Los maestros hablan en la tierra

El Siglo de Cristo cambió la sociedad e hizo feliz al ser humano.
El ser humano fue a la primera esfera a través de la tierra crepuscular.
Todos sienten que van a ocurrir cosas grandes.
En la tierra se habla de instrumentos técnicos que resultarán ser verdaderos milagros y que conectarán el cielo con la tierra.
Entre la gente ya hay instrumentos que pueden reproducir el pensamiento del mundo astral.
Pero, como ya les dije, el Estado todavía no los ha podido aceptar.
Los parapsicólogos controlaron los aparatos y los rechazaron, dado que se suponía que podrían ser influenciados por el ser humano.
El Estado sí ha permitido que los aparatos fueran comercializados, para que encontraran su camino a innumerables familias.
Después de sopesar mucho los pros y los contras el Estado declaró que cada persona decidiera por su cuenta cómo actuar en esta cuestión.
El ser humano es consciente y tenía que evaluar él mismo si los pensamientos del otro lado se manifestaban de forma pura.
Ahora se habla de un aparato de voz directa, esto pondría fin a cualquier duda.
Varios eruditos entregaron sus fuerzas a ello y ahora se dice que uno de ellos, continuando sobre la base de las experiencias de sus colegas, ha hecho experimentos exitosos.
Los conduzco al laboratorio de este erudito y les ofrezco una imagen del futuro.
Junto a su mujer está al lado del instrumento y sigue con sus miradas el complicado aparato.
Ya no puede haber trastornos, el erudito sabe que ahora el milagro ha quedado concluido.
Le entra una sensación feliz.
La que es su alma gemela lo abraza.
En ambos surgen las mismas preguntas.
¿Hablará el milagro ahora?
Enseguida se demostrará que se puede establecer contacto entre la tierra y el mundo astral cuando habla el otro lado...
Entonces se demostrará también de forma irrebatible que la muerte no existe.
El milagro técnico derriba todo y tiene que poder penetrar hasta las leyes astrales.
Cuando habla, ocurrirá al margen de cualquier influencia o incidencia.
Al erudito le entrará una gran serenidad, siente que desde ese otro mundo se incide sobre él y que le instalan esa serenidad, tal como ha ocurrido tantas veces durante su trabajo.
Mediante su milagro técnico quiere convencer a la humanidad y sobre todo a la ciencia de la pervivencia eterna.
Lo pondrá en manos del Estado.
El aparato le ha costado una cantidad indescriptible de tiempo y fuerza, bendita sea el alma gemela que lo ayudó a cargar.
Llegó al conjunto a través de todo tipo de leyes y estados, usando a ese respecto las manifestaciones que vivió durante las sesiones físicas y psíquicas.
El instrumento, al que le ha dado ahora el toque final, tiene que ser capaz de densificar el aura vital.
En los experimentos consiguió que del aparato fluyeran ráfagas de nubes que son la densificación del protoplasma.
Ahora conecta el instrumento y vuelven a salir nubes.
La atmósfera en el laboratorio es fresca; de lo contrario las auras no podrían llegar a densificarse.
El erudito y su alma gemela están arrodillados ante el milagro, esperando llenos de tensión.
¿Hablará el otro lado?
¿Recibirán las pruebas pertinentes de una pervivencia consciente?
¿Es el ser humano consciente también en los mundos astrales? ¿No perdió allí nada de su personalidad terrenal?
Los médiums han presentado muchas pruebas de la continuación; aun así la ciencia no se vio convencida.
¿Aportará este instrumento en la tierra señalas de vida aceptables del otro lado?
De pronto oyen una respiración poderosa, ¡sale claramente del aparato!
Ninguno de las dos se mueve, la tensión es casi insoportable.
De nuevo oyen una respiración, más clara todavía que hace un momento, como si alguien se preparara a hablar.
Se tose.
Y entonces oyen decir:
—No te asustes, no temas, hijo mío.
Soy yo, ¡tu padre!
Te habla tu propio padre.
Sí, hijo mío, créeme, soy yo.
No te inquietes.
¿Ya me has reconocido?
¿Oyes por mi voz que soy yo?
