Textos primarios de los libros de Jozef Rulof correspondientes al artículo ‘Morir como transición’.
Estas fuentes presuponen la lectura previa del artículo ‘Morir como transición’.
Desprenderse del cuerpo
El vídeo que acompaña el artículo ‘Morir como transición’ se basa en el capítulo ‘La transición’, del libro ‘Una mirada en el más allá’ de Jozef Rulof.
Este capítulo describe la transición de una mujer que alberga mucho amor:
No poseía belleza física, pero era amada por su bello carácter, pues siempre intentaba animar a la gente y ayudarla; dar lo más que podía.
Una mirada en el más allá, 1936
Su hermoso carácter queda patente al comienzo del vídeo con el amor que entrega y recibe en su fiesta de cumpleaños.
Por ese bello carácter puede hacer la transición del modo que se muestra en el vídeo.
No agoniza porque puede desprenderse de su cuerpo material con serenidad:
Pero cuando llegue el momento en que Dios lo llame y se produzca la supuesta muerte, lo único que tendrá que hacer el ser humano es deponer su vestidura material, como depone tantas veces una prenda, gastada o no.
Una mirada en el más allá, 1936
Ese desprendimiento del cuerpo guarda mucha analogía con el desdoblamiento corporal que Jozef Rulof vivió conscientemente.
Dado que durante un desdoblamiento se le concedió a Jozef vivir conscientemente el desprendimiento del cuerpo espiritual respecto al material, pudo contar al ser humano cómo es morir:
Cuánto se complicaban la partida muchas personas.
Muchas veces había estado en un lecho de muerte y había visto sufrir tanto a un ser humano que le dolía el corazón.
Si pudiera vivir conscientemente el desprendimiento del cuerpo espiritual, podría ser un apoyo para muchos y podrían entregarse tranquilamente a los que llegaran a buscarlos.
Ya no habría entonces temor a la muerte, pues podría contarle a la gente que morir no es más que deponer la vestidura material que le ha servido todos estos años.
Ya sentía lo tranquilizador que sería para muchas personas, porque qué tormento era a menudo una transición a ese mundo.
A veces planeaban durante días entre dos mundos.
No podían soltarse porque no sabían nada de estas cosas.
Una mirada en el más allá, 1936
Mucha gente al morir no es capaz de desprenderse de sus posesiones terrenales.
No es posible llevárselas a la pervivencia espiritual, solo hacen la transición nuestros sentimientos y nuestra conciencia espiritual:
¿Qué quieren hacer allí con su cine, con su teatro, con todo lo que poseen aquí, qué quieren hacer con eso?
Solo seguirá existiendo su vida, y eso es un grado de vida.
Ustedes han adquirido conciencia para tal y cual espacio, para su alma, para su espíritu.
Sus artes y ciencias están colgadas por aquí, se quedarán aquí, y eso es lo que harán.
Ahora una vida está metiendo hachazos a la otra por un Rembrandt.
Sí, sí, es poderoso, respeten ese arte.
Pero la tierra morirá, esos Rembrandt están aquí, no podrán llevárselos detrás del ataúd, ni los necesitarán allí, no son más que posesiones temporales.
Preguntas y respuestas 5, 1950
Cuando el alma deja de sintonizar sus fuerzas vitales nutrientes con la conservación del cuerpo terrenal, este se debilita.
En el libro ‘Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe’, Theo describe el lecho mortuorio de su padre, que debido a ello empieza a sentirse muy cansado:
Papá se siente enfermo y su cansancio ha ido tan en aumento que ya no puede abandonar la cama.
Insisto en hacer venir al médico, y por fin papá accede.
Después de examinarlo, el médico declara con aplomo que papá no tardará en recuperarse.
Pero papá mismo asegura que el médico se equivoca; ya no volverá a levantarse de esta cama, afirma.
Ha percibido una voz que le sonaba muy familiar, y que le dijo que dentro de poco entraría en la vida después de la muerte.
El cansancio de papá es cada vez mayor y a pesar del dictamen optimista del médico su estado empeora.
Ahora empiezo a percibir el significado de ese cansancio.
El cuerpo de papá se debilita, debido a que él ya no sintoniza sus fuerzas en su conservación.
Su alma está trabajando en una nueva tarea y se prepara para hacer la transición a la otra vida.
Naturalmente, el cuerpo se ve desprovisto de esas fuerzas y se manifiesta el cansancio.
Si papá hubiera tenido enfermedades o padecimientos se habrían agravado y habrían provocado la muerte.
Ahora la vida animadora no siente más que cansancio.
Es todo lo que se puede sentir.
Esta es su enfermedad, que en breve detendrá su corazón.
Papá ya lo sabe y se entrega por completo a ese cansancio.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
Retirar aura del cuerpo
El alma retira su aura nutriente del cuerpo material y empieza a ver y sentir en el mundo espiritual:
Los días van consumiéndose y el final de papá se acerca cada vez más.
Su sensibilidad no deja de aumentar.
A medida que esta crece, su cuerpo se va debilitando y su aura se disuelve cada vez más.
Pero vuelve a reconstruirse en el mundo del espíritu, en el mundo en el que estoy ahora, y se me concede observar todo eso.
Es la sombra que percibí hace un rato.
Papá empieza a ver y a sentir en este mundo.
Sus fuerzas interiores hacen posible este proceso.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
En el libro ‘Una mirada en el más allá’ se describe la transición armoniosa de “la tía”.
Jozef Rulof percibe de manera clarividente cómo hace la transición.
A él se le llama ‘André’ en el libro.
André ve cómo se forma una emanación alrededor de la cama de la tía:
Alrededor de su cama vio claramente una emanación gris que se iba volviendo más blanca.
Una mirada en el más allá, 1936
A ambos lados de ella estaban los otros, y vio claramente que la emanación blanca se desplazó hacia su cabeza.
Allí se mezcló y quedó suspendida como una gran masa.
—El espíritu que pronto hará la transición utilizará esta emanación; es para los primeros días de su vida en las esferas.
Para tu tía es posible usarla porque tiene una condición espiritual elevada; sin embargo, a los infelices les falta esta fuerza espiritual porque no están dispuestos a morir.
Y les hace falta y lo sienten, porque es el primer alimento espiritual del que tienen que vivir en las esferas.
Lentamente se fue elevando la nube blanca, pero André aún no podía distinguir nada en ella claramente.
Una mirada en el más allá, 1936
Arriba en la nube se empezó a formar ahora una imagen que parecía una cabeza, y luego, se pudo ver claramente, vio que dos manos tapaban los ojos, como protegiéndolos de mirar en una luz demasiado resplandeciente.
Así se fue elevando lentamente el cuerpo espiritual.
Una mirada en el más allá, 1936
Mientras muere, el cuerpo espiritual se sale del cuerpo material:
Ahora se había hecho visible hasta más arriba de las rodillas y el desdoblamiento empezó a ser un poco más veloz.
