Los pueblos de la tierra

Si quieren comprender esta guerra por completo, tienen que conocer la evolución, el carácter y la sintonización de los pueblos.
No obstante, para analizar la personalidad de los pueblos de manera material y espiritual es necesario que uno pertenezca al mundo astral.
Porque, les pregunto: ¿acaso es posible constatar qué pueblos forman parte de los grados inferiores, animales, y cuáles poseen ya la intuición más elevada, espiritual?
¿Pueden tener una idea del desarrollo completo de la humanidad y constatar hasta qué punto ha avanzado en el camino hacia la conciencia espiritual?
¿Saben en realidad qué es la conciencia “espiritual”?
¿Quién conoce el pasado de un ser humano?
No pueden ustedes constatar su propio pasado, ¿cómo querrían entonces conocer el pasado de un pueblo?
¿Quién en la tierra conoce los infiernos, los cielos y las leyes astrales?
¿Quién, el origen de la creación y el propósito de la vida en la tierra?
Solo a quien posea conciencia cósmica le es dado constatar el nivel espiritual de los pueblos y analizar sus rasgos de carácter.
Solo el ser humano que pueda viajar por el universo de Dios puede alcanzar esta conciencia.
Nosotros como conscientes cósmicos hemos llegado a conocer todas las leyes astrales y se nos ha concedido asimilarlas.
Hemos podido seguir la vida de Dios en su eterna pervivencia, por lo que nos es posible mirar a través del estadio actual y sus profundos problemas, y comprenderlos.
La vida terrenal está abierta hacia todos lados para nosotros, seres astrales; esto nos permite analizar a los pueblos y conocer la sintonización espiritual de todos los millones de almas que forman parte de un pueblo.
Ahora quiero comenzar con el análisis de su propio pueblo.
Tienen que ver la humanidad como una personalidad.
Los pueblos representan esta personalidad como rasgos de carácter.
Holanda, pues, forma un rasgo de carácter más elevado de esa personalidad.
Este rasgo de carácter también indica la sintonización espiritual del pueblo de ustedes.
Implica intuición que convierte a su pueblo en la antena de la humanidad.
Esto se puede constatar con un sinnúmero de rasgos que su pueblo ha asimilado y que ahora queremos seguir.
¿Por qué su pueblo no quería guerra?
Porque llegó a conocer una fe y un Dios de amor.
Busca la vida más elevada y se inclina ante el Gólgota.
Holanda solo tenía un deseo: vivir en paz con otros pueblos para poder trabajar tranquilamente en la edificación.
Holanda no anhelaba agrandar su territorio por medio de violencia armada, solo quería ser una bendición para ella misma y también para otros.
En este sentido, su pueblo ya se había vencido a sí mismo desde hace mucho tiempo, y después de mucha lucha y sufrimiento había depuesto esos rasgos inferiores.
Las muchas iglesias que tiene Holanda son la prueba de que el pueblo de ustedes quiere enriquecerse espiritualmente.
Lucha como una masa contra el mal en su sociedad —una lucha con la que otros pueblos todavía tienen que empezar— y aquí ya casi ha salido victoriosa.
Este rasgo de carácter ya no está abierto al asesinato, a la mentira y el engaño, ha aceptado los “Diez Mandamientos” y quiere vivir de acuerdo a ellos.
El pueblo como masa busca el bien y por eso está en armonía con los demás pueblos.
Este rasgo de carácter es fiable, una palabra de este pueblo tiene valor porque se respeta, el pueblo holandés no piensa en mancilla.
Holanda está lista para la concienciación más elevada y asimilará este estadio espiritual.
Se usan para esto todas las fuerzas, sigue trabajando conscientemente en la propia personalidad.
El setenta y cinco por ciento de su pueblo apoya esta tarea y cree en la fe y la sabiduría.
¡Esta masa quiere vivir en amor!

En este contexto tengo que puntualizar que el amor que ha ganado todavía no es el propiamente espiritual.
Ama materialmente, pero está delante del astralmente espiritual.
Este amor se eleva mucho por encima del material, su pueblo necesita algunos siglos para alcanzarlo.
Pero está allí el empuje, la animación de asimilarlo.
Es por todo esto que el pueblo holandés pertenece a (la Casa de) Israel.
El setenta y cinco por cien que trabaja por el bien también se esfuerza por aupar la masa inconsciente del pueblo de ustedes.
También este grupo tiene que despertar, solo entonces habrá unión espiritual.
Aquellos que pertenecen al veinticinco por cien recorren un camino propio pero sin salida.
El quince por cien de ellos es completamente inconsciente, estos seres humanos no necesitan a Dios, no buscan a Cristo y se les puede llamar muertos en vida.
Este porcentaje está al servicio de la vileza y el engaño, se dedica a prácticas dudosas para hacerse con dinero y poder, en resumidas cuentas: representa el mal en todas sus formas.
El diez por cien restante parece estar hundido en sueños, no viven y están abiertos a cualquier influencia.
Quieren seguir a los paganos, pero también a Cristo, pero en realidad no saben por qué.
Esta gente no es capaz de percibir lo que está bien y mal, y con demasiada facilidad siguen los instintos inferiores.
Debido a que el pueblo holandés como masa se ha desprendido de la pasión y la violencia consciente, ha quedado excluido que todavía atraiga genios para el mal.
Otros pueblos, en cambio, atraen precisamente estos genios sin conocer su significado, y se alegran de poseer esos “Übermenschen” (personas superiores).
El nivel espiritual de nuestro pueblo impide también que se pueda disponer de dinero para inventos que sirvan a la destrucción, esta es la altura que ha alcanzado el pueblo de ustedes.
Si entienden todo esto, tiene que quedarles claro por qué el pueblo holandés no quiso tener nada que ver con el nacionalsocialismo.
La criatura de (la Casa de) Israel ama, también como masa.
Y al setenta y cinco por cien de su pueblo los ideales y convicciones de este movimiento le da asco.
Representa para su pueblo la sumisión, la violencia brutal, el engaño, la vileza, la traición y miles de otros rasgos, que pertenecen al instinto inferior, preanimal.
Estos pensamientos tienen que colisionar con la mentalidad sana, libre, consciente, sintonizada con el amor del pueblo holandés.
