos soberanos.
Quien se aventure a ir allí está irremediablemente perdido y es liquidado.
Son arrastrados a sus campamentos y, como el animal en la tierra, desollados y comidos.
Esto ocurre según la naturaleza, porque aquí no se sabe de asar o emparrillar.
El ser humano no lo inventó sino hasta en la tercera era en la tierra, e hizo la transición en un estadio más elevado de desarrollo.
Estos seres son preanimales y por lo tanto no sabían nada de asar, pero el organismo material podía procesar todo esto, porque los órganos internos estaban sintonizados en eso.
Así que todos son caníbales y esto forma parte de su vida y sintonización, y es el segundo grado.
El origen del universo, 1939
No obstante, esta manera de actuar ya indica una forma de conciencia, puesto que la personalidad aprende aquí a ser fuerte y mantenerse así:
Sin embargo, siempre despiertan, porque este es el primer grado de conciencia que se percibe aquí y que ellos poseen.
Al actuar de esta manera, de cualquier modo ya van siguiendo un propósito, y es ser fuerte y seguir así, y protegerse de la perdición.
El origen del universo, 1939
En el anterior planeta de transición la personalidad aún no había alcanzado esta conciencia, y la fuerza interior todavía no se empleaba para conquistar comida, por lo que allí todavía había cierta serenidad:
Mira allí, la última transición al segundo grado.
El origen del universo, 1939
En este planeta queda aún un poco de tranquilidad, pero en el segundo grado ha despertado la conciencia preanimal.
El origen del universo, 1939
Allí reinan el homicidio y la violencia; aquí hay sosiego y paz.
Todo esto indica que este ser humano interior aún no es consciente.
El origen del universo, 1939
En Marte, la personalidad ha alcanzado los sentimientos preanimales.
Esta personalidad aún no es tan individual y específica como la personalidad humana que conocemos en la tierra.
En Marte, es todavía principalmente el cuerpo que se vive lo que determina el sentimiento.
Un nuevo cuerpo da otras experiencias, mientras que la vida anterior se ha hundido en el subconsciente sin que haya quedado mucho “carácter”.
Cuando el maestro Alcar enseña a André la vida interior de un hombre en Marte, ya no se ve en ella el rostro de la vida anterior, como sí ocurre en la tierra:
André miró este ser humano, se tendió para dormir.
Estaba completamente desnudo y peludo como un animal.
Su cuerpo era grande y fuerte.
Un gigante en la tierra era un enano en comparación con él.
—Ves, André: este ser humano posee la vestidura masculina, pero veo más cosas, y percibirás ahora qué son.
Te conectaré con su vida interior.
Verás el pasado, porque sigo conectado con él.
André empezó a ver.
Vio una escena delante de él y comprendió lo que significaba.
Era el primer grado material que el ser humano había aceptado en este planeta.
Conocía esos grados materiales, había siete.
—¿Ves este estado, André?
—Sí, Alcar, ¿es el primer grado material?
—Muy bien, André.
Mira ahora este ser humano.
Vive en él la vida que infunde alma y que estuvo allí en el primer grado, y él ha depuesto esa vida y ese organismo.
La vida interior volvió cientos de veces en un organismo material antes de alcanzar el grado material más elevado para este planeta.
Pero este ser hizo la transición y volvemos a ver la vida interior, aunque sea en otra vestidura.
Sin embargo hay más, y te mostraré otra vida.
Nuevamente, André empezó a percibir.
Ante él vio a una madre con su hijo.
La madre cargaba esta joven vida y la cuidaba.
—¿Qué significa esta imagen, Alcar?
—Significa que el alma ha descendido en la vestidura materna.
Mira bien y siente que esto es así.
En este planeta solo se puede sentir, en la tierra podemos percibirlo, porque allí la vida que infunde alma ha hecho la transición en un ser existencial, es decir, se reconoce allí el ser humano interno.
Aquí no es posible, porque la vida interior aún no ha alcanzado la sintonización espiritual.
En la tierra se reconoce el ser humano exterior por el interior, pero solo de este lado vemos que la vida que infunde alma es la viva imagen de cómo se creó el organismo material.
