Voz directa
El médium para la voz directa es una revelación; también por medio de estos dones físicos en nuestras manos hemos dado a miles de personas muchísimas pruebas de pervivencia.
Sin embargo fue mancillada de manera tan despiadada que hubo que recurrir a jueces para poner el alto a esos charlatanes.
El médium está en trance, pues el maestro y sus ayudantes quitan muchísima aura si queremos llegar a poder densificar nuestras voces de tal modo que tú las reconozcas, o la manifestación no hablará a tu vida.
El aura vital del médium es densificada, como cuando se fotografía.
Debido a esto nos acercamos más a la tierra y esto es, como para la fotografía, el estadio semimaterial y espiritual, un grado de vida que se encuentra entre la vida y la muerte, y por el que pueden tener lugar los fenómenos.
En nada han cambiado nuestras voces entonces, pues aceptamos durante un breve momento nuestra vida de la tierra.
Tal vez todo esto te parezca improbable, no obstante, es posible, pues vivimos en estas leyes y por medio del aura vital podemos llevar a cabo una densificación material.
Para los no iniciados el gran milagro es casi increíble, así de milagrosa es una sesión de voz directa.
Es igualmente posible que durante la sesión percibas otros fenómenos, porque el médium también ha de llevar a cabo otros dones y fenómenos más.
Y es que una velada para la voz directa es una experiencia.
Aparte del médium pueden participar unas diez personas.
Se las admite solo cuando el maestro de este lado lo aprueba.
Se encarga de una armonía lo mayor posible o habrá interferencias por los diferentes grados vitales que son admitidos, y esto tiene que evitarse.
Cuantas más personas de un solo grado participen, más hermosa será la sesión, pues entonces hay contacto espiritual y esto tiene un gran significado.
Las sesiones se hacen primero a oscuras, luego con luz roja y en ella se puede seguir todo, ahora ya no puede haber dudas sobre nada.
En el centro del círculo se ha dispuesto una mesita, y en ella hay dos megáfonos, a través de los que nosotros hablamos.
Esas cosas de latón mantienen juntas las vibraciones de las voces y evitan la fragmentación de poderes.
Los participantes han ocupado sus lugares alrededor y se dan la mano para blindarse a sí mismos y blindar el espacio en el que tienen lugar los milagros.
No se puede interrumpir este círculo soltando las manos.
Los participantes podrían olvidarse mientras se habla, y podrían tomar el megáfono en sus manos, con la consecuencia de que el médium muere al instante.
Es decir que estas sesiones son muy peligrosas para el médium.
Por el contacto al margen del maestro pueden originarse trastornos corporales de carácter mortal.
Y así es como un sinnúmero de médiums de voz directa han entregado su propia vida para los participantes, que por la conmoción ya no sabían qué hacían.
Para estas sesiones hace falta música, órgano y música alegre, de esta última la mayor cantidad, porque así se originan vibraciones materiales.
En ocasiones el maestro dice que hay que cantar y entonces es que hay que densificar la atmósfera, por lo que nos conectamos y podemos entrar al mundo semimaterial.
El médium está provisto de lazos luminosos, por lo que los participantes pueden seguirlo todo.
Que nuestras voces espirituales no hayan cambiado en nada es algo que ya se le ha concedido vivirlo a miles de personas y emocionó profundamente a todas.
El timbre no se ha debilitado en nada, y en esto puedes reconocer enseguida a tu ser querido.
Nos oyes como si todavía viviéramos en la tierra y sostuviéramos una conversación contigo.
Conmueve a cualquiera cuando habla la voz de un ser querido de quien se sabe que la persona ha intercambiado lo terrenal con lo eterno, aunque haya ocurrido años atrás.
Algunos no pueden pronunciar palabra en ese momento, y entonces la personalidad astral tiene que incentivar al ser terrenal a que aun así diga algo, tan impresionante, conmovedora e imponente es la voz directa para ti en la tierra.
Cuando un hijo habla a la madre que se ha quedado atrás, esta tiene que poseer la fuerza sobrenatural para poder dominarse, lo que sin embargo hace falta, o dificultará que se pueda hablar.
El maestro te ayuda a ti y al niño, tira de ti hasta elevarte en su poderosa concentración, pero después, cuando se interrumpe el contacto, tienes que probar que albergas concentración, si no quieres sucumbir.
