El trance psíquico

Jeus compró lo necesario para pintar y dibujar, por encargo de su maestro.
“Voy a ser pintor”, le dice a la vienesa, “un verdadero pintor, sí, seguramente no lo crees, pero va a suceder”.
Y también ocurrió ese milagro, Jeus ya ha recibido sus primeros dibujos.
Jeus ve que son extraños sus primeros dibujos, pero los tiene.
Un dibujante de ornamentos del siglo dieciséis se manifestó e hizo esas cosas.
Es alguien que en esa época dibujaba armas nobiliarias.
Esa personalidad usó su mano y no ocurrió nada más.
Dibujaba conscientemente, Jeus conservó la razón, pudo seguirlo y eso fue lo que más le gustó de todo.
Solo llega a hacerlo cuando tiene su día libre, únicamente entonces es posible, porque a los chicos del garaje solo se les ocurre abuchearlo, pues no lo comprenden.
Para Jeus es maravilloso.
Cuando tiene el turno de noche y está solo en la pequeña oficina —otro de esos milagros—, también está allí el dibujante, sabe cómo encontrarlo, para Jeus vuelve a ser una vivencia imponente cada vez, es algo con alas espaciales, y es que ahora parece que el ser humano sabe el camino en todas partes detrás de su ataúd y de lo que se trata: que en primer lugar sabe dónde se encuentran sus seres queridos.
Jeus sabe que lo encuentran en todas partes, esté donde esté, allí además puede ver a su maestro, y eso siempre vuelve a hacerlo feliz.
Si lo ves dibujando, lo que es altamente interesante, pensarás sin embargo que él mismo lo está haciendo.
Pero otra personalidad se ha apoderado de su mano.
Esa construye de manera infalible un florero dibujado de esos, un arma así.
Son cosas complicadas, construidas exclusivamente con ornamentos.
Pueden percibirse en ellas flores y motivos de aves, es un trabajo de filigrana y él, Jeus, ¡no puede hacer eso!
Y eso ocurre con lápices conté negros.
Ahora deja de lado su cigarrito para eso, porque no puede permitirse grandes gastos y la mujer en casa tampoco puede arreglárselas con menos.
Ahora no se gana tanto, ya sabe lo que es tener un garaje propio, lo que ganas hoy, mañana queda hecho pedazos en algún viaje.
A él no le ocurren accidentes porque al volante usa la cabeza, y tiene buena visión para el camino y el tránsito; Jeus es un artista al volante, podría ganar dinero como piloto, tiene la sensibilidad para ello.
Exactamente como para el fútbol, piensa y tiene sensibilidad para todo, ¿verdad? Cuando tienes sensibilidad eres rico, y ¡así es!
Sí que es extraño, ya no ha pensado en jugar fútbol ni un segundo, ¡ya no tiene tiempo para eso!
Pero ha entrado en él algo muy distinto.
Ahora vive en él sentimiento espacial, ha entrado en contacto con un maestro y se tiene la intención de convertir su vida en un pintor, y eso es algo muy diferente que jugar al fútbol.
Que va a ser otra persona, eso lo comprende, pues se nota en todo.
Se ha hecho mayor, su primer viaje con su maestro en ese mundo fue enorme.
Claro que sí, vivió los primeros días en silencio, le golpeó por dentro durante un instante, fue el poder de esta sabiduría la que le mostró, “¿Qué quieres?”, y que desde luego le pidió, “¡Piensa en esto!”.
Jeus volvió a vivirlo todo una vez más, una y otra vez volvía a sus emociones demasiado grandes, abrazaba a Crisje y Miets, hablaba con el Largo, y después de unos días pudo exclamar: “Mundo, humanidad, pero ¿qué es lo que quieres?”.
¿De verdad no lo ves?
¿Será que realmente no sabes nada de todos estos asuntos imponentes?
Y entonces —no lo creerás— ya se sentía como un rey, y sabía para sus adentros y para su vienesa: nos porta un amor divino.
Y... también sabe: su juventud fue formidable, enorme, ¿a quién se le concedió vivir esto?
Es verdad, por dentro estallaba de felicidad, de amor, de respeto por Casje, su maestro.
Ha estado meditando día y noche; reflexionó, volvió a seguir todo, cada paso lo absorbió, lo terminó, lo vivió a fondo; sí, puedes creerlo: más de una vez lloró mientras conducía su Citroën.
Quien haya podido seguirlo vio ese llanto, pero Jeus no decía por qué.
Cuando alguien lo vio y le preguntó: “¿Por qué te corren las lágrimas por las mejillas?”, contestó: “No puedo con mi felicidad”.
Cuando pensó que ese hombre sentía algo por la realidad divina, lo supo de inmediato y mejor cerró la boca: se estaban burlando de él a sus espaldas.
Pero también entonces Jeus pensó: ‘¡Quien ríe el último, ríe mejor!’.
Pues entonces que ese hombre y todos los que no puedan creerlo, por más que lo tengan delante de sus narices, sigan siendo incrédulos, pobres y míseros, faltos de alma, inconscientes, hasta que La Parca llegue a buscarlos, solo entonces lo sabrán.
Esto nadie en el mundo se lo quitará, para nadie se hará a un lado, lo sabe: Dios le dio un contacto espacial, ¡el reencuentro eterno!
Sin duda es raro, ve que la gente sí acepta la inmundicia; no está abierta a asuntos imponentes, y ¡ahora son borregos!
Sabían con seguridad que él pensaba seriamente, y también sentían con seguridad que él casi había terminado consigo mismo, porque entonces de pronto se empezó a dibujar y fue una revelación nueva para él.
Entonces Jeus supo que poseía algo particular.
Los primeros dibujos fueron sorpresas para Johan y Bernard, también para la vienesa.
Quien los veía tenía que admitir que habían sido hechos y armados ingeniosamente.
Para él, lo curioso era también que mientras dibujaba podía hablar con el artista astral, pero este nunca le contaba de antemano lo que quería hacer, eso también era siempre una sorpresa para Jeus, y era lo que le importaba al maestro Alcar.
¡Y Jeus lo comprendía!
