El Gólgota

Ahora que la humanidad ha llegado a este punto se comprende en la tierra algo de la vida de Dios.
Pero el ser humano todavía tiene que llegar a conocer las leyes de la madre tierra y del Gólgota.
¡Asimilarlas vendrá después!
Ese es el ser uno con el Gólgota.
También es despedirse de la madre tierra y entrar en las esferas de luz.
¿Qué dicen las leyes del Gólgota a la vida en la tierra?
En este lado hemos tenido que inclinar la cabeza ante ellas y hemos tenido que asimilarlas, solo después pudimos continuar.
¡El Gólgota nos enseñó a aceptar las leyes de Dios!
La humanidad tiene que llegar a conocerlas ahora y vivir según ellas.
En la luna entramos en las leyes de Dios y obtuvimos así la conciencia material.
Allí llegamos a conocer las leyes de Dios y las de la muerte y la vida.
Cada siguiente planeta nos las impuso y así llegamos a la tierra.
Al vivir cuerpo tras cuerpo fuimos viajando por el espacio divino.
Solo fue en la madre tierra donde empezamos a comprender las leyes de Dios, porque ¡estas nos llevaron al Gólgota!
Cristo acoge toda la vida terrenal, es en el Gólgota donde la vida de Dios aprende a rezar.
En el Gólgota se ha rezado por la humanidad entera, ahora tenemos que seguir, como seres humanos, a Cristo.
¡La humanidad tiene que aceptar la vida del Hijo de Dios!
Cada acto los conduce por eso al Gólgota.
Solo después se verán envueltos por la luz eterna y recibirán la última palabra.
Solo en el Gólgota puede hablar Cristo a sus vidas.
El despertar espiritual los obliga a seguir esa ley y a cumplirla.

Para eso vino Cristo a la tierra y por este testimonio murió.
Ni una sola alma puede eludir el Gólgota.
¡Algún día el ser humano tendrá que empezar con la vida de Cristo!
No lo conseguirán ustedes consumiendo Su cuerpo.
Cristo pide, a ustedes y a nosotros, entregar la vida propia.
¡Y solo sirviendo llegaremos a ese punto!
La gente en la tierra no se comprendió a lo largo de los siglos: asesinaban a los hijos de otros pueblos, pero el Gólgota se lo prohíbe a ustedes.
Quien piense que sí puede asesinar sigue un oscuro camino y sintoniza con la tierra de odio.
Pero eso ya no es posible en el Siglo de Cristo, porque la vida humana ha empezado a significar algo.
Ahora toca inclinar la cabeza, el ser humano está ante Cristo.
El ser humano tiene que empezar la vida espiritual, porque solo y exclusivamente esta está en armonía con el Gólgota.
Ustedes elevarán sus oraciones bajo la cruz de Cristo.
Bajo la cruz de Cristo recibirán ustedes la última palabra, igual que Judas.
Ni una sola alma en el espacio puede eludirlo.
Solo después sabrán si están perdonados sus errores y pecados y si se abrirán las puertas del reino de Dios para dejarlos entrar.
El Gólgota los obligará a arrodillarse y a aceptar a Cristo, porque llegarán a conocer las leyes divinas a través de Él.
En este lado nos hablan las leyes de Dios y nos vimos ante la tarea de asimilarlas.
Sabemos que solo llegaremos a la luz por medio del Gólgota donde las esferas y los maestros esperan a nuestras vidas para darnos la felicidad celestial.
El Gólgota nos condujo a esta felicidad.
Respondiendo al Gólgota se despojarán ustedes de lo inferior y ¡estarán ante lo mejor y más elevado!
Judas lo comprendió.
Su alma quería el bien, el profundo subconsciente lo condujo a lo alto del Calvario; acto seguido inclinó la cabeza.
Es cuando la gloria de Cristo acude a la vida de Dios y todos ustedes acceden a la pervivencia eterna, ¡entran en la vida de Cristo!
Las esferas de luz estarán abiertas para ustedes si siguen lo que es eso y aceptan el Gólgota.
Quien no lo comprenda ascenderá primero al Gólgota y verá allí el significado sagrado de Cristo.
Judas también lo vivió, igual que otros millones de almas, todas inclinaron la cabeza en el Gólgota y empezaron a amar todo lo que vive.
Estos corazones irradian la eterna alegría de Dios, la luz vital santificada, la fe y la justicia.
¡Eso es lo que el Gólgota les puede dar!
Quien no puede servir se blinda ante las leyes de nuestra vida y del Gólgota.
Pero Cristo mostró cómo tenemos que cargar nuestra cruz y el Gólgota lo exige de nuestras vidas.
Todas las leyes de la tierra adquirieron forma y color por el Gólgota.
Es la divina alma infundida la que hizo despertar toda esta vida.
Pero en el Gólgota se sufrió y rezó para ello.