Ay, hijo mío querido, pero no te inquietes, sino tendré que regresar.
Te habla tu padre, Dios me dio esta gracia.
Se me concedió ser el primero en decirte que vivimos.
Nancy, cariño, tu madre, está aquí.
Ella seguramente también tendrá cosas que contarte.
No hay que llorar, queridos hijos, mejor no desperdiciar las fuerzas, para no sucumbir.
Vamos, di algo.
¿No puedes hablarme?
Enseguida tendré que volver a irme.
El erudito se ha quedado mudo.
Después se recupera y dice:
—No consigo decir ni una palabra, padre.
—Pero si ya estás hablando, muchacho mío.
Sigue.
—Yo sé, querido padre, que es usted.
Lo estoy viendo.
Sí, es usted.
Lo reconozco por su voz.
Estoy tan agradecido a Dios, padre.
—Nosotros también los estamos, hijo mío.
¿Sabes lo que significará este sagrado milagro para la humanidad?
La felicidad para la humanidad es inabarcable.
Has recibido una gran gracia de Dios y a eso has entregado tu vida.
Por eso habrá millones de almas que recibirán la felicidad astral.
Este sagrado milagro salvará la brecha entre la vida y la muerte.
¿Sientes lo increíble que es este milagro para la humanidad?
—Lo sé, padre, lo sé.
—Nancy, tu madre, también dirá algo.
Hijo mío, tu propia madre acudirá más tarde, pero te manda recuerdos.
Está enterada de este milagro, aquí estuvimos juntos muchas veces y se nos concedió seguirte en todo.
El milagro es completo.
La emoción de ambas almas es indescriptible, aun así saben evitar derrumbarse.
No se les deja tiempo para pensar, el instrumento vuelve a hablar; ahora aparece la voz de una mujer.
—Querida criatura mía.
Te habla tu madre.
Sé lo feliz que eres.
Pero estate seguro de que el otro lado comparte con los dos la felicidad más imponente de todas; aquí hay millones de almas que saben que los maestros hablarán.
Querido hijo mío, qué bueno, qué cariñoso eres para mi pequeña Nancy.
Y tú, pequeñito mío, ¿saludarás a papá de mi parte?
Dile que pronto estará conmigo.
Es la voluntad de Dios que volvamos a reunirnos.
Nuestra felicidad es poderosa.
Nos amaremos eternamente.
Qué sagrado es, queridos niños.
Conoces nuestra felicidad de la tierra, Nancy, pero ¿cómo no será entonces en este lado?
Se me permite hablar luego un poco más contigo.
Ahora tengo que interrumpir el contacto, llega el maestro.
Inmediatamente después oyen:
—¿Les parecieron extraños estos sonidos?
¿Reconocieron a sus padres?
Ciertamente, hermana mía y hermano mío, el otro lado habla ahora a la tierra.
Los padres de ustedes crearon este contacto, Dios les dio la gran gracia de ser los primeros en hablarles.
Han alcanzado las esferas de luz.
Yo soy el maestro de ustedes, se nos ha concedido dar juntos este milagro a la tierra.
Este sagrado milagro es para la humanidad, para la Casa de Israel.
Luego e incluso pronto los maestros hablarán a ustedes desde las más altas esferas.
Por medio de ustedes hemos podido terminar este milagro.
Yo les infundía continuamente alma, era su maestro invisible.
Pero nos hemos preparado para este milagro en el otro lado, para eso han regresado ustedes a la tierra.
Ahora estamos preparados, Dios nos dio esta gracia.
Los maestros más elevados acudirán a ustedes.
Luego volveré yo.
Entonces habló el maestro más elevado del otro lado:
—Llego a ustedes en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¿Saben que Dios es amor?
Les agradecemos toda la molestia.
Son ustedes espíritus luminosos, criaturas mías, porque vivieron para nacer en la primera esfera.
Ambos han venido a la tierra para este milagro espiritual.
Tengo que darles las gracias en nombre de los maestros.
Tengo un mensaje para ustedes.
En el día que fijo ahora, hoy dentro de dos semanas a la misma hora, volveremos a acudir a ustedes.
