El ser humano material; la revivencia

André ha vuelto a la tierra y a su organismo, está despierto y de inmediato se pone a pensar, vuelve a vivir entre los seres humanos materiales, rodeado de pena y dolor, demolición y destrucción, hambre, pero siente que ha envejecido siglos.
¿Lo aceptará a él el ser humano de la tierra?
Ha regresado con sabiduría divina, son regalos divinos para millones de criaturas de la madre tierra, ¡con el saber de que “Dios” es un Padre de Amor!
“Oh”, envía al espacio, “¡soy muy feliz!”.
¿Dónde estuve?
Ser humano de la tierra, estuve allí, he estado allí.
No te lo crees, pero estuve allí con los maestros.
Estuvimos allí.
Todavía no se atreve a pensarlo, a pronunciar la palabra, pero ya vendrá.
Hace preguntas para sí mismo y la humanidad.
Era imponente.
Era sobrenatural y sin embargo tan cercana al ser humano, vive dentro de este, el ser humano es parte de este mundo, un espacio imponentemente espiritual y material.
Y es de ti mismo, el ser humano puede asimilarlo.
Sí, sí, mi maestro, seré fuerte, tengo que atravesarlo, sí que lo cargaré todo.
Se lo prometo: lucharé.
‘Todavía me quedan algunas horas’, piensa, ‘para reflexionar.
Tengo que prepararme o no aguantaré más aquí.
Ahora hay sabiduría divina viviendo en mi interior.
Todavía no me atrevo a elevarlo, mi maestro, pero tendré que empezar a hacerlo.
Mi vida interior va adquiriendo conciencia divina.
Ahora lo divino tiene que manifestarse hasta en la conciencia diurna y ha de recorrer un largo camino hasta llegar hasta ese punto y hasta que yo mismo sea maestro de todo.
Ese será el momento en que esta sabiduría me pertenezca.
¿Cierto o no, espacio?
¿No es verdad, mi “Wayti”?
He vuelto, cariño, y te prometo que pensaré en ti, que más adelante hablaremos.
Pero ahora estoy en la tierra y todavía no he llegado a ese punto.
Empiezo a percibir, mi Wayti, que esto tardará todavía un poco.
Tengo necesidad de atmósfera espiritual, de las vibraciones que se perciben en el otro lado, el silencio que hay allí, porque cada uno de los nervios se siente ahora estimulado.
Constato ahora, Wayti, que me ha cambiado la respiración.
Mi corazón late de otra manera, miro las cosas materiales de otra manera, he cambiado indeciblemente, empiezo a ver y percibir, y eso en tan solo una noche, en estas pocas horas.
Me hecho más viejo, siglos más viejo, ¿lo crees?
Sé que todo lo que recibo es un regalo y que mi maestro vigila.
Sabe lo que necesito.
Pero tengo que pensar, tengo que prepararme para volver a aceptar la vida material.
Tengo que encargarme de que no sucumba mi esqueleto.
Es verdad, mi organismo ha sido maltratado, pero ¿qué más da?
No significa nada.
¡Nada!
Siempre que yo mismo sepa lo que hago.
¿No es lo mejor, Wayti?
¿Sigues dormido?
Te percibo y sé ahora que todavía no se te concede contestar, primero tengo que acoger en mí algo de todos esos poderes y fuerzas o más adelante me tomaría por sorpresa.
Lo sé y te doy las gracias porque todavía no has venido a mí, por eso te doy las gracias, ¡por eso te envío mi beso!
Créelo, mundo: es sobrenatural.
Pero esto vive en el interior de tu corazón, lo posee tu alma.
Has de despertarlo como ser humano y como personalidad.
Ay, no temas, llegaremos a ese punto.
Lo aprenderás.
Pero tienes que asimilarlo y no puedes eludirlo.
¡Vive en el interior de tu alma!
Llegarás a conocerlo por medio de cada uno de tus actos espirituales —más adelante eso lo seguiremos y llegaremos a conocer— y despertarás esa chispa divina como parte del “Omnigrado”, por lo que cambiarán tu personalidad y también tu carácter, se ampliarán, lo que es la dilatación para tu personalidad humana, tu posesión para detrás del ataúd.
¿No se está volviendo sencillo?
¡Así es!
Y eso es lo que quiso Sócrates, para eso se hizo una universidad en la tierra.
Pero ¿cómo ocurre?
Quiero decir, este despertarte a ti mismo.
Quiero seguirlo ahora, vale la pena llegar a conocer también eso’.
André continúa, se sigue y vive a sí mismo.
Mi sabiduría, siente, es consciente e inconsciente.
Y sin embargo tiene que volverse consciente o por dentro tendrá una pinta extraña, entonces andaré con fuerza de gravedad espiritual y no ha de ser, ¡eso llegará a formar parte de mi “yo” con conciencia diurna!
¡Así ha de ser!
No obstante, reaccionaré yo mismo, y pronto.
Mostraré mi “voluntad”.
Y eso soy yo mismo, erudito, ¡eso soy yo mismo!
¡Puedo hacer lo que yo quiera!
¿Acaso sigues pensando que el ser humano no tiene “voluntad” propia?
Ahora me ha quedado claro, erudito.
El ser humano posee una “voluntad” divina... porque ¡el ser humano es exactamente como Dios, como la “Omnifuente” y la “Omnimadre”!
Llega a tener en sus manos el estadio divino consciente.
¿No lo crees?
¡Quiero hablar contigo!
Ahora envío mis sentimientos y sabiduría a tu vida.
Verás, erudito, que tarde o temprano recibiré una respuesta y que entonces me llegará, sin más, desde nuestra sociedad.
Puede que sea un estudiante tuyo, un ser humano que se abre a los sistemas filosóficos de Sócrates y entonces le contestaré según las leyes espaciales, o lo haré de otra manera y le tomaré el pelo a esa miserable vida tuya.
Entonces lo que importará es cómo piensa esa vida, o comenzaremos una guerra espiritual.
Pero ahora lo sé: ¡la “telepatía” espacial existe!
Puede vivirla cada perro, cada gato, cada erudito, solo los seres humanos no están abiertos a ello, como no lo están a tantos asuntos imponentes que han recibido un mundo propio por medio del Dios de todo lo que vive.
La personalidad de ustedes, ¿se ríe por todo?
Ya nos volveremos a ver, eruditos, además ya nos volveremos a hablar, ¿no, erudito, seguidor de Platón y criatura de Sócrates?
¿Qué quieres, pobre Darwin?
Santo cielo, criatura de este mundo, cómo te has equivocado.
Cómo es posible.
Cómo has errado el tiro, ya lo veo y percibo ahora.
Y sin embargo todavía hemos de comenzar con ese desarrollo.
Es el mundo animal.
¿Dónde es que nació en realidad el animal, mi Darwin?
Soy yo, André-Dectar, Jeus de Madre Crisje.
Pero Jeus sigue dormido, ahora solo está aquí Jozef, que más adelante tendrá que cuidar y representar lo material con conciencia diurna, pero ahora todavía no les doy la palabra a esos dos, solo sucumbirían.
Primero he de hacerlo yo mismo.
No obstante, mi Darwin, has errado el tiro por completo.
Estabas cerca, sí, sí, incluso estabas encima y ni siquiera lo viste.
¿Te parece esto una razón para llorar?
De todos modos no te va a ayudar.
Pero ahora yo te voy a ayudar.
Te respaldaré, mi amigo y hermano Darwin.
No me importaría tener un hermoso tulipán de esos con mi nombre, y lo tendré, lo verás.
Un lector de mis libros que ama a André, o sea, una criatura de los maestros, pone mi nombre a uno de sus tulipanes.
Y es ahora el tulipán André-Dectar.
El mío no tendrá perifollos, pero tiene la luz vital del espacio y la sensibilidad y la personalidad de la madre tierra.
Los alemanes han inundado las tierras de este hombre de agua salada, sino mi tulipán ya estaría allí.
Darwin... así que estabas cerca, así que estabas encima, pero todavía no lo veías ni sentías, ese milagro de Nuestro Señor.
Cuando haya llegado el momento y sigamos el mundo animal, entonces te llamaré para que vuelvas, y vendrás a mí.
¡Estuve allí, Darwin!
Y debido a que he estado allí ¡vendrás a mí, sí o sí!
Es la voluntad de “Cristo” que controlemos Sus leyes, para que despierte esta humanidad terrible y miserable.
Estoy quieto, según siente, pero sé dónde estuve, dónde estuvimos.
Oh, Dios mío, mi madre Crisje... ¡estuve allí!
¿Qué ser humano puede creerme?
Ser humano de la tierra, ¿me oyes?
¿Qué es lo que quieres comentar esta vez?
Te seguiré, me fijaré en cada palabra ahora.
Ya lo oigo: hablas de tu propia desgracia.
Sí, ¿por qué puede Dios aprobar esto, verdad?
De eso se trata.
No se oye nada más.
Lo viven todos los seres humanos, se lo preguntan todos los seres humanos.
Su pastor está totalmente perdido.
Su párroco se ha quedado sin palabras.
El ser humano piensa, pero en una dirección equivocada.
Ese instinto de animal gregario todavía no quiere cambiar.
El ser humano permite que se piense por él, aún no es capaz de percibir, de comprender que Dios no tiene nada que ver con toda esta desgracia.
Pero ¡te lo demostraré!
Te lo diré conforme a las Revelaciones Divinas.
¿No bastan como prueba?
Si me lo das, te abandono, entonces todavía no has llegado hasta ese punto.
Y ahora ya no pienso quedarme esperando a que despiertes.
Tomará todavía muchos siglos entonces, y es una pérdida de tiempo.
Este siglo te fuerza a poner las cartas en la mesa y esto forma parte de ello.
Respira hondo y constata que es capaz de imponer el alto espacial a la vida en la tierra.
Sí que lo procesaré todo, pero escucha bien lo que digo: Dios no tiene nada, absolutamente nada que ver con tu desgracia, y has de inclinar la cabeza.
Las cosas van bien, mi maestro, justo como me imaginé, mejor imposible.
Hasta ahora estoy contento conmigo mismo.
Lo que oigo ahora es palabrería humana y carece de importancia.
Lo que oigo es miserable, pero ¿qué puedo hacer?
¿Hay algo que se pueda aprender en la calle?
La gente habla de comida, de demolición y destrucción total, de fe y religión, hablan de la iglesia, que no hace nada, que los clérigos ya no saben qué tienen que decir a los niños, y al ser humano se le pintarrajea, acaban con él, el ser humano busca el camino equivocado y vuelve a crucificar a Cristo.
¿No es cierto?
Oigo como gritan, tienen hambre, ¡hambre y más hambre!
Puede confirmar que sabe pensar bien y nítidamente.
André continúa y oye: Adolf sigue disparando sus cohetes V2, no sabe qué más hacer.
Le deja frío, es asunto de Adolf mismo.
Tiene que continuar.
Cuando quieras pensar, puedes hacerlo para tu inconmensurabilidad.
Para tu alma, espíritu, tu vida, tu personalidad, tu paternidad y maternidad y desde luego también para tu amor.
Los pensamientos odiosos te sintonizan con las tinieblas.
Si no abres bien los ojos ahora, te engañan conscientemente por delante y por detrás.
La gente que piensa tener que entregar su vida para la sociedad y el pueblo ya sigue a Satanás, por más buenas que sean sus intenciones.
Eso lo descubrí esta noche.
No luchas por tu despertar, sino por tu propia demolición.
Participas en la destrucción.
Eso todavía no te importa, pero más adelante estarás ante estas leyes divinas disarmónicas que no fueron creadas por Dios, pues, ¡sino por ti mismo!
No son tantas las cosas que llegas a vivir en esta vida gracias a ellas, pero en la siguiente estarás ante esta precisa demolición y tendrás que poner las cartas sobre la mesa ante el espacio y esas leyes.
¿Piensas como lo hago yo?
Para nada, no eres capaz, pero habrá que comenzar.
Tú mismo piensas que puedes hacer y romper para ti mismo lo que tú mismo quieres.
Y es cierto, pero entonces no hay que quejarse tanto cuando las cosas van muy mal, ¿no?
También eso lo has querido tú mismo, pues.
Adelante, pégale un tiro a la vida de Dios y que se vaya al suelo, pero vendrá el día en que tengas que justificarlo.
Mira ahora todos esos padres adultos y esas madres adultas, síguelos en pensamientos, pero mira bien lo que están haciendo.
Y entonces, de pronto, lo sabrás.
Entonces conocerás al instante esa personalidad.
Puedes decir: “Habrase visto.
¿Por qué seguir todo ese odio, toda esta desgracia?
¿Eres de esos?
Entonces nuestros caminos se separan, no pienso servir a Satanás.
Y es lo que hacen ustedes (hacéis vosotros).
Si más adelante Adolf te gasea, entonces no te quejes (véanse los artículos ‘Hitler’ y ‘Pueblo judío’ en rulof.es); hay una cosa que es verdad: perderás tu vida material, ¡acabarán contigo!
¿Porque quieres pelear?
¿Porque percibes que tienes cosas que hacer por tu país y tu pueblo?
Ya nos volveremos a ver.
Hablas de vida y muerte, hablas de conciencia y subconsciencia, pero no te conoces a ti mismo.
Esos son tus problemas, ser humano de esta sociedad, que no logras superar, pero los buscas tú mismo, participas en ellos y pereces.
¿Y luego vienes con quejas?
¿Entonces las desgracias te hacen temblar y estremecerte?
Tú mismo lo has querido, Dios no te ha dicho que participaras en ello, Él no aprobará que se masacre a Sus hijos.
Que Sus hijos busquen lo equivocado.
Dios mío, de qué manera tan infalible lo has creado todo.
Tengo una carga cósmica.
Hace un momento pensaba que iba a sucumbir, pero ahora no ocurrirá.
Oh, soy muy feliz.
Ahora siento que me voy haciendo más liviano.
¡De eso se trata!
¿Estoy haciendo algo, aunque sea mínimo, para Tus hijos?
¿Estoy cargando un poquito?
¿Estoy trabajando, sirviendo, si intento hacer que Tus hijos piensen y sientan de otra manera?
Seguiré siendo humano y sin embargo viviré las leyes, ¿verdad, Padre y Madre míos?; solo entonces llegaré hasta las leyes espaciales y despertaré para Sus vidas.
¿Lo quieres?
¡Lo haré, “Omnimadre”!
Eres amor.
Felicidad y vida.
Alma y espíritu.
Personalidad y también felicidad... sosiego... paz... ¡siempre amor!
Y se lo diré a Tu vida... ¿no, mi “Omnimadre”?
Me esforzaré todo lo que pueda.
Qué desea el “Omnigrado” de mí... sigue diciendo.
Ahora todos los espacios de Dios han de escucharme.
No a la fuerza, sino por medio del amor y del deseo de servir.
Y me prepararé para absolutamente cada ley; si sigo amando la vida, llegaré a ese punto.
Se todos modos habrá gente que venga a verme para escuchar cuando esté allí.
Conduciré Tu vida al despertar, mi “Madre”.
