La esfera de los niños y la reencarnación

—Y ahora, a las esferas elevadas (—dijo Alcar).
Siguieron avanzando mientras planeaban.
—La cuarta esfera, hijo mío, es la Tierra Estival.
Allí te encontraste con tu tía y allí también se encuentra el ser humano de la tierra en estado inconsciente, para visitar a sus seres queridos.
Ya te lo he aclarado todo en nuestro primer viaje.
Pero conocemos otra Tierra Estival más, aunque esta se encuentra en las regiones mentales.
Cuando las personas hacen la transición a ellas, ya no pueden volver a esta esfera ni a otras.
Se hace la transición a ellas.
Es también allí que se separan el cuerpo espiritual y el del alma, para que esta siga su camino.
El ser humano ha llegado a su sintonización espiritual y hace la transición a otros estados.
No nos quedaremos en la cuarta esfera, sino que vamos a continuar directamente a la esfera angelical, que conecta la cuarta y quinta esfera y que es una esfera intermedia.
Allí viven los pequeños de la tierra, desde el niño no nato hasta aquellos que hayan llegado a los tres años.
El niño que ha vivido la concienciación en la materia crece de este lado, aunque en la tierra no haya visto ningún amanecer.
A todos los pequeños se les trae a esta esfera y los educan espíritus del amor que poseen el verdadero amor maternal.
Para otros seres no sería posible cuidar a los pequeños, lo que te quedará claro cuando lleguemos allí.
Se asegura su sosiego.
Cuando cumplen siete años según los cálculos terrenales, hacen la transición a otras esferas, según su sintonización.
—¿No tienen los pequeños una sola sintonización, Alcar?
—No, no es posible.
Solo cuando hayan llegado a los catorce años hacen la transición a su estado existencial para seguir desarrollándose.
En la tierra se piensa que un ser todavía joven poseerá un cielo, y en verdad su estado es un cielo, pero no un cielo como se lo imaginan ellos.
Intentaré aclarártelo.
Cuando los niños hacen la transición antes de nacer, es decir que nacen muertos, son niños espirituales, aunque no ángeles en el verdadero significado de la palabra.
No pueden entrar a ningún estado angelical, por la sencilla razón de que no poseen esta sintonización.
Entre la séptima esfera y las regiones mentales viven seres que se pueden llamar ángeles, porque poseen esta sintonización.
Te dije también que allí se lleva a cabo la separación de alma y espíritu.
Así que no es posible entrar a una esfera angelical desde la tierra, aunque no se haya sentido la materia, como es el caso del niño que hace la transición antes de nacer, porque han tenido que ver con la tierra.
No habría llegado allí la vida.
¿Te queda claro eso?
—Sí, Alcar.
—Ahora otro estado.
De modo que los que tienen que llevar a cabo una tarea en estas esferas, y esto también vale para la tierra, siguen viviendo debajo de su propio estado, porque en caso de poseer una sintonización más elevada, ya no volverían.
Solo harán la transición después de haber cumplido su tarea.
Es decir: todos los seres, toda vida que vive en la tierra y llega allí, vive debajo de la séptima esfera; de lo contrario no les sería posible trabajar aquí.
Pues bien, mi maestro dirige en todas estas regiones, y también en la tierra.
Cuando haga la transición a las regiones mentales, otro espíritu continuará su trabajo y ya no podrá volver, porque espíritu y alma se separarán.
Los ángeles, pues, que viven en las regiones mentales han despertado cósmicamente.
Son ángeles con sintonización cósmica.
Los que a su vez viven en la cuarta, quinta, sexta y séptima esfera son ángeles con sintonización espiritual.
Esta sintonización no se puede comparar con una mentalidad cósmica, que poseen allí.
Mi sintonización es la quinta esfera, y por tanto no una esfera angelical, aunque todos los que viven allí son niños en el espíritu.
Niños que aman espiritualmente.
Estamos todavía lejos de los que pueden llamarse ángeles.
¿También esto te queda claro?
Así que son niños de las esferas.
Seres con sintonización espiritual.
Si todo esto te queda claro, entenderás que al pensar una madre que su hijo es un ángel, no entiende la sintonización.
