1939 - 1945

Cuando Adolf Hitler tiene bajo control también tu país y cuando como ser humano tienes que poner las cartas sobre la mesa ante tu pueblo y tu Dios, a favor del bien o del mal, del diablo o de Cristo, y cuando ha vencido Bélgica, Francia y otros pueblos, cuando la gente se pregunta si esa bestia no puede ser domada como ser humano, si no puede ser detenido, Jeus de madre Crisje sabe predecir según las leyes cósmicas, gracias a la infalibilidad y justicia divina, que sin embargo, a pesar de todo, Adolf perderá esta lucha.
Pero en 1940 eso no lo cree ningún ser humano en Europa, y no obstante, del otro lado nosotros vemos lo que va a ocurrir y cómo será el final de Hitler y de los de su propia estirpe que dominan ahora.
Adolf es diabólico y representa el mal, la destrucción y la aniquilación generalizada, pero Jeus ve que también está el bien, ¡cuyas leyes ya conoció!
Acaba de comenzar el “Siglo de Cristo”.
Los maestros tienen un contacto consciente con los hijos de la Madre Tierra; el otro lado habla por medio de un ser humano como instrumento material de la existencia de una pervivencia eterna y de un Padre de Amor, de un reencuentro sagrado detrás del ataúd material, con el que ya habían empezado antes de que Jeus naciera.
Pero también ellos tienen que aceptar esta violencia, también Cristo, otros, todos los que se han dado para el desarrollo de todos los pueblos.
Ahora que la gente no tiene comida y los cuerpos se vienen abajo, Jeus debe dejar la sanación, ahora ya no puede apoyar a sus enfermos; sucumben.
Les falta la base material y eso es comprensible, pero nosotros seguimos.
Muchos clarividentes dicen por medio de su propio otro lado... que Adolf será asesinado.
Jeus dice, “No, eso es imposible, no puede ser, porque Adolf Hitler primero tiene que terminar su terrible tarea (véase el artículo ‘Hitler’ en rulof.es), se trata ahora de algo muy distinto”.
Lo que va a ocurrir ahora tiene que ver con “Jerusalén” y Jeus ve, oye que de eso todos esos videntes no saben nada, ellos no tienen ningún contacto espiritual, ¡todo eso son pensamientos propios!
Y así sucederá exactamente.
“¿Entonces encima semejante demonio recibe protección?”, se le pregunta a Jeus.
“No”, puede decir, “no es eso, si más adelante lees mi libro ‘Los pueblos de la tierra’, conocerás este tiempo, sabrás entonces quién es Adolf Hitler, para qué debe vivir ahora y por qué es él quien comete estos atropellos.
Adolf no será asesinado, es incomprensible para el ser humano, para la gente juiciosa de la tierra, pero lo vivirás”, lo oye cada uno de Jeus de madre Crisje.
Los pueblos de la tierra tienen que aprender e inclinar la cabeza.
Aunque los pueblos todavía no quieran el bien, el otro lado sabe por qué eso todavía no es posible, también Jeus conoce estas leyes; gracias a ‘El origen del universo’ miró detrás de los pueblos de la tierra y conoce ahora cada mentalidad, la vida interior de y para un pueblo, ¡Jeus conoce la humanidad!
El maestro Alcar preparó a su instrumento, Jeus está pisando firme, puede captar en cada momento cómo gime el ser humano, cómo llora; por más que ahora Adolf esté gaseando el Judaísmo entero (véase los artículos ‘Hitler’ y ‘Pueblo judío’ en rulof.es), Jeus puede aclararlo, él conoce el ciclo para la humanidad, y eso sin duda significa algo.
A los hombres y a las mujeres se les golpea, pisotea, denuesta, tortura... pero ¿por qué?
Lee ahora ‘Los pueblos de la tierra’ de Jeus y conocerás tu propio tiempo del que formas parte y en el que por supuesto, como el resto de la humanidad, tienes que llevar a cabo una tarea propia.
Ahora otra cosa... con la que voy a conectarte y que Jeus conocerá más adelante.
Porque nosotros seguimos con toda calma, ¡nada nos puede detener!
Por supuesto que conoces a tu gran Frederik van Eeden.
Te voy a contar algo sobre él.
Cuando dejó la tierra para entrar a la vida espiritual lo acogimos, porque su vida y avidez tiene sintonización con la “Universidad de Cristo”.
Esta personalidad quiso hacer todo —y otros con él— para dar a la humanidad paz y felicidad, pero tampoco Frederik van Eeden conocía la vida y estaba impotente.
¡Quien quiera materializar pensamientos buenos para el despertar espiritual trabaja para Cristo!
Quien quiera ofrecerse para lo espiritual y siga esa evolución y haga algo para la humanidad que tenga que ver con el alma, la vida y el espíritu, y para lo que el ser humano entrega todo lo suyo, está bajo control de los maestros, y ahora tienen que llevar a cabo una tarea propia.
La mayoría de la gente no lo sabe, pero ¡nosotros, sí!
El maestro Alcar conoce a Frederik van Eeden de vidas anteriores, él también fue un adepto del Templo de Isis.
Esto vive dentro de Frederik van Eeden, es su impulso, su sentimiento, su voluntad en la tierra y su personalidad.
¡Por medio de esto buscó la realidad!
Y debido a eso escribió sus libros hermosos, aunque no fuera tan consciente como para saber lo que habría podido alcanzar en realidad, en él solo están los sentimientos que le dan el deseo de conocerlo todo de su Dios.
Es un investigador fervoroso para las leyes ocultas, fue de todo y quiso todo, pero no mira detrás del ataúd, y tampoco es posible, porque no es un instrumento directo.
Van Eeden llega a la vida detrás de la materia y despierta.
La primera palabra que alcanza a oír es:
—¿Sabe usted que vivió en la tierra?
¿Siente usted que ahora ha dejado la tierra?
Van Eeden lo siente y lo sabe.
Llora de emoción hasta quedar vacío, porque siente que allí podría haber hecho algo muy distinto, pero ahora también sabe que le faltaban los sentimientos indispensables para eso.
“O sea, sí es cierto...” sale por sus labios cuando estamos frente a él y aclaramos las primeras leyes..., “o sea, sí que... vivo ahora en la eternidad”.
Empieza a sollozar y lo dejamos llorar, pero está en buenas manos, en las del maestro Alcar.
Todo ser humano empieza a sollozar cuando está ante él la verdad y realidad para el alma y espíritu, y recibe la vida de uno en amor.
Solo ahora el ser humano sabe inclinar la cabeza y si ahora posees luz, si has trabajado por el bien, ¡eso es felicidad universal y espacial!
Esta conmoción humana asalta a todos, hombre y mujer ahora son felices como hijos de Cristo.
Me voy y volveré a él, pero recibí mis órdenes del maestro Alcar; también Jeus las irá conociendo.
Y después de algunos días, según tu tiempo, me volverá a ver.
Tengo un mensaje para él, pero conocemos los sentimientos que viven dentro de él y que ha adquirido concienciación.
Su alma pide y ruega; la personalidad, pero no sabe qué es.
No sabe a causa de qué está tan anhelante, es más que la búsqueda de Dios.
—Y ¿cómo va todo con usted, mi hermano...? —llego a decirle.
—¿Quién es usted, maestro?
—¿Siente que soy un maestro?
—Lo veo por su luz... —me devuelve Van Eeden.
—¿Se siente con suficientes fuerzas para seguirme?
—Sí, maestro, estoy listo, por favor.
—Pues bien, voy a volver con usted a la tierra y de camino puede hacerme preguntas.
De inmediato quiere saber en dónde vive y puedo aclararle esas leyes.
Planeamos por el espacio material, ve las estrellas y los planetas, en este momento se siente como un Alado, algo que no deja de conmoverlo.
“Qué cosas”, diría Jeus, pero ¡esto es enorme!
Una revelación divina para Van Eeden y cada alma de la tierra.
“Dios mío”, suspira una y otra vez, “¿a qué debo todo esto?
Esto tiene que saberlo la gente de la tierra, pues vivo y todo lo que vive, sigue viviendo”.
Se puede escribir un libro imponente sobre las primeras horas de su entrada.
Precisamente porque ha entregado su vida para el bien y lleva ahora dentro de sí la verdad divina, porque vuelve a la tierra portado por esa verdad; porque siente que está siendo cargado.
Le aclaro rápidamente cómo es el espacio ahora, y así puede comprender que nos dirigimos hacia un solo propósito específico, a un solo punto en la tierra, a saber su partida, primero tiene que conocer eso.
Y entonces seguimos.
No puede reprimir sus lágrimas de felicidad, así de imponente es para su personalidad.
Una y otra vez cruza sus labios:
—Mi buen Dios, vivo, vivo en la infinitud.
¡Cómo busqué esto a lo largo de mi vida!
He amado a Dios, maestro.
Por medio de mis escritos quise mostrar que Dios es un padre de amor.
Pero todo esto no lo recibí.
¿Tiene este mundo contacto con la tierra?
—Sí, hermano mío, también de eso lo convenceré más adelante.
Primero que nada lo llevaré de vuelta al proceso de su muerte, para que conozca sus leyes.
—¿Sería posible que se me concediera recibir una tarea, maestro, para poder servir?
Me entregaré por completo.
¿Conoce mi vida?
—Lo conocemos a usted, mi hermano.
Y más adelante podrá llevar a cabo una tarea para los maestros.
—¿Qué hay en mí, maestro? Anhelo con tanta fuerza, busco, me hace falta mi amor.
—También esos sentimientos llegarán a tomar conciencia más adelante, y lo conectaremos con ellos.
Van Eeden vive su lecho de muerte.
Se ve a sí mismo y le entran ganas de llorar de emoción, se siente como un hijo de Dios.