Diré a Ramakrishna que se me concedió conocerte y eso hará que también él se ponga feliz.
¿Sabes, “Madre”, el amor que esa criatura tenía por Tu vida?
¿Cómo se ha entregado por la gente?
Diré a los seres humanos de la madre tierra que estuve contigo, que te vi y que hablé contigo.
Pienso que habrá quienes me oirán y querrán escuchar, mi Madre.
Ser humano de este mundo, tengo que contarte algo maravilloso y soy capaz de hacerte feliz.
¿Me oyes?
¿Me sientes?
No, no, no estoy loco, soy plena y espacialmente consciente, sé lo que digo.
¿Acaso no oyes cómo toso, río, chiflo?
¿Ahora me oyes hablar?
Eso te dice que todavía soy un ser humano normal.
Ahora escucha.
Veo que las cabezas giran para escuchar.
Es glorioso, demuestra que todavía no te han golpeado hasta dejarte muerto en vida y que todavía estás abierto a algo más.
Escucha bien, ahora es cuando viene:
Esta noche estuve en los Cielos.
Estuve incluso más allá.
¿Qué me dice de eso?
Veamos.
¿Qué dices?
¿Estoy loco, soy un fantasioso?
Pero ¿también lo era Galileo?
Ramakrishna ¿también era un loco?
¿Acaso los egipcios también estaban dementes?
¿Puede un ser humano vivir a Dios?
¿Se me tiene que encerrar?
¿Era Sócrates una criatura loca?
Ya no lo aceptarás, ¿verdad?
¿Qué te oigo decir?
¿Es un ser humano pecaminoso capaz de experimentar a Dios?
Que lo encierren.
Tenemos suficientes locos en la tierra.
Toda esta sociedad está loca.
¿Le crees tú?
Pero ahora te contestaré, ser humano, tengo algo para tu alma y tu espíritu.
¿Risas?
¿Porque tienes hambre?
¿Acaso no tienes sed de la sabiduría vital divina? ¿No la anhelas?
¿No te hace falta Cristo y no existe Dios, pues?
Es por tu hambre.
No obstante, te lo aclararé.
Te aferras a los alimentos.
La pena, tu desgracia te hace enloquecer, pero hay más que eso entre la vida y la muerte.
¡Créelo, vamos!
Ser humano de la tierra, ¿quieres escucharme un momento?
Tengo un mensaje divino para tu alma, tu vida, tu espíritu, tu luz, tu espacio, tu paternidad y maternidad, para tu sociedad, tus universidades; ¡he recibido sabiduría y la he traído conmigo para cada uno de los pensamientos que concibes como ser humano...!
No, claro que no, no desde los cielos, pero estuvimos en otra parte y te lo contaré y aclararé enseguida, porque no quiero asustarte.
No obstante lo oirás.
No puedo elevarlo así sin más hasta la conciencia diurna, supondría una sacudida material, así de poderoso es.
Escucha un poco más, por favor.
Piensas ahora —y siempre lo has hecho— que no puede haber seres humanos viviendo en la tierra que vivan a Dios durante sus vidas materiales.
Pero ahora se me ha concedido vivirlo.
Piensas que esto no está al alcance de los seres humanos.
Piensas que Dios nos abandona, ¿verdad?, y que Cristo es una ficción.
Ese hombre no fue más que un rabino corriente y moliente, un fantasioso.
Muchísimas personas habrían podido imaginárselo.
Pero ¡yo sé ahora que “Cristo” es el “Mesías”!
He oído Su voz.
He percibido Su vida, Su alma y espíritu y Su paternidad y maternidad.
¿Ya está riendo la masa?
¿Que Cristo sería padre y madre?
Sí, sí, sé ahora dónde nació Cristo y desde dónde vino a este mundo para elevarnos a los seres humanos a la “Omniconsciencia”.
Lo he visto y se me ha concedido vivirlo, ser humano de este mundo.
Ser humano de la ciudad, gente de La Haya y alrededores, de todos los continentes, hablo a tu vida y espíritu, a tu personalidad eterna.

¿Me oyes?
¿Acaso ya no hay nada en tu vida que sigue abierto al bien, a lo divino?
¿Que qué significa?
Que no estoy loco.
Soy un Apóstol para este siglo.
¡Sí, era un rabino, pero era Cristo!
Era también el Mesías.
Ahora oigo hablar a la totalidad de esta humanidad.
Puedo escuchar la humanidad y darle ahora una respuesta con conciencia divina.
¿No les dice nada?
¿No es increíblemente hermoso, seres humanos?
Padres, madres, tengo un mensaje divino para su (vuestra) alma, espíritu, vida, luz, leyes y grados vitales.
¿Que qué es?
Más adelante te lo explicaré.
¿No lo crees?
¿Acaso no saben (sabéis) entonces que Sócrates, Platón, Aristóteles, Schopenhauer y muchos otros se han ocupado de ello?
¿Que Sócrates murió por eso?
¿Que le ofrecieron una copa de cicuta?
Ahora lo haré de otra manera, pero no tengo miedo de tu veneno, ¡jamás!
Y ahora viene:
“He estado ahora en el ‘Omnigrado’ divino”.
Ahora escucho.
Lo he sacado.
Ahora te seguiré.
Ya veo tus caras.
Es terrible, ¿verdad?
¿Y en estos tiempos?
¿Es que estoy loco?
¿No me crees?
¿Tienen que aniquilarme también a mí?
¿Lo ves, pues? En esos dos mil años no han (habéis) cambiado en nada.
Entonces crucificaron a “Cristo”, lo han asesinado conscientemente y yo también voy a pagarlas, ¿no?
Ustedes no quieren (Vosotros no queréis) vivir el progreso.
No quieren (queréis) despertar.
¿No quieren (queréis) conciencia?
¿Buscan (buscáis) a Dios?
No a uno que no exista, por lo menos como quieren (queréis) verlo.
¡Ese no existe, ni jamás ha existido!
Esta noche estuve en lo más elevado de todo.
He recibido amor divino.
He oído hablar a seres humanos divinos.
Sí, ser humano de la tierra, ¡estuve en el divino “Omnigrado” consciente!
Esos maestros nos han hablado y nos han aclarado las leyes divinas.
¿No lo crees?
¿No te dice nada?
¿Acaso esto no es imponente para tu vida en la tierra?
¡Estás conociendo a Dios!
¡Y a Cristo, y también a ti mismo!
Y entonces ya no habrá preguntas.
¿No vale eso la pena?
No, para nada, mentir es algo que no hago.
Por supuesto, tienes que vivirlo tú mismo, solo entonces lo creerás.
Y entonces, de una vez, ya no tendrás hambre.
¿Pensabas que estoy loco?
Si ese sentimiento vive en ti es por tu hambre.
¡No estoy mintiendo!
No sería capaz.
Ya desde que era niño vivo en los cielos.
Ahora vivo miles de mundos en una hora, y si hace falta en solo cinco minutos.
El “estar cerca” es ahora también el “encontrarse lejos”, y si lo conduces al despertar de verdad que vives dentro de ello.
Y entonces te pertenece, es de lo que hablaron Sócrates y Ramakrishna.
Vamos, has de creerlo, es la verdad sagrada.
Si estuviera diciendo mentiras, mi alma se desgarraría y mi espíritu perdería al instante la entidad adquirida, entonces ya no sería nada, pero ¡de verdad que ahora lo soy absolutamente todo!
Si estuviera fantaseando, me sintonizaría con locos y dementes, que despedazarían mi vida.
Y entonces caería como un saco en unas tinieblas, en las que sin embargo no quiero pensar.
Si para tu Dios y tus propios espacios piensas aunque sea una cosa de nada por encima de ti mismo, también lo sabes, ¿no?, tú mismo te estás llevando a la perdición.
Entonces vives por encima de tu razón y es lo que ahora la gente hace materialmente.
De todos modos, tarde o temprano ese lastimoso reino se derrumbará y vivirán sus esquirlas, sus propias desgracias.
La sociedad te obliga a mantenerte en armonía con la vida.
Pero ¿estás ahora en armonía para tu alma y tu espíritu?
El erudito aún no lo conoce.
Y si como ser humano quieres saber algo al respecto, tendrás que ir a Oriente, y solo entonces te verás ante la vida y la muerte.
Y si quieres, te conducirás a ti mismo hasta el lugar en que acabo de estar con los maestros, y la vida de Dios se abrirá a tu personalidad humana.
¿Por qué no lo crees?
¿Acaso soy improbable?
¡Digo la verdad!
Llegué a conocer la verdad divina.
Ay, mi gente de la tierra, han de creerlo: ¡estuve en el “Omnigrado”!
¡Te traigo verdad divina y el “saber”!
¡No soy un fantasioso!
Soy igual de verdadero que tu Dios.
Como todo lo que ha creado.
¿Puedes creerme ahora?
Cuando hace rato mi maestro me hizo sentir un momento en qué dirección empezaría a pensar supe de inmediato que él vela por mi vida.
Así que ya lo ves: ni siquiera soy yo mismo, sino que son los “Ángeles” quienes te convencerán de que existe un Padre de Amor.
Mi maestro es un Ángel de Cristo.
Ahora quiere hacerte feliz a ti.
Habla a tu vida a través de mí.
¿Ahora puedes creerme un poco?
Hablo a tus conciencia, tu amor, tu felicidad, aunque ahora las cosas en la tierra sean tan sombrías.
No dejes que te peguen de esta manera, ser humano, ser humano de esta ciudad, no dejes que se te pegue de manera tan inhumana.
¿No me oyes?
Mis intenciones son buenas, ¡ahora lo sé!
¿No te has vuelto un poquito más feliz ahora?
Escucha todo lo que he traído para tu vida.
Ahora puedes hacerte feliz si quieres y puedes aceptarme.
Ahora te convenceré por medio de las leyes.
¿Ya se puede abrir un poquito más ese corazoncito humano?
¿Todavía sigue siendo palabrería para tu vida?
¿O algo empieza a asomarse por dentro? ¿Va saliendo el sol vital para tu pequeño “yo” consciente y quieres comprender algo?
¿Comprendes que Dios creó una luz para el día y que hizo una para la noche?
Pero eso ya no cuadra, ¡es palabrería!
¡Lo que importa es la madre tierra!
Muchos lo saben, pero ¡todavía no saben que la “Biblia” comienza con puras falsedades!
No te lo esperabas, ¿verdad?
Resulta que por medio de la Biblia, Dios hace como si no conociera Su propia creación.
Y es cuando comienza la historia de esa “costilla”.
Sacó una costilla de “Adán” para crear con ella a “Eva”.
Un animalito podría contarte que el ser humano y el animal vuelve y nace por medio de la vida “embrionaria”.
La tierra creó la noche y sin embargo Dios dijo: “Haremos una luz para la noche”.
El tonto de tu pastor protestante todavía sigue corriendo tras esto.
Ese hombre le habla de una historia humana que ya no tiene existencia.
Y tu teólogo no es otra cosa.
Pero con su palabrería, estos seres humanos mancillan a Dios.
¡Y a ti de una vez!
¡Y a tus hijos!
¡Y a toda tu familia!
No te conviertas jamás en pastor protestante o estarás ante un Dios de venganza y odio; ¡el del “Antiguo Testamento”!
¡Y es una persona horrorosa!
Posee la mentira y el engaño, ¿no, seres humanos de la tierra?
Es un fantasioso increíble, que te lo digo yo.
Es una alimaña, un verdadero canalla, porque un buen padre y una madre no condenan a sus propios hijos, ni siquiera son capaces de hacerlo, ¿y Dios sí lo haría?
El pastor protestante es un muerto en vida.
¡Todas las religiones están muertas en vida!
No son más que una construcción humana que no tienen nada que ver con los espacios de Dios, el ser humano ha creado esas cosas.
Pero no quieres otra cosa, ¿verdad?
También eso va a terminar ahora, porque ¡traigo un nuevo alimento para la tierra y para esta humanidad!
¿Te ha entrado ahora un poquito más de luz?
¿Puedes aceptarme ahora por unos minutos?
¿Acaso todo esto no es milagroso?
¡He visto a Dios!
¡He hablado con Dios!
¡Se me ha concedido vivir a Dios!
¡He recibido Su amor!
¡He llegado a conocer a Dios como Padre y sobre todo como Madre!
¡Ahora conozco de verdad las leyes divinas!
¡Conozco ahora los grados de vida para tu alma y tu espíritu!
Conozco cada uno de los mundos de Dios —para nosotros los seres humanos y los animales y la vida de la madre naturaleza.
¡Llegué a conocer a Dios como leyes de dilatación!
¡Se me concedió ver a Dios como luz!
¡Ahora conozco todas y cada una de las chispas divinas!
¡Fui uno solo con el “Omnigrado” divino!
¡Y ahora seguiré siéndolo eternamente!
¿Ahora puedes aceptarme un poquito más?
¿No lo crees?
Te lo explicaré y demostraré por medio de la sabiduría.
Si de todos modos puedes hacer comparaciones para ti mismo, con la sabiduría de absolutamente todos los grandes que han vivido en la tierra, podrás controlarme, ¿no?
¿Acaso no es sencillo?
¿Ahora te vas a abrir un poquito más?
¿Querrías despertar?
¿Ya te ha entrado un poco más?
¿Qué quieres?
¿Ver a los maestros mismos?
¿Hablar con Dios?
¿Antes no lo creerás?
Entonces has de empezar a creer ahora.
No como lo has hecho en tu iglesia, primero has de creer que hay un Sol.
Y eso lo sabes.
Y que viven en un planeta y que de todos modos planeas en el espacio junto a todos nosotros, y que no obstante no puedes irte a pique.
Y Dios sabe por qué eso no puede ser, y esta noche se me concedió vivirlo y verlo.
Son, pues, las leyes de las que acabo de hablar.
Y ahora puedo decir todo eso, porque se me concedió vivir a la madre tierra.
Sí, planeamos en el espacio y no nos caemos de él.
Pero ¿sabes qué peso tiene nuestro planeta tierra?
Y no obstante, esa mole imponente es ligera como una plumita, incluso más, si te ves ante las leyes espaciales.
Es el “equilibrio” para cada una de las chispas de Dios.
Pero ¡es Dios como armonía!
¡Y es Dios como justicia!
Y ahora un momento de atención.
Viene algo.
La vida es concreta.
Manejable y vivida.
¿No es eso algo para tu alma?
¿Creadora y dándose un baño, o dando a luz?
¿Demasiado para tu vida, dices?
¡Todo te mostrará que Él es quien importa!
Suda y sangra... ¡solo entonces llegarás a conocerlo a “Él”!
Significa, seres humanos, ¡que de verdad es Cristo!
¡Que de todos modos lo es!
¡Cada letra lleva Su concienciación y Su amor!
¡Velo tú mismo!
¿También es ridículo para tu personalidad?
¿Todavía sigues queriendo vivir tú mismo a los maestros?
Inclínate entonces ante el Dios de todo lo que vive.
Ahora escucho el graznido de la masa inconsciente.
