Las nuevas leyes de Isis

Todos oyeron decir a mi líder espiritual:
—No odien si no quieren ser odiados.
En Isis hay un solo supremo sacerdote y lo llaman Padre, pero será “Amor”.
Los sacerdotes que junto a él representan el Templo son uno con su Rey y le sirven como consejeros suyos.
Aquellos que quieran obtener el sacerdocio y acceder al Templo reciben una protección “amorosa” y tienen como superiores directos al supremo sacerdote y al Padre del Templo.
Desaparecerán los muros astrales de Isis, así como todas las moradas por las que el alma vive como un preso.
Todos son uno y están conectados por el Amor.
Las tinieblas permanecerán, pero quien quiera puede “ir adentro” por decisión propia.
Este aislamiento es para llegar a Él, el Dios de todos los Dioses.
Las leyes de formación siguen vigentes, pero el “Amor” prevalecerá por encima de todas las leyes existentes.
Quien sea grande en el “Amor” recibirá las alas más grandes de todas.
Tanto el sacerdote como la sacerdotisa pueden ser grandes en el “Amor” y alcanzar su ser uno en él.
Solo después de diez años pueden recibir esta conexión; la consagración tendrá lugar en el Templo de Isis.
Las personas con dones naturales seguirán otra formación, que determinarán el Padre del Templo y los sumos sacerdotes.
Quien haga preguntas tendrá derecho a hacerlas por “el amor” y poseerá las alas más grandes de todas.
Hacer preguntas que sirvan a uno mismo puede dar lugar a que los demás aparten a este sacerdote.
Si un discípulo de sacerdote posee las alas más grandes de todas, si la conciencia es plena, entonces podrá hacer preguntas, aunque siga siendo un discípulo de sacerdote (—dijo).
Mi líder transmitió aún otras muchas leyes, y de todas ellas se dejó constancia.
Al final dijo a todos ellos:

—Los Dioses quieren que ustedes obedezcan todas estas leyes y que el faraón las firme.
Seguirá más sabiduría (—concluyó).
Después mi líder espiritual volvió a marcharse; los maestros habían vivido un gran milagro.
Una vez redactadas de nuevo las leyes, continuamos y volví a vivir en el espacio.
Nos reuníamos todos los días.
Mi líder espiritual me llevaba a otros planetas, descendía conmigo en las aguas y recibíamos la profundidad de todas esas leyes y milagros.
Estuvimos conectados durante varios meses y obtuvimos sabiduría espiritual.
Fuimos describiendo mis propias experiencias y para ello recibí la ayuda de todos ellos.
Mientras tanto me desdoblé de mi propio organismo y recibí fuera de mi cuerpo lo que engrandecía Isis.
Así seguimos hasta que recibí el mensaje de que estaba enfermo el Padre del Templo.