Cielo e infierno; desdoblamiento del cuerpo

André recibió de su líder espiritual el mensaje de que se le concedería desdoblarse para estar con él en las esferas.
Había esperado esta comunicación desde hacía mucho tiempo.
Durante su último viaje a la Tierra Estival, Alcar le había prometido que en cuanto sus dones estuvieran lo suficientemente desarrollados, visitaría con él las esferas tenebrosas.
Ahora había llegado el momento.
Estaba extremadamente contento, porque le parecía glorioso poder estar al lado de su líder espiritual.
Alcar le aclararía muchos estados, por lo que conocería mucho de la vida del otro lado.
También le enseñaría cómo los espíritus elevados intentan convencer a los infelices de lo deplorable que es el estado en que viven, de lo que desgraciadamente ellos mismos no son conscientes en lo más mínimo.
Además, Alcar le enseñaría que es posible ascender.
Por eso había ido a su habitación temprano y esperaba las cosas que vendrían.
Se había recostado tranquilamente y pronto sintió que se incidía en él y que iba a empezar el desdoblamiento.
¿Ya estaba oyendo algo?
¿Era esa la voz de Alcar?
Escuchó con atención.

—¡André!

Se pronunció su nombre suavemente y reconoció la amorosa voz de su líder espiritual.
André sabía ahora que el gran proceso estaba por empezar.
Era consciente de todo lo que pasaba a su alrededor.
Veía claramente que en su habitación flotaba una emanación azul, que se hacía más y más densa.
Planeaba encima de su cabeza y se quedó suspendida allí.
Sentía algo peculiar en los pies, por lo que entendió que Alcar lo iba a liberar de su cuerpo material.
Primero sintió un tintilleo y luego le entró una sensación como si algo fuera retirado de su cuerpo.
Lentamente sintió que algo emergía en él e iba subiendo; después el corazón le empezó a latir más rápido y se aceleró la circulación de la sangre.
Era ahora completamente distinto que en su último desdoblamiento.
Cuando su cuerpo espiritual (en el desdoblamiento anterior) se hubo desplazado hasta arriba de las rodillas, se había desplomado inconsciente y no había sabido nada de lo que le había sucedido.
Había despertado (en su desdoblamiento anterior) al lado de su cuerpo material.
‘¿Acaso Alcar me aclarará ahora todo y dejará que lo viva conscientemente?’, se preguntó.
Si eso era posible, significaría para él sabiduría en el espíritu.
¿Qué se sabía en realidad de los que dejaban la tierra?
¿Qué sentían al partir?
Qué glorioso sería que se le concediera saberlo.
Si el ser humano estuviera convencido de que morir significa ir a una tierra más hermosa y bella, podría separarse con más facilidad.
Cuánto se complicaban la partida muchas personas.
Muchas veces había estado en un lecho de muerte y había visto sufrir tanto a un ser humano que le dolía el corazón.
Si pudiera vivir conscientemente el desprendimiento del cuerpo espiritual, podría ser un apoyo para muchos y podrían entregarse tranquilamente a los que llegaran a buscarlos.
Ya no habría entonces temor a la muerte, pues podría contarle a la gente que morir no es más que deponer la vestidura material que le ha servido todos estos años.
Ya sentía lo tranquilizador que sería para muchas personas, porque qué tormento era a menudo una transición a ese mundo.
A veces planeaban durante días entre dos mundos.
No podían soltarse porque no sabían nada de estas cosas.
Le parecería glorioso comunicarles la verdad.
Ahora oyó a Alcar, que le pidió escuchar.
—Se requiere de tu concentración completa, André —se le dijo—.
Escucha bien y no olvides nada de lo que vivirás ahora.
Si luego comunicas todo lo que experimentarás a la gente, les será a muchos más fácil dejar la vida terrenal.
Quiero que vivas y experimentes de manera consciente todos los estados emotivos y las transiciones, y también este desdoblamiento.
A André se le aceleraba cada vez más el corazón.
También sintió que su cuerpo espiritual fue subiendo más y más, por lo que oía el latir de su corazón a gran distancia.
Fue para él una sensación extraña y sumamente asombrosa.
De inmediato oyó hablar a Alcar, que había captado sus pensamientos al respecto.
—Es así, hijo mío, porque ha empezado la separación del cuerpo espiritual y material.
Mientras el ser humano viva en su vestidura material, intuye en el lugar que llamamos el centro vital: el plexo solar.
Ahora, sin embargo, el cuerpo espiritual ha rebasado ese punto.
El corazón que late con ritmo acelerado, que se puede oír a gran distancia, es consecuencia de que el cuerpo espiritual haya rebasado el centro vital que vela conscientemente.
Y desde ese momento, la fuerza de los sentimientos hace la transición en el espíritu.
¿Te queda claro?
André entendió todo, porque sentía, oía y veía.
Alcar prosiguió:

—Solo pueden desdoblarse de esta manera los que posean la sensibilidad necesaria.
Y luego hace falta también la sintonización con los estados espirituales.
Todo esto facilitará y acelerará el desdoblamiento.
De nuevo, André sintió que iba subiendo.
Alcar prosiguió:

—Hemos llegado ahora a la altura en que podemos entrar desde lo material a lo espiritual; aunque permanecerás otro poco en este estado, porque quiero explicarte una que otra cosa.
Te habrás percatado de que los sentimientos son lo esencial en el humano como ser.
Los sentimientos son vida y la vida es amor, por lo que el ser humano puede ser uno con Dios y por lo tanto es divino.
Desde este momento, hijo mío, mira a tu alrededor, tus sentimientos harán la transición al espíritu.
Ahora solo podrás observar por la fuerza y la irradiación del amor, porque el amor es luz de este lado.
Así que el amor es sentimientos y por eso el humano poseerá luz y felicidad, según sienta interiormente y esté sintonizado.
Ahora planeas entre dos mundos; tu cuerpo espiritual sigue conectado con la materia, pero ya siente y vive en el espíritu.
Por eso sigues oyendo incluso a lo lejos el latir de tu corazón, que deja que se oigan sus latidos como un eco en el espíritu.
Es un acontecimiento imponente, André, vivido por solo pocos de los que siguen en la tierra.
Ahora intenta ver y observarás que la materia está envuelta en una densa emanación.
Todo es diferente que cuando lo ves en estado normal.
Eso es así porque tus sentidos pertenecen al cuerpo material, aunque eso no será ningún obstáculo en el espíritu.
¡De este lado los sentimientos poseen todos los sentidos!
El oído, la vista, el olfato, el gusto, en una palabra: la vida del espíritu es una en todo y ese uno son los sentimientos.
Por eso el cuerpo de los sentimientos es lo esencial.
Eso lo tiene que desarrollar el ser humano para hacer la transición a una condición existencial superior.
Toda la materia está ahora envuelta en una emanación gris.
La mejor manera de percibirlo será mirando las paredes, las pinturas y todos los demás objetos.
Son de una sustancia espiritual basta que todavía no puedes atravesar con la mirada, porque tus sentimientos de concienciación son mitad espirituales, mitad materiales.
Así que el cambio de toda materia se explica porque planeas entre dos mundos, por lo que la materia se encuentra en un estado vital semiconsciente y tu poder de observación en la materia se ha debilitado.
Gracias a mi concentración y también a tu propia fuerza y sintonización logré mantenerte a esta altura.
Rebasaremos ahora el punto de despertar en el espíritu.
Pon mucha atención ahora, André, entrarás ahora en otro estado más, diferente también.
A André le entró la sensación de que su cuerpo espiritual fuera deslizado hacia arriba, pero también de que había algo que impedía que subiera más.
Lo sentía claramente y le pareció muy curioso.
—Lo que sientes ahora, hijo, es la fuerza opuesta para este acontecimiento.
Es la fuerza de atracción de tu cuerpo material, causada por el cordón fluido que une ambos cuerpos.
Queda claro, además, que tus sentimientos son más materiales que espirituales y luego está también la dificultad de que aún vives en la tierra.
Son los factores que obstruyen tu rebasamiento, como ser humano terrenal, de este punto de transición, es decir: de la materia al espíritu.
El cordón fluido posee esa fuerza según los sentimientos encuentren sintonización en el espíritu.
De modo que según como sienta el ser humano, así hace la transición.
Cada ser tiene su propia sintonización y por eso es que todas las transiciones también serán diferentes.
¿Te queda claro?
Si no fuera por mi ayuda no podrías desdoblarte conscientemente, porque no bastan tus fuerzas para eso.
Así que se limitaría a un desdoblamiento en pensamientos.
Ya te hablé de eso.
Ahora haremos la transición a otro estado.
En ella te quedará claro que el cordón fluido es en este acontecimiento la fuerza que obstruye.
Desviaré mi concentración de ti, por lo que volverás en el estado anterior.
Pon mucha atención, André.
André sintió que volvía en su estado anterior.
Oía claramente el latir de su corazón y todos los objetos materiales se le hacían visibles.
Pudo además distinguir sus observaciones espirituales de las materiales.
Si algo lo tuviera que convencer jamás de que la vida es eterna, era esto.