Mientras tanto pueden sintonizar con esa hora y descansar un poco.
Tienen que invitar a los maestros de (la Casa de) Israel, al Estado y a las ciencias que vengan aquí para vivir con nosotros la primera sesión.
¡Entonces hablaremos a la tierra y a la humanidad!
Desde ahora la humanidad tiene que aceptar que la muerte no existe.
Todas las facultades serán instruidas por el otro lado.
También los representantes de las iglesias tienen que estar allí.
¿Quieren encargarse de eso?
—Sí, maestro, me encargaré de que todo esté listo.
—Les damos las gracias, a usted y a su alma gemela.
Me retiro, le hablará su maestro.
¡Dios es amor!
Y habla este maestro:
—Aquí estoy otra vez, hermano y hermana mía.
Claro, quieren saber sobre el instrumento y la vida de ustedes mismos.
Estoy listo para que me puedan hacer preguntas.
—¿Cómo darle las gracias, maestro?
¿A qué se debe que nos haya tocado esta felicidad?
“Esta gracia la dio Dios a los dos.
Se han preparado ustedes en este lado para esta tarea grandiosa.
Entonces llegó el instante de volver a la tierra.
Comenzaron ustedes su estudio y ahora se ha completado este milagro en el que ha trabajado mucha gente.
Ellos también viven en las esferas de luz y les hablarán más tarde.
—Así que ya vivíamos en el otro lado —repite el erudito, abrumado.
—Los milagros espirituales, hermano mío y hermana mía, solo los puede crear la criatura espiritualmente consciente de Dios.
Así que ustedes ya llegaron a ese punto.
En esta lado han podido prepararse los dos.
Pero Dios les dio esta gracia.
¿Ya intuyeron que son almas gemelas?
No es concebible una mayor felicidad, pero así es como llevamos este milagro técnico a la tierra.
—¿Me enseñó usted en la vida de allí todo lo relacionado con el instrumento?
—En este lado fui el maestro de usted; también ahora.
Me quedé aquí y le inspiré desde este lado.
También he podido ayudar a otros de este modo, usted completaría el conjunto.
—¿Podría contarme más sobre la vida eterna, maestro?
—Eso ya vendrá, amigo mío.
Luego les hablaré de esto.
Y no se olvide: todavía tenemos que llevar a cabo muchas cosas.
En este lado todavía hay muchos milagros técnicos que regalaremos a la humanidad.
Así que pronto seguiremos.
—Pero ¿cuáles son los milagros que estamos viviendo, maestro.
—¿Habría sido capaz de vivir este milagro por sus propias fuerzas?
—No, maestro, no habría sido posible.
No era posible vivirlo por medio de un solo ser humano.
“Por eso les dio Dios esta gracia, hermano mío.
Nacieron en la tierra, vivieron muy separados y aun así esta alma entró en su vida.
Forma parte de su conciencia.
Esto también es un milagro divino.
En esto puede ver el poder supremo de Dios.
Para esto han recibido ustedes su felicidad.
Ciertamente, solo habrían sucumbido ustedes.
Su alma gemela tuvo que ayudarlo a portar.
Y eso hizo, pudimos trabajar a través de ella.
Le estoy muy agradecida por todo el amor que ha dado a usted y a mí.
—Pero, maestro, somos nosotros quienes tenemos que darle las gracias a usted.
—Tienen que aceptar mi gratitud.
En este lado conocemos el amor omnipoderoso de Dios, y este amor envuelve en sus rayos al ser consciente.
Dos personas representan a Dios y esta felicidad la han recibido ustedes en sus manos como seres materiales.
Por eso hemos podido conectarnos entre todos.
Hizo que nuestro ser uno fuera perfecto e inmaculadamente espiritual.
El alma de usted portó este milagro, ella lo creó, ella le dio las fuerzas.
Por eso quiero darle las gracias.
¿Quiere aceptar usted mi agradecimiento, querida hermana mía?
Cuando haya llegado el momento, criatura mía, le hablaré de los milagros espirituales.
Hemos ido fundiéndonos íntimamente y nos conocemos ya desde hace muchos siglos.