Cuando el maestro Alcar le enseñó a conducir, él tampoco sabía lo que Willem iba a querer hacer.
De haberlo sabido de antemano, habría obstaculizado a Willem, habría estado pensando y eso era precisamente lo que no debía ser.
Así constata ahora: cuanto más complicado se va haciendo el dibujo, tanto mejor para el pensamiento y sentimiento astral; ahora Jeus se sentía completamente anulado.
Mientras tanto, vivía y se sentía en diez mundos a la vez, y los iba procesando.
Una tarde —nuevamente otra gran felicidad para su vida y ser— Miets e Irma y también el Largo llegaron a echar un vistazo.
Lo seguían todo.
Fue un momento imponente.
Miets lo miró a los ojos con pureza y dijo:
—A que vale la pena, ¿no, Jeus?

Y él pudo contestarle:
—Sí, Miets querida, es una revelación.
Cómo se lo agradezco a los cielos.
‘Sí, continúa, una felicidad es incluso superior a la otra’, pensó Jeus.
Hay que hacerlo, mirar a los ojos de alguien que vive detrás del ataúd, a quien amaste indeciblemente y que ahora está a tu lado y te mira a los ojos, aunque ahora como un ser humano que sabe, que ve, a quien se le han dado a aceptar las leyes de Dios.
Eso Jeus lo vivió gracias a Irma, ahora su hermana; puso su mano en la de ella, le apretó un momento la mano espiritual y le dio su corazón vivo, al que ella estaba abierta.
Y Miets le besó la frente, lo que le hizo pensar: ‘¿Hay que ver?’.
Un beso de una “reina” espiritual... es lo que eran esas personas que habían vivido en la tierra, ¡eran reinas!
“Dios mío”, suspiró Jeus, “no me hagas llorar”.
Y entonces estas dos se fueron con su padre, el Largo.
Jeus pudo seguirlos.
Vio que salieron andando de su habitación y que aceptaron los espacios.
Se adentraron directamente en un paraíso imponente.
Irma amaba, rebosaba de amor, pero Jeus también lo vio: ella llegaría más arriba gracias a Miets.
Estas dos estaban de viaje; a quien quisiera escucharlas le contaban de la felicidad que llevaban y conocían, pero su verdadera tarea era enseñarles a los niños que de jóvenes en la tierra hubieran tenido que aceptar a La Parca, y hablarles de la vida eterna.
‘Así que...’, pensó Jeus, ‘¡se han convertido en madrecitas espirituales!’.
¡Y así es!
Gracias a esto, Irma pudo llevarse a sí misma al despertar espacial, y Miets no hacía otra cosa, lo que para ellas significaba en ese mundo la felicidad universal.
‘Sí, gente’, pensó Jeus, ‘¿qué quieres hacer detrás del ataúd?
¿Acaso quieres ofrecer un partido de boxeo también allí?
¿Acaso también allí quieres hacer un viaje alrededor del mundo? ¿Pedir tu champaña donde Nuestro Señor?
¿Pedir buena comida y bebida?
¡Allí ya no hay cuestión de mimos!’.
Y entonces pudo decirse a sí mismo: “Sí, si me esfuerzo, seré un gran milagro, porque esto, lo que ahora está ocurriendo conmigo y a través de mí, ¡no es de mí mismo!”.
Y quien no quiera creerlo está ciego como un topo, no quiere perder esto de dibujar ni por millones de florines.
La Parca te besa en plena cara, te habla, es una madre, un ángel, pero no es violencia ruda, no es hipócrita ni destructora, ¡es amor eterno!
Pero... ahora sus nervios tienen que poder procesar todas estas leyes y todas estas fuerzas.
Pues bien, si el maestro Alcar hubiera olvidado lo corporal de su juventud, si lo hubiera descuidado, las cosas pintarían mal para Jeus y los sistemas materiales no estarían listos ahora para procesar ni poder acoger la superioridad espiritual.
Sin embargo, ahora el organismo de Jeus tiene bastante aguante, también eso ha sido calculado y ahora está siendo ampliado sistemáticamente; Jeus vivió su deporte.
Pero ¿ahora qué, si el maestro Alcar empieza a toda máquina?
Jeus piensa ahora ‘Entonces ya veremos’.
Quien viva entonces ya se encargará en ese momento de que las cosas se arreglen.
Pero ya sabemos: solo entonces recibirá su paliza cósmica y lo oirás gimiendo.
Entonces temblará y se estremecerá, le costará su sangre vital, sucumbirá irrevocablemente, pero ¡también entonces demostrará lo que puede y quiere hacer!
Pero lo que es venir, vendrá: ¡no le van a regalar su conciencia espacial!
Debido a que el maestro Alcar lo ubica ante esas leyes, tarde o temprano llegará un alto espiritual... también un derrumbamiento material, pero entonces sabremos cómo debemos actuar para él.
Ojalá lo aguante su corazoncito.
Sí, Jan Lemmekus, solo entonces estará ante las leyes ocultas, ante el Antiguo Egipto y tus mozos del Tíbet, que saben todo al respecto, y quienes sin embargo cortaron su preciado cuello, ¡porque las leyes ocultas han matado sus vidas...!
Pero tú, Jan, más adelante leerás sus libros y recibirás para ti y para tus queridas Anneke y Mina, y para ti mismo, sus besos, sus “pequeñas orquídeas”.
Y son espirituales, pero puedes depositarlas en el Gólgota, porque están animadas por el amor de Jeus, ¡y porque has sido un buen amigo y un padre para nuestro Jeus!
Nos volveremos a ver, Jan, en este espacio en el que vivimos, amada vida mía, pues nos conocemos ya desde hace tanto, de antes, querido Jan, entonces también pertenecíamos a esos mozos, pero ¡recibimos nuestro propio desarrollo en el Antiguo Egipto!
De verdad, Jan, ¡allí fuiste un buen sacerdote!
Ya te lo dije, estimado lector... cuando ves cómo dibuja Jeus, piensas que él mismo lo está haciendo.
Pero también piensas, ‘Esto no va a resultar en nada’, de la algarabía que forman las líneas y rayitas.