Si la vida del alma ha vivido en otra vida, podremos percibirlo, porque el rostro material está ligado a la vida interior.
Así que reconoceremos esa otra personalidad y sabremos que tiene que ver con otra vida.
Como ya dije, esto no se puede ver aquí, solo se puede sentir, pero lo que sí se puede percibir aquí es que en la vida anterior este ser delante de ti poseyó el cuerpo materno.
Esta madre, André, es un mismo ser que la vida interior y la que infunde alma, que vive ahora allí, en el organismo creador.
El origen del universo, 1939
Cuando el alma vive el cuerpo materno, genera sentimientos de cuidado para la joven vida:
Descansa en su pecho y ella la cuida hasta que la joven vida tenga suficiente fuerza y pueda desplazarse, pero más adelante, cuando haya llegado ese momento, la madre abandonará esta joven vida y esta será autónoma.
El origen del universo, 1939
Esto ya se puede ver como un primer grado de amor materno:
Es también el amor, y ese amor preanimal tiene que despertar.
Ese sentimiento va ganando en fuerza según el estado del ser humano en su sintonización corporal.
Es decir que todo está gestándose.
Cuando la joven vida ha alcanzado su estado existencial, se va.
La madre ya no se preocupa por esta criatura, que sin embargo es su propia vida, pero ella no sabe nada de eso.
El origen del universo, 1939
Es el amor que también percibe el animal materno:
Aún tiene que despertar y nacer el profundo amor humano.
Sin embargo, no intente quitárselo a esta joven vida, te atacaría y destruiría si quisieras quitarle su felicidad que siente como animal.
En los primeros años, la joven vida es alimentada directamente por la madre, exactamente como en la tierra, en eso nada ha cambiado, aunque en la tierra la constitución física se haya desarrollado en el grado más elevado.
También aquí la joven vida recibe esa fuerza materna, aunque más adelante comerá como los de más edad y se saciará como el depredador en la naturaleza.
El origen del universo, 1939
Cuando el alma como personalidad actúa de manera disarmónica, su personalidad se queda atrás respecto de su cuerpo, porque este sigue funcionando de manera totalmente armoniosa, todos los órganos colaboran armoniosamente:
Porque veo que el alma ha creado leyes disarmónicas de las que ya hemos hablado.
Ella tiene el firme deseo de dominar.
¿Es esto lo que Dios quiso decir?
—¡Para nada!
Y no obstante: ¿cómo es la vida del alma de la tierra?
También allí lo corporal está muy por delante de lo interior.
Archives, 1945
También en la tierra el alma vivirá como primera conciencia los sentimientos preanimales, porque ha evolucionado hasta ese estadio de conciencia en los planetas anteriores:
El primer grado de vida, la primera conciencia humana del planeta tierra, es preanimal.
Archives, 1945
En comparación con el cuerpo preanimal en Marte, al cuerpo en la tierra se le puede considerar una joya:
Sigan para eso la vida de la tierra y podrán contestar estas preguntas.
El organismo material es sobrenatural en comparación con esta vestidura monstruosa.
En la tierra es una joya de arte, aquí es animal.
¿Es esto un ser humano? ¿Este engendro?
Esta existencia selvática no tiene nada de humana, tampoco se le puede comparar con el estadio de la tierra, porque esos grados de vida se sienten de otra manera, tienen más intuición, también los organismos llegaron a tener espacio, se han embellecido, todo lo de ese organismo evolucionó.
Archives, 1945
En los tiempos en que las primeras almas vivían en Marte, la tierra todavía no había alcanzado la densificación:
Ahora de vuelta al planeta material, y vemos que para esta era la tierra sigue siendo invisible, y que todavía no puede comenzar con su tarea, porque nosotros y el animal no hemos llegado a ese punto aún.
La cosmología de Jozef Rulof 3, 1944
Todos los que viven en la tierra han pasado por Marte:
¿Hemos sido así los que vivimos en la tierra?
—No solo tú y todos nosotros, sino también los que ya han alcanzado las esferas divinas.
Todos han estado aquí y han tenido que seguir ese camino.
El origen del universo, 1939