Si una imagen le mostrara la reflexión inteligente después de la muerte, era este acontecimiento.
Era imponente.
Solo ahora sentía lo grandes que son las fuerzas espirituales.
—Ahora, hijo, vuelvo a la fuerza de los sentimientos del ser, lo que te quería aclarar.
Para los que parten en la tierra estas fuerzas dejan de existir, porque el cordón fluido se rompe cuando hacen la transición.
Todos rebasarán estos estados de los sentimientos, aunque vivan todo inconscientemente.
Para algunos significará lucha, para otros nada más que amor y felicidad.
Todo se cumple según su sintonización interior.
¿Entiendes ahora todo?
El cordón vital une ambos cuerpos y mantiene al espíritu envuelto en miríadas de hilos.
Es un fluido suave en el que vive el cuerpo espiritual.
Solo nosotros podemos observarlo.
Se puede desarrollar sintonizando los sentimientos en el espíritu.
Así que cuanto más alta la conexión del ser humano, más bella y fácil le será también la transición.
Así que todo es sencillo.
Otros, no obstante, que se han olvidado durante la vida en la tierra, llegan aquí inconscientes.
Tardan mucho en despertar.
Su sintonización de los sentimientos es con las esferas tenebrosas y por eso su transición ocasionará una sacudida.
Podría hablar mucho de todos estos estados, porque el ser humano está sintonizado con el Cosmos.
Pero hay que tener orientación cósmica para lograr conectarse.
Ahora volveré a sintonizar mi concentración, por lo que entrarás en un estado más elevado.
André sintió que iba subiendo y que lo invadían otros sentimientos.
—Llegamos ahora al punto en que empieza la separación y tu conciencia material hace la transición al espíritu.
Podrás sentirlo claramente.
Aun así tu espíritu está conectado con tu cuerpo material; pero ¡observa ahora toda la materia!
Todo lo que pertenece a la tierra es transparente.
Ahora puedes ver a través de todo; la emanación gris se ha disipado.
Esto se debe, como te decía hace un momento, a que tus sentimientos han hecho la transición al espíritu.
Así que estamos a punto de dejar el cuerpo material.
Percibes según la fuerza del amor que lleves dentro, porque como sabes, el amor es luz de este lado.
Para los que no sientan amor en el espíritu ni lo posean, todo será oscuridad.
Espero, hijo, que hayas entendido todo.
No me es posible aclararte estos estados de otra manera que como lo has vivido ahora.
Pero entenderás todo, porque lo ves, oyes y sientes.
Y vivir esto les es dado solo a unos cuantos en la tierra.
Por eso te pido con insistencia, hijo, no olvidar nada de todo lo que te mostraré más adelante.
Lo vives para miles de personas.
De esta manera quiero intentar llegar al ser humano en la tierra.
Quiero aclararle que la transición a este mundo no es más que amor, si se desarrolla en el espíritu.
Está en sus propias manos.
Depende de él mismo si encontrará en esta vida felicidad y amor, o profundas tinieblas.
De este lado conocemos solo una ley, un dicho, que es: “Poseer mucho amor es sabiduría en el espíritu”.
¡Vale para ti también, André!
Si no poseyeras esa fuerza, no me sería posible mostrarte todo esto.
El amor es saber, nada más que felicidad en la vida después de la muerte.
Ningún ser que no conozca amor podrá entrar en una esfera más elevada, lo que te enseñaré y haré vivir en este viaje.
La luz azul que observaste es la irradiación de tu amor y mantiene envuelta a la materia.
Te dice, además, que todavía vives en la tierra.
Los que hacen la transición extraen todo de la materia, porque van a dejar esa vida.
Ahora te liberaré por completo.
André sintió que se le liberaba de su cuerpo.
Ahora planeaba encima de su propia vestidura.
Había dejado el cuerpo conscientemente, había recibido más sabiduría en el espíritu y había conocido mejor la vida.
Qué poderoso era el amor.
Esto era posible solo por el amor.
Allí yacía su cuerpo material, como si este ya hubiera muerto.
Aun así estaba vivo.
El cordón fluido mantenía ambos cuerpos juntos.
Llegaría el día en que se rompería para siempre y no tendría que volver.
Lo llenó una sensación agradable.
Era el sosiego de este lado lo que lo hacía feliz.
Oyó que Alcar dijo:
—Lo que sientes, André, es tu conexión en el espíritu.
Han despertado y se volvieron conscientes tus sentimientos de ser eterno.
André descendió.
Alcar lo recogió en sus brazos.