Todas estas emociones se tienen que evitar o el médium vuelve del trance, y esto genera trastornos.
Desde luego que mientras tanto el médium está siendo atendido, de lo que se encarga un médico espiritual.
Cuando se sientan (os sentáis) diez personas para participar, cuando se apaga la luz y las manos están unidas, el maestro empieza con su tarea y cierra el círculo de manera astral.
Ya sentirás para qué.
Lo hace para defenderte de los espíritus burlones.
Eleva un muro astral y para esto quita a los participantes fuerza que se usa para esta construcción, después de que hayan sido iluminados por el aura del médium.
Cuando eso haya ocurrido, puede sonar la música y se puede hablar, también esas vibraciones hacen falta para materializar la voz astral.
Ahora toca esperar las cosas que van a suceder.
El médium se hunde en trance y este llega al quinto grado de tu sueño.
Durante el trance el médium se queda en el cuerpo, pero en esto hay oscilaciones, es decir que en realidad el médium vive entre el tercer y quinto grado, lo que es necesario para quitar el aura que no puede extraerse de un solo grado de los sentimientos, porque en ocasiones esto puede dejar exhausta una parte local del organismo.
El médico que lo atiende durante el trance y que toda la velada es en realidad uno solo con el médium evita trastornos corporales y la extracción del aura en un solo estado de sueño.
Es su tarea y para eso hacen falta conocimientos, no solo del alma, sino también de todos los grados de sueño de los que te he hablado.
Por lo tanto, el médium planea entre esos grados de sueño, debido a lo que el aura vital del cuerpo material y la vida del alma llegan a la unión.
Cuanto más profundo se va haciendo el trance, tanto más poderosa es la voz directa.
Si el médium ha entrado en el quinto grado, su maestro puede empezar, y verás en ocasiones cómo se forman espesas nubes blancas, el aura densificada que llamamos el ectoplasma.
Es esa aura densificada por la que la voz directa llega a densificarse.
Nos rodeamos del aura, hacemos la transición a él y gracias a esto recibimos lo material semidespierto.
Nos acercamos ahora más a la tierra por el aura vital del médium y la tuya propia, que se te quita sin que te des cuenta, lo que sin embargo puedes sentir después de la sesión, pues muchos quedan exhaustos.
Se ha quitado fuerza, pues cada uno se entrega si hay algo que se te pueda quitar.
El aura del médium llega a unión con la del megáfono.
Mientras tanto, el megáfono ha sido privado de la fuerza de gravedad, también ese fenómeno te lo aclaré por tus sesiones con la cruz y el tablero, y lo elevamos a nuestra vida.
El megáfono está en nuestras manos, planeamos hacia arriba con la cosa material, por encima de tu cabeza, y sin embargo es visible para ti.
El planear del megáfono es un prefenómeno, y ahora pronto se podrán densificar las voces.
Si el maestro quiere que se hable, entonces la personalidad astral tiene que sintonizar con la propia vida de la tierra, como se dijo con motivo de la fotografía.
La concentración está sintonizada con el habla, el megáfono mantiene juntas las vibraciones de la voz, y de pronto oyes:
—Soy yo, ¿no me reconoces, hijo?
Soy tu padre.
El chico no puede pronunciar palabra alguna.
Le van bajando por las mejillas lagrimas de emoción.
El padre tiene que tranquilizarlo y dice:
—¿No puedes saludarme, hijo mío?
Anda, escucha: estoy vivo, soy feliz en la vida del otro lado, soy yo mismo y aquí nos volveremos a ver.
Dile a mamá que pienso muchísimo en ella, que estoy cerca de ella y de todos.
Sobra que te diga lo agradecido que estoy con Dios por que se nos diera esta gracia.
El padre sigue hablando, cuanto más habla, más hermosa se va haciendo la voz, y ahora no pueden llegar interferencias.
Se lo hace sentir el maestro, tiene que intentar mantener la palabra.
Aunque para él sea una revelación que se le conceda escuchar la voz de su hijo, sí tiene que intentar decir lo más que pueda, pues un poco más tarde tendrá que parar.
El médico avisa al maestro, ahora el médium está en un solo estado, y en él se agotan las fuerzas.
Es el habla desde un solo grado de sueño, y este incide de inmediato en las partes materiales del organismo.
