La causa y el efecto para el alma

Cuando estén listos, cuando nuestra vida encuentre sintonización con las leyes que nosotros hemos materializado, será André quien recibe la animación y puede decir:
—La madre tierra se ha desarrollado a sí misma, mi maestro.
Ella nació para el ser humano, pero aun así le tocó aceptar que el ser humano le ha infundado alma.
También el estadio actual ha de aceptar estos milagros, y los hemos consignado para la “Universidad de Cristo”.
Esas son las leyes de justicia divinas y se convirtió en nuestra conciencia preanimal adquirida, pero también para toda la demás vida.
El macrocosmos y el microcosmos siguen siendo uno solo, y el alma sigue estando segura de sus grados de vida.
No obstante, sus leyes vitales la condujeron a la disarmonía, cuyas primeras leyes vitales se nos concedió vivir.
Lo que percibo ahora, mi maestro, es que tenemos que seguir su causa y efecto, para verla después en su mundo tenebroso, los infiernos, como lo llaman en la tierra para el estadio actual.
La evolución la condujo a la vida disarmónica y fue imposible evitarlo, según constato ahora, y tenemos que aceptarlo.
También llega a mi vida que si fue eso lo que quiso decir la “Omnimadre”, o sea, una pregunta divina que tenemos que contestar.
Porque ¿qué hemos aprendido ahora?
Se nos concedió vivir un viaje universal, como alma y como ser humano, pero no conocimos jamás aquello paradisíaco de que habla la Biblia.
¿Acaso la “Omnimadre” nos mandó a nosotros, a ella misma, conscientemente a estas leyes vitales de las que no hemos comprendido ni una sola?
Empiezo a entender lo que quiere de mi vida y conciencia el consciente “Omnigrado”, la “Universidad de Cristo”, para que pueda contestarle a usted.
Ahora tenemos que aceptar —y también se nos ha concedido vivir esas leyes divinas en la luna— que no somos nosotros quienes vivimos estos grados de vida que no son conscientes, estas sintonizaciones animales, ¡sino la misma “Omnimadre”!
Y eso, pues, es una diferencia imponente, y entonces la gente ya no tenemos nada más que decir.
Es la “Omnimadre” que se ha materializado a sí misma como un grado de vida humano y espiritual.
¿Lo entiende, mi maestro?
¡Esta palabra es imponente!
Porque anula absolutamente todas las preguntas humanas que se hacen para el estadio actual.
El ser humano pregunta:
¿por qué Dios no nos completó de una vez?
¿Por qué tenemos que vivir miseria si Dios es amor?
¿Por qué el ser humano tuvo que atravesar primero estas leyes vitales tenebrosas, prenimales? ¡Eso preguntamos!
Y entonces podemos contestar: ¡es la “Omnifuente’”!
¡La Omnimadre!
¡El Omnipadre!
¡El Omniespíritu!
¡La Omnialma!... que se ha materializado a sí misma como vida humana y animal, pero por la que recibimos la vida propia como seres humanos.
Así que no somos nada más ni nada menos, grados de vida para Dios.
Y ahora no se puede vivir miseria, sino solamente despertar espiritual y material.
Porque en el “Omnigrado”, el ser humano es una deidad.
Por tanto, la “Omnifuente” se materializará y espiritualizará, pero constatamos la disarmonía que hay en esto, como seres humanos, como vida de Dios.
No era posible de otra manera, esto el alma tiene que atravesarlo, pero su sintonización divina la protegerá contra la perdición generalizada.
—Le doy las gracias por esta respuesta, André-Dectar.
Ciertamente, ¡así es!
Ahora daremos un paseo por el planeta, pero mientras tanto constataremos su causa y efecto.
Viviremos ahora cómo es la vida para el alma como ser humano.
Así que sintonicen con esta continuación e intenten ahora llegar a conocer su disarmonía, ¡que más adelante no será nada más que evolución!
Vemos ahora, estimado lector, estimada lectora, cómo el alma como ser humano ha violentado la otra vida.
Ya hemos vivido las leyes de esto, pero ahora para una era más elevada, cuyos siete grados de vida conocemos.
En Marte, según sabemos, el alma comenzó con su destrucción, y su vida no ha cambiado en nada en la tierra, solamente el organismo ha recibido dilatación y embellecimiento, llegó a haber más conciencia.
Pero también más maldad consciente y destrucción.
