Las leyes divinas de amor para el universo

Si ustedes, hermanos míos, quieren calar la cosmología de sus vidas y para el universo, y ver cada grado de vida para la justicia divina y la vida amorosa, entonces han de aceptar el divino ser uno como las primeras leyes para cada una de las células, para cada chispa, pero por lo que dan un paso hacia delante los grados de amor armoniosos.
Para descender hasta ese amor, los maestros más elevados nos conectarán, después este ser uno universal llegará a las conciencias de ustedes.
De esta manera convencemos a la criatura de la madre tierra, y llegamos a la unión de alma en alma, de sentimiento en sentimiento; después nos habla la personalidad como la concienciación espiritual.
Hay milagros divinos a nuestro alrededor.
Pero el ser humano es el milagro más imponente que ha creado Dios.
Cuando la criatura de la tierra habla de: “Dios creó al ser humano a su semejanza”, entonces el ser humano es de una profundidad inconmensurable y no tan mezquino como el pastor protestante ve a esa vida, pero entonces ¡nos encontramos ante los espacios que le tocó vivir al alma como ser humano, y que algún día vencerá!
Por lo tanto, la criatura de la tierra todavía no conoce estos milagros, aunque el erudito sea capaz de contar algo de las estrellas y los planetas; todavía no ha alcanzado esta profundidad.
Para él en la tierra, la profundidad que nosotros vivimos como amor, hermanos míos, es un gran misterio y sin embargo: ¡toda esta vida imponente quiere significar amor!
¡Las cosas no son de otra manera!
Si el ser humano pudiera conectarse, no solo percibiría el amor divino, sino que lo viviría por medio de las leyes armoniosas, y estaría mirando detrás de su propia conciencia adquirida.
Es posible cada segundo de la hora.
No obstante, el ser humano y los eruditos buscan y siguen buscando.
Él busca el momento de su nacimiento cósmico, lo tiene debajo de los pies, pero no lo ve, porque no conoce esos divinos fundamentos primeros.
Pero les digo: el ser humano con sus sentimientos eruditos es capaz de ver esos fundamentos y de analizarlos después de manera espacial, ¡lo que lleva a la victoria sobre la muerte y la vida para el mundo material!
Es lo que hace vivir al ser humano y lo que guía sus reacciones, pero ¡la Biblia lo ha enturbiado!
El ser humano no puede creer todavía que es un creador con sintonización macrocósmica, se queda mirando estos milagros como una criatura indefensa.
¡Y eso, hermanos míos, es, pues, el amor cósmico!
Dios se manifestó como amor —ahora lo sabemos— mediante las leyes armoniosas.
Nos dio Su amor como leyes y grados de vida, pero por la paternidad y maternidad establecimos conexión con los demás espacios subsiguientes.
Puesto que el erudito terrenal mira en lo existente y busca, pues, no ve su pasado, aunque se intente penetrar en ese estadio.
El estadio actual puede mostrarle a él milagros, desde luego, pero también ese fundamento vive aquí en el pasado, y ha materializado la luna como madre.
Esos milagros siguen estando allí y se pueden vivir, pero para ello hay que seguir los grados de vida y la hora para la concienciación material de cada estadio, solo entonces darán un paso hacia adelante los milagros divinos como mundos materiales, pero entonces ¡nos encontraremos de golpe ante el Omniamor!
Ahora las leyes armoniosas han creado el amor y eso significa: si nosotros y todo lo que vive observamos las leyes para esta armonía divina, también tocaremos Su fuente de amor y la asimilaremos.
¡Y eso significa, hermanos míos, que así tendremos que vencer Su vida y personalidad!
Cuando más adelante sigamos la vida material y humana, accederemos a las leyes sin armonía del ser humano y veremos entonces lo que Dios creó y qué es lo que el ser humano ha echado a perder, ha trabucado, oscurecido y deformado por medio de su propia voluntad.
Estas son las leyes para la vida y la muerte que lo representan todo, para la paternidad y la maternidad, para el alma, la vida y el espíritu y para la felicidad de las esferas y la perfección material, ¡porque estas leyes nos conectan con el Dios de todo lo que vive!
