La mediumnidad escritora

La escritura mediúmnica puede ocurrir en trance, en semitrance y en los diferentes grados de inspiración, pero también aquí intervienen muchas dificultades que tienen que ser vencidas si quieres recibir sabiduría desde nuestro mundo al margen de tu propia conciencia.
Si está presente en ti la sensibilidad necesaria, eres alcanzable.
Pero hay muy pocas personas que reciben animación tranquilizadora y que poseen las fuerzas para llegar a la comunicación espiritual con nuestro mundo, en otras palabras: hay pocos médiums escritores.
Si no posees el grado de los sentimientos, suelen ser tus propios pensamientos los que dejas escritos.
La mayoría de las veces se reciben por inspiración, porque el trance no puede ser aplicado.
Pero ¿qué es la inspiración?
Quiero aclarártelo de diferentes maneras y seguir contigo a tus artistas terrenales, pues así te harás una imagen de cómo todas estas personas crean su arte, y además verás nítidamente al médium delante de ti.
La mediumnidad escritora posee siete grados: tres para la inspiración, mientras que los otros cuatro pasan al trance psíquico en el que estás inconsciente.
Ya no sabes nada de tu propia vida, y sin embargo escribes.
Pero entonces otra personalidad ha tomado posesión de tu vida, ha usado tus sentimientos y te ha hecho hacerte uno solo con ella.
Recibes entonces sabiduría vital desde la vida después de la muerte.
Para alcanzarlo descendemos en tu vida y luego escribimos lo que tenemos que decirte y lo que queremos transmitirte.
Qué sencillo es, nuevamente, pero pronto comprenderás el peligro que implica.
No solo el trance, sino también la inspiración conlleva peligro.
Ahora la intuición del espíritu fluye a través de tu propia vida, consciente e inconscientemente, dependiendo de la profundidad de tu trance.
Vivirás lo siguiente bajo inspiración.
A ti y a mí nos atraviesa el flujo de mis pensamientos y la concentración de mi voluntad, pero estoy siendo influenciado por ti, debido a que piensas tú mismo y has conservado tu conciencia.
Esto no siempre es así, pues cuando vives los grados de la inspiración y has entrado al grado más elevado, tu conciencia vuelve a disolverse por completo y ni siquiera recuerdas que escribes.
Esto es lo más elevado que puedes alcanzar bajo inspiración.
Lo más peligroso de este estado para ti es que me pides pruebas.
Podría dártelas, es muy sencillo, pero estás pensando tú mismo.
Y en eso reside el peligro: puedes influir en mis pensamientos.
Por ejemplo, me pides consejo para una enfermedad, como ya hemos vivido.
Estamos ahora ante problemas grandes que tú mismo has creado, y vives el peligro oculto, que tú mismo pusiste en marcha.
Queda otro sinnúmero de posibilidades por las que puedes vivir el peligro espiritista, pero eso sale de ti mismo.
Hacen que desintegres tu propia vida y crees miseria para el contacto espiritual.
En este estado puedes hacer preguntas, si esas tienen sintonización con lo que te da nuestro mundo.
No se pueden hacer preguntas que estén enfocadas en tu propia vida, así interfieres en la unión.
Si puedes cumplir esto, no hay peligro, por lo menos si estás listo y posees por completo la sensibilidad mediúmnica blindada, pues también ahora vives en el espacio y se te pueden acercar otras fuerzas, que, como nosotros, quieran escribir por medio de ti.
Pero estas fuerzas suelen llegar con otros pensamientos e intenciones; también ahora puede que te interrumpan espíritus burlones, y que estos, además, tengan un carácter maligno.
Por lo tanto ni siquiera es tan seguro que estés blindado contra otros grados de los sentimientos, tienes que ofrecer pruebas de ello mientras escribes.
Todos esos rasgos se manifiestan bajo este desarrollo.
Si es posible que otras fuerzas te ataquen mientras escribes, es mejor dejar de lado la escritura, por lo menos si sientes que estas fuerzas dominan las tuyas, pues de cualquier manera no podrás vencerlas.
Ahora está abierto para ti el manicomio.
Y eso no es la intención, ¿verdad?
Pero muchísimas personas continúan con la escritura a pesar de todo, y ahora su propia vida queda estropeada.
También ahora estás ante miles de dificultades que tienes que vencer, y eso es solamente porque tú mismo estás escribiendo.
Desde este lado hacemos todo para protegerte contra la miseria, pero la mayoría de las veces ni siquiera podemos alcanzarte, de lo que sin embargo no sientes nada, pues tu propia concentración y la fuerza de tus pensamientos están sintonizados.
¡Ahora nos dominas y ya no tenemos opción de querer nada!
Si escribes bajo inspiración, no te elevarás por encima de tu propia vida, ahora tienes que aceptar tu impotencia, al igual que tu artista terrenal.
También tu artista terrenal trabaja bajo inspiración.
La suya y la tuya forman en realidad un solo estado.
Tú recibes tu arte desde el mundo astral, y el artista en el grado más elevado de inspiración por medio de un maestro en el espíritu, al menos si ese arte significa algo para tu mundo, o se convertirá en una creación propia.
Ahora recibes, pero ¿cómo es la recepción de tu artista?
Por eso es tan curioso que muchos artistas ni siquiera sepan qué es en realidad la inspiración por la que crean y viven su arte.
Puedes preguntárselo, pero tendrás que aceptar que seguirán debiéndote la respuesta.
Tampoco ellos mismos lo saben.
Aunque vivan una ley espiritual, muchos no comprenden cómo es su estado, por ejemplo mientras pintan, y dan palos de ciego.
Unos dicen que son expresionistas, lo que es posible y tiene que ver con su personalidad, pues deja constancia de lo que ve ante sí.
Otros lo buscan más arriba y entonces están siendo inspirados.
Pero ¿quién representa la inspiración?
¿Cómo se realizó esa inspiración?
Porque hablan de: “Estoy inspirado”.
Aun así no saben lo que ocurrirá durante su arte, porque la concienciación espiritual de la masa para eso todavía ha de despertar.
Nuestro mundo puede ayudar al artista terrenal y solo entonces se perfila la inspiración espiritual.
Pero entonces ese arte —como ya comenté— tiene significado para la tierra.
Si no fuera el caso, ni siquiera trabajaría bajo inspiración.
No puede recibirla, puesto que la inspiración es un regalo espiritual.
Y este artista no está abierto a eso, pues su arte carece de significado para este lado y para ti en la tierra.
La vida de este artista no puede ser elevada a nuestra conciencia.
Y eso debe ser posible si quiere ser inspirado y si la palabra inspiración quiere adquirir significado para él.
De esto resulta que el artista terrenal no se conoce a sí mismo, que no comprende su propio arte, o no hablaría de inspiración.
Porque la inspiración significa el soplo, la animación, y este estado apunta a la recepción.
Pero ¿por medio de quién recibe su animación?
¿Por el mundo astral, acaso?
La mayoría de las veces no nos aceptan, quieren pintar ellos mismos.
Algún que otro artista se sintoniza con la inspiración espiritual, y entonces su arte tiene que llevar a cabo una tarea propia para la humanidad, y además posee significado espiritual.
Todos los demás no reciben inspiración, no están abiertos a eso, esos hombres y mujeres son inalcanzables para nosotros.
Nuestro lado solo ayuda cuando el arte es para la humanidad, entonces la inspiración es recibida desde nuestra vida.
Esto solo puede hacerlo la personalidad astral, pues el soplo llega desde fuera, entra en ti al margen de tu propia vida.
Esto es la vida después de la muerte, en la que moramos los que hemos depuesto la vida terrenal, los que nos hemos convertido en inspiración.
Ya te dije que solo llegamos a ti cuando el arte ha recibido un significado espiritual.
Si no lo recibe, ¡tampoco nosotros vendremos!
No hace falta nuestra ayuda entonces.
En tu propio tiempo ya no viven artistas espirituales en la tierra, pues ese arte ya fue dado a la tierra, ya fue traído a la tierra, en un siglo que pertenece al pasado.
Entonces los maestros terrenales eran inspirados por este lado, lo que ya nadie de ustedes (vosotros) puede vivir, porque esa altura ya no se puede alcanzar.
Y sin embargo muchos artistas piensan que están siendo inspirados.
Estas personas pueden sentirse animadas, es posible, y entonces la creación propia se convierte en la creación desde el grado de los sentimientos adquirido.
Pero no se elevan por encima de esto, es el alto espiritual para su arte.
Por lo tanto, el arte espiritual es más elevado y es inalcanzable para ellos.
Ahora mismo es para ellos la representación de la materia, pero la mayoría no representa, ¡embadurnan!
La vida misma de la materia ya no se toca, viven solamente la figura material, la cosa vacía, insignificante y material, que la mayoría de las veces encima se representa violentándola.
¿Y eso se llama, donde ustedes (vosotros), arte?
Caminan a través de su modelo, sin vivir su grado de los sentimientos, pero dejan fijadas las líneas exteriores y representan las formas de manera deforme.
Estos artistas ven y sienten solamente la división de ellos mismos, la trabucación de su propio grado de los sentimientos, dividido para su arte, lo que no tiene nada que ver con la inspiración.
Su continuo fabricar no es crear.
Estos artistas no pueden vivir la animación verdadera.
Lo que sienten por su arte es la vivencia de algunos porcentajes de sentimientos de ellos mismos que han sido cedidos al arte, y aun así piensan que el cielo y la tierra los han inspirado.
Solo para las vivencias al pleno cien por ciento se puede hablar de inspiración.
Si viven el cien por ciento, entran al semitrance, que para ellos significa la disolución de la personalidad en el arte.
Cuando nuestro mundo ayuda en arte, este está por encima del de millones de artistas, y tiene significado astral.
Pero ¿dónde viven estos artistas?
También te dije: el arte es ahora un regalo espiritual y también una gran rareza, algo que pocas personas viven, porque la madre tierra ya ha recibido su parte.
Si esto ocurre, el arte estará por encima de los sentimientos del artista, y este sabrá que se le ha elevado a una conciencia superior para el arte.
¿O pensabas que un maestro de la luz vendría a la tierra para apoyarlo a él, un inconsciente, en su pintarrajeo?
La mayoría de tus expresionistas garabatean con pintura, en ningún caso están permeados de su tarea, ya no representan, ya no penetran hasta los sentimientos del modelo, están impotentes y no saben nada de la creación magistral que vivieron los antiguos maestros.
¿De verdad creen estos artistas que están inspirados?
Sus vidas no hacen más que irradiar ignorancia, su arte tenebroso no tiene nada que ver con animación o inspiración verdaderas, nada en absoluto.
De este lado puedes mirar a través de sus vidas.
Sabemos que todos estos artistas representan un grado de vida propio por su arte, y ese arte es material y semimaterialmente consciente, es simple y sencillamente terrenal y se originó al margen de toda animación.
Ese arte toca y representa la propia conciencia adquirida.
Cuando ves su arte, también conoces su vida interior.
Se han colgado a ellos mismos en las paredes.
Pero la masa no observa estos grados y mira solamente la inspiración.
¿Cuánta profundidad tiene este arte?
¿Conoce el preceptor estas creaciones?
¿Puede sondar el arte y su propio grado de vida?
Sabemos que al ver este engendro artístico nadie en la tierra es capaz de constatar su sintonización espiritual para nuestra vida, y no obstante es posible.
Su sintonización vital, su grado de vida, la propia conciencia adquirida, está anclada en ese arte.
Ese arte representa la personalidad, que tus críticos ven solamente de manera terrenal, material, debido a que no pueden juzgar el grado espiritual.
También ellos tienen que despertar a esto todavía.
Pero ¡eso lo conocieron y vivieron los antiguos maestros!
Por eso es muy natural; la madre tierra ha recibido sus productos benditos para el arte, el siglo de los maestros ha pasado.
Pero trajeron arte animador a la tierra, y durante su vida estuvieron bajo la inspiración espiritual.
Ese arte ha adquirido ahora significado espiritual y se conserva como el regalo divino recibido.
Ese arte está por encima de la conciencia de tus maestros contemporáneos y ya no puede ser alcanzado, porque el otro lado ya no inspira.
Decir a voz en cuello que uno tiene inspiración es, pues, de una ingenuidad infantil.
Todos tus artistas pueden vivir por completo el cien por ciento de su personalidad, pero tampoco nada más.
Esto es lo más elevado que pueden vivir por su arte, solo algunos lo experimentan.
El resto de todos esos artistas no se desprenden de sí mismos y a lo mucho viven el arte a un cincuenta por ciento de la fuerza de voluntad; dan el cincuenta por ciento de sí mismos para la creación, pero nunca se pierden en ella.
Siguen sintiéndose ellos mismos, lo que determina que no pueden adquirir altura material.
Los demás también tienen que despertar para esto, y todavía tienen que asimilar la sensibilidad para pintar y hacer música.
Por eso su arte es inconsciente, ¡el de muchos está muerto en vida!
Si quieren alcanzar esa altura normal, tiene que vivir en ellos la sensibilidad para eso, o no alcanzarán nada.
Entonces continúan avanzando por debajo de lo normal.
Quienes posean esta altura también entregan por completo su propio yo a su arte y viven ahora el cien por cien a fondo de su personalidad, de su grado, para los sentimientos y la sintonización vital.