Ya se hacían visibles los pies; la tía había dejado su cuerpo material por completo.
La emanación que había alrededor del cuerpo se cerró y la tía se había liberado.
Una mirada en el más allá, 1936
Durante la transición se trata de sustraer toda el aura al cuerpo material:
Los que hacen la transición extraen todo de la materia, porque van a dejar esa vida.
Una mirada en el más allá, 1936
En ‘Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe’ Theo describe cómo el aura de su padre hace gradualmente la transición al mundo espiritual.
Cuando se ha transmitido el sentimiento en un cincuenta por ciento, su padre puede empezar a percibir en el mundo espiritual con mayor nitidez:
Varía en cada persona, según las leyes que tenga que vivir y que ella misma haya hecho despertar.
A papá no le llegará un final repentino.
Hará una lenta transición de lo terrenal a la vida eterna.
Ni siquiera es necesario que sienta una sacudida.
De modo que para él la muerte ha perdido cualquier significado: ¡es que no existe para él!
Cuando mi padre hubo muerto al cincuenta por ciento empezó a predominar la otra vida.
Vi que su aura si iba haciendo cada vez más densa en ese mundo.
El ver y sentir de papá en la vida del espíritu no dejaba de agudizarse.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
El porcentaje sube de cincuenta a setenta.
Puede verse en el cuerpo material, cada vez está más socavado.
Ya no habla mucho.
Está preparándose para su transición en silencio.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
El proceso de muerte prosigue.
El médico asegura que ahora ya tiene que acabar en cualquier momento, sí o sí.
Pero vuelve a equivocarse.
Aún falta para el final de papá.
Se puede ver en su aura.
Todavía es demasiado densa y tendrá que hacerse traslúcida antes de que el alma abandone el cuerpo material.
Papá ya no presta atención a su entorno.
Mantiene los ojos cerrados, pero no duerme, piensa.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
El día despierta a papá y vuelve a la conciencia que aún pertenece a la tierra.
Luego, cuando la noche se eche encima de la ciudad y acalle el bullicio, él volverá a hundirse en su vida inconsciente, en aquella vida en la que su espíritu vuelve a ser entonces muy activo.
Empieza la última noche de papá en la tierra.
Veo que su aura está haciéndose traslúcida.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
De este lado veo que su cuerpo astral se va haciendo más denso y que adopta formas.
Falta algo de tiempo para que el alma de papá sea completamente libre.
Aún hay un cordón plateado que une el cuerpo con el alma.
Pero eso también se va difuminando, se hace más y más etéreo.
Entonces papá queda libre, abre los ojos en la vida eterna y ve a aquella que le pertenece.
Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe, 1942
A medida que el alma retira sus fuerzas vitales del cuerpo material, este sufre una implosión gradual.
Ese proceso se acelera después de morir y provoca la descomposición del cuerpo.
Por esta descomposición se libera la última aura vital, que el alma absorbe a fondo para edificar su existencia espiritual.
Para la retirada del aura vital corporal es importante que la descomposición del cuerpo tenga lugar dentro de la tierra, no en el agua, como con los sepelios marítimos.
Sobre eso hizo una señora una pregunta a Jozef Rulof durante una velada de preguntas y respuestas.
Jozef enfatiza que el alma requiere esa aura vital corporal para construir su nueva existencia astral espiritual:
Pues bien, señora, estar en ese mar es malo para su vida astral, porque ahora en las esferas no recibimos un aura vital corporal por la descomposición, o sea, no recibimos fuerzas que son de materia basta, y aun así espirituales, que forman parte allí de la materia, que tienen que servirnos en el mundo astral como el ‘suelo’ sobre el que andamos.
Estas las echamos de menos y por eso es diferente esa disolución a la que nos puede dar la tierra.
Dicho de otro modo: vivimos en la tierra y no en las aguas, y ¡esto tiene un significado espacial y espiritual para todas las leyes de nuestro organismo y de nuestra continuación espiritual!
Preguntas y respuestas 1, 1950
Todo se agrava mucho más cuando no tiene lugar la descomposición natural del cuerpo debido a la incineración, la donación de órganos o por el embalsamamiento, dado que entonces no se libera el aura vital corporal, o justamente con demasiada rapidez.
El cuerpo espiritual
Después de morir, el alma puede seguir moviéndose por su mundo espiritual con su cuerpo espiritual.
El cuerpo espiritual suele parecerse al cuerpo material, porque el sentimiento del alma modela la forma espiritual.
Por eso también es posible que el cuerpo espiritual tenga un aspecto más joven, tal como se describe con “la tía” en el libro ‘Una mirada en el más allá’:
Su tía había dejado ya la mayor parte de su cuerpo y ahora veía con claridad su rostro, porque ya no lo tapaban las manos.
¡Qué bella y rejuvenecida estaba!
Se había quitado de encima por lo menos treinta años y parecía ahora una mujer de treinta y cinco años.
Su cuerpo espiritual irradiaba varios colores, que la rodeaban por completo.
Una mirada en el más allá, 1936
Podrá encontrar más información en el artículo ‘Espíritu y cuerpo espiritual’.
La luz que irradia el cuerpo espiritual después del proceso de morir es la misma que ya ve André (Jozef Rulof) en el ser humano durante la vida terrenal: es el aura de luz que recibe los colores de la vida interior de las personas.
Los colores que viste indican la fuerza espiritual de tu tía.
Emana esta luz, emana estos colores; es el reflejo del estado de su alma, sus propias posesiones, su felicidad.
Una mirada en el más allá, 1936
Aquí les esperaba algo bello; recibirían de inmediato luz y serían felices.
La tía poseía esa luz; una luz bella, de un blanco claro, que la iluminaba a ella misma y a todos los demás que habían venido por ella.
Cuánta fuerza interior debía haber llevado.
Ahora a André todo le resultaba claro y comprensible.
Y es que en la tierra siempre la había visto en esta misma luz.
Esta luz era su propia irradiación.
De esta manera podía reconocer a todos los seres humanos.
A partir de su irradiación podía ver cómo eran interiormente y ahora sabía mejor que nunca lo que significaba esta luz de colores.
Una mirada en el más allá, 1936
La conexión puede romperse
La conexión de los sentimientos entre el cuerpo material y el espiritual se llama en los libros de Jozef Rulof el cordón fluido.
Cuando Jozef se desdobla corporalmente por medio de su maestro Alcar, esta conexión de los sentimientos hace que su cuerpo material siga recibiendo las fuerzas vitales necesarias para que no se muera durante el desdoblamiento.
Cuando muere una persona llena de amor, este cordón fluido puede romperse:
Para los que parten en la tierra estas fuerzas dejan de existir, porque el cordón fluido se rompe cuando hacen la transición.