Lo que seguiremos ahora nos conducirá por lo tanto a los millones de preguntas y los miles de porqués del ser humano; ¡después podremos contestar a toda pregunta según los milagros divinos, vistos como revelaciones!
¡Así constatamos irremediablemente, pues, que Dios es un Padre de Amor!
¡Es ahora nuestro divino ser uno!
Si el ser humano no puede aceptarlo, ¡se estrellará de cara a Dios!
Se estrellará contra su inconsciencia e incredulidad, pero las revelaciones de Dios nos dan esa unión.
Así que podemos continuar.
¡Ahora consta irremediablemente que Dios es amor!
Las leyes nos han mostrado esas revelaciones, pero por medio de la muerte y la vida.
Es, para absolutamente todo lo que vive, seguir las leyes de manera armoniosa.
Solo después se convertirá en la ampliación universal.
Porque la vida de Dios ha vivido las leyes de manera armoniosa.
Pero conocemos la vida en la tierra y sabemos que esto no ocurrió.
Por eso Cristo quiere que la criatura de la tierra llegue a conocerse y que el alma vea esta unión armoniosa.
Si la criatura de la tierra hubiera recibido la vida de Cristo de manera armoniosa, como lo quería Cristo, Él, como la conciencia divina de la criatura de la tierra, había regalado esos milagros a otros.
Pero debido a que la vida en la tierra no ha comprendido Su amor, la conciencia divina no era capaz de conectar al ser humano de la tierra con las leyes de amor divinas.
Dios creó revelaciones en estado material y espiritual.
Si seguimos la vida en la tierra y en el espacio, llegaremos a encontrarnos ante esos sentimientos conscientes e inconscientes, pero para lo que el espacio ha vivido la conciencia y no conoció jamás la disarmonía.
Solo se puede vivir y ver en la tierra.
Pero la vida nos está colando ahora cómo se han vivido esas leyes.
La pregunta es ahora cómo hay que sondar esa profundidad para llegar a conocer la verdadera vida suya, después nos veremos ante esa ley armoniosa, y solo entonces se podrá ver el amor inmaculado de Dios.
Son ahora las leyes de la realidad, y significa que el alma llegó a tener en sus manos el amor divino por medio de su materialización.
Ahora nos veremos así como así ante los grados del universo como amor y como una ley armoniosa.
Ante los sistemas universales como cuerpos macrocósmicos para el universo que se dilata, que vence el alma como ser humano, cuando estas leyes se viven de manera armoniosa y amorosa, como pudo hacerlo Dios.
Como podemos conectar nuestra conciencia con la otra vida y vivir esta unión, esa ley armoniosa se puede percibir como amor.
Y también es posible para la criatura en la tierra y vivimos que la paternidad y maternidad no solo hacen que se viva la ley amor, sino que después la propia existencia se materializa si ha aceptado la nueva vida.
Y ¡es la criatura para la madre!
Ahora bien, si el ser humano estuviera en armonía con la vida de pensamientos y sentimientos, en la tierra no habrían surgido estados faltos de armonía, pero sabemos cómo ha vivido el alma como ser humano sus leyes y su vida.
Si alcanzamos esa unión, hermanos míos, se revelará por tanto la ley de amor debajo del corazón humano, y será entonces la continuación y además la posesión del alma como la personalidad astral detrás del ataúd.
Si el ser humano puede vivir estas leyes según la armonía, ya no hay cuestión de miedo y de temblores, y Dios no es un padre de odio, ¡sino un Padre de Amor!
Y solo ahora el alma como ser humano vive todos estos milagros divinos.
Dentro de aquello en que vivimos ahora se encuentran las leyes armoniosas, que se nos concedió ver como milagros divinos y espirituales.
Es la vida de amor para la Omnimadre, y ella transmitió su amor como una densificación materializada.
Esos milagros viven aquí, hermanos míos.
Si quieren vivirlos ahora, si quieren verlos, sintonicen entonces con esta conciencia y llegarán a ver a Dios como un Padre de Amor.
Sé que es posible.
Pero perciban lo que el sol y la luna han vivido para esos fundamentos y lo que se les concedió alumbrar y crear para ellos mismos, aunque a partir de ello constatemos que cada densificación o grado de vida es, además, una ley de amor.