Entre Dios y la vida de ustedes está el Gólgota; pueden ustedes alcanzar a Dios si de verdad quieren escalar el Gólgota, porque ¡allí es donde la chispa de Dios despierta en la vida ustedes!
La muerte no es detenimiento, sino progreso; en el Gólgota adquirió un significado para sus vidas terrenales.
La muerte no existe, porque Cristo, a través del Gólgota, trajo la vida eterna a la tierra y colocó esta infinitud en manos de ustedes.
Eso es lo que el Gólgota les ha enseñado.
O sea, son ustedes quienes tienen que sintonizar con el Gólgota.
Cuando en la tierra nos pusimos a vivir, como seres humanos, los siete grados corporales materiales y después entramos en el propio causa y efecto, esto fue por el Gólgota.
Sus leyes exigieron nuestra vida y nos mantuvieron vinculados a la tierra.
Solo cuando hubimos enmendado todo pudimos continuar y entramos a la sintonización espiritual.
Entonces estuvimos ante nuestro infierno o cielo, pero el Gólgota solo quiso darnos felicidad.
¿Hemos comprendido el Gólgota?
¿Hubo amor en nuestra vida antes del Gólgota?
¿Le puede parecer bien a Dios que haya una sola criatura a la que no se le dé amor?
Cristo se nos apareció en el Gólgota y allí comprendimos Su sagrada vida.
¡Eso también es para ustedes en la tierra!
El Gólgota de ustedes puede hablarles cada segundo a su vida, y entonces tendrán que inclinar la cabeza; es cuando ustedes viven las leyes de la vida y la muerte.
Los ángeles de los cielos más elevados han tenido que aceptar esto; de lo contrario también se detendrían las vidas de ellos.
Y el Siglo de Cristo lo exige de todo el mundo o de lo contrario estarían construyendo ustedes la oscuridad.
Y eso ya no se considera correcto en este siglo, ¡ahora ustedes servirán!
El horrible pasado se ha convertido en el futuro de ustedes.
El Gólgota quiere que se olviden del pasado y que fijen sus ojos en lo nuevo, para lo que estuvo Cristo con ustedes.
Entonces comprenderán que no se puede burlar uno de las leyes de la madre tierra, porque el Gólgota significa: ¡aceptar absolutamente todo lo venidero!
Si no son capaces de eso no forman parte de este siglo y los desterrará la madre tierra.
Quien no quiera trabajar en sí mismo se rebela contra el Gólgota y colisiona con él.
El Gólgota los coloca ante el cáliz y tendrán que vaciarlo hasta la última gota.
Solo entonces podrán seguir o si no el Gólgota les parará los pies de forma espiritual.
Es la escuela para sus vidas.
Es y será como lo experimentó Judas cuando suplicó a su maestro que le hablara.
¡Cristo descenderá a ustedes en el Gólgota y serán uno con el Hijo de Dios!
Levanten su cruz y sigan el camino que los conduce al Gólgota.
¡Pasará por encima del Calvario hacia nuestra vida, hacia las esferas de luz!
En el Gólgota pidan abrir sus vidas, para esta vida suya y la eterna, el reino de Dios.
Una vez puse punto final a mi tierra terrenal y experimenté entonces la putrefacción de la vestidura material.
¡Al mismo tiempo me encontré ante el Gólgota!
Colgaba de las rejas de mi celda y estaba atado a mi propio cadáver; me sentía como en el Gólgota, veía dentro de dos mundos y en miles de leyes.
Me di cuenta de lo que el Gólgota tiene que decirnos cuando lleguemos a conocer la muerte y la vida.
¡El Gólgota me paró los pies de forma divina!
Tuve que enmendar y además en el instante; después, en cambio, para las otras leyes.
Cristo me exigió que siguiera Sus leyes, y no las mías propias.
Debería haber aceptado mi vida y todo el dolor y toda la pena, porque así enmendaba.
El Gólgota me obligó a inclinar la cabeza humana y así llegué a conocer mi yo mejor.
Entonces se me fue el miedo y me hice “ser humano”.
Aprendí que no se puede destruir nada y que Dios es todopoderoso y que significa amor!
El Gólgota me enseñó que yo tampoco podía eludir las leyes de la madre tierra.
Solo entonces pude continuar.
Estaba agradecido a Cristo por esta lección, porque me condujo a las esferas de luz.
Recibí la ayuda divina y entonces el Gólgota vino a mi vida y entró en ella.
¡Recibí luz y amor!
Quiero advertirles, porque el Gólgota exige de ustedes que sirvan durante sus vidas terrenales hasta el último segundo y no poner fin a ellas por iniciativa propia.
De todas formas, el “amén” espiritual solo lo podrán decir en este lado, en concreto, en la primera esfera.
Pero ¡entonces habrán vivido el Gólgota!