—¿Qué tengo que hacer ahora, maestro?
—Nada, estimado.
Primero tiene que descansar un poco.
Se va a preparar para el gran acontecimiento que ha constatado el maestro supremo de este lado.
Después seguiremos y comenzaremos con un poderoso instrumento que acabarán otros después de nosotros.
—¿Cómo fue el contacto, maestro, durante nuestro ser uno?
—Muy natural, amigo mío, lo elevé a usted en mi propia vida.
—¿Está permitido hacer muchos de estos instrumentos?
—Sobre eso hablarán los maestros.
Eso no está en mis manos.
—¿Está blindado el instrumento para el mundo tenebroso, maestro?
—Ni una sola alma de los millones que hay en las esferas tenebrosas puede hablar por medio del instrumento al margen de nuestro conocimiento y de nuestra voluntad.
Está sintonizada con las esferas de luz.
De modo que no teman que los demonios del infierno mancillen nuestro instrumento, nuestro mundo vela por este milagro espiritual.
Luego simplificaremos el instrumento.
También pueden prepararse para el instrumento de materialización, este también está listo.
—Es posible, maestro, que el instrumento de materialización se conecte con esto?
—Las fuerzas para ello existen, solo tenemos que introducir algunas modificaciones.
Eso también vendrá luego, y entonces la humanidad nos percibirá.
Estos milagros espirituales forman parte del Imperio de los Mil Años.
Por medio del otro milagro técnico combatiremos todas las enfermedades de la tierra.
Sobre eso hablaré luego también con ustedes.
—Lo comprendemos, maestro, e intentaremos entregar todo lo que tenemos, para que esté contento con nosotros.
—El otro lado es feliz, amigos míos, de que hayamos llegado tan lejos.
Millones de almas sienten junto a nosotros la santidad de ese regalo de Dios, sienten felicidad en su interior por la humanidad.
La madre tierra recibirá milagros.
—¿Qué es lo que traerá el futuro, maestro?
—Milagros espirituales.
Los maestros hablarán, cada facultad será enseñada desde este lado.
¿Entienden lo que significa eso?
Cada erudito inclinará la cabeza ante la sabiduría astral.
Es cuando ambos mundos llegarán a la unión espiritual.
También la iglesia tendrá que aceptar entonces que Dios es solo amor y que no puede condenar.
Los maestros hablarán todos los días a la humanidad.
Y la ciencia recibirá el despertar cósmico por medio de los instrumentos.
Todas las preguntas serán respondidas, porque es la voluntad de Dios que sucedan estos milagros.
Para eso vino Cristo a la tierra.
La humanidad ha llegado ahora a este punto.
—¿Cómo es posible, maestro? Ni siquiera se me había ocurrido.
—Usted no es capaz de sondear la envergadura de este milagro.
Y de los demás milagros que crearemos, tampoco.
Espero poder contarles pronto todo sobre esto, porque ahora es posible.
Nuestro trabajo avanza ahora a paso firme, cada milagro crea el siguiente.
Además, podemos hablarnos, nuestras voces se han materializado.
Los maestros de este lado están listos para su tarea.
—¿Estaré en condiciones de sondear la profundidad de este instrumento, maestro?
—Sí, pero eso será más tarde, ahora lo trastornaría.
El sentimiento para este milagro vive en usted y en su alma gemela, el pensamiento y sentimiento conscientes los recibió usted de mí, según lo que fuera usted capaz de procesar.
Si hubieran cargado con todo de forma consciente, habría sucumbido su organismo.
En este lado yo era uno con la vida de ustedes, igual que ahora.
Doy gracias a Dios por toda la ayuda que se me concedió recibir.
Cuando luego hayamos llegado hasta este punto y comencemos nuestro trabajo, les explicaré primero las leyes cósmicas.
Los conectaré con el origen de la creación.
Entonces llegarán a conocer las leyes astrales en la tierra, y solo entonces estarán listos para comenzar con el poderoso trabajo que algún día nacerá en la tierra.
Explicaré a los dos las leyes astrales de los infiernos y los cielos en nuestra vida, donde recibirán su conciencia cósmica.
También eso es un milagro sagrado.