Te tiene que quedar claro, porque al médium se le quitan las fuerzas en un punto determinado.
El trance cambia cuando el que habla tiene que parar, y el médium vive esas fluctuaciones, pero mientras tanto habla otra personalidad, por lo que el maestro evita que una sola fuerza incida con demasiada precisión en la vida del médium.
La mayoría de las veces oyes ahora la voz femenina, que tiene un timbre un poco más suave y consume menos aura.
De cuando en cuando oyes al médium que gime, lo que se manifiesta porque se quita el aura.
Es como si el médium se encontrara en una mesa de operaciones espiritual, puedes ver la voz directa como tal, porque todos los sistemas son privados de la verdadera vida.
Si el médium ha entrado en otro grado de sueño, entonces puede volver a empezar el habla.
Si hay una mujer hablando y la conmoción ocupa sin embargo la vida interior, entonces el maestro eleva a esta conciencia en su propia vida y por tanto la ayuda a hablar, con lo que evita que se produzcan trastornos.
El habla, breve e interrumpida, es un obstáculo para el médium, las palabras tienen que pronunciarse con la mayor velocidad posible en una concentración pareja.
Es decir, no entrecortado, hablar a tropezones es malgastar fuerza.
Por tanto, el habla misma tiene un gran significado para este milagro.
Es por eso que antes de que empiecen las sesiones todos y cada uno reciben una lección del maestro, y esto es de una necesidad apremiante.
El médico espiritual vive en el médium y capta lo más que pueda todos esos trastornos.
Si ahora uno de los participantes tomara en sus manos la trompeta, entonces toca directamente el corazón vivo del médium y se puede producir la muerte.
Sin embargo es posible tocar el megáfono, pero entonces el maestro y el médico tienen que tomar medidas para evitar una sacudida corporal.
El corazón se detiene de inmediato, porque el médium ya no tiene poder sobre sí mismo, el sistema nervioso central no puede asimilar una sacudida y resulta en una hemorragia o en la muerte.
El megáfono se ha convertido en una parte del médium, pues por sus fuerzas llegó a él esa cosa, ya está viviendo en los fenómenos.
Te habrá quedado claro por qué no se puede soltar las manos antes, y por qué tiene que pasar tanto tiempo antes de que se pueda neutralizar a un estafador.
Los participantes tienen que prometer expresamente y bajo palabra de honor que no interrumpirán el círculo.
Cuando alguien aun así suelta las manos, cuando toca el megáfono, ese ser humano entra en contacto con la sangre vital del médium y hurga con la mano en el corazón vivo, trastoca así la circulación de la sangre, de modo que sigue el derrumbamiento corporal.
El médico, sin embargo, es un cósmicamente consciente, es como un mago y un iniciado, conoce todas las leyes astrales y materiales, de modo que el médium está en buenas manos.
Desde luego ambos velan por su instrumento imponentemente hermoso, por medio del que se libra el abismo entre la vida y la muerte.
Este contacto es un milagro sagrado.
Este fenómeno se produce al privar a un ser humano de las fuerzas vitales.
Si el maestro quiere establecer otros fenómenos, en ocasiones el médium desciende hasta en el sueño epiléptico y se pueden mostrar materializaciones.
También se oye a veces el delicioso golpeteo, al compás de la música, y oyes rappings, sonidos de golpes, que establecemos nosotros, lo que es muy sencillo, porque podemos extraer la vida de cualquier objeto material.
Si soltamos esa vida desde nuestra concentración, entonces oyes un toque fuerte, el golpe.
Ya te lo dije, mientras planea el megáfono nosotros mismos planeamos con esa cosa en el espacio.
El megáfono ha perdido la fuerza de gravedad, porque hemos quitado la vida al aparato en sí.
Ahora podríamos hacer levitar sillas y mesas, pero el maestro quiere que todas las fuerzas sean consumidas por la voz directa.
Pero pueden tener lugar un sinnúmero de fenómenos, debido a que este médium es apto para todos los dones físicos.
En una velada, el médium pierde a veces dos kilos o dos kilos y medio de peso, tantas fuerzas se le quitan al médium, algo que nuevamente es diferente, porque algunas sesiones no son iguales a otras, lo que se debe a que los participantes dan fuerza.
También tu gran cansancio te hace notar esta pérdida de fuerzas.