—¿Persiste el contacto entre madre e hijo?
—Eso también te lo he aclarado y confirmado antes.
Esta conexión se mantiene porque los padres la quieren ellos mismos, porque la establecieron ellos mismos.
Pero en ellos recae la gran tarea de querer sintonizarse con su hijo si quieren estar conectados al llegar aquí.
—Es la triste verdad, Alcar.
—Muy cierto, hijo mío.
No vuelven a ver a sus pequeños aunque lleguen a este lado.
Es una ley espiritual que determina que los padres tienen que sintonizarse y esas leyes solo dejarán de existir cuando posean esta fuerza de amor.
Mira, allí está la Tierra Estival.

André vio como volvía a aparecer una poderosa luz.
Era la de la cuarta esfera.

—No permaneceremos aquí porque conoces esta sintonización; continuaremos con prisa hasta haber alcanzado la esfera angelical, donde nos detendremos.
Alcar se desplazó en un fogonazo.
—Mira, allí frente a ti, una esfera angelical con sintonización espiritual.
Aquí viven los pequeños en el sosiego del espíritu.
André vio una tierra preciosa.
Donde había estado hasta ahora no había percibido aún algo tan bello.
La naturaleza se podía llamar divina.
No podría encontrar palabras para representarla.
Qué sosiego reinaba allí.
El cielo estaba envuelto en una emanación plateada, en la que se reflejaba la naturaleza.
Todo se reflejaba en el firmamento plateado.
Era una imagen imponente para un humano terrenal.
No era más que felicidad para él.
Cómo serían las esferas todavía más elevadas, si aquí ya era un paraíso.
Todo era divino.
Los pequeños vivían en belleza celestial.
Alrededor: flores, rodeadas de vida joven que la naturaleza desplegaba en pleno esplendor.
Era una sinfonía de colores.
Nada más que vida, en todo estaba su felicidad.
Alrededor había asientos para descansar, rodeados por flores, donde podían permanecer los pequeños.
Estaban muy a lo lejos, con sus madres (espirituales).
Por todos lados los veía caminando y en todo residía la felicidad, el estado interior del ser.
Serían bellos, puros e inmaculados.
No podía creérselo a sí mismo: allí estaban los niños de la tierra.
Oh, si una madre entristecida pudiera estar aquí tan solo un momento, entonces olvidaría su congoja.
Veía hermosos templos, construidos con mármol blanco como la nieve.
Aquí vivían como hijos de reyes.
También sentía que ningún hijo de reyes de la tierra poseería esta felicidad.
La felicidad en la tierra no se podía comparar con esto.
—¿No podemos acercarnos más, Alcar?
Tal vez entonces pueda verlos mejor.
—No, André, no es posible.
No podemos acercarnos, perturbaríamos su tranquilidad.
André entendió.
¿Por qué no estaba contento?
Claro que Alcar podría conectarse, pero no lo hacía por él.
No había llegado todavía al punto de poder hacerse uno.
Pero lo hacía feliz que se le concediera echar un vistazo a esta esfera tan bella.

—Ven aquí, André, sentémonos.
Estaban sentados juntos en un mar de belleza.
No respiraba más que felicidad, felicidad inmaculada y pura, la felicidad de un niño de las esferas.
Le parecía delicioso y lo hizo sentir interiormente reconfortado.
—¡Cuánta felicidad tiene Dios para todos Sus hijos, Alcar!
—Hay felicidad celestial para todo ser, pero el ser humano destruye su vida eterna en una breve existencia terrenal.
Que te sea concedido respirar esto te reforzará las fuerzas de tu alma.
Sin embargo, todavía no estamos conectados con un espíritu sagrado como pensaban ser en la tierra.
Sabes dónde hemos estado.
Pero prefiero estar aquí que entre aquellos donde descendió el espíritu santo.
Ahora entenderás que no se pueden llevar niños espirituales a la tierra para que los eduque un ser humano material.
No lo habría vuelto a mencionar si no fuera tan profundamente triste.
Todo lo que vive en la tierra es demasiado basto para este estado.