Aun así, cada rayita y pequeña línea ha sido fijada de manera consciente y meditada, a veces afiladísima; esta manera de dibujar es tan calculada que no puedes sacar nada en claro, pero cuando la personalidad astral está casi lista, de pronto conecta todas esas líneas, y mira: el milagro quedó terminado, es un simbolismo, representa felicidad, amor, odio, mal, o tal vez despertar, maternidad, paternidad, ¡el renacer!
Este dibujante ya no dibuja una vaca, una casita, un pastizal; está ante un espacio de pensamientos y sentimientos y representa semejante pensamiento.
Al final de uno de esos dibujos siguen algunas pequeñas líneas, como acabo de decir, que el milagro espiritual se traza para sí mismo y que Jeus puede seguir; vio y pudo aceptar que cada línea era calibrada y de pronto ve lo que ese hombre quiere, y eso también es una revelación para su pensamiento y sentimiento como ser humano material.
¡Por esto Jeus sabe categóricamente que esto no es de él mismo!
¡Esto pasa al margen de él!
Ves ahora que, tranquilamente, la personalidad astral va construyendo algo para ella misma.
¡Y así es!
Lo ves: todo ha sido pensado.
Cada línea es calculada.
Jeus puede aceptar que ni una sola pequeña línea se eche encima así como así; una línea de estas posee un rasgo característico y una personalidad, esa cosa te dice algo, ¡tiene un significado!
Representa un estímulo para el conjunto y es —si lo sigues— infinita; un ser humano de este mundo no puede dibujar así, ¡se perdería en ese embrollo!
El artista astral le hace ver el bien y el mal por medio de un dibujo, el amor, la amistad y la evolución, pero para el maestro Alcar se trata de lograr que Jeus se abra, se trata de echar los fundamentos dibujando, porque así se alcanza el “trance psíquico”.
Y para Jeus, lo verás más tarde, ¡es lo más elevado de todo!
Este artista dibuja tu vida interior, tu amor, por medio de una flor.
Ya no es capaz de sintonizarse con tu vaca, esa vida material, ese pensar y sentir, ya los ha vencido y olvidado hace siglos.
Tienes tus propios pintores vacunos, y también tus soñadores; nosotros no participamos en eso, y eso Jeus tampoco lo recibirá nunca.
Pero uno de esos ramos con flores que parece de mocoso puede curarte de cualquier enfermedad, si puedes darte como Jeus sabe hacerlo, y lo hace con gusto, porque ¡por medio de una flor de estas se te conecta con el espacio!
Si les (os) digo que vamos hacia los colores de Rembrandt, ¡pueden (podéis) aceptarme!
¡A esas alturas lleva el maestro Alcar este arte!
Jeus todavía es consciente ahora, pero cuando más tarde el maestro Alcar trabaje por medio del trance psíquico, cuando empiece con ese desarrollo, entonces se irá hundiendo en el sueño mientras pinta, lo que llamamos el sueño oculto y que es el trance psíquico.
El milagro más grande en el Antiguo Egipto, ¡esto es lo que te quedará claro más adelante!
Entonces se pinta al margen de su conciencia.
Aunque también ahora sea lo que está ocurriendo, esto es el trance consciente, y es que Jeus lo ve y no lo hace; el trance psíquico reclama por completo la conciencia diurna y solo entonces podremos, podrá el maestro Alcar hacer con Jeus lo que él mismo quiere, y los “dones divinos” pasarán a primer plano.
Por supuesto... ya también ahora vemos, ve Jeus que está colmado de dones, pero ¡todo esto no es más que un juego!
Es desarrollo, es el despertar y es sumamente necesario; pero ya estás viéndolo: ¡el maestro Alcar ya puede alcanzar a Jeus a través de varias posibilidades!
Conocemos el trance consciente y el inconsciente.
El consciente está viviendo ahora la “inspiración”... que por lo tanto es completamente espiritual para Jeus.
Recibí la gracia divina para poder escribir esos libros más adelante, y esos te aclararán entonces absolutamente todos los dones divinos.
Basta con mirar la contracubierta y ya lo verás, ahora sabes cuántos libros hemos escrito ya por medio de Jeus, y por haber seguido todo esto puedes inclinar tu cabeza humana y decir: “Sí, sea como sea, ¡Jeus es un milagro!”.
Todo esto no le pertenece, ¡de verdad que viene desde la vida después de la muerte!
El trance inconsciente, en cambio, te lleva de vuelta a ti y a nosotros al subconsciente humano, o a través de los siete grados del sueño humano, por los que el erudito arma tanto alboroto mientras no tiene ni pajolera idea, porque ese hombre no puede aceptar el alma como una personalidad astral, porque encima no puede comprender que el alma ha vivido en la tierra como ser humano miles de veces, no, millones de veces, y ¡esto es para él el alto universal!
Ahora ¡no va a llegar nunca!
Y entonces estaremos, también tú, ante tu pasado rico o pobre como las ratas, ante tu bien y tu mal, tu destrucción y tu convicción, tu servir o tus pasiones humanas y quiere ser para el maestro Alcar... el sentimiento... el sentimiento por el que él trabaja y eleva a Jeus y ¡por el que el maestro puede alcanzar su vida!
¡Ese es el pasado de Jeus!
También tu pasado, tu sentimiento para esta vida, pero que ahora todavía no está abierto a las leyes del alma, tu espíritu y tu sentir y pensar interiores.
Pero por medio de esto dibuja la conciencia astral, el espíritu, a quien se le concedió mantener detrás del ataúd humano su pensar y sentir, además de su conocimiento.
Más sencillo, imposible, ¿no?
Pues bien, conocerás lo que hace falta para esto, ¡y de verdad que no es tan sencillo!
Para ello, Jeus entregará su sangre, absolutamente todo, ¡su “yo”entero!
El maestro Alcar lleva a Jeus al sueño “cataléptico”, la muerte aparente humana; si no la hubiera, si no existiera, tampoco habría trance psíquico y tampoco habría Cristo podido llamar a Lázaro a la vida, entonces también esa vida se habría desprendido tranquilamente de la materia, pero también Lázaro vivió los grados de sueño, de los que padeció el más profundo de todos, ¡y que es la muerte aparente!