¿Comprenden, amigos míos, que Dios es todopoderoso y que siempre ha sido amor?
—Es muy sagrado, maestro, todo lo que dice, en realidad lo he sentido todo el tiempo.
Dentro de nosotros vivía esa realidad.
—De lo contrario le habría faltado el sentimiento para acoger mis pensamientos.
Les ofreceré las pruebas de nuestra vida, lo que es una gracia también para mí.
Entonces ya no habrá problemas en la tierra.
La humanidad accederá a los cielos más elevados por medio del instrumento.
Nuestra vida es inagotable.
¡Quien tenga sentimiento llegará a conocer ahora el mundo astral y llegará a Cristo!
—¿Es perfecto el instrumento, maestro?
—Yo podría hablar durante miles de siglos, hijo mío, este milagro no lo podemos agotar.
—¿Sigue estando el instrumento espiritual en el otro lado?
—Después de esta vida terrenal podrán ustedes admirarlo y en el otro lado también podrán verlo funcionando.
—¿Volveremos después de esto, juntos, otra vez a la tierra, maestro?
—Dios les dará esta gracia si albergan ustedes el deseo.
Pero ahora ya sé que continuarán en este lado.
La tarea de ustedes ha terminado, han entregado ustedes sus vidas para su trabajo.
Otros continuarán este trabajo después de ustedes, ellos también quieren servir.
Ustedes aportaron felicidad vital a la madre tierra y a la humanidad, y también se han armonizado ustedes con el infinito.
—Le damos las gracias, maestro.
—Ahora tendremos que interrumpir nuestro contacto, pero volveré a ustedes, porque todavía tengo muchas cosas que contar.
—¿Me permite hacer otra pregunta, maestro?
—Estoy esperando.
—Nuestros padres ¿todavía están aquí?
—No solo sus seres queridos, sino otros miles de espíritus siguen nuestras palabras.
Si ustedes pudieran verlos, se colmaría el corazón de ustedes de su inmaculado amor, porque todos han alcanzado las esferas de luz.
—¿Qué me está diciendo, maestro?
—Lo que oyen, queridos, son los cánticos de los ángeles.
Cantan sobre la alegría y la felicidad, estas voces pueden oírse ahora en la tierra.
¿Entienden lo que se nos concede regalar a la madre tierra?
Estas voces las podrán oír por medio del instrumento, pero se han densificado semimaterialmente.
Sin embargo, oirán lo inmaculado que es este canto.
—Es una revelación para nosotros, maestro, e imposible de procesar... de pro...
—No se derrumbe, hijo mío, queridos amigos míos, escuchen ahora lo que Dios tiene que decir a sus vidas.
La humanidad ha dudado miles de siglos de esto.
Por fin hemos llegado a este punto, ahora oirán ustedes cómo les habla la vida astral.
Ahora los cielos están abiertos a la humanidad.
¿Ha entrado fuerza y amor en las vidas de ustedes?
Si es así, ¿quiere permitirme entonces que ahora me vaya?
Les digo, no obstante: pronto volveré.
Ahora les diré la hora y así podrán sintonizar conmigo.
Dentro de tres días, a esta hora, volveremos a ser espiritualmente uno.
Ahora me voy, queridos míos; soy su hermano en Dios.
Algunos de sus seres queridos hablarán todavía con ustedes.
Después de que se apagara el sonido de su última palabra todavía regresaron sus seres queridos una vez, así como algunos amigos, para hablar con ambos.
Después quedó interrumpido el primer contacto y volvieron a estar solos.
¿Que cómo se sentían?
Juntos pudieron procesar toda esta santidad.
Mucha sabiduría y felicidad inmaculada había entrado en sus vidas.
¡Pero qué santo que era todo!
¿Poder servir a Dios como hombre y mujer, como dos almas de una sola sintonización?
¿Sienten, como seres humanos terrenales, lo imponente que es así la vida en la tierra ?
En poco tiempo se conoció por todo el mundo el gran acontecimiento.
Representantes de todos los pueblos quisieron vivir la primera sesión con los maestros.
Si pudieran creérselo todo, se trataría de un milagro que cambiará la faz del mundo.
