Materializaciones y desmaterializaciones

Para estos fenómenos valen las mismas leyes que para la voz directa, aunque una materialización sea algo muy distinto, aun así el milagro se produce por el mismo médium y la densificación del aura vital.
Si pasamos al fenómeno, entonces primero densificamos el aura vital y nos envolvemos en ella; después se vive la ley para la vida material consciente y semidespierta.
En ese momento vivimos en su (vuestro) seno y puedes percibirnos.
También ahora los participantes se han colocado en un círculo, está presente la mesita con el megáfono, porque a veces el maestro te hablará para informarte sobre el milagro.
El médium yace en un espacio cerrado, un pequeño cubículo al que llaman gabinete y que es necesario para la densificación del aura vital.
Para estos fenómenos hace falta un organismo muy fuerte o el médium sucumbirá pronto.
Por tanto, uno entre millones de médiums puede ser un médium de materialización, pues lo que se requiere para ello te lo mostrará el milagro mismo.
Cuando el médium está en trance se puede comenzar.
Ahora suena música suave, porque para esto hacen falta otras vibraciones y entonces vivirás un sinnúmero de prefenómenos.
Oyes rappings y ves largos jirones de nubes planeando por la habitación que provienen del gabinete y que vuelven a él.
De pronto sientes un viento fuerte a tu alrededor y ves que las cortinas revolotean; fenómenos que nosotros podemos llevar a cabo porque el médium da sus fuerzas para ello.
Para llevar a cabo materializaciones hace falta un desarrollo a fondo.
El médium suele haber nacido para esta tarea.
Los padres han sido escogidos para ello, estos darán al alma un cuerpo vigoroso.
Por lo tanto el otro lado sabe dónde nacerá el niño y el maestro del médium se acerca enseguida a él para los preparativos.
El alma no debe perder la conciencia anterior, pues esto significa sensibilidad y esta hace que tanto el organismo como el alma posean la conciencia necesaria.
Por eso los eruditos de este lado pueden quitar el aura más fácilmente e incluso en una cantidad tal que los fenómenos pueden ocurrir con toda fuerza.
Si el maestro ha llegado al punto en que tiene lugar la materialización, entonces la personalidad astral se envuelve en el aura.
Ves una figura ante ti.
Parece un ser humano igual a ti, pero es un cuerpo espiritual densificado.
Cuando se manifieste tu madre volverás a reconocerla, tampoco ahora ha cambiado en nada.
Incluso el color de sus ojos es como en la tierra, está presente cada seña particular.
Su cuerpo es mitad material, mitad espiritual, pero claramente visible.
El aura del médium le dio esta densificación.
Si el maestro quiere ahora que ella se muestre a ti en su vestidura espiritual, también eso es posible, ella sintoniza con ello y puedes percibir la vestidura espiritual.
También es posible que se te conceda tantear su cuerpo y si la materialización es perfecta al cien por ciento, sentirás su carne, si no tus manos pasarán a través de esta aparición.
Su cabello es como en la tierra, su aparición no es más grande que la de la vida material, no ha cambiado en nada.
Tu madre también se te puede mostrar en un atuendo terrenal que te resulte conocido, entonces incluso su atavío está presente.
Lleva puestos sus anillos y brillantes, aunque esas joyas materiales se hayan quedado atrás en la tierra.
A ella le es posible densificar todo lo que le pertenecía y atraerlo hacia ella, pero lo alcanza por medio del maestro del instrumento.
Si el maestro quiere que te dirija algunas palabras, también eso está a nuestro alcance, pero es una manifestación doble, para la que hace falta una cantidad ingente de fuerzas, lo que de golpe puede dejar al médium exhausto.
La mayoría de las veces esto se evita.
Si el maestro lo quiere así, puedes darle la mano.
Sientes una mano húmeda, como si la persona hubiera salido apenas del agua fría, y esto se debe a que se vive el grado de vida semimaterial, en el que ha desaparecido del verdadero calor corporal, pues pertenece a tu propio organismo.
Los fenómenos se realizan en el gabinete.
Allí va construyendo su figura y se manifiesta la aparición astral.
Ves una personalidad viva.
Esta emoción toca tu propia vida, es algo abrumador.
Si se te concede apretar una mano, esta mano de carne y hueso se disolverá de todos modos en la tuya si la aparición la retira.