Ya has de estarlo sintiendo: Jeus debe perderse a sí mismo por completo; así que la mediumnidad quiere ser perder todo de ti mismo, solo entonces podemos —puede tu ser querido, tu padre y tu madre, tus propios hermanos— alcanzarte desde la vida detrás del ataúd.
A ti no se te puede alcanzar porque no estás abierto ni quieres perderte a ti mismo, porque no puedes, porque no posees esa sensibilidad, ¡porque todavía no posees esa sensibilidad mediúmnica de la que Jeus se ha apropiado a través de un sinfín de vidas propias!
Eso —hay que creerlo— son verdades sagradas, ¡no te estoy diciendo disparates!
Las personas tenemos millones de vidas a nuestras espaldas, porque no podemos acceder al “OMNIGRADO” divino a través de una sola vida.
Es infantil creer que esto sí sea posible, pero Jeus sirve para darte esa seguridad, porque volvió a la tierra para esta tarea.
Por eso ¡nosotros y tú estamos ante la reencarnación!
¡El renacer!
Y ahora ya puedes preguntar: “Jeus de madre Crisje, ¿quién eres en realidad?”.
Pero más tarde se te concederá saberlo, porque te conectaremos con esas leyes.
Puedes seguirlo todo conscientemente y entonces sabrás adónde se dirigirá el maestro Alcar con Jeus como su instrumento.
Te decimos: ¡esto es arte!
Para ti mismo puedes no llamarlo arte; si hace falta, aniquila todo esto conscientemente, pero más adelante inclinarás la cabeza, porque ahora vivirás y seguirás todo con Jeus, puesto que te aclaramos este desarrollo.
Por qué no sales entonces una vez más de su vida y dices otra vez: "El tiempo que le di y que para los maestros quedó echado a perder"; si eso todavía sale de tu boca, entonces serás un inconsciente, aceptas el instinto de “borrego”, pero eso es asunto tuyo, ¡todavía no has llegado a ese punto!
¡Continuamos!
Por los fenómenos podrás constatar la profundidad del suceso, llevado por un consciente cósmico, el maestro Alcar a Jeus y a tu mundo, ¡porque esta humanidad forzosamente debe despertar y tiene que conocerse como ser humano!
¿Quién es Casje?
Y ¿qué quiere?
Ya te mencioné su nombre anterior, de verdad, ¡él es Anthony van Dyck!
Al final de este tomo ya volveremos a hablar.
Estoy totalmente convencido de que nos sentaremos a los pies de Jeus para pedirle entonces: “Vamos, cuéntanos de tu contacto imponente, de tus viajes con tu maestro, danos esa gloria divina”.
Sí, ¡este saber!
Y entonces nos miraremos a los ojos, creo que entonces estarás agradecido porque se te haya concedido conocer a un Jeus de madre Crisje y que él sea ahora, como millones de otros donde nosotros, un maestro cósmico para tu vida.
Pues bien, continuamos, pero tenía que desahogarme un poco.
Veamos, cada dibujo, por más insignificante que se vea la cosa, sin embargo adquiere significado universal para el maestro Alcar.
Ahora Jeus no debe pensar que sabe algo de arte, porque eso no puede ser.
Esos sentimientos artísticos son de otra personalidad.
Tampoco tiene que pensar nunca que esté asimilando algo de esto durante este desarrollo, eso solo vendrá más adelante.
Y también eso es lógico: Jeus cambia por completo, más tarde será un maestro en sentimientos, para el arte, para la vida social, podría incluso sin problema alguno hacer de director, entonces sabrá hacer un montón de cosas, será apto para todo, porque el maestro Alcar lo ha colocado ante lo más elevado y lo último, lo más difícil; esto atraviesa su vida y puede vivirlo, y significa: “¡Jeus está asimilando ese espacio!”.
Ya ves, el maestro Alcar no se olvida de él ni de su conciencia, ¡está convirtiendo a Jeus en un maestro consciente!
Y ¿quién no quiere eso?
Si todavía dices, no quiero eso, entonces te pido que esperes; ya hablaremos más tarde.
¿No dijo “Cristo” a sus apóstoles: “Pierdan su (Perded vuestra) propia vida y recibirán (recibiréis) la “MÍA”?
Pues bien, Jeus pierde la suya, pero obtendrá la conciencia de su maestro.
Jeus recibirá la “omnisciencia” de su maestro, ¡se hará cósmicamente consciente!
¿Todavía está lista tu vida para “reír”?
Ahora ha ido a parar a un negocio para artistas para comprar colorines.
Los necesita para pintar, el maestro Alcar quiere empezar con eso, hemos llegado a ese punto.
Pero él mismo no entiende de pintura, no lo ha aprendido.
Ahora conoces su vida, ¡él no sabe nada de ella!
Pero el que vive dentro de él, que está a su lado, Erich Wolff... muerto en la guerra de 1914-1918... él sí lo sabe.
Ahora Erich Wolff ha recibido la tarea de pintar y es él quien escoge los colores para sí mismo, pero a ver, Erich, que no sean demasiado caros, porque Jeus no tiene dinero para eso, así que mejor compra primero la pintura común y corriente, y también eso, otra vez, por encargo del maestro Alcar.
Erich le sonríe a su maestro, todos sentimos diversión espacial, pero debemos tomar en cuenta a la vienesa, o a Jeus ya nadie le dará de comer.
¿Puede hacer comida con unas pinturas monas?
No, vienesa, eso no es posible, pero sí con y por medio del dinero que Jeus ya pronto tiene en sus manos, porque vende uno de esos productos espirituales a las personas que están abiertas a ello, y entonces seguimos.
Así que Wolff se cuela en los sentimientos de Jeus y escoge algo para sí mismo.
Y Jeus ve de todo.
Cómo rió la gente cuando no conocía el nombre de todas esas cosas, y aun así quería pintar.
¿Qué será lo que quiere hacer en realidad ese taxista?
Se propaga por La Haya como un reguero de pólvora.
Ah, sí, oí algo de eso, ese taxista loco está pintando, ¿y?
Completamente chiflado, claro.