Los que viven aquí no pueden manifestarse en la tierra.
No es posible.
¿Acaso no son demasiado bastos los humanos terrenales para estos pequeños?
¿No tenemos que permanecer lejos de ellos también nosotros?
Solo un clarividente imaginario transmitirá esta falsedad; otros pensarán que todo es demasiado sagrado y sentirán respeto ante esta verdad.
Si algún día él también llega aquí, solo entonces sabrá cuánto mancilló la vida.
Ahora quiero hablar de las madres que quedan atrás en pena y dolor.
Los pequeños viven en felicidad, los padres en pena y dolor.
Para los pequeños es glorioso, como para cualquier otro ser, poder dejar la tierra pronto.
Poder morir joven allí tiene significado en el espíritu.
Es la intención de Dios y el humano en la tierra tiene que aceptar todo eso.
Ninguna pertenencia en la tierra es pertenencia.
Es la intención de Dios que el hombre sepa esto y viva de acuerdo a ello.
Pero el ser humano no quiere renunciar a todo lo que piensa poseer y sobre todo no cuando tiene que echar en falta un ser querido.
Entonces está en pena y dolor, mientras que ellos viven en felicidad celestial.
Saber esto y actuar de acuerdo a ello, en plena entrega, es la voluntad de Dios, solo entonces el ser humano vive de verdad.
Pero qué poco se entiende de eso en la tierra.
Cuando lo acepten, ningún sufrimiento será sufrimiento.
Por eso sabemos y sentimos que no poseen amor inmaculado.
Dios llama a todos Sus hijos a que se reúnan con Él y eso sucede en Su momento, que ningún ser puede cambiar ni cambiará.
Aquí viven en felicidad celestial y por su ignorancia se les molesta en su felicidad.
Su pena y dolor penetra a través de todas las regiones, llegando hasta aquellos que sienten el sosiego del espíritu.
Cuando las personas acepten todo esto, vivirán y se entenderá la vida en la tierra.
Ponen todo en manos de Dios porque saben que sus pequeños viven como hijos de reyes, por lo que también ellos serán felices.
Llegará el día en que se les acercarán sus seres queridos; los esperarán en belleza de esferas, en felicidad y en amor.
Entonces estarán eternamente reunidos, si poseen amor y tienen sintonización con ellos.
Cuando hayan despertado en la tierra, vivirán como también vivimos todos nosotros, lo que es la intención de Dios.
Ese es el desarrollo de la humanidad en la tierra, entonces el ser humano está vivo y posee otra mentalidad.
Pero conocemos los estados en la tierra.
¿No choca todo con las leyes sagradas de Dios?
¿Entienden el gran acontecimiento en la materia?
¿Es la intención de Dios que se mancille esto sagrado?
¿No te he aclarado que ocurre de forma apasionada?
La madre queda destrozada cuando pierde a su hijo, pero no pueden apropiarse de nada, absolutamente nada.
Las iglesias prescriben leyes que dicen que cuantos más niños nazcan, recibirán felicidad.
Y no importa de qué manera ocurra esto, basta con que solo se entreguen.
Cómo se multiplica, en eso no se piensa.
Si ocurre en pasión y violencia, eso no se pregunta.
Y cuando Dios les quita sus pertenencias, los corazones maternos se rompen.
¿Qué moralidad es esa?
No son más que estados materiales, que carecen de significado en el espíritu.
¿Qué sentido tiene y para qué sirve multiplicar de esta manera?
Cuando los sentimientos son materiales, ¿puede desarrollarse entonces el germen espiritual?
¿Puede un estado material, que no es sabiduría en el espíritu, hacer que despierte el germen, que crezca y florezca incluso, cuando la concepción ocurre en pasión?
¿Es posible?
¿Sientes, hijo mío, lo que quiero decir?
Quiero aclararte que todo es terrenal y que ellos, por vivir lo espiritual de manera material, también serán destruidos por la materia.
Ninguno de estos estados hace que la vida esté en armonía con Dios.
Ninguno de estos padres verá la luz que cosecha un sembrador de la luz.
Los que vivan este acontecimiento sagrado de manera terrenal vivirán, por ser materiales, en pena y dolor, porque están en rebelión contra Dios.