Aun así, el alma ha seguido una evolución enorme, y ahora la madre tierra puede comenzar con su propio desarrollo.
Está ante la edificación de sus sistemas internos y externos, también su vida vivirá estas mismas leyes para esta evolución, pero se ha olvidado interiormente y comenzó con la violación.
¿Cuál es la consecuencia, pues?
Donde miremos se encuentra vida.
Los grados de vida materiales e internos para el ser humano y el animal y la madre naturaleza se encuentran en el agua y sobre la tierra.
El ser humano y el animal, la madre naturaleza, según vemos ahora, han sobrevivido a las eras, erudito, así que no ha surgido una segunda creación.
A lo largo de todas esas horripilantes eras la vida no se destruyó, sino que nació otra cosa, y eso queremos seguirlo.
Ahora el alma como ser humano domina todo lo que vive.
Ella es la que manda, y ya demostrará de qué es capaz.

Aquí conviven las tribus como grados de vida.
Ya se han blindado contra los otros grados de vida, inferiores, de los que ahora el más elevado, el séptimo, es el que lleva la voz cantante.
En esto la fuerza del ser humano más fuerte lo es absolutamente todo, ¡y esto tienen que aceptarlo esos otros grados de vida!
Vemos que el sexto y séptimo grados de vida han tomado posesión del planeta.
Los primeros grados de vida siguen siendo peludos, los grados de vida más elevados ya representan la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es), de las que el ser humano sigue poseyendo lo más elevado para el estadio actual.
Pero los grados más elevados atacan ahora a los inferiores y así surgió aquí la primera masacre, una guerra en miniatura, el ser humano más fuerte tiene que vencer.
Cuando el animal está hambriento y no ve nada de alimento, constatamos que ataca al ser humano y come esa vida.
Aquí ya se está masacrando a los grados de vida inferiores.
Comprendemos lo que ocurre, era inevitable, porque el ser humano interior tiene que vivir esta evolución, no hay ninguna otra creación.
Este momento acaba de recibirlo André desde el “Omnigrado” y ahora lo podemos aceptar.
Antes del surgimiento de la creación no hubo otros pensamientos.
El ser humano es una parte de esa deidad y dará ampliación a su parte.
Vemos estos caníbales, pero el alma asfixió su sintonización divina, tendrá que enmendarlo.
Muchos grados de vida humanos son vencidos por ella.
El ser uno del paraíso, que el alma vivió desde la luna, se disuelve ahora por completo.
El alma como ser humano crea disarmonía, pero para Dios y la “Omnifuente” se ha creado solamente armonía, y para eso vivirá y morirá el alma como ser humano, aunque volverá a nacer para darse a sí misma esa conciencia espiritual.
La vida ya es un caos.
Cada segundo hay seres humanos haciendo la transición demasiado pronto.
Ahora esta vida ya se puede abarcar con la vista y podemos sacar conclusiones para el estadio actual y también para su personalidad espiritual.
Y entonces el maestro Alcar dice:
—¿Les queda claro, mis hermanos?
El alma como ser humano se ha olvidado en esto, quiere dominar por medio de su conciencia adquirida.
Cuanto más nos elevamos ahora, tanto más peligrosa se vuelve la conciencia humana, ahora ella como alma quiere dominar toda la demás vida, sin excepciones.
Y el “Omnigrado” sabe lo que ella vivirá, el alma tendrá que superar esto, pero ¡será su “causa y efecto”!
Y aun así no hay manera de hablar de castigo.
Dios como Padre de amor no castiga.
El alma vuelve a la tierra y enmienda, da a luz a sus vidas.
No puede eludirlo, y son ahora sus leyes vitales espirituales que tiene que vivir.
¡Enmendará cada acto equivocado y por tanto disarmónico!
Cuando quiera destruir la vida de otro grado de vida, es cosa de ella, las leyes vitales espaciales le exigen que aun así comience a enmendar.
Y ¿qué vemos ahora?
El alma como ser humano está ante un montón de “causas y efectos”.
Ante una montaña de maldad, porque no entiende de hacer el bien.
Ahora vemos que va surgiendo un asesinato tras otro.
Y el hambre la fuerza a atacar toda la demás vida, por lo que mancilla esos otros grados de vida y se coloca ante ese mal.