Esto es lo más imponente que se puede vivir como ser humano detrás del ataúd, porque eso enseguida lo lleva a uno a la realidad.
Ahora el ser humano de la tierra puede aceptar que es consciente de manera sobrenatural, y vive esta unión como la personalidad astral, que no ha cambiado en nada.
Van Eeden no puede evitar sollozar de emoción y gratitud, también él se siente un hijo vivo de Cristo.
Ya lo sabe: recibió alas.
Lo sigo en su pensar y veo lo que vive dentro de él.
Y entonces llegamos a la tierra, de la que sabe cómo fue su vida allí.
Cuando hubo acogido todo esto, me preguntó por el renacer y pude conectarlo con su propio pasado.
Van Eeden ve que un día la iglesia lo echó a la hoguera porque difundía escritos espirituales entre los creyentes.
Está ante una “novela” imponente, para la que vivió, es una película de la vida de una belleza sin precedentes, de una pena y miseria profundas, porque pereció debido a su religión, y con él los demás que formaban parte de él.
Ve que la madre de su hijo lo abandonó a su suerte, todo por la religión, la iglesia, en la que aún ahora se puede vivir la traición humana.
Suspira, pero lo sabe, es una revelación poderosa.
De pronto sabe cómo vivió allá y lo que quiso en esa vida, no es más que esto del siglo veinte para lo que vivió y volvió a la tierra, para continuar con su propio karma y proceso evolutivo.
“Dios mío, qué mal actúa la iglesia”, sale de su boca, “para condenar la vida de Dios”.
Siente un dolor profundo ahora que se manifiesta la vida astral.
Permanecemos allí durante un buen tiempo, porque no puede liberarse de esta vida y eso también es necesario para su conciencia adquirida.
Reflexiona, recae en la meditación espacial; después lo llevo a las esferas de luz, donde puede seguir todo esto.
Es allí, con sosiego y paz, amor y felicidad, donde puedo aclararle todas estas leyes y que llega a la formulación de preguntas universales.
Antes que nada pregunta:
—Claro que no hay condenación, ¿no, maestro?
—No, Dios no condena.
—Qué cosas las que hizo la iglesia católica.
Es tremendo y yo, pobre alma, en esos últimos momentos todavía me aferraba a su vida, porque pensaba poseer seguridad para esta existencia.
La vida que viví allí, quiero decir mi pasado, maestro.
¿Podría describir esa vida, quiero decir, por medio de un instrumento?
—Se puede.
—¿Su palabra es ley, maestro?
—Sí, mi hermano.
—¿Puedo aceptar que esto es posible?
—Tenemos contacto, mi hermano.
Más adelante también conocerá eso, y ¡entonces escribirá ‘Las máscaras y los seres humanos’!
Serán libros imponentes, ahora él analizará la vida y lo dará todo de sí mismo, aunque ahora desde la vida detrás del ataúd, puramente y por supuesto que espiritualmente consciente.
Ya se siente feliz, “Claro que sí, mi hermano”, puedo decirle, “tenemos contacto con el ser humano en la tierra, allí está Jeus de madre Crisje y por medio de él puede usted contar su imponente vida”.
Será una “trilogía” de una belleza desconocida, para la eternidad, para el ser humano profundo y sensible, para todos, ¡usted arrancará todas esas “máscaras” y se le concederá analizarlas!
Me da: “¿Qué es un ser humano cuando todavía no se conoce a sí mismo ni a Dios?”.
El ser humano en la tierra tiene la sensibilidad para hacer algo, pero... ¿qué puede decir allí?
Solo detrás del ataúd el ser humano va conociendo su vida y arte, a todos los pueblos de la tierra y todas las sectas y religiones, absolutamente todo; solo ahora puede Van Eeden inclinar la cabeza, ¡y lo hace!
Ahora que se nos concede hacer una caminata juntos en las esferas de luz, y ve que allí viven millones de personas, que los templos están abiertos para su personalidad, llora como un niño, y todos hemos podido hacerlo, y lo hicimos, ¡porque vemos y sentimos a Dios!
Ya sabe que no vivió para nada en la tierra, que la vida de sus sentimientos poseía fundamentos espirituales y que va a continuar.
Debo volver a Jeus y todavía nos queda mucho por hacer, pero más tarde se le concederá escribir ‘Las máscaras y los seres humanos’ y pasarlo a los sensibles de espíritu.
¡Van Eeden debe meditar!
Ahora empezamos con los libros ‘Dones espirituales’.
Le dije ayer a Jeus que empezaríamos hoy, pero ahora ocurre algo.
Por medio de estos libros analizamos cada uno de los dones espirituales, y es para el ser humano que cree poseer dones, pero que ahora mancillará un contacto poderoso y sagrado, para los charlatanes que viven entre ustedes y que violan estos dones.
Yongchi, quien ha estado pintado desde hace un buen tiempo, tiene que dejarlo ahora, pero por medio de Jeus alcanzó los colores de los grandes maestros, y el maestro Alcar quiso regalarle eso a Jeus.
Así que escribimos y pintamos; los otros dones de Jeus, por medio de los que sanábamos a las personas, yacen dentro de él y permanecerán ahora fuera de servicio.
Esta mañana la vienesa se asusta, Anna no sabe qué pensar, pero Jeus recibió una nota de los alemanes, quieren llevarlo a “das Stolzenfels am Rhein” para trabajar allí.
¿Qué te parece, Jeus?
Ahora ¿qué?
Sí, ¿qué hacemos ahora?
Pero Jeus siente enseguida que algo no cuadra.
Ayer el maestro Zelanus me dijo que hoy empezaríamos con ‘Dones espirituales’.
¿Qué quieren los maestros?
¿Qué están haciendo?
Si tengo que ir a Alemania, lo haré, también podré convencer a la gente allí, ¿cierto o no?
Pero algo no cuadra, ¿no sabe el maestro Alcar que queremos escribir? ¿No sabe el maestro Zelanus que esta notita lo deja fuera de juego? ¿Que ahora Adolf es quien manda en todo?
‘Una cosa u otra’, piensa Jeus, ‘pero ¿quién tendrá razón?
Y ahora ¿qué? ¿Qué vamos a hacer para el ser humano?
¿Empacar las maletas e irme?
¿Acercarme a esa terrible gentuza y hablarles de un Dios de Amor?
Por supuesto... también allí viven hijos de Nuestro Señor, y se les puede alcanzar’.
Jeus llega a donde sus amigos y cuenta lo que está ocurriendo.
Ahora oye: “Iremos en tu lugar, Jeus...”.
‘Vaya’, piensa Jeus, ‘¿es cierto eso?’.
“Pero...” se oye, “¿no dijiste ayer que hoy empezarías con ‘Dones espirituales’?”.
“Sí, lo dije, y es lo que me dijo el maestro Zelanus”.
Ahora ¿qué, Jeus?
Ahora ¿qué?
Es muy sencillo, haremos algo, yo haré algo, lo mandaré a los ángeles y ellos tienen que mostrarle esta nota a Nuestro Señor.
Millones de maestros sabrán ahora cómo actuar, seres humanos, hombres y mujeres, y si no va a ocurrir nada, iré a Alemania... y ustedes podrán (vosotros podréis) aceptar que mis propios maestros dicen tonterías, pero ¡para eso aún falta!
—¿Qué harás entonces, Jeus...? —pregunta uno.
—¿Lo que haré?
Pues bastante lógico, mandaré este mensaje al maestro Alcar e incluso más arriba; que los maestros se encarguen de mantenerme fuera de Alemania, así podremos escribir y continuar.
—Sería una evidencia poderosa, Jeus, si los maestros intervinieran ahora, si lo previnieran, y sería fuerza para nosotros y para la humanidad.
Santo cielo, ¡qué atrevido eres!
—¿Te parece atrevido?
Es de lo más normal... —oyen de parte de Jeus, y entonces se va, ¡hoy mismo lo vivirán!
Jeus desafía a su maestro.
Ahora es una lucha a vida y muerte; debido a este mensajito perfectamente normal ¡está en juego todo!
En la calle ya oye de la vida, el agua le grita:
—Jeus, ¿quieren llevarte a Alemania?
—Sí... —contesta—, pero ¡todavía no estoy allí!
Regresa a casa lentamente, de vuelta a su escritorio, enseguida manda su mensaje al espacio, y dice:
—Maestro Alcar, no lo veo a usted, pero me oirá.
Tengo que ir a Alemania, quieren hacerme trabajar allí.
¿Qué hará usted ahora?
Lo enviaré incluso más arriba, ha de saberlo Cristo, lo sabrán los maestros y ahora pongo todo en sus manos, ¡lo reto!
O bien escribimos y el maestro Zelanus tiene razón, o bien se ha abierto un gran boquete en mi vida.
¿Acaso no es cierto?
De verdad que me da risa, ahora usted puede demostrar de lo que es capaz y lo que quieren los maestros más elevados, ¡ahora soy un instrumento o no lo soy!
¿Qué será más importante ahora, mis ángeles? ¿Caeré en manos de Adolf?
¿Destruirá también mi vida?
No tengo miedo, puede hacerlo, pero entonces ¿qué fin tendrán los ‘Dones espirituales’ de los que tanto habla el maestro Zelanus?
¿Para los que quiere darse por completo, como me dijo? ¿En los que quiere trabajar como no ha podido hacerlo antes?
¿Todo eso son sinsentidos?
¿Se ha abierto ahora, después de todos nuestros años, un gran boquete entre usted y yo? ¿Es Adolf Hitler capaz de eso?
¿Está ahora nuestro imponente trabajo en un punto muerto?
Maestro Alcar, maestro Cesarino, todos allí, ¿me oyen?
Ahora va en serio, es de una seriedad sagrada, voy a hacer mis maletas o me siento y entonces puede empezar el maestro Zelanus.
Así que decídanse, espero y seguiré haciéndolo, su instrumento eterno, ¡me inclino ante todo!
Hemos llegado a casa, la vienesa le pregunta si no tiene que hacer sus maletas, pero nos sentamos delante de la máquina de escribir y comenzamos.
Jeus me pregunta:
—¿No sabe nada, maestro Zelanus?
¿Empezaremos a pesar de todo?
La vienesa vuelve y pregunta:
—Pero si te tienes que ir, ¿no querrás empezar ahora?
¿Qué haces?
—Estoy trabajando, hija, ya lo disputarán aquí arriba, el maestro Zelanus ya empezó.