Pueden observar cómo ha nacido el amor, pues, y que este ser uno es de alma a alma, espíritu y vida —eso ya lo saben—, pero también de materia en materia.
Aquí, en este entorno, por medio de los sentimientos maternales y de la luna, pueden vivir la ley que lo abarca todo para la armonía y el amor, pero además la continuación, en pocas palabras: los milagros materializados para el ser humano y la vida como animal, flor y planta.
Y eso les dice con qué quieren conectarnos los maestros más elevados y qué es lo que quieren dar a la criatura de la tierra.
Si la luna no hubiera materializado el milagro más poderoso como fundamento divino, si lo materno no hubiera recibido aquí entidad ninguna, si la fuente de todo lo que vive no hubiera hablado aquí al espacio y si Dios aquí no hubiera repasado con la vista Su creación y, por encima de todo, si la Omnimadre no hubiera conocido el pensar y sentir para el renacer, entonces puedo decirles ya que ¡la creación se habría desmoronado como un castillo de naipes!
Pero no ocurrió, y de todos modos habría sido posible si no hubiera existido la armonía y desde luego el amor, o no habríamos conocido la vida.
Con eso quieren conectarnos los maestros.
De ninguna manera, André, en la tierra todavía no se conocen estas leyes.
Sintonícese, encuentre sintonización con este milagro, para que hable a su vida, esa es la petición que me llega y que he de transmitir a su vida si también usted quiere tener una visión de este milagro imponente.
Acérquese a esta ley armoniosa por su amor, avance un paso tras otro, demuestre lo que ahora ha aprendido.
¡En su vida y debajo de su corazón también se revelará este milagro!
Pero sé que sabrán lo que quiero decir, hermanos míos, aun así este milagro lo abarca todo para su vida y conciencia y el gran acontecimiento para la luna como vida de amor.
Lo que ella fue capaz de hacer aquí se ha convertido en el cumplimiento del deber para la creación entera, para cada célula, la única y verdadera posibilidad por la que la maternidad divina comenzó con la propia materialización, pero por la que la vida de amor ocupó el primer plano.
Serán entonces las leyes para el sol y la luna, será el amor para estos dos cuerpos macrocósmicos y ellos lo pusieron en manos del ser humano, del animal y la madre naturaleza.
Aquí se pueden vivir y contemplar estas revelaciones.
Mientras tanto, ustedes pueden sintonizar con el milagro y proponer preguntas, siempre que hablen así la reencarnación y todos esos otros milagros vivos que hasta este momento se nos ha concedido analizar y vivir.
Usted, maestro Zelanus, conoce las leyes del espacio, se le dio en sus manos su conciencia cósmica, pero para André no es tan sencillo, para él es más difícil ahora vivir estas leyes, porque aún vive en la tierra y para eso dejó atrás sentimiento y necesita el organismo.
Voy a volver un momento a la tierra para tomar posesión de su organismo, para que pueda sintonizar por completo en la vivencia espiritual para este espacio, para este amor.
Si lo entienden, hermanos míos, será la gracia de los maestros para André como personalidad terrenal.
Así que me voy, ustedes vivirán estas leyes y las constatarán para su propia conciencia, pero por sus propias fuerzas.
Volveré enseguida, llegaré a la tierra en tan solo unos segundos.
El maestro Alcar nos dejó solos.
Se me dio la palabra y pude decir y aclarar a André:
—Es necesario que despierte en su vida, André, el milagro del que habla el maestro Alcar.
No puedo ayudarlo a hacerlo.
Pero la luna creó la madre tierra.
La luna produjo vida.
La luna dejó fijados esos fundamentos, para el nacimiento y el amor para todo lo que vive como primer fundamento.
Eso es lo que hemos de seguir.
El milagro, me llega, llevó a la luna a la divinidad materializada por medio del sol, como la paternidad y la maternidad.
La autoridad paterna del espacio, el sol, se ha acercado al milagro imponente y se ha convertido en maternidad consciente.
“Eso se convirtió en la resurrección para todo lo que vive”, me llega, y veo el milagro.