Pero así llegarás a conocer el milagro.
No hay nada que supere la materialización.
Es lo más milagroso que podemos traer como prueba de que existe una pervivencia.
No obstante, si haces este contacto por iniciativa propia, asesinas en ese mismo instante al médium.
También ahora está presente un médico espiritual que vela por el médium.
El médium vive en el sueño epiléptico, el trance más profundo que puede aplicarse, y entrega todas sus fuerzas vitales para ello.
El gabinete está blindado contra intrusos astrales, de modo que no tenemos que temer que haya algún poseído.
El maestro y el médico velan por el médium.
Cuando sientas una corriente fría como viento, tal vez no comprendas el origen.
Sin embargo, también este fenómeno es muy sencillo.
En realidad, este viento es tu aliento vital, aunque densificado, porque el espacio en el que vives también se ha densificado.
Ahora nos concentramos en tu atmósfera y agitamos los brazos o bien elevamos la atmósfera completa en nuestra vida y nos retiramos nosotros, de modo que se origina una fuerza contraria que te hace sentir el fenómeno.
Esa fuerza puede ser tan fuerte que somos capaces de arrojarte de tu silla, es como si te arrasara un ventarrón.
Lo que podemos llevar a cabo roza lo increíble.
Nuestra retirada y la elevación de tu aliento vital provoca, por tanto, viento; es la densificación de tu aliento, la atmósfera terrenal.
El maestro lo hace con sus ayudantes.
Él hace viento y tú lo sientes.
Y de pronto el viento se ha vuelto a ir y la fuerza ha sido consumida.
Estos fenómenos se disuelven de nuevo, porque los llamamos temporalmente a que aparezcan.
Ahora que podemos densificar nuestro propio cuerpo todo es posible.
En ese mismo instante en realidad estás desinfectado de otras influencias no deseadas, estos fenómenos siempre los sientes cuando empieza una sesión.
Ahora tu propia atmósfera es apta para nosotros y ha sido purificada, pues muchos de los asistentes trajeron influencias desagradables.
Si estas sesiones se celebran en la oscuridad, puedes percibir, sin embargo, la figura astral, porque el ser posee la propia irradiación de luz.
Un espíritu de la oscuridad no puede manifestarse de esta manera, no eres capaz de observar esa vida tenebrosa.
Ahora esta luz espiritual ilumina tu espacio y puedes ver la aparición.
Como un sol radiante, así ves a tu madre.
Conoces su sonrisa y también ahora le faltan algunos dientes, aunque esa destrucción material no es posible de constatar de este lado, la vestidura espiritual es natural y perfectamente completa.
Ahora la han ayudado los maestros, pero ella sintoniza con su vida y acepta conscientemente un momento determinado.
Puede vivir cualquier edad, da igual, se retira en eso.
Esta aparición irradia la propia sacralidad y es también la sintonización de su vida astral para este lado.
Si le falta nitidez a la concentración de tu madre, entonces el maestro la ayuda a pensar, para que pueda vivir esta densificación.
Si está conmovida, entonces de pronto ves que desaparece de delante de tus ojos, ella misma interrumpe el contacto con su vida terrenal depuesta.
Suele estar conmovida por este reencuentro, pero esto se tiene que evitar.
Ahora bien, es posible que desde el gabinete se saquen unas manos que te hacen gestos.
Son materializaciones parciales.
Si nos sintonizamos con una mano, entonces planea delante de ti una mano espiritual.
Podemos mostrarnos sin cabeza, pero eso será verdaderamente aterrador y no es apto para las mujeres, no pueden desprenderse de la imagen o deberías poder recibir la explicación completa.
Solo entonces el fantasma ya no tendrá significado para ti, es entonces sabiduría vital desde la vida después de la muerte, la figura viva de tu existencia eterna, que nosotros representamos.
Tu madre se encuentra en tu círculo como el amor eterno, su vida es cósmicamente justificada, ella es como un cristal y espiritualmente inmaculada.
Esta delante de ti como una mañana primaveral que viene despuntando, te mira a los ojos y sientes su amor maternal.
Es joven y bella, sin embargo también ella puede aceptar su edad de la tierra y su figura envejece delante de tus ojos.