Ustedes ven el alma, sienten su vida y conciencia; lo que el ser humano conoce como odio consiente para el estadio actual, eso todavía no lo tiene.
Pero este ser humano es como ni siquiera es un animal salvaje, porque su sintonización vital preanimal todavía tiene que vivir ese despertar.
¿Qué errores puede ella cometer?
Para nada, todavía no hay odio consciente.
La pasión... ella no sabe lo que es.
Esta vida preanimal no se conoce a sí misma.
Pero ya vendrá, y será en el mundo astral.
Allí alcanzará la conciencia humana, pero también en la tierra la vida continúa, y el alma dará esa concienciación.
Esto nos permite saber que el alma ha perdido su alma gemela.
Durante el estadio animal no percibe nada de esta concienciación, por lo que podemos aceptar que solo será la concienciación espiritual la que le dará a vivir esos sentimientos.
Y también esas son leyes que conocemos en las esferas de luz.
Tendrá que dar un nuevo cuerpo a aquello que mate, por lo menos su propio grado de vida, también los otros seis grados de vida luchan por su propia conservación y le toca vivir ese causa y efecto.
Para eso —lo sabemos— desciende en ambos cuerpos.
Hemos llegado a conocer estas leyes vitales en la luna, también aquí —lo ven— nos ha tocado vivirlas.
Vayan ahora un momento al siglo veinte, hermanos míos, y hagan sus comparaciones.
¿Ante qué causa y efecto estamos ahora?

Es terrible.
No solamente que el alma se mata así misma, que practica el suicidio, sino que caen millones de seres humanos por las guerras.
Y entonces por todo ese engaño espiritual, por el odio consciente, la mentira y el engaño, la violación de las leyes vitales divinas para la bondad y el amor, el alma se ha olvidado a sí misma y se ha maltratado.
Es su conciencia adquirida, su estadio actual.
¿Y dicen ustedes ahora que esta gente posee más que la de estas eras?
La posesión humana fue la perdición del alma, no ha comprendido sus pertenencias.
Y aun así, ¡el alma para el siglo XX tiene los “diez mandamientos”!
¡Tiene a “Dios”!
¡Tiene a “Cristo”!
¡Recibió una religión!
¡Tiene artes y ciencias!
Se dedica a la psicología, pero todas esas verdades vitales no han espiritualizado su vida ni han podido hacerla feliz, también ahora mismo quiere poseerlo todo y continúa dominando.
¡Nació Israel!
Surgieron los pueblos de Israel de estas tribus.
¡De estas eras!
¡Porque la vida en la tierra evolucionará y despertará!
¿Qué sabe el alma de aquí de los diez mandamientos?
¡Nada!
¡Qué sabe de Dios?
¡Nada y nada!
¿De Cristo?
Nada, y aun así, es el primer ser humano que accederá al mundo astral y que tendrá que comenzar con su causa y efecto.
Sigan ahora el estadio actual.
Perciban esa masa.
Sigan los años que pasaron y sabrán lo que todavía le tocará vivir al alma.
Cuanta más conciencia adquiera, tanto más se irá hundiendo en este caos suyo.
Cuanta más conciencia, más profunda se vuelve su miseria.
¿Es una pena?
No podemos vivir nada más.
¿Lo supo la “Omnimadre”?
Sí, sí, porque esta es la evolución humana y también animal.
Atravesamos las tinieblas hacia la luz.
Y esas tinieblas hemos tenido que vivirlas también para la “Omnimadre”, en eso no se podían vivir otras leyes.
Y luego se hizo la luz.
También el ser humano como alma se creará luz, ¡y comenzará así con la vida espiritual!
Pero el alma como ser humano, ¿ya es capaz de gritar:
“Alma de mi alma, ¿dónde estás?”?
“Alma de mi alma, ¿dónde vives?”.
“Alma de mi alma, ¿cuándo volverás a mí?”.
Para nada, no es capaz de eso, pero ¡también eso vendrá!
Para eso se conducirá a ese despertar espiritual, y nada la detiene.
El alma como ser humano del siglo veinte sabe que no le está permitido matar, ¡y aun así lo hace!
Pero ella ya lo sabe.
¡Esta gente no lo sabía!
Y aun así, también el ser humano tendrá que comenzar a enmendar.
Así que vemos, hermanos míos, que lo consciente es hermoso, es imponente; ¡aun así no se nos regala ninguna ley vital!