No pueden elevarse más de lo que poseen en sentimientos; este es el límite suyo para el arte y sienten cómo se les impone el alto espiritual.
Estos artistas no están nunca animados, no pueden serlo, porque estas personas no están abiertas a esta inspiración santificante, no pueden desprenderse ahora de su propia ignorancia.
Sus pensamientos y sentimientos son demasiado lentos, infantilmente irreflexivos, insensibles; dan forma al modelo pero lo dejan deforme y lo embadurnan hasta matarlo, porque interiormente no poseen nada del fuego sagrado.
Es aplicar color, pero esos colores pierden la fuerza propia y se queda su sombra, que encima es grasosa, porque en su vida interior no está presente la concienciación.
Su conciencia para el arte es pobre.
¡Mancillan más de lo que puedan imaginarse, y se piensan que están creando!
Y tu conciencia terrenal ¿tan pobre es al grado de que no lo ves?
¿No has recibido el arte de los maestros antiguos?
¿No eres capaz de hacer comparaciones?
¿Tan bajo ha caído la conciencia humana?
La respuesta es: el otro lado le regaló ese arte a la tierra.
¡El arte de los maestros antiguos está animado espiritualmente!
Al tuyo le falta cualquier sensibilidad respecto de tu inspiración espiritual, tu arte ya no puede recibir esta animación.
Y el de los maestros se superará solo dentro de cinco mil años.
¿Cómo quiere ahora elevar en su vida un espíritu de la luz los sentimientos de tus artistas, que son inmaduros, a los que les falta terminar sus estudios?
¿Por qué ayudaríamos a los artistas, ahora que sabemos que de todos modos no se les puede alcanzar, que no poseen conciencia?
Te digo: no descendemos en el lodo y el fango.
Estas leyes son válidas tanto para la cruz y el tablero como para el don de la inspiración, también en esto tenemos que vivir las leyes ocultas que ahora pueden ser recibidas materialmente.
Por lo tanto son inalcanzables todos tus artistas terrenales en este estadio, en este grado de los sentimientos.
No crean, no traen nada nuevo, están anclados en su yo inconsciente y nunca llegarán a lo más elevado para su propio grado de los sentimientos.
Por eso el arte grande es una posesión espiritual; el suyo es pobreza espiritual.
Se viven a ellos mismos, e incluso solo en parte, pues los rasgos dominantes se niegan a participar en su arte, puesto que nunca llegaron a la concienciación.
¡Esta fuerza de los sentimientos todavía tiene que despertar para el arte!
Volveré a esto más adelante.
Para el médium, a su vez, todo es diferente, solo puede recibir.
Por lo tanto, el médium y los antiguos maestros viven un solo estado, todos los demás grados vitales crean ellos mismos.
Se te puede alcanzar por medio de la inspiración si los sentimientos para eso están presentes, pues la mayoría de las veces un espíritu de la luz no es capaz de lograr algo, debido a que el médium no se desprende de su propia conciencia, y siente y piensa él mismo.
Solo en el tercer grado para la inspiración llegan a la unión nuestros mundos de los sentimientos, el primer y segundo grado no pueden ser elevados en nuestra conciencia.
Ahora únicamente el trance psíquico puede darte arte espiritual.
Es decir que los primeros grados para la inspiración no pueden recibir arte, porque la conciencia terrenal no ha sido anulada.
Ese sentimiento nos entorpece para llegar a trabajar, y es invencible.
Por eso se ve con cuánta claridad hablan los grados vitales para los dones y para el arte, para tu mundo y el nuestro, en nada hay diferencia alguna.
Ambos grados no se elevan por encima de los pensamientos y sentimientos propios.
Hablo ahora de tu artista terrenal y del ser humano que piensa recibir arte por inspiración desde nuestro mundo.
Hay siete grados para la mediumnidad escritora.
El don de la escritura representa por estos grados un solo estado, que a la vez tiene que ver con tus sentimientos y del que nos nutrimos para llegar a la unión espiritual.
Los primeros dos grados representan todavía la inspiración, el tercero es el semitrance, el cuarto, quinto, sexto y séptimo grado pertenecen a nuestra vida, de los que el médium solo puede vivir el cuarto, porque los otros tres pertenecen a las esferas elevadas y están sintonizados con ellas.
Ningún ser humano puede vivir esos grados sin ayuda de fuerzas sobrenaturales, debido a que están demasiado alejados de tu propia conciencia y son demasiado etéreos para ser convertidos como sentimiento consciente en arte.
Esos grados están sintonizados con los cielos, y de eso se desprende que un don espiritual representa a la vez una esfera, y que todavía tienes que asimilar ese grado de conciencia.
Ni siquiera los apóstoles pudieron vivir esa altura, y esos seguidores, discípulos de Cristo, sí que vivieron dones mediúmnicos verdaderos, y además en una esfera que estaba elevada muy por encima de la de cualquier ser humano.
Es muy natural; el arte de los cielos es cósmicamente consciente, el tuyo en la tierra terrenalmente, y puede ser preanimal, animal, basto material, material y en ocasiones espiritual.
En esto viven los artistas, pero el ser humano representa todos estos grados.
Algunos poseen la sintonización animal, otros la basta material; ambos artistas pintan por medio de ella, plasman su arte por su propio grado de los sentimientos, pero no se elevan ahora por encima de los sentimientos y pensamientos propios.
Por lo tanto, para ellos no es posible vivir los grados elevados; todavía tienen que alcanzar esos cielos.
Tampoco los apóstoles pudieron ser elevados a ese estadio, a ese grado astral de la conciencia; los sentimientos terrenales no pueden procesar esa animación cósmica.
Todo artista de la tierra vive bajo esos grados y por debajo del límite del arte para la tierra y para nuestra vida.
Cuando aplicamos la inspiración para la escritura, sigues siendo tú mismo y lleno de conciencia.
Sabes exactamente lo que haces; sin embargo, el trance te pone a dormir y se escribe al margen de tu propia conciencia.
Incluso en el tercer grado para la inspiración, el semitrance, sabes todavía lo que escribes, solo que ahora tus sentimientos se disuelven por completo en lo que recibes.
También tu artista vive este estado, con la diferencia de que él mismo crea y que tú recibes.
Cuando crea al cien por ciento, también él se disuelve en su arte.
La escritura demanda toda tu personalidad, y ves que en esencia nuestro mundo toca el tuyo y está conectado con él.
La vida del alma tiene que vivir estos grados y el alma los pasa a la personalidad; tú como ser humano representas tu propio grado.
Si nos elevamos algo más, entramos al trance psíquico.
Ahora la escritura ocurre al margen de tu propia conciencia, tu personalidad está desactivada y ha sido adoptada por el ser astral, que transmite lo que quiere consignar y dar a la tierra por medio de ti.
En trance se pueden alcanzar muchísimas cosas.
En él viven los grandes médiums.
Algunos de estos elegidos viven en la tierra, lo que te quedará claro más adelante.
En este estado, la escritura que tiene que ser recibida de forma genuina.
En los grados de la inspiración, el médium vive infinidad de interferencias, que tenemos que interceptar si queremos que la escritura lleve a algo.
También ahora tenemos que evitar los pensamientos y sentimientos propios.
Tenemos que intentar neutralizar todos esos escollos, lo que sin embargo no es posible, debido a que los sentimientos nos imponen el alto espiritual.
El médium siente y piensa, se ubica ahora por encima de nuestra propia vida, y la escritura ya no es genuina, pues se está fijando la vida de los pensamientos propia, lo que ya te fue aclarado durante las sesiones con la cruz y el tablero.
Los dos primeros grados para la inspiración son diferentes, se viven de otra manera que el tercero, pues en este vivimos como seres astrales el descenso en tu vida, lo que no permiten los dos primeros grados.
Poca gente puede vencer en esto su propia personalidad, de modo que no son aptos para la mediumnidad.
En el tercer grado para este don viven las fuerzas buenas, los médiums más grandes de todos se encuentran en el cuarto grado de los sentimientos.
Pues bien, para los dos primeros grados de inspiración todo sucede desde tu propia conciencia.
Utilizamos entonces tus sentimientos, pues una conexión más profunda no es posible.
Tu intelecto sirve ahora de contacto.
Entonces no puedo elevarte a mi propia vida y tengo que tomarlo en cuenta.
Escribimos ahora por medio de tu propia posesión, por medio de lo que has aprendido, por lo menos si tu materia tiene significado para nuestra vida, de lo contrario no empezamos a hacerlo.
Cuando el otro lado inspira, eso sirve para alcanzar así a otras personas, para despertarlas de una sacudida para la vida más elevada.
Ya no tenemos interés por tu romanticismo terrenal, todo eso de escribir tanto y pensar lo hemos depuesto hace ya muchos siglos.
El valor espiritual tiene que poder ser sentido y vivido, ¡si no nuestra vida vuelve a detenerse!
Pero si te lo propones, el otro lado puede inspirarte, y te animará un espíritu de la luz, y tu escritura adquirirá significado espiritual.
Desciendo ahora en ti e intento hacerme uno contigo.
Eso ocurre en el lugar que está encima de tu estómago, el centro vital, que tú llamas el plexo solar.
Desde allí me concentro en tus sentimientos y ahora empieza la escritura, por lo menos si no hay interferencias y tú mismo vuelves a pensar, si no me desactivas.
Simple y sencillamente me lanzas fuera de tu vida.
Esto es una superioridad contra la que no puedo hacer nada.
Ahora tu personalidad es dominante y puedo empezar de nuevo.
Así que mi concentración tiene que poder dominarte permanentemente, solo entonces escribirás bajo inspiración.
Por supuesto que de tu parte pido la entrega total, el ser pasivo en este estado.
No se pueden sentir ahora los trastornos del alma, ni los materiales ni los corporales, puesto que tu espíritu los adopta.
Crean un abismo entre tú y yo, entre tu pensar y sentir, y te reclaman por completo.
Me expulsan fuera de tu vida.
Los dolores materiales detienen la inspiración, perturban esta comunicación, interrumpen nuestra unión.
También tus preocupaciones actúan como interferencias.
No puedes desprenderte ahora de ti mismo, de modo que la unión no se establece.
Pero si todo esto se ha evitado y la unión es perfecta, entonces vivirás lo que sigue.
Ya te lo dije: vivo entonces en el lugar del plexo solar, es el ventrículo para tu vida del alma, el lugar de recepción, pues desde aquí mis pensamientos fluyen a través de tu propia vida al cerebro, que los capta y registra, que los transmite a otros órganos y pone a funcionar la personalidad.
Esa personalidad está sintonizada con la tarea, con la recepción, y tú escribes lo que va surgiendo en ti.
El cerebro trabaja a la velocidad del rayo y el sistema nervioso tiene que poder adaptarse ahora, si no habrá interferencias.
Todos esos sistemas llegan a su plena potencia, lo que ocurre por mi concentración.
Si nuestra unión es perfecta, fluyen olas de frases a través de ti al centro de los sentimientos, y las consignas enseguida.
Ahora todos esos pensamientos son míos, por lo menos si te has desconectado por completo y no influyes en la materia que recibes de mí.
Te elevo ahora más en este arte, o sea, en lo que consignamos, e intento ahora alcanzar el cien por ciento en su totalidad.
Escribes hojas y hojas, y eso sigue durante horas, no tienes que pensar ni un segundo, todo marcha por sí solo.
Por fin has escrito hasta quedar vacío, sientes que tus fuerzas disminuyen y pienso que así es suficiente.
Ahora tus fuerzas materiales han quedado verdaderamente exhaustas.
Si sigues aun así, escribirás por tu propia fuerza, pues yo ya no puedo influir en ti.
Esto lo podrás constatar de inmediato por la letra.
El sistema material está cansado, el cerebro se niega a funcionar a plena potencia, y ahora tus sentimientos se ven ante el alto.
Este es el estado perfecto.
Si todavía no has llegado hasta este punto y tengo que empezar con este desarrollo, hago lo siguiente.
Si escribes con facilidad tú mismo, entonces por supuesto que me ayuda, puesto que si no, primero tengo que prepararte para la escritura.
Ahora hago que escribas hasta llenar hojas enteras y me concentro en ti, para que te acostumbres a mis pensamientos y sentimientos.
Ahora cada nervio puede molestarme, pues tu sistema nervioso no está acostumbrado a mi concentración.
Por lo tanto, tus propios pensamientos y sentimientos tienen mucho que decir en la escritura bajo inspiración, porque has crecido con tu sistema nervioso hasta fundirte con él, y yo no.
Esto tiene un significado imponente, pues tu sistema nervioso puede imponerme el alto.
Así que antes de empezar a escribir, empiezo a soltarte de ti mismo, para que más adelante puedas captar la inspiración.
Tu vida interior y tus sistemas materiales se han fundido.
Soltarte de esto cuesta tiempo y cálculo, pero hace falta si quieres vivir la inspiración de manera infalible.
También es muy natural que cada ser humano reaccione a su vez de manera diferente, porque los sentimientos dominan los sistemas materiales o son influenciados por ellos.
Si esto último es el caso, no eres apto para escribir, pues entonces estarás bajo la influencia de ese organismo.