Y a mí Jeus vuelve a preguntarme:
—¿De verdad no sabes nada, maestro Zelanus?
¿Por qué no hablas?
¿Por qué no dices nada?
—Ya verás, Jeus, es que mandaste tu mensaje a los cielos y este telegrama está siendo tratado con urgencia, créeme, algo está ocurriendo, es un milagro imponente y sin embargo, Jeus... pues tú conoces todas estas leyes, otra vez es muy sencillo, pero ¡voy a empezar!
Jeus va quedando bajo mi control, se da por completo y sabe hacerlo, pero inténtalo tú alguna vez, cuando tu vida y tu personalidad rebosan de materia, de estos terribles pensamientos, es decir, de desgracias, estar no obstante tan abierto interiormente a la conciencia espiritual y astral.
Solo algunos en la tierra saben hacerlo, lo tienen los más grandes de todos en el Antiguo Egipto y también ahora pudieron hacerlo gracias a los maestros; el ser humano no es capaz de eso por sus propias fuerzas y eso es una prueba más de que Jeus es un instrumento poderoso.
Jeus desciende en su subconsciente, el trance cubre su vida, yo vivo ahora dentro de él, en la tierra, dentro de su organismo, y trabajo, escribo, empiezo con los libros sorprendentes para la humanidad.
Dentro de mí y de Jeus hay júbilo, volvemos a ser completamente uno en el alma y los sentimientos, en la vida y el espíritu, no se pueden constatar trastornos, su “Vida de arpa” es de una belleza sin precedentes; lo que voy a materializar y lo que oirá el ser humano en la tierra supera lo de Beethoven, Mozart y Bach, pero finalmente todos hacemos un solo trabajo, nada más que con esta imponente diferencia: nosotros, Jeus de madre Crisje, aclaramos cada una de estas leyes, porque ahora analizamos la vida de los sentimientos humana para todas las artes y ciencias.
Una y otra vez se asoma la vienesa para hacer preguntas.
Lo besa, pero soy yo quien acoge ahora su amor, le devuelvo el mío, la miro a los ojos, balbuceo algo, le doy a sentir y vivir mi sonrisa, mi verdad espiritual, pero ella no piensa en este imponente milagro, ni en el otro lado... no piensa en otra cosa que no sea esta miseria... no piensa en trances, se siente golpeada, porque perderá a su Jozef.
Le devuelvo mi beso de mano y sonrío, pero ella mira a los ojos de su Jozef.
Continúo; si no ocurre nada ahora, estimado lector, Jeus partirá a Alemania.
Pero se lo dijo a los ángeles.
Y ahora el maestro Alcar tiene que demostrar de lo que es capaz.
Y también eso ya se arregló, del otro lado leyeron la nota enviada a Jeus.
Se actúa de inmediato.
Alrededor de las tres y media llaman a la puerta.
Allí está un médico.