¡Y por eso tampoco vemos ninguna injusticia!
Le pregunto: el alma del siglo veinte ¿vive las mismas leyes?
Claro, porque las leyes vitales divinas no han cambiado.
Pero miren ahora su poder, su posesión.
Para el estadio actual, un solo ser humano es capaz de matar millones.
Así que esto nos conduce al poder y conciencia, y tenemos que aceptarlo, pero esta gente no conoció ese poder y eso, pues, fue la protección propia para el alma.
¿Qué queremos ahora?
¿Poseer poder?
¿Vivir dinero y ganancias?
Cuanto más poder tiene el ser humano en la tierra, para el estadio actual, puede significar además su gran caída.
¡Y el poder y la posesión son ahora la perdición!
¿Cuál es ahora la profundidad de la perdición para el estadio actual?
¿Cuánto se hunde el ser humano y cuándo sobrepasa las leyes vitales divinas?
Llegarán a conocerlo más adelante, pero entonces accederemos a los infiernos conscientes en el mundo astral.
Significa, por tanto, que ahora los infiernos siguen siendo inconscientes, y tenemos que aceptarlo, porque también el ser humano sigue siendo inconsciente, o sea, para el estadio actual.
El alma del siglo XX ya sabe que no le es permitido matar, esta gente no lo sabía.
Es el mal consciente y el inconsciente, y ellos tienen que aceptarlo; ante eso nos veremos como el “causa y efecto”.
¡Y aun así, Dios es amor!
Dios no quiso esta miseria.
Al alma le tocará vivir el planeta, y es su despertar y concienciación interior.
Ahora tiene que entregarse para el bien si quiere vencer su “causa y efecto”.
Está claro, hermanos míos: cuanta más conciencia fue adquiriendo, tanto más graves se volvieron los crímenes, más grave se vuelve su destrucción.
Aquí en la selva el alma vive la muerte y la perdición, pero no el suceso del siglo XX.
Aquí la gente se ataca, pero no la masa, eso vendrá solo más adelante.
Luego, cuando llegue a haber ciudades, cuando el ser humano despierte, caerán millones de seres humanos.
¿Podrá pensar la “Omnifuente”: ‘¿Con qué empecé manifestándome?’?
Esos pensamientos no han vivido jamás la espiritualización ni la materialización.
¡Esta es la creación!
Pero miren cómo nos olvidamos a nosotros mismos, cómo tranquilamente nos comemos lo otro, lo abatimos y continuamos.
Pero el “causa y efecto” nos persigue.
Y aun así, hay suficiente comida, en la tierra y en las aguas hay suficiente alimento, porque la vida misma se ha encargado de eso.
Nació comida de nuestra vida, y esa vida se ha podido materializar por medio de la madre naturaleza.
La “Omnimadre” no pudo decir: “Pero ¿qué he hecho?”, esta es su propia vida, ¡Es ”ella” misma!
Así se representa para “S u s” mundos.
Y ya hemos visto lo que le espera a esta vida, ¡estuvimos en el consciente “Omnigrado” divino!
Así que la “Omnifuente” sabía que la vida tenía que atravesar las tinieblas hacia la luz.
La “Omnimadre” sabía que su vida se olvidaría, que la vida del alma se materializaría por estas tinieblas, para nada se podían vivir otras leyes.
Así que esto ya no es ningún olvido, ¡sino evolución!
¡Y eso es otra cosa!
¡Es evolución!
¡Es despertar!
¡Es continuación!
El alma da un nuevo organismo a la vida asesinada y ahora continúa.
Se liberará de su “causa y efecto” y de las leyes disarmónicas.
¡Y entonces terminará con su ciclo!
La vida material se habrá completado y estará ante su mundo espiritual.
Este es su “causa y efecto”... hermanos míos.
Comenzó con su desintegración en Marte, vivirá lo definitivo en la tierra, y solamente ahora comenzará con la construcción, para la que despertará más adelante detrás de la materia.
Pero, hermanos míos, ¿qué vemos ahora?
Para el estadio actual, al alma le hacen falta más vidas para enmendar, así de tremenda es su desgracia.
Aquí solo algunas vidas eran suficientes para “volver” a acceder a ese estadio, porque todavía no posee esa conciencia elevada, y desde luego no pudo imaginar ningún mal.
¿Es cierto eso, maestro Zelanus?
—Sí, mi maestro.