Pero bueno, entre el cielo y la tierra viven tantas cosas de las que la seres humanos todavía no sabemos nada, ¿verdad?
O es lo que dirías, por lo menos.
Jeus piensa, ‘Por supuesto... ¡los puros “drudels”!’.
¿Ya lo sabes?
Voy a ser pintor, ¿acaso te mueres de envidia?
Que la gente se ría, a él no le van a hacer nada, él lo sabe, y además, quien ríe al último..., ¿no?
Pero entonces en sus paredes cuelga su propio arte.
¿Quieres algo de ello?
Jeus ya se agarra fuerte, Crisje, que la sociedad, con toda su gente, le diga lo que quiera.
Una cosa de esas en las que introduces el pulgar, ¿qué cuesta?
Nada para mí, demasiado caro.
Entonces que Wolff se las arregle con un plato viejo, sirve bastante bien, ¿cierto o no?
Y por supuesto, Jeus, puede hacerlo sin problema, ya lo verás.
Pero, santo cielo, le han birlado del bolsillo tres florines y medio.
¿Qué no dirá la vienesa cuando lo sepa?
Ha invertido en eso todo el dinero para sus cigarros, pero —los “peros” vuelan al espacio— ¿y si más adelante puedo vender mis pinturas?
No me hagas reír, Jeus, dice el mundo, pero vamos a seguir adelante; Erich Wolff ya empezó.
El maestro Alcar sigue un camino oculto ya trazado para Jeus, pero sobre todo para sí mismo.
Jeus siente que se trata ahora de matar a La Parca pintando, de bajar a esa moza asquerosa de su pedestal a bofetadas, porque es ella la que desde hace siglos ya ha estado tomándole el pelo al hijo de Dios.
Y todas estas posibilidades sirven para desatar a Jeus de sí mismo, de convertir su vida en la de un “gran alado”, como no se conoció ninguno en el Antiguo Egipto.
Entonces será un ser humano con concienciación macrocósmica, para la que los sacerdotes de los Templos de Ra, Re e Isis han dado sus vidas, pero que ni uno de ellos ha alcanzado, sino que eran “dones” por los que semejante sacerdote se veneraba como si fuera una deidad, porque esa personalidad había vencido la vida y también la muerte.
¿O eso usted no lo sabe?
Ahora Erich Wolff está echando los primeros fundamentos para el trance psíquico.
Y cuando el maestro Alcar haya llegado a ese punto, solo entonces llevará a Jeus a los “infiernos y los cielos”, y se le aclararán esos espacios, después de lo cual, al terminar un viaje de estos, se consignará la sabiduría y se originarán los libros.
Te digo: Jeus será más amplio, más consciente que los más grandes que tu mundo ha conocido y que todavía posee.
¡Jeus será más grande que Pitágoras, más grande y consciente que tu famoso Ramakrishna, Buda, más grande que Sócrates, Platón y muchos otros conscientes que han hecho algo para el desarrollo, el despertar y la evolución espiritual del ser humano!
Estos hombres milagrosos, es decir, hijos de Dios, no han conocido este desarrollo, que tu Jeus recibe de madre Crisje.
Y es que ellos vivían y servían para su propio tiempo.
Jeus lo hace para el “siglo veinte”, ¡que es el siglo de Cristo!
Y eso significa: solo ahora pueden empezar los maestros; hace solamente unos siglos se habría puesto a Jeus en una hoguera eclesiástica y también la vida suya, como tuvieron que aceptar tantos otros, se habría quemado viva, ¿acaso no es cierto?
Y ¿por qué los ángeles dejarían que los sentimientos eclesiásticos quemaran una vida cósmicamente consciente?
Tampoco entonces empezaron, eso solo es posible en este momento, porque, como ya te conté y pude aclarar, la humanidad todavía no conocía, todavía no poseía esta conciencia.
Así que se sabe a ciencia cierta lo que es posible detrás del ataúd, por supuesto, los cielos están llenos, allí viven millones de maestros y ¡no permiten que Jeus de madre Crisje perezca debido a la autoridad eclesiástica y dogmática!
Adelante, quémate tú misma, ahora nosotros podemos seguir trabajando en paz, ¡ya no hay nada que nos detenga!
Jeus será más grande y consciente que lo que saben todos tus filósofos juntos acerca de los sistemas divinos y de las revelaciones materiales.
Pronto pueden ser sus discípulos.
Pero más adelante, cuando hayamos llegado a ese punto, verás, lector..., que Jeus continuará el trabajo de tus grandes anteriores y viviremos que todo fue calculado y ¡eso es lo que Cristo mantuvo bajo control!
Así que a los grandes se les concedió vivir un estudio propio, pero este siglo al que perteneces pide otra cosa.
Sin embargo, uno por uno dieron sus vidas para esa tarea y lo sabes: a Sócrates se le presentó una copa de cicuta, a Pitágoras le sucedió que su alumno prendió fuego a su templo, también el justo pero aun así espiritualmente inconsciente Rudolf Steiner tuvo que tragar la misma destrucción, por lo que ves qué inconscientes siguen siendo las masas.
Sí, todos ellos han dado algo por este desarrollo metafísico, se entregaron ellos mismos y ahora los maestros continuarán.
Esas personas supieron hacerlo porque siguieron unos estudios propios y a otros que, como Ramakrishna, recibieron sus tesoros espirituales a través del desdoblamiento corporal.
Pero bueno, más tarde Jeus se elevará por encima de todas esas cabezas y eso lo aceptan Ramakrishna, Buda, Pitágoras, también Mahoma, más adelante todos los grandes de tu mundo tendrán que aceptarlo, porque solo entonces Darwin sabrá que es solo un niño insignificante en comparación con Jeus de madre Crisje; es más, porque sabe que Jeus es el cósmicamente consciente, porque Darwin y todos los demás son alumnos de los maestros y ellos han de ¡inclinarse ante el maestro Alcar!
Lo ves, allí estamos conduciendo a Jeus, ya hemos empezado a hacerlo por medio de estos garabatos.