El organismo completo ha experimentado esta densificación, sientes cómo le late el corazón y en su cuerpo corre la sangre.
Es milagrosa la imagen que se te muestra, de una profundidad imponente y sin embargo de una veracidad tan humana.
Esta conexión es también para nosotros una vivencia.
Solo ahora empiezas a comprender que Dios nos ha dado Su vida, esta figura representa todas las leyes astrales, las vive.
Su cuerpo no tiene nada de inverosímil, cada tejido vive y ha recibido su animación.
Está delante de ti y puede disolverse de pronto y volver, todas esas leyes están en sus manos y están ligadas a su ser, la personalidad astral se ha convertido en ley.
Podrías sentir su beso en tu frente, pero su apretón de manos te cuenta del deseo sincero que emite de darte la prueba de que existe la vida después de la muerte material.
Puede desaparecer a través de las paredes ante tus ojos, puede retirarse en ese mismo instante hasta en su propia esfera, puede mirar a través de tu vida y verlo todo, incluidos los secretos más profundos.
Ella es cósmicamente profunda y una hija inmaculada de Dios.
Estas pruebas milagrosas puede dártelas el otro lado y a las personas en la tierra se les concedió vivirlas.
Debido a que no ha perdido nada de su personalidad sigue siendo aún tu propia madre, pues es la voluntad de Dios que seamos como cuando nos fuimos de la tierra.
Esta aparición es la personalidad astral densificada, creada por fuerzas humanas, ¡el aura vital!
A muchos eruditos se les concedió contemplar este milagro.
No podían creer lo que se les concedió percibir, era demasiado hermoso para ser verdad y volvían a dudar, no averiguaron el enorme enigma que no es ningún enigma.
Se les concedió verla como Eva, palparla, ella les ha hablado, no ha perdido nada de su belleza terrenal, al contrario: fue perfecta al representar al mundo astral, a su Dios y su propia vida.
Uno de esos eruditos entró poco tiempo después al mundo astral.
Una vez de este lado vivió el despertar astral.
Una hermana estaba a su lado y contaba que había muerto en la tierra.
Él no podía aceptarlo, pero cuando ella le preguntó si no la conocía, su alma despertó y lloró como un niño pequeño.
—Sí, amigo mío, soy yo.
Se te concedió verme.
Aquí vivo, hago un trabajo bueno.
Se me concedió mostarme a ti por la gracia de Dios, pero ¿qué hiciste tú?
Dudar de nuevo.
¿Puedes aceptar ahora que vives eternamente?
Este parapsicólogo redactaría el reporte de esta sesión, pero no resultó en nada, él albergaba dudas.
Despertó de este lado, aquí ya no se necesitaba su ayuda.
Cuando el médium está en trance, también podemos mostrar desmaterializaciones.
El establecimiento de estos milagros tiene que ver con la materialización.
Los objetos se disuelven delante de ti.
Estás ante un florero con flores, un poco después puedes encontrar las flores con el florero en el ático.
Desmaterializamos y hacemos levitar objetos materiales.
La levitación es hija de la materialización y de los fenómenos de la desmaterialización que se sintonizan unos en otros, pues una cosa se origina por medio de la otra.
Como la clarividencia atrae la clariaudiencia, así vivimos ahora estos fenómenos, han nacido unos de otros.
Una fuerza atrae a la otra y esta atracción y construcción son el fenómeno.
Todos estos fenómenos se originan por el maestro astral, tiene en sus manos todos estos milagros, pero el médium cede las fuerzas para ello.
Ahora puedes oír música espiritual, también podemos tocar tus instrumentos materiales, blindados o no, nos forzamos un camino a través de tu mundo material y llegamos a la unión.
Si queremos que el médium desaparezca, eso ocurre, podemos llevar a cabo lo que sea, incluso ¡demoler tu casa en un abrir y cerrar de ojos!
El médium desaparece del círculo con silla y todo.
Podemos mostrarte varios fenómenos de aportes, todo nos es posible, el aura vital del médium nos dio esa densificación semimaterial.
En una velada así puedes vivir que el médium ya no tiene piernas, la parte de abajo ha sido desmaterializada.
Estas partes del cuerpo se disuelven por completo y aun así las piernas todavía forman parte del organismo.
¿Que es improbable y un engaño visual?