Quienes sirven a este movimiento representan los rasgos inferiores de su pueblo, así que actúan animalmente mal o, al callarse, por lo menos lo consienten.
¡A esta gente Dios y Cristo no les hacen falta, se sienten “Übermenschen” y viven las tinieblas!
¿Acaso es de extrañarse entonces que, a pesar de sus muchos esfuerzos, el grado más elevado desapruebe tajantemente a este grado inferior?
Tampoco es raro que el holandés sea tan mal soldado.
La criatura que persigue la concienciación más elevada ha depuesto esas pasiones.
A esta mentalidad no le gusta la violencia salvaje, la dominación, los perifollos, las cruces de honor, las órdenes y furia de otro tipo.
Pretende cumplir con las leyes de Dios y asimilarlas.
Tiene que quedarles claro ahora por qué su país es una antena de la humanidad.
Holanda está sintonizada con la vida espiritual más elevada, este pueblo ya no está para bajezas, busca a Dios, en pocas palabras: es una tribu de (la Casa de) Israel.
Por todo esto, su reina es una hija de la iglesia y de (la Casa de) Israel.
Proviene de una estirpe devota, edificada por trabajar y servir, tiene la confianza de su pueblo y del resto del mundo, y se lo merece, porque es justa.
Con su casa quiere servir sinceramente a Dios y a los seres humanos.
Jamás sería capaz de enviar su pueblo al abismo; su carácter y su fe en el Supremo lo impiden.
Satanás no puede influir en ella.
Ha vencido ese poder, recorre un camino recto, es el camino que conduce a Dios.
Su reina representa la concienciación más elevada y con su pueblo, ¡el setenta y cinco por ciento que es y permanecerá dominante!
Aun así, su vida todavía no tiene significado para el mundo astral.
Hace lo que sea por la vida material de su pueblo —no puede hacer nada por la conciencia que es espiritual, debido a que ella y su pueblo todavía tienen que despertar para ello.
¿Cuándo tendría relevancia su vida y la de otros reyes, emperadores y líderes, para el mundo astral y para la humanidad entera?
¡Si llevaran a cabo su liderazgo de la manera en que algún día lo hizo Moisés!
Con todas las fuerzas que albergaba, Moisés servía a la concienciación espiritual, no de una tribu, sino de la humanidad.
Sus gobernantes terrenales sirven a su pueblo, pero la mayoría de las veces, solo a sí mismos.
Si siguieran el liderazgo de Moisés, habrían representado en verdad a Dios y a Cristo y los maestros.
Ahora tienen que aceptar que su trabajo no tiene relevancia espiritual, aunque sirvan a su propio pueblo y reciban la ayuda de los maestros al hacerlo.
Su servir es terrenal, material, pero no espiritual como algún día el de Moisés.
Entregaron sus fuerzas para elevar el bienestar material de sus países, pero predicar esto no puede contentar a un verdadero líder.
La concienciación espiritual de la humanidad es infinitamente más interesante que el bienestar material.
¡Y precisamente para esto entregan todo lo que tienen Moisés y los suyos!
Así que todos esos líderes habrían podido aprovechar mucho más su tarea.
Sin duda, llevar a cabo semejante tarea es increíblemente duro.
Requiere de un líder que vaya más allá de lo que le permite la mentalidad de su pueblo.
Está muy por delante de este y tiene que plantar cara a la incomprensión y la resistencia que experimenta cualquiera que quiera conducir a la masa a un estadio más elevado.
Así que en lugar de adaptarse a la mentalidad del propio pueblo, un líder con una imagen verdadera de los lados materiales y espirituales de su tarea tiene que perseguir, con la entrega de su persona entera, a la conclusión de la tarea que Dios le ha impuesto.
Es la voluntad de Dios que aquellos que por su trabajo se han ido apropiando de tareas sociales más elevadas trabajarían en la edificación material y espiritual de Sus hijos.
Tienen el poder de hacerlo, pero ¿cuántos soberanos después de Moisés, su gran ejemplo, trabajaron de esta manera?
¡Para aupar una masa hace falta intuición, una animación enorme y una voluntad que jamás flaquea!
No basta solamente con percibir con amor por Dios y una gran fe.
Moisés fue un verdadero rey de (la Casa de) Israel, su vida cobró relevancia para el mundo material y astral, para la concienciación material y astral.
Ni un solo rey o emperador vivió y actuó como él, porque todos sirvieron a la vida terrenal, la resurrección material, su propia personalidad.
¿Dónde en el mundo viven los autócratas conscientes que representan a Dios con sintonización espiritual?
¿Qué pueblo recibió por medio de ellos el amor y la concienciación más elevados?
¿De verdad se les puede llamar sirvientes de Cristo?
¿De verdad trabajaron una hora tras otra, entregando absolutamente todas sus fuerzas a la edificación material y espiritual de la humanidad?
La falta del amor espiritual, que todavía ningún gobernante ha sabido dar a su pueblo, fija la idea de vida de la humanidad actual.
Esto determina a la vez la mentalidad de su propio pueblo.
¡Explica también por qué a su país se le atacó y tuvo que sufrir el azote de la guerra!
Si Holanda hubiera alcanzado la altura espiritual marcada, y si hubiera enmendando su causa y efecto, los errores cometidos en el pasado, Dios no habría podido soportar jamás que Alemania pisoteara el país de ustedes.
Sus propias leyes los habrían protegido contra esa violencia.
No obstante, el pueblo holandés todavía tenía que enmendar, todavía no ha llegado hasta el punto en que pueda decir: hemos asimilado la concienciación más elevada, hemos hecho que todo el mal cometido se disolviera y hemos organizado nuestra vida de tal manera que significa el establecimiento del reino de Dios en la tierra.
Holanda tenía que ser incitada a pensar, a un nuevo funcionamiento.
Se había quedado dormida y eso Dios no lo consiente.
Desea que nuestro interior esté constantemente despierto y ocupado en asimilar el sentimiento más elevado.
Si queremos volver a Él como conscientes, tenemos que investigar constantemente nuestro interior, ir sacando de él rasgos equivocados y convertirlos en buenos.
Pero a partir de que nos conformemos con el nivel alcanzado, nuestro interior se queda dormido y nuestra animación se nos escurre.