—Ocurrió un proceso imponente, hijo.
Estaremos juntos mucho tiempo.
En este viaje tengo que mostrarte y aclararte muchas cosas.
—Cómo agradecerle, Alcar, todo lo que me ha dado en la tierra.
—No me des las gracias a mí, André; nuestra vida pertenece a Dios, a Él le debemos todo.
Alcar no quiso agradecimientos y André agradeció a Dios todo lo que se le había dado.
Era una gracia grande poder vivir esto.
—Vuelve a mirar tu vestidura, André.
—¿Qué es eso, Alcar?
—Ya no podía ver su cuerpo material—.
¿A qué se debe?
—Hace un rato seguías conectado.
La luz azul envuelve tu cuerpo durante nuestra ausencia.
En nuestro viaje anterior Adonis cuidó todo; ahora ya no hace falta, porque tu irradiación forma una pared y esconde tu cuerpo.
Permanecerá en esa emanación hasta que volvamos.
Está oculto para espíritus infelices.
Podemos irnos de aquí sin preocuparnos.
Concéntrate ahora en tu vestidura, se hará visible.

André hizo lo que Alcar le dijo.
La emanación azul se desgarró, se hizo visible su cuerpo.

—¡Qué hermoso, André!
Te muestra que has avanzado y sabes usar tus fuerzas.
Nos alejaremos hasta cierta distancia de tu cuerpo.
Planeamos ahora en el espacio.
Para el ser humano que siente materialmente será increíble, pero el espíritu se mueve por la fuerza de sus pensamientos.
En la tierra, el hombre primero tiene que pensar antes de que pueda intervenir actuando.
De nuestro lado actuamos de inmediato cuando ajustamos nuestra concentración.
¿Te queda claro?
—Sí, Alcar, lo entiendo todo.
—Ya nos estamos moviendo cuando nos sintonizamos.
Apartaré mis pensamientos de ti, porque quiero aclararte algo.
André sintió que le entró una fuerza muy curiosa.
Si no se oponía a ella con todas sus fuerzas, era tirado de vuelta a su cuerpo material.