Los maestros del otro lado hablarían a la humanidad.
Las autoridades eclesiásticas estaban llenas de escepticismo; aun así enviarían a sus delegados.
Entonces llegó la hora, se habían reunido los representantes de todos los pueblos.
Tuvieron que mover el instrumento para poder dejar pasar a toda esa gente.
Habían venido los jefes de (la Casa de) Israel, del Estado y de la iglesia.
Después de que todos tomaron asiento, el inventor explicó el funcionamiento del instrumento.
Había alcanzado su objetivo, dijo, y habló del último contacto de todos con su maestro.
Entonces activó el instrumento y un poco después salían chorros de ráfagas nubosas del milagro espiritual.
Se había establecido el contacto, enseguida hablarían los maestros.
A los representantes de las iglesias les pasaban muchas cosas por la cabeza.
¿No estaba poniendo el erudito el listón demasiado alto?
Sentían que si de verdad hablaba el otro lado, se les despojaría del poder sobre millones de almas.
El instrumento crearía una fabulosa revolución cuyo final era imposible de prever.
El erudito añadió:
—Señores míos.
Les doy las gracias, maestros de (la Casa de) Israel, del Estado, de las ciencias y de la iglesia, por haber venido.
Lo que les dije del instrumento enseguida lo verán hecho realidad.
¡Les hablará el otro lado!
Se les conectará con los cielos más elevados después de la muerte.
Dios envió los ángeles más elevados a la tierra para hablarles a ustedes.
Enseguida se darán cuenta de lo que ha decidido Dios y cómo tenemos que actuar a partir de eso.
Eso se lo dirán los maestros.
Ahora los conectaré con la vida después de la muerte material.
Se hizo un profundo silencio.
El erudito conectó el instrumento a plena potencia.
Los presentes oyeron la respiración espiritual.
Entonces una voz nítida habló a la tierra:
—Les hablan los maestros más elevados del otro lado.
Llegamos hasta ustedes en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Damos gracias a Dios por esta gracia.
Ahora se ha salvado la brecha entre la vida y la muerte.
Les habla el otro lado, pero una vez todos nosotros vivimos en la tierra.
Hemos depuesto el cuerpo material.
Dios dio, a nosotros y a ustedes, la eterna pervivencia.
Por medio de este instrumento comprenderán el santo Evangelio, que Cristo trajo a la tierra.
¡Dios es amor!
¡No existe un Dios que condene!
Cristo les habló de un Padre de amor y es a través de Él que ahora han recibido ustedes también este milagro.
La iglesia tiene que aceptar que Dios jamás ha condenado.
Verán ustedes Cristo en Su verdadera luz, tal como lo hemos llegado a conocer nosotros en este lado.
¡Es la voluntad de Dios que ustedes reciban estos milagros!
Amigos de la tierra, no duden de este sagrado milagro.

Ahora están conectados con las esferas de luz, con la vida de ustedes de después de la muerte.
Los ángeles de los cielos más elevados hablan a sus vidas.
Llegamos a ustedes para hacer despertar la humanidad, les aportamos los milagros materiales y espirituales de Dios.
Cristo murió por todas estas leyes sagradas.
La iglesia se corregirá y nosotros rectificaremos los errores de las Escrituras.
Los maestros hablarán desde este lado a todos los creyentes.
Pronto empezaremos con eso.
Sus ciencias recibirán enseñanza de los maestros.
Ahora hemos venido hasta ustedes para felicitar al pueblo de (la Casa de) Israel.
Los conduciremos a la segunda, tercera y cuarta esfera en nuestra vida.
Ahora están ustedes ante su despertar cósmico.
Dios es amor.
¿No sentimos ahora necesidad de dar las gracias a Dios por este sagrado regalo?
Si los jefes eclesiásticos de ustedes quieren oficiar las oraciones, nosotros también nos arrodillaremos en este lado para dar gracias a Dios.
¿Queremos rezar juntos? ¿Queremos arrodillarnos?.
Se había apoderado de los asistentes una tremenda emoción.
El milagro les embargó hasta el punto de que en sus corazones no quedó ni una brizna de duda.