—¿Qué pasa?

—Paso a verlo un momento.

—Santo cielo, hombre, estoy metido hasta el cuello en la miseria de Adolf.
¿Cuándo le entró el pensamiento de visitarme?

—Fue más o menos a las once.

’Coincide, entonces lo mandé a los ángeles’, piensa Jeus.
Así que este médico, quien vino a verlo una sola vez, hace siete meses, para hablar de un enfermo, recibió por lo tanto el sentimiento de los maestros de visitar a Jeus.
Ahora de repente le dio a Jeus una hemorragia estomacal y no puede ir a Alemania.
La vienesa tiene que representarlo mañana y entonces todo va a estar bien.
Y sí que estará bien, ¡Jeus está enfermo!
Sigo trabajando, se nos asigna alimento extra y sin duda que nos lo hemos ganado.
Está escribiendo en pijama.
Mientras que aún no haya venido aquel otro, el médico que lo controlará, tenemos que ser cautelosos, pero también prestamos atención a eso.
Mientras tanto, aúpo a Jeus en mi vida hasta el punto en que juntos visitamos nuestro castillo —en el espíritu, por lo tanto—, donde utilizaremos una habitación en la torre para escribir estos libros.
Se siente ahora en Francia, vuelve a ver mi vida, lo que escribí y registré por medio de él en ‘El ciclo del alma’.
Vivimos en eso y nos sentimos bastante bien.
En el espíritu hacemos largos paseos y cabalgamos.
Se lo cuenta a la vienesa, vive conmigo en el pasado y en el presente, tenemos que llevar a cabo una imponente tarea.
Quince días después estamos ante el médico de control.
Suena el timbre.
La vienesa se ha ido un momento, un amigo de Jeus está con él.
Dice:
—Es el médico.
Rápido, guarda la máquina, y tú abres.
Me meto a la cama volando.
Entonces llega el médico, el hombre entra en la habitación como un vendaval.
Vaya, ¿usted está enfermo?
En el momento en que escribíamos, el maestro Alcar golpea a Jeus y lo deja en un “sueño epiléptico”... el trance físico.
Ahora que el médico lo examina, Jeus no puede pronunciar palabra, lo que sale por sus labios es de una persona que está agonizando.
¿Tuvo hemorragias estomacales?
Lo veo.
Pues, esto no pinta muy bien.
El hombre le mira los ojos, se han vuelto grisáceos y de color amarillo cadavérico, debido al trance físico.
Tiene un aspecto verdaderamente inhumano.
Jeus conoce a este médico, un día coincidieron en casa de un enfermo suyo.
Se lo dice y ahora el hombre también lo reconoce.
El conocido de Jeus, al que suele visitar todavía el médico, debe saberlo.
El médico dice que lo otro ya lo encubrirá, es decir que romperá la tarjeta por la que Jeus tiene que ir a Alemania.
Así que este hombre lo ayuda, este nacionalsocialista sirve a la gente, a pesar de todo.
¡Jeus lo vivió!
Y gracias a que ese hombre hizo esto, Jeus a su vez lo ayudará, aunque solo después de la guerra, cuando a toda esa gente se la ande persiguiendo.
¡Y también eso ocurrió!
El hombre se va, cuenta donde sus amigos que Jeus tuvo una hemorragia estomacal terrible, piensa, no, dice...: ¡Jeus tiene cáncer!
‘¡Vaya que picó!’, piensa Jeus.
Eso, doctor, es lo que se llama el trance físico.
Por eso tuviste ante tus ojos un cadáver viviente, y lo hizo el maestro Alcar.
Porque ¡Jeus es un “gran alado”!
A pesar de eso, el maestro Alcar le dio a vivir que el espacio acogía sus pensamientos y que lo cuidaba.
Y ahora ya no hay peligro; trabajamos día y noche y en dos meses registramos ambos libros.
Cuando Jeus sale a la calle después de esas semanas todavía vive en Francia, ahora se tiene que volver a acostumbrar a su pequeña La Haya, así de real era todo para su vida y conciencia.
Pasamos un tiempo hermoso y el maestro Alcar le guiñó el ojo, porque comprendía que Jeus lo colocaba a él ante el hecho divino: ¡Ya ves de lo que eres capaz!
Los espiritistas dicen: je, otro al que ya agarraron, también él necesita ahora un médico, y ya estirará la pata.
El que no les caiga bien y que le deseen que estire la pata se debe a que es él quien a toda esa gente le dio un tirón de orejas y eso no lo tragan, porque entonces ya no tienen dones.
¡Jeus sabe ahora lo que dirán más tarde cuando se publiquen estos libros poderosos!
Pero Jeus pensó: ‘Es capaz de tantas cosas, ahora encárguese de mantenerme fuera de Alemania’.
Y fue lo que ocurrió, con comida y bebida extra, ¡lechita y huevitos de Adolf!
¿Acaso podía ser mejor aún, Jeus?
No, ¡muchas gracias!
Y sobra explicar lo que sentían la vienesa y los seguidores de Jeus.
Pero ¿jamás olvidarán todo esto?
¿Sabrán mantenerse firmes cuando los maestros les pidan también a ellos que entreguen todo?
Eso lo vivirán Jeus y el maestro Alcar, también Van Eeden, ¡eso ya vendrá!
Pero ¡esto lo dice todo y son pruebas!
Por encargo de los maestros más elevados te enseño los ‘Dones espirituales’.
Tratamos los grados de los sentimientos y así te conoces a ti mismo, también a tu erudito y tu ladrón, no olvidamos ni un solo grado de vida de los siete que posees como ser humano.
Irás conociendo a los iniciados y a los yoguis, a los faquires y magos, el Oriente y el Antiguo Egipto.
En fin, agarra estos libros, ¡por medio de esto has recibido una universidad!
Pero gracias a Jeus de madre Crisje.
Y entonces ¡damos inicio al libro ‘La Línea Grebbe’! (El libro ‘Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe’ debe su nombre a la Línea Grebbe, una línea defensiva holandesa en el centro del país, a la altura de la colina Grebbeberg en Wageningen. Allí los soldados holandeses intentaron detener a los alemanes).
Antes de que Adolf empezara, Theo, un soldado, tu soldado, leyó los libros de Jeus y quiere conocerlo porque esta vida tiene sensibilidad para su trabajo y él mismo posee dones.
Pero eso se quedó en agua de borrajas, porque la guerra lo asalta.
Este Theo muere en combate en la Línea Grebbe.
Es una vida imponentemente hermosa y también la acogemos.
Ahora lo llevamos a él hasta Jeus y a Theo se le concede hablar de su vida.
‘Hacia la vida eterna a través de la Línea Grebbe’ es un poema para tu vida y personalidad, también gracias a este trabajo conocerás tu propia reencarnación, por el que Theo despertará.
Ahora, después de que Adolf invadió tu país, es decir, después de ‘Entre la vida y la muerte’, escribimos ‘Los pueblos’, ‘Dones espirituales’ y ‘La Línea Grebbe’.
Además de eso recibió doscientos sesenta y cinco pinturas, que vende y de las que ahora tiene que vivir.
Por un kilo de papas (patatas) se puede hacer usted con una pintura espiritual, y esa fue buena idea del maestro Alcar, es la salvación de la vida para Jeus y su vienesa.
Eso también a otros se les da a vivir, toda Europa come de la misma cazuela, de la que solo Adolf tiene la llave, pero el resto de ustedes (vosotros) come y bebe de las migajas, y Jeus es uno de ellos.