“Pero entonces, ¿qué?”, pregunta el ser humano, “¿cuál es el propósito de todo esto?”.
El propósito de todo esto es vivir como vive todo lo natural y entonces la vida florecerá en felicidad, en belleza, y todo significará sabiduría.
Cuando las personas son una en amor, sobre esa unión no descansará nada más que bendición.
Entonces siguen el camino como es la intención de Dios.
Si le piden a Dios sabiduría, fuerza y amor para el ser que se les dará, todo será bendición para ellos y para la tierra, porque sobre su vida descansará la bendición de Dios.
El niño estará bendecido por su deseo, porque su ser uno ocurrió en amor, por lo que la joven vida crecerá, incluso más adelante dará calor a otros.
Entonces habrá felicidad en la tierra, porque las personas sabrán que la vida es eterna.
Su posesión, nacida en amor, dará amor, por lo que la mentalidad de la tierra irá cambiando.
Entonces ya no habrá guerra, porque cada ser entenderá la vida terrenal, porque los padres se habrán unido espiritualmente.
La vida será perfecta por amor.
La gente vive en la tierra con el sagrado propósito de cumplir una tarea allí, por lo que vale la pena vivir la vida.
Por eso les exclamo a los padres: seres humanos, recen para que Dios bendiga sus posesiones, para que deponga en la joven vida Sus fuerzas sagradas, que es sabiduría y amor, por lo que su vida tendrá valor, por lo que ustedes ganarán en fuerzas espirituales y por lo que algún día Él les dará de este lado felicidad eterna, ¡para siempre!
Solo entonces se habrá establecido una conexión con un propósito sagrado, en este caso el matrimonio no significará más que amor.
Entonces la vida en la tierra ya no será un tormento, ya no será pena ni dolor, sino solamente felicidad.
Entonces se entenderá lo sagrado de este acontecimiento y despertarán las madres, porque estarán conectadas en el espíritu.
Entonces ya no habrá matanza, porque el hombre vivirá.
Entonces las personas ya no preguntarán “para qué” y “por qué”, sino que depondrán todo en las manos de Dios, porque sabrán.
Entonces su vida no será un torbellino, sino un camino recto que irá subiendo hacia las regiones elevadas, hacia Dios.
Su transición en la tierra será el viaje hacia un país eterno, y envidiarán a otros que hicieron la transición antes.
Entonces no habrá pena ni dolor, porque sabrán que se volverán a ver de este lado.
La muerte no amargará su vida, la muerte ya no será morir, sino la vida.
Entonces todo será diferente y se conocerá en la tierra un Dios de amor.
Entonces cargarán la cruz que Dios les ha dado a cargar.
Ahora lloran como niños pequeños cuando tienen que perder sus posesiones.
Entonces, para ellos ¿su amor no es la posesión del niño?
Tendrán que seguir nuestro camino, porque es el camino de Dios que han seguido todos los que viven de este lado y en los cielos más elevados.
Y luego esto, hijo mío: cuando un niño, o cualquier otro ser, deja la tierra, la transición tiene un significado.
Pero en la tierra no se pueden sondar estos estados.
Las transiciones tempranas en el espíritu significan que la vida ha vivido la concienciación en la materia.
Los que viven esto tendrán que entregar todo.
Es la voluntad de Dios.
De este lado conocemos la sintonización de la vida que vive en la tierra.
Sabemos con qué propósito la vida visita la tierra.
Aquí sabemos por qué el niño, antes de nacer, iba a dejar la tierra.
Sabemos y conocemos ambos estados, porque los maestros poseen esta sintonización cósmica.
Todo esto es la reencarnación.
—¿Acepta esta ley, Alcar?
—Claro que sí.
Significa el ciclo del alma.
Luego seguiremos las leyes psíquicas y conocerás también estos estados.
Pero después te digo más al respecto.
¿Ahora te queda claro que, cuando el ser humano deja la tierra pronto, es la voluntad de Dios?
¿Que se les dio a los padres temporalmente esta felicidad en la materia?
¿Y que el ser humano se desarrollará espiritualmente precisamente en la materia?