—¿Qué es eso, Alcar?
—Es una prueba de que sigues viviendo en la tierra.
El cordón fluido te vuelve a tirar hacia tu cuerpo.
Por eso te mostraba la fuerza que se opone, te hice vivir que ese cordón une el cuerpo material y el espíritu.
No es visible y aun así sientes su fuerza.
También muestra lo etérea que puede ser nuestra vida.
Así que según su sintonización el ser humano siente esas fuerzas que se oponen a este acontecimiento, e igual al hacer la transición.
Todo es tan sencillo.
Es la sintonización espiritual de todo ser.
Has de saber cómo usar tus fuerzas y te moverás según tu propia voluntad.
Otra prueba más, André.
Concéntrate en mí, no importa a donde vayamos.
Alcar se desplazaba con una velocidad tremenda.
—Hace un rato te conté, y también te lo mostré en nuestros viajes anteriores, que podemos desplazarnos en un fogonazo.
¿Dónde piensa mi hijo que se encuentra?

André miró a su alrededor, pero no vio más que una masa gris.
Después de mucho reflexionar le dijo a su líder espiritual que no se podía orientar.
—Entonces escucha.
Nos encontramos en el centro de la tierra.

André miró a su líder espiritual, pensando que no era posible.
—¿Es increíble para ti también?
Te muestro que el espíritu puede moverse a través de toda materia y que no conoce obstáculos.
De haber ajustado tu concentración en mí puramente, habrías sabido a dónde íbamos.
Ahora sabes que para nosotros todo es posible.
Aun así será asombroso para ti poder vivir esto como ser humano terrenal.
Podemos subir y bajar a nuestro antojo.
Somos dueños de nuestro pensar intelectual, como lo tuvimos algún día en la tierra.
Tenemos un cuerpo más bello que el que posee o conoce el humano en la tierra.
Nos podemos conectar y sintonizar con todo, según las fuerzas que haya en nosotros, que es el amor.
Podemos conectarnos con todo lo que vive.
Somos vida y podemos ser uno con toda la vida, con Dios, porque Dios significa vida.
Podríamos señalarle a la humanidad minerales que ni siquiera conocen, pero que necesitan mucho más que otros.
Incluso cosas desconocidas en la materia, todo lo que la tierra mantiene oculto.
Podríamos mostrarle por qué se originan los terremotos, por qué se manifiestan esas acciones que interfieren.
¡Nosotros los descorporizados podemos hacer lo que sea!
Y ese todo es según vayamos encontrando sintonización en el espíritu, según la fuerza del amor que haya en nosotros.
No podemos llegar más arriba.
Poseeremos sabiduría según sean nuestros sentimientos.
Pero ¿cómo un muerto en vida entenderá la vida en otros planetas, si no siente ni conoce su propia vida?
¿Si no quiere aceptar que vive eternamente, si no siente ni oye su clara pero suave voz interior?
¿Qué utilidad tiene que vuelen a capas de aire desconocidas, si olvidan su vida interior?
Aquí se conoce y se sabe hasta dónde pueden ir.
Aquí saben que hay partes donde la vida terrenal deja de existir, donde todo se fundirá, si a pesar de todo quieren volar a ese espacio.
Aquí conocemos su patético volar.
El ser humano debe actuar conforme a las fuerzas que haya en él, lo que es la posibilidad de vida para el humano en la tierra.
Miles llegarán aquí demasiado pronto, solo entonces se detendrán y entenderán que esas regiones son inalcanzables para ellos.
Aquí se conocen capas de aire donde se detiene la vida terrenal.
No hay fuerzas materiales aptas para ellas.
Todo esto lo demostrarán los cosmólogos del futuro.
Demostrarán que todo significa destrucción si quieren elevarse a esa altura de la tierra.
Llegará el día en que esos secretos serán revelados, pero entonces todo será diferente en la tierra.