Todos rebasarán estos estados de los sentimientos, aunque vivan todo inconscientemente.
Para algunos significará lucha, para otros nada más que amor y felicidad.
Todo se cumple según su sintonización interior.
¿Entiendes ahora todo?
El cordón vital une ambos cuerpos y mantiene al espíritu envuelto en miríadas de hilos.
Es un fluido suave en el que vive el cuerpo espiritual.
Solo nosotros podemos observarlo.
Se puede desarrollar sintonizando los sentimientos en el espíritu.
Así que cuanto más alta la conexión del ser humano, más bella y fácil le será también la transición.
Así que todo es sencillo.
Otros, no obstante, que se han olvidado durante la vida en la tierra, llegan aquí inconscientes.
Tardan mucho en despertar.
Su sintonización de los sentimientos es con las esferas tenebrosas y por eso su transición ocasionará una sacudida.
Podría hablar mucho de todos estos estados, porque el ser humano está sintonizado con el Cosmos.
Pero hay que tener orientación cósmica para lograr conectarse.
Una mirada en el más allá, 1936
André percibe de manera clarividente que un médico del mundo espiritual ayuda al moribundo rompiendo el cordón fluido en el momento adecuado.
En el caso de “la tía” es posible romper el cordón, porque ya durante su vida terrenal elevó su sentimiento al nivel espiritual:
Después de que todos los demás se hubieran alejado de la cama, uno de los últimos en llegar empezó a hacer movimientos de roce magnético encima del cuerpo de la tía, de las piernas hacia la cabeza.
André le contó a la enfermera cómo se hacía; a ella le pareció muy extraño.
Después de que este tratamiento hubiera durado más o menos quince minutos, oyó que Alcar dijo: —André, ¿viste ese espíritu?
—Sí, Alcar —contestó.
—Pon atención a todo lo que hace, porque es él quien se tiene que encargar de la transición de tu tía; es un médico espiritual que llevará a cabo este trabajo.
Sabe cómo hay que llevarse a los moribundos y de qué manera se les tiene que liberar de su cuerpo material.
Para tu tía hace estos movimientos de roce magnético tres veces, aunque a veces sea necesario hacerlo repetidas veces.
Eso depende del estado espiritual de quien hace la transición.
A muchos no es fácil liberarlos; tiene relación con su vida espiritual y la manera en que hayan amado a Dios.
La lucha conocida como agonía será terriblemente pesada para los que amaron con fuerza la materia, que anhelaban lo material y no lo podían soltar, porque no quisieron encontrar a Dios en su vida terrenal.
Para ellos se tendrán que repetir estos movimientos tal vez hasta diez o veinte veces.
Es un estado terrible cuando el médico espiritual tiene que efectuar su trabajo en un alma así.
Con tu tía pasará tres veces, André, una indicación de que su transición no supondrá una lucha.
Ahora él se ha ido por un momento, porque no solo tu tía, sino otros más harán la transición esta noche.
Así cada uno tiene un cometido que cumplir en el más allá, que quiere cumplir con todo amor.
Este médico espiritual sabe más que sus colegas terrenales, pues aquí se ve ante muchos casos que tiene que intuir y diagnosticar puramente con su fuerza espiritual, para ayudar al ser humano que hace la transición.
Ahora va a ver a otros moribundos.
Su trabajo es atenuar la sacudida que recibe el espíritu al dejar el cuerpo y apoyar a los renacidos antes de que entren a la Vida Eterna.
No pienses que es tan sencillo introducir a un espíritu en las esferas para siempre.
El médico tiene que cuidar todo; en primer lugar la ruptura del cordón fluido.
Si se hace correctamente, el espíritu no sufrirá consecuencias negativas al llegar.
Todo tiene que hacerse a tiempo, ni demasiado pronto ni demasiado tarde.
De eso tiene que estar plenamente enterado el médico espiritual.
Saca sus cálculos según la irradiación del moribundo, en la que se refleja su estado espiritual.
De allí puede deducir exactamente lo que tiene que hacer y cuántas veces tiene que repetir los movimientos de roce magnético.
En algún momento, este médico vivió en la tierra, y de volver allí, la tierra estaría bendita, porque ha aprendido infinitamente mucho del “otro lado”.
Ahora te podrás imaginar lo terrible que es cuando el espíritu es arrancado del cuerpo de repente, por ejemplo por un accidente.
Entonces pasa demasiado rápido y la sacudida es demasiado fuerte.
Muchos de los que llegan aquí de esta manera están inconscientes durante mucho tiempo.
Esto también tiene relación, a su vez, con su estado espiritual en el momento en que hacen la transición.
No se piensa en todas estas posibilidades en la tierra.
La transición es el nacimiento del espíritu en las esferas, como el niño que nace en la tierra.
Pero al nacer, el espíritu necesita más ayuda que el niño.
El médico espiritual necesita todas sus fuerzas para ello y usa además las de los demás para recoger a los moribundos.
Una mirada en el más allá, 1936
El cordón fluido está conectado con nuestro plexo solar:
El médico espiritual había vuelto e hizo, así como la primera vez, movimientos de roce magnético encima de ella.
Después de este tratamiento miró durante bastante tiempo la parte superior de su estómago.
Alcar dijo: —Este es el lugar donde el espíritu, desatado por completo del cuerpo material, es soltado.
A eso lo llamamos la célula vital y al cordón con el que el espíritu está conectado con el cuerpo material, el cordón vital, como ya te dije antes.
En la tierra, a ese lugar se le llama el plexo solar.
Allí empieza la separación.
Es el lugar que examina el médico y a medida que se atenúa la luz vital, establece cuánto tiempo más pueda tomar.
Una mirada en el más allá, 1936
Jozef cuenta durante una velada de preguntas y respuestas como preguntó una vez a un médico terrenal de qué modo abandona el alma el cuerpo al morir.
El médico ya ha visto morir a treinta personas, pero jamás ha visto todavía cómo parte el alma.
El médico piensa que seguramente partirá por la boca:
Y (el médico) dice: “Pues, yo he... ahora veo cómo se muere, veinte ya, treinta, y sigo sin ver de dónde viene esa alma”.
Piensa: ‘Sale de la boca, ¿verdad?’.
Esa boca tiene muchísimas cosas que decir al ser humano; y de allí tiene que salir esa alma, de esta boquita tiene que salir el alma, esa gran alma.
Piensa: ‘Pero eso no es más que una mirilla muy pequeña, de allí ya saldrá esa alma’.
Digo: “Doctor, ¿por dónde parte el alma cuando muere el ser humano?”.
“Pues, no lo sé.
Por la boca, ¿por dónde va a ser?”.
“Pues, no, doctor”.
¿Lo sabe usted?
¿De dónde parte usted?
¿Cómo parte usted cuando sale de este cuerpo y muere?
¿Cómo? ¿Por la boca?
(Señor en la sala):—Desde todas las articulaciones del cuerpo...