Desmaterializamos las piernas y las llevamos a nuestra propia existencia, somos como nos sentimos, también nosotros somos invisibles para ti.
Estas son las leyes de materia y espíritu que se nos concedió asimilar, o desde luego nuevamente no habría sido posible.
Ni siquiera puedes pensar en sugestión, te damos las pruebas de ello.
Puedes contemplar el imponente milagro con tus propios ojos.
Esta amputación ocurre sin pérdida de sangre, pues no hay cortes, es retirada la existencia material, tu ley en la que vives y que nosotros hacemos semimaterial.
Por lo tanto, las partes materiales se mantienen intactas.
Las piernas y los brazos se hacen inmateriales, no ocurre nada más.
Pero las piernas se encuentran ahora entre la vida y la muerte.
Cuando el maestro procede a esto, primero priva la pierna de la fuerza de la gravedad material.
Ahora esa vida puede ser elevada en nuestra existencia.
También podemos darte flores astrales y si lo queremos ya no se disolverán jamás, nunca podrán marchitarse, porque las alimentamos permanentemente.
Ocurre por nuestras propias fuerzas, pero también pueden desaparecer de delante de tus ojos.
Todos esos milagros los tenemos en nuestras propias manos, pero las fuerzas del médium sirven para realizarlos.
Tal vez todo esto te parezca increíble, sin embargo se nos concedió dar todas esas pruebas a la tierra, esos médiums han completado su hermosa tarea.
En los libros de mi maestro ‘Una mirada en el más allá’ puedes leer sobre una desmaterialización que vivió el instrumento por medio del que describo todo esto, una desmaterialización que tuvo lugar a plena luz del día y que fue seguida por cuatro personas.
Había una puerta cerrada y aun así su maestro hizo que la atravesara, de modo que el médium pudo abrirla desde dentro.
Las cuatro personas creyeron ver un fantasma.
Primero vivieron un milagro, después el médium era un fantasma para ellos y se alejaron a toda prisa.
Estaban presas del miedo y les pareció un asunto diabólico.
Esto, sin más, a plena luz del día.
¿Cómo será entonces cuando hayamos podido tomar todas las medidas?
Para el médium fue el final de este desarrollo, luego el maestro empezó con las grandes alas.
Pero por medio de esto, del trance físico, se van construyendo el trance psíquico y también las grandes alas, el médium tiene que vivir todas estas fases.
Por tanto no es increíble, pues hemos llegado a conocer estas leyes y se nos ha concedido asimilarlas.
Numerosos charlatanes engañaban conscientemente y mostraban sus materializaciones y las desmaterializaciones, pero andaban por allí desnudos y se habían untado con pintura fosforescente.
Sin embargo los caballeros dejaban que se los palpara, y todo habría sido muy hermoso si el tul que tenía que cubrirles el cuerpo desnudo no se hubiera desgarrado; podrían haber seguido durante años engañando a las masas crédulas, pero ahora el milagro se estrellaba.
Las manos que a la gente se le concedía tocar eran guantes rellenos de arena y humedecidos.
Los participantes se horrorizaban con el contacto, pero a la vez les parecía muy divertido, pues creían en la existencia de la muerte.
Estas manos eran tremendamente tétricas, pero eficaces para los estafadores.
Estos caballeros hacían de todo, en una sola velada ponían en escena una función de circo.
Tenían la voz directa, se hacían levitar y además los dones mencionados arriba, todo estaba a su alcance y después de la sesión incluso estaban más frescos que una lechuga.
No conocían médiums consumidos, eran patrañas.
Tiraban piedras como fenómenos de aportes, los asistentes recibían flores, aunque ahora terrenales, pero también alegremente del otro lado, esta gente era inagotable.
Pero los diablos se desvivían por medio de sus vidas, bajo el disfraz de la sacralidad se desenvolvían las cosas más terribles.
Mostraban sus trucos a oscuras y solo necesitaban tu dinero, lo que el ansia de sensacionalismo del ser humano les daba a manos llenas.
Hasta que los metían entre las rejas, a tu prisión, allí podían reflexionar sobre sus pecados entre los muros desnudos.
Su mal ya no puede ser remediado, como unos apestosos pescados vivos se acercan al otro lado.
¡Su vida es de una maldad putrefacta!