Pero ahora me hago uno con la vida material, pongo un poco de flexibilidad en ella y hago que escribas; después tu vida interior reaccionará, y te dirijo lentamente hacia mí.
Si hemos llegado a este punto, podemos empezar.
Es mi intención llevarte al semitrance, en él viven para mí todas las posibilidades para transmitirte la escritura animadora.
Solo entonces alcanzaremos a los seres humanos, y los demás grados vitales ya no tendrán significado para nosotros, los habremos vencido entonces.
Por lo tanto, a un escritor terrenal no se le puede ayudar si su trabajo carece de significado para nuestro mundo.
El mismo escribe.
Debido a que representa su vida terrenal por medio de su arte, se ubica fuera de la inspiración espiritual.
Es posible que no lo acepte.
Pero para eso te aclaré los grados, y significan una ley astral para tu vida y la nuestra, pues el escritor no se eleva por encima de sus propios sentimientos, incluso si su arte ha adquirido significado para la tierra.
También en eso puede alcanzar una altura e incluso vivir siete grados, pues cada grado de los sentimientos tiene siete grados.
Sin embargo, son las leyes para la inspiración y para todo el arte.
¡Nadie puede eludirlas!
Te preparo para que entres al tercer grado para la inspiración, lo que para ti en la tierra es lo más elevado que puedas alcanzar.
El escritor terrenal puede alcanzar su propia altura como un pintor, puede perderse por completo en su arte, en la escritura, y entonces las oraciones e imágenes fluyen hacia él, de tal manera que incluso posee un grado de clarividencia.
Con tal nitidez se dibuja a sí misma la escritura, atraviesa su vida la animación, que esta es atizada hasta formar un fuego enorme en el que él se disuelve por completo.
Los escritores viven esto más que los pintores porque aquellos analizan la vida con más exactitud, descienden más en las pasiones y en el amor, en todos los rasgos característicos del ser humano, es decir: en las personas que son analizadas.
En este estado tu escritor terrenal ha alcanzado para sí mismo el pleno cien por ciento, lo que para él como escritor es el estadio más elevado; ¡no puede ascender más!
Se encuentra ahora ante la inspiración espiritual y esta solamente puede ser recibida por nuestro mundo.
Pero ya te lo dije: no nos damos para el romanticismo; si lo hiciéramos, nuestra vida no avanzaría.
Para el pintor y el escultor esta inspiración es exactamente la misma, también estas personas crean y obtienen en eso lo más elevado o se mantienen por debajo del arte normal, lo que entonces ya no tiene nada que ver con arte.
Nunca se elevarán por encima de su propio grado de vida.
Y eso también es cierto para ti como escritor(a) mediúmnico(a).
En los primeros dos grados de la inspiración no eres alcanzable, porque tus sentimientos se niegan.
El tercer grado está abierto para ti, pero entonces tu sentir y pensar son diferentes.
Por lo tanto, los dos primeros grados para el artista terrenal nos dicen que nunca crearán arte.
El tercero representa al artista, él puede darte algo.
Y si como ser humano eres apto para la inspiración espiritual, también estarás abierto para nosotros, con la diferencia de que tú recibes y él, el artista, crea él mismo.
Cuando sientas esto podré seguir y comprenderás todos los demás grados de tus sentimientos.
Así que el grado de tus sentimientos me detiene; si no lo hiciera, llegaríamos a la unión espiritual.
En el tercer grado de la inspiración la escritura recibida también está por encima de tu propia conciencia y sientes que de verdad has sido elevado mientras escribías.
Ahora bien, en lo que traté toqué tus propios sentimientos.
Pero cuando los dones mediúmnicos espirituales se manifiestan, tus propios conocimientos son para mí una interferencia y sabes demasiado de ti mismo, porque ahora recibes la escritura al margen de tu propia vida.
En este estado, tu intelecto me molesta y no puedes vaciarte.
Ahora ya se hace patente con cuánta precisión los grados se representan a sí mismos.
Nadie puede eludirlos ni vivir por encima de sus propias capacidades, las leyes de tu grado de vida te imponen el alto.
¡Y para el artista terrenal y para ti como médium eso es una sola ley!
La sensibilidad y el estar completamente vacío son posibilidades para llegar a unión para la escritura.
Pero cuando en ti no hay presencia de deseo espiritual, si no conoces el deseo de querer servir para la masa inconsciente, tú mismo todavía tienes que despertar para estas leyes y no hay cuestión de unión.
Ahora no hace falta que empiece con ello.
Pero quien recibe ahora la escritura espiritual posee todo lo que hace falta y vive en el tercer grado de la inspiración.
Antaño lo vivió muchísima gente y solían ser los filósofos, que estaban conectados con un mundo más elevado.
La mayoría de las veces ni siquiera tenían conciencia de ello, y sin embargo consignaban en esto sus inspiraciones o las compartían con otros a quienes mandaban al mundo en nombre de ellos.
Sócrates y ya muchos antes que él estaban bajo inspiración espiritual y por su propio grado de los sentimientos vivían el tercer grado de inspiración.
También ellos estaban siendo animados, consciente e inconscientemente, para dar sabiduría a la madre tierra y para despertar a todos sus hijos de golpe, lo que solo por medio de esto podía ser alcanzado.
Su vida vuelve a tocar la de los antiguos maestros, también ellos eran animados y servían para fuerzas y poderes elevados, lo que tienen bajo su control los maestros cósmicos conscientes de nuestro lado.
Traían belleza espiritual a la humanidad, en imagen y sonido; miles de personas sirvieron de esta manera y eso fue por el tercer grado de inspiración.
Al que es sencillo de espíritu y al intelectual se les concedió vivir la animación espiritual, ambos grados de los sentimientos representan el otro lado.
Y esto de manera consciente e inconsciente, pues unos sabían que un poder elevado los manejaba, y otros no querían saber de eso, y sin embargo por medio de eso les fue transmitida la sabiduría astral.
Esto no constituye una diferencia para la recepción, y en cambio sí para la personalidad.
Por sus sentimientos terrenales y espirituales podemos constatar su sensibilidad material y espiritual.
Tu intelecto pertenece al mundo material, el nuestro se ha desprendido de la tierra y recibió significado espiritual.
Estos grados de los sentimientos pueden llegar a chocar unos con otros, y entonces ya no hay cuestión de recepción espiritual.
Entonces domina el intelecto terrenal.
Por lo tanto el trance es lo único con lo que sintonizamos si queremos llevar a cabo algo, y es la posibilidad de penetrar de manera infalible en tu conciencia y de desconectarla por completo.
Ahora viven en la tierra médiums parecidos.
¿Por qué, pues, buscaríamos todas esas dificultades si sabemos que de cualquier manera no puedes alcanzar lo más elevado?
¿Cuánto esfuerzo y preocupaciones podemos ahorrarnos?
Por lo tanto, el otro lado solo busca los médiums para los mensajes espirituales que han de ser dados a la tierra, solo aquellos médiums que nacieron en la tierra para su tarea.
El médium de trance transmite todo; con estos sentimientos podemos trabajar y transmitir infaliblemente lo que tenemos que traer a la humanidad.
Ahora escribimos al margen de los sentimientos del médium, y la escritura se recibe directamente desde la fuente más elevada.
Tampoco ahora quiero seguir dándote esperanzas y mejor te comunico toda la verdad: ¡un espíritu de la luz no llega a ti en los tres primeros grados de la inspiración, porque no puedes asimilar lo que te es dado y porque tus sentimientos le imponen el alto!
Queda completamente excluido servir para nuestro mundo, no te desprendes de tu propio yo.
Por eso, más vale que escribas tu propio libro y te fuerces en lo más elevado de todo; sabrás entonces con seguridad que te pertenece.
El trance no es para ti, pertenece a nuestra vida.
Aun así, hay muchísimas personas que piensan estar escribiendo por el mundo astral.
La mayoría de las veces tanto escribir es su búsqueda del oro espiritual, del que sin embargo nunca verán la irradiación dorada, porque les falta la intuición verdadera.
No obstante, se sienten preparados y abiertos para nuestro mundo, y con su poca sensibilidad se sientan.
Lo que más les gustaría es escribir un libro, pues eso dice algo y le da significado a su personalidad.
Como un ave alicorta sus sentimientos y su grado de vida los mantienen presos, pues tampoco ellos pueden apuntar más alto que lo que permita su propio grado de vida y conciencia.
Seguramente que ya no tengo que decirte que estas son leyes ocultas.
¡Ahora puedes aceptar que en la tierra te impongan el alto espiritual!
El otro lado quiere proveer a la humanidad de alimento espiritual, darles a los pueblos el despertar, pero estas personas no son aptas para esa pesada tarea.
Para eso —como ya te dije hace un momento— nosotros mismos seleccionamos nuestras fuerzas.
Que podamos trabajar ahora es de lo más natural, pues nuestros médiums están listos para su tarea.
Para el trabajo espiritual con significado cósmico el médium tiene que poseer todos los grados vitales y tener sintonización con nuestra vida, con las esferas de luz, o estaremos mirando impotentes después de todo nuestro trabajo grande y poderoso, sintiendo nuestro propio vacío.
Pero los maestros de este lado lo ven todo, saben dónde en la tierra viven estos sentimientos y establecen la conexión astral.
Por esto sabemos que en los tres primeros grados nunca nos elevaremos por encima de los sentimientos, pues estos constituyen para nosotros el don y este nos enseña, a su vez, el camino a la sabiduría espiritual y cósmica, es más: a las esferas de luz más elevadas de todas, si los maestros mismos quieren hablar.
Un médium en este estado puede ahora recibir las cosas más imposibles, lo último de todo para la tierra y para nuestra vida, y entonces estará por lo menos cinco siglos por delante de las masas en la tierra.
El otro lado se sintoniza con la evolución humana, y nosotros, como hijos de Dios, te servimos en la tierra, servimos a las masas y a la humanidad, pues te traemos la sabiduría desde nuestra vida.
Para esto tuvimos que desprendernos de todo lo terrenal, de tu conciencia basta material.
Puesto que sabemos dónde viven nuestros médiums en la tierra y si poseen esta sensibilidad, puedes aceptar que hay solo pocas fuerzas buenas en tu seno, o también tú viviste en este ámbito no solo una evolución, sino una revolución.
¡Ahora esto se ha evitado!
En la tierra viven miles de médiums, pero si entre ellos encuentras dos que conocen la felicidad de las esferas y que están bajo el control de los maestros astrales, será mejor que dejes de buscar, porque no encontrarás más.
¡Los demás se buscan a sí mismos!
Estas personas no se desprenden nunca de sus propios sentimientos.
Representan un grado material y todavía tienen que despertar para la vida existencial más elevada.
Ocurre con demasiada frecuencia que quieran apuntar más alto que lo que su propia conciencia posea en fuerza de los sentimientos y en sensibilidad espiritual o material, e incluso animal, y entonces juegan su propio juego, a vida o muerte, como también lo hacen aquellos que hayan aceptado la sesión con la cruz y el tablero.
Muchos quieren agarrar esos tesoros elevados, pero sienten que algo les impone el alto, aunque no comprenden desde qué dirección sopla ese viento oculto.
A veces puede haber tormenta para ellos, de modo que a diestro y siniestro son abatidos de golpe por fuerzas y poderes que llegaremos a conocer en este camino.
Ahora conoceremos también, además del escritor terrenal en estado material bajo inspiración, el talento innato.
Pocas personas pueden aclarártelo, pero también este estado, que es una ley, lo hemos conocido y tenido que aceptar en nuestra vida.
El talento innato tiene que ver con tu subconsciente.
Si un espíritu de la luz quiere ayudarte en la tierra, si quiere escribir por medio de ti para hacer algo por ti y por los demás, entonces se nutre de tu propio pasado.
Tienes que aceptar ahora que hemos vivido en la tierra miles de veces como ser humano.
En una vida en especial y tal vez en muchas otras has practicado el arte, con toda certeza.
Si el deseo por el arte ha llegado a ser consciente en una vida, tanto que nos domina —es decir, sentimientos que oprimen los demás rasgos de carácter— entonces esa vida es dedicada al arte, porque el alma no puede desprenderse de él.
Estas fuerzas de los sentimientos se expresan ya desde niño, y en edad más avanzada llegan a desplegarse por completo, lo que para ti en la tierra vale como talento.
Ahora un espíritu de la luz se nutre de este subconsciente, despierta estos sentimientos y consigna lo que quiere transmitirte.
Eleva este sentimiento en su propia vida y lo devuelve a la conciencia diurna, y entonces piensas que esto se ha recibido al margen de tu propia vida.
Es tu parapsicólogo quien se aferra a esto y quien sigue sin poder aceptar que a pesar de todo el otro lado suele desconectar por completo este subconsciente, porque la seguridad de la conciencia diurna es el temperamento para la animación.
Cuando más tarde sigamos el sueño, también esto te quedará claro.
Y de allí se nutre todo niño, y eso es el talento innato.
Pero para nuestro mundo, este talento es aprendido.
También volveré sobre esto.
Este talento innato se vive para todas las artes y ciencias.
Quien tenga talento puede alcanzar algo para la tierra.
Pero con esto entramos a los grados para el arte terrenal.
Verás: algunos alcanzan algo, otros se esfuerzan y se estrellan contra el arte.