Pero ya no me dejaré influenciar.
El ser humano quiere hacer de “animal gregario” y eso desaparecerá ahora de la tierra, porque el ser humano es una chispa consciente de Dios.
Si lees y quieres aceptar las primeras letras, Cristo estará ante tu vida y dirá: “A la izquierda...” Ir a la derecha forma parte del pasado.
Tu pastor protestante siempre va a la derecha, de mal en peor y luego se hunde.
¿No lo sabías?
¡Entonces llegarás a saberlo ahora!
Pero a un maestro no se le puede alcanzar así como así.
Has de querer ganártelo.
Para eso tienes que entregar todo lo de tu propia vida.
¿No lo crees?
O volverías a violar a Dios como un Padre de Amor.
He estado en el “Omnigrado” de conciencia divina.
¡Estuve allí con los maestros!
Y ahora estoy nuevamente en la tierra, pero ¡tengo un mensaje divino para esta “humanidad”!
Ahora soy capaz de hacer feliz a cada ser humano de esta tierra tan hermosa.
He traído absolutamente todo para la madre tierra desde el “Omnigrado”.
¡Esto sí que es!
¡Tengo alimento para toda esta humanidad!
¡Tengo amor para esta humanidad!
¡Tengo el “saber” para esta humanidad!
He recibido “el camino, la verdad y la vida por excelencia” para esta humanidad.
¿Puedes abrirte ahora un poquito, querido ser humano de esta tan hermosa tierra?
He traído las artes y las ciencias para tu alma, tu vida y tu espíritu.
Traje la “fuente primigenia” a la tierra.
Volví a traer la “Omnimadre” al ser humano, la chispa de su conciencia viva.
¡Es a través de mí que hablan los maestros!
Soy el empujoncito final que te hará despertar y cuyas leyes explico.
¡Estaré al servicio de esta humanidad y despertaré al Cristo debajo de tu corazón!
¡He experimentado a Dios y me preparo para recibir el ser humano como el inicio embrionario!
Yo, que soy un ser humano, a la vez formo parte de lo Omnisciente y lo Omnipoderoso, porque ¡”yo” soy alma de Su alma!
Te digo bien alto: espera un poco con el suicidio, porque vivirás algo tan horroroso, que te es desconocido, pero de lo que yo he visto todas las leyes.
¿Ya has cambiado un poquito?
¿Percibes mi amor?
¿Sigo siendo el fantasioso para tu vida y tu conciencia?
¡Qué pena!
Allí no existen los “qué pena”.
¡De todos modos te abriré!
Ahora tengo que procesar mi sabiduría.
Pero percibo el beso del espacio.
¿Ya conoces la profundidad del beso humano?
Si besas, tal vez estás encima de la condena.
Tu beso, pues, ¿es profundo y contento, alegre y espiritualmente consciente?
¿Así quieres vivir unión divina?
¿Por tu fe en la Biblia y tus propios pensamientos dramáticos de cara a tu amor, tu paternidad y maternidad?
¿Sigues estando delante de tu Juicio Final y todavía crees en ese milagro?
Estuve en el “Omnigrado”, ser humano, hombre y mujer, si me das un beso te digo cómo es tu conciencia para Dios, para Cristo y las esferas de luz.
Soy capaz de hacerte contento y feliz para tu mujer y tu marido, para tus hijos y para ti mismo, si eres capaz de escuchar un momento.
Si quieres abrir tu corazón para las leyes.
Puedo hacerte feliz, porque no te conoces a ti mismo, no conoces a tu Dios ni a tu Cristo, ni el cielo, ni la tierra, ni las esferas y tus propias tinieblas.
Todavía has de comenzar con esta vida.
Ahora soy capaz de darte amor cósmico, que recibirás entonces de tu chica, de tu mujer, de tu chico o tu marido, y lo vivirás.
¡Te traigo la “verdad”!
Los sinsentidos de tu pastor protestante te llevarán a lo malo y a tu muerte, lo mío te llevará a la elevación en el espíritu, a la vivencia del amor verdadero.
¿No te dice nada?
¿Sinsentidos?
Lo mío te reconduce a Dios y al consciente “Omnigrado”, para el que vivirás.
¡En línea recta al divino “Omnigrado” humano!
Aunque te suene repetitivo.
Tienes que deponer tu instinto gregario.
¡La iglesia está muerta en vida!
¡La iglesia está enferma!
¡La iglesia está muerta en vida!
¡La iglesia condena y eso no puede ser!
¡La iglesia es inconsciente!
¡La iglesia no representa a Dios!
¡La iglesia está conscientemente enferma!
Porque ¿cómo podría Dios condenar Su propia vida?
¡Muy mal! Cómo puedes seguir creyéndolo todavía.
¡La iglesia trae tinieblas!
La iglesia aprueba que uno mate como ser humano.
¿Esto lo ha recibido la iglesia de Dios?
¿Lo ves, ser humano de esta sociedad? ¡Es imposible!
¡Es una vil mentira!
¡Yo te doy sabiduría celestial y amor divino!
¿Que como ser humano no es posible, dices?
Te lo dirán y contarán las leyes, y después lo demostrarán de manera convincente.
¿Que qué es esto?
El beso para tu vida y tu alma, tu espíritu, tu paternidad y maternidad.
Acércate un poco más a mí y alcanzaremos esa unión.
¿Cuál era la intención de Dios con nuestra vida?
Ahora se me ha concedido verlo.
¡Ahora conozco de verdad las leyes!
Estuve en el “Omnigrado” y allí vi al ser humano divino, al ser humano que ha vivido en la tierra hace millones de años.
¿No te dice nada?
¿No puede vivir ese ser humano?
¿No puede morir?
Ese ser humano sigue viviendo, porque ¡no hay muerte!
Y esa “Omniconsciencia” me ha elevado en la propia vida.
Y esa “Omniconsciencia” es padre y madre, como también lo somos nosotros.
Y esa “Omniconsciencia” es alma y espíritu y se ha materializado, pero ¡ahora representa la “Omnifuente” como ser humano!
Como hombres y “Madres” divinas que han vivido aquí en la tierra.
Sí, entonces todavía vivían en las eras prehistóricas.
Pero no lo crees.
¿El erudito tuyo dice que no puede ser?
¿La tierra era entonces una sola pella de fuego?
No me hagas reír, erudito.
Estuve en el “Omnigrado” y vi allí la criatura divina consciente como ser humano.
¿Ahora me crees un poquito?
Dame un solo gramo de sentimiento para este saber y mi sabiduría, y habrás llegado.
Pero ¿sabes lo que es un gramo de sentimiento para las leyes divinas?
¿Cuánto han asimilado los seres humanos de los diez millones de kilos de sentimientos, que son Dios?
¿Cuánto amor tienes?
¿Cuánta felicidad tienes?
¡Cuánto sentimiento tienes para la paternidad y la maternidad, de cara al “Omnigrado” divino!
Cuéntame lo que te gustaría anhelar, cuéntame ahora qué religión tienes y posees, y analizo toda tu alma y gloria, te cuento exactamente cuánto amor puedes dar a toda la vida de Dios.
Te cuento entonces si tienes la condena y tu Dios de odio, un Cristo artificial.
Eso es lo que es posible ahora, porque he estado en el divino “Omnigrado” consciente.
¡Conozco de verdad a Dios!
¡Conozco de verdad Su amor!
¡Sé que Él es amor!
Porque soy alma de Su Alma, vida de Su Vida y espíritu de Su Espíritu, pero también soy madre y también padre.
¿Me darás ahora tu beso?
¿Recibiré tu “beso”?
Qué palabra tan rara es, ¿no?
Pico, pico... ¿qué es un pico?
Un “beso” funciona de otra manera, porque pone un corazón encima de otro, y ¡sientes la divina circulación de la sangre!
¿O acaso es distinto?
¿Todavía te parece que estoy loco?
¿Que soy un fantasioso?
Qué pena, pero ya llegaremos.
¿Ahora me crees?
Solo ahora eres capaz de pensar espacialmente y para tu cosmología.
La Biblia no fue un asidero para ti, te trajo cosas que destruyen tu alma y gloria.
Todavía no lo comprendes, pero llegaremos a ese punto
Nos lo enseñan el tiempo y las leyes para cada uno de los grados vitales.
Aunque hable como un demente, no soy el único al que han matado, según te acabo de contar, ¿y luego?
¡Entonces Galileo recibió sus florecitas y su “arco de triunfo”!
¡Y Sócrates!
¡Y Cristo!
Ahora te lo aseguro: hablarán los mundos de Dios.
Ya no habrás de dudar de nada, porque me mantendré verdadero y es lo que soy, porque en mi interior y por medio de mí viven los maestros, ¡porque traigo la “Universidad de Cristo” a la tierra!
No me hundo en torpeza.
¡No soy odioso!
¡No destruyo nada!
¡No sería capaz!
¡No soy un fantasioso!
¡Poseo la “vida”!
¡Tengo la luz, la verdad y también la concienciación!
¡Porque estuve en el Gólgota!
He visto a Cristo.
Puedo darte espacio vital.
Cuando quieras pensar, cuando quieras sentir que Dios es Amor, solo entonces alcanzaremos esa unión espacial.
¿Ahora lo crees?
¿Puedes aceptar que cada vez se levantarán más personas para luchar por la paz y la tranquilidad y el despertar espacial?
¡Es lo que soy, pues!
¡Lo hago por Cristo!
Los seres humanos que quieran acercarse a Él como criaturas llegan a ese punto.
Los seres humanos que piensen que les está permitido odiar se alejan a sí mismos de Su vida.
¿O ya no crees en cuentos de hada espirituales?
¿No crees que “Él” vivió en la tierra y que se entregó por completo en Getsemaní?
Y allí no dijo: “Dios Mío, que este cáliz pase de mí”, son mentiras.
Es lo que la gente le puso en Su divina boca.
Lo han hecho pequeño y débil, pero Él no es así, y para eso lucho.
¿No lo amas un poquito, ser humano de la tierra?
¿No lo amas aunque sea una pizquita a Él, al que murió en el Gólgota?
Ese fue el verdadero Mesías, por si quieres saberlo, pero no aquel al que han creado ustedes (habéis creado vosotros), ¡porque a mí se me concedió ver y vivir a otro!
¡El mío tiene conciencia divina y no se le puede sobornar!
Al de la iglesia sí.
¡Mi Cristo es amor!
¡Mi Cristo es felicidad!
¡Mi Cristo es vida!
¡Mi Cristo no malbarata su sangre!
¡Mi Cristo es luz, padre y madre!
Mi Cristo nació como “yo”, por medio de padre y madre, y ¡no quiere saber nada de la famosa inmaculada concepción!
Mi Cristo no dijo que era demasiado débil para cargar Su cruz, es en lo que han convertido las cosas los seres humanos mismos.
¡Son tus pastores protestantes!
¡Mi Cristo te prohíbe matar a la criatura de otro pueblo!
Mi Cristo no está en un palacio, sino que anda por la tierra con los pies descalzos.
¡Mi Cristo no se debilita!
Mi Cristo no malbarata ninguna de las cosas de Su Padre.
¡No quiere tener nada que ver con los sacrificios de sangre!
¿Otra vez te has asustado?
Apenas acabo de empezar.
Pero sí que tendré paciencia.
¿Acaso no es cierto?
¿Puede Cristo perdonarte todo?
Él sí, pero ¿nunca pensaste en enmendarte?
¿Puede la iglesia bendecir cañones?
¡Mi Cristo lo prohíbe!
¡Mi Cristo no hace eso!
Vamos, ser humano, ¿por qué ya te vas alejando de mí?
Veo que vas desapareciendo.
Allá tú, de todos modos llegará el día en que vuelvas a mí, porque ahora has de ir a tu “Omnipadre” a través de mí.
¡Yo soy ahora el que importa!
¡Yo represento a Cristo!
No al de tu iglesia, porque ¡ese es un mercachifle!
¡Ese es falso!
¡Ese odia!
¡Ese es un desvalido!
¡Ese sí que es un deforme!
¿Estoy portándome como un hereje?
Ya me lo imaginaba, pero ¡te lo demostraré!
Alcanzaremos ese punto, porque tu “Cristo” es un milusos.
Cantas demasiado, y ese canto está desafinado.
Tienes que extirparte el odio de las costillas con un cuchillo, gente de Lutero.
Gente de la corriente protestante reformada.
Gente de las comunidades apostólicas.
Gente del protestantismo liberal.
¿Todavía sigues sin sentir la tontería, ser humano de las 600 iglesias y religiones, de que lo que tienes y posees no es más que un Dios que tú mismo has fabricado?
Veo que ya no quieres tener nada que ver conmigo, pero eso es asunto tuyo.
Vete tranquilamente, te predigo que volverás a mí, porque ¡yo soy quien lo representa a Él!
¡Y entonces me lo pedirás de rodillas o no vendremos!
¡Buscadores!
¡Ciegos!
¡Pobres de espíritu!
¡Cómo odian!
¡Mentirosos!
¡Estafadores!
Porque es lo que eres, para ti cualquier otra religión es una imitación, y ¿qué tienes tú mismo de eso?
Lutero luchó contra la iglesia católica, hubo víctimas, pero ¿para qué? ¿Por qué tuvo que masacrar gente para su fe, que todavía ahora sigue condenando?
¿Por qué no se calló la boca?
Cristo me ha dicho: “Deja que esperen, si no quieren venir ahora, si hace falta que grite tu propia Crisje, ¡tienen que verme a mí o no avanzaremos!
Hasta que quieran aceptar “Mis” leyes, Mis mundos, Mi alma, espíritu, amor, pero en ese caso los de Mi Padre y de la “Omnimadre”, o empezaremos otra vez a renegar.
¡Aceptarán que han nacido en las “Aguas”!
Aceptarán que todos hemos conocido la vida embrionaria.
¡Aceptarán que “Yo” soy amor inmaculado!
Aceptarán que “Yo” amo toda Mi vida.
Tendrán que verme como la luz para absolutamente toda la vida y no solo para ese bueno de Lutero, ni solamente para ese bueno de “Pedro”, aunque sea pobre e inconsciente.
¿En qué lo han convertido, André-Dectar?”.
¡Te han engañado!
¡Día y noche beben Tu sangre y la malbaratan a cambio de unas monedas!
Se acaparan de Tu sacrificio de sangre y convierten Tu vida en una ley miserable, pobre, pero yo lucharé por eso.
Déjalos solos sin problema y es lo que haré, dice Cristo, pues no voy a volver a venir otra vez más a la tierra para dejar que me masacren por todas esas miserias, eso fue una vez y nunca más.
No me deshago de Mi sangre por dinero, por la demolición de Mis criaturas.
Es una mentira, es pobreza, es cosa de borregos.
Ya no se puede beber Su alma, espíritu, luz, vida y amor, paternidad y maternidad, ¡has de ganártelo, has de vivir para eso!
Ya no sigas rezando, ¡alcanza la reflexión espacial y empieza!
¿No quieres ser luz para las aguas?
¿No quieres ser aliento vital para la vida de Dios?