¿No es sencillo todo?
—Una madre, Alcar, como ya me aclaró usted en la tierra, no vivirá junto con su hijo si hacen la transición juntos, pero ¿eso es cierto para todos?
—Desgraciadamente sí, para todos los seres.
La madre que desde la tierra entra a la tercera esfera verá pronto a su pequeño.
Aunque ser uno, no, eso no es posible.
No se aceptará en la tierra, pero es la verdad.
Te lo aclararé aún más.
La madre entra donde tiene su sintonización.
Eso está claro, ¿no es así?
Sabemos que desde la tierra ninguna vida puede entrar a la primera esfera espiritual, que es la cuarta esfera.
Ahora hace la transición la madre con su hijo.
El ser espiritual entra aquí, la madre allí donde encuentre sintonización.
Así que esta vive bajo ese estado, aunque puede, cuando haya llegado a ese punto, visitar a su pequeño.
No olvides que muchas madres han rebasado lo animal.
Llevan una joven vida y ni siquiera saben quién es el padre del niño.
Así hay miles de estados diferentes, en los que la madre es basta material y no puede visitar una esfera espiritual.
Te pregunto: ¿nació en amor un niño así?
¿Era todo amor?
¿Se sintonizó la madre con el niño?
¿No sería todo terrenal y Dios un ser lastimoso?
Su creación no era omnipoder, no era fuerza que conduciría al ser humano y todos los demás planetas.
¿Qué era Dios?
Como lo es el mismo ser humano, material.
¿Puede ser?
No, mil veces no.
—¿Sintoniza la madre con el ser que posee la luz del padre, Alcar?
—La madre, André, vive en un estado inconsciente y es una muerta en vida.
—¿Cuántas madres llegan aquí en ese estado infeliz?
—Miles, hijo mío, y una de cada mil volverá a ver a su pequeño.
Ellas mismas lo quieren, porque viven materialmente, porque lo más sagrado que se las ha dado fue mancillado.
¿Y acaso podrían entonces estar juntos estos seres?
¿Podría soportar de este lado ese amor, ese amor inmaculado y sagrado, esa luz, esa dorada luz inmaculada?
No, mil veces no.
Dios ha regulado todo, no castiga a ningún hijo, sino que es el hijo quien se castiga a sí mismo.
—Todo es terrible, Alcar.
—Pero no olvides que el ser humano tiene todo esto en sus manos, él mismo posee luz, así como profundas tinieblas.
—Dijo que las transiciones tempranas significan reencarnación; ¿se sabe al entrar aquí algo de eso?
—No, ningún ser sabe nada al respecto.
Ya te dije que solo lo pueden saber los que hayan despertado cósmicamente.
Solo los que vivan en las regiones mentales saben intuir y entender la reencarnación.
La vida llega a la tierra en estado inconsciente y vuelve de allí, consciente solo de esa vida.
—¿Se sabe aquí de dónde hace la transición la vida en la tierra?
¿Y cómo ocurre?
—No, tampoco eso nos es conocido.
—¿Sabe usted cuántas veces visitará el ser humano la tierra?
—Sí, lo sabemos.
La vida volverá a la tierra hasta que sienta espiritualmente, aunque esa sintonización sea material.
En cuanto llegue a ese estado, ya no tiene que aprender nada más allí.
¿Te queda claro?
—Sí, Alcar, lo entiendo todo.
¿Es posible que un ser humano se hunda por debajo de su nivel espiritual?
—Continúa así, André, es una muy bella pregunta.
No, no es posible, ni aunque en la tierra se le diera la posibilidad de hacerlo.
Para aclararte que no es posible, te contaré algo que muestra esta imposibilidad, incluso cuando el ser humano se encuentre en estado inconsciente.
Estuve presente, así que hablo por experiencia propia.
Cuando en la tierra proseguí mi camino para conocer los estados terrenales, viví este estado.
Un hipnotizador me llevó su sujeto, era una joven de veinte años, en un estado de trance, haciéndola ejecutar varias acciones.
Ella cumplía con sus deseos, actuando por lo tanto según y por medio de la voluntad de él.