Literalmente, estamos detenidos.
Lo que valía para el individuo también es así para la masa.
Holanda se había quedado dormida, estaba contenta con los resultados obtenidos y ya no perseguía seriamente la concienciación más elevada, espiritual.
Así ella misma pidió que se le impulsara y que se le infundiera alma —la guerra le daría eso.
Alemania invadió el país de ustedes, aplastó su ejército y se reveló como un asaltante asesino.
A su pueblo se le despertó bruscamente, este pueblo de (la Casa de) Israel, esta pequeña tribu de Moisés, que tiene que llevar a cabo una tarea de tanto peso en el gigantesco plan de los maestros.
En la tormenta que va pasando por encima de su país se pone al descubierto todo el bien y mal que vive entre su pueblo.
Ha hecho despertar a este ser humano holandés consciente y, en cuanto las circunstancias vuelvan a hacerlo posible, trabajará con renovado brío y animación en el establecimiento del reino de Dios en la tierra.
Una mentalidad inferior no puede convencer a este pueblo ni influenciar en él —con cuánta claridad se revela esto ahora.
Los holandeses dejan pasar de largo toda la propaganda, por más arrolladora que sea, porque en ella reconoce, a pesar de todo, la conciencia prehistórica.
Los idealistas nacionalsocialistas quieren convertir a su pueblo en soldados.
¿No ilustra este deseo su gran conciencia?
¡El líder de este movimiento tiene tanta intuición que encima cree que va a lograrlo!
Como si los holandeses no hubieran dejado más que claro, a lo largo de los años, que detesta todo lo que tenga aunque sea un ligero tufo de jugar al soldadito.
¿Cómo pasaban por los caminos, sus soldados?
Avanzaban arrastrando los pies, indiferentes, llevaban su ropa sin gracia y maldecían el uniforme.
Pero por eso, a la hora de la verdad, ¿son peores soldados que los alemanes?
¿Entienden lo que quiero decir?
Un soldado representa miseria, odio y destrucción, y el corazón holandés ya no se entusiasma demasiado con eso.
También al ser más pacífico se le puede provocar hasta que se vuelva loco, entonces vuelve al instinto animal y reparte golpes para conservar la propia vida.
(Entre paréntesis en la primera edición: “Volveré sobre esta expresión de sentimientos, más adelante cuando lleguemos al tratamiento del karma del individuo y la masa”).
Los alemanes saben marchar y hacer sonar las botas.
¿Piensan ustedes que los soldados holandeses no saben hacer eso?
Por supuesto que sí, pero ¡ha depuesto estas tonterías sumisas!
¿Por qué a su pueblo no le dice nada la estrepitosa música de las marchas militares?
¡Porque piensa que el lugar de esa cacerolada debería ser la selva!
Y los holandeses no anhelan los perifollos militares.
Tienen un carácter sano y no suspiran por el metal noble que se les prende en el pecho como recompensa por la crueldad demostrada.
Aborrecen los bufidos y los lameculos, algo típicamente alemán y una mentalidad que llegaremos a conocer más adelante.
Solo algunos pueblos le dan la espalda a esto y dejan que se les ladre y mande, los demás no pierden la sosegada ascensión en el espíritu y se dejan guiar por Cristo.
Así que es un pensamiento sin sentido de ese líder que pueda aupar en su vida inconsciente a este pueblo de setenta y cinco por ciento holandeses conscientes.
Escudado por las bayonetas de sus ocupadores se manifiesta como su líder.
Se otorga ese título a sí mismo, pero no se lo merece.
Este líder ni siquiera conoce los sentimientos de su propio pueblo; de ser así, no habría empezado jamás con sus sinsentidos.
¿Cómo podría saber entonces que el estadio actual tiene una relevancia cósmica y no requiere destrucción diabólica, sino edificación espiritual?
Moisés y los suyos también eran idealistas, y en todo momento estaban dispuestos a entregar sus vidas por la concienciación espiritual de la humanidad.
Los idealistas del tiempo de ustedes son seres basto materiales, que sirven a su propio grado de vida y sobre todo se aman a sí mismos.
Moisés sirvió a la humanidad, sus idealistas, a un pueblo, y al hacerlo están abiertos al infierno y el horror.
Moisés trajo a la tierra la creencia en un solo Dios, sus idealistas, ¡perdición y vileza diabólica!
Moisés era un guerrero de Dios, un predicador del amor; sus idealistas, en cambio, crean división, se burlan de Dios y asesinan el yo mejor dentro del ser humano.
Pero encubiertos así no pueden vestir sus planes satánicos, o el núcleo bueno del pueblo holandés los calará y los rechazará.
Por más horrible que se vuelvan las cosas, ese núcleo bueno sigue confiar infaliblemente en una fuerza más elevada.
¡Y no será decepcionada!
Si tan solo el pueblo holandés hubiera alcanzado el pleno cien por cien para la conciencia buena y más elevada, entonces jamás podría haberse levantado un hombre para imponer a la fuerza su vida retorcida y penosamente inconsciente.
Pero ha quedado manifiesto que la masa de ustedes todavía no ha alcanzado este punto y que aún tendrá que trabajar duramente en sí misma para ayudar a fundamentar en la tierra el estadio perfecto, el reino de Dios.
No obstante, las condiciones para hacerlo viven en su pueblo, y su animación será más grande que nunca después de esta guerra.
La intuición adquirida es intocable, lo demuestra esta guerra.
Primero su soberana luchó por el rearme espiritual, y fue una lucha contra los poderes destructores de la violencia.
En la lucha actual se acabará de una vez por todas con esos poderes.
Entonces, una vez alcanzada la unidad, ¡su pueblo podrá contribuir a un grandioso despliegue del “Siglo de Cristo”!
 
Bélgica, Suiza, Dinamarca, Noruega y Suecia pertenecen a los otros pequeños países europeos que han entrado con Holanda a la Casa de Israel.
De estos países, Holanda es el más consciente, ustedes mismos pueden comprobarlo.
Finlandia vive ahora lo que también Francia tiene que vivir.
Está ante la elección: pagano o cristiano.
A causa de su grado todavía no consciente y por su causa y efecto, Finlandia está luchando ahora con los pueblos paganos contra (la Casa de) Israel.