—Sí, eso es sencillo.
No hay más que un lugar, señor, una sola célula.
(La gente habla sin orden ni concierto, mencionan varias veces el plexo solar).
El plexo solar es el templo para la vida y la muerte.
Preguntas y respuestas 2, 1951
Al morir, el sentimiento es retirado del cuerpo terrenal a través del cordón fluido.
Cuando se ha retirado el sentimiento por completo, es posible que aquel se rompa.
Pero cuando el ser humano no puede retirar su sentimiento del cuerpo terrenal porque está enmarañado con todo su sentimiento y pensamiento en la materia terrenal, el cordón fluido no puede ser roto al morir.
En este caso, el ser humano permanece comunicado con su cuerpo difunto por medio de su sentimiento y el cordón fluido.
Las posibles consecuencias de ello también se describen en el artículo ‘Incinerar o enterrar’.
La recogida por seres queridos
Jozef Rulof percibe de forma clarividente que un moribundo puede ser recogido por seres queridos fallecidos:
—Y ahora tiene que prestar atención, enfermera, pronto mi tía volverá a estar inquieta, porque veo a su madre al pie de su cama.
Se concentra con fuerza en la moribunda, y la tía sentirá sus pensamientos y los asimilará.
Esto les pasa muchas veces a los que hacen la transición.
Se lo cuento de antemano porque sospecho lo que pasará.
Muchos de los que van a morir invocan a los familiares que han partido antes.
Se piensa entonces que deliran, pero de ninguna manera es así; en efecto, con los ojos espirituales ven a sus seres queridos ante ellos.
Mira, la tía ya se está inquietando y ahora veo a los otros espíritus en la cama.
En un momento dado, André y también la enfermera oyeron que decía en voz suave: —Mamá, ay mamá, ¡ayúdeme!
Al hablar se había enderezado un poco, pero después volvió a caer en las almohadas.
—Ya lo ve, enfermera, me alegra haber podido decírselo de antemano, cuando mi tía estaba todavía tranquila.
Ahora ha visto a su madre.
Y ya le dije que mi abuela intentó hacérsele visible por medio del contacto entre ella y su hija, lo que de hecho logró.
Una mirada en el más allá, 1936
Siempre hay alguien que va a recoger al moribundo, porque es el trabajo más hermoso que existe en el otro lado.
Durante una velada de preguntas y respuestas, Jozef Rulof dice que esto puede ser la beatitud para el ser humano que llega “detrás de su ataúd”:
No hará falta que asimile nada: si sabe de esto será una felicidad total detrás del ataúd.
Cuando luego lleguen allí uno por uno, habrá alguien que se les acerque.
Quizá sea un amigo, sus padres, cuando hayan llegado a ese punto, la mayoría eso no lo tienen, porque esos padres dicen..., no quieren esto o no quieren lo otro; eso ya son abismos, mundos, mundos diferentes.
Pero si viene uno a su lado, y alguien, infaliblemente, acudirá, irá a recogerlos; solos no encontrarán el camino.
¿No les parece divertido eso también?
Cuando mueran, señoras y señores, encontrarán el camino, no, no hace falta que lo conozcan, porque irán, infaliblemente, a su sintonización espiritual.
Infaliblemente.
Pero siempre habrá alguien para ir a recogerlos, porque ese el trabajo más hermoso que existe.
Saldrán ustedes de ese pequeño ataúd, de ese pequeño cuerpo; a cerrar los ojitos, qué gusto, no harán nada, adiós tonterías.
Preguntas y respuestas 2, 1951
La persona traspasada no siempre reconoce a quien la viene a recoger, porque también puede ser una madre o un padre de una vida anterior:
Tenemos la bondad material, ¿verdad?
Pero tienen que tener ustedes la bondad espiritual, armonía, el ser uno; y entonces no se le ocurrirá ni un solo pensamiento erróneo, porque ya no lo habrá.
Sus sentimientos se sintonizarán entonces con la armonía.
Captarán todo en armonía.
Y entonces los podrá acompañar el maestro, o la maestra, su hermana.
Entonces podrán hacer primero el viaje a la tierra, y después a través del espacio, primero su proceso de muerte y después sus vidas anteriores.
Y entonces ella les dirá quién es usted y quién es ella; quizá tenga usted a su lado a su madre, a su padre de diez vidas atrás.
Preguntas y respuestas 6, 1951
Las personas que no quieren hacer la transición también pueden ver quién las recoge, pero eso no siempre les da la serenidad buscada.
Así, Gerhard, del libro ‘Aquellos que volvieron de la muerte’, cuenta a Jozef la inquietud que le infundieron las “sombras” alrededor de su lecho de muerte:
No quería dormir, aunque hubiera podido, pero tampoco quería morir.
Odiaba la muerte y todo lo que tuviera que ver con ella.
Veía todo lo que tenía alrededor como envuelto en una nube y dentro de esa nube veía sombras.
Cuando observé esas sombras quise gritar, pero no pude.
Yacía allí como quebrado y no podía moverme.
Era espantoso, porque mi miedo llegó a ser terrible.
Esas sombras no dejaban de dar vueltas a mi cama sin hacer caso de nada.
Muy claramente veía labios que me hablaban, pero que no lograba entender, y ojos que me miraban y devoraban, que preguntaban a la vez que reían.
Después vi que esas sombras eran siluetas humanas, lo cual me causó escalofríos.
Esas siluetas planeaban a mi alrededor, estaban arriba y debajo de mí, pero por más que me esforzara, no lograba verlas con claridad.
Seguían siendo sombras envueltas en una emanación, amargándome las últimas horas en la tierra.
Al menos eso pensaba, porque después, en las esferas, me aclararon que son los hermanos del otro lado que vienen a buscar a los moribundos.
Me esforcé con toda la fuerza que me quedaba por dentro; quería mantener la calma y evitar que me inspiraran todavía más miedo.
Toda persona que siga consciente hasta el final verá sombras.
Ese ver y observar es la conexión con la vida del otro lado.
Sentirá la vida espiritual, hace la transición a ella y poco a poco se cumple este proceso.
Es la despedida de la tierra; la vida terrenal te abandona y haces la transición a aquello en lo que viven esas sombras.
Pero para millones de personas morirse es diferente, porque también todas esas personas sienten de otra manera y no son iguales.
Cada persona tiene su propia sintonización y estado particular y vivirá la transición a este mundo dependiendo de la sensibilidad y del amor que posea.
Para algunos significa felicidad, luz, amor y calor, para otros es un horror.
Pero lo que es igual para todos —y todos pasarán por esto y lo experimentarán— es que vivirán y llegarán aquí vivos.
Cuando se acercó mi final, las sombras se hicieron más nítidas.
Vi que eran seres humanos, seres humanos como tú y yo y miles de otros.