De repente le ordenó desvestirse.
¿Y qué ocurrió?
Se negó con decisión.
Su poder sobre ella había sido roto por la fuerza de su sintonización espiritual; así que su personalidad la salvó, lo que se manifestó en su negativa.
En su estado inconsciente rehusó con decisión lo que tampoco haría conscientemente.
Así que queda claro que, aunque el ser humano se encuentre en un estado inconsciente no puede descender más, porque posee las fuerzas necesarias, sin conocerse a sí mismo.
El ser humano no tiene conciencia de eso.
Así que te quedará claro que, si el sujeto no poseyera esas fuerzas interiores, habría cumplido su deseo.
Así residen en el ser humano en estado inconsciente muchas otras fuerzas, así como otros estados vitales de los que no tiene conciencia, pero que son todos estados vitales que se han vivido, por los cuales ha entrado a esta fuerza de los sentimientos.
Los parapsicólogos de la tierra analizarán todos estos estados y para ellos todo es el subconsciente, bajo el que catalogan los fenómenos espiritistas que de nuestro lado se han ofrecido a la tierra.
Llegará el día en que esa joven ciencia florecerá, cuando acepte la hipótesis espiritista.
Es una ciencia que encuentra sintonización con la verdad eterna, aunque mientras no puedan intuir esta sintonización por desechar esa única posibilidad, será solo sondar grandes profundidades cuya sintonización no poseen.
Si no aceptan la vida eterna, la ciencia es y seguirá siendo terrenal, lo que significa la vida que vive en la materia.
El acceso a esta reserva cósmica solo es posible aceptando la opción espiritista.
Solo así se les conecta con la vida.
¿Eso también te queda claro, André?
—Sí, Alcar.
¿Es posible, Alcar, llegar a ese estado espiritual de este lado?
¿O hay que volver a la tierra para obtener ese grado?
—Puedo contestar tu primera pregunta de la siguiente manera: solo los que de este lado poseen una sintonización material pueden seguir desarrollándose aquí para entrar a la primera esfera existencial espiritual.
Han llegado a la sintonización material, lo que significa la transición en el espíritu.
Tu segunda pregunta es más difícil, aunque intentaré aclararte también lo útil que es volver al cuerpo material.
La tierra es un estado material, el ser humano un ser divino que sin embargo se encuentra en un estado basto material, diría incluso que preanimal.
Hemos vivido estas sintonizaciones en las esferas oscuras.
Allí viven esos seres, como en la tierra.
¿Cómo podría un ser animal intuir una vida espiritual?
¿No hace falta para poder vivirlo un estado existencial?
¿Y es posible esto en el espíritu, mientras que este haya vuelto a su vida espiritual?
¿No está en la materia la vida animal que haya que vivir, si es posible?
Más aún, ¿el alimento para poder saciarse en la materia?
¿No es la vida material para desarrollarse?
¿No es esta la pelota de juego del niño?
¿Se puede encontrar alimento animal en las esferas de luz?
¿No es la vida material el traje, la ropa para protegerse del frío?
¿No es el aliento para poder vivir?
Podría seguir así, hijo mío, para mostrarte que volver en la materia es una gran gracia para la vida que se encuentre en estos estados.
Para entrar desde lo animal a lo material, para eso sirve la vida en la tierra; entonces la reencarnación es útil.
De este lado el ser humano podrá asimilar la entrada desde la vida material a la espiritual porque ya no le queda nada por aprender en la tierra.
¿Para qué sirve el planeta tierra?
¿Qué lugar ocupa en el universo?
¿Para qué sirve la creación de Dios?
¿Entiendes el propósito de poder estar allá?
¿Para qué el dicho: la vida vale la pena vivirla? ¿Y es una falsedad?
¿No es el desarrollo del individuo?
Poder vivir cada estado vital en la materia es conocimiento espiritual, aunque encuentre su sintonización con ella.
Y la materia, ¿acaso no es la creación de Dios?
¿No sirve la materia para llegar al trabajo espiritual?
¿No es para llegar a conocer la vida?
En la tierra, el ser humano se encuentra en la práctica de la vida.