Al otro día, sin embargo, después de haber dormido una noche, esta pérdida ya ha sido enjugada, porque se encargan de ello los propios órganos cansados.
También el médium se recupera, porque esta entrega de fluido no tiene consecuencias enfermizas y por ella no tiene lugar ningún deterioro.
No obstante, el médium tiene que comer bien y en primer lugar tiene que mantenerse en equilibrio, de lo contrario la voz directa dejaría el organismo completamente exhausto.
Como máximo puede hacer entre tres y cinco sesiones a la semana, si no la pérdida de fuerzas sería imposible de enjugar, el tiempo para esta recuperación natural sería demasiado corto.
Muchas veces es de una necesidad apremiante que el maestro pare durante un tiempo, para que el médium vuelva a recuperar sus fuerzas.
El gran milagro para estas sesiones es el médium, luego por supuesto su líder espiritual y el médico espiritual.
El maestro te conecta con el espacio, durante una sesión de voz directa cada uno está cósmicamente cargado; como tiene que vivirlo la placa cósmica, así vive ahora el megáfono este proceso y te llega el milagro.
Durante el trance el médium está conectado con el espacio, porque el cuerpo queda exhausto demasiado pronto.
Si el médium ya no puede procesar esas fuerzas enormes, si los sistemas corporales están cansados, entonces hay que parar y las fuerzas han sido consumidas.
A veces oyes que habla el maestro y entonces te aclara todos estos milagros.
En estas veladas la sabiduría de nuestra vida es comprendida, sentida y oída.
El médium está acostado en un asiento cómodo o en el suelo y se queda dormido toda la noche.
Si esto se puede llevar a más, entonces es posible incluso que el médium viva el trance consciente.
Entonces ve los fenómenos él mismo.
Y ahora ya no hay cuestión de trastornos, ahora el médium los ha vencido.
Si se puede encender la luz roja, entonces la vivencia de este milagro es incluso más imponente, porque ahora lo puedes seguir todo.
Cuando la sesión ha terminado y el médium va a dormir, vuelve a recibir su sueño natural y las fuerzas que ha perdido durante la sesión.
Ves por tanto que se lo cuida y eso lo hacen ambos maestros.
Por la mañana el médium todavía se siente cansado, pero ese mismo día se restablecen todos los sistemas de los que se ha tomado el aura vital.
La mayoría de las veces, recibe un día de descanso entre dos sesiones, lo que es necesario para la recuperación corporal.
Tiene que poseer un cuerpo sanísimo, si no se manifiestan enfermedades.
Los órganos débiles, por ejemplo, reaccionan de inmediato y muestran su propia debilidad durante estas sesiones, y no se recuperan ya nunca.
No debe haber nada en el cuerpo que sea débil, o ya pronto se derrumbará, y entonces por supuesto que no habrá quien pueda con todo eso.
El sistema nervioso regula este proceso para la buena conservación del organismo, los tejidos sanos succionan por sí solas esas fuerzas.
Si con la sesión ya comenzada alguien fuera a encender la luz, entonces las fuerzas vitales volverían como un relámpago al médium y esto ocasionaría una fuerte sacudida.
El médium puede quedar muerto de golpe por tu mano, esto es más grave que cualquier trastorno que haya e interrumpe cualquier contacto.
Entonces el médico no puede ejercer ningún control, la luz es como el fuego junto a un material explosivo, que llega a explotar dentro del médium.
Este golpe rompe el corazón y la vida interior podría decir adiós a lo terrenal.
Como si fuera un impacto de relámpago, así golpea al grado de vida del médium.
De eso se avisa, naturalmente.
Si hay fenómenos cuya veracidad es dudosa, no intervengas entonces jamás directamente, sino que espera primero hasta que tengas otras pruebas.
Una sola prueba no es suficiente, pero varias te demuestran que hay engaño, pues el médium verdadero no tiene nada que ocultarte, de modo que puedes entregarte por completo y solo cuando estés seguro vives en tierra sagrada.
Nuestro estafador se mordió los labios, el verdadero médium vomitará sangre.
Eso no se puede evitar, lo producen los pulmones y el corazón.
Para el verdadero médium puede significar la muerte, el médium engañador lo sabe e intenta alcanzar este fenómeno rompiéndose los labios a mordiscos.