Ahora vamos conociendo a los hermanos y hermanas menores, que representan para ellos mismos un grado propio en el arte, las órdenes inferiores y superiores, que son los grados de los sentimientos para ti como ser humano.
Ahora para ti no debe ser tan difícil de comprender por qué algunos alcanzan algo y en realidad lo reciben a cambio de nada, mientras que otros tienen que bregar a muerte para finalmente sucumbir de cualquier manera y aceptar que todavía no han alcanzado los sentimientos necesarios.
¡Algunas personas se convierten en artistas, otras no lo serán jamás!
Los sentimientos indican hasta dónde has llegado para el arte.
Para esto el alma tal vez haya tenido que deponer cientos de vidas, es decir, vivirlas, para alcanzar esta altura en los sentimientos.
Y solo ahora, en esta vida, se revela el sentimiento por el arte; los sacerdotes en Oriente vivían esto en la mística, en las leyes ocultas.
De esta manera, algunas personas se han sintonizado con el ocultismo, otras con la ciencia o el arte, o con funciones sociales, toda posibilidad queda reservada para ti como ser humano porque puedes recibir la nueva vida.
La escritura bajo inspiración para dejar constancia de un dato puramente terrenal —es decir, materia—, que no te desprende de tu propia vida, y durante la que sigues pisando firme, no puede ser peligrosa para ti.
Pero esto será diferente cuando las leyes ocultas desprenden tu vida de las leyes materiales y llegas a estar entra la vida y la muerte.
Ahora tienes que tener resistencia y sobre todo la protección propia, la fuerza para tu nueva personalidad, que acoge por completo lo que se recibe y vive.
Esa fuerza vive en tu propia conciencia, entonces has llegado tan lejos y tan alto, no sientes interferencias; todo marcha por sí solo, pero otros no poseen eso y se pierden en ellos mismos.
Ahora pueden ocurrir las cosas más horrendas, de las que en la tierra todavía no se entiende nada, porque las masas todavía no son conscientes del enorme peligro de las leyes ocultas.
¡Ahora que muchos van a participar en sesiones y desean la escritura oculta, se manifiestan todos esos peligros que tienen que ser procesados o destruyen tu vida por completo!
Ahora bien, cuando escribimos vives la comunicación espiritual en este estado y eres consciente de tu propia vida.
Vives en los dos primeros grados para la inspiración, pero ahora entras en contacto con las leyes ocultas.
Y gracias a esta escritura esas leyes pueden actuar de manera decisiva y llegar a dominarte.
Si ahora no albergas resistencia, también aparecerán por medio de ti espíritus burlones que quieren unirse a tu vida.
Lo que importa ahora es la medida en que tu vida es interior.
Si no estás libre de deseos materiales, ya estás en contacto con ellos por medio de tu propia vida, pues estos deseos son materiales, por lo que pueden conectarse.
Un solo rasgo en ti que no sea espiritual te sintoniza con la vida de ellos, y entran los problemas en tu vida.
Pero ahora percibes su violencia de otra manera, rompen tu propia protección e intentan tomar posesión de tu conciencia, en la que te puedes disolver.
Muchísima gente ha tenido que pagar su peaje oculto, estas personas sensibles no comprendían a qué se abrían, con la consecuencia de que algunos perdieron su yo de la conciencia diurna y tuvieron que aceptar la demencia.
Si tu vida no está completamente blindada contra este peligro astral y si tú no posees tu propia protección, será tu perdición la escritura sencilla bajo inspiración por parte de nuestro mundo.
De este lado hemos llegado a conocer las leyes y los grados para los sentimientos, en los que vives como ser humano material.
Sabemos que los dos primeros grados para la inspiración son de una vileza animal frente a la comunicación espiritual, y esto ha sido probado debido a que un sinnúmero de personas sucumbieron incluso en su propia vida y se les tuvo que encerrar.
No es solo que el tipo que busca conscientemente sucumba en estos grados; sucumbe incluso el alma inconsciente, el ser humano desprevenido que no sabe nada del ocultismo, porque estos grados de los sentimientos todavía no poseen resistencia alguna.
Pero es un hecho que todas estas personas se han desvinculado ellas mismas de los grados preanimales, animales y basto materiales, y que ahora han llegado a un estadio más elevado cuyas leyes tienen que asimilar.
Una vez que se haya establecido el contacto con el mundo astral y el individuo inferior haya elevado tu vida, es increíblemente difícil liberarse de ellos, puesto que este espíritu ha llegado a la unión con tu vida.
En poco tiempo estos espíritus inferiores se van fusionando contigo hasta llegar a un solo estado, tan estrecho y natural que no tienes nada que oponer y no hay psicólogo capaz de liberarte de ello.
Se convierten en psicópatas, ya los conoces en la tierra, esas personas que en ocasiones de pronto desvarían, se sienten de diferente manera que antes y resultan poseer unos aires terribles, y otras, a su vez, que sufren de demencia por vanidad y delirio religioso, y toda esa gente que todavía tiene que asimilar el grado consciente de los sentimientos, pero que ahora está siendo atacada por la conciencia inferior, por los espíritus burlones espiritistas.
Este núcleo maligno vive en el espacio y también en la tierra, y busca los sentimientos que están sintonizados con ella, y que entonces puede ser vivida de nuevo por la vida terrenal.
Ahora tu voluntad tiene que dominarlos, tienes que ser capaz de resistir todos estos peligros.
Tienes que ser capaz de seguir siendo tú mismo en miles de problemas ocultos si un espíritu de la luz quiere llegar a ti para escribir por medio de ti.
Ve tu conciencia y sabe ahora si sucumbirás.
En ese caso no es capaz de escribir y ni siquiera empieza a hacerlo.
Las personas sensibles, deseosas de contacto espiritual, se abren a nuestro mundo, pero tarde o temprano casi todas sucumben, porque desconocen las leyes y los grados astrales para los dones espirituales.
Otros, que no quieren saber nada de la comunicación espiritual, sucumbieron aun así, debido a que están bajo la influencia de poderes tenebrosos, y viven un mismo estado que el médium consciente que escribe bajo inspiración; también los demonios se nutren del subconsciente y fuerzan su entrada a esos sentimientos.
Eso también es la razón de por qué a esos enfermos se les vigile con tanta insistencia y sus enfermedades sean casi invencibles para tus médicos; ¡el subconsciente no se puede sanar!
La vida anterior suele ser la culpable de esta perdición, de toda esta miseria.
Debido a que la causa y el efecto de ti como ser humano se viven durante la vida material, la vida inconsciente, animal tiene la posibilidad de conectarse con la más elevada.
Lo que para ellos no se puede vivir en conciencia diurna, estos grados vitales inferiores lo buscan en el subconsciente, de modo que también con eso llegan a la unión total.
Con que dividas estas almas, con que desvincules la vida terrenal de los sentimientos astrales dominantes, serás un gran sanador.
Sin embargo, tus médicos y tus psicólogos están impotentes, pues en la tierra este es el grado de vida más difícil de todos para vencer.
El alma es inconsciente y no puede dar conciencia a esta vida del alma.
No es posible, pues las leyes de Dios tienen que ser vividas o cada uno podría comprarse un poco de sentimientos y también se convertiría en artista, y habría un gran caos en la vida de la tierra y en la del espacio.
En la tierra sigue siendo así, en el espacio no, pues la creación de Dios es divinamente completa.
Que muchas personas no posean profundidad en su conciencia diurna todavía no significa que tampoco la tenga el subconsciente, pues ya estás viendo ahora todo lo que es posible.
En esto vive la sensibilidad para nuestro contacto, la escritura bajo inspiración.
Tanta profundidad alcanza esta simple y sencilla recepción de algunas palabras que en ocasiones no significan nada y que sin embargo pueden representar semejante miseria.
¡Con esto tiene que ver la demencia!
Pero el trance psíquico desactiva todos estos peligros por completo.
Los sentimientos están ahora abiertos a los grados elevados, que pertenecen a las esferas de luz y que son las primeras cuatro esferas cuyos mundos te aclaré.
Ese médium está en manos de un maestro.
Ahora la escritura dada es sobrenatural e incluso puede ser traída a la tierra desde los cielos más elevados; el instrumento es capaz de hacer esto porque se ha entregado a una fuerza superior.
Y esa conciencia es cósmicamente profunda, ha llegado a conocer las leyes de Dios y ahora llevará a cabo una tarea en la tierra.
Ahora el otro lado domina esta vida, pero se encarga de que se establezca esta comunicación.
Cuando empieza esta escritura, tu conciencia queda desactivada en un setenta y cinco por ciento, porque tú mismo necesitas el veinticinco restante para alimentar tu cuerpo y mantenerlo funcionando.
Se escribe ahora por medio de tu organismo, pero sigues siendo uno solo con tu vestidura y te mantienes con fuerzas, porque en realidad estamos fuera de tu conexión terrenal.
No obstante, tenemos que adoptar todos esos sistemas materiales de ti y dominarlos, trabajar por medio de ellos; pensamos y sentimos por medio de tu organismo y dejamos constancia de lo que queremos transmitirte.
En este estado llegamos a grandes alturas y podemos ahora alcanzarlo todo.
Y para poder ser médium tienes que vivir con sencillez, incluso tu alimento puede causar interferencia.
Si queremos llegar a gran altura, entonces para muchos médiums el alimento animal es destructor, porque atrae a otras influencias del propio grado de vida.
Pero también hay médiums que justamente necesitan una alimentación potente, porque el sistema nervioso tiene que hacer muchísimo trabajo y siempre debe haber una reserva corporal.
Si el médium quiere mantenerse en pie para el alimento astral predominante que es la sabiduría, entonces el organismo tiene que poder procesar esta increíble animación, o tarde o temprano llegará de cualquier manera el derrumbe y se perderá para nosotros semejante instrumento.
Por eso el sistema nervioso es esencial, es tu base material para los dones espirituales y para el trabajo que se efectúa.
Los médiums que reciben lo más elevado que puede vivirse para nuestro mundo tienen que mantenerse con todas sus fuerzas, o no podremos seguir aplicando esta enorme animación en ese estadio.
No debemos sobrepasar el equilibrio normal para el organismo, pues esto puede tener entonces unas consecuencias tremendas.
El alimento animal ya no tiene significado si el médium está completamente bajo nuestro control, interceptamos entonces las interferencias materiales para el médium.
No obstante, quien trabaja por debajo de estos grados tiene más dificultades, puesto que la irradiación del alimento no puede ser vencida, aunque aun así hay que evitarla, de lo contrario el médium crea para sí mismo una miseria tras otra.
Por eso el médium oriental es vegetariano y es que tiene que hacerlo para su estudio, pues el alimento animal lo obstaculiza en la vivencia de las leyes ocultas.
Los yoguis y los iniciados siguen este camino, los magos y los faquires en ocasiones se preocupan poco por ello, aunque un buen faquir, con conciencia científica, no se atreve a contaminarse, porque este alimento puede serle fatal.
Tienen que vencer todas estas leyes ellos mismos; nosotros lo hacemos para el médium porque el otro lado tiene que representar al instrumento.
El oriental tiene sus propias experiencias; el médium en nuestras manos solo puede recibir y en todo se entrega a su maestro.
Para los fenómenos psíquicos, el alimento animal es fatal; los físicos requieren fuerza y concienciación corporal.
Ahora el organismo es desprendido del fluido vital, lo que significa pérdida de fuerza.
Esa fuerza tiene que restablecer el equilibrio por medio de alimento consistente, o seguirá el bajón material.
En realidad, cada ser humano está abierto a la incidencia espiritual, a lo bajo y lo elevado, y siempre hay en ti rasgos de carácter que tienen sintonización con nuestro mundo y que atraen el ser astral.
Como conciencia occidental no puedes dominar todas estas interferencias, pues tu vida está dividida.
El oriental ha hecho un estudio de esto e intenta vencerlas, pero cuando no alcanza nada, estas lo vencen a él.
Si el otro lado quiere trabajar por medio de los sentimientos occidentales, entonces el médium no puede sentirse en nada, no puede ser ni significar nada.
Tú como médium posees únicamente el sentimiento del que nos nutrimos y por el que trabajamos.
Si puedes entregarte por completo, los mundos astrales están abiertos para ti.
Solo una entre miles de personas logra algo, miles perecen por las leyes astrales, debido a que sucumben bajo esa carga espacial.
Pasan años antes de que el médium esté listo para poder recibir nuestra escritura.
Evitamos ahora que los demonios tomen posesión de esta vida.
El médium tiene que abrirse para nosotros en todos sus pensamientos y sentimientos; si queremos hacer que suene esa vida, estamos conectados día y noche con este instrumento.
Uno entre miles —ya lo dije— alcanza lo sobrenatural, el resto sucumbe.
También ahora esta vida pasa a manos del mal, y estamos impotentes.
Esos seres desean succionar la vida hasta dejarla vacía y lo hacen a su propia manera diabólica.
Llegan a esta vida y hablan de Dios y la fe, muestran cruces luminosas si lo consideran necesario, para que no tengas desconfianza, o tu interés se debilitará.
Pero mientras tanto continúan y entran a tus deseos, quieren ser mimados por tu amor; después sigue la unión.