¡Es de lo que son capaces tus estafadores occidentales!
Cuando un incrédulo encendió la luz, el estafador estaba desnudo entre ellos y el hombre furioso al instante lo mató a golpes.
El asesino fue puesto entre rejas y el estafador se encerró él mismo de este lado, recibió como casa las esferas más bajas del infierno.
Allí puede pasar el resto de su vida pudriéndose.
Perdona mis palabras, pero ¡has de aceptar que así es la realidad!
No pienso hinchar nada, en nada hay exageración alguna, los hemos seguido, conocemos sus andanzas y sabemos hasta dónde se atreven a ir.
¡Todo esto es la verdad sagrada!
¡Pues Cristo sabe que represento Su vida!
Una velada de estas reporta cincuenta florines, no hace falta que te diga más.
A veces, cien.
¿Y eso cada noche?
Cada noche están dispuestos, no se cansan nunca, pero para el propio médium verídico sería como reducirse a la nada en vida.
¡Demasiadas sesiones harían que el cuerpo material del médium se momifique!
¿Lo comprendes?
¡Porque los sistemas se succionarán hasta quedar vacíos!
En una velada sin carácter de estas solo falta que extiendas las piernas y se rompen el cuello.
Pero ¿si hicieras eso en una velada verdadera?
En primer lugar te digo: andaríamos a través de ti, no nos sentirías si no lo quisiéramos.
Pero si lo hicieras por diversión, ya te quitaríamos esa costumbre.
En un solo segundo estarás fuera y además debajo del agua, ¡aunque ese charco —de verdad que no dejaremos que te ahogues— esté a kilómetros de la casa!
Ese no es ningún impedimento.
Levitamos, te desmaterializamos en un solo segundo.
Y si hiciera falta además podríamos llevarte incluso a otro país o dejarte completamente desvestido.
Entonces ya te toca a ti encargarte de volver.
Esa gracia pensaba poder cometerla una persona buena, pero después ya no lo volverá a hacer jamás, le ha entrado un respeto sagrado por un maestro astral.
Este hombre estiró las piernas y quería tener una prueba.
Hizo todavía más cosas, pues palpó sin motivo la aparición astral, pero el maestro estaba preparado para lo que fuera.
Vio que el hombre quiso cometer esa gracia y lo permitió sencillamente, pero al médium lo protegían diez médicos espirituales.
En un plis plas —era pleno invierno— el hombre vuelve a encontrarse desnudo en el agua fría.
En ese mismo instante los maestros lo devolvieron a la sesión y le pidieron a la anfitriona un vestido, pronto ya verían lo que había ocurrido durante la sesión.
Podían encontrar su ropa en tal y cual lugar.
La sesión había terminado, y allí estaba sentado el señor barón.

—¿Cómo se siente? —Suena de pronto la voz directa.
El médium ya es consciente, el milagro ocurrió a plena luz del día, nunca más se burlaría.
¡Estas pruebas estaban siendo consignadas!
¡El otro lado puede hacer lo que sea!
En una de estas veladas se preguntó:
—¿Qué sabe hacer en realidad, maestro?
—Di lo que sea —fue la respuesta.
—¿Puedes hacer levitar a uno de nosotros?
—Ve arriba —fue enseguida la respuesta—, y saca a uno de ustedes de un armario que está del lado derecho de la habitación.
Allí lo volverán a encontrar.
Y para su gran sorpresa sacaron del armario a un hombre corpulento, no comprendían cómo el hombre había entrado en él.
El maestro contestó:
—A ustedes los hacemos levitar y desmaterializamos de manera espiritual científica hasta en el estadio embrionario.
Hubo otra pregunta:

—¿Qué significa eso?
—¿No lo sientes?
Es la vuelta hasta dentro de la madre, es decir, el estadio anterior al nacimiento.
Hacemos que el organismo se disuelva.
—Trae entonces un pájaro del país en el que vive el animal.
Se mencionó un nombre, y el maestro dice:
—Vuelvo en cinco minutos.
El maestro va a Oriente en un fogonazo y priva al animalillo de la vida propia.
El pájaro se duerme y, como el médium, está en trance.
El maestro vuelve deprisa y va erigiendo el animal astralmente.
El pajarito vuela entre ellos, tienen que aceptar el fenómeno.