Hizo que hubiera unión, pero por medio de esta unión accedemos al amor espacial como una ley.
También trajo unión entre los planetas y las estrellas, también a las nebulosas les tocó vivir esas leyes, para que la paternidad y maternidad no sufrieran ningún obstáculo al materializar ese amor divino.
Me entrego a tu vida, André, y solo entonces el milagro te contará todo al respecto (—dice).
André recibe ahora la conciencia más elevada que podemos vivir en el espacio, y el contacto es con la luna como madre.
Continúa de inmediato y, aunque siente que ahora puede pensar a pleno rendimiento, porque el maestro Alcar libera su vida orgánica, dice:
—La revelación con que estoy conectado, mi hermano Zelanus, pertenece a las leyes más increíbles que Dios le dio a la luna como Omnimadre para el espacio.
Sintoniza mi vida con el nacimiento para la luna como madre.
Y además con sintonización macrocósmica.
Sí, sí, este milagro lo abarca todo.
¡Significa que me conecta con los derechos vitales que fueron creados para toda la vida de Dios!
Dios lo ha abarcado con la vista.
Así que me voy acercando al milagro.
Si no hubiera ocurrido, la vida de Dios habría perecido.
¡Se la habría asfixiado aquí!
¡Habría sido el alto para todo lo que vive!
Pero he de continuar.
¡Dios nos coloca aquí ante Su armonía como amor!
Ante un misterio cósmico, vivido como amor.
Pero antes que nada poderoso como ley de la realidad.
Percibo que la luna como madre habla a mi vida, y eso es imponente.
Percibo además que usted me acompañará para vivir este milagro, y que el maestro Alcar nos seguirá, también los maestros más elevados.
Pero ¿qué es el milagro? ¿Dónde vive?
¿Qué va a ser?
Percibo ahora a la madre tierra, también ella tiene que ver.
Sigo a la madre tierra de cara a estas leyes de revelación y entiendo ahora la voluntad de la Omnifuente, que se deja percibir y vivir mientras se deja ver, pero de manera maternal.
Esa revelación ha sido dominante, pues, para el inicio de toda esta vida.
Y ese milagro se puede vivir.
Ahora podemos vivir esa unión.
También se puede ver desde la tierra.
Se hizo posible de igual manera porque a la tierra se le dio a vivir el siguiente estadio.
Y los eruditos de la tierra todavía no van a enterarse porque no conocen estas leyes.
Pero el fenómeno se ha densificado de manera armoniosa para el amor.
Es crear y dar a luz.
Y sin embargo, todo es sencillo.
Pronto lo veré.
Pero ¡voy a continuar!
Veo ahora que la vida, o sea, la luna, se conectó a través de esto con la tierra.
Desciendo ahora en su vida y llego a ver la muerte y la vida.
El milagro nació aquí, pero a la madre tierra le tocó vivirlo como una divina ley armoniosa y la vida continuó, o también allí nos habríamos asfixiado y habría sido nuestro alto, pero no lo hubo, porque la luna dio nueva vida, la perspectiva de dar a luz y crear.
¿No es asombroso?
De ninguna manera, los astrónomos no se enteran de este milagro, porque no quieren llegar a conocerse.
Asfixian esta conciencia.
Todavía no conocen la divina creación astral.
No conocen el alma como ser humano, el psicólogo aún sigue siendo inconsciente y es él quien con sus estudios descubre esa fuente de vida y concienciación.
En esto los años luz no tienen relevancia, no significan nada, porque esto quiere ser paternidad y maternidad.
Es una Universidad por sí mismo, mi hermano; voy a seguir.
Claro, llegaré hasta esta revelación, y lo haré por mis propias fuerzas, pero se me infunde alma por medio de la luna como madre.
En efecto: entiendo ahora por qué el maestro Alcar fue a mi organismo, o no habría podido vivir esta profundidad.
Es el regalo de su vida para mi conciencia.
Mientras tanto me pongo a admirar estos cráteres, y veo ahora que la luna entera es un solo fenómeno; donde estamos vivimos esos cráteres como la muerte.
Estoy ahora en el milagro y lo viviré.
Yo mismo vivo por él, o este milagro no me habría hecho posible vivir.
