Que me haya sido dado a mí poder hablarte por medio de un instrumento terrenal significa para mí una gran gracia por la que le estoy muy agradecido a Dios.

En la tierra, jamás habría podido creer en esta posibilidad.

Mi padre, que me estaba esperando y que me ayudó cuando entré en la vida del espíritu, está aquí junto a su alma gemela, y se quedarán conmigo hasta que el libro haya quedado plasmado.

A ambos les doy las gracias desde el fondo de mi corazón por todo lo que he podido recibir de ellos durante mi vida en la tierra y aquí, al otro lado de la tumba.

Tan solo ahora veo lo sencillo que es hablar por medio de un instrumento terrenal cuando está preparado para este mundo.

Ya en la tierra busqué junto a mi padre el contacto inmaculado, verdaderamente espiritual, pero fuimos engañados demasiadas veces.

Y por fin llegó el momento en que se me concede empezar a contar.

El maestro dice que debo transmitir todo lo relacionado conmigo y con mi padre, porque vale la pena y tiene un significado.

Es el don más hermoso que Dios me pudo dar.

Es por eso que inclino la cabeza profundamente.

Espero de corazón que el libro llegue a muchos y los convenza de las verdades sagradas que contiene.