¿No quieres paternidad ni maternidad, pequeña “monja”?
Raquítico sentimiento sacerdotal.
Tú, que andas tras las condecoraciones de la iglesia, ¿qué es lo que quieres en realidad aquí en la tierra?
¿Para qué vives en el fondo?, me pregunto.
¡Eres un parásito!
¡Eres inconsciente!
¡Eres tonto y odioso!
¿No es cierto?
¿Por qué no quieres servir?
¿El alma y el espíritu?
¿Y por medio de qué has recibido tu organismo?
Si todos los seres humanos perteneciéramos a tu iglesia, párroco, esta tierra se extinguiría.
Entonces seríamos tan sagrados que asfixiaríamos la creación, porque es asqueroso, no es casto, solo es para lelos, para quienes querían tener niños a patadas y por lo que los párrocos podían vivir sus derechos.
¿Te da rabia? Adelante.
¡A mí no!
¡Jamás!
Pero esto es verdad.
¿Cómo vas a volver?
¿Cómo vas a recibir un nuevo organismo?
Te lo explicaré más adelante.
Tenemos que dar a luz y crear, y es lo más sagrado que ha creado Dios para nosotros, los seres humanos.
Tú mismo te conviertes en santo, pero ¿es eso posible?
Descuidas tu creación, haces cosas que no son buenas, ahora ya no eres nada, no has creado más que una fe sagrada, y ya se ha convertido en un sinsentido.
¿Es duro?
¿Estás enfadado conmigo?
Te lo demostraré, que haces mal en negar tu creación, porque ahora estás en un punto muerto.
¿No quieres ser aliento vital?
¿No quieres poseer una vida de servicio?
¿Quieres caminar al margen de la creación divina?
¿No quieres dar una nueva vida a un alma?
Eso es pensar en ti mismo y no en Dios.
Conviértete en luz para las aguas, pero esto de todos modos no lo comprenderás; basta que sepas que hacerte el santo no puede volverte consciente, porque todo es distinto, ¡absolutamente todo!
Vamos, transgrede las fronteras y masacra la vida de Dios, vamos, mancíllate sin problema, yo no participo en eso y otros muchos están conmigo.
Ya no odiamos, no destruimos la vida, somos criaturas de Cristo, no de ustedes (vosotros), el que es nuestro es y sigue siendo amor y ¡nos prohíbe matar!
Desde luego, soy un hereje, pero Cristo dice que tengo que sacudirte para que despiertes, o tu vida sagrada te asfixiará.
Pero más vale asfixiarse por el Gólgota, más vale asfixiarse en tu amor por la vida de Dios, revienta y explota como lo hago yo ahora y se te infundirá alma, despertarás para las leyes de Dios.
No pongas un dedo encima de la vida de Dios, porque te reventarás a ti mismo.
Las leyes vitales ya te impondrán un alto.
Los grados de vida te obligan a vivir otra vida, y entonces no volverás en un católico, sino donde la raza judía (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es), y entonces ya me gustaría ver si te volverás a convertir en sacerdote.
¿Es posible?
Ahora has de desprenderte de la raza judía (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es), pero no es tan sencillo.
Llegué a conocer esas leyes y ahora mismo puedo aclararte cada ley para la religión y la felicidad y tu amor.
¿Quieres ponerlo en juego, ser humano de la madre tierra?
¿Prefieres vivir una animalización?
¿Prefieres luchar por tu pueblo y patria?
¿Pensabas que podías quebrar la vida de Dios?
¿Te niegas a escucharme?
¿No lo crees?
¿No crees que una criatura como yo tenga esto que decirte?
Me atrajo el “Omnigrado”, ser humano de la tierra, y tengo un mensaje divino para tu vida y tu alma, tu espíritu, tu paternidad y maternidad.
En este momento, todo este espacio puede hablar a mi vida.
¿No oyes como grita ese estudiante de psicología?
Ya me encontraré con esa criatura y le contestaré cuando llegue el tiempo de los maestros.
¡Esto es verdad!
¿Es interesante lo que acabo de decir?
¡Es verdad!
Sé ahora que analizaré todos y cada uno de los pensamientos, debido a que se me concedió conocer al “Wayti” del espacio, debido a que llegué a quererlo, a que soy uno solo con esa felicidad y a que puedo conscientemente con este mundo, si puedes saberlo y creerlo.
¿Qué pasa?
Voy a seguir un poco más con la modorra antes de levantarme.
Hasta más tarde.
Un poco más tarde empieza otra vez a pensar, se siente uno solo con el “Omnigrado” y su maestro.
Con cada uno de los grados de vida del espacio a que pertenece y el cuarto grado cósmico, y los demás grados de vida que se le ha concedido ver.
“Maestro Alcar, maestro Zelanus”, envía el espacio, “estoy trabajando y a mí no podrán hacerme nada”.
Es una tremenda detonación la que de pronto lo pone en la tierra.
Santo cielo, Adolf, ¿qué clase de alma eres?
Pero ¿qué es lo que quieres?
Hombre, que susto me das.
Y aun así no estoy enojado contigo, ahora estoy aquí de una vez, y bien que estoy aquí.
No había manera de que llegara, pero ahora estoy aquí.
Y ¿qué clase de retumbos son los que envías por encima de la madre tierra, Adolf?
¿Qué quieres con esas cosas?
¿No entiendes que tú mismo tendrás que volver a ahuyentar toda esta inquietud acosada de la tierra? ¿Que habrás de enmendar lo que estás haciendo?
¿Por qué le causas esa tristeza a la madre tierra?
Los sistemas universales tiemblan y se estremecen por ti y eso no debe ser, a causa de eso tendrás que perder.
Más adelante la desgracia de la madre tierra te dirá a gritos: ¡hasta aquí y no más!
La tierra te exclamará: ¡deja eso!
La tierra te dirá: ¿es eso sentir amor por mi vida?
Los alemanes disparan su carácter a tiros.
Pobre humanidad.
Pobre madre tierra, pobres criaturas de Nuestro Señor, son chispas que dan miedo.
¿Y sin embargo?
Son partes de Su alma y personalidad.
Vamos, basta con que mires hacia adelante, dentro de diez mil años todos los seres humanos lo sabrán.
¿Acaso no ha cambiado nada?
Otro cacharro de esos horrorosos, el cuarto esta noche, y él no ha oído ni uno solo de ellos.
La espantosa mole lo ha forzado a la reflexión material.
De pronto vuelve a pisar con firmeza, pero entiende la imponente diferencia y tiene que vencerla.
Dominan los diablos en la tierra.
Eso no hay quien lo entienda.
¿Quién mira detrás de esta vida y puede decir: “Soy una chispa de Dios, pero todavía no estoy en ese punto”?
Porque ¡de eso se trata!
Sigo formando parte de Dios en el inconsciente y hago lo que quiero.
Todavía no he llegado a ese punto.
Es por eso que el ser humano no comprende a Dios y que por ahora no llegará jamás a conocerlo.
Hay personas que buscan el bien y ahora lo equivocado, y eso ya data de hace miles de siglos.
Algunas personas han avanzado más que otras.
Pero ¿gracias a qué?
Se lo aclararán las leyes para la vida embrionaria.
En ella viven esas leyes y grados de vida.
¿Y aun así?
¿Cuál es el propósito de Dios y de la “Omnifuente”?
¿Qué fue en realidad lo que quiso decir la “Omnifuente”?
¿Qué significa ahora que el ser humano se divide de manera tan horrenda?
Son unos diablos horrorosos, estos seres humanos.
Da igual si son alemanes o franceses, belgas, holandeses o estadounidenses, nadie lo comprenderá, no hay quien sea capaz de eso, ¿y aun así?
¿Causa y efecto?
¿Qué es la causa y el efecto?
¿Qué son las leyes del karma?
¿Y aun así?
A su lado alguien dice algo y es capaz de contestar.
“Ya no estás seguro de tu vida.
No hay comida, no hay luz, no hay calor, ya no tenemos nada, solo desgracia.
Los seres humanos llaman a Dios a gritos.
Una y otra vez de esos repugnantes monstruos por encima de tu cabeza.
Hicieron temblar y estremecerse a la ciudad entera.
Aquí al lado se reventaron los cristales.
¿No lo oíste?”.
“No, dormí muy bien, no oí nada”.
“Imposible, los trozos y pedazos de aquí al lado volaron a la calle”.
“Estaba dormido.
No oí nada, hija”.
“No lo comprendo, es que entonces no me entra en la cabeza”.
“Puede ser, pero estaba dormido.
Nada pudo trastornarme”.
Sale de la cama de un salto, ha comenzado el día.
Pero ¿qué es un día?
Él vive en la infinitud y en la tierra también se vive en la infinitud.
¿Qué quiere la gente de este mundo?
Qué diferencia con allá.
Ahora puedo hacer mis comparaciones.
Son tristes.
Miedosas y probablemente inhumanas, pero he de comenzar con mi vida.
Sí, ¿qué le dirá a ella?
¿Que ha estado en el “Omnigrado”?
Jozef no es capaz.
Jeus tampoco, solo él es el capaz de hacerlo y de todos modos no se va a comprender.
“He vivido el ‘Omnigrado’”, musita para sus adentros para escuchar cómo suena, pero entiende que no es un idioma para este mundo.
Suena demasiado lejos de esta vida.
No he dormido.
Estuve despierto a lo largo de toda esta noche.
Estoy que no estoy.
¿Quién lo comprende?
¿Sinsentidos?
¿Pensamientos propios?
¿Viste la luna por el otro lado?
Yo la vi.
La viví.
La vi como es en realidad.
Ahora sé por qué se muestra de un solo lado desde la tierra.
Llegué a conocer sus grados de vida.
Se me concedió ver y vivir sus leyes de amor.
Sé que ella es la “Madre” para este espacio.
Sé ahora que se ha dividido y que el ser humano y también el animal y la madre naturaleza han comenzado por medio de la vida de ella.
¡Sí, sí, Blavatsky, ¡así es como es!
Más adelante constataremos y analizaremos estas leyes para la humanidad.
¿Qué sabías de eso?
Ay, ay, si más adelante las universidades me dan razón.
Entonces tendrán que aceptarme.
Y entonces tal vez ya no esté yo aquí, sino que entonces los libros de los maestros se difundirán por la tierra, son para la totalidad de esta humanidad.
¿Qué has visto de esto, Madame Blavatsky?
Llegué a conocer a Dios.
Viví cerca de Él y conozco ahora Su organismo entero, Sus ojos y otros órganos, Su cuerpo material y espiritual, Su alma y espíritu.
¿No te dice nada, ser humano de este mundo?
Viví dentro de la muerte.
Estuve más cerca de la muerte que de la vida.
Pero ya no me queda jabón de afeitar para usar esta mañana y sin embargo he de hacerlo, quiero aparecer al lado de la madre agua fresco y alegre, no quiero que se me malbarate, me cuidaré, aunque toda esta desgracia humana y material ya me zarandee.
Seré un Príncipe para este mundo y para los espacios de Dios, pero no es tan sencillo, para eso te hace falta otra cosa.
Blavatsky... Soy un Príncipe de este espacio.
Soy “Wayti” pero no lo muestro.
Sócrates y Ramakrishna lo saben.
Rudolf Steiner también.
También Buda, también Mahoma, pero los teósofos todavía no me quieren escuchar.
Y aun así, al explicar las leyes los obligaré a inclinar la cabeza ante mí.
¿Lo oyes?
¿Oyes lo que dice el espacio?
André-Dectar es el maestro de la “Universidad de Cristo”.
André-Dectar es un consciente cósmico.
“André-Dectar”, dijo mi maestro, “mi propia vida quiere darte las gracias por la palabra divina”, y este contacto, Blavatsky, allí donde estás ahora, ¿puedes comprenderlo?
Ramakrishna sí, ahora lo miro a los ojos, porque somos uno solo en todo, y ese todo es lo que ahora se me concedió vivir.
Ya hablaremos después y entonces es cuando has de encargarte, Blavatsky, de que tus teósofos se acerquen a mí.
Sabes quién soy y de qué soy capaz ahora por medio de los maestros.
¿Podrías tú poner esos fundamentos?
¿Eres capaz de bajar a tus seguidores de sus caballos y subirme a mí?
¡Es necesario!
Ocurrirá o no avanzaremos.
Esperaré a que llegue esta orden desde la “Universidad de Cristo”, ¡solo entonces seré el maestro André-Dectar!
¡Estuve en lo “Abierto”!
En aquello que está completamente abierto para toda la vida de Dios.
¡Estuve en la “Omnisciencia”!
En todo lo que Él ha creado.
Corporalmente soy como un esqueleto, pero no significa nada.
Ahora mi organismo no significa nada, ¡yo mismo soy lo que importa!
Pero ese mismo organismo vive en el sueño más profundo que hay, que es el “Trance Psíquico”, ¿no, Madame?
Para eso hay que ir al Antiguo Egipto, si quieres vivirlo, pero yo lo tengo.
Occidente es demasiado pragmático para eso, y aun así...
¡Allí está!
Es por eso que estuve dentro de Dios.
No sé si esto será abarcable para la criatura de Occidente...
“Es cierto, Anna, la vida en la tierra es horrorosa, pero imponentemente hermosa.
¿Qué importa que ahora no tengas qué comer?
Nada.
La masa ya no cree en Dios, es verdad, pero todavía estoy yo.
La gente ha perdido su asidero, pero ¡todavía estamos nosotros!
Y sin embargo, criatura de este mundo, la vida es imponente; ¡también es increíblemente real!
Y se lo contaré a esta masa, ¡la convenceré de que Dios es un Padre de Amor!
¿Que son sinsentidos?
Es el continuar, es el elevarse, es el despertar de esta masa que ahora está siendo golpeada, pero ellos mismos se lo han buscado, todos estos millones de seres humanos.
Vamos, dame un insípido cafecito de achicoria, porque algo hay que beber.
Se convertirá en la entrada al Reino del Señor.
Naturalmente que ahora hay quien se burle de ti, pero ¿quién es?
¿Qué clase de personas son?
¿No es de lo más sencillo?
Si la humanidad pudiera aceptarlo, y eso llegará, en la tierra llegaremos a vivir paz y sosiego, y la vida será como un paraíso.
¡Llegará porque el núcleo de la vida no es malo!
¡No significa nada que Adolf esté tan loco!
Despertará.
Este es su látigo, el látigo para él mismo y los tipos de grados de vida que aún han de despertar.
Lo hacen a su propia manera, si te interesa saberlo, pero se puede hacer de otra.
Pero eso te conducirá al Gólgota.
¿Que son sinsentidos?
¿Que la gente está siendo golpeada con exceso de fuerza?
¿Es demasiado a la vez?
Si no llega la salvación, ¿se derrumbará la sociedad?
¿Es posible?
¿Puede una sociedad derrumbarse?
Eso hará despertar la vida.
Todo esto, Dios lo puso en manos de Su vida.
¡Nosotros somos lo que importa!
Dios no lo intentó, ¡sino que lo hizo!