—Pero ¿ahora qué con el animal? —Rezaba una pregunta.
—Ponte atento y verás que el animalito se disuelve.
El ave se disolvió y se oyó la pregunta:
—¿Qué vivirá el animal en sí?
—Nada, hermanos míos, el animal despertará, estuvo durmiendo todo ese tiempo.
No puedo romper las leyes de la materia y el alma, pero sí que son dóciles a mi voluntad, soy consciente cósmicamente.
El animalito no puede morir.
Por esto llegamos a ti, tu médium nos dio esta posibilidad.
—¿Podemos quedarnos con el animal?
—Eso también es posible, si entregas para ello tu propia vida.
No soy un destructor, amo la vida de Dios.
Si quieres conservar el animal, entonces hace falta el animalito material.
Podría ir a por él, pero tenemos que contentarnos con esto, las pruebas de nuestro poder tienen que convencerte.
También en tu propia vida están presentes todas estas leyes y fuerzas.
¡En nuestra vida las conocerás y también podrás asimilarlas!
Si no puedes aceptar, te elevaremos durante meses en tu muerte aparente, de modo que en la tierra se piense que eres un milagro mundial, mientras que, no obstante, el caso no tiene significado alguno cuando conoces estas leyes.
Para nosotros ya no quedan imposibles, las leyes de vida y muerte están a nuestro alcance cuando el contacto espiritual es completo.
No dejamos nada al azar, estamos listos para convencerte, porque lo quiere Dios.
Pero no te burles o caerás preso de tus propios pensamientos, que son como el fuego del infierno y que abrasan tu aliento vital.
—¿Quién es usted en realidad, maestro? Queremos decir, cuando vivía en la tierra.
—Los terrícolas son curiosos, también ustedes (vosotros), pero por mí pueden (podéis) saberlo.
Hay que buscar en los anales y allí me encontrarán (encontraréis), todavía se pronuncia mi nombre.
Soy el profesor B.
Los charlatanes mancillan todos estos fenómenos, el regalo divino tuyo y nuestro.
¿Es de extrañarse que asesinaran espiritualmente miles de personas?
Todas estas almas volvieron a casa decepcionadas.
La mayoría de las veces es la culpa de ellos mismos, pues todavía han de despertar, no hay ser humano que escape del peaje propio.
Y sin embargo puedes atravesar a todos tus faquires occidentales con la mirada.
Su vida mala, ladrona y asesina se te acerca como una llama, la luz de sus ojos está orientada hacia atrás.
De estos tipejos no emana nada, han sido contagiados por las tinieblas.
Su vida, gimiendo, está cargada de sus pensamientos y sentimientos malos, esta lepra los conduce al infierno.
De este lado los espera esta vida.
Los charlatanes de su infierno los esperan con ansia y ahora pueden empezar a vivir su baile infernal, para por ahora no emerger o la tierra tendrá que haber sido purificada de todo este mal.
¡Se blindaron ellos mismos!
Por medio de tus magos occidentales llegas a la decadencia material y espiritual.
¿Qué tendrás que esperar de aquellos que se atrevan a desvestirse para ti y para nosotros?
¿Que compran tul para mostrar una materialización?
Sin embargo no vacilan, ni siquiera se les ocurre detenerse.
Nosotros te decimos alto y claro: hazlo todo, invoca la ayuda de la justicia, estos parásitos deben desaparecer de entre ustedes (vosotros), no tienen por qué vivir rodeados de ustedes (vosotros).
Deja que decida la justicia terrenal, no te preocupes, el mundo ha de saber que se hacen chapuzas.
Este libro convencerá a las masas del bien.
Si la humanidad sabe que los enviados divinos llegan a ti como ángeles —¡lo estás oyendo, iglesia!— y no como demonios, porque lo quiere Dios, también la iglesia podrá escuchar nuestra palabra y hacer que se detenga el retroceso.
El otro lado no tiene miedo de los hechos verídicos, llegamos a ti para decir la verdad, ¿no?, y para la humanidad desnudaremos a tus charlatanes.
¡Están ahora a la luz de la Santísima Trinidad!
Dios es Amor, Dios puede amarlos a pesar de todo como Padre de Sus hijos, pero se condenaron a sí mismos.
¡Es cosa tuya y nuestra seguir velando!