Corre el año de 1944.
Yongchi recibe el mensaje de parar, estamos ante ‘La cosmología’; el maestro Alcar puede seguir avanzando y elevándose.
En este momento Jeus todavía no sabe lo que le espera.
Cuando vivía el universo, no pudo dormir durante “tres” semanas.
Tenía que revivir y eso lo hemos seguido.
Pero no te conté lo que tuvo que hacer antes de esto, aunque ahora sepamos lo que representaba, y habría sucumbido si los maestros no lo habrían apoyado.
Te digo que se pueden llenar volúmenes enteros con lo de esos tiempos.
En pleno mes de febrero el maestro Alcar le echó encima agua helada, lo que le hizo bien, para devolverlo al sueño normal.
No pegar ojo durante tres semanas, un día tras otro, y sin embargo mantenerse sano y encima tratar a la gente, escribir, trabajar duro y ¿no poder dormir?
¡Eso es la muerte!
Pero Jeus se siente vigoroso y animado.
Solo después se vio ante el derrumbamiento.
Cuando hubo procesado todo, durmió durante ocho días, día y noche estaba dormido y los órganos vitales pudieron restablecerse, con la consecuencia ya conocida del “tirón de orejas”.
Ahora las cosas también pintan bien para él, no necesita mucha comida, si hace falta puede vivir del aire, pero su cuerpo va de mal en peor.
Sin embargo, en 1944 empezamos con ‘La cosmología’, el análisis de todo, ¡de la creación divina!
Y eso según las revelaciones divinas.
Pero antes de que podamos empezar con esto, Jeus primero tiene que hacer el balance espiritual para sí mismo, y eso quiere decir que le hace falta un poco de tiempo para meditar, para acoger en sí lo que ha aprendido, o más tarde estaremos ante un nuevo derrumbamiento.
Y eso es precisamente lo que no debe ocurrir.
Tiene que asimilar la sabiduría de los libros, que ha escrito por medio de mí.
Ahora lee los libros y puede constatar, gracias a lo que ha aprendido, que no he cometido ningún error.
Así que ahora ya Jeus es capaz de darme un tirón de orejas para este espacio.
¿No te dice nada?
Sabe hacerlo porque asimiló las leyes y ese espacio.
Ahora Jeus de madre Crisje ya se ha desarrollado hasta ese punto, y se ha convertido en su propia conciencia adquirida.
Ahora conoce a todos los grandes de la tierra.
Sabe que lo ha superado a velocidad de vértigo a Ramakrishna, pero que continúa el trabajo de este y de aquellos otros.
Ahora Jeus se ha convertido en un príncipe consciente del espacio, y eso es algo muy distinto que el principado de tu mundo, ¡que para nuestro mundo y espacio no significa nada de nada!
Sí, ¡la de cosas que logró el maestro Alcar con y por medio de él!
Cuánta diferencia entre cómo vive él la protección del organismo y lo que haces tú con el tuyo, cómo lo protegerás en caso de que ocurran cosas que necesiten ayuda y medicinas.
El maestro Alcar lo hace entonces de otra manera.
Precisamente en el momento en que él mismo está ante el derrumbamiento, se acerca a él una madre que necesita ayuda.
Pero por primera vez, Jeus revienta de dolor de cabeza y eso significa, por lo menos para él..., que los nervios de la cabeza están sucumbiendo con él.
Nunca ha sentido dolor de cabeza, jamás lo conoció a lo largo de todo este pensar y vivir.
Porque —te lo hemos aclarado en la segunda parte de Jeus de madre Crisje...— ya de niño se vio colocado ante los grandes problemas de la vida y tuvo que empezar a pensar.
Debido a eso los nervios recibieron espacio.
Ahora el sistema nervioso lo tiene agarrado por el cogote, ve las estrellas de dolor y allí está ahora esa pobre mujer y necesita su ayuda.
¿Qué hace el maestro Alcar?
Dice a Jeus:
—Ven, Jeus, vamos a hablar, curaremos esos nervios.
¿Se puede hacer eso cansándote todavía más?
Sí, mientras sepas cómo hay que hacerlo.
De las siete y media hasta las once y media habla con vehemencia a esta vida y enseguida hace que pueda valerse por ella misma.
Cuando la mujer se ha ido, Jeus se da cuenta de que su dolor de cabeza se desvaneció.
‘Dios mío, cómo puede ser, me siento como nuevo, puedo avanzar otra vez’, pero entonces vino la asimilación del universo y se le dio a vivir la siguiente escena, que ya conoces.
Debido a esto, pues, los nervios se estaban ampliando.
El sistema nervioso es enorme y sin duda que es cósmicamente profundo.
Mientras pienses, mientras quieras pensar, a cada órgano de tu organismo imponentemente hermoso se le da a vivir esa profundidad, y otra vez puedes seguir adelante como personalidad.
Debido a que Jeus había vivido profundidad, también los nervios eran aupados y podían relajarse esos tejidos.
Sobre lo que tiene que reflexionar ahora son los “dones espirituales”.
Echa chispas cuando ve que en La Haya todo es un caos en el campo oculto, los charlatanes engañan a más no poder, esa gente pasa por encima de cadáveres.
Por encima del cadáver de tu hijo, de tus padres, cuyos mensajes recibes, que más adelante carecerán de valor, pero para los que has tenido que pagar tu valioso dinero.
De cualquier manera no puedes controlar esas leyes, y ellos tienen vía libre.
Pero por estos libros tiras a esos charlatanes al suelo, y puedes protegerte a ti mismo y a tus seres queridos, pero sobre todo podrás exterminar el charlatanismo, de modo que los regalos divinos que puedes poseer como ser humano ya no sigan siendo tirados por la borda!
Todo eso Jeus lo tiene que vivir, pero mientras tanto siente que se va haciendo más sensible.
Cómo es posible, ahora la vida de Dios quiere hablar a la suya.
Ahora escucha bien, estimado lector.
Lo que hace unos años tuvimos que cerrar, blindar, para esa unión para Jeus, ahora lo despertamos nuevamente.
Después de todo, entonces la luna quiso sacarlo de golpe de esta vida.
El sol, las estrellas y los planetas tienen algo que decirle a su personalidad, y quieren ser vividos.
Debido a esto ya no tenía asidero y dejó de pisar firmemente, se disolvió por completo y quiso seguir esa fuerza y ese empuje.
Esto mismo, pues, todos los místicos lo conocieron.
Precisamente esto les puso en las manos la victoria o bien la demencia, la muerte.
Cientos de miles de sacerdotes sucumbieron, tuvieron que aceptar la demencia o que perecer.
Eso puede contártelo Oriente y es ante eso que está Jeus otra vez si quiere recibir y vivir ‘La cosmología’.
Ahora que todo lo que vive empieza a hablar nuevamente, ahora que la propia vida quiere aclararse a él y que él sabe que esto es impresionante para su personalidad, y que encima siente y sabe que en La Haya viven diez médiums de materialización, entre ellos ni uno de verdad, eso por poco rompe su corazón de dolor, porque ¡solo ahora está empezando a comprender lo poderosos que son los dones mediúmnicos para el ser humano de la tierra y para el otro lado!