Sin embargo, al igual que Francia, por medio de esta guerra y tal vez todavía durante esta lucha alcanzará la conciencia y pasará a la Casa de Israel, para luchar todavía con los pueblos de (la Casa de) Israel contra los paganos.
¡Más vale que lo recuerden!
También Austria y Checoslovaquia pertenecen a (la Casa de) Israel.
Es un hecho que la masa en Austria no quiso esta anexión a Alemania.
Solo el quince por ciento de este pueblo la deseaba y con el apoyo de Alemania tomó por sorpresa la parte benevolente.
Austria está viviendo su karma.
Se disolverá por completo en (la Casa de) Israel.
Grecia lucha del lado de (la Casa de) Israel.
Ya hace tiempo alcanzó esta conciencia.
Bulgaria, Rumanía y Hungría son aún inconscientes y pertenecen a los pueblos paganos.
Ya se escarmentarán cuando comprueben que no han comprendido estos tiempos.
Los líderes de estos pueblos se llaman idealistas, y lo son —pero para el mal.
Estos pueblos siguen a Alemania y por tanto son de la misma sintonización preanimal y animal.
No obstante, esta guerra les enseña una cantidad tremenda de cosas, aupará también a estos países a la conciencia más elevada de todas.

Polonia, que sufre tremendamente por el dominio alemán, alcanzará por la miseria la conciencia y (la Casa de) Israel.
Debido a que Alemania atacó a este pueblo, recibió un lugar entre las filas de los pueblos de (la Casa de) Israel, aunque él mismo todavía no hubiera alcanzado este estadio.

Por tanto, este pueblo no habría sabido por sus propias fuerzas cómo actuar, pero estaba con Francia en el umbral de la Casa de Israel.
Turquía vive entre el bien y el mal, pero ahora tendrá que poner las cartas sobre la mesa.
No es posible recorrer un camino propio.
Como cada pueblo cuenta entre los suyos con inconscientes que no saben qué camino recorrer y por tanto no saben hacer otra cosa que ir detrás de los más fuertes, hay pueblos entre la humanidad que no saben escoger.
Sin embargo, no se pregunta por esas cosas en esta lucha decisiva.
Tarde o temprano llegará el momento en que un pueblo tendrá que determinar su postura.
No hay ni un solo pueblo que pueda ubicarse al margen de la unión que los maestros están estableciendo.
Así, también Turquía tendrá que ponerse del lado de (la Casa de) Israel.
Tendrá que sintonizar con la Casa de Israel o los pueblos de (la Casa de) Israel los quitarán por completo del medio.
España yPortugal pertenecen a los grados inconscientes.

España incluso descendió hasta los pueblos paganos, como Turquía no podrá recorrer su propio camino al margen de (la Casa de) Israel.
Alcanzará con Portugal (la Casa de) Israel.
Pues entonces ¿cómo se puede explicar que haya países que se queden al margen de la guerra?
Esto tiene que ver con la sintonización y el karma que ha vivido un pueblo.

Entonces, estos pueblos han vivido lo que les tocaba, han sufrido y luchado ya tanto que su karma se ha disuelto o que ellos todavía están postrados por las heridas contraídas, y primero tienen que recuperarse de su lucha, que fue a vida o muerte.
¡Así que habla el propio pasado de estos pueblos, y constata su estado actual!
Ahora quiero someter primero a una breve consideración a los pueblos orientales.
Los pueblos de la India ya han sido aupados hasta (la Casa de) Israel, recibieron conciencia, sobre todo por la tribu de Moisés Inglaterra, y por Holanda.
Desde Europa, los maestros fueron construyendo la unión espiritual en la tierra.
Varios pueblos de (la Casa de) Israel completaron una tarea para este propósito.
En este sentido, las colonias hablan un idioma propio para los pueblos.
Por tanto, el aparente dominio por parte de esos pueblos de (la Casa de) Israel en el fondo no fue más que la elevación de esa masa inconsciente hacia la propia conciencia adquirida.
Así, el suceso terrenal adquiere una relevancia totalmente distinta, siempre y cuando las leyes astrales que ayudaron a que se produjera este acontecimiento hablen a la vida de ustedes mismos.
Desde luego, la meta de los maestros no era hacer que a esos pueblos orientales se les oprimiera, tenían que ser aupados.
Estos pueblos, que pertenecieron a los grados más bajos de la humanidad, no podían quedarse atrás.
Sin ellos, no podía hablarse de unión espiritual en la tierra.
Estos pueblos dejaron claro en más de una ocasión que, hablando en general, les hacía poca gracia que se inmiscuyera Occidente.
También ahora, en esta guerra, seguirán haciéndose notar, y querrán comenzar con la lucha por la libertad, lo que obliga a Inglaterra a tomar medidas drásticas, pues no puede cosentir tener a un enemigo detrás.
Después de la guerra, esos pueblos orientales adquirirán su libertad y podrán comenzar con su propia vida.
No obstante, la organizarán entonces de tal manera que estará al servicio de los planes benditos de los maestros.
Hace un momento alegué que estos pueblos orientales pertenecen a los grados más bajos de la humanidad.
Compréndanme bien: esto no es cierto para su estado espiritual.
Su fe es notoriamente más profunda que la de un occidental.
También su intuición está más desarrollada.
Pero a pesar de ello, Oriente tiene que venir a Occidente.
Cristo, la conciencia más elevada en el espacio, vino a Occidente, porque aquí vivía la conciencia terrenal más elevada.
Aquí trajo Su Santo Evangelio.
Europa fue la elegida para difundirlo por el mundo entero.
Todos los pueblos orientales vendrán a Cristo y no les quedará más remedio que aceptar Su Santo Evangelio.
¡Aquí hay otra tarea nueva para (la Casa de) Israel!
Para China y Japón las leyes de (la Casa de) Israel, en cambio, significan otra cosa, debido a que ambos pueblos han alcanzado su grado existencial.
Son pueblos independientes, de los que China pertenece a (la Casa de) Israel, y Japón, a los paganos.
China ha entrado a la Casa de Israel de manera consciente, mientras que Japón tiene un gran número de almas que están sintonizadas con (la Casa de) Israel.
No obstante, el instinto preanimal del resto domina a este pueblo.