Vivo y veo y percibo, y es mi nacimiento.
Ay, Dios mío, ahora llego a la unión.
Es ciertamente resurrección.
Es de una profundidad sin precedentes y sin embargo sencilla, pero supera todo, porque permitió que comenzara la vida espacial.
Tiene sintonización con Dios y con todas las leyes que Él ha creado.
El milagro habla para el regreso a Dios, para cada grado de vida como conciencia macrocósmica, para el ser humano y el animal.
Es increíble y sin embargo está tan cerca de mí.
Veo ahora delante de mí la vida embrionaria para la luna como madre.
Vive en esto, maestro Zelanus.
También veo la paternidad.
Desde el centro vital central, el sol expulsa como padre el plasma que ha recibido, y lo acoge la luna como madre.
Si ahora mismo, en este instante, la luna hubiera girado alrededor de su eje, la vida, el comienzo embrionario se habría sofocado, se habría enfriado y en ese momento nos habríamos asfixiado como seres humanos.
Pero de no haberse girado la madre tierra, nos habríamos quemado vivos; esto es el milagro para el amor y el proceso de alumbramiento universal, es el milagro de revelación para las leyes espaciales y para la armonía y la vida de amor.
Así que he tenido que vivir aquello por lo que Dios se manifestó.
Constaté... mi maestro —el maestro Alcar ha vuelto— que este es el milagro más elevado de todos para la creación, para todos los planetas y soles, para la paternidad y la maternidad y el renacer.
Le doy las gracias, mi maestro, de que se me concediera vivir esta imponente gracia.
La luna se muestra solo desde un lado, vista desde la tierra, y esto tiene sintonización con su maternidad, para el nacimiento de todo lo que vive, y no ha cambiado en nada.
Si se hubiera girado en torno a su eje, lo que tuvo que vivir la tierra, como tuvo que seguirlo su criatura, nosotros y toda la vida de aquí nos habríamos asfixiado.
Al inicio de la creación, el sol y la luna fueron los primeros en poder densificarse, y la maternidad siguió aceptando ese plasma calentado, pero así la vida se densificó en estado embrionario.
El sol como la autoridad paterna emitió esa fuerza, y la madre como primer grado de vida cósmico absorbió ese empuje benéfico.
Y puesto que el sol todavía no poseía esas fuerzas para el estadio actual, vivieron esa unión divina y espacial.
Por eso el sol y la luna son una sola vida, son almas gemelas.
—En efecto, hermanos míos, ese es el milagro.
¿Por qué, nos preguntamos al inicio de este viaje, existe la noche en la tierra?
Hace falta para el enfriamiento.
O la vida se quemaría.
Pero ¿qué es lo que quiere la Biblia, pues?
¿Qué dijo la Biblia al respecto?
Nada, ni una sola palabra, porque los autores de la Biblia aún no habían llegado hasta ese punto.
Así que es verdad: sirvió para que la madre tierra se volviera a proteger a sí misma.
No obstante, otra vez por medio del sol y la luna, de las fuerzas centrífugas, la atracción y el rechazo, el cuidado de la paternidad y la maternidad.
¿Por qué está Marte tan lejos del sol, pues?
Porque daría a luz vida animal y tenía que encargarse de los procesos de crecimiento y florecimiento, lo que terminó la tierra.
Es decir que las distancias solo tienen relevancia para la paternidad y la maternidad.
La conciencia del planeta misma las ha creado.
Y son ahora las leyes armoniosas para la vida de amor de Dios.
Por tanto, también queda claro que la tierra jamás podrá vivir el milagro de densificación de la luna, porque aquella ha vivido otra densificación.
La madre tierra no desplegará nunca este proceso de morir con aspecto de cráter, porque no es posible.
La luna se densificó a sí misma para el alma como ley dominante, ¡la tierra para el organismo!
Pues bien, hermanos míos, ¡eso es, pues, vida y muerte!
Pero así como seres humanos vemos y llegamos a tener la vida en nuestras manos.
Por eso no surgieron trastornos espaciales.
De allí que esta sea la ley que lo abarca todo para los grados de amor armonioso vividos como paternidad y maternidad.