Para aquello ante lo que Jeus se encuentra ahora, un sacerdote en el Antiguo Egipto entregaba lo mejor de sí.
¡El Antiguo Egipto no conoció un “gran alado” como el que es Jeus ahora!
Se adelantó a cada una de esas vidas, ahonda más y lo que está por ocurrirle ahora supera la conciencia de la Madre Tierra y de eso no esta tiene noción.
Jeus puede contarte ahora, puede enseñarles a Sócrates, a Platón y a sus seguidores, lo que es la justicia.
¿Cuándo vives la justicia?
¿Cuándo eres verdadero?
¿Cuándo es amor el ser humano?
Puede aclarártelo y también puede obsequiarte con las clases para eso, porque ha visto las leyes y los mundos armoniosos y divinos, y porque ha asimilado la sabiduría de estos.
Y ¿qué saben de esto los ochocientos médiums en La Haya?
Allí viven ochocientos, entre los que hay algunos sensibles, ¡el resto engaña conscientemente!
Nada, absolutamente nada, todo eso es engaño y a Jeus le causa dolor.
Esas personas no se conocen a ellas mismas, son seres animales, porque violan los dones espirituales y la vida de Dios.
Ninguno de esos hombres y mujeres posee el “trance psíquico”.
Gracias a que el maestro Alcar lo llevó a través del trance psíquico, de que detrás del ataúd pudo mirar a los ojos la vida de Dios, se le dio a vivir esa unión divina.
Por eso el trance psíquico es la posesión de este universo y también querían poseerlo los egipcios, por esto recibiste en tus manos esta cultura para tu Occidente.
Jeus medita, llega a la unión con los perros y los gatos, con el alma, la vida y el espíritu, con los árboles, las flores y plantas, con el ser humano y la conciencia animal, toda esa vida quiere hablarle y contarle el propio origen.
Y nosotros vemos y vivimos que se mantiene en pie, que acoge esa vida, que vive esa unión divina y que sigue siendo él mismo.
Conoce ahora los sistemas filosóficos para todo lo que vive, creado por Dios, y es capaz de recibir libros filosóficos, pero no tenemos tiempo para eso.
Tiene a un adepto que se ha sintonizado con Platón, Sócrates y Schopenhauer, de modo que también a esa vida puede hacerla que escriba libros.
Pero todos esos hijos que lo siguen no comprenden quién es y de lo que es capaz Jeus.
No conocen su profundidad, aunque reciban las evidencias.
Para esos ojos hoy es el genio, pero cuando mañana los coloque ante los hechos ya sucumbirán, porque les temen a sus pequeñas personalidades nimias.
Pero él continúa, solo los mira a los ojos uno por uno y espera.
Más adelante, cada uno de ellos tendrá que poner las cartas sobre la mesa, ¡eso también vendrá, Jeus lo sabe!
Porque también él tiene que dejar las cosas claras ante toda la vida de Dios, ¡y tiene que demostrar lo que sabe y quiere hacer!
Si ahora se fuera a Oriente, allí lo recibirían con los brazos abiertos, pero Jeus de madre Crisje sirve al pragmático Occidente.
¡Occidente tiene que deshacerse de la condenación!
Por un buen empleíto en la sociedad, por unos pocos juguetes en la tierra lo dejan solo y tendrá que aceptar que esas personas todavía no han llegado al punto de servir a los maestros, de entregar la propia vida por Cristo.
Que piensen y que sopesen, pero para algunos ya canta ese gallo de Jerusalén y entonces no les quedará más que irse, la vida de Jeus les es demasiado dura y difícil, demasiadas veces se les da un tirón de orejas.
Son precisamente esas personas las que están abiertas a los maestros pero que en realidad no quieren tener que ver con ellos.
Sin duda fue comprobado por Jan de Ruiter, el médico que oyó por la mañana:
—Ve, ve, ve a buscar a Jozef Rulof.
Ve, ve... —Y cuando pensó para sus adentros, ‘Voy a ir a él’, había ocurrido el milagro y no llegó así como así, para muchos era un instrumento de los maestros, gracias a él se consiguió que miles de personas no tuvieran que ir a Alemania.
Gracias, doctor Jan de Ruiter, gracias, ¡haremos que las cosas estén bien para tu vida cuando estés detrás de tu ataúd!
¡Gracias, eres un tocado por Dios!
¡Un apóstol, también!
Ahora Jeus se vuelve cósmicamente sensible.
Ahora nos aupamos en su conciencia, también nosotros meditamos, también nosotros estamos ahora bajo la animación divina.
El maestro Alcar ha recibido el mensaje de comenzar con la cosmología.
Ahora puedo ir con ellos de viaje y Jeus me conoce como el primer adepto del maestro Alcar, pero existimos enteramente para este espacio, para este universo en el que vivimos y llegamos a la unión.
Lo que había sido blindado hace unos años, ahora lo aupamos de vuelta hasta el espacio espiritual, de modo que toda la vida en la tierra puede hablarle.
Jeus experimenta este contacto; lo que en la tierra solo a algunos se les dio al cinco por ciento, lo vive ahora al cien y a toda fuerza, con la entrega de su personalidad entera.
El agua tiene la mayor fuerza de atracción para su vida, y es que todo lo que vive nació en el agua.
¿En dónde quedan ustedes: Rudolf Steiner, Ramakrishna, Buda, Dante, Platón, Sócrates, todos aquellos otros a los que pertenecen Blavatsky y Krishnamurti?
Jeus puede darles clase.
Más adelante verá a los grandes que ya viven de este lado y ¡entonces ellos podrán inclinar las cabezas ante el maestro “André-Dectar”!, Jeus de madre Crisje, porque también eso pronto lo vivirá y recibirá.
Vaya, ¿todavía no sientes lo que los maestros trajeron a la tierra por medio de Jeus?
Cuando camina bordeando el agua, esa vida llama a su conciencia, y percibe:
—Oye, Jeus, ¿seguro que escondiste bien ‘Los pueblos de la tierra’?
Eso el agua se lo dice a su vida.
Cuando eres uno solo con la vida de Dios, aquella vida también te advertirá y protegerá.
Esto fue el muelle Suezkade en La Haya.
¿Agua muerta?
El agua es madre, y esa maternidad, gracias a la que él y toda la demás vida recibieron la existencia propia y la independencia humana, tira de su conciencia y la conoce.
Tanto se va hundiendo, su alma y personalidad poseen las alas, pero ahora además la sabiduría que le llega desde la “Universidad de Cristo”.
La cosmología empezó a hablar.
Puesto que esta vida es de una profundidad universal, a Jeus de madre Crisje también se le dan a ver esas leyes evolutivas como paternidad y maternidad, y eso para los planetas y las estrellas, el universo, el hombre, los animales y las plantas.
En resumidas cuentas: ahora quiere ser analizada toda la vida de Dios.
Entonces el agua pregunta a Jeus:
—¿Cuándo te marcharás para ‘La cosmología’, Jeus?
—Creo, madre... —contesta—, que los maestros vendrán por mí pronto.
Y entonces la madre “agua” le dice:

—¿No vienes conmigo un poco, Jeus?
Ven a mis brazos un momento, te daré absolutamente todo mi amor, a fin de cuentas soy tu madre espacial...

¿Sientes ante lo que se encontraba entonces y se encuentra ahora?
Si se olvidara un instante, se metería sin más al agua para dejarse mimar cerca de ese corazón y para acoger en él ese amor.
Pero entonces eso significaría la muerte, la liberación de la materia y eso lo vivieron cientos, no, miles de sacerdotes en el Antiguo Egipto y decenas de miles en otros templos, ¡por lo que sucumbieron!
Ninguno de ellos vivió esta profundidad que ahora vivirá Jeus y a la que ya —lo tiene demostrado— ha vencido.
Porque... lo seguimos a él, el maestro Alcar vive dentro de él y mira, escucha.
Jeus tiene que atravesar esto primero, ¡solo entonces podremos hacer nuestro primer viaje para ‘La cosmología’!
Si no, ahora tendremos que aceptar el sucumbir verdadero.
Pero también entonces Cristo puede estar contento, Jeus dio su propia sangre por completo a Cristo, ¡diez veces, cien veces!
Y entonces puede decir a la Madre Agua:
—No, no iré.
Me estoy preparando para ‘La cosmología’, madre.
¡Pero te lo agradezco!
Me llamo André, madre, ¿acaso no lo sabes?
—Lo sé, Jeus, pero los maestros me conocen, ¿no es así?
Es lo que vive Jeus de madre Crisje durante tu dolor, miseria, destrucción y animalización; a lo largo de tus horas, en las que tú mismo estás en la miseria y que no existen para él y sus adeptos, porque estas vidas son animadas por los maestros.
Qué le importa La Parca a Jeus, si no existe.
¿Cómo es el otro lado?
Esa vida es una revelación.
Pero también esto lo es, esta unión divina que vive, ¡es una veracidad divina que lo conecta directamente con toda la vida de Dios!
Los árboles, las flores, el agua, un perro y un gato, los pájaros, todos le preguntan cuándo empieza con la “cosmología” de sus vidas, porque también ellos representan a Dios y evolucionan, ¡vuelven a la “OMNIFUENTE”!
Y entonces el maestro Alcar puede decir, “Muy bien, Jeus, esto va de maravilla, un poco más y llegaremos a vivir, por medio del divinamente consciente, la ‘cosmología’ para la Madre Tierra y sus hijos”.
El habla de todo lo que vive es infalible, sin rodeos llega a su personalidad.
Jeus sabe ahora dónde vive el peligro.
No le teme a una ley oculta, ¡es la vida!
Esa vida tira de ti sacándote de tu propia conciencia y entonces ya no recuerdas quién eres en la tierra.
Ahora puedes decir desvaríos y eso no debe ser; debido a esto todos esos grandes del Antiguo Egipto terminaron en su manicomio.
Jeus lo siente y lo sabe: lo superas o te vas a pique, se trata de todo o nada.
“Entonces en esta vida”, se dice a sí mismo.
Se trata de mantenerte en pie, y pensar y sentir normalmente.
Crisje, pariste un verdadero “profeta”.
Cuando habla el agua, un árbol, y se vuelve demasiado insistente, Jeus le espeta en respuesta:
—¡Déjame en paz!

Pero ¿qué significa eso, árbol, agua?
Los árboles le preguntan:
—¿Vivo yo también en la tierra del otro lado, Jeus?
¿Cómo soy allí?
¿Me ama la gente allí?
Y entonces oye que el agua dice:

—Pobre, ¿no puedes verlo en mí y a través de mí?
¿No los (os) parí a todos?
¿No llegaste a la vida desde mí?
Más adelante Jeus te aclarará las leyes, porque él verá y vivirá el “OMNIGRADO” y allí, ante los ojos de la Omnifuente, escribirá nuestro nombre, ¡para que el Dios de todo lo que viva no nos olvide!
Cuando Jeus espetó su respuesta le dijo un pajarito, el gorrión común y corriente:
—¿No estás un poquito molesto, Jeus? Muerdes mucho.
Y es que lo oímos, ¿no?
Lo ves, estimado lector, tienes que asimilar esas leyes y eso es la unión con todo lo que vive de la que también habló Cristo, ¡aunque ahora sea traída a la tierra por Jeus de madre Crisje!
¿Qué quieren hacer en contra de él los grandes?
Cuando la Madre Agua pregunta:
—¿Podrías preguntar al maestro cómo soy yo en la séptima esfera, Jeus?
¿No seré allí cristalina...?

Jeus responde:
—Siempre piensan (pensáis) en ustedes (vosotros) mismos.
Nunca he preguntado algo para mí mismo a los maestros.
Tienes que sentirte feliz de pertenecer a la vida...