Si ustedes crearon dolor y pena, recibirán algún día la factura y tendrán que enmendar lo que hicieron mal; el Gólgota no se olvida de ni un solo error de ustedes.
No caven la tumba a nadie o cavarán su propio ocaso; ¡el Gólgota los llamará de todas formas de vuelta a la tierra para arreglar todo!
Entonces hablarán las leyes de Dios a sus vidas, y además las de Cristo.
¡Él dio Su vida en el Gólgota para todas las leyes vitales que ustedes mancillaron!
En el Gólgota el Creador de toda la vida pondrá en sus manos las llaves de su propio reino de Dios y accederán al más allá.
Entonces habrán vivido las leyes de la madre tierra y habrán completado su ciclo.
Entonces les habrá entrado la felicidad espiritual y astral eterna, porque habrán recibido la conciencia superior.
En este lado podrán continuar con todos sus seres queridos, les pertenecerá lo que ha surgido por la vida de Cristo y para lo que regresó a la tierra.
Sobre las vidas de ustedes descansará entonces la sagrada bendición de Dios, las flores les enviarán sus olores, las aves cantarán y cada edificio en nuestra vida estará abierto para ustedes.
Habrán llegado al reino del amor.
Quien piense poder matar en el Siglo de Cristo se mata a sí mismo.
Los expulsará del paraíso de Cristo, porque estarán chocando con el Gólgota.
Cristo se entregó a sí mismo y solo ahora Su muerte empezará a hablarles.
Ustedes tienen que servir la vida de Dios, si quieren ver como seres humanos y quieren ser partícipes de la poderos felicidad de la madre tierra.
El suicidio los coloca ante las leyes de Dios y ante los de su propia criatura, porque dejan abandonada esta vida.
La destrucción de su propia vestidura material los conduce a un mundo vacío, un mundo de destrucción, de desgracias, de dolor y pena, y además, porque han tomado las riendas de las leyes de Dios.
La madre tierra les dio el organismo que crea y el que da a luz, son padres y madres en un solo estado, pero fue Cristo quien lo trajo a la tierra.
Es decir, ustedes vivirán también estas leyes de Dios como hombre y mujer, servirán así para dar un nuevo cuerpo a la nueva vida de Dios.
Pero por medio del Gólgota llegarán a conocer las leyes para la experiencia terrenal de estos cuerpos, y Dios exige de ustedes que las acaten; las asimilarán por medio del Gólgota.
Entonces será el amor de Cristo lo que los eleve y por el que verá la criatura que nazca; solo por Cristo podrán recibir y vivir la concienciación espiritual, ante Él estarán como hombre y mujer, como criatura, como padre y madre, ante Él, que ¡dio la propia vida divina por todos nosotros!
Así es como se pueden ganar los cielos más elevados y recibirán ustedes el estado de ángeles.
Seguir y vivir el Gólgota les aporta la sabiduría vital espiritual y el despertar en los cielos de Dios.
Les toca a ustedes merecerse toda esta santidad y asimilarla, el Gólgota está en sus manos.
A ustedes les toca armonizar sus vidas con el Gólgota y Cristo.
Por el Gólgota despertarán sus vidas y morirá el yo inferior en ustedes.
Pero les entrará paz y serenidad en los corazones y les podrá calentar la vida de Cristo, podrá conducir sus vidas hacia arriba, bendecir la vida que para nosotros es astral y conectarlos con sus almas gemelas.
Sus vidas podrán ser muy benéficas si dejan que el Gólgota hable dentro de ustedes.
Así podrán vivir la inspiración espiritual cósmica y divina, pero entonces los habrá elevado Cristo, habrán pasado por encima del Calvario por haber inclinado la cabeza, y encima habrían accedido a las esferas en nuestras vidas que les darán la bienvenida, que les darán lo que hayan creado para ustedes mismos y los suyos.
¡Porque Dios es justo en todo!
Accederán entonces al espacio divino y aquí hablará toda la vida de Dios a su propio grado de vida.
Esta conciencia es eterna, adquirida por el amor.
Es cuando el Santo Evangelio hablará a su conciencia, a su yo mejor.
Vayan al Gólgota y recibirán la sagrada bendición de Dios.
Es el regalo para la tierra y para nuestras vidas.
Quien pueda inclinar la cabeza estará ante la primera esfera y el amor inmaculado: después les pertenecerá el espacio.
Y es allí donde dirán: “Padre mío, que se haga Tu voluntad”.
El Gólgota los ayudó a alcanzar esta victoria sobre ustedes mismos, Cristo se lo dio a ustedes y a los suyos, a todos los que quieran llegar a conocer la vida eterna.
Es el Gólgota.
¡Es Cristo, solo Cristo! ¡La vida de Dios en todos los grados vitales solo les podrá hablar a ustedes a través de Él!