Aquí, la vida es una sola en pensamientos.
En la práctica se vive todo lo que se piensa en el espíritu.
Para eso el ser humano posee un cuerpo material, y el cuerpo de los sentimientos es uno en la materia.
Por eso, hijo mío, la materia es el medio, la tierra la posibilidad para desarrollarse rápido en el espíritu.
Hasta que la vida posea su propio estado.
¿Sientes cómo es, André?
Son los sentimientos acerca de la reencarnación.
Por eso digo: sean felices de que sea posible, porque es útil para todo lo que vive.
Así que a tu primera pregunta contesto que no volverán los que hayan alcanzado la concienciación espiritual.
En otras palabras, han completado el ciclo en la tierra y siguen de este lado en el espíritu, porque ya no les queda nada que aprender en la tierra.
Contesto tu segunda pregunta diciendo que el ser humano visitará la tierra hasta que desde lo animal entre a lo espiritual.
¿Te queda claro todo, André?
—Siento que tiene que ser así, Alcar, le entiendo por completo.
¿También es dirección cuando el ser humano visita la tierra y la razón por la que lo hace?
—Eso también es dirección, hijo mío.
La dirección sagrada de Dios.
La vida llega allí con un propósito fijo.
Los maestros conocen estos estados y saben dónde se encuentra la vida en la tierra, en qué estado está allí, qué vida se vivirá.
Te contaré una imagen muy clara que te permitirá comprender aún mejor lo bella que es la reencarnación para la vida a la que se le concede visitar la tierra: nace una niña.
Un fenómeno muy normal, no es así, pero esta vida está en la tierra para vivir algo.
No sabemos cuándo, pero llegará el día para volver a esta vida y seguir el camino hacia la perfección.
Esa niña crece hasta llegar a la edad de mujer.
Le gustan los niños, pero se le quita la posibilidad, sigue soltera.
Sigue anhelando esta gran posesión, pero no vivirá este acontecimiento divino.
Llegada a vieja en la tierra hace la transición a este mundo.
Allí se le cumple el deseo de estar con niños y poder cuidarlos.
De este lado se le concedió cuidar a niños espirituales.
Vivía allí entre la tercera y cuarta esfera.
Justo después de su transición le era una gran felicidad, aunque siguió anhelando aquello que en la tierra habría significado para ella lo más bello y lo más sagrado.
Así siguió viviendo, anhelando la maternidad.
Aquí luchaba contra su deseo.
Y es que es imposible vivirlo de este lado, ¿no es así?
Finalmente ya no puede más, se encierra y sigue viviendo en deseo y soledad.
¿Qué le sucede?
Su desarrollo espiritual se detiene, ha llegado al punto muerto.
Su lucha es ardua, su deseo por esta posesión cada vez más intenso.
Entonces se manifiesta una poderosa ley que no conocemos.
Vuelve a la tierra para ser madre.
En esa vida, pues, se convierte en madre.
Pero cómo y dónde se encuentra y cómo será esa vida, lo desconocemos, lo saben solo los que, como ya te aclaré, poseen esta sabiduría cósmica.
Esa sagrada gracia, hijo mío, se vive en la materia.
Para este fin vivió en la tierra.
¿No es imponente?
¿Podría haberse convertido en madre de este lado?
Por eso, André: el ser humano vive todo en el cuerpo material, en la tierra, para eso está la materia, el planeta tierra.
¿Puede ser más claro?
Pues bien, cuando se hayan vivido todos los sentimientos materiales, el ser humano vuelve a esta vida y sigue de este lado.
Pero primero ella vivirá unos sentimientos, porque antes, sus sentimientos residían en la concentración, ya no era consciente de una vida espiritual, para vivir precisamente esa cosa.
Así hay miles de estados, fuerzas de los sentimientos que el ser humano debe y puede vivir, y vivirá, en la tierra.
Y vivirán todo en estado inconsciente.
De este lado, cuando hayamos llegado a esa sintonización, solo entonces podremos admirar nuestra propia película vital.
Pero solo cuando hayamos entrado a las regiones mentales.
Solo cuando seamos hermanas y hermanos, cuando al amor de madre haga la transición al amor universal.