Dios lo sabía.
¡Nos dio todo!
Y ahora ¡a seguir!
Las leyes divino espirituales lo quieren de otra manera.
Y se han creado para la concienciación humana y las llevamos en el interior de nuestro corazón humano.
Pero no puedes ni decirlo o ya te ahorcan.
Lo sé.
Pero ¡Dios es un Padre de Amor!
Vi que del otro lado no se conocen los héroes materiales.
¿Que qué significa eso?
Que toda esa gente no ha de hacerse ideas.
Luchan por la sociedad y no queda nada de eso.
Tienes que luchar por Dios.
Quien no posea sentimientos interiores tampoco puede luchar por las leyes universales.
Quien no posea amor universal se sintoniza con las tinieblas.
La gente todavía no lo sabe, pero ahora lo sabrá.
Por mí lo sabrán.
Dentro de poco, sí, sí, solo entonces será posible.
Dirás: ‘De qué nos sirve’, pero ya vendrá.
No es posible eludirlo.
Tampoco la madre tierra ha llegado todavía a ese punto, acaba de cumplir catorce años, acaba de vivir sus años de pubertad.
¿Que qué clase de sinsentidos son estos?
Se puede ver por el espacio, por una flor y una planta y por ti mismo.
¿Tenemos luz?
¿Poseemos conocimiento?
¿Percibimos llenos de amor?
¿Podemos decir: ‘Soy uno solo con Él y con toda Su vida’?
Todavía falta un poco, pero vendrá, cariño.
Esta guerra nos hará avanzar.
Es ver el todo y vivir el todo.
Pero también está el cuarto grado de vida cósmico.
También el ‘quinto’,
el ‘sexto’,
y el ‘séptimo’, por medio de ellos nació el “Omnigrado”.
¿No es significativo?
Solo los inconscientes todavía no lo saben, y sobre todo la gente que posee una religión, esas almas son las que recibieron los peores palos.
¿El karma?
Bueno, qué es el karma, ya no le temo a un pecado mortal, he aprendido que los pecados no existen de ninguna manera.
¡Para Dios es imposible cometer pecados!
¿Que si Adolf no es, pues, un chivo expiatorio?
De ninguna manera, pero nadie lo cree, en eso tienes razón.
No obstante, no puede cometer pecados.
Ni aunque masacre la humanidad entera estará cometiendo un pecado (véanse los artículos ‘Hitler’ y ‘Cuentos eclesiásticos’ en rulof.es).
Para nada, no lo crees y de verdad que no lo contaré por la calle o pensarán que soy del movimiento nacionalsocialista holandés, y no es verdad (véase el artículo ‘NSB y el nacionalsocialismo’ en rulof.es).
Y aun así digo la verdad divina.
Pero ¿entiendes ante qué problemas nos encontramos?
Porque Dios no ha creado pecados, ¿verdad?
¡Dios no conoce pecados!
¡Dios no ha creado pecados!
¡Dios no sabe lo que es eso!
¡Dios se burla de ti si te acercas a Él hablando de cometer pecados!
¡Dios no sabe qué es eso!
Dios creó leyes y grados de vida y sabía que esos mundos nos despertarían, y ¿eso es cometer un pecado?
¡Ni aunque asesines a un ser humano cometes un pecado!
¡No obstante, Dios está diciéndote: “Dale una vida nueva a esa criatura Mía”!
Dios no puede perdonártelo y ahora puedes enmendarlo todo.
Pero ¡no hay ni un solo pecado!
¡Las leyes son millones de veces peores!
Claro que sí, ¡te conducirá a la “causa y efecto” y a las “leyes del karma”!
Dios dice: “Vuelve a mí.
Porque sabía que en ocasiones vivirías mis leyes de manera psicopática, ¿no?
Y luego, además: ¡Yo mismo soy lo que importa!”.
¿Oyes lo que acabo de decirte?
Dios dice: ¡”Yo” mismo lo soy!
Nosotros no somos los que importamos, Él sí.
Y ¿por qué nos preocupamos tanto entonces?
El ser humano es como Dios.
Nosotros, como chispas de Su vida, hemos llegado a la vida hace solo diez minutos.
Nosotros, como Su amor, tenemos que materializar los espacios, y ahora ya no son seres humanos, sino leyes vitales y grados de vida como seres humanos, animales, y como una flor, como un árbol, como agua.
Como luz.
¡Como paternidad y maternidad!
¡Como vida!
¡Como las leyes de dilatación!
Como mundos visibles para el alma y el espíritu, ¿o sigues sin conocer las esferas de luz?
Pronto volveré a ir allí, porque ahora empiezo a percibir que mi circulación sanguínea anda mal y es porque estoy aquí y a la vez no estoy.
Sí que me siento en la tierra, esas cosas horrorosas de Adolf me devolvieron de una patada a este lugar, pero es mi espíritu.
Tengo necesidad de comprender:
De hacer preguntas.
¡De ser uno!
¡De autonomía!
De esta palabrería, pero entonces debo ser capaz de analizar las leyes o no avanzaré.
Tengo necesidad:
¡De una sola vida!
¡Del ser humano que quiere privarme de algo!
¡De pensar y sentir espiritualmente!
Y solo entonces podrás continuar.
Pero no creo que me encontraré en la tierra con esa gente.
Aunque poseas la maternidad, todavía no has llegado.
Empiezo a percibir que tengo que quitarme esto de encima, que tengo que hablar, pero empiezo a percibir si me quitas algo de ese espacio y también de tu propia deidad, y solo entonces voy a continuar.
Tienes que ponerte una túnica limpia, aquí tienes que ir vestido de seda en honor de Dios, de tu deidad, y entonces te leeré esto.
¡Te elevaré hasta en el “Omnigrado”!
¡Te daré un espacio de amor!
¡Te daré un beso espacial!
¡Te leeré y hablaré a tu alma!
¡Entonces cargaré!
¡Solo entonces te amaré!
¡Soy capaz de hacerlo!
¡Solo entonces seré uno solo con tu alma y espíritu, y te besaré!
¡Entonces te daré ese silencio!
¡Entonces te daré esa dilatación!
¡Sé lo que tendré para dar entonces!
¡Porque yo seré y tú también serás “Wayti”!
¿No gustaría llevar una túnica espiritual para eso?
Solo entonces serás madre.
Entonces pasaré a través de tu circulación sanguínea.
A través de tu corazón, tu alma y tu espíritu, y ese beso, cariño, bañará tu vida en sus rayos.
Te encogerás de gloria, porque ahora somos uno solo, somos uno solo con absolutamente todo aquello para lo que vine a la tierra, para lo que vivo y te llevo conmigo, pero entonces ¡iré al interior de tu alma!
Ahora voy cortando las flores de tu corazón y yo mismo trenzo una coronita para tu gloria humana.
Vamos, intenta un sentarte un momento y ahora déjame cargarte.
Lo hago de otra manera que lo que conoces y sabes de la tierra, o ¿todavía no lo entiendes?
¡Estar sentados y juntos vivir a Dios!
¡Estar sentados y juntos vivir el amor!
¡Estar sentados en Getsemaní!
¡Estar sentados y meditar juntos!
¡Estar sentados y juntos mirar a Dios a los ojos!
¡Estar sentados y aceptarlo!
¡Estar sentados y pensar en tu maternidad y paternidad!
¡Estar sentados y callar!
Eso es música, música de Beethoven y Mozart, de Bach, de los ángeles de los cielos más elevados.
¡Te amo!
Te amo de otra manera.
Te he amado más que nunca y ahora estoy empezando a conocerte.
¡Lo sé!
¿Todavía no te tropiezas con tus propias palabras?
Raca... otra cosa de esas de Adolf, él todavía no sabe como sentarse, callar, meditar, todavía lo tiene que aprender.
Por encima de tu cabeza van volando la muerte y la perdición, pero también el despertar.
¿Lo ves de otra manera, Anna?
Te convertiré en una princesa.
¿Quieres que lo haga?
¿Puedes aprobarlo?
¿Querrías darme esa gracia?
Porque cuando estoy en el espacio para representar a Dios, también has de estar tú allí.
Deja que te convierta en una princesa.
¡Deja que lo intente!
¡Deja que de verdad te ame espacialmente!
Vamos, ¡déjame cargar tu vida!
¡Por favor, déjame estar a tu servicio!
¿Acaso la vida es tan demente que el ser humano no quiera que la otra vida sirva?
¡Quiero estar a tu servicio!
¡Lo haré, te amaré de otra manera!
¿Dónde están los maestros ahora?
¿Saben cómo pienso y cómo me siento?
Han protegido bien mi organismo.
Es verdad.
Pero tengo que irme.
“¿A dónde vas esta mañana?”.
“Tengo que ir a ver a una sola enferma, a esa anciana de ochenta años.
Porque ya no tengo más enfermos.
¿Y después de eso?
Aún no lo sé.
Espero saberlo más adelante.
Adiós, vida del espacio, hasta más tarde”.
Está en la calle, palpa la calle con los pies, pisotea los sentimientos de la madre tierra y ella lo sabe.
Ahora tengo que portarme de manera muy humana, sin olvidarme.
“¿Me percibes, madre tierra?”.
“¡Aquí estoy!”
“¡He vuelto, madre!
He cambiado.
¿No te pisoteé, madre?
Quería darle algo a mi circulación sanguínea, madre, no hay más”.
‘¿Qué me ven todas esas personas?
Tengo la sensación’, piensa, ‘de tener los ojos en la parte trasera de la cabeza.
Desde allí las fuerzas de mi alma pasan a raudales por encima de la tierra y de la gente.
Me siento tan luminoso, mi vida está radiante, mi esqueleto hormiguea.
Son las ganas de vivir, la alegría vital, es estar animado el sentimiento benevolente.
Es amor y felicidad, pero ¿no lo comprenden tus criaturas, madre tierra?
Voy planeando.
No estoy debilitado.
¡Soy etéreo!
¡Soy suave!
No me siento quebrado.
Aunque nosotros no tengamos que comer, te quiero’.
Una mujer lo detiene.
¿Qué quiere de mí esa vida?
“Buenos días”.
“Muy buenos días, señora”.
“¿Ha oído esas cosas horrorosas esta noche?
De verdad que con esa gente...
Qué clase de diablos son, vamos.
¿No es esto horripilante?
¿De verdad no se podrá hacer nada?
¿Puede Dios estar de acuerdo?
¿Puede comprenderlo?
¿No puede intervenir?
¿Tenemos que reventar todos?
Claro, ya lo sé: es causa y efecto.
Es porque la gente no quiere hacer caso.
Pero ahora ya basta.
La gente ya no sabe qué hacer.
Ves cómo se mueren de hambre.
Algo así no lo hemos vivido nunca antes.
¡La humanidad se va al traste!
¿No es cierto?”.
“Así es, señora”.
“¿Hará algo Dios?
¿Qué piensa usted?”.
“Creo que no, señora”.
“¿Durará mucho más esta desgracia?”.
“Un poco más de paciencia, señora”.
“Pero ¿cuánto falta?”.
“Contemple el mundo, señora, y lo sabrá.
Se puede ver en la gente.
¿De verdad que no ve que casi estamos?
¡Cuando toda al gente se desplome, señora, habremos llegado!
¿No ve qué bien pintan las cosas para nosotros, señora?
Claro, Adolf está viviendo su perdición.
Pero ¿ya ha llegado el momento?
Y solo ahora habrá un final.
Pero Adolf sigue siendo fuerte, todavía no revienta y ve que su propio suelo se va derramando, señora”.
“Me han dicho que usted predijo esta guerra ya en 1935, ¿no?”.
“Sí, señora”.
“Según me cuentan, usted dijo que durante los últimos meses ya no nos quedará madera para enterrar a nuestros muertos y que nadie podrá aventurarse a ir por la calle, ¿no?
¿Es cierto eso?”.
“Sí, señora”.
“Pero ¿cómo vamos a soportarlo?
¿Ya estamos viviendo ese tiempo?
¿O todavía nos falta empezar esos últimos meses?
A cada segundo se nos tiraniza, tortura y golpea, se nos escupe encima y nadie les impone el alto a esos alemanes.
¿Todavía no basta?”.
André percibe esta vida.
Esta vida lee libros espirituales por placer.
Están en su vitrina para la exposición, forma parte de su carácter, embellecen su entorno.
Es un carácter débil, una personalidad de nada.
Espera una respuesta y hace como si lo creyera, pero son tonterías.
“¿En qué piensa ahora, señor?”.
“No es hambre, señora”.
“Vi cómo fue cambiando usted, señor.
Si me permite decírselo, tiene aspecto de espíritu.
Es el hambre también, ¿no?”.
“Ya lo dije, señora: no es el hambre.
Estoy en otra parte”.
“¿Se las arregla entonces?”.
“Qué mal, señora, no sé qué es eso”.
“¿Compra en el mercado negro?”.
“Para nada, señora, hago todo con los ‘blancos’”.
“Me hace usted reír.
Ha de estar exhausto, ¿no?”.
“Sí, señora, estoy exhausto, completamente libre de comida.
Ahora como libros viejos.
Vivo de papel.
Vivo debido a que he de vivir.
Todos los días como filete, señora, pero me lo da el espacio”.
Y entonces se da cuenta de que dice tonterías, de que ha ido demasiado lejos y de inmediato le contesta:
“Sí, señora, qué desgracia que es todo esto.
Nos hemos perdido, ya no tenemos dinero para comprar nada, pero estamos viviendo esos últimos meses”.
“¿Está usted seguro de eso?”.
“Sí, señora, solo un par de meses más, pero no serán cualquier cosa.
No le queda más que tener valor e intentar vencer estos tiempos de manera espiritual.
No existe la muerte, ya lo sabe.
¿Por qué iba a preocuparse?
No pierda su personalidad, señora”.
“Todo eso está muy bien, señor, pero nosotros tenemos que aguantar.
¿No querrá justificar esto?
No puedo creer más en un Dios de amor, me es un misterio”.
‘Ya me lo imaginaba’, piensa André, ‘lee los libros como una novela cualquiera.
Vaya, ¿qué tengo que darle?’.
La mira a los ojos y dice:
“A Dios no le importará nada, señora, si ya no quiere creer en Él”.
Se le retuerce el rostro, aparece odio interior, deformación y malidición, es el canto del gallo que cantó su melodía para Pedro, según sabe André, no hay nada más que ver.
Esta teósofa ya no sabe qué pensar, ni puede saberlo.
¿Qué ha podido darle Annie Besant?
¿Cómo ha vivido a Krishnamurti?
¿Se ha convertido en su sabiduría vital?
¿Dónde están ahora sus actos y la inclinación de la cabeza?
¿Por qué seguir temiendo la muerte una vez que la has conocido?
¡Son novelitas sin valor!
Un verdadero adorno para tu armario, no hay nada más.
Leer libros espirituales y querer no perderte es una muestra de torpeza.
Decir “Sí y amén” y aun así pensar ‘Revienta’, ese no es el camino.
Estar sentado escuchando y que te entre por un lado y te salga por el otro no te enseñará nunca nada.