Acabo de decirte que Wolff echó los primeros fundamentos para las “grandes alas”... que no conocieron ni tuvieron Rudolf Steiner ni Buda ni ningún otro de ellos, porque no pudieron vivir este desarrollo, porque se servían a ellos mismos, porque no aceptaron ayuda astral; aunque estuvieran abiertos a ello, no tuvieron esa sensibilidad mediúmnica.
Debido a que Ramakrishna quería vivir él mismo, se desdoblaba él mismo, se liberaba de sus organismos materiales y no soportaba ningún tipo de ayuda ni desarrollo astrales —ahora escucha bien—, por eso tampoco se pudo alcanzar su vida.
Pero por esto tuvo que aceptar su propio alto, no se elevó por encima de su propio grado de vida y para él significó lo más extremo, la frontera.
Eso es Ramakrishna, otros vivieron un desarrollo idéntico, porque siguieron un estudio oculto, pero también Ramakrishna tenía dones místicos conscientes, un sacerdote del Antiguo Egipto que continuó para hacer algo para esta humanidad, pero que entonces padeció su alto.
Eso podrás saberlo más tarde si lees los libros de Jeus, solo entonces permeará en tu vida y personalidad que Ramakrishna nunca trajo esa sabiduría a la tierra.
¡Todavía volveré a tratar esto, muchas veces, para mostrarte quién es Jeus!
Por medio de lo que logremos, y de lo que él lleve a cabo, lo verás, ¡lo sabrás!
Jeus se entrega por completo a su maestro, y ahora este puede llevarlo y conducirlo al lugar —cómo es posible, y que sin embargo sea tan natural— en el que el Dios de todo lo que vive empezó a materializarse y se manifestó.
¡Eso es lo que ocurre!
¡Ese es el lugar al que se dirige el maestro “ALCAR”!
Jeus no lo sabe, pero allí es adonde lo está conduciendo su maestro, porque se entrega por completo.
Solo los antiguos egipcios habían llegado a ese punto, a este punto exacto de entregarse a la diosa de Isis, a las leyes ocultas, y por medio de esto fueron construyendo la sabiduría vital para su Templo.
Conocieron el “trance psíquico”, desde luego, pero ni uno de ellos alcanzó la profundidad ni la altura de Jeus, porque también ellos tenían que aceptar su propia concienciación.
Ese siglo no es el tuyo, de verdad, entonces el “Cristo” todavía tenía que venir a la tierra.
Ahora han comenzado los maestros más elevados de las esferas de luz, ¡están construyendo la “Universidad de Cristo”!
Le dan a esta humanidad conciencia elevada, ¡están al servicio de “Cristo”!
¡También Jeus quiere servir!
Desde las esferas vino a la tierra y se conocerá a sí mismo, eso también lo vivirás y se puede seguir ahora.
Y Jeus posee la sensibilidad, la entrega pura, porque asimiló esa fuerza de los sentimientos a lo largo de un sinfín de vidas.
El maestro Alcar ya ha llegado al punto en que le hacen falta ayudantes y también ellos están ahora trabajando en poner esos fundamentos.
Eso ocurre dibujando, pintando y, más tarde, sanando a los enfermos.
Jeus desactiva su “voluntad” y eso es todo lo que tiene que hacer.
Ahora la asombrosa “voluntad” para el ser humano debe ser vencida, debe ser liberada de todo tejido material y del sistema nervioso central.
Y eso, pues, no es tan sencillo, pero en el “arpa vital” de Jeus puedes ver lo que el maestro logra, Jeus es el instrumento que toca y por medio del que pasa su sabiduría.
Sin duda, los egipcios han alcanzado una altura enorme.
Pero cuando los sacerdotes comprendieron de lo que eran capaces deshonraron las leyes ocultas y las usaron para desahogarse.
Entonces se originó la “magia” negra... y la magia blanca se disolvió en las artes oscuras.
Empezó a haber un gran desorden, un lío espiritual en los Templos de Ra, Re e Isis, y estas vidas empezaron con la destrucción espiritual, la mancilla de todo lo bueno, de toda esa belleza.
Entonces los maestros interrumpieron un contacto cósmico, vieron que seguir ya no era posible; el mal en el ser humano los había vencido durante siglos.
Eso se conoce en la tierra y quedó poco de toda esa sabiduría, ¡un poderoso Templo se convirtió en una pocilga!
A pesar de todo eso, ¡hace 3800 años se echaron los fundamentos para tu siglo!
Desde entonces, nadie ha podido vivir ya esas alturas astrales y espirituales gracias a la ayuda de los conscientes espiritual y cósmicamente, directamente desde detrás del ataúd; los maestros de las esferas de luz tuvieron que esperar.
¿Qué sabían Buda, Ramakrishna, Steiner, Sócrates, Platón, Pitágoras de lo que se le da a vivir ahora a Jeus?
¡Nada!
Y eso deberás admitirlo más tarde, como ser humano de tu propio tiempo; si lees los libros de Jeus ¡lo sabrás!
Pero ¿sientes también que el propio ser humano da los sentimientos para los maestros para materializar la sabiduría, su pensar y sentir?
El maestro Alcar le pide a Jeus que entregue todo, también los egipcios pudieron hacerlo mientras duró; si no lo querían, los echaban a un animal salvaje, y entonces debían demostrar lo que sí sabían hacer; la mayoría de las veces se convertía en su muerte.
En caso de que sí, se elevaban más y podían seguir.
Si querían destrucción, estaban ante su propia aniquilación.
Que esa cultura haya muerto se lo debes a los que deshonraron la sabiduría mística.
El contacto espacial siempre ha estado allí, también ahora, está allí para tu propio siglo, pues Jeus de madre Crisje hace de “persona singular” para los maestros.
Por medio de una seguridad infalible trae la sabiduría divina a la tierra, porque el Antiguo Egipto vive dentro de él.
Si tomas entre las manos el libro 'Entre la vida y la muerte', conocerás esa vida, ahora estás ante “Dectar”... un maestro en su propio tiempo, pero que luchaba por el bien, por asegurar el Templo de Isis cuando eso todavía no era posible.
Pero ahora continúa, han pasado siglos, no ha cambiado nada en la vida ni en las leyes, ¡aunque sí en la vida interior y social para el ser humano material de este mundo!