Tenía tantas ganas de decírselo a mis familiares, pero no podía, tenía la garganta taponada y ya no tenía control sobre mi cuerpo material.
Vi a mi mujer e hija, las oía llorar, ¡y saber que tenía que morir!
Me asaltó una sensación insoportable, porque seguía paralizado, por lo que pensé estar enloqueciendo.
Yacía allí tan quieto, pero mi espíritu trabajaba y sufría inmensamente.
No se me escapaba nada y aun así tenía que despedirme de la tierra.
Me ponía furioso, porque no quería morir; todavía era tan joven.
Me sacó de quicio y me encolerizó, porque no podía hablar.
Aun así tenía que hacerlo; quise incorporarme, pero tampoco eso lo logré.
Nadie alrededor mío percibió nada de mi terrible lucha.
El pecho se me encogía y el corazón me latía en la garganta, pero era consciente de todo, y seguí estándolo hasta el último segundo.
Poco antes de mi final, de improviso logré erguirme.
No entendía de dónde habían salido tan de repente esas fuerzas.
Pero también de eso me convencieron de este lado, y aquí aprendí cómo funciona el cuerpo de los sentimientos en esas horas.
Quería decirles que iba a morir y balbuceé algunos sonidos, pero mis palabras se perdían.
No me comprendieron; no me entendían.
En medio de tanta miseria, aún podía pensar.
Entonces clamé por ti, solo por ti, porque el misterio se me estaba resolviendo y creí comprender.
De repente me di cuenta y supe que esas sombras dibujaban a través de ti, que recibías pinturas a través de ellas.
Miles de pensamientos me relampagueaban en la cabeza; era imposible detenerlos.
Junté toda mi fuerza de voluntad y quise hablar, pero era como si la garganta se me desgarrara.
Pensaba en mi vida terrenal, en mi familia y conocidos; no quería morir y me oponía a ello.
A través de todo sentí cómo se acercaba mi final.
De haber cerrado los ojos y haberme recostado plácidamente, habría muerto en silencio, en la paz espiritual.
Pero te dije hace unos instantes: no quería, odiaba la muerte (—concluyó).
Aquellos que volvieron de la muerte, 1937
Entonces Gerhard vive el fogonazo vital y nace en el mundo espiritual:
En ese momento morí.
Sentí cómo me hundía y pensé que me estaba cayendo por un profundo precipicio.
Parecía no terminar nunca y mientras caía, reflexionaba de manera muy acelerada y veía cómo pasaba frente a mí toda mi vida terrenal, hasta el momento de caer y morir.
Entonces creí que me desgarraban hasta dejarme en pedazos y sentí una fuerte sacudida; mi cuerpo espiritual salió del cuerpo material y quedé libre.
Clamaba por ayuda, pero no llegaba ayuda alguna.
Después sentí que me mareaba y que me hundía aun más profundamente.
Entonces ya no supe de nada y quedé muerto para la tierra.
Muerto en la tierra, pero nacido en el espíritu; en el espíritu estaba vivo y eso significaba la eternidad.
Aquellos que volvieron de la muerte, 1937
También Jeanne cuenta en ‘Aquellos que volvieron de la muerte’ cómo ve pasar toda su vida durante el proceso en que muere:
Toda mi vida pasó ante mí.
Después vi que un hilo plateado me mantenía atada a mi cuerpo material y que ese hilo primero tendría que quebrarse; solo entonces habría muerto en la tierra.
Aquellos que volvieron de la muerte, 1937
El hecho de ver pasar toda la vida se trata en el artículo ‘Experiencia cercana a la muerte’.
Al más allá propio
La transición al más allá aporta al ser humano con amor desinteresado la felicidad de una esfera de luz.
Para alguien que odia a su prójimo, el morir puede acarrear una terrible miseria si esa persona hace la transición a una esfera tenebrosa en el más allá, que recibe el nombre de tierra de odio.
Así hay diferentes lechos de muerte, dependiendo del grado del sentimiento al que pertenece cada ser humano.
En el libro ‘La cosmología de Jozef Rulof’, este dice sobre ello a su madre, Crisje:
Sí, mi Crisje querida, conocemos siete camas mortuorias distintas, que son siete grados de vida para liberarse del organismo, que para algunos significa felicidad, para otros miseria, miseria terrible, porque entonces pertenecen a la tierra del odio.
La cosmología de Jozef Rulof 4, 1944
Por medio de la muerte, el alma da el siguiente paso en su evolución:
El alma llega a ver su siguiente evolución por la muerte y la continuación que vive detrás.
Y solo entonces podrá ver usted lo profunda que es su vida, también Dios, ahora puede continuar conscientemente.
Y si usted ama su muerte, no se podrá ver miseria ni pobreza y pérdida, ¡es y seguirá siendo felicidad!
La cosmología de Jozef Rulof 1, 1944
El maestro Alcar dice que ya podemos estar felices por que se nos conceda morir, debido a la felicidad más elevada que nos espera en las esferas de luz:
Pero también sabemos que el ser humano en la tierra, o la vida que vive allí, tiene que ser feliz de que le sea concedido morir allí.
Así que entiéndeme bien: le es concedido morir.
Esto resonó para ellos como un trueno, pero sabemos lo que Dios ha reservado para la vida en la tierra: no solo felicidad terrenal, sino también felicidad espiritual, incluso universal, para poder entrar algún día a lo divino.
Qué triste existencia sería para la vida si se tuviera que quedar eternamente en la tierra.
De nuevo: ser humano, ¡alégrate de que puedas morir allí; de este lado te esperan felicidad y amor más elevados, y gloria!
Una mirada en el más allá, 1936
Es por eso que el maestro Zelanus llama evolución al morirse:
Cuando tenga que morir su madre, o su padre, o su hijo, no harán nada, se quedarán con los brazos cruzados; es evolución propia.
Todo llegará a ser hermoso; la muerte, morir, es evolución.
Morir es vivir el universo, es ser uno con el espacio.
El proceso mortuorio es lo más elevado de lo que hay, porque entonces podrán decir: “Vuelvo a seguir”.
Preguntas y respuestas 5, 1950
Porque hay mucha gente que no empieza a pensar hasta no llegar detrás de su ataúd:
El ser humano que se desprende de los sistemas materiales —se lo he demostrado más de una vez y se me ha concedido aclararlo—solo empieza a pensar detrás del ataúd.
Conferencias 1, 1950
Detrás del ataúd tiene que...
No hay ningún “ataúd”, ahora ya está viviendo usted en la eternidad, pero pronto dejará atrás esta vida, el ser material; ha leído libros, ha asistido a todas las conferencias, ¿qué se imagina... cómo se imagina lo que va a ocurrir con usted?
Preguntas y respuestas 5, 1950
Porque por morir se vence la existencia terrenal temporal:
Gracias a la muerte podemos decir: esto me pertenece, porque es ella quien nos ha traído hasta la propia entidad.