Los representantes eclesiásticos también inclinaron las cabezas, convencidos como estaban de que se les había hablado desde la vida después de la muerte.
Un jefe eclesiástico dio un paso hacia adelante y se arrodilló.
Todos rezaron, dieron gracias a Dios por esta gracia sagrada, regalada a la humanidad.
Entonces el maestro del otro lado prosiguió:

—Sus vidas son eternas.
A través de nosotros conocerán la creación de Dios.
Los conectaremos con las leyes de Dios, queremos convencerlos del Omnipoder de Dios.
Les explicaremos el universo de Dios en el que vivimos todos.
Llegarán a conocer ustedes nuestra vida.
Todos sus eruditos recibirán enseñanza, en un horario fijo, sobre las leyes espirituales.
Cada facultad recibirá sus propios maestros astrales.
Los eclesiásticos estatales y la Casa de Israel tendrán que adoptar de inmediato medidas, ya no podremos tolerar más blasfemias, porque Dios no condena.
Ahora la iglesia empieza a significar algo y solo ahora representará a Cristo de manera verdadera.
¡Ahora todos ustedes han vencido el Gólgota, porque Cristo los eleva en Su sagrada vida!
Este instrumento pertenece al pueblo de (la Casa de) Israel.
Solo se pueden construir algunos instrumentos y seguirán perteneciendo a (la Casa de) Israel.
Solo nosotros hablamos por medio de los instrumentos, que unirán el mundo de ustedes y el nuestro.
El milagro solo lo recibirá cada hijo de (la Casa de) Israel dentro de miles de años.
A mí se me ha permitido bendecirles a todos ustedes y a la humanidad.
Dios me dio las fuerzas y esta gracia.
Enseguida nos iremos, pero entonces los maestros empezarán su grandiosa tarea.
Todos los seres queridos que se fueron de ustedes les saludan.
Aquí hay millones de almas.
Queremos que ustedes las oigan.
En sus vidas no ha cambiado nada, pero despertaron en el espíritu.
Los presentes oyeren entonces el canto de ángeles, todos se arrodillaron e inclinaron la cabeza.
Dios estaba en su seno, Cristo velaba por la humanidad.
Este instante era santificante.
—¿Han podido oír ustedes nuestras voces?
Ahora se han abierto los cielos para la humanidad.
Pueden ver ustedes la santidad espiritual de los cielos más elevados.
Se lo ha dado Cristo, también nosotros fuimos adquiriendo conciencia cósmica por medio de Cristo.
¿Saben, hermanas mías y hermanos míos, que Dios fue eternamente amor?
Estamos bendecidos por Dios, porque el Omnigrado divino vive entre nosotros.
¿Sienten esta santidad?
¿Puede despertarse ahora su vida?
Lleven nuestro mensaje a todas las criaturas de (la Casa de) Israel, y digan también que está velando el otro lado.
Ahora ya nunca más estarán solos, todas las leyes tenebrosas han sido vencidas.
Tengan fe en Dios, amen lo que Él creó, y esto les colmará de alegría y felicidad.
Ahora la madre tierra es feliz.
El Imperio de los Mil Años ha hablado a sus vidas.
Otros maestros responderán a sus preguntas, después nosotros nos iremos.
Nuestra vida les pertenece a ustedes.
Estas palabras se las dice su hermano en el espíritu.
Cuando se hubo ido el maestro más elevado llegaron otros que hablaron a las ciencias.
Se asignaron los horarios.
Acto seguido se interrumpió el contacto.
La voz directa, un milagro espiritual, había hablado a toda la humanidad y había sido transferida a (la Casa de) Israel.
La humanidad entera estaba jubilosa de felicidad.
La muerte había sido vencida, había perdido su misterio y espanto.
A partir de ahora la madre tierra estuvo continuamente en contacto con el espacio.
Se hablaba en todos los idiomas del mundo.
Ni una pregunta se quedó sin respuesta, ya no había problemas, los corazones de la gente en tierra empezaron a llenarse de sabiduría y amor.
¡Esta profecía se cumplirá literalmente, así como hay un Dios de amor!