Aprendes a pensar o no, quieres comenzar con ella o no avanzarás, tienes que aceptarlo, señora, piensa André, y lo sabe.
“Tenemos culpa, señora.
Incuso el niño recién nacido tiene culpa en esta desgracia.
¿Que se le está golpeando a la humanidad?
¿Que cada alma vive sus propias leyes?
Claro que sí, porque ahora tiene que poner las cartas sobre la mesa.
¿Y ahora Dios está observando sin actuar?
¿Hay que extirpar este horrendo tumor?
¿Acaso tiene la gente que irse pudriendo?
¿Todavía no lo sabe, señora?
¿Cómo pintaban las cosas para los alemanes el año pasado?
¿No ve usted el final?
¡Lea después mi libro ‘Los pueblos de la tierra’ y lo sabrá!
¡Conozca estas leyes e incline la cabeza, señora!
Oponerse a esto es malgastar fuerza a cambio de nada.
¿No le enseñaron los libros que a pesar de todo Él es ‘amor’?
Dios vela, señora.
Usted no lo comprende, pero ¡Él sigue velando!
Aunque la gente en la calle se desplome de hambre, ¡Él sigue siendo amor!
Quedan suficientes personas para continuar con este plan, señora.
Ahora encárguese de que sea una de ellas”.
“Es usted odioso.
Eso ya no es hablar”.
“¿Quiere usted acceder a las esferas de luz al margen del Gólgota, señora?
¿Todavía no lo sabe?”.
“¿Qué dice?”.
“Dije, señora, que ahora la gente no tiene ni zapatos para ponerse”.
“Es cierto, todo se rompe y no recibes nada nuevo”.
“Exactamente, señora.
Ya no llevamos sombreros en la cabeza, y habrá que tener algo para protegerse de los (cohetes) V2, ¿no?
¿Cierto o no?
“¿Se está burlando?”.
“De ninguna manera, señora, pero ¿es que no comprende que no puede protegerse de sus ‘leyes del karma’?
¿Qué va a hacer un sombrerito de esos?”.
“Claro, visto de esa manera.
Como si no muriera bastante gente ya”.
“Eso no es verdad, señora, ni una sola persona ha muerto todavía”.
Salen destellos de los ojitos, ve André.
Escupen fuego y son venenosos.
¡Ya me lo imaginaba!
¡Se leen libros espirituales como si fueran unas novelitas baratas!
Ya me lo imaginaba: ¡esta alma no posee nada!
Ya me lo imaginaba: ¡tanto leer importa un comino!
Ya me lo imaginaba: ¡esta alma finge, pero no ahonda en nada!
Ya me lo imaginaba: ¡esta personalidad es como era Pedro!
Ya me lo imaginaba: ¡no quiere escuchar su gallo!
Y así hay millones de personas en la tierra y en este mundo.
Los ojitos lanzan destellos de odio y desgracia, pero ¡es ella misma!
“Por cierto, ¿ha escrito más libros nuevos?”.
“Tengo listos diez, señora”.
“¿Puedo leer uno?”.
“De ninguna manera, señora, porque entonces morirá”.
“¿Qué dice?”.
“Entonces a usted y a mí nos pondrán entre rejas, señora”.
“Ah, entonces comprendo”.
“Para nada, señora, ¡no lo comprende!
Para nada, señora, ¡no sabe nada de eso!
Para nada, señora, ¡es alimento sobrenatural y no comprende usted lo material!
Para nada, señora, entonces su vida estará en juego, los libros están en alguna parte debajo de la tierra.
Hay uno que describe la vida de Adolf Hitler y los de su calaña”.
“Eso significa que todavía tenemos que esperar”.
“Sí, señora, pero cuando brille su estrella también tendrá los libros en sus manos, aunque ¿todavía tendrán la capacidad de darle esa tranquilidad?”.
“Ha de ser posible, ¿no?”.
“Todo es posible, señora, todo, si nosotros mismos estamos allí y lo queremos”.
“¿Acaso no se abasteció entonces de antemano?”.
“De ninguna manera, señora, ¡ni por un florín!
¡De ninguna manera, señora, porque no queríamos hacerlo!
De ninguna manera, porque nos entregamos a ese Dios de Amor y Él ya se encargará de que hoy o mañana algo aparezca delante de la puerta.
La leña la recibimos de los árboles, señora”.
“¿Quiere entonces arreglárselas con una telaraña?”.
“Sí, señora, eso también puede ser.
¿Sabía, señora, que una telaraña tiene profundidad espacial y que esa misma araña puede ayudarnos?”.
“Qué tonterías dice”.
“Yo no, señora, sino la sociedad.
Para nada, no hemos llenado el granero.
Me han alertado, de lo contrario las leyes de Dios no funcionan para nuestras vidas y nuestros caracteres.
Porque tiene que cuidar a su propio organismo, ¿no?
Si Él no me da de comer, señora, “Él” mismo tampoco tendrá nada que comer.
Y entonces Él se destruye, y ¿puede ser esto?
¿Puede Él destruirse debido a que ahora no tiene qué comer?
Tengo comida de sobra, señora, no me la puedo acabar, y no sé qué hacer con tanto afecto.
¡Me ahogo en él, señora!
¡Reviento de tanto comer y beber, señora!
¡No sé qué hacer, señora!
Tengo los graneros llenos, señora, pero ¿quién lo ve?”.
“¿Es cierto eso?
¿Tiene suficiente?”.
“Sí, señora, pero ¡para el alma!
Sí, señora, pero ¡para el espíritu!
Sí, señora, pero ¡para tu paternidad y maternidad!
¡Para tus leyes vitales, señora, padre, madre, criatura, hermanita, hermanito de Él!”.
“Está usted muy lejos, amigo mío, ¿es por el hambre?”.
“¡Estoy cerca, señora!
Estar cerca es encontrarse lejos.
Hablo como Dios habla a Sus hijos.
¿Acaso no es cierto, señora, si eres una criatura Suya?”.
“Pero Él deja que me vaya desmejorando”.
“Entonces es su propia culpa, señora, ¡entonces su deidad seguirá dormida!”.
“Por mí como si revienta, ¡habla usted como un perro rabioso!”.
“¿Ya me lo imaginaba, señora?
¡Ya me lo imaginaba, alma!
Ya me lo imaginaba, criatura inconsciente.
Insultar y gritar, eso sí que lo hacen (hacéis) muy bien.
Pero si te digo ahora, señora, que soy Dios, ¿qué me tienes que decir entonces?”.
“Revienta”.
“Es lo que estoy haciendo, señora, pero no por los sentimientos de usted.
Ya estoy reventando, señora, pero no por la maternidad de usted, porque ¡usted es un hombre!”.
“¿Que soy qué?”.
“¡Un hombre, señora!”.
“¡Maldito loco!”.
“Ya me lo imaginaba, señora, así son las cosas siempre.
Pero ¡se lo estás diciendo a Cristo!”.
“¡Idiota!”.
“Gracias, pero no me puedo encargar ahora de la comida, señora.
Otra vez me ha vuelto a sacar a golpes de su vida, y no tendría que haberlo hecho.
De verdad que me estaba encargando de su vida.
Acabo de pedir unos filetitos, aunque ahora no de una res o de sus cerdos, ¡sino de las ratas!
Ordeno cuatro mil ricos castores para su vida y conciencia, mis cerdos todavía son demasiado conscientes para su organismo, a su conciencia de rata no le gusta nada más, señora de La Haya, ¡cómase sus propias pulgas y recuperará su sangre vital!”.
“¡Maldito loco!”.
“Eso lo dijo usted con alguien más, pero entonces la luz vital de este mundo se encontraba ante ‘Pilato’!
¿No lo sabía, señora?
¿No oye como grita ese estudiante?”.
“¿A qué estudiante se refiere?”.
“Al estudiante de mi vida, señora”.
“Para nada, no oigo nada”.
“Pero ahora su hambre ha desaparecido, señora, ¿cierto o no?
Y es lo que he hecho, porque quería demostrarle que sigo amando.
Créalo, se lo he preguntado a millones de personas, ¡soy su Dios!”.
“Ahora ya estoy harta”.
“Exactamente, señora, yo también, pero todavía tengo que alimentar a miles de personas”.
“¿Hoy mismo?”.
“Sí, señora”.
“Ah, entonces lo entiendo, está usted ahora en el ‘comedor social’”.
Por eso tiene tanta comida”.
“Así es, señora, mi comedor social es inagotable”.
“¿Puede darme un poco más?
¿Dónde está?”.
“Aquí a la vuelta de la esquina, señora.
Vaya dentro de un rato y pregunte entonces por Dios, y ¡allí estaré!”.
“Idiota, adiós”.
“Qué pena, señora, no debería decir eso.
Verá que le darán de comer.
Allí estaré, a tiempo, nunca llego tarde.
Si se encuentra con gente de su propia calaña y de otras, diga entonces que se ha encontrado a su Dios, señora, ¡y saludos de mi parte!”.
“Váyase al diablo”.
“Eso es alemán, señora, y no lo entiendo.
No soy boche y ese idioma no me va, sabe.
Pero amo a esa vida.
¡Conviértase en el esclavo de sus sistemas!
¡Conviértase en el esclavo de la sociedad!
¡Conviértase en el esclavo de su vida!
Conviértase en el esclavo de odio, demolición y desgracia y de una vez sabrás quién eres.
Adelante, insulte y grite, pero la gente te conoce.
Adiós, señora”.
‘Mira esa’, piensa, ‘no es una señora, sino que es el odio, la demolición, la animalización para este mundo.
¿Es madre ella?
¡No sabe qué hacer!
Adiós, hija.
Aun así, habría podido decirle a la madre agua que tenías hambre, y entonces, si hacía falta hoy mismo, habrías recibido comida y una deliciosa bebida.
También un poco de fruta, todo, absolutamente todo, ¡porque soy tu Dios!’.
Un poco después se encuentra con otra señora, una lectora de sus libros, y ya pregunta:
“¿Qué tal, Jozef?”.
“Bien, hija”.
“¿Oíste todos esos V2 anoche?
Qué horror, ¿no te parece?”.
“Sí, las cosas están muy mal”.
“¿Te cuidan bien los maestros?”.
“Sí, señora, de eso no me tengo que preocupar”.
“¿Sigues en contacto con el maestro Alcar?”.
“Sí, señora”.
“¿Ya quedó terminado tu último libro?”.
“Sí, ya estoy con algo nuevo”.
“¿Cuándo se nos concederá leerlos?”.
“Todavía falta un poco para eso”.
“Que te vaya bien, Jozef”.
“Gracias, igualmente”.
‘Qué encanto’, piensa, pero así no voy a avanzar.
Otro poco después, ‘cómo es posible’, piensa, son tres veces esta mañana:
“¿Qué tal?”.
“Bien, señor”.
“A ver, cuénteme, ¿entonces su maestro se ha encargado de usted?”.
“Qué risa me da, señor.
¿Tendría que haberme enviado pollos a la brasa?
¿Tendría que haberme llenado la casa de comida?
Lo conozco demasiado bien, si no pensaría que me está tomando el pelo.
Sí, estamos en esta desgracia y tenemos que salir de ella, y así será”.
“Como tiene que ser, Jozef.
Y su mujer, ¿puede aceptarlo?”.
“Sí, ella también se entrega, señor.
Pero la dejo —creo— que haga lo que quiera.
Tiene que quererlo ella misma o no hacerlo.
Tienes que dejar que uno mismo lo decida.
Mi mujer sintoniza conmigo y se entrega a los maestros.
Ahora ella también tendrá que poner las cartas sobre la mesa.
El otro lado nos pregunta: ¿qué quieres?
Ya somos unos privilegiados, porque se nos concede saber”.
“Eso es cierto”.
“Créame, no me gustaría hartarme de comida.
He advertido a cientos de personas: ‘Abastézcanse, abastézcanse de todo’, pero nosotros mismos no hemos sido capaces.
Le estoy contando la verdad sagrada.
El ser humano es ahora como un lobo hambriento.
Se olvida de todo.
Puedes comprarlos por un bollo, señor.
Es miedo, no quieren perder esta vida.
A nosotros la muerte nos da igual, lo sabe.
Pero no bebemos botecitos de leche para seguir con vida”.
“Lo dice como si yo lo hiciera”.
“De eso, nada, señor, pero así es, ¿no?
Su rostro tiene de esas famosas manchitas, señor.
¿No lo sabía?
Usted mismo se lleva al edema de hambre”.
“¿Es un error entonces abastecerse de comida?”.
“De ninguna manera, señor, no es un error, pero entonces no aprenderá nada”.
“Eso es cierto”.
“Yo estoy aprendiendo un montón, porque no tengo nada que comer.
¿Lo cree?”.
“Sí, porque lo sé”.
“Entonces será usted un ser humano, señor, de esos se ven muy pocos.
Y no obstante también yo recibo de todo.
Todavía hay amigos, pero entonces por algo muy distinto.
Entonces se trata de Dios”.
“Lo comprendo, ahora Él trabaja por medio de Sus hijos”.
“Con usted puedo hablar, amigo.
¡Eso es cierto!
Ahora no son sus amigos, sino que ¡es Dios mismo!
Y a esos amigos suyos los ha de besar.
Hónrelos y ámelos, señor, ahora están tocados por Él.
¿Puede aceptarlo?
Otra vida dice: ‘¡Revienta!
Vete al diablo, idiota’.
“Pero esos no son seres humanos”.
“Es lo dirá usted, pero sí que lo son.
Hace poco un pastor protestante dijo: ‘No compramos en el mercado negro.
No nos hemos aprovisionado’.
Pero la grasa se escurría por los labios.
¿Qué le dice eso?
A mí, nada, porque conozco a esos charlatanes.
Que le vaya bien, señor, voy a seguir”.
Pastor protestante, ¡eres un lelo!
Pastor protestante, ¡eres un inconsciente!
Pastor protestante, ¡no eres una criatura de Su vida!
¿Cómo podría Dios, como un Padre de Amor, condenar a Su vida?
¿Porque no quieres pensar?
O sea que sí, a pesar de todo un ser humano corriente y moliente.
Pero ¡ya volveremos a vernos y a hablarnos!
¿Qué importa el “negro”, ahora que todo se va a volver blanco?
¿Vivimos de cupones de racionamiento?
Pobre hombre, entonces ya podrías haber hecho el pedido de tu ataúd, no sigas fingiendo, de todos modos “Él” sabe cómo tratamos a la gente.
Y esta vida va pasando, pastor protestante.
Todo esto tocará a su fin, pastor.
Pero nos espera una siguiente vida.
No sigas desafiando las leyes.
Ahora el estómago humano tiene cierta relevancia.
Ya no funciona gritar y tus cánticos no nos van a hacer acceder a ningún cielo.
Un poco más allá vuelve a detenerse, la gente se aferra a él, es extraño, pero la sagrada verdad.
Aquí estamos con cinco hijos y ya no tenemos calor ni comida, nada, y los ingleses llegan demasiado tarde.