Y con eso se las tienen que arreglar la Madre Agua y toda la vida de Dios.
Jeus lo oye, puedes escuchar la voz de todo lo que vive.
¡Y es la voz de Dios!
Entonces cuando pronto vivamos entre las estrellas y los planetas, ¿qué? ¿Cuando hable tu universo?
Es en estos tiempos que a mucha gente le da predicciones sobre el desarrollo de la lucha.
Por supuesto, Berlín caerá antes que Scheveningen, no hay de qué preocuparse, madre, y decimos: Ámsterdam y La Haya permanecerán en nuestras manos, por más que los nazis anden corriendo aquí de un lado para otro.
¡Adolf va a perder!
¿No es lo que siempre te dije?
Y pronto recibirás de comer y beber, lo lanzarán desde el cielo.
¡Y eso será el final de Adolf!
Claro que sí, ya en 1940 los maestros predijeron que ya no tendremos madera para enterrar a nuestros muertos, ¡y ahora estamos ante ese momento!
¿Cierto?
Jeus consignó estas pruebas y se las transmitió a sus amigos; se estremecieron y temblaron.
Sin embargo llegará, y llegó; ahora vivimos en esas penurias.
Mejor cállate, recibía de la vienesa y de sus amigos, algo así no ocurrirá, no se puede vivir.
Pero vaya que se hizo verdad, ¿no, Maarten?
¿Buen amigo de Jeus, a quien se le concedió seguirlo a las duras y a las maduras, que pudo recibir miles de evidencias?
Detrás del ataúd, todos los que lo han amado reciben nuestra bendición.
Detrás de tu ataúd, ¡estaremos listos para tu vida!
¡Que lo sepas!
¿Pudiste aceptar fraternalmente a este “profeta”?
La guerra sigue, ya no hay comida ni bebida.
Tú mismo sabes a qué te supieron los bulbitos.
Jeus come poco, puede prescindir de esto; desde 1930 no ha tenido ninguna sensación de hambre, pero también su organismo se viene abajo.
No, no se ha aprovisionado de nada, porque no tenía el dinero para hacerlo, y en segundo lugar: quería vivir y gozar del modo en que le vinieran estos tiempos; debido a esta terrible paliza de y para la humanidad vivió la bienaventuranza con sintonización universal.
Pero ya nos encontraremos con eso, y también tú lo verás pasar por tu vida como un esqueleto.
También es en estos tiempos, durante estos preparativos para comenzar con ‘La cosmología’, que día tras día recibe visiones para ayudar a la gente.
Desde luego eso es posible únicamente dándoles dinero, los billetes ganados con las pinturas.
El otro lado vela por los propios queridos, y eso quiere decir que los padres velan por sus hijos.
En la mañana ve a una anciana en alguna parte de su casa, se lamenta; necesita veinticinco florines.
El maestro Alcar le dice:
—¿La ves, Jeus?
—Sí, maestro.
—Encárgate entonces de que para las diez estés allí en esa esquina, entonces ella se te acercará y le das lo que le fue prometido, es de parte de su madre.
—Cuando lo vi, supe que me lo daría.
Que Dios lo proteja... —Son las flores de su corazón para Jeus, y entonces puede volver a seguir.
En otra ocasión más tiene que esperar alrededor de las nueve en otra parte a una hija de Dios para regalar su dinero; vuelve a encontrarse con una madre, que lleva a su hijo en las entrañas y a otro en el carrito, y que ya no puede más.
El gran monto que recibió por una joya de Yongchi pasa a las manos de esta madre, y entonces puede esperar a su bebé.
¿Que si Dios vela?
¡Serían tus padres quienes velarían por tu vida, si pudieran alcanzarte!
Otra noche, en pleno invierno, tiene que ir a la calle para encontrarse con otra vida de Dios y darle el regalo de Nuestro Señor.
A Crisje ya no la ve, en 1942 se despidió de ella, por así decirlo; antes de que termine la guerra, Crisje volverá a su “Largo”.
Y también entonces el maestro Alcar lo conectará con la vida de ella.
Y entonces llegamos a ese punto.
Corre el mes de noviembre de 1944... el diecisiete... cuando por la noche en la pequeña cocina ve y oye al maestro Alcar, y su maestro le dice:
—Jeus, ¿me ves y me oyes?
—Sí, maestro.
—Entonces acoge esto por favor.

Y ahora sigue:
—La división de ‘La cosmología’ de Jozef Rulof.
Dios...
Dios como Vida...
Dios como Luz...
Dios como Alma...
Dios como Espíritu...
Dios como Padre...
Dios como Madre...
Dios como Leyes de la Vida...
Dios como Grados de la Vida...
Dios como Leyes Elementales...
Dios como Fuerza...
Dios como el Reino de los Colores de Dios...
Dios como las Leyes de Densidad...
Dios como el Reino Animal...
Dios como la Madre Naturaleza...
Dios como Justicia...
Dios como... Amor... y por ahora esto es todo, Jeus, y suficiente.
Reflexiona sobre esto, Jeus de madre Crisje, ¡ahora tenemos que seguir todo esto para la “Universidad de Cristo”!
Jeus piensa, ‘Santo cielo, ¿qué he de vivir ahora?’.
Vio y vivió el origen del universo y ¿todavía no basta con eso?
Sí, estimado lector, en esa pequeña cocina fría, a la débil luz de un cordón de zapato inmerso en un poco de aceite, Jeus de madre Crisje recibió este mensaje.
Unos días más tarde se me concede conectarme con él, y puedo decirle a Jeus:
—Jeus, vamos a romper un récord para el maestro Alcar, ahora intentaremos escribir y vivir seis libros en unos cuantos meses.

Jeus me devuelve:
—¿Cuánto más va a durar esto?
—La guerra acabará en la primavera, Jeus.
Y entonces tendremos ‘La cosmología’ en nuestras manos.
Ahora se sintoniza con el espacio.
Jeus se desvanece y sin embargo pisa firmemente con ambos pies, ahora ya no va a sucumbir.
Su espíritu y personalidad son de una profundidad universal, la comida y bebida ya no tienen significado, va a seguir a los maestros y aceptar todo.
Ahora hay personas que quieren dar mil florines por un solo libro, pero los hombres de Adolf pusieron los libros bajo llave, pueden ser quemados en cualquier momento, aunque también velamos eso, ¡no va a ocurrir nada!
Pero ni uno tiene en sus manos, y sabe que ahora son leídos hasta desgastarse las hojas, la gente que tiene los libros los comparte.
Ahora ya sabemos que se nos concedió proteger a miles de judíos del “suicidio”.
No, no voy a hacer eso ahora, lo cargaré todo, no voy a poner fin a mi vida, porque sé lo que me espera entonces, ¡quiero ahora vivir y experimentar mi propio karma!
¿Lo ves, lector? De eso se encargaron los maestros, porque el suicidio y tu incineración son lo peor que te puedes obsequiar a ti mismo.
Y luego se oye:
—¿Estás listo, Jeus?
—Sí, maestro.
—Esta noche, de noviembre... 1944... te desdoblarás para ‘La cosmología’, ¡para la sabiduría divina!
Jeus espera.
Ahora vamos los tres, sabemos lo que nos espera y lo que viviremos.
El maestro Alcar vuelve ahora a la “OMNIFUENTE”, la ”MADRE” Divina... hasta llegar al interior de la fuente por la que se originó todo, y desde donde y por medio de la que todo lo que vive adquirió la materialización.
¡Dios es más Madre que Padre!
En fin, sabes lo que Jeus recibió de su maestro y eso tenemos que seguirlo, pero por medio de la conciencia divina; ¡el “ser humano”... que ha alcanzado el “OMNIGRADO divino!
Así que el “DIOS” divino nos sigue... ¡para el que “Cristo” es el “mentor”!
Y esto no lo ha vivido ni un solo ser humano de la tierra, ni tampoco habrá ya ser humano que lo viva, ¡porque nadie jamás podrá superar a Jeus de madre Crisje!
Eso es imposible, y más adelante te lo demostraré, ¡porque puedes seguirnos!
Alguna vez Cristo dijo, “Aseguren (Asegurad) estar juntos los tres, entonces ¡’YO’ estaré con todos!”.
Y eso significa: ¡vamos de viaje al vivir a Dios como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo!
Jeus, ¡llegaremos!
Un poco después nos mira a los ojos, ¡ha comenzado el primer viaje para la “cosmología” de tu vida, y para toda la vida que Dios creó!