China quiere vivir en sosiego y estar en armonía con la infinitud.
Ya saben cómo se sintoniza Japón por sus acciones militares contra China.
No obstante, este grado animal tiene tanta ansia de poder que todavía irá en contra de otros países.
Hablarán los hechos.
Aun así, Japón tendrá que experimentar, al igual que los demás pueblos paganos, que quien quiera dominar será eliminado.
Ahora ya no es posible cerrar pactos con otros pueblos para imponer las propias leyes inconscientes al resto de la humanidad.
Cosas así pertenecen al pasado, ¡son prehistóricas!
¿Por qué ni Japón ni Alemania tienen las colonias que tanto desean, y por qué Italia tendrá que volver a renunciar a su territorio conquistado?
Porque los maestros jamás podrían confiarles a estos paganos el liderazgo sobre otros pueblos.
¡Solo son nadatenientes, porque no tienen nada que dar espiritualmente!
La criatura japonesa inconsciente piensa que es espiritualmente consciente.
Con la autorización de su religión acepta que hacer la guerra es sagrado y que a quien se mata en el campo de batalla entra inmediatamente al cielo.
El instinto preanimal en este país se aprovecha de esta fe y lleva al pueblo a actos de fanatismo que el occidental no puede ni siquiera imaginarse.
Japón perderá su lucha sagrada, a pesar de todas las aseveraciones de sus hombres de estado y su emperador divino.
La ganancia de esta derrota será para el japonés la paulatina ascensión a (la Casa de) Israel.
Entonces se dará cuenta de que hacer la guerra, matar a gente y el suicidio no serán jamás un trabajo sagrado que plazca a Dios.
¡Y a la par de sus otros hermanos orientales querrá entonces seguir a Cristo y poner a Su Padre como el único verdadero Dios en el lugar de sus propios dioses imaginarios!
Ahora voy a pasar a analizar Alemania.
Alemania quiere poseer el dominio de la tierra.
Ciertamente, casi nada.
No obstante, demuestra con este deseo que todavía es inconsciente; se lo explicaré de varias maneras.
La guerra de 1914-1918 quiere enseñar a Alemania no luchar nunca más contra (la Casa de) Israel, puesto que de todos modos lleva las de perder.
Sin embargo, Alemania todavía no se da cuenta de esto, como tampoco es consciente de que tiene que inclinar la gran cabeza y tiene que guardar las armas para siempre, pues hay ideales más elevados.
Alemania no quiso aceptar estas lecciones de la guerra de 1914-1918, y por tanto está nuevamente ante una escuela dura y horrorosa.
Los eruditos de este país, que siguen al Führer, no escatiman nada para convencer al mundo de que conocen y comprenden muy bien a los pueblos de la tierra.
Y aun así, todos esos eruditos con sus hombres de estado son completamente inconscientes y conocen igual de bien o de mal a los pueblos como a su propio yo estúpido.
Están al tanto del desarrollo de la humanidad en la medida en que este ha podido ser desvelado.
No obstante, no saben nada de la humanidad astral, como tampoco de la condición de Alemania de cara a las leyes astrales, de Dios y de Cristo.
Para nuestro lado, la mentalidad alemana tiene conciencia animal, y la masa allí tiene sintonización con las tinieblas, más en concreto, con la tierra del odio.
Alemania no busca a Dios, se busca a sí mismo, lo que significa demolición espiritual.
Quiere dominar y cueste lo que cueste, quiere manar, y odio los pueblos que no quieren ser guiados y que se oponen a un dominio mundial alemán.
Con su mentalidad, sin embargo, cree que podrá convencer a estos pueblos con fuerza bruta.
Quiere alcanzar por medio de sus armas lo que solo puede adquirir y llevar a cabo la civilización espiritual.
Alemania no aceptó la lección vital de la guerra de 1914-1918.
Quería dominar nuevamente por la violencia y por el poder de los números.
Adiestra a millones de soldados y les da las mejores armas.
Alemania quiere ser militar, escucha embobada las marchas militares y no deja que nadie le venga con que las pisadas que retumban y el estruendo de los cacerolazos reconducen al ser humano a la selva.
Demuestra así que solamente quiere trabajar por el ser humano exterior para olvidar la vida interior.
Maldice Versalles y estrangula la vida del alma que quiere abjurar de la violencia para comenzar con humildad una vida más elevada.
Quiere volver más fuerte que nunca para dominar con su personalidad animal a otros pueblos.
La guerra de 1914-1918 no le ha enseñado nada, nada, al ser humano alemán como masa.
Fue por eso que los maestros mandaron redactar los protocolos de Versalles.
Había que exterminar cualquier pensamiento de guerra, en los pueblos paganos al igual que en (la Casa de) Israel.
Tenía que llegar a haber repulsión de la violencia, y deseos de unión y felicidad.
Por fin, el ser humano tendría que empezar a meditar sobre la presencia de la chispa divina dentro de él y las tareas omnipoderosas que por eso le da su Omnipadre.
Si la masa en Alemania hubiera estado a favor de (la Casa de) Israel, Adolf Hitler no habría podido levantarse jamás.
Pero solo el treinta y cinco por ciento del pueblo alemán pertenece a (la Casa de) Israel, el resto consta de cuarenta por ciento de inconscientes, es decir: conscientes ni en el bien ni en el mal, mientras que Hitler y los suyos conforman el otro veinticinco por ciento.
Esas criaturas inconscientes quieren que se les guíe y mande, anhelan hermosos uniformes y distinciones, y Hitler, que los intuía con precisión, les dio todo esto y les prometió incluso más cosas hermosas.
¡Fue esta especie inconsciente la que le aseguró a Hitler la mayoría y el poder!
Cada pueblo tiene semejante masa incolora.
En tiempos tranquilos, guiada por un porcentaje mayor de benevolentes, es inocua.
Sin embargo, se vuelve francamente peligrosa en una situación como aquella en que se encontraba Alemania.
Incapaz de pensar por su cuenta, fácil de engatusar con promesas, esta masa era un instrumento dócil en manos de un demagogo como Hitler.
Esta especie hacía exactamente lo que él quería, levantaba las manos con entusiasmo y diligencia, repetía como un loro las palabras que le iba ensañando y se sentía completamente feliz al hacerlo.