Para el Antiguo Egipto se dice así: había sido entonces la noche y luego siguió un nuevo amanecer, pero eso ya no lo vivieron ellos allí, aunque Jeus vive ahora la mañana bendita de él y tuya, y es el despertar para una personalidad eterna.
Así que Jeus recupera esas enseñanzas, porque el maestro Alcar posee esa posibilidad y nadie en absoluto puede mancillarla, porque realmente todo lo que se le da a vivir a Jeus sigue en manos de su maestro.
Todo eso, estimado lector, solo se puede vivir y alcanzar por medio del “trance psíquico”.
¿De dónde habría sacado Jan Lemmekus su sensibilidad?
¿La recibió, así como así, por sus padres?
Sabemos que no puedes recibir nada de regalo si se trata de su conciencia interior y espiritual; tienes que asimilar esa sabiduría y esos sentimientos, morirás y vivirás por ellos, ¡para hacerlo hacen falta miles de vidas!
Si sientes esto, entonces debe quedarte claro lo que representa el maestro Alcar, si los millones de hijos de Dios quieren llegar a conocerlo a “ÉL” en la tierra.
Si el maestro sube y va hacia las profundidades demasiado lejos, demasiado rápida y conscientemente para Jeus, entonces lo derriba y estamos ante el sucumbir corporal y espiritual.
Para esto hace falta una paciencia interminable, y el maestro Alcar ya tuvo que esperar bastante, sabe cómo tiene que abrir a Jeus.
Pero cuando el manjar divino está en la tierra, se regala a tu vida pura y naturalmente, con seguridad infalible.
Y eso el maestro Alcar lo tiene en su posesión, él sirve para la “Universidad de Cristo”, la orden más alta en la vida después de la muerte.
Erich Wolff quita ese porcentaje de sensibilidad a Jeus para pintar y Louis Clermont lo seguirá, por lo que Jeus se perderá.
Ahora Wolff todavía cuelga en su organismo; más tarde Jeus se desdoblará y Wolff podrá seguir a todo vapor.
Cada nervio detiene esto —su desdoblamiento y la liberación fuera de su cuerpo—, pero el maestro Alcar ayuda a Jeus a pensar, y esto será la victoria del mundo material.
Mientras Wolff todavía no haya vencido todos esos sistemas, seguirán siendo garabatos, y se comprende, porque siente lo material a medias y no puede dárselo a Jeus, pues todavía no existe esa entrega consciente.
Para pintar poseemos siete grados, es decir, transiciones, para hacer algo en el terreno oculto.
También esos libros los escribirá Jeus, y conocerás tu vida interior.
Entre el cuarto grado del sueño se encuentra el momento en el que el ser humano sufre la liberación del cuerpo y por medio del que vive esto, y que para ti sigue siendo el morir.
Hacia allí se dirige Jeus gracias a su maestro.
Y por eso pinta Wolff, por eso conducía Jeus, a través de tu muerte hacia la vida en el espíritu, porque no hay otra cosa ni se puede vivir tampoco.
Cuando Wolff pinta, el maestro Alcar tiene la oportunidad de enseñar a Jeus y de aclararle estas leyes.
Lo que Jeus da a Wolff en sentimientos, pues, lo recupera de su maestro, pero ahora —seguramente lo sientes— en el mundo astral.
Jeus se va alejando de lo material; debido a que pierde la conciencia diurna, recibe a cambio la conciencia espiritual.
Las cartas se ponen en la mesa boca arriba, abiertas; Jeus ve lo que su maestro quiere, lo que recibe por su entrega y eso se comprende; aquí no hay descuidos en nada.
¡Así de natural es!
Cuanto más profundamente pueda Jeus vivir el trance, tanta más conciencia espiritual recibirá de su maestro, y es lo milagroso para este suceso.
Cuando sabes, pues, que por las calles de tu ciudad andan miles de médiums de trance y se hacen pasar por uno el ante el cual el Antiguo Egipto estaba impotente, comprenderás que todos esos tipos cierran los ojos ante las habladurías, porque ¿dónde está entonces su sabiduría que se recibe por medio de esto?
Lee los libros 'Dones espirituales”' y lo sabrás: esos hombres y mujeres deshonran el “trance psíquico”... siguen el camino que han seguido muchos sacerdotes, pero tarde o temprano fueron desenmascarados.
¿Quieren esas personas hacer algo por el mundo astral?
La mayoría de las veces es para su existencia, porque son demasiado perezosos para trabajar, y ahora, porque la humanidad todavía no ha llegado a ese punto, mienten y engañan y hacen que sus seres queridos jueguen a ser espíritus.
No hace falta que te cuente nada de la mentira oculta en tu propio tiempo; miles de personas mienten consciente e inconscientemente, ¡tampoco ahora hay cuestión de contacto espiritual!
Te decimos: el “trance psíquico” es el milagro más poderoso que se ha regalado a tu vida, pero ¿quién posee esta santidad?
No más de un ser humano entre millones; para este momento, para tu siglo y la “Universidad de Cristo”, Jeus de madre Crisje es el único ser humano que ahora posee ese contacto.
Después de tres meses, Jeus vivió su salida del organismo.
Y eso es pronto, el desarrollo efectivo lleva años, pero el maestro Alcar comenzó con ello ya desde su juventud.
Así que puede continuar, los primeros fundamentos inconscientes ya fueron echados allí.
Wolff hace pinturas hermosas, es más: aquellas que también pintó en la tierra.
Es un pintor marítimo, hace mares y costas; habrá otros que darán a Jeus sus simbolismos.
Mientras tanto, el maestro Alcar le aclara todas las leyes y posibilidades, y eso es la sabiduría para Jeus.
Jeus ve ahora que otro pinta por medio de él.
Si es completamente libre, está ante su maestro, y ahora oye:
—Hola, mi Jeus.
—Mi maestro.
—Volvemos a ser completamente uno.
Cuando retiraba mi concentración, te quedabas dormido aquí y tu cuerpo iba tirando de ti, pero ahora eso vamos a evitarlo.
¿Te queda claro?
—Sí, maestro, lo estoy sintiendo.