Solo por medio de ti alcanzan la conexión, son convocados por tus propios deseos y entonces tanto su hambre como su sed vital son saciados, pero ¡es de ellos el deseo vehemente que vives ahora, al que entonces tiene que servir tu organismo!
También ellos descienden en ti, atraviesan tu vida de los pensamientos, se funden contigo hasta un solo grado de los sentimientos, y entonces te habrán vencido.
Hasta en los tejidos más profundos de tu vida del alma y tu ser material te contagian por su lujuria animal, se arrebujan en tu aura, se quedan tranquilamente dormidos, para despertar y levantarse contigo y disfrutar tu bebida y comida, tu luz cotidiana, es decir, todo para lo que tus sanguijuelas no poseen fuerzas.
El médium que tiene que servir para lo más elevado y que nació como si fuera algo natural para esta tarea no puede vivir esta miseria porque el maestro de este médium siempre mantiene elevado el instrumento en su vida.
Al poder vivir el médium continuamente esta conciencia elevada, un demonio no tiene la más mínima oportunidad.
Pero el ser humano que ha perdido a su ser amado, que se ha quedado atrás solo, que está sufriendo por el terrible deseo de ese amor perdido, de afecto y comprensión, se abre con gusto al mundo astral.
Cuando hay sensibilidad y se intenta la escritura, esta vida está ante todos estos líos.
Este ser humano quiere saber cómo están los seres queridos, pero esto le será fatal.
Y también en eso a su vez hay grados presentes; sensibles e insensibles viven la misma escritura.
Unos viven líos, otros piensan que todo marcha por sí solo y no sienten nada de todas esas interferencias.
Pero estas personas no poseen la sensibilidad, no puede llegar un pensamiento astral por medio de ellos, este grado de los sentimientos es todavía demasiado basto para poder captar los pensamientos y sentimientos etéreos.
Los sensibles viven precisamente todos esos líos.
¡Ellos, nada!
Ahora te aseguro que estas personas que se sienten médiums no pueden vivir un contacto verdadero, porque no son alcanzables para nuestro mundo.
Les falta ahora aquello por lo que escribimos, pero los demás se destruyen por eso.
Ahora que esas vidas están abiertas para el otro lado, ahora que por Cristo han llegado hasta este punto, que el Evangelio Sagrado ha hablado a sus vidas, todas estas personas buscan el contacto eterno y quieren desprenderse de la vida material por los dones espirituales.
Si hay contacto, entonces llegarán a estar entre la vida y la muerte, cuyas leyes ocultas han de vivir ahora y en las que también han de mantenerse en pie si quieren eludir el manicomio.
Quien pertenezca de este lado a la especie inconsciente, a quienes todavía tienen que despertar aunque buscan esta unión material, se acerca a esta sensibilidad y los eleva en la propia vida, por lo que sus víctimas están ante la demencia espiritual.
Te dije: tus manicomios están llenos de estas personas.
Pero lo que para ti en la tierra es y significa enfermedad, es para nuestro mundo sensibilidad espiritual.
Lo que para ti se llama demencia, es para nuestro mundo la unión del espíritu astral y material, de dos personalidades que pertenecen a la vida del alma, debido a que ambas son eternas.
Pero ahora domina la vida astral, con la consecuencia de que el alma terrenal está presa en el propio organismo.
Averigua dentro de ti si albergas sentimientos que encuentran sintonización con lo inferior y evita entonces todas estas dificultades astrales para ti mismo.
No te sientes para recibir escritura, pues puede significar tu propia desdicha.
Si no vives en lo insignificante, en un nimio sentimiento para las pasiones, ten la seguridad de que esto atraerá toda la pasión una vez que hayas entrado en conexión con este mundo.
Y esa fuerza como pasión consumirá tu vida interior, te succionará hasta dejarte vacío, pues ¡no posees protección propia!
Para estos grados de los sentimientos está abierto el manicomio, permiten que sean liberados de los lazos terrenales.
Y todas estas personas poseen este deseo, porque sus seres queridos se han ido.
Aquí viene un ejemplo, tomado de la realidad.
Un hermano de este lado vino a pedir mi ayuda, pues en la tierra se vio ante un problema grande.
Me contó que su hija estaba siendo influenciada por fuerzas tenebrosas y que ya había hecho la transición a esas manos.
Sucumbiría si no se le ofrecía ayuda espiritual.
Esta alma quería entrar en conexión con su padre por la escritura mediúmnica, pero no poseía suficiente autodefensa.
Sin embargo, se sentía capaz de hacerlo, y ahora se había sentado, pero escribía por medio de ella un demonio.
Y su padre estaba impotente, no podía ayudarla.
Ella no poseía suficiente fuerza para elevarse hacia la vida del padre, por lo que a ella se le abría el manicomio.
Juntos fuimos hasta ella y vi cómo era su estado.
Su hermana recurría al dibujo y también ella habría llegado a las manos del mal en caso de que hubiera conocido esta sensibilidad, pero era inalcanzable.
Esta protección propia estaba presente en su conciencia y ahora no experimentaba nada.
La primera deseaba entrar en contacto con su padre, recibió escritura desde este mundo y pensó ahora que esta procedía de su padre.
Sin embargo, un ser tenebroso había tomado posesión de su vida interior y quería dominarla.
Cuando entramos, justo estaba recibiendo escritura.
Su vida estaba abierta a este lado.
¿Qué opinas de este breve poema que recibió?
“Planea, planea como yo
Ve como yo
Veme y tu vida estará en tus manos
Pero pídeselo a tu Dios”.
Se le dio esta triste palabra escrita, es astralmente pura, pero fue un demente el que se la dio.
Este cerebro está confuso, está desprendido de toda sintonización humana, de la capacidad de pensar y los sentimientos materiales, esta conciencia solo está completamente preparada para destruir la conciencia terrenal y volverla demente.
Esta criatura de cuarenta y cinco años no preguntó por el significado de lo que había recibido, le pareció maravilloso, pues no procedía de ella misma.
Pensaba: ‘En esa vida todo es posible, papá aprendió a escribir poemas, ¡papá ha despertado en esa vida!’.
Porque en la tierra, su padre no entendía de ninguno de estos asuntos.
Este demonio sí que sabía planear.
También nosotros planeamos de vuelta a la tierra para servir y lo hacemos gracias a la fuerza de nuestra concentración desarrollada y nuestra fuerte voluntad.
Planeamos por el espacio material, pues hemos asimilado esos grados de conciencia.
Un demonio puede hacerlo como nosotros, pero vive en unas tinieblas.
Nosotros vemos a través de toda la materia, podemos sintonizarnos con tu propia luz material y la observamos, lo que a su vez un espíritu tenebroso no sabe hacer.
Y el contacto con la tierra se establece ahora por medio de ti mismo.
“Veme y me tendrás en tu vida” —es lo que el demonio debería haber escrito—, pero ¡no llegó hasta este punto!
No hacía falta pedirle esto a Dios.
Pero para esta persona tenebrosa esta insignia era como la cruz luminosa que le ponía frente a los ojos para que la mirara.
La palabra “Dios” cambia de golpe todo para estos crédulos, pero enseguida caen a la miseria debido a ella.
Llevaba ya meses escribiendo por medio de este monstruo, pero ahora ya numerosas veces al día.
En los momentos más increíbles se sentaba para recibir escritura.
Por un impulso desde dentro se obligaba a sí misma a ir en esa dirección y entonces se entregaba por completo.
Para el demonio se trataba de lograr tenerla por completo en su poder, elevarla a su vida y entonces saciarse de su conciencia y vida terrenal.
Quería desahogar sus deseos animales a cualquier precio.
Logró poseerla por completo, por estar dotada de rasgos de carácter que tocaban su vida y que habían llegado a sintonizarse con ello por participar así en las sesiones.
Su deseo de amor, que no había sido correspondido, la llevó a los brazos de esta personalidad astral y a este estado.
Ahora que ella se había abierto tenía que aceptar las consecuencias.
No se conocía a sí misma y menos aún las leyes astrales ocultas, y esto sería su perdición.
El hombre bestia escribió:
“Más vale rezar
Que ser impotente.
Dónde queda el final
Jesús mío
El amor vencerá”.
Quedó embelesada.
No entendía de estos sinsentidos, todavía no había despertado en ella la conciencia necesaria, si no habría parado de inmediato —de haber sido todavía capaz de hacerlo—, pues su voluntad ya había quedado eliminada.
Pero estos dichos que no significaban nada la llevaban a la demencia.
Luego hubo:
“Si somos uno solo, desprendidos de la tierra
Pues veo en tu vida
Vela Dios”.
Yo leía en la vida de este demonio y pude constatar cuál era el verdadero propósito.
La chica leyó lo escrito en voz alta, pensaba comprenderlo y nuevamente pensó que era magnífico, de una profundidad milagrosa.
Y su hermana pensó: ‘Algo sí que tiene, puede que lleve a algo, todo desarrollo es difícil’.
Por lo tanto, ella seguiría, pero así se entregó a su propia desgracia.
A veces hacía preguntas a su padre y quería saber entonces de dónde sacaba este esos dichos divertidos.
Y entonces el demonio le hacía creer cualquier cosa, o ella misma escribía algo por medio del suave contacto interior que sin embargo incidía como un impulso en sus pensamientos y sentimientos.
Pero el demonio seguía por su propio camino, y poco a poco la fue dejando vacía, con ella disfrutaba de la vida terrenal y pronto habría llegado al punto en que podría actuar conscientemente en lo material.
Descendía cada vez más en la vida de ella, de vez en cuando correspondía su deseo de oír algo de su padre, pero mientras tanto disfrutaba de su propia diversión, del calor y de sentirse acogido en lo material, y sobre todo del amor anhelante de ella, que para él se convirtió en la verdadera vivencia.
Vivía por completo en su vida, daba paseos con ella por la naturaleza, comía y bebía y se iba a dormir con ella, lo que seguía ocurriendo astralmente, pero que recibiría conciencia material.
Ella ya no se sentía sola un segundo, pero le parecía magnífico, a sabiendas de que su padre era su ángel protector.
Sin embargo, un espíritu de la luz no escribe cada segundo de tu día, no accede a tus deseos o nuestra vida no avanzaría; no solo eso, sino que sería demasiado abundante.
Para esta comunicación es necesario una hora determinada.
Escribir una o a lo mucho dos veces por semana es suficiente, después tienes que vivir por completo tu propia vida, de modo que puedas desprenderte de todo pensamiento astral, o serás vivido.
Cuando sientes que dentro de ti vive un impulso que una y otra vez te incita a que te sientes, entonces estás ante fuerzas tenebrosas.
Te estás volviendo demente o una personalidad astral te ha elevado a su vida y ya te ha puesto bajo su poder tenebroso.
La mayoría de estas personas que quieren ser mediúmnicas, ni siquiera poseen el contacto necesario y escriben ellas mismas.
No obstante, hace sucumbir a los sensibles.
Los demás suelen hacer las sesiones ellos mismos, pues esas personas no viven nada, no conocen este peligro, y aun así tienen, según dicen, en todo momento del día contacto con su maestro, su ángel guardián o su médico espiritual, que les da consejos para todos los asuntos y achaques.
Como a sus perros y gatos le han puesto collares a este líder espiritual, de modo que en cualquier momento pueden tirar de las riendas, después de lo cual nosotros solo tenemos que venir.
Se nos dedican los pensamientos más baratos de todos; habrá a preguntarle un momento al maestro, el maestro les dará su consejo.
Y entonces llegan las tonterías.
Las personas de este tipo hacen sesiones ellos mismos al escribir lo que entre en sus pensamientos.
Desean poseer.
Usan nuestro mundo para su propia diversión vital, pero no se nos puede reducir a la charlatanería, por más glorioso y seguro que eso les parecería.
Me concentré en el monstruo y quería hacer que escribiera, pero a la vez ponerla sobre aviso de este contacto, y entonces descendí en los sentimientos de él.
Por medio de sus propios sentimientos escribí:
“¡Déjalo ya, o habrá accidentes!”.
Ya lo sentirás, ahora los tres éramos uno solo en sentimientos, y estábamos conectados entre nosotros.
Pero la reacción de ella no valía nada, por lo menos no en cuanto a mí.
Ambos se llevaron un susto tremendo, sobre todo el ser astral.
Lo sintió, y comprendió que había una sintonización más elevada.
La señora hizo trizas el papel y pensó:
‘Son espíritus burlones.
Claro, puede ser.
Un espíritu quiere escribir, pero es un espíritu burlón.
Quieren volver a desplazar a papá, pero eso no va a ocurrir.
Tengo que evitarlo’.
Comprendió ahora que no estaba suficientemente desarrollada.
Pero el demonio reaccionó de otra manera.
Este se concentró a la velocidad de un rayo y escribió:
“Buena eres, pero no más que yo
E ir a Jesús hasta que llegue mi fin
Todos los días
Jesús mío
En alguna parte nos veremos”.
Y lo hizo seguir por: “¿No ves, hija querida, lo que esto significa?
Pues léelo de arriba abajo, solo las primeras letras”.
Y la mujer, que se llamaba Betje, leyó “Betje”.

—Santo cielo, qué prueba tan magnífica, qué poema tan hermoso he recibido ahora —dice a su hermana.