Esta masa fue disolviéndose en las filas de los secuaces de Hitler, consiguiéndole así la mayoría de votos necesaria.
Parado encima de sus hombros, Hitler pudo entonces entrar al parlamento y hacerse proclamar canciller y líder del pueblo alemán.
Mientras que Hitler y los suyos iban enfilando una guerra y trabajaban febrilmente en el rearme, prometió el oro y el moro a quienes le allanaban el camino.
Un viaje alrededor del mundo, una casa propia, un coche, todas cosas placenteras que pueden hacer más agradable la vida y que pertenecen a los ideales de casi cualquier ser humano.
Todo esto lo recibirían siempre que creyeran en él con el corazón firme y estuvieran dispuestos a dar todas sus fuerzas para la capacidad de resistencia del nuevo reino milenario.
Escuchen cómo habla sobre la maldición de Versalles, que va a anular, escúchenlo cuando habla con voz de trueno sobre su inquebrantable voluntad de luchar por la libertad y la grandeza de la nación alemana.
Los cautiva con su lenguaje ardiente y petardeante y con la fuerza de su personalidad, contienen la respiración al contemplar tanta desenvoltura.
Habla hasta volver loca a esta masa sin alma y la eleva en la sintonización de vida de él y los suyos.
Empiezan a verlo como un ser especial, un genio sobrenatural, incluso como una deidad.
Es el milagro que le ha enviado la Providencia.
Es muy natural que en estas manos semejante tipo de seres humanos inconscientes y apáticos se conviertan en un poder estúpido y necio, que hace que se vuelva realidad cualquier plan, por terrible que sea y por grande que sea su alcance.
Y estos arlequines no saben lo podridamente malo que es el núcleo por cuya orden llevan a cabo sus trucos.
Sí, cuando de pronto se ven en la horrenda realidad y se desata la guerra, la guerra que hasta ahora era una deliciosa y peligrosa palabra con que se podía jugar agradablemente, sí, entonces la especie inconsciente se asusta un momento, se queda desconcertada porque el juego en el que participaron con tanta alegría infantil resulta ir mortalmente en serio.
Solo es un breve instante, justo el tiempo que le hace falta a Hitler para aclararles lo que les puede traer una guerra en cuanto a fama, insignias y poder.
Entonces vociferan más enérgicos que nunca el “Sieg Heil” y hacen sonar las botas con todavía un poco más de fuerza, lo que queda masculino y belicoso.
¡Es sobre las espaldas de estas guadañas diabólicas que Hitler predica el evangelio germano del odio y la destrucción, ordena al pueblo alemán a volver a la era prehistórica y lo obliga a hacer la guerra, que traerá una miseria indecible sobre su pueblo!
Así que le hicieron un favor a Hitler; él, sin embargo, se lo hace a su vez a ellos.
Porque esta guerra hará ver a estos inconscientes a dónde llevó su actitud blanda y apática al pueblo alemán.
Muriéndose de dolor bajo los azotes de la guerra alcanzarán finalmente la conciencia y querrán enmendar lo que han ocasionado por su comportamiento estúpido.
¡Así que por ellos Alemania también estará al final cerca de (la Casa de) Israel!
A lo largo de los años de su historia, el movimiento de Hitler desplegó una tremenda energía.
Esta energía es un rasgo elemental del pueblo alemán.
Ha asimilado estos sentimientos creadores a lo largo de los tiempos.
Es por este rasgo que nacen tantos genios en este pueblo.
Y debido a que el alma de la masa alemana solo está enfocada en la vida material y quiere dominar, se entiende que también produzca un número tristemente alto de genios en el mal, como por ejemplo inventores de armamento.
Mencionando la mentalidad creadora del pueblo alemán ya he explicado en parte que es precisamente Alemania la que atrae artistas geniales como por ejemplo Goethe, Beethoven y Bach.
Los esquimales (véase el artículo ‘Ser humano o alma’ en rulof.es), por ejemplo, no habrían podido atraer jamás estos genios espirituales.
Esto lo determinan las leyes materiales en que vive un pueblo.
El grado en que todavía viven los esquimales (véase el artículo ‘Ser humano o alma’ en rulof.es) hace que les sea imposible comprender semejantes genios.
Todavía tienen que asimilar ese grado de vida y sintonización espiritual superiores.
No obstante, ahora su pueblo holandés tampoco atraerá genios de ese formato.
Este ya ha asimilado tanto conciencia y ya está tan nítidamente sintonizado en la vida espiritual que ya no le hace falta atraer a esos genios en el mal.
Y este estado, pues, explica por completo la gran riqueza alemana en cuanto a genios y artistas.
Sin embargo, estas vidas del alma especiales representan una conciencia más elevada, poseen un núcleo espiritual.
Son ellos a quienes mandaron los maestros del otro lado a la tierra para dar a la humanidad su arte o ciencia.
Y debido a que el alma de la masa alemana es creador, los atrajo sobre todo este país.
(Entre paréntesis en la primera edición: “Cuanto más grande la masa, más grande es también la fuerza de atracción”). Tenían que aportar algo al ser humano.
No solo se regalaron a sí mismos, regalaron concienciación más elevada.
¿Lo entienden?
Y a Alemania esta le hacía falta para su evolución.
Su arte y sabiduría representan una cultura más elevada, estas estaban por encima de la conciencia de la masa, y por eso tenían que llevar a cabo la tarea bendita de aupar a la masa a su nivel tan alto.
Comprenderán que aunque haya sido justamente Alemania la que atrajo a estas almas talentosas, ellas pertenecen a la humanidad entera, con todo lo que trajeron en cuanto a belleza y sabiduría.
Por cierto, cada país atrae almas que tienen que aportar algo para la humanidad entera.
Les habrá quedado claro qué poder tan inmenso podría significar el pueblo alemán para la causa de (la Casa de) Israel si este pueblo estuviera sintonizado con la vida espiritual en lugar de con la material; con el amor en lugar de con el odio.
Ahora todavía usa su deseo de creación para lo bajo, lo vil.
Sigue queriendo dominar por medio de fuerza bruta, e imponer su conciencia preanimal a otros pueblos.
Alemania sigue siendo un mal intelectual y es un peligro mortal para el mundo entero.