—Entonces continuaremos.
También pude liberarte ya en tu juventud de los sistemas materiales, pero entonces no lo sabías, así que no vivías nada de las leyes verdaderas por las que ocurren estos milagros.
¡Ahora lo estás viviendo todo!
Tu organismo duerme y está despierto, y a eso lo llamamos la conciencia semidespierta.
¿También puedes sentir eso, Jeus?
—Sí, maestro, entiendo lo que quiere decir.
—Esto es para el trance psíquico, pero más tarde viviremos el físico, y solo entonces llegaremos a ese punto.
El maestro Alcar retira sus fuerzas y pensamiento de Jeus, y después este cae rendido ante el sueño.
Ahora debe pelear e intentar mantenerse despierto.
Pero si Wolff fuera una personalidad tenebrosa —seguramente también lo sientes—, entonces de igual manera sobraría el peligro, y Jeus estaría poseído por lo equivocado.
Ahora no es así, lo sabe, lo ve: su maestro es luz, vida y amor.
Así sigue el maestro Alcar.
A través de la pintura logra que Jeus se mantenga despierto en su mundo.
Cada sesión le da una conciencia más elevada.
Al mismo tiempo recibe una pintura.
Van pasando meses, en este tiempo llega al punto en que se mantiene despierto durante una hora en el mundo astral.
Mientras tanto, su personalidad cambia, va conociendo las leyes para el sueño humano y propias de él, y llega a poseer la sabiduría vital como ciencia espiritual.
Jeus lucha por mantenerse despierto y en una tarde así vive un mundo espacial, se libera del organismo, pero —de lo que se trata— ¡de la Madre Tierra, de todo y de cada una de sus leyes!
En unos meses, el maestro Alcar ha llegado hasta aquí.
Para Jeus, el desarrollo verdadero durará tres años, y más tarde tendrá que aceptarlo.
¡No se le regala ni un gramo de conciencia!
Es asombrosa la lucha contra el sueño humano, que tiene que ser vencido ahora.
Cuando está exhausto de tanto luchar se acuesta en la esfera de su maestro para quedarse dormido, pero un poco después, su maestro continúa.
Hasta que por fin Jeus se mantiene despierto y puede seguir cómo se pinta.
Ahora disfruta este suceso con Erich Wolff, incluso puede hablar con él, aunque eso a su vez requiere concentración, pero es posible.
El maestro Alcar tiene controlados a Wolff y Jeus.
Y esto, pues, es vivido cincuenta veces, una y otra vez, cada desdoblamiento fija conciencia, y esa se convertirá en un fundamento para las “grandes alas”, el desdoblamiento para Jeus, tal como también pudo hacerlo Ramakrishna, aunque ahora por sus propias fuerzas, ¡por su propio estudio en el imponente Oriente!
Así, Jeus va conociendo los siete grados de sueño, ¡y los vencerá!
El ser humano que por lo tanto sufre la liberación de los sistemas materiales, lo que para ti es el morir..., ha de seguir los primeros cuatro grados del sueño, pero entre el cuarto y el quinto vive y se encuentra el desprendimiento del cuerpo y empieza el morir, allí el cordón fluido corta ambos organismos, es decir, el alma, cuando la personalidad astral espiritual se dirige a su propia sintonización interior, y ¡ahora debe aceptar ese mundo, para lo bueno y lo malo!
Todo eso lo irá conociendo Jeus, y ¡sobre eso escribiremos más adelante los libros!
¿Es entonces tan extraño que el maestro Alcar llegue a tener completamente en sus manos a Jeus de madre Crisje, pero que Jeus deba convertirse en un cósmicamente consciente?
Más tarde, adelantará a tus teósofos volando.
Si eres teósofo, entonces averigua, por medio de lo que Annie Besant le ha dado a tu vida, lo que recibirá y vivirá Jeus, y si estás sinceramente abierto a tu Dios y tu Cristo, di entonces con honestidad: Blavatsky no conoció este desarrollo, ni tampoco tu Krishnamurti.
¿Verdad que no?, Annie se equivocó; ella pensaba que Cristo volvería, que vivía en Krishnamurti; nosotros habríamos podido decirle a través de Jeus: no hagas tonterías, porque darás y vivirás un golpe, Cristo nunca jamás volverá a la tierra en un ser humano, porque ¡para eso sirven los maestros!
Ante tu vida, Jeus llama al pan, pan, y al vino, vino, pero este viene directamente de la “Universidad de Cristo”, y ¡no se avinagra jamás!
Si no puedes darle ese honor, te predigo: llegará el día en que toda esta humanidad llevará en palmillas a él y a su Crisje; ya nadie superará a nuestro Jeus, porque ¡debe recibir lo más elevado para la humanidad!
¡Créetelo, de verdad!
Tú puedes saberlo, porque te fueron regalados los libros.
Por esta sabiduría puedes sondar ahora a Jeus de madre Crisje.
Adelante, haz tus comparaciones, más adelante hablaremos también por medio de Jeus, y entonces estarás ante los maestros del espacio, y tus preguntas, sean como sean, se contestarán... ¡con conciencia cósmica!
Si no te dice nada, entonces todo esto ¡aún no está destinado para tu vida tampoco!
La vienesa estaba angustiada, claro, porque ¿qué va a ocurrir con su Jeus?
Pero ahora, al ver que recibe pinturas estupendas que la gente compra, también ella se entrega.
Pero ella vela y ¡seguirá velando por su Jeus!
Jeus terminó teniendo razón, volvió el dinero, pero es para más tarde, cuando lleguen los libros, su primera obra.
“Una mirada al más allá”... su felicidad y su vida y su amor para todos, por el que tanto él como ella lo dieron todo; ¡juntando centavos y moneditas editarán el primer hijo del “otro lado”!
Eso es lo que llegará, ya no tardará tanto, Jan Lemmekus, y ¡entonces podrás empezar!
Entonces se te concederá disfrutarlo a fondo, tu “profeta de Güeldres” habrá llegado al despertar espacial, el dialecto habrá cambiado y desaparecido por completo, ahora los maestros tendrán la palabra, ¡Dios mismo hablará!