Bueno, ¿qué es llegar demasiado tarde para una vida?
¿Se puede llegar demasiado tarde para el espacio?
Todavía no ha llegado a conocer esas leyes.
Pero medio kilo de carne cuesta veinticinco florines, diez kilos de papas (patatas) mil pesos, un bollo tu sueldo semanal, pero ¿qué importa si como ser humano perteneces a la vida?
¿Es todo esto divino?
Cuántas cosas puede aprender uno si quiere escuchar, si mantiene los ojos abiertos.
Pero lo que te encuentras por la calle da miedo.
Mira, lee esto.
En una ventana hay un cartel que dice: “Busca a Dios, riñe con el ser humano”.

Otro pastor protestante que va a dar una conferencia sobre este tema.
Otra vez Dios.
¡No tienen idea!
Es un inconsciente.
Ese hombre hablará a sus feligreses.
Pero ay, Dios mío, cuando más adelante los maestros aclaren las leyes, solo entonces despertará esta humanidad.
La naturaleza da voces, llora, grita, el pastor protestante que no lo oye.
Todo se derrumba por el hambre, pero no se oye la voz divina.
El ser humano tiene miedo, pero ¿de qué?
Este proceso horroroso se culmina de manera natural.
¿Qué es lo que está oyendo?
“(En alemán): Quiero vivir”.
Yo también, soldado, todos queremos vivir.
Es el soldado alemán que ayer ya había hecho su entrada en los libros, la voz proviene del espacio en que también se encuentra esa buena vida.
Sí, holandeses: también hay alemanes que no son asesinos.
¿No les dice nada?
Ese hombre no quería tener nada que ver con (en alemán) “la soldadesca”.
Va a Rusia y no le meterá un tiro a nadie, se lo prometió a Cristo y al Gólgota, y no lo hará.
¿Acaso hay que odiar entonces a esa criatura de Nuestro Señor?
Pero ¿qué hace ese boche allí en las escaleras?
Ese boche, querido protestante, viene a que le dé libros espirituales.
Para ti soy un hereje, verdad, pero eso ya cambiará.
¿Quiere Dios una pugna con los seres humanos?
¡Es el Dios de ustedes!
¡No el mío!
Pero ¿qué tiene que decirme esta mañana la madre agua?
Hola, viejita.
¿Ya me has percibido?
La gente dice que apestas.
No fluyes lo suficiente.
Ahora no quiere irse la porquería de la gente que hay en tu vida.
Sí, madre, ¡recibí leña!
Es un milagro.
“¿Qué tal, madre?”.
“Hola, mi André”.
“Cariño, he vuelto”.
“¿Qué tal tu viaje cósmico, André?”.
“Estoy asimilando ese calor, madre.
He visto a Dios, se me concedió contemplar Su rostro.
Y Su espacio es verdadero.
También en él pude sentirme como un ser humano.
He visto los tesoros del cielo, madre.
Y ahora puedo decir: quien me siga llegará a vivir el “Reino de Dios”.
Ahora sé cómo es, madre, y qué significa la vida.
Y la gente ya no sabe qué hacer”.
“Lo sé, André.
¿Has pensado en mí?
¿También allí vivía en todo?
¿Cómo es mi espacio allí?
¿Cómo es mi conciencia allí?
¿Viste mi alma y mi espíritu despiertos?
¿Has llegado a conocer ahora mi profundidad?
¿Has visto mi concienciación?
¿Soy allí amor y felicidad para todo lo que vive?
¿Has podido seguir mi renacer?
¿Lo viste a Él, vivo y consciente?
Acércate un poco más y continuaré”.
“Sí, madre, he llegado a conocer tu profundidad.
Todo es verdad, el ser humano y absolutamente todo lo que vive nació por medio de tu vida.
Fuimos atravesando las aguas hasta la conciencia terrenal, y luego más allá.
Y eso lo llegaron a vivir los planetas.
Es milagroso, y a la vez muy sencillo.
Pero ahora los seres humanos de aquí han enloquecido por el hambre”.
“¿Has vivido el ‘Wayti’ divino?”.
“Sí, madre”.
“Y ¿es por eso que estás ahora tan feliz?”.
“Desde luego”.
“Me lo imagino.
Eres la criatura del espacio”.
“Sí, madre, en eso me he convertido.
Se me ha concedido escuchar las leyes celestiales.
Y la revivencia me dará la conciencia.
Vi la imponente belleza de la madre naturaleza de todos los grados de vida cósmicos, y ahora sé cómo he de actuar si quiero vivir armonía, si quiero continuar y elevarme más y representar los espacios.
Ahora sé para qué vivo, madre.
Sé ahora para qué pertenecemos a la vida, madre.
¡Soy consciente, madre!
Dios no es duro, Dios no es odioso y Dios no busca bronca con nosotros, los seres humanos, eso lo hacen los propios seres humanos.
Doy gracias a Dios de que percibas y comprendas, o nos perderemos.
El ser humano es inconsciente, madre, y por eso este mundo es tan torpe, pero todavía no hemos llegado hasta ese punto.
Tengo que aclarar las leyes.
Tengo que vivir las leyes.
Tengo que decir a los seres humanos, madre mía, que Dios es amor.
Pero ¿quién va a poder aceptar eso?
¿Qué quieren los pueblos de la tierra?
¿Qué quiere el pueblo alemán?
Tengo en mis manos el libro ‘Los pueblos de la tierra’, conozco la conciencia de cada uno de los pueblos, madre, y las leyes que se me concedió vivir analizan cada chispa de Dios.
Ay, si pudieras verte a ti misma allí.
De verdad, has dado vida a cada chispa.
Más adelante vamos a seguir analizando las leyes para el organismo humano.
Entonces me enfrentaré a ese famoso Darwin, madre”.
“Pero podrás con él, André”.
“Sí, se lo demostraré a él, que los seres humanos no tenemos nada que ver con la conciencia de mono.
Uno por uno convenceré a todos esos grandes, madre, porque el Dios de todo lo que vive me ha dado esta sabiduría.
Pero veo a la gente, no me cree, todavía no pueden aceptarme.
Ay, santo cielo, madre, cuando lleguemos a ese punto...
Pero tengo que continuar.
Claro, allí escribí tu nombre, ¡cuando llegues allí lo verás!”.
“Solo puedo decirte: si necesitas algo, André, siempre estaré allí”.
“Lo sé, madre, puedo contar con tu vida.
Eres la fuerza primigenia para mí y para todos los de este mundo.
Y el ser humano llegará a conocerlo.
¡Entonces ya no habrá miedo en el ser humano!
¡Ahora hay paz y sosiego en el ser humano!
¡Entra amor universal en el ser humano!
Habrá paternidad y maternidad para la iglesia, madre mía, porque esos hombres y mujeres se aprovechan como parásitos en la masa.
¿Cómo han recibido sus cuerpos?
Más adelante, aunque dure otro poco, cambiará.
Los seres humanos hemos vivido millones de años.
Los seres humanos hemos vivido millones de vidas y aun así todavía nos encontramos ante la concienciación espiritual, pero ahora Oriente viene a Occidente; el ser humano ha de despertar como la criatura de Dios.
¡Y para eso no hace falta que reces, madre!
¡Y para eso no hace falta que te confieses, madre!”.
“Lo sé, hijo mío, ¡lo sé!”.
“¡A la iglesia católica no le queda más remedio que despertar, madre!
¡A la iglesia católica no le queda más remedio que desterrar absolutamente la condena, madre!
Todos esos perifollos, madre, tienen que desaparecer.
Cada secta despertará y llegará a conocer las leyes, solo entonces llegará a haber armonía en la tierra.
Ahora, como seres humanos, podemos mover montañas.
Claro que sí: lo asimilaré todo.
Dentro de unos días estaré listo, y entonces: a seguir, a más altura y a más profundidad, de vuelta a Dios.
Veo al ser humano, ¿no, madrecita?
¡Veo manos que dan amor!
¡Veo manos que asesinan!
Veo manos que golpean y asfixian a la criatura de Dios.
Veo manos que quieren torturar, manos de Dios, que el ser humano ha recibido para hacer el bien.
¿Qué será lo que quiere toda esta vida?
¿Qué quiere hacer el ser humano consigo mismo?
¿Percibes este aliento vital, madre?”.
“Sí, hijo mío, lo sé.
Mira las densificaciones, las leyes, que Dios ha puesto en nuestras manos, y podrás seguir.
Es celestial, y solo ahora puedes vivirlo: ‘En verdad, en verdad les (os) digo a todos: quien me siga poseerá el Reino de los Cielos...’; pero, pero, André, conforme a las leyes y los grados de vida, ¿no?”.
“Sí, madre.
Veo las densificaciones, esos grados de vida para todo lo que vive, y son Reinos.
Una paloma, madre, una gaviota, todas esas aves poseen ese espacio, pero el ser humano aún ha de despertar.
El ser humano todavía no se conoce a sí mismo.
Todo lo que vive da a luz, es padre y madre, posee espacio y conciencia, ha sido densificado materialmente.
La vida ha recibido el espacio y se siente miserable como ser humano.
Cuando más adelante sigamos esas leyes, madre, descenderemos hasta esa fuente vital para cada uno de los grados de vida, y entonces nos veremos de una vez ante las creaciones posteriores”.
“Exactamente, André, así es.
Basta con que mires mi cuerpo para que sepas exactamente qué pertenece a las ‘creaciones existentes’ y qué recibió la vida desde esos nacimientos posteriores.
O un piojo, ¿es creación divina? ¿Pertenece ese animalito a los grados vitales conscientes?
He creado muchos tipos de vidas como estas, pero que no piensen que tienen alguna importancia”.
“¿Esas se quedarán en la tierra, madre?”.
“Vivirán aquí y morirán aquí, André.
¿Para eso hemos creado cielos?
Más adelante llegarás a conocer esos grados de vida.
Surgieron cuando comenzó Darwin, pero este no miró detrás de la “conciencia de mono”.
Tú primero has de llegar a conocer las leyes humanas y animales, y las mías, André, solo entonces los maestros seguirán las creaciones posteriores y vivirás cada grado de vida”.
“Veo la vida de una paloma, madre.
Reconozco los grados vitales de un perro y un gato.
Veo el alma de una flor, pero también el espíritu.
Reconozco cada uno de los grados de vida para el mundo animal, madre, y sé ahora que una gallina común y corriente de esas no solo es padre y madre, sino que esta grado de vida también ha recibido los grados de densificación en la propia conciencia.
Y eso es asombroso, se precipita hacia mi vida, madre.
Sé ahora que eres alma, espíritu y materia, pero que has recibido las leyes de dilatación por medio de la paternidad y maternidad.
“Sí, André, todo lo que vive es alma, espíritu y materia.
Una flor es alma, espíritu y materia.
Un árbol es alma, espíritu y materia.
¡Todo lo verde es alma, espíritu y materia!
¡Las nubes se han construido por medio de alma, espíritu y materia!
La noche es alma, espíritu y materia, pero has de volver millones de años para ver las primeras revelaciones.
¿No es cierto?
¿Cómo he construido mi organismo?
¿Cómo recibí esta conciencia?
Poseo la “conciencia natural”, André.
¡Soy la madre naturaleza!
Pero ¿qué es la madre naturaleza?
Yo soy la madre, según te dije, para absolutamente toda la vida que como ser humano puedes vivir por medio de la naturaleza.
¿Percibes, André, que como ser humano puedes experimentar conciencia “humana, animal y también natural”?
Somos conscientes para nuestra vida.
También un animal es consciente para el propio grado de vida.
Por ejemplo, toma una brizna de hierba de esas, esa misma vida tiene conciencia para el propio mundo y para el espacio como grado de vida al que pertenece esa vida.
Una paloma, por ejemplo, André.
Ese animalito ya vuela y eso, pues, es conciencia animal.
El ser humano... tú, tú poseerás la conciencia humana, pensadora y perceptora, para que puedas vivir cada uno de esos grados de vida, pero ¡el origen es de mi madre, la luna!
Cuando los maestros sigan esto, llegarás a ver y vivir las leyes vitales transparentes como el agua”.
“Te doy las gracias, madre, seguiré pensando en esto.
Asimilaré esos espacios.
Ahora sé adonde voy, madre.
Ahora también sé que pronto me encontraré en las esferas, que soy uno solo con los maestros, porque el “Omnigrado” me llama, y más adelante seguiremos.
Es el ser uno solo con cada chispa, madre.
Más adelante descenderé en tu vida para comentar juntos esas leyes”.
“Eso es lo que importa, André, solo ahora estás avanzando”.
“Pensar conscientemente, madre, hasta que lo sepas, ¿no?”.
“Lo comprendo, André”.
“Mantendré vigoroso mi sistema nervioso, madre.
Forzaré mi personalidad a inclinarse ante cada una de las leyes.
¡Aceptaré!
Si exclamo ‘Wayti’, ella me ayudará.
El espacio es muy elocuente.
Seré alegre para absolutamente cada ley y grado de vida, o no llegaré.
Pero mis alas se ampliarán.
Solo entonces podré vivir esa unión macrocósmica.
¿No es esto el ‘beso’ para toda la vida de Dios?
¡Cristo es lo que importa, madre!”.
“¡Lo sé!”.
“Cristo vino a la tierra desde el ‘Omnigrado’.
Y escucha ahora lo que dicen de eso todos esos clérigos.
Eso te dejará marcas, madre”.
“Lo sé, André”.
“Pero los convenceré.
Recibiré este ‘Loto’.
Todavía queda Buda.
Ahora sé lo que ha querido.
Más adelante lo veré, y entonces continuaremos juntos.
Sus manos obraron milagros, madre, pero dice:
‘¡Es Cristo quien importa!’.
Pero no este de Occidente, a este se le ha mancillado y maltratado.
Adiós, madre”.
“Mi Wayti, mantente fuerte”.
“Se lo prometo, lucharé”.
André sigue, arrastrando los pies.
El agua apestosa posee sabiduría vital, el ser humano no, y eso sí que es algo especial.
A Ramakrishna las aguas le parecían sagradas, según sabe, y se lo dijo esa vida a la que solo ahora puede comprender.
Sí, mis hermanos de Oriente, ustedes iban (vosotros ibais) a gran profundidad, con el conocimiento de que hemos nacido de las aguas, que las aguas poseen maternidad para toda la vida de Dios.
¿Qué sabe el pragmático Occidente de este espacio?
Nada.
Occidente piensa que Oriente no tiene importancia alguna.
Pero ¡eso está cambiando!
Me siento portado por las aguas y la vida de Dios, por la madre naturaleza.

Y entonces se encuentra ante Loea y los demás.
Lo miran a los ojos y ya no saben qué pensar.
¿Quién eres hoy, André?
Eres tan frágil, estás tan lejos.
¿Es posible?
“Buenos días, pequeño Jeus”.
“Hola, mi Loea.
¿Cómo le va al pequeñito dentro de ti?
¿Te dan besitos?
¿Ya recibes ese amor?
¿Cómo está el jefe?”.
“Hace trucos, pequeño Jeus”.