Pero los maestros extirparán el bubón de veneno de este pueblo y, sirviéndose de los pueblos de la casa de Israel, lo purificarán corporal y espiritualmente.
El pueblo alemán no será destruido, sino que, guiado con mano firme, ¡se le llevará a (la Casa de) Israel!
En realidad, Italia, que se ha conectado con Alemania hasta la muerte, no tiene nada que ver con ese país.
También allí es, nuevamente, una minoría que impone su voluntad a la masa.
Una parte pequeña, pero activa tiene simpatías por lo que tiene de posesa la dictadura.
A los italianos no les gusta la mentalidad alemana, la humanidad recibirá las pruebas de ello.
El líder de este pueblo llegó a tener el poder en sus manos, debido a que el mundo, y por lo tanto también el pueblo italiano, está ante el establecimiento del reino de Dios, que tiene que poner las cartas sobre la mesa al haber terminado en el centro de los acontecimientos por la política de su líder.
Más adelante les quedará claro lo torpes que son los sentimientos de este hombre, cuando les cuente cuánto violó las leyes astrales, cómo vive en el pasado y olvida que pertenece al siglo XX.
Francia está en el umbral de la Casa de Israel, no obstante, hasta ahora no tenía la conciencia para pronunciarse para ella.
Francia ya lleva siglos trabajando en elevarse hasta llegar a ser un rasgo de carácter que guía a la humanidad, pero no lo hace con seriedad y tiene demasiada afición por la frivolidad, por la diversión hueca.
Francia se puede comparar con una familia en que jamás hay tranquilidad.
Eternamente hay peleas, se juega a la ligera con los asuntos sagrados de Dios, la gente es inconsciente y despreocupada, impetuosa.
Todavía no sabe elegir entre el bien y el mal, cambia con facilidad de amigos y como tal es imposible que sea un principio que guía a la humanidad.
Hoy de la mano de Inglaterra, mañana estará en contra.
Pero como todos los demás pueblos, sabrá para siempre eligir bando en esta terrible guerra.
¡Francia hará sin duda alguna la transición a (la Casa de) Israel!
Junto con la sangre que tiene que dejar en esta lucha se le escapará su frivolidad.
Llegará a conocer la amistad del paganismo, será engañada, malbaratada y quebrada, pero al hacerlo adquirirá rasgos de carácter fuertes, por lo que sabrá servir a la humanidad.
Para (la Casa de) Israel, Estados Unidos es una tribu fuerte que se ha hecho acto de presencia conscientemente por el bien.
Hace mucho ya, los hijos de este pueblo recibieron los colores de (la Casa de) Israel.
Estados Unidos tiene sintonización con Inglaterra; en muchos aspectos, sin embargo, toca la mentalidad del pueblo francés.
Inglaterra es más seria, sosegada y consciente de la fuerza propia.
Como todos los demás pueblos, Estados Unidos todavía tiene que despertar para Dios.
Tiene sintonización material y allí se adora con fervor el becerro de oro.
Sin embargo, en el Siglo de Cristo la gente se dará cuenta de lo equivocado que es esto.
Estados Unidos echa mano del pasado y debe a eso la fuerza que lo elevará hasta grandes alturas y lo hará más y más apto para asistir a Inglaterra en su tarea responsable para (la Casa de) Israel.
Como en la guerra de 1914-1918, ¡también en esta dará las pruebas de ello!
Inglaterra, la verdadera tribu de Moisés, llegó a recibir el mando sobre (la Casa de) Israel.

Los maestros del otro lado la guían para esta difícil tarea.
No puede ocurrir nada que conduzca a la pérdida para Inglaterra, y por tanto, para (la Casa de) Israel.
Los pueblos paganos lo experimentarán de manera clara y contundente en esta guerra.
Inglaterra tiene los dominios.
¿Por qué no pertenecen estos a Alemania, o a Rusia?
No es posible, ya se lo dije.
Si la construcción del mundo quiere cumplirse como la ven los maestros, los pueblos inconscientes no pueden más que ser confiados al mando de (la Casa de) Israel.
Pero ¿qué se sabe de esto en la tierra?
Todavía no se conocen estas leyes.
Alemania, Japón, Italia y otros países vuelven a demostrarlo en esta guerra.
¿Es por casualidad que (la Casa de) Israel haya recibido las llaves de las puertas de la tierra?
No, ¡es el trabajo consciente de los maestros, con Moisés a la cabeza!
Moisés todavía guía a su tribu a través de todos los peligros —¿o creían ustedes que Inglaterra habría sido capaz de todo por sus propias fuerzas?
(La Casa de) Israel es invencible, debido a que el otro lado es invencible.
Para la vida material, ni Inglaterra ni Estados Unidos han llegado tan lejos como Alemania.
Espiritualmente, también tienen que despertar todavía.
El odio de Alemania es más profundo, es más bruto, quiere vencer —claro, rasgos todos ellos que tanto Inglaterra como Estados Unidos han depuesto.
Pero —¿y quién de ustedes querrá negarlo?— ¡(la Casa de) Israel todavía tendrá que pulir muchas cosas suyas si quiere vivir conforme a los “Diez Mandamientos de Dios” y las leyes de Cristo!
A pesar de su sintonización vital que sigue siendo inconsciente de cara a los Mandamientos de Dios, (la Casa de) Israel, con Inglaterra a la cabeza, representa la humanidad entera.
Sus rasgos positivos la hacen apta para guiar, asistida para ello, desde luego, por los maestros.
A partir de ahora, ni un solo pueblo, ni un solo autócrata podrá actuar por sus propias fuerzas y por su propia intuición.
Actuarán por medio de los maestros —para provecho del mundo, porque su liderazgo es infalible, y está enfocada siempre y únicamente en la evolución espiritual de la humanidad.
Si ahora llego a hablar de Rusia, también tocaré el milagro más grande de este siglo.
Rusia —ya lo saben— ha cerrado un pacto con Alemania.
Por este pacto, parece que los paganos se unen.
Pero todo discurrirá de otra manera.
Por Rusia y Alemania se cumplirá la palabra de la Biblia: “Enfrentaré a los paganos”.
La humanidad vivirá que esta profecía, que algún día pronunciaron los maestros, se cumpla al pie de la letra.