Si no se pudiera vivir la noche en la tierra, todavía moriría la vida.
Y no habría sol, en poco tiempo ya nos habríamos asfixiado, por lo que podemos constatar que gracias a las leyes armoniosas para la vida de amor se ha progresado.
Y si el ser humano las observa, ya no habrá cuestión de tinieblas, y ¡llegará a haber paz y sosiego en la tierra!
Este proceso para la luna se alargó durante millones de años.
Mientras tanto, otros cuerpos, alimentados por la concienciación de ella, se dilataron y densificaron, y la vida de la luna pudo continuar.
Primero recibieron conciencia los planetas de transición, y después la ley vital en sí como segundo grado cósmico, y el cuarto grado cósmico para la siguiente conciencia, más elevada.
No obstante, nada fue capaz de forzar a la luna como madre para este espacio a que saliera de su órbita y de su espacio.
Cuando la luna emprendería su proceso de densificación, o sea, cuando densificaría su sintonización astral y divina, Marte y la tierra vivían en este espacio, pero no alcanzarían la densificación sino después.
Cuando el alma como ser humano, pues... y la vida animal hubieron recibido esa concienciación, cuando hubieron alcanzado la definitivo para la luna, el ser humano pudo continuar, porque la luna como madre se había encargado del siguiente grado de vida.
Así vivimos las leyes armoniosas espaciales, aunque veamos ahora con cuánto amor la primera vida ha cuidado a la siguiente, a la criatura.
Más adelante, por tanto, nacieron esos tres grados cósmicos, pero por medio del sol y la luna como el padre y la madre para el espacio, por lo que la vida y la muerte cobraron importancia para todo lo que vive.
Pueden aceptar ahora que es la madre tierra quien terminará su tarea para Dios y para absolutamente todas las leyes que se han vivido.
Está claro que le sirvió para obtener un tiempo de vida mayor.
Cuanto más fuerte se hacía el sol, tanto más amplia y consciente se volvía la vida y eran las densificaciones.
Pero también la unión para la paternidad y la maternidad como leyes armoniosas, que la unión ha vivido como amor.
Ven ustedes ahora que Dios es omnipoderoso, pero que los seres humanos llegamos a tener en manos ese poder, y constatamos que habremos de representarlo a Él en absolutamente todo, y que así será.
Por eso la paternidad y la maternidad siempre son predominantemente conscientes, y es así para cada grado de vida, para el animal y el ser humano, para la madre naturaleza.
La autoridad paterna para la vida seguirá influyendo en la autoridad materna hasta el final del espacio, porque así la vida continúa.
Podemos analizar estos milagros por medio de miles de fenómenos materiales y espirituales, pero volveremos aquí, para seguir la vida embrionaria para nosotros como seres humanos, y lo volveremos a comentar.
Porque si en la tierra se priva al huevo de gallina de su madre, si se saca una y otra vez de debajo de la madre natural o técnica, vemos destrucción, enfriamiento y finalmente, deformación y la muerte.
Pero no habrá vida nueva, porque habrán surgido trastornos, pues, y aquí ocurre para la luna de armonía universal.
Le ha quitado a la madre el poder y la fuerza para completar su proceso de alumbramiento y para terminar su vida de amor para Dios.
Pero ¡Dios como la Omnimadre lo ha previsto y lo ha abarcado con la vista!
Y ahora ¡la vida iba a continuar!
La luna, Marte, cada maternidad ha de crear la vida nueva entre tinieblas.
Todo lo que vive en la superficie tiene conciencia, y esa conciencia adquirió fundamento creador por medio de la maternidad.
Así que no vemos trastornos en nada.
No hemos llegado a conocer circunstancias climatológicas, por lo menos no en este estadio, es decir: el grado de vida espiritual se encargó de la respiración material, y este proceso de densificación y milagro de la dilatación pudo seguir desarrollándose.
Cuando más adelante sigamos todas estas leyes para la vida embrionaria, volveremos a encontrarnos con esta vida de amor armoniosa, y entonces seguiremos.
La vida se dilata, porque la luna como madre se dividió a sí misma.
Sintonicen ahora con eso, y así también nosotros viviremos esos milagros.
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