Debido a que el alma se amplió a sí misma, se manifestaron esas leyes vitales.
Ahora llegó a controlar posibilidades de vivir el mal.
Y el estadio actual ha llegado al punto en que una sola persona puede destruir a millones, un “causa y efecto” que me hace temblar y estremecerme, porque se me concedió llegar a conocerme y recibí la conciencia de esos problemas.
Y aun así, mi maestro, percibo algo más.
Lo que hago, se lo hago a mi alma.
Lo que voy a vivir para la demolición me conducirá cada vez más lejos de su vida y sintonización, porque tengo que enmendar otras vidas.
Y eso es horroroso.
Pero también esas leyes tenemos que aceptarlas.
—También esas leyes vitales, hermanos míos —ya lo ven—, las estamos viviendo.
Cada actuación equivocada, cada vez que se violente la vida de Dios nos aleja de este ser uno, lejos de nuestra alma gemela.
Aun así, algún día volveremos a reunirnos.
Todo esto es por el “causa y efecto”.
Aquí puede vivirlos en poco tiempo, pero para el siglo XX ya no es tan sencillo.
Debido a que la vida adquiere conciencia, la causa y el efecto se va amontonando.
Y ahora mi felicidad es la de ella, mi error el de ella, mi miseria se convertirá en la de ella, ¿porque hemos violentado la vida?
Porque hemos creado tinieblas, donde aun así ya es visible la luz.
De todos modos nos tocará vivir más posibilidades por la siguiente conciencia, y esa es la intención, es además la concienciación humana y social.
Si mata ella o yo, ambos tenemos que enmendar.
Se nos dieron derechos vitales, ¡y los hemos asesinado!
Así que ya estamos accediendo a los “siete grados de vida” para la concienciación humana, los siete grados de vida para el espíritu y el mundo astral.
El alma ha de aceptar esas leyes vitales.
Continuamos, pero quien es mi alma gemela, no lo sé ahora, pero también a ella la volveré a ver.
Algún día despertará mi personalidad.
Llegará el día en que haya alcanzado el punto en que empiezo a vivir el sentimiento de que me hace falta algo de mí mismo, y es, pues, mi alma gemela.
Solo en las esferas de luz volverá a mi vida, o tal vez antes, y la verá, la percibiré en las tinieblas, porque eso también es posible.
Pero nosotros como almas gemelas continuamos, nos elevamos más y más adelante accederemos al mundo espiritual consciente.
Así que vivimos leyes que para el alma como ser humano determinan el final para el planeta material.
No hay nada en la paternidad y la maternidad que se pueda echar a perder, tampoco en el renacer, y mientras tanto nuestra vida despierta.
¿Es correcto, maestro Zelanus?
—Sí, maestro.
He vivido el propio “causa y efecto” para mi vida.
Cuando maté a mi amigo llegué a conocer todas estas leyes, como suicida accedí a la vida detrás de la materia.
Aprendí esas leyes; el libro ‘El ciclo del alma’ cuenta sobre mi vida y estas leyes, también mi hermano André llegó a conocer mi vida, por lo que también a la criatura de la madre tierra le toca aceptar estas verdades.
Y entonces me encuentro ante otras leyes vitales, de las que ya hemos comentado algunas.
Dios no conoce para nada los lechos de muerte, según decimos, pero esta gente no sabe lo que es un lecho de muerte.
Y aun así, ¿puede el estadio actual vivir alguna otra cosa?
¿Qué son ahora los lechos de muerte?
El espacio no pregunta cómo el ser humano quiere aceptar su final, porque es la terminación de la vida material, y podemos aceptarlo.
Aun así, también estas leyes volveremos a verlas, como un despertar espiritual, porque la partida del mundo material es par el “cuarto grado cósmico” la posesión elevada y espiritual del alma como ser humano.
Allí todo es consciente y la criatura de la madre tierra aún no puede vivirlo, eso el alma solo lo poseerá dentro de millones de siglos como conciencia.
Dice, pues, mi maestro, que para el estadio actual viviremos otras posibilidades, que llegaremos a conocer un sinnúmero de otras leyes, porque el alma como ser humano vivirá ahora sus leyes vitales.
—¿Es cierto, André-Dectar?
—Sí, mi maestro.
La conciencia humana da al alma muchas posibilidades sociales y espirituales.