El proceso de morir universal, pues, es una victoria sobre lo temporario.
La cosmología de Jozef Rulof 1, 1944
Así que a través de la muerte a la siguiente existencia, y para la criatura de la madre tierra esto significa:
¿Por qué temen una muerte? ¡No existe!
Por medio de todo lo que hemos vivido hasta ahora, mi maestro, podemos dar esta felicidad divina a la criatura de la madre tierra, ¡la muerte no existe!
¡Morir es evolución!
¡Morir es y significa comenzar una nueva vida!
¡Morir es la vuelta a Dios!
¡Morir es ‘renacer’!
Ya hemos constatado ahora que la vida interior, como alma y como espíritu, ¡no puede morir!
Por lo tanto, ¡lo que la criatura de la tierra llama ‘morir’ y ve como tal es ‘evolución’!
La cosmología de Jozef Rulof 2, 1944
¿Entienden, hermanos míos, que este morir y nacer es una misma ley?
¡La voluntad de la vida es continuar!
La cosmología de Jozef Rulof 3, 1944
Se duerme usted un instante
El maestro Zelanus compara hacer la transición con quedarse dormido.
Pregunta a la gente que lo escucha por qué no empiezan a trabajar en su propio despertar, porque ahora mismo ya están viviendo en la eternidad:
¿Por qué no empiezan ahora? Porque esta es su eternidad.
Se duermen un momento, duermen todos los días, y eso es para el organismo, pero este sueño los coloca de inmediato al lado del ataúd, y siguen, y despiertan.
No hay otro sentimiento en ustedes, son exactamente iguales ahora, allí y aquí.
Conferencias 2, 1951
También durante el sueño retiramos nuestro sentimiento de la existencia material:
¿Lo ven, hermanas y hermanos míos? ¿Comprenden ahora que el sueño —porque llegaremos a esos sistemas filosóficos más adelante, reténganlo—, que su sueño es precisamente: salir de la materia, de regreso al espíritu?
Conferencias 3, 1952
Morir es como quedarse dormido de forma natural:
—Miren, el alma está libre, hermanos míos.
El cuerpo está muerto, es cierto, pero el alma como el ser humano espiritual vive.
¿Entienden que se ha quedado dormida?
Pues bien, este quedarse dormido natural es para el ser humano la muerte, pero no se puede vivir una muerte.
La cosmología de Jozef Rulof 5, 1944
Nuestro sueño conoce siete grados o profundidades.
El morir se produce entre el cuarto y quinto grado:
El ser humano que por lo tanto sufre la liberación de los sistemas materiales, lo que para ti es el morir..., ha de seguir los primeros cuatro grados del sueño, pero entre el cuarto y el quinto vive y se encuentra el desprendimiento del cuerpo y empieza el morir, allí el cordón fluido corta ambos organismos, es decir, el alma, cuando la personalidad astral espiritual se dirige a su propia sintonización interior, y ¡ahora debe aceptar ese mundo, para lo bueno y lo malo!
Jeus de madre Crisje Parte tercera, 1952
Para la mayor parte de la gente en la tierra el cuarto de grado del sueño es el nivel más profundo que se puede alcanzar mientras se duerme.
En ese cuarto grado nos desprendemos temporalmente de experimentar la vida terrenal y alcanzamos una profunda relajación, por lo que el cuerpo también puede recuperar fuerzas.
Al morir tenemos que desprendernos definitivamente de las vivencias terrenales:
En el quinto grado de sueño puedes desdoblarte, este grado tiene sintonización con nuestra vida, te lleva a las leyes astrales.
El ser humano que muere entra a la vida después de la muerte entre el cuarto y quinto grado, entonces se rompe el cordón fluido.
Cuando llega la muerte se desgarra esta conexión entre alma y materia, y tienes que abandonar la vida terrenal.
Durante la muerte se puede constatar si la gente ha dormido mal en su vida, el alma tiene que entrar ahora por encima del cuarto y quinto grado, pero no puede separarse del cuerpo y es tu lucha a vida o muerte, de las que ganará el último.
Ahora el alma se desprenderá tranquilamente y cerrará los ojos, para volver a abrirlos de este lado.
Dones espirituales, 1943
El lapso de tiempo antes de poder abrir los ojos astrales para siempre depende de las fuerzas interiores.
Así, Jeanne, en el libro ‘Aquellos que volvieron de la muerte’, cuenta que durmió seis días para procesar su transición al más allá:
Había dormido seis días según el tiempo terrenal.
No fue mucho tiempo, porque a muchos les toma meses.
Aquellos que volvieron de la muerte, 1937
A Gerhard le hicieron falta tres semanas:
Dormí durante tres semanas, contadas en tiempo terrenal.
Cuando desperté, pensé que todavía vivía en la tierra.
Aquellos que volvieron de la muerte, 1937
En el libro ‘El ciclo del alma’ se describe la transición de Lantos.
Su líder espiritual explica que Lantos ha dormido aún mucho más por haberse colocado él mismo en una disarmonía con su propia vida debido a su suicidio:
Cuando terminó de vivir ese proceso, se quedó dormido.
Ese sueño le llegó por haber puesto fin a su propia vida.
Pero cualquiera que entre a nuestra vida desde la tierra dormirá.
A unos ese sueño les dura mucho, a otros poco, depende de la vida interior de cada uno.
Quienes hayan vivido una vida espiritual dormirán brevemente, porque interiormente están despiertos y llevan amor.
Pero otros que no sepan nada de esta vida se quedan dormidos hasta que regresen a sí mismos, y volverán a dormirse una y otra vez para entrar algún día a las esferas espirituales.
Por eso justamente fue tan profundo el sueño de usted, porque no amaba ni una fe ni a un Dios.
Todo esto debió aprenderlo.
Se lo aclaro porque no tiene que pensar que sean otros quienes se lo hayan impuesto.
Así que su sueño fue un sueño espiritual y significa pobreza espiritual.
No poseía usted nada que pudiera despertarlo y ha tenido que vivir esto.
Por eso estuvo solo, nadie podía ayudarle.
A esa mujer con quien se encontró durante su viaje —usted ya lo sintió y vivió—, esa suicida, no había quien pudiera ayudarla.
Yo hice que usted viviera eso, lo conecté con ella, haciéndolo sentir así cómo es esta vida y de este modo usted aceptó su propio dolor y toda su lucha.
Usted tomó su propia cruz, porque sabía que tenía que llevarla.
Ya le dije que todos los que entran aquí se quedan dormidos.
Pero aquellos que ponen fin a su vida quieren romper una ley natural, que sin embargo no es posible romper, porque esa ley significa la vida y no es posible destruir la vida, porque la vida es Dios.
Esas vibraciones carentes de armonía provocan ese sueño.
Quienes mueren de forma natural también dormirán.