Rusia llegará a encontrarse en un terrible forcejeo con Alemania y se unirá a (la Casa de) Israel.
Y estos dos pueblos grandes persiguen la misma meta: el dominio de la tierra.
Su mentalidad pagana no permite que persigan este ideal como amigos.
El uno no soporta al otro, con la consecuencia de que aspiran a la destrucción del otro.
Los maestros conocen la mentalidad de cada pueblo, previeron hace siglos ya que llegaría a haber una lucha.
Es su voluntad que esta lucha se desencadene ahora, no más tarde, lo que también podría haber ocurrido, si los maestros no hubieran trabajado en el cumplimiento de la profecía que enfrentaba a los paganos.
Les será difícil imaginarse lo que le tocaría vivir al mundo si los paganos se reunieran para enfrentarse al resto del mundo.
Los pueblos no habrían tenido sosiego, porque en el punto álgido de su poder y con el mundo a sus pies, se abalanzarían unos encima de otros para determinar quién podría llamarse el soberano del mundo.
La lucha entre los paganos tenía que llegar en la última guerra que haría (la Casa de) Israel, o el Siglo de Cristo todavía no podría comenzar.
Cuando los pueblos de la tierra dormían tranquilamente y descansaban de la guerra de 1914-1918, los maestros ya estaban en Rusia, y conectados con Stalin.
Ponían en él el pensamiento de elevar hasta alturas sin precedentes el rearme de su país.
¿Cómo, pues, inspiraron los maestros del otro lado a Rusia?
Rusia, que predicaba la revolución mundial, que quería subyugar a los pueblos de la tierra y quería auparlos en su propia vida?
¿Cómo puede el otro lado ayudar a Rusia?
El otro lado comprendía el estado, sabía que la humanidad se encontraba ante la última guerra y la más horrible de todos los tiempos.
En esa lucha final, Rusia tendría que ayudar a Inglaterra y Estados Unidos para destruir el monstruo alemán con todas sus cabezas, porque (la Casa de) Israel no sabría hacerlo por sus propias fuerzas.
Y sabiendo esto, los maestros empezaron a azuzar a los paganos unos contra otros.
Pero ¿no tiene que temer (la Casa de) Israel tanto el peligro de Rusia como el de Alemania?
La respuesta es que Alemania es infinitamente más peligrosa que Rusia.
Alemania es más consciente, está culturalmente más desarrollada y sabe mandar.
Es un mal intelectual, y lo que sabe hacer este intelecto, lo vivirá la humanidad en esta guerra de manera horripilante.
Rusia todavía no ha alcanzado la altura de Alemania.
Está sintonizada con la naturaleza y aún no posee nada de la cultura alemana.
Ambos pueblos como masa siguen teniendo una sintonización pagana, aunque también cuenten con almas creyentes.
La criatura rusa por naturaleza es buena como un pan, si se me concede llamarla así; al igual que la criatura oriental, sigue siendo completamente natural.
Pero ay del pueblo que piense mancillar esta vida; despierta con fuerza el instinto de masa y tiene que pagar de manera sangrienta la factura por su intromisión.
Lo vivirá Alemania, como un día los ejércitos bajo Napoleón.
El espacio entero sabe que Alemania perderá la lucha.
¡Cada estrella, cada planeta, cada alma de este lado que conoce las leyes, los creyentes en la tierra que leen la Biblia, lo saben!
Solamente los alemanes mismos no lo saben.
Hablan de la Providencia, rezan al Omnipoderoso de que dé la victoria a sus armas, pero no ven la realidad en que viven, una realidad que en el pasado lejano ya se anunció como profecía.
A pesar de todas sus teorías que suenan a maravilla, ¡es el deseo de los líderes alemanes conquistar Europa, gobernarla, subyugarla y mancillar la vida de Dios!
Pero en el Siglo de Cristo ya no se puede gobernar, ya no se puede conquistar para el beneficio propio, los maestros sirven a la humanidad entera, sirven a Cristo y Dios, ¡el Dios de todo lo que vive en el espacio!
Entonces también a Alemania se le refrenará, y se erradicará el diabólico nacionalsocialismo hasta el último pensamiento.
¡Este sistema maldito desaparecerá de la tierra!
Solo se mantendrán las ideas de Hitler que se acomoden al Siglo de Cristo, volveré sobre esto.
El resto es satánico, animal, ¡esos pensamientos son una peste de la que se liberará al mundo!
Después de haber sido vencido, ya no se podrá destruir el pueblo alemán.
El mundo se dará cuenta de que el pueblo alemán no se compone en su totalidad de asesinos y sádicos.
Ya lo dije: también en Alemania vive un núcleo que pertenece a Israel y que maldice las prácticas nacionalsocialistas.
¡La Casa de Israel no destruirá Alemania, sino que la guiará!
Los pueblos experimentarán que Rusia no constituye ningún peligro para (la Casa de) Israel.
Cuando más adelante se hayan vencido Alemania y Japón, Rusia será el único de los pueblos paganos en estar enfrentada a (la Casa de) Israel.
Entonces Stalin vivirá que (la Casa de) Israel solo desea orden y justicia.
Salvará lo que se pueda y se unirá a (la Casa de) Israel.
Con los años, el comunismo ruso se irá convirtiendo entonces en un comunismo propiamente espiritual, y (la Casa de) Israel lo cuidará bajo el mando de los maestros.
Una división justa de los bienes terrenales, he aquí aquello que perseguirá en primer lugar (la Casa de) Israel, y que tendrá que perseguir.
Los maestros ya no soportarán que unos tengan todo, y que los otros tengan que morirse de hambre.
Para esto, Inglaterra y Estados Unidos recibirán los datos de los maestros.
En el Siglo de Cristo, se tendrán que aceptar y vivir los Diez Mandamientos de Dios.
Cristo lo exige de la humanidad.
Los pueblos llevan a cuestas el peso de la miseria debido a que no saben amar de la manera que predicaba Cristo.
Solo cuando todos los pueblos lleguen a ese punto ya poseerán el paraíso espiritual en la tierra.
Bajo la dirección de los maestros, que un día tomarán en sus manos la suerte de la humanidad, porque si no continuarían odiando y destruyendo millones de años más, bajo su bendito y consciente mando asimilarán los pueblos el grado de vida espiritual.