Si se hubiera aplicado un momento este control, la gente habría sabido de inmediato que engañaba.
Durante una sacudida, el alma —es decir la vida interior— no tiene ocasión de restablecerse, pues el médium vuelve lentamente en el organismo, esto significa que el médium vuelve a adoptar el cuerpo material.
Algunos médiums han tenido que vivir estos trastornos y entraron a nuestra vida.
Sin embargo tendré que contarte que el maestro sabía que ocurriría o no sería posible, en ningún caso permitiría la presencia de estas personas irresponsables.
De antemano todos los participantes son sopesados interiormente.
El maestro sonda su carácter y su estado de ánimo y ocurre en repetidas ocasiones que se expulsa a participantes.
Antes de que empiece la sesión, el médium siempre recibe indicaciones de su maestro sobre cómo se tiene que colocar la gente, y luego este control es aplicado por su maestro.
Si hay entre ellos alguien de quien se ve que los sentimientos son dudosos, entonces esta alma tiene que abandonar la habitación.
Cuando el médium del que hablé iba a abandonar la vida terrenal, se sabía de este lado que era su momento, o no habría llegado hasta ese punto.
El médium se encuentra en el cuarto grado de los sentimientos, el tercer grado no es apto para esto.
El tercer grado no funciona en trance, y fuera de este no es posible el desarrollo.
Solo después es posible esto, pero entonces el médium es alcanzable incluso con luz de día.
También el Antiguo Egipto conoció las sesiones de voz directa.
Luego se construyó el trance psíquico, pues por medio de este trance se recibió la sabiduría espiritual.
El médium físico no se libera del organismo, lo psíquico se desdobla y recibe sabiduría en nuestra vida.
Seguro que también sentirás la enorme diferencia de ambos estados de trance.
El faquir y el mago viven ambos estados porque quieren vivir.
Nuestros médiums también experimentan, pero nosotros llevamos a cabo los fenómenos, lo que no está en manos de ningún mago.
Lo único que puede alcanzar es una levitación, pero la voz directa no está en manos suyas, sino en las nuestras.
En la medida en que tú sientas esto nuestra vida habla de manera poderosa y es para ti la prueba de que nada puede ser recibido al margen de nuestro mundo.
Los charlatanes hablan ellos mismos por el megáfono, tamborilean ellos mismos para hacer que se oigan rappings, cambian de lugar mesas y sillas, y quieren ser levitados, ¡todo igual de morboso y bestialmente venenoso, con maldad demoníaca!
Te decimos: en nada han cambiado nuestras voces, puedes reconocer cada timbre.
Te decimos: el bajo de tu padre es el bajo que hablará, tu padre no ha cambiado en nada, tienes que reconocer su voz.
Son cuentos cuando el médium quiere demostrarte que a esta voz y la de la tierra las separa una muerte.
La voz espiritual se mantiene como la material, es el alma la que tiene que representarla como personalidad.
Si la voz te llega de manera irreconocible, si no te permite reconocer a tu ser querido, acepta entonces de nosotros que estás siendo engañado.
Agarra ahora tranquilamente el megáfono, enciende sencillamente la luz, ¡esto es un engaño!
Reconocerás a tus seres queridos por las voces y también por lo que tengan que contarte, de lo que el médium no sabe nada.
Tus seres queridos miran en tu vida, se han preparado de antemano para estas sesiones.
Esta preparación significa que te contarán algo que solo tú puedes saber.
Así te damos las pruebas verdaderas de que existe la pervivencia y todo esto jamás se puede imitar.
Por eso la voz directa es un milagro sagrado.
Todavía esa misma noche puedes desenmascarar a un médium de voz directa si te das cuenta de que la voz de tu padre o madre es irreconocible.
Pregúntaselo a los demás, pónganse (poneos) de acuerdo para neutralizar a este terrible monstruo, es un animal.
Con esta comparación le hago una injusticia al animal, pues este no puede llevar a cabo semejante mal, ¡el animal que desgarra no comete tanto mal como este terrible monstruo humano!
“¡Intervengan (Intervenid) con deliberación, nuestras voces siempre son reconocibles!”, les (os) aclama ahora el otro lado.
En este momento —estamos en 1942— no hay ni un solo médium de voz directa en la tierra, pues el otro lado ha parado.