Ningún ser se libra de eso, porque ni uno tiene tanta conciencia de esta vida como para que en el mismo instante de su muerte en la tierra esté despierto y siga estándolo.
Pero el cuerpo espiritual tiene que procesar esta transición y ese es usted mismo.
Es el ser humano, es la vida.
El ciclo del alma, 1938
Lo que está presente en el interior emerge por ese último sueño.
Hay discapacitados mentales que después de su transición requieren más de un año para despertar en el mundo espiritual:
Sí, eso no llega hasta dos, tres semanas después, quizá después de cuatro meses, seis, porque es posible yacer allí sin conciencia durante seis, siete meses, ocho, año y medio, y entonces...
Igual que un enfermo, ¿verdad?
Es cuando da un paso hacia adelante el enfermo, el enfermo mental.
Preguntas y respuestas 2, 1951
Y cuando por fin uno puede abrir los ojos astrales para siempre, lo primero que quiere saber el alma consciente es cómo se ha vivido el último sueño:
Y en el otro lado empieza la meditación espiritual que es eterna.
Entonces dirán: ¿por dónde se me concede que empiece?
¿Dónde comenzarán enseguida cuando empiecen a tener conciencia detrás del ataúd?
¿Qué es lo que más desean ustedes?
Es muy sencillo.
¿Qué es lo que quiere ser revelado?
¿Qué es lo que quiere ser explicado?
¿Qué?
¿Tiene usted la conciencia?
¿Conciencia en qué?
En morir.
Están ustedes muertos, allí están ustedes muertos, según se dice.
No, allí se han desprendido del cuerpo, han dejado atrás ese castillito, lo meten en la tierra, pero ustedes seguirán viviendo.
Pero desde luego que tienen que saber lo primero: ¿qué harán con su castillito?
Y hacia allá vamos.
Preguntas y respuestas 5, 1950
El instante de la transición
Ya en el Antiguo Egipto los sacerdotes de los templos se ocupaban de la pregunta de si “morimos a tiempo”.
En el libro ‘Entre la vida y la muerte’ el discípulo de sacerdote Venry pregunta en un templo a su preceptor Dectar:
—Así que, Dectar, ¿no se muere demasiado pronto, ni se parte demasiado tarde?
—¿Es posible que los Dioses se adelanten o retrasen con algo?
¿Se pone demasiado tarde el sol o sale demasiado pronto?
¿Conoces el “porqué y para qué” del tiempo, Venry?
Los conocerás en este Templo, porque estas fuerzas están en ti y las desarrollaremos.
Entre la vida y la muerte, 1940
Muchos factores pueden influir en el instante de la transición.
Esos factores se comentan en el artículo ‘Eutanasia y suicidio’, dado que allí la pregunta crucial es si está permitido adelantar ese instante.
La tristeza complica la transición
En ‘Una mirada en el más allá’ André dice que la tristeza por un moribundo puede dificultar la transición:
—Vamos, mamá, sea fuerte, por qué no trata de dominar sus lágrimas.
Vamos, ya está.
Ande, sea fuerte; ¿por qué llora?
No es bueno que llore y esté triste.
¿Acaso no fue ya suficiente tiempo de estar enferma en cama?
¿Quisiera que se quedara aquí más tiempo?
¿No estuvo ya años postrada en cama?
Ay, mamá, no sabe lo que hace usted.
No sabe lo que significa la muerte.
Ahora usted ya ha vivido, oído y visto tantas cosas, y aun así está abatida y hay que ayudarla.
Sean fuertes los dos y ayúdenla.
No le compliquen más las cosas, porque una persona que hace la transición está muy sensible, muy sensitiva.
Esa sensibilidad está relacionada con la muerte.
Muchas veces su estado es de estar medio inconsciente.
En ese estado el espíritu está receptivo a todas las vibraciones que se le mandan; así que, mamá, ¿qué pasa ahora?
Por llorar y por su gran pena le está dificultando la separación.
Por eso le vuelvo a pedir: no se altere y no le dificulte la partida.
Créame, mamá, morir es una gloria.
Oh, si pudiera ver lo que yo veo, si el velo se le levantara tan solo un momento, ¡qué feliz sería conmigo!; entonces estaría convencida.
Pero sé que no es fácil para usted, porque no puede ver.
Ella va al más allá y allí será feliz para siempre.
Alcar me lo dijo esta mañana.
Una mirada en el más allá, 1936
En ‘Aquellos que volvieron de la muerte’ Jeanne describe cómo se complicó su transición por la tristeza de su hermana:
Mientras yacía allí, oyendo sollozar a mi hermana, quería hablar con ella, pero ya no tenía poder sobre mi cuerpo material ni sobre mis órganos vocales.
Fue un momento horrible para mí.
Me sentía tan impotente, porque ya vivía fuera de mi cuerpo material y me encontraba en la frontera de dos mundos, entre la vida terrenal y la espiritual.
Los sollozos de mi hermana me entristecían.
Ay, que la gente se domine junto al lecho de muerte, porque es tan difícil para quienes hacen la transición.
Muchos lo sienten y por eso es una pesadilla.
Te gustaría ayudar a los que se quedan, pero no puedes.
Aun así, los sientes próximos, tiran de ti para que vuelvas, pero ya no es posible volver.
¿Sientes el significado de todo esto, Jozef?
Es una lucha tremenda, un desasosiego, que realmente no hace falta.
Ojalá la gente supiera que morir significa vivir.
Es entrar a la vida eterna, donde hay luz y felicidad, donde te esperan tus familares.
Aquellos que volvieron de la muerte, 1937
Jeanne experimenta además que la tristeza de los demás no solo dificulta la transición, sino que incluso puede ocasionar todavía molestias a la persona traspasada.
Cuando todavía vivía en la tierra, Greetje, la mejor amiga de Jeanne, había hecho la transición por un accidente.
Por la tristeza que sentía por su amiga, Jeanne tiró de Greetje hacia la tierra.
Para contrarrestar esta fuerza de retracción Greetje se mostró a Jeanne mientras esta dormía:
¿Así que era Greetje?
—Sí, ella en persona.
—Debe haberse conectado contigo, ya bastante de antemano, hasta podría decirse desde el momento del accidente.
Cuando hacemos la transición, lo primero en que pensaremos es en quienes más queremos.
Nos unen los vínculos de amor y esas fuerzas espirituales solo las conoceremos en esa vida.
Cuando Greetje se despertó en esa vida, seguro que sintió que estabas triste.
Debido a que lo sintió, la atrajiste de vuelta a la tierra.
—¿Yo?
—Sí, tú.
—¿Cómo es posible eso?
—Ya ves lo intensas que pueden ser las fuerzas del pensamiento, lo experimentarás más tarde cuando también nosotros entremos en esa vida.
Interferiste en su felicidad, por estar afligida y vinculada a ella.