Los eruditos se sintonizarán con nosotros, sus inventos servirán al ser humano.
Así como ahora se consume todo, no hay más que violencia, destrucción de la humanidad.
¿Es esa la intención de Dios?
Surgirán inventos que sirvan a la felicidad de la gente.
Algún día visitarán otros planetas, aunque solo para bien; no habrá más que felicidad, y así se desarrollarán espiritualmente, encontrando sintonización cósmica.
Harán falta miles de años antes de que sea posible encontrar un ser sintonizado que pueda nacer en la tierra.
Entonces conocerán la felicidad, poseerán amor y la tierra se convertirá en esferas de felicidad.
Ahora volveremos al lugar donde descansa tu cuerpo.
La concentración fuerte, hijo, significa conexión de este lado.
Antes de que emprendamos ese viaje, tengo algo que comunicarte.
En primer lugar, André, pregúntame cuanto quieras.
Te contestaré según mis fuerzas y conocimientos.
Y luego esto: todo lo que vivirás como espíritu desdoblado tiene como propósito convencer a la humanidad de nuestra pervivencia.
Fíjate en todo y recuerda lo que ves, lo que te mostraré en el espíritu.
Al regresar a la tierra lo difundirás.
Ten en cuenta que tu don pertenece a otros, así que echa mano de todas tus fuerzas que hagan falta, porque nuestro tiempo es valioso.
Usarás de manera útil tu vida allá.
No permitas que pase una hora sin aprovecharla.
Deja que otros hagan con sus vidas lo que ellos quieran pero no te dejes arrastrar por sus senderos tenebrosos, que han echado a perder sus vidas.
No escuches su sabiduría imaginaria, que sacan de libros y que no siguen en sus vidas.
Tienes que sentirlos y saber usar tus fuerzas.
No te alejes un ápice del camino escogido.
Y no malgastes tu tiempo amenizándoles las noches.
Duermen su profundo sueño espiritual y tardarán mucho en despertar.
Cuídate de los que usan máscaras, que se saben esconder detrás de paredes espirituales.
Ellos son los que se quieren enriquecer con la sangre de Cristo.
Son barriles huecos, sin fondo, que mancillan nuestro alimento espiritual.
Planean por este espacio y la tierra sirve como punto fijo para apoyarlos.
Son ellos, hijo mío, los que hacen actuar la vida como si fuera un teatro, que organizan sesiones de espiritismo y lo usan para sensacionalismo.
Te tengo que poner sobre aviso de ellos.
En este viaje te aclararé lo insignificantes que somos los humanos, y cuando entres en las regiones elevadas, conocerás nuestra vida.
Todo eso lo vivirás en este viaje.
Nuevamente: pon atención en todo.
Has de saber que poder conectarse con nosotros es la gracia más grande de Dios que se le dio al ser humano.
Mira, ya estamos en el lugar donde descansa tu cuerpo.
Desde aquí inicia nuestro viaje y le pediremos apoyo a Dios.
André había regresado a su habitación y al lado de su vestidura material se arrodilló con su líder espiritual.
Alcar le rezó a Dios.
 
—Padre Todopoderoso.
Te pedimos fuerza y apoyo para fortalecer nuestra fe y confianza en ti.
Gran Padre.
Hay en nosotros un deseo sagrado de poder convencer al ser humano de que existe una pervivencia eterna.
Lo podemos hacer solo por Tu fuerza, por Tu gracia y te pedimos que nos ayudes.
Te pedimos luz y amor, Tu protección.
Haz de nosotros instrumentos humildes.
Pon en nosotros Tu fuerza sagrada, Tu saber, y guíanos para poder seguir andando Tu camino.
Solo por Tu fuerza navegaremos mares, podremos resistir tormentas, por Tu poderosa fuerza que está en nosotros, porque cargamos Tu vida, incluso somos y significamos Tu vida.
Padre, apóyanos en este viaje.
Amén.