Aun así, hace un tiempo vivían entre ustedes (vosotros) gran cantidad de médiums físicos, pero —lo repetimos nuevamente— entre ellos no vivía ni un solo médium verdadero, ni un solo médium físico, porque tu país no es el indicado para ello.
Tu país representará nuestro lado de otra manera y lo hará por medio de los dones psíquicos.
Por si te interesa: tu organismo no es apto para la voz directa, otros pueblos sí que poseen esa vitalidad y esto está ligado al organismo.
Inglaterra y Estados Unidos poseen numerosos médiums de voz directa, pues en eso influye el clima, y en realidad la conciencia del organismo puede alegar todo a favor de la voz directa.
Si en un tiempo en que trabaje el otro lado vivieran unos tres o cuatro médiums de voz directa en la tierra, serían muchos; el resto son engaño consciente, en este terreno no damos guerra y es lo que pasaría.
Aquí otro ejemplo más de engaño.
Un médico terrenal está presente en la sesión y su propia hija ha llegado a él.
El hombre está profundamente conmovido, oye hablar a la niña, aunque la voz esté lejos de ser la suya.
¡Es el sonido que produjo el médium famoso, un chillido ronco!
El médium dice que la niña todavía tiene que adaptarse.
Por supuesto que el padre tiene que aceptarlo, pues desconoce las leyes.
Cuando llega a casa y su mujer enferma le pregunta lo que ha dicho su cariño, en realidad no puede pronunciar palabra, porque ese chillido desagradable le parece horroroso.
El hombre siempre sigue las sesiones con el médium y con él, otros intelectuales, lo que a aquel le parece grandioso, porque ahora puede esgrimir esos nombres.
Como siempre, las cosas van bien durante un tiempo, pero entonces el hombre sí empieza a dudar, le parece que tarda demasiado y piensa que su propia hija es torpe.
Cuando el médico pregunta si la niña está donde mamá, y si sabe lo que hace esta, siempre se oye: “Claro, papi”, pero cuando quiere saber lo que ella ha visto, la respuesta es incomprensible, se convierte en un tanteo a ciegas.
¿Es esta mi hija?
Lee acerca de la voz directa, circulan libros, pero en ellos no se describe cómo se viven las leyes para la voz directa.
Finalmente queda destrozado e interviene.
Una noche enciende la luz, y, mira: el hombre habla él mismo.
El hombre se desquicia, se abalanza sobre el estafador y lo estrangula...
Este es el final.
Cualquiera, todo padre o madre se olvidaría al constatar tan horroroso engaño.
Estos demonios pasan por encima de cadáveres, también por encima de tu hijo.
Aun así te tienes que controlar, de todos modos violas la vida de un ser humano.
El médico no recibió castigo alguno, al juez le pareció espantoso, pero el estafador entró en nuestro mundo y tendrá que aceptar su infierno.
No obstante, todo esto se puede evitar.
No lo creas cuando la voz está falsificada, nosotros llegamos a ti como si nos oyeras hablar en la tierra.
Incluso miles de veces quisiera decirte a gritos:
¡Somos como en la tierra!
¡Nuestras voces no han perdido nada del timbre verdadero!
No permitas que llegue hasta ese punto, no violes, es posible que se te encierre.
No le des esta oportunidad al infierno, no sintonices con el mal preanimal, mantente consciente en todo, ¡no te olvides!
Otro vive algo similar.
También a él se le engaña.
Aquí ve contagiada la vida de su madre.
Pega al médium y este termina en el suelo.
El médium va al hospital y a él se le encierra.
Después de su condena oye que el médium todavía sigue.
Al engañoso incluso se le ayuda.
El hombre se disfraza y presencia una sesión.
Ahora enciende la luz.
El que ha mancillado a su madre ha quedado desenmascarado.
Hizo que sufriera, pero a las masas les importa poco su dolor, las masas quieren hacer sesiones.
Hombres de la tierra, ¡hay que intervenir!
Hombres y mujeres que sientan algo por nuestra vida, que sepan y comprendan, ¡hay que evitar este engaño!
Dios puso en sus manos y en las nuestras regalos, ¡no se puede permitir que se mancille esa sacralidad!
¡Hay que velar por nuestra existencia eterna y la suya,
eliminar a todos los que mancillen los dones espirituales!
Pero no violen, ¡hay que actuar con conciencia!