Luego otra imagen: un ser humano tiene posesiones en la tierra.
Es feliz, pues posee mucho.
La riqueza en la tierra es la felicidad para muchos.
Pero una persona que sentía espiritualmente, le dijo al rico: “Me sirven de más mis leyes espirituales, mis tesoros espirituales valen más que todas sus posesiones”.
Y estas posesiones, las que me importan, han llevado al ser humano, por poseer mucha materia, al punto en que pueda distanciarse de todo lo que pertenece a la tierra.
Posee la felicidad en el espíritu y es pobre en materia.
Son dos estados diferentes de sintonización espiritual.
Ambos viven en la tierra.
Unos no entienden que otros no anhelen la riqueza.
Otros más asesinan para poder poseer materia y riqueza.
Y estos estados los vemos miles de veces.
Ahora el meollo de todos estos estados: el ser espiritual tiene que haber vivido en un estado para poder distanciarse entonces, en la vida en la que se encuentre, de toda esta riqueza, para saber que no lo hará feliz, sino que solo le causará preocupaciones, por lo que no lo quiere.
Debe saber lo que significa poseer mucha materia en la tierra.
Solo puede saberlo porque lo ha vivido alguna vez en todos sus estados.
Y es que, aparte de la tierra, no se conocen otros planetas de los que el ser humano sepa que ha vivido allí.
Así que debe haber sido la tierra donde esa vida se ha apropiado de estas fuerzas.
Para el ser humano basto material, otro mundo existencial no es posible en los pensamientos.
Así que el que posea esa conciencia, habiendo entrado en esta fuerza de los sentimientos, debe haber llegado en un estado existencial a ese punto y encontrarse en la tierra con un propósito elevado, lo que a su vez son otros estados.
Así, avanzando, el ser humano aprenderá en la tierra todo, teniendo al mismo tiempo que deponer lo que quiera poseer en otro estado.
Lo que el ser humano asesina en un estado, lo depone y lo remedia en otra vida terrenal.
Así podría aclarar miles de diferentes estados existenciales, con los que puedo demostrar que todo lo que el ser humano aprende y aún aprenderá se ha aprendido en la tierra.
Aquí residen varias sintonizaciones de amor, estados de los sentimientos, como ya dije, para entrar desde el preanimal, el animal y el basto material en el material y para alcanzar de este lado, o ya en la tierra, la sintonización espiritual.
Y todo, André, significa el ciclo del Alma, para alcanzar lo divino desde lo animal.
Así que todo sirve para desarrollar el cuerpo eterno, que es el cuerpo espiritual.
—Todo es tan profundo para el entendimiento humano, Alcar, para poder intuir esto.
Si le he entendido bien, la reencarnación es la separación en el espíritu.
¿Es así?
—Es una separación, aunque imposible en el espíritu.
Cuando somos uno, ya no hay separación, sino que el ser uno es unión, sin importar donde se encuentre la otra vida.
El ser humano que vive en este estado posee y tiene sintonización con el amor universal.
Entonces, ya no es posible una separación.
Entonces somos uno en todo, con todas nuestras hermanas y hermanos.
En ese estado, el ser humano ha depuesto todos sus estados de los sentimientos anteriores, viviendo en esta sintonización elevada.
En ella, todo se disuelve, incluso el amor de padre y de madre, entonces el ser humano conoce un solo amor: el amor universal.
Entonces somos hermanas y hermanos.
Todos los estados de los sentimientos terrenales se han depuesto y somos uno en todo.
¿Te queda claro?
Así que no es posible una separación.
Pero todo esto es solo para los que posean esta sintonización.
Solo cuando el ser humano haya depuesto todos los estados de los sentimientos materiales, cuando el ser humano quiera empezar a vivir como debe hacerlo, también su vida en la tierra será diferente.
—Qué apoyo sería para los seres humanos, Alcar, si supieran todo esto.
—Lo sabrán todo, se lo estoy anunciando a través de ti.
Quiero convencer a las madres de que volverán a ver a sus pequeños, en radiante belleza y que vivirán eternamente en amor y gloria.
Ven, André, sigamos.