Lo veo.
Lo que faltaba.
Mientras lo quiera así lo que lleva en las entrañas, entonces podremos avanzar, piensa, y es para el hombre de Loea.
“Vaya, ese maestro”.
“¿Crees que iremos a andar en velero este verano? ¿O qué?”.
“Si lo quieren los boches, ¿no?
¿Alguna novedad?
¿Falta mucho?
¿Ya hemos avanzado?
¿Qué dicen los maestros, pequeño Jeus?”.
“Pronto habremos llegado allí.
Un par de meses más y entonces también este sufrimiento se habrá vuelto a olvidar”.
“Vamos, cuéntame algo, pequeño Jeus.
Dame conocimiento, dame sabiduría o no podré seguir, ni otros tampoco”.
“¿De verdad quisieras eso, Ismoel?”.
“Claro que lo quiero.
¿Acaso piensas que no?”.
“Haces tan poco por ello”.
“Qué lejos te veo, pequeño Jeus.
¿Dónde has estado?”.
“¿Sabes lo que es el ‘Omnigrado’ divino, Ismoel?”.
“Para nada, no lo sé.
¿Qué es?
¿Dónde vive?
¿Se puede beber y comer?
¿Está lejos?
¿Tú también crees en eso?
¿Lo has visto?
Vamos, mira, somos seres humanos, somos seres humanos con pensamientos humanos y todavía no sabemos si hemos recibido un alma de Dios.
¿Podrías tú dárnoslo ya ahora?”.
“Me retas, pero si hablo ya te asustas.
No quieres aprender, Ismoel, no lo buscas allí sino aquí, traqueteas.
No obstante eres una “célula” del “Omnigrado”, has recibido luz de esa Luz y vida, pero no piensas.
Pues bien, voy a elevarme más, ya nos volveremos a hablar”.
“Estás demasiado lejos, pequeño Jeus”.
“Puede ser, pero también cerca, y eso no lo ves.
No abres tus puertas, Ismoel.
Hazlo y vendré a ti”.
¿Dónde están los maestros?
Estas horas las ha vivido al margen de sí mismo, la tierra está allí y a la vez no, el alma como la personalidad sigue estando en el “Omnigrado” y tiene que liberarse de todo esto, o su vida se irá consumiendo.
El ser humano ya no lo siente y es difícil hablar a los seres humanos.
¿Qué hacen los maestros?
¿Cómo se puede alcanzar ahora el alma humana?
André habla y piensa, los seres humanos hablan del “pequeño Jeus” y de Jozef... es André quien ahora tiene que asegurarse de que asimile las leyes.
Y entonces llega a su vida:
“Ven a la vida y la muerte, André.
Experimenta ahora ‘la vida y la muerte’ y podrás continuar”.
La vida y la muerte, sí, de eso se trata.
La vida es dura y a la vez tan etérea y suave.
Pero ya no estoy aquí.
Ya no siento la tierra.
Estaba demasiado lejos de este espacio.
Pasará mucho tiempo antes de que perciba las leyes materiales.
Primero he de vivir algo para mi espíritu.
Estaba en el “Omnigrado”, pero ¿dónde se encuentran, pues, las esferas de luz?
¿Dónde están?
Estoy mareado, es el organismo.
Eso requiere algo salado, Dios mío, ¿qué es lo que tengo que hacer?
Ya no estoy aquí.
Cuando un poco después llega arriba donde sus otros amigos, oye otra vez que se dice:
“André, dame un momento tu organismo, voy a pintar algo.
Esta mañana haré tu cáliz vital.
Mientras tanto vivirás ‘la vida y la muerte’.
¡Los maestros velan!”.
Todo queda preparado rápidamente, Yongchi desciende en su cuerpo y nosotros, André y yo... partimos a las esferas de luz.
Y entonces podemos hablarnos, que es lo que le importa al maestro Alcar, para liberarlo de la “Omniconsciencia”, la sensación espacial que ahora lo domina.
De esta manera hacemos que el cuerpo y el espíritu vuelvan al sentir armonioso.
¿Quién puede procesar esto por sus propias fuerzas?
Ningún ser humano de la tierra.
Lo que se le concedió vivir a André todavía no se le ha dado a un ser humano, la humanidad no estaba lista para eso.
Alza la vista entre la vida y la muerte, es decir, detrás del ataúd.
Y me pregunta:
“¿A dónde vamos, maestro Zelanus?
De verdad que esta es una sorpresa para mí”.
“El maestro Alcar ha seguido al organismo, no va a tener ahora suficiente circulación sanguínea, estás demasiado lejos y eso hay que prevenirlo ahora.
Lo vivirás, André.
Te encontrarás con seres queridos.
Y son ellos quienes te harán vencer todas estas leyes.
Tu alma tiene sed de comprensión, tu personalidad pide comprensión y esta no vive en la tierra.
Aun así tenemos que continuar.
El maestro Alcar lo puso en mis manos.
Nuestro maestro tiene otra cosa que hacer y más adelante vendrá a nosotros.
Pero estarás libre del “Omnigrado” y aun así vivirás en él, porque es necesario para más adelante.
En algunos días te disolverías y la madre agua dominaría tu pensamiento y sentimiento, a lo que no puede oponerse absolutamente nadie que haya llegado a conocer la liberación de los sistemas materiales como se nos ha concedido vivirla a nosotros”.
Partimos de la tierra.
Está bañada en la luz del sol, pero sintonizamos con el mundo astral espiritual.
André piensa para sí mismo y para la vida de la madre tierra.
Pronto verá y vivirá a su hermana Miets y a su hija, una gracia de su maestro, porque ha querido servir para la concienciación de esta humanidad tan apaleada.
“Esto me hace mucho bien, maestro Zelanus”.
“Llámame ahora Lantos, André, eso es mejor.
Para la ‘Universidad de Cristo’ hemos de sintonizar de otra manera, pero eso ya no hace falta, ahora somos seres humanos y no maestros”.
“Percibo que tienes razón.
Todo es imponente.
Ahora soy nuevamente la criatura de mi madre.
La percibo a ella y a mi hermana, y a mi criatura.
También a mi padre.
¿Cuántas cosas me han pasado, Lantos, cuando hemos vivido el contacto para los maestros?
¿Cómo te sientes, ahora que eres un maestro con sintonización cósmica?
Eso puedo seguirlo, pero el ser humano en la tierra lo ve todo de manera inhumana.
He recibido amor por todo, por el arte y las ciencias.
Vuelvo a ver mis vidas anteriores, he vivido amor, pero este saber se eleva por encima de todo lo demás.
El Wayti de este espacio ha de abrirse y hará feliz a la humanidad.
¿Tan pronto volvemos a estar juntos, Lantos?
Es milagroso”.
“Es para tu vida de servicio, André.
Los maestros te ayudan.
Estás demasiado lejos de tu vida y eso no debe ser, pero cuando hayamos vuelto y comenzamos a escribir, todo será distinto.
Pero ¡todo es imponente!”.
André piensa, yo lo sigo en pensamientos.
En la tierra, Yongchi pinta por medio de su organismo, nosotros nos encontramos del otro lado y recibimos la gracia de ser uno, por lo que el “Omnigrado” se va hundiendo en él.
Se le ha concedido vivir muchos milagros, y los siguientes viajes demostrarán lo que le dice la “Madre agua”, y llegaremos a conocer los grados vitales materializados en la tierra.
Su personalidad puede procesarlo, ahora ya no se derrumbará.
Claro que sí, también esto es una gracia, según percibe, esta dilatación le da alegría y felicidad, el ser uno con sus seres queridos.
Dejo que piense, pero continúo siguiéndolo, somos uno solo de alma en alma.
Y entonces me pregunta:
“Bueno, hermano mío, cuéntame sobre tus propias vidas.
¿Se puede?”.
“De ninguna manera, porque tengo que sintonizarme con la primera esfera, con tu hija y tu Miets”.
“Ciertamente, mi hija vive aquí.
Pega gritos, pero ahora de otra manera, ahora es una consciente.
Tengo otra actitud ante mi hija, y lo quisieron las leyes.
Ella es una personalidad, Lantos”.
“Lo sé, pero llegarás a conocerla”.
“¿Gommel?
¿Dónde estás, pues?”.
Dice su nombre en voz alta y envía sus sentimientos a la primera esfera.
Desde ese mundo percibe esa cordialidad.
Gommel envía de vuelta los propios sentimientos y amor.
Si se le hubiera concedido conservar a su hija, habría querido convertir esta conciencia en algo hermoso.
“Claro, era capaz de hacerlo”, puede decirse.
“¿Gommel?”.
Pero entonces se libera de su hija y pregunta:
“¿Ya sabes, Lantos, cuándo comenzaremos a escribir?”.
“Dentro de algunos días, André.
Pero antes de vivir el siguiente viaje, consignaremos este viaje, solo entonces podremos vivir las siguientes leyes.
Siempre te mantendrás conectado con los grados vitales y seguirás cada una de las leyes en la tierra”.
“¿Lo aguantará mi organismo?”.
“Ya no tiene relevancia alimentarse.
Claro, más adelante te sentirás exhausto, pero eso ¿qué importa?
Te sentirás completamente agotado, pero continuaremos.
Nosotros, ¿verdad, André?, no perderemos un segundo.
Más adelante comprenderás por qué nos jugamos el todo por el todo.
Mientras tanto sigues los grados de vida y leyes de densificación, para el ser humano, el animal y la naturaleza, para que el maestro Alcar pueda continuar.
El espacio nos ayuda a cargar.
Atravesaremos la vida y la muerte hasta el renacer para cada ley.
La vida material habrá de hacer caso a la personalidad y finalmente será vencida.
Se me ha dado la gracia de consignar este trabajo.
Y mientras escribimos volvemos a vivir otras leyes más.
Ahora podemos aclarar los espacios de Dios.
Ningún iniciado de Oriente ha sabido hacerlo.
El Gólgota hablará a nuestras vidas, para lo que el maestro Alcar posee el contacto cósmico.
¡Y todo esto es “Wayti”!
Es el “Siglo de Cristo”, André, el que nos da esa posibilidad, porque esta humanidad ha llegado a ese punto.
Ahora ha de despertar el alma de Dios, la criatura de Su Ser, y sabremos para qué servimos.
¡Sí, claro, estamos listos!
Se puso a miles de seres humanos, de criaturas de Dios, en la hoguera, pero ahora ya no es posible.
Yo no me arredraba ante nada, por medio de mis vidas anteriores he visto que he dado absolutamente todo para asimilar estas leyes.
¡Y ahora hemos llegado a ese punto!
Pero precisamente durante esta guerra, el maestro Alcar quiere poner los fundamentos para la cosmología.
Más adelante no será posible, y lo sentirás.
Debido a que el ser humano en la tierra vive en pena y dolor, este tiempo te ayuda a cargar.
Y también eso lo viviremos juntos”.
“¿Quiere el maestro Alcar analizar de verdad cada ley vital?”.
“No somos capaces de eso, André.

Si analizáramos cada una de las leyes, escribiríamos mil libros.
Solamente sobre el mundo animal tendríamos que escribir cien, si se quiere recibir en la tierra una imagen clara de cómo han surgido esos grados de vida animales”.
“¿Así que solo seguimos las leyes fundamentales?”.
“Esa es la idea.
Conoces la división para la cosmología.
La introducción nos conduce a cada espacio que ha surgido por medio de las primeras revelaciones.
Ahora podemos continuar.
Pero antes que nada hemos de materializar esos viajes, o no nos sentiremos libres ni listos.
Sé lo que podemos alcanzar, y después de tu vida allí continuaremos esta imponente obra.
Desde este lado terminaremos nuestra tarea cósmica.
No será sino en el año 2000 que esta humanidad reciba el despertar espiritual.
Primero los pueblos de la tierra tendrán que aprender a comprenderse, pero entonces nuestros libros estarán en la tierra y ese desarrollo podrá comenzar.
Ya has de sentirlo: nuestra vida tiene relevancia cósmica.
Quien más adelante lea nuestros libros en la tierra se sentirá feliz y después vendrá: la ciencia nos apoyará.
Más adelante, los eruditos tendrán que aceptar estas leyes y solo entonces los libros volarán por la tierra, entonces los pueblos de Israel tendrán que aceptarlos.
Mi gran deseo, André, es que más adelante convenzamos juntos a la gente de las leyes.
Entonces hablaremos.
También entonces seremos completamente uno solo.
Puedo alcanzarte a cualquier hora del día, y el maestro Alcar pondrá también esos fundamentos.
Ahora se puede vivir lo más elevado de todo en la tierra, para los que están abiertos a ello y han alcanzado esa concienciación.

Pero nuestras vidas se van fundiendo.
Ya sabes que eso es posible porque hemos recibido los primeros libros para la cosmología.
¡Estuvimos en el ‘Omnigrado’ consciente, divino y humano!
Lo que hace unos años te parecía imposible vive ahora en tu corazón.
Sabes ahora lo que ha tenido que hacer el maestro Alcar para auparte hasta este punto.
Y sabes que nadie puede eludirlo.
Ciertamente, mi hermano André, ¡nuestro trabajo nos reconduce a Dios!

Quien algún día llegue a tener estos libros en sus manos se elevará por encima de todo lo que la tierra posee en cuanto a sabiduría.
Más adelante, nuestros seguidores te ayudarán a cargar.
En la tierra viven millones de criaturas de Dios que están listas, pero debido a que la tierra ha llegado a vivir tanto engaño, tendremos que deponer esas pruebas.
Y se comprende.
Lo sabemos: esta sabiduría es para millones de años; cuando el último ser humano haya alcanzado las esferas de luz, ya no hará falta la cosmología allí, pero sabemos cómo es la conciencia de la madre tierra y sus criaturas.
Ahora puedes aceptarlo: ¡tu vida no morirá jamás!
El ser humano llega a tener conciencia y no hay ser humano que sea más alto que nuestras cabezas, traemos lo más elevado de todo para la humanidad.
¡Dios quiere, igual que Cristo, que esta humanidad despierte!
Cristo, mi hermano, ¡claro que sí, Él es quien importa!
Pero ¡para Él viviremos y serviremos!
A pesar de eso lo clavaron en la cruz.
¿Lo comprendes, ahora que se nos concedió ver y vivir el ‘Omnigrado’?
La humanidad tendrá que asimilar estas leyes.
Lo que todavía no es consciente en la tierra alcanzará ese punto.
No hay detención.
Quien alguna vez posee la conciencia y la sensibilidad ya no dejará libre la sabiduría —pero el alma como ser humano probará cuánta sensibilidad tiene para querer servir.
Solo aquellos a quienes se les ha infundido alma al cien por cien te seguirán y aceptarán.
El ser humano está ante el mundo astral, André, cuyas leyes conocemos.
Algún día el alma como ser humano habrá llegado a ese punto, y los maestros se encargan de eso.
Son los libros, es la cosmología”.
André está pensando, se está preparando para las esferas de luz.
Siento que me está siguiendo.
Desde su nacimiento hemos sido uno.
Ahora me ve como