Prefacio

Estimado lector, estimada lectora:
Este libro también lo recibí del otro lado.
La inteligencia que me lo transmitió me la trajo mi líder espiritual Alcar.
Aquel le permitió que me contara de su vida, de cómo murió en el campo de batalla en los días de mayo de 1940 y de su entrada en la vida espiritual.
Que este libro también pueda contribuir a que te convenzas de tu propia vida “eterna”.
J.R.