Había recibido una prueba espiritual, y ¡de verdad esta era mediúmnica!
Y así era, claro.
Me concentré en el demonio y violador de su vida y volví a escribir:
“Betje, corres peligro, ¡déjalo!
¡Déjalo, por el amor de Dios!”.
Pero Betje no tenía ningunas ganas de dejarlo, solo que no lo comprendía.
No podía entender que después de semejante prueba se enfrentara otra vez con espíritus burlones.
Preguntó a su padre:
—¿No puedes encargarte, papá, de que no nos molesten?
El demonio escribió: “Otros nos envidian nuestro contacto, cariño”.
Y Betje tenía que vencer esta interferencia.
No obstante, debería haber sentido que algo no estaba bien, aunque su voluntad y fe eran infranqueables para nosotros.
En esto vivía conscientemente.
Poseía la sensibilidad para el don mediúmnico; aunque no pudiéramos alcanzarla para el contacto elevado, seguía planeando entre cielo y tierra, entre la vida y la muerte, y ¡eso le sería fatal!
El espíritu maligno escribió:
“Hago lo que sea para mi hija y seguiré protegiéndote, Betje.
Ahora duérmete tranquilamente, hija mía”.
Pero Betje preguntó:

—¿No puede ahuyentar a esos espíritus burlones, papá?
“Me encargaré de hacerlo, hija mía”, escribió ahora ella misma, pues mientras tanto yo había excluido al demonio para sus sentimientos.
Vivía ahora en una densa emanación de fuerza, un aura que levanté con rapidez, para liberarla de su peste antes de que se acostara, aunque me quedaba claro que volvería a atraerlo.
Entonces volvió a escribir su padre, y también eso fueron los pensamientos de ella misma:
“Qué bella que es nuestra vida, ¿no es cierto, hija?”.
Ella preguntó:

—¿Es usted muy feliz, papá?
“Sí, hija”.

Y ahora ella misma se contesta:
—¿Dónde encontrará mamá su lugar, papá?
Ahora el lápiz dudó.
Su mano se queda quieta y está inanimada.
Yo ya sabía que la madre las había dejado a ella y la hermana, que había comenzado una vida propia, de modo que la misma Betje no podía dar la respuesta a esto.
Constatamos ahora que esta escritura es la misma que la de la cruz y el tablero, pues no da animación a su mano.
Ahora la voluntad humana ha quedado completamente desactivada.
Y en este estado quería recibir esta criatura escritura espiritual...
No obstante, su deseo de recibir la respuesta era tan grande que todavía escribió:
“Ya lo verá”.
Ahora a ella misma le parecía suficiente, interrumpió el contacto, se acostó y esa noche se quedó dormida al instante.
Pero ¡el demonio, con ella!
Pensarás, “¿Por qué no la ayudó? Usted sí que tiene contacto, ¿no?”.
Pero ¿no sientes acaso, estimado lector, que estamos impotentes?
¿Tengo que continuar siguiendo la vida de ella?
La nuestra está irremediablemente detenida, no podríamos ya hacer nada más que protegerla.
Y si todavía le quedan treinta años de vida, esos años pasan para nosotros en el vacío, y sin embargo no alcanzamos nada.
Esa no es la intención de Dios, las leyes de Dios tienen que ser vividas.
Betje tiene que aprender que se quema las manos, pues las leyes ocultas exigen su peaje.
A partir de ahora, Betje ya no se sentía sola a la hora de irse a la cama, era como si la siguieran, como si alguien viviera cerca de ella, alguien que la espiaba, que en realidad la toqueteaba, ¡que incluso quería poseerla!
Y esos sentimientos se hacían cada vez más potentes; es más: al final dominaban su vida.
Su hermana no se daba cuenta de nada, pero Betje pensaba que era su padre que velaba por ella, que la seguía y apoyaba en todo, y que se encargaba de que pudiera dormir de maravilla.
Pero ¿esta noche?
¿Estaba papá toqueteándole el cuerpo?
Le palpaban los genitales, los presionaban, y era una mano fría y terrible, tanto que tenía ganas de gritar.
No obstante se controló, tal vez no eran más que imaginaciones.
¿Pero?
Esto ya no son bobadas, ya no es ayuda espiritual, ¿verdad?
¿Esto es...?
Incluso sus pensamientos eran interferidos, ya no podía pensar bien cuando quería saber lo que vivía en su interior y cerca de ella.
Se controlaba, pero la sensación terrible se hacía cada vez peor.
Cuando apagaba la luz y quería acomodarse bajo las mantas, cuando buscaba una postura cómoda, alguien yacía a su lado.
Volvía a sentir esa mano como un témpano y el sudor frío le empezaba a cubrir el cuerpo; después otra vez comenzaba ese toqueteo aterrador.
Algo horroroso había entrado a su vida.
Peor tal vez tenía que aguantar esto y todo sería diferente después.
Ahora el demonio está más tranquilo y más preparado para todo, y sin embargo esto tenía que terminar o la volvería completamente loca.
Betje parecía un fantasma, tiene los ojos hondos cubiertos por un velo; miran el mundo pero sin ver nada.
Vive fuera de su conciencia diurna, para nosotros ya ha cruzado el umbral del mundo astral y ahora tiene que vivir todo lo que sea humanamente posible si queremos despertarla de golpe para esta miseria.
Vemos cómo van disminuyendo sus fuerzas; aun así no puede evitar escribir, está poseída por ello.
Betje se arrastra y se viene abajo.
Vive entre sus dudas y el amor por su padre.
¿Sí será papá?
¡Claro que lo es!
Porque escribió él, y aún recibe con frecuencia semejantes poemas hermosos.
A su hermana le parece que tiene mal aspecto y que sería mejor que lo dejara.
Ya no hay noche en que pueda dormir, durante la noche siente el cosquilleo por su cuerpo, pero piensa ahora que son los nervios, tanto más porque su padre quiso decírselo.
Pero ¿lo otro?
¿Qué es?
“¡Pero si yo siento puramente, papá, que...!”.
Pero no quiere tener a su padre esperando, quiere servir, servir para ese mundo y convencer a otra gente de la pervivencia eterna.
Esos sentimientos la mantienen despierta, pero a la vez le impiden dejar la escritura.
En este cuerpo viven dos personalidades, la verdadera es la sombra de la imagen paralela que ahora domina.
Esa vida ve, mientras que Betje tiene ojos que no ven.
Ella va de mal en peor.
El ser astral puede vivir esta unión, pues la vida de ella es el contacto para él.
Pero Betje vive los deseos de la personalidad astral y las leyes de su mediumnidad.
Ella está vivita y coleando, y a la vez mortalmente enferma.
Betje llega a él y él a ella, y en este camino, que la lleva entre la vida y la muerte, se han encontrado.
Tiene que aceptar ahora que su cama está siendo habitada y que por ahora esto seguirá siendo así.
No puede remediarlo, pues ha compartido su vida con el monstruo.
Por fin se rebela, de pronto se asusta de sí misma, porque hace cosas extrañas.
¿Se ha vuelto demente?
Su vida le da asco, ya no se conoce a sí misma y empieza a pensar.
Y ahora podemos ayudarla, ahora ha vivido los grados más hondos de su miseria, el demonio ha despertado de golpe su propia protección.
Empieza a sentir que no es su padre y que quiere vivirla un espíritu burlón.
Es eso, no puede ser de otra manera.
Y nosotros reforzamos esos sentimientos en ella.
Pero este juego ya ha durado cuatro meses.
Es un milagro que Betje sepa ya que ha sido engañada, pues otros se enteran solo mucho después, pero entonces justamente ya es tarde.
Esa noche ya no la olvidará el resto de su vida.
Su lucha con el monstruo ha empezado, pero ahora la ayudaremos nosotros.
Una noche, sale volando de la cama como una demente total, ya no aguanta más.
Su hermana prende la luz, pero Betje ve en la oscuridad, al correr no choca con nada.
‘Algo la persigue’, piensa su hermana cuando prende la luz.
Betje se siente desesperada, pero todavía puede pensar, sigue siendo ella misma.
¡No le queda más opción que controlarse!
—Pero ¿qué es lo que te pasa, mujer? —pregunta su hermana.
—¿A mí? —dice, ofendida, ahora que siente que su hermana no comprende nada—.
Juego a la zorra calientacamas.
Su hermana despierta, se frota los ojos para espantar el sueño y dice:
—Deberías avergonzarte, pegar voces así en plena noche, es vergonzoso.
Tienes que ir a dormir tranquilamente.
—No me atrevo.
—Entonces ven, duerme en mi cama.
Betje lo hace, pero no está sola, también en esa cama la toquetean y están chupando de ella hasta dejarla vacía.
Es tremendo lo que tiene que vivir; algo invisible, como una mano, la agarra, hace algo de lo que nunca antes había sabido.
Es horroroso.
Las manos del monstruo astral se van haciendo más robustas, ya está padeciendo un abrazo material y otra vez sale volando de la cama.
Pero en ese mismo instante su hermana ve algo que la despierta de golpe y por lo que comprende que las cosas van en serio.
El demonio hace que se agite la cama de un lado para otro.
Betje, que ya había salido huyendo, siente que la golpean contra la pared y se queda tendida un momento.
Grita por ayuda, el animal la ha abrazado y ella vive esa horripilante caricia.
Su hermana lo ve y lo siente, y piensa: ‘Contra esto solo un remedio puede ser eficaz, y es rezar.
Es Dios quien tiene que ayudar’.
Se tira al suelo y ruega por ayuda.
Ahora podemos proteger a Betje de la perdición completa, porque su vida interior reacciona.
Pero su hermana ha de saber lo que tiene que hacer.
Le mostramos a alguien de quien ha oído.
En el momento en que comprende lo que se desea de ella, piensa que Dios o su propio ángel guardián le han dado la imagen.
Mientras tanto, nos hacemos uno solo con Betje.
Su padre se encierra en la vida de ella y velará por su hija.
Más adelante lo relevaré.
Betje se serena, se acuesta, todavía temblando y estremeciéndose de miedo, pero se tranquiliza, al ver que su hermana se ocupa de ella.
Mi maestro está en la tierra y posee un instrumento.
Este médium tiene que ayudar aquí.
Ese mismo día van a solicitar su ayuda, y podemos empezar con el trabajo de liberar a Betje.
Cuando entramos con el médium, ella tiene aspecto de muerta aparente.
Tiene los ojos hundidos en las órbitas.
Nos ve con ojos como de vaca, aunque incluso con más asombro, pero mira a través de todo.
Completamente atontada y exhausta de la tremenda lucha se siente destruida en lo corporal y espiritual, y ahora se entrega dócilmente.
Esta lucha, del mal con el bien, la gana mi maestro en un lapso corto.
Luego durante medio año Betje recibió tratamiento por su sistema nervioso quebrado y se sintió curada.
Me forcé la entrada a su aura, continúe conectado con ella como cuando escribía.
Me encargué de vivir su propia vida; el remedio si queríamos liberarla por completo de esta miseria astral desde nuestro mundo.
Si sientes esto bien, comprenderás mi estado.
Podía seguir todo de su vida y protegerla contra el intruso.
Captaba todos sus pensamientos, y además los del monstruo astral.
Mi maestro y su instrumento fueron reconstruyendo su sistema nervioso, pero primero el demonio tenía que ser desterrado de su vida.
En la vida de esta criatura adulta vivían dos seres astrales, uno para destruirla y otro para ir construyéndola.
Se puede escribir todo un volumen sobre la manera en que lo hice, pues viví otras dos vidas además de la mía.
En esta miseria se me habrían revelado todas las leyes astrales si todavía no las hubiera conocido.
Se convirtió en una escuela para mí y para su padre, que me seguía en todo, aunque todavía no poseyera las fuerzas para este trabajo, puesto que si no, habría podido hacerlo él mismo.
A Betje ya no se le concedía escribir, se le prohibió enseguida.
El médium la sometió a su radiación y con este fluido espiritual mi maestro construyó un muro espiritual y al mismo tiempo expulsó al demonio de su aura vital.
Poco a poco, este se va sintiendo separado de la vida terrenal.
Para él, la tierra y Betje se convirtieron en una emanación, como esta criatura lo había vivido por el demonio.
Betje volvió a la tierra y él a su propio mundo, el infierno en nuestra vida.
Después de cuatro tratamientos, Betje podía dormir de nuevo.
El demonio todavía le complicaba las cosas, pero ella estaba completamente consciente y el demonio se vio privado del contacto.
Ya vivía en una densa niebla, que mi maestro había elevado, poco a poco, pues las prisas nuevamente eran malas.
Y Betje ya era capaz de ofrecer resistencia.
Yacía allí, completamente exhausta, para descansar, pero podía respirar de nuevo, y su hermana comprendió que el mayor peligro había pasado.
Cuando el demonio quedó expulsado de su cuerpo hasta este punto, seguimos adelante.
Entonces blindamos su cama, luego la habitación, después la casa completa, y luego esta fuerza tenebrosa ya no podía alcanzarla.
Betje se sentía cada vez mejor, pero desde nuestro mundo veíamos que el monstruo acechaba para volver a embestirla en cuanto tuviera oportunidad.
Se advirtió a su hermana.
Tenía que salir con ella, pero no más lejos del final de la calle.
Allí Betje sería atacada otra vez.
Lo hace, Betje no tiene idea, llega a la esquina, donde él tiene la oportunidad de volver a embestirla.
Su hermana tira de ella y la saca del peligro, y vuelve a casa.
Cuando le pregunta a Betje por qué gritaba así, esta dice:
—Pues, allí está otra vez.
—¿Dónde? —pregunta la hermana.

—Allí, en esa esquina.
De pronto fui asaltada.
Quiso estrangularme.
Su hermana tuvo que aceptar que el otro lado había blindado la calle, pero Betje tenía que recuperar su libertad completa.
Solo entonces podría sentirse curada.
En casa se sentía normal otra vez, pero no se atrevía a salir de la calle; el demonio seguía esperándola.
Como un felino estaba al acecho y seguía esperando, hasta que el espacio lo obligó a abandonar sus deseos o intentar llevarlos a cabo en otra parte.
Cuando mi maestro estuvo listo con eso, Betje se sintió sana y nos fuimos.
Un no iniciado en las leyes astrales pensará tal vez: ‘¿Por qué no la blindaron de una vez?’.
El iniciado, que conoce más de estas leyes, sigue leyendo y siente que las leyes ocultas han sido vividas de manera natural.
Sin embargo, el no iniciado ha de saber que a Betje se le dio a vivir su lección de vida, porque esto la protegería de un mal incluso peor.
Estaba en el umbral de las leyes ocultas, de la vida espiritual, y quien haya vivido eso ya no olvidará el sentimiento jamás.
Tarde o temprano Betje habría sido asaltada nuevamente por el demonio.
¡Ahora significaba para ella experiencia!
Te hablé de esto, ahora pude demostrártelo.
La experiencia es posesión, con eso vas construyendo la conciencia más elevada, tu experiencia vital se convierte en sabiduría vital.
Por medio de esto, su vida llegaría a crecer y florecer.
Primero era necesario que le subiera el agua oculta hasta el cuello, y solo entonces se nos concedió intervenir.
Y es que el otro lado nunca interviene antes; el último momento de todos tiene que ser decisivo.
Para Betje, esta vivencia se convirtió en concienciación.
Ningún demonio volverá a ser capaz de abrazarla, ella aprendió gracias a esto, comprendió ahora que las leyes ocultas le abrieron las puertas del manicomio.
Las leyes ocultas golpeteaban las puertas de su propia prisión, y si se hubieran abierto, habrían cerrado el paso a la vida material.
Eso lo aprendió Betje, y sintió la realidad que implicaba.
La devolvimos a la realidad, al estado en que vivía antes de que empezara a escribir.
Vivía en esto cuando el demonio la hubo elevado a su vida.
¡Y es lo que vive cada persona demente!
Por medio de un tratamiento astral magnético, toda persona demente vive los mismos fenómenos que antes, previos a los fenómenos.
Es la vuelta de la conciencia al estadio humano normal.
Se va depositando una piedra tras otra, así el maestro del médium sanador construye un muro espiritual alrededor del enfermo, y ahora tira de vuelta a esa vida al yo de la conciencia diurna.
Pero cada pensamiento erróneo de Betje volvía a destruir ese muro.
Sin embargo, día y noche rezaba por protección, y ahora la recibiría de su padre.
Betje había cambiado su amor, ya no deseaba, y comprendió que había llegado a estar poseída por eso.
Su amor astral había sido arrancado de su vida.
Miles de mujeres se precipitan hacia su propia perdición por estos deseos.
Sin embargo, estos son completamente naturales, pero cuando poseen la sensibilidad espiritual mediúmnica el yo astral y el amor se les acercan, y viven la unión espiritual.
Tus manicomios están llenos de ello.
Todas estas personas, hombres y mujeres, todavía tienen que despertar para la vida material y tienen que asimilar la protección material, que por lo tanto es un grado de vida.
Estas vidas se viven.
En su cuerpo vive otra vida, que domina el yo de la conciencia diurna del enfermo.
Esa personalidad mira hacia fuera, el dueño (la dueña) está encerrado (a) en las tinieblas y ya no ve la luz diurna, es prisionero (a) en su propia casa.
¡Los dones espirituales nos llevan a través de la demencia!
Por lo tanto, todos tus dementes viven entre dos mundos, también los médiums viven estas leyes o nunca se liberarán de su propia vida y la comunicación está fuera de cuestión.
Los inconscientemente sensibles —porque un médium lo es conscientemente— todavía tienen que asimilar la conciencia terrenal, pero ahora se hunden en esta vida.
Debido a esto entran en la mediumnidad enferma y son anormales.
El médium tiene que vencer estos mundos enfermizos e inconscientes y vivir todas estas leyes, y seguir siendo sí mismo en esto.
Es decir: todos tus dementes son mediúmnicos, pero ¡esta sensibilidad es inconsciencia!
Por lo tanto queda muy claro que todas esas personas todavía tienen que conquistarse el mundo existencial material.
En la vida normal de la conciencia diurna estas personas no saben nada de clarividencia o clariaudiencia, pero cuando deponen la conciencia diurna y se asoman los trastornos espirituales, se manifiestan a la par los dones espirituales.
Ahora ven y la mayoría son clariaudientes, se habla en su vida, se les cuenta de todo, en ocasiones miran hacia adelante, pero para la gente consciente sueltan incoherencias.
Estas almas todavía no pueden ser sondadas, no obstante, estas vidas no son profundas cuando conoces los fenómenos ocultos y puedes constatar el grado de vida de estas personas.
Betje se había vuelto clarividente por su enfermedad, por esta conexión astral, y ahora ves que el otro lado tiene los dones en sus propias manos.
En este estado puedes ver lo elevado y lo bajo; sin embargo, una cosa te lleva hacia arriba, la otra —que es lo inferior— te lleva al manicomio.
La clarividencia sana es la vivencia consciente de los dones espirituales, la otra significa debilidad, inconsciencia, porque si estas personas fueran conscientes, no se hundirían, sino que conservarían su yo de la conciencia diurna.
¡Ahora se disuelve por completo!
Ahora ves cómo todos estos grados están, a pesar de todo, en conexión unos con otros, y que uno atrae a otro, lo que sin embargo se establece por los rasgos de tu carácter.
Estas sesiones son peligrosas para los que poseen de alguna manera la sensibilidad mediúmnica; otros también escriben, pero no viven nada y escriben ellos mismos.
Claro, hay personas que poseen el contacto espiritual con sus familiares, pero entonces la sabiduría astral no se eleva por encima de la propia conciencia, porque no pueden procesar el contacto elevado, ni poseen esa otra sensibilidad.
Solo uno entre miles de médiums tiene algo que contarte, ¡el resto se vive a sí mismo!
Para ellos, el don espiritual es como tu aguja en un pajar, como una gota de agua del mar vital.
El otro lado tiene que poder dominar tu vida, ¡y no tú a nosotros!
Solo así llegaremos a la unión espiritual también para este don.
No entres al juego cuando piensas sentir algo que desconoces y que te es invisible, que toca tus sentimientos y los pone a vibrar, porque puede ser tu perdición.
La mediumnidad es sagrada como lo era el contacto espiritual de los apóstoles, pero entonces tienes que saber vivir los dones espirituales por medio de un espíritu de la luz, o te llevará a la miseria.
La mediumnidad escritora es uno de los dones más hermosos, porque el otro lado puede ahora transmitir la propia vida, lo que significa felicidad para ti y para otros.
Cuando albergas sensibilidad, llegamos a ti y vivirás los milagros espirituales.
El médium por medio del que consigno todo esto posee esa sensibilidad.
Vive en el cuarto grado para los dones, por medio de él podemos alcanzar todo lo que nos hemos propuesto.
Esta escritura ocurre inmediatamente en la máquina y al margen de la conciencia propia del médium.
Ahora él vive en nuestro mundo y se ha desdoblado, está allí con el maestro Alcar mientras que yo estoy consignando este libro por medio de su organismo.
¿No es sencillo?
Pero ¿cuántas leyes hemos tenido que vencer para esto?
Él tuvo que vencer las leyes para los dones, las leyes ocultas, y asimilarlas, si queríamos evitar que sucumbiera bajo su trabajo.
Gracias a su sensibilidad ha llegado a conocer los infiernos y los cielos, e incluso el origen de la creación, todos los grados en este espacio, gracias a que posee las grandes alas.
Ahora ya no hay interferencias, las hemos vencido.
Ahora puedo trabajar en este libro y transmitir todo lo de nuestra vida respecto de los dones espirituales, mientras que mi maestro vive con él en las esferas, donde le da otra vez sabiduría nueva.
Escribo con velocidad porque quiero estar listo en poco tiempo y porque quiero evitar cansancio innecesario.
Por medio de él, el otro lado escribió tres libros en ocho semanas y cada libro es en sí una obra de vida.
Y cuando sabes entonces que para la sociedad él es tonto, que no conoció escuela como la tuya, que nació en un pueblito, seguramente que sentirás respeto ante este suceso, ante lo inmaculada que es esta escritura, pues proviene directamente de las esferas de luz.
¡Por eso cada libro es un documento espiritual para ti y para nosotros!
¿Podría haberlo hecho por sus propias fuerzas? ¿Haber representado nuestra vida de esta manera?
Te aseguro que esto no es posible, sucumbiría bajo su carga cósmica, pero lo ayudamos a cargar.
Gracias a nosotros recibió esta conciencia enorme, ahora puede vivir las leyes astrales y mantenerse en pie durante la vida terrenal.
Mi maestro fue con él a las esferas de luz y al volver a la tierra lee lo que escribí durante su viaje espiritual.
Aproveché las horas que me habían sido destinadas, y además de lleno, por lo que no se perdió ni un segundo.
Por lo tanto desconectamos su conciencia por completo, lo que es el grado más elevado para esta escritura, y lo que únicamente conoció el Antiguo Egipto.
Mientras tanto, mi maestro lo lleva a las esferas de luz o hacia aquello que tiene que aprender, pues su desarrollo continúa.
Todos los templos de este lado están abiertos a él, pues sirve al otro lado, a los maestros de las esferas más elevadas.
Los médiums más grandes del Antiguo Egipto han conocido y recibido esta mediumnidad, porque también ellos servían y tenían que llevar a cabo una tarea para la humanidad.
También ellos se desdoblaron de su vestidura material por los maestros de este lado, y trajeron la sabiduría espiritual a la tierra.
Sus jeroglíficos te muestran hasta dónde han llegado.
El instrumento por medio del que escribo vive esta gracia, aunque incluso ahora mantenemos los dones bajo nuestro propio control.
Pero vive las leyes astrales como no pueden vivirse en Oriente, porque esto ocurre completamente al margen de su propia conciencia.
El maestro Alcar desarrolló para mí y para otros su instrumento y ahora podemos hacer sonar esta vida interior y material.
Vuelvo a ser alumno del maestro Alcar y por eso puedes ver que nuestras vidas tienen que adaptarse unas a otras.
Nuestro instrumento vive en la tierra; nosotros vivimos de este lado, y sin embargo somos uno espiritualmente.
Por eso hemos salvado el abismo que se abre entre la vida y la muerte.
Ahora sus sentimientos han quedado desactivados en un setenta y cinco por ciento, solo le queda el veinticinco para alimentar su propio cuerpo, si no este moriría materialmente.
El cordón fluido que conecta ambos cuerpos se encarga de esto y lo mantiene conectado con su cuerpo.
Cuando este se rompa, el alma ya no vuelve a la tierra.
Pero me mantengo conectado con mi maestro y eso a su vez es necesario para poder interceptar eventuales interferencias.
Hemos erigido un muro espiritual alrededor del médium y ahora ninguna personalidad astral puede percibirnos.
Me mantengo en esto hasta que el médium me releve de estar a cargo del organismo.
Pero mientras tanto llegan enfermos, pues también es médium sanador.
Y son interferencias reales, y que no obstante tienen que ser vencidas.
Ahora en realidad el instrumento tiene que tratar a los enfermos, pero no vive en su cuerpo, no está en la tierra.
En esto el maestro Alcar se ha superado a sí mismo y ha establecido una conexión que es cósmicamente profunda.
Cuando llegan los enfermos me sintonizo con mi maestro y protegemos el organismo con el médium.
El enfermo entra donde nosotros.
Abandono mi rinconcito y el médium vuelve a su organismo en un cincuenta por ciento, permaneciendo sin embargo con su maestro en las esferas.
El maestro Alcar le enseñó a asimilar esta división de personalidad, como lo aprenden los médiums orientales, siguiendo un estudio para ello.
Desde allí el médium se sintoniza ahora con su cuerpo y me envía sus propias fuerzas, de modo que ahora puedo actuar conscientemente para él y, en caso necesario, curar a los enfermos.
Los enfermos no dudan en absoluto que hablan con el médium, nada ha cambiado, aunque el médium viva con la mitad de sus fuerzas en mi vida.
Vivimos ahora en el estadio semidespierto material y espiritual.
Gracias a su ayuda paso a la acción, irradio a los enfermos y les doy mi aura y la del médium, hasta que esté listo y pueda continuar con mi escritura.