Para el estadio actual recibirá muchas posibilidades para destruirse a sí misma, pero además para su despertar espiritual.
¡Y eso es cierto, mi maestro!
Veo el siglo XX, como una criatura de este siglo vivo esas leyes y espacios vitales, pero el resto de esta humanidad sigue siendo inconsciente y desintegra.
Asesina e incendia, miente y engaña, odia y mancilla.
Y aun así: ¡el alma como ser humano vencerá su “causa y efecto”!
—¡Son todas verdades!
Sabemos ahora que el alma de estos tiempos no pudo vivir tanto mal como lo que puede vivir el estadio actual.
Y ¿ante qué nos vemos entonces, André-Dectar?
—Ahora estamos ante la “ley vital del karma”, mi maestro.
La mentira y el engaño, el odio y todos esos otros miles de sentimientos como rasgos y características representan el “causa y efecto”.
Pero ¡el asesinato es ahora una “ley del karma”!
—Efectivamente, ¡también eso es verdad!
Antes de continuar se pueden analizar un sinnúmero de leyes vitales.
Al alma le tocó vivir lo definitivo, porque pudo vivir los grados de vida para el cuerpo y el espíritu.
Lo que se nos concedió contemplar para la “Omnimadre” adquirió realidad, esa vida continuó y vencerá ahora las terceras fuerzas vitales cósmicas como grados.
Hemos asesinado, pero volvimos para dar otro organismo al alma; así la armonía se mantuvo conectada a su vez con nuestra vida.
Así que era necesario constatar primero estas leyes vitales, para que entendiéramos enseguida su vida espiritual.
Sigue siendo inconsciente como ser humano y tiene la sintonización preanimal, pero despertará espiritualmente.
Qué leyes viviremos entonces, hermanos míos, de eso podremos convencernos más adelante.
Sigo preguntándoles, y además a la criatura de este siglo: ¿se ha creado injusticia?
El ser humano del estadio actual, ¿querría volver a esta era?
Aun así, las leyes vitales no han cambiado, pero el alma como ser humano va adquiriendo conciencia social, y así más adelante llegaremos a conocer lo conscientemente humano, el mundo astral consciente, el mal consciente, ¡el odio consciente!
Y cómo será entonces la vida en la tierra, se lo contará el estadio actual, pero las leyes vitales de Dios fuerzan al alma a continuar y volver al “Omnigrado”.
Además, viviremos el “causa” y efecto en el mundo astral.
Estos primerísimos seres humanos que han completado el ciclo de la tierra trabajarán ese mundo espiritual y también eso lo seguiremos.
¿Cómo es su despertar en ese otro mundo?
¿Hace preguntas allí el ser humano?
¿Puede el alma ya hacer preguntas allí?
También esos sentimientos nos convencen entonces de un grado de vida animal, que es humano a pesar de todo.
Sin embargo, hermanos míos, si contemplan los mundos que han sido vencidos por el alma como ser humano, no conocerán ninguna condena.
La “Omnifuente” como “Omnimadre” creó soles y planetas para el ser humano, ¡para sí misma!
Tomó millones de años para que el alma pudiera acceder a esta altura.
Esa victoria vive en su vida, la victoria del “tercer grado de vida cósmico” material, y empieza ahora con el mundo espiritual.
También entonces viviremos siete grados de vida, porque ¡los “grados de vida” son materiales y también espirituales!
Al ser humano le tocó vivir revelaciones divinas.
Cómo quiere materializar esas leyes vitales es cosa suya, de todos modos las leyes armoniosas de Dios la fuerzan una y otra vez a poner fundamentos nuevos para esta continuación macrocósmica.
La Universidad de Cristo dice:
¡la “Omnifuente” quiere que la vida despierte!
¡La “Omnimadre” quiere que su alma despierte!
Pero es la “Omniluz” la que obliga al alma como ser humano a espiritualizar la vida de ella, para ella se crearon mundos.
Es la “Universidad de Cristo” la que analizará cada una de las leyes vitales, ¡para que el ser humano llegue a conocerse!
¡La “Universidad de Cristo” traerá paz y sosiego a la tierra!
¡El “causa y efecto” del alma como ser humano se disuelve, porque esta puede comenzar con una vida espiritual!
El asesinato es una ley del karma y obliga al alma a volver a la tierra, ¡para eso se convierte en “madre”!
¡Y ahora, hermanos míos, vamos a seguir!
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