Eso es un gran obstáculo para ellos, cuando llegan allí.
Greetje volvió, pero vio que no la percibías; a pesar de eso, intentó transformar tu tristeza en felicidad y de una manera que ya conoces.
De modo que cuando se dejó ver, todos esos disgustos se disolvieron y tú volviste a tu propia sintonización.
Aquellos que volvieron de la muerte, 1937
Morir de forma armoniosa
El maestro Zelanus señala que la gente que como madre Crisje ya no teme a la muerte puede vivir la transición de forma espiritual:
La muerte espiritual la pueden... no es una muerte, pero pueden vivir la evolución espiritual.
Y eso, pues, será lentamente...
Sabrán de antemano...
Sentirán...
Se acostarán y se quedarán dormidos.
Y entonces se podrá... se podrá evacuar su cuerpo.
Pero habrán vivido la muerte y el morir espirituales.
Hay algunas personas, sin duda.
Crisje...
Cuando luego lean la tercera parte de ‘Jeus’, vivirán la muerte espiritual de Crisje.
Ya la describí en la ‘Cosmología’.
Ella supo con dos días de antelación...
Y entonces se acostó, y volvió a levantarse.
Y todavía fue a decir adiós a la gente.
En ella también...
Ya se estaba desdoblando corporalmente.
Ustedes se desdoblarán, vivirán milagros espirituales.
Esos rasgos los leerán en ‘Dones espirituales’...
Serán espiritualmente conscientes.
Así que ese... ese cuerpo ya no significará nada, ustedes mismos vivirán su desprendimiento.
¿No es hermoso eso?
Morir es lo más glorioso que hay.
Si ahora son odiosos, si patalean, si gruñen, si braman, si son pequeños, si carecen de alma, si no tienen amor: todo eso frenará la transición espiritual.
Deberían... un ser humano...
Deberían vivirlo con personas, deberían ir a vivir alguna vez la muerte, así se aprende mucho, si conocen esas leyes.
Lo más hermoso que el maestro Alcar hizo vivir a André durante su sanación fueron las diversas transiciones del ser humano.
“Hay que ver cuánto he aprendido”, dice André.
Ojalá no tuvieran ustedes odio y ojalá no llevaran con ustedes las posesiones, y ojalá no tuvieran esto y no tuvieran lo otro, y así vivirían su transición y el espacio, la nueva evolución, de manera espiritualmente responsable, en armonía con la madre naturaleza y el espacio.
Y ¿cómo muere el ser humano?
Miedo a la muerte.
No hay miedo a la muerte, no tienen que albergarlo.
La muerte no es miedo, no hay muerte.
Solo hay evolución.
Preguntas y respuestas 6, 1951
La muerte sigue siendo todavía, siempre, una desgracia.
Ustedes no aceptan esa evolución.
¿Qué ser humano puede decir con júbilo: “Y esta noche voy a morir.
Qué gloria”?
Eso es.
“El domingo tengo una fiesta.
Tienen que invitar ustedes a champán a todos los amigos y todas las personas y la sociedad”, porque se va a ir usted al ataúd.
Eso hacemos nosotros.
Eso hará luego André.
Preguntas y respuestas 6, 1951
Pero debajo de la primera esfera de luz ya no se puede vivir una transición armoniosa:
Sea donde fuera a donde lleguen, ¿cómo quiere el ser humano vivir todo eso si alberga tinieblas?
Todo, pues, debajo de la primera esfera vive una muerte disarmónica.
Preguntas y respuestas 6, 1951
También cuando el ser humano muere por una enfermedad —lo cual el maestro Zelanus llama en la siguiente cita una muerte enfermiza— se puede morir de forma armoniosa, porque el cuerpo material ya no significa nada.
En cambio, la gente que odia se enfrenta a morirse de un modo espiritualmente disarmónico:
Deberían volver ahora a cada ser humano; o sea, a todo lo que se desintegra, que odia, que no está en armonía, que no...
El ser humano que no tiene amor, no puede vivir un proceso de muerte espiritual.
¿No es justo eso?
Así que ustedes están en sus propias manos.
Ahora mueren una muerte enfermiza, una muerte espiritual disarmónica.
Esta es mucho peor que la enfermiza.
¿Sabían?
Porque el ser humano está sintonizado de forma disarmónica para el otro lado.
Así que tienen que vivir la muerte de forma espiritual.
El cuerpo ya no significará nada materialmente.
Así les vendrá todo encima de forma espiritual.
Y es mucho.
Morir con júbilo, pues, irse con júbilo de los demás y decir: hasta ahora.
Preguntas y respuestas 6, 1951
Madre Crisje presintió que iba a hacer la transición y aprovechó el tiempo restante para despedirse de todo:
Ella sabe ahora que tiene las horas contadas.
Y esa fuerza también le indica que tiene que despedirse de todo.
La cosmología de Jozef Rulof 4, 1944
Después pudo desprenderse de todo y decir en pensamientos a su difunto esposo Hendrik que a ella ya no le hacía falta pensar en nada más:
—No, ya no hay nada en que tenga que pensar todavía.
No tenemos deudas, Hendrik, no le debo ni un centavo a nadie.
Nunca le he faltado en nada a nadie.
La cosmología de Jozef Rulof 4, 1944
Toda mi vida trabajé duro, Hendrik.
En toda mi vida no he engañado a ningún ser humano, Hendrik.
La cosmología de Jozef Rulof 4, 1944
A madre Crisje la pueden ir a recoger el padre de Jozef Rulof y la difunta hermana de este, Miets.
El maestro Zelanus considera que la transición de ella es “morir de forma armónica”:
Crisje desciende en su organismo, ahora vuelve a vivir en su túnica, de la que André puede darle ahora que conoce todas estas leyes.
Papá y Miets se quedan velando.
André oye ahora que ella lo llama, que sigue llamándolo, pero entonces el padre de él incide en la vida de ella y se queda profundamente dormida.
Todavía pasarán horas de sueño para ella.
Aun así siente cómo se va haciendo más joven, su alma ya posee las Alas Espirituales.
André lo ve: la vida que está extinguiéndose se relaja, el organismo entrega la lucha.
Ahora el alma libera los sistemas, el sistema nervioso reacciona ahora ante la sensibilidad de su personalidad, no hay miedo ni estremecimientos, no hay agonía que pueda detener el alma en su salida libre.
¡Esto es morir de manera armoniosa!
¡Justo así es como lo quiso Dios!
Quien pueda morir de esta manera ¡percibirá y vivirá felicidad!
Mientras duerme se siente completamente feliz.
Sus pensamientos son luminosos, su marido vela y su hija vela.
Al alma se le envían esos pensamientos y fuerzas, y lo succiona como amor.
¡Esto es saber!
¡Esto es ser uno solo con la muerte!
¡Esto es entrega!
La cosmología de Jozef Rulof 4, 1944