Una y otra vez nos molestan los enfermos, y sin embargo tengo que consignar mis capítulos y escribir el número de páginas, si no toma demasiado tiempo y nos excedemos en agotar al organismo.
Pero tal vez puedas imaginar lo que hace falta para esto; sin embargo, lo efectuamos.
Pensarás, ‘¿Por qué escribes bajo semejantes interferencias? Mejor haz las cosas con calma’.
Pero el médium encuentra su existencia gracias a la sanación.
Con los libros no gana nada.
¿Lo sientes? ¡No tenemos otra opción!
No obstante, llegará el momento en que podamos transmitir nuestra sabiduría con toda tranquilidad, pero entonces el don para la sanación será detenido.
Si lees esto, ya hemos llegado a ese punto y también pasamos a los demás dones, de los que ya oirás.
El trabajo no nos deja cansados y el médium tampoco siente nada cuando vuelve en su cuerpo, al contrario, estará fresco y alegre, debido a que las esferas de luz han bendecido su vida.
En realidad no conocemos límites en esto, y todo esto por la posesión recibida del maestro Alcar.
Todos los libros de mi maestro se escribían de esta manera.
Ni un solo escritor terrenal podría hacerlo, no permite que mientras escriba se le moleste de esta manera, así que hemos tenido que adaptarnos.
Mi maestro ha tenido que vencer todas las leyes astrales, para que el médium recibiera las grandes alas.
Y gracias a la sanación ha podido demostrar que el otro lado es capaz de ayudar a los enfermos, y sobre todo por medio de esto dio pruebas el maestro Alcar.
Demostró que te espera la vida eterna.
No es que solamente se nos concediera sanar a gran cantidad de personas, sino que miles de ellas ya fueron convencidas de la pervivencia eterna, y conectadas con sus seres queridos, lo que les dio el otro lado.
Para esto nuestro médium se entregó dócilmente a su maestro, pero a cambio recibió la conciencia cósmica, que todo Oriente le envidiará.
Hemos tenido que vencer gran cantidad de leyes, pero lo ves: la escritura espiritual te llega sin falsificaciones, sin haber sido influenciada por nada, ¡ocurre al margen del médium!
Aquello que yo consigno tiene que hablar a tu vida de manera clara.
La vida interior de este médium es como la de tu hijo; cuanto más infantil, mejor para nosotros y para el contacto espiritual.
Usamos ahora un idioma que pertenece a su vida y que le calienta el corazón, el idioma de sus propios sentimientos, pues también en esto observamos las leyes naturales, para evitar que sea molestado en las esferas porque influyo demasiado en su veinticinco por ciento de sentimientos vitales.
No nos complace —como sí era el caso en el Antiguo Egipto— ahondar materialmente el idioma, hablamos en un idioma sencillo al hijo de Dios que no ha ido a la escuela y a ti como intelectual, pues de cualquier manera la materia ya es suficientemente profunda.
Hablamos a todos los grados de los sentimientos.
Cristo te dijo a ti y a nosotros:
“Dejen que los niños vengan a Mí, pues suyo es el reino de los cielos”, y es lo que nosotros vivimos y aplicamos.
Aquí la palabra la lleva un niño; un niño habla de tu pervivencia eterna, de las leyes más profundas de Dios, y posee ahora la sabiduría “universal”.
Tratamos los problemas más profundos que jamás se hayan tratado por el otro lado y eso por un niño en el espíritu, un sencillo de corazón.
Pero para este niño están abiertas las esferas de luz.
Cristo llamó a su lado al niño adulto y este le sirvió como apóstol, pues el niño puede entregarse perfectamente.
¡El niño no piensa por sí mismo!
Ahora nuestro médium está dormido y sin embargo vuelve a estar consciente.
¿Lo sientes?
¿Entiendes lo que quiere decir?
¿Puedes intuir lo fantástico de este estado?
¿No es lo más elevado para ti como ser humano en la tierra, lo más elevado que pueda darte Dios?
En el Antiguo Egipto vivían los médiums más grandes de todos en su estado, y también ellos habían nacido para su tarea.
Esos médiums traían sabiduría a la tierra y también ahora el otro lado está en vías de elevarte en la vida después de la muerte.
Te analizamos las leyes astrales y ocultas; los egipcios ni siquiera podían procesar esto, por más que esos sacerdotes hubieran alcanzado una altura enorme.
¡Ahora vamos incluso más hondo!
En el Antiguo Egipto, los sacerdotes simbolizaban la escritura recibida, nosotros ahora te lo ponemos tan sencillo que lo comprendería hasta un niño: no encontrarás una sola palabra erudita en todo este libro.
No te asaltamos con sabiduría material, pues cada ley habla a tus propios sentimientos.
Pues bien, somos infantilmente sencillos en lenguaje y estilo, y sin embargo sobrenaturalmente sensibles, ¡la escritura recibida te pone ante las leyes de Dios!
Por fin ha llegado el momento en que te podemos transmitir nuestra sabiduría.
Hace no mucho a nuestros médiums se les quemaba vivos.
Esa pobreza espiritual tuvo que ceder su lugar a una conciencia más elevada.
Para esa conciencia te transmitimos nuestra sabiduría vital de manera natural y sencilla.
El oriental busca él mismo, ¡este médium recibe!
No quiere ser ni significar nada.
¡Sirve!
Y para eso recibe lo más elevado para la tierra y nuestra vida, ¡la conciencia cósmica!
A los egipcios les hacían falta sus ceremonias para llevar a cabo algo para el contacto espiritual, la luna tenía que darles inspiración antes de que hubieran llegado al estadio deseado y todo el otro ajetreo místico suyo, pero ahora estamos en el punto en que elevamos en nuestra vida a aquel por medio del que trabajamos mientras da su paseo al aire libre, y lo desconectamos y desprendemos por completo de la vida terrenal.
Sin interferencias llegamos a ser uno con él y pasamos a la acción; podemos intervenir cada hora, cada segundo.
¡El Antiguo Egipto no conoció este contacto!
Es por eso que al médium occidental no se le dio nada en sus manos, pues el otro lado aprendió en aquel momento.
El médium occidental vive nuestra vida, nosotros traemos nuestra sabiduría a la tierra, pero nos encargamos de todo.
Nuestro instrumento sabe que no es nada, que no posee dones, pues están ahora bajo el control de su maestro.
Los egipcios querían asimilar las leyes espirituales y esto fue también su desgracia, ¡fue la perdición del Antiguo Egipto!
¡La bendición de Dios descansa sobre nuestro trabajo!
Aun así, los dioses del Antiguo Egipto se desvanecieron.
Nosotros servimos al “Único” Dios.
Los egipcios amaban a miles de dioses y también en eso seguían siendo inconscientes.
En el último instante de todos llegaron a conocer allí a tu Dios, pero entonces justo llegaban tarde.
Nada más sentarse nuestro instrumento se hunde en el trance psíquico.
Su maestro tuvo que desarrollar primero ese trance, pero también este quedarse dormido del organismo y el desdoblarse están en manos de su maestro, ¡el médium posee únicamente la sensibilidad!
El médium egipcio quería poseer y asimilar el desdoblamiento, lo que fue vivido por un sinnúmero de sacerdotes, pero esto hizo que perecieran.
¡Ahora evitamos toda esa miseria!
Es tan claro como lo es tu conciencia en el grado propio que hemos mantenido bajo nuestro propio control todas esas posibilidades, pues los médiums más grandes del Egipto Antiguo se perdieron a sí mismos.
También es verdad que en la tierra no viven miles de médiums de estos; si fuera así, desencadenaría una guerra en el ámbito espiritual y se generaría un gran caos.
¡Traemos evolución y no una revolución!
Y esto dice más que suficiente: estos médiums han nacido para su tarea.
Sirven para una orden espiritual en nuestra vida.
Y los maestros deciden quién es apto para ello y nacerá para esta tarea en la tierra.
¡Puedes aceptarlo, pues ahora es una misión espiritual!
Se me dio la gracia de poder servir para mis maestros, tu país recibe esta sabiduría.
Nuestro médium nos sirve a ti y a nosotros.
Él representa a los maestros más elevados en nuestra vida, pues sirve para el “Siglo de Cristo”, que ha empezado ahora.
Al dejar fijada la escritura en la máquina de escribir evitamos los pensamientos y sentimientos propios del médium.
Cualquiera puede escribir, manejar la pluma, ¿no?, pero ahora hemos neutralizado por completo esa conciencia.
No queremos despertarlo en nada, pues no entiende de esta escritura.
Y a eso se añade otra cosa, lo que resulta en que podamos transmitir nuestra sabiduría por medio de este instrumento, y que es en realidad la fuerza para sus sentimientos.
Antes de que pudiera empezar con esta tarea, este instrumento vivía en el Antiguo Egipto, y allí ya era un sacerdote erudito, un maestro para otros.
(Lee acerca de esto en el libro: ‘Entre la vida y la muerte’).
En esa vida se han asimilado las leyes y el sentimiento para esta mediumnidad.
Pasaron muchas vidas en las que tuvo que completar otras tareas.
Ahora despertó en él la vida egipcia, está consciente esa maestría y se considera que es capaz de llevar a cabo esta tarea para el otro lado.
Pero de este lado vivía en la primera esfera, aquí vivió primero las leyes astrales con su maestro, juntos visitaron los infiernos y los cielos y los sistemas planetarios, después de lo cual volvió a la tierra como alma y donde su maestro lo abrió para la tarea de ambos.
Ahora llevamos en ello ya muchos años.
Su maestro escribió diez libros a la humanidad por medio de él, sobre los que descansa la bendición de Dios, porque los dos sirven.
Si lees todos esos libros, tendrás una imagen completa de este contacto espiritual y de cómo se originó.
Solo entonces podrás agradecer bien a Dios esta sacralidad y la felicidad de que esta sabiduría haya llegado a tu vida.
En estos sentimientos está presente por tanto el sentimiento mediúmnico, la sensibilidad espiritual; esta alma ha tenido que asimilarlo a lo largo de numerosas vidas.
No pudo terminar su tarea en el Antiguo Egipto, ahora continúa con ella el otro lado.
Lo que haya sido hecho para el bien, es decir, para Dios, no se ha hecho en vano; lo que se haya originado en amor sigue y es indestructible.
Pero ahora continuamos aún más, con más profundidad y conciencia, que lo que hemos podido vivir allí.
Entonces estábamos como sacerdotes envueltos en un hábito blanco con insignias de una orden sacerdotal, meditábamos día y noche, y no éramos molestados en nada; ahora nuestro instrumento vive entre la gente y es normal en todo y por completo él mismo.
Ahora hemos vencido al Antiguo Egipto en todos los grados de las leyes ocultas y para los dones espirituales.
Ahora estamos conectados conscientemente con la vida después de la muerte, hemos conocido el espacio y sabemos cómo los planetas describen sus órbitas; algún día fueron grandes misterios para nosotros y no significaban más que eso.
No es posible elevarse más que esta mediumnidad, en esto nosotros y el médium terrenal vivimos lo más elevado de todo.
Por eso sabemos con tanta certeza que solo algunos de estos médiums viven en la tierra, que sirven para los maestros más elevados.
Dios nos dio a los humanos estos poderes y fuerzas milagrosos porque hemos aprendido Sus leyes y queremos ayudar a toda la demás vida a llegar al despertar espiritual.
El Antiguo Egipto conoció la vivencia de las leyes que dominan tus vidas de la tierra entre la vida y la muerte; nosotros te traemos la aclaración espiritual de ello, para que vayas a donde fuimos nosotros, a aquello hacia donde Cristo te mostró el camino.
¡Es la pervivencia eterna!
Las fuerzas por medio de las que consignamos todo esto son una gran gracia y un regalo divino; para el Antiguo Egipto, las “grandes alas”.
Este trance, estimado lector, toca tu sueño, y sin embargo es el estado despierto para el alma.
El cuerpo duerme a media fuerza y aun así también está activo.
¿Lo comprendes?
Es decir, llevamos al médium a través del sueño material hacia otra conciencia.
Más adelante, cuando te aclare tu sueño y sigamos a un mago en su vida constructiva, te quedará claro.
Gracias a este milagro es posible para el otro lado llegar a la tierra.
Por lo tanto, todos estos medios viven en el organismo y en la vida del alma, y como ser humano los tienes en tus manos.
Ahora tu grado de los sentimientos tiene que decidir hasta dónde has llegado en sentimientos, y ese grado de vida constata tu propia conciencia para nuestra vida.
Todo esto vive en cada ser humano y sin embargo, ¿qué se sabe de ellos en Occidente?
Es decir que Oriente se te ha adelantado mucho.
¡Oriente sintió que el ser humano constituye un gran milagro!
Esto es el trance psíquico; el físico funciona de otra manera y también se vive de modo distinto, lo conoceremos más adelante.
El físico fuerza al médium a quedarse dormido, solo entonces se pueden realizar los fenómenos, el psíquico te da el conocimiento astral.
Aun así, ambos fenómenos, como sueño, que son impuestos, forman a su vez también un don espiritual, por el que nosotros podemos trabajar como espíritus, como personalidades astrales, para llegar a la unión.
Nosotros vivimos en las leyes astrales y el médium las padece.
Es Dios quien nos dio, a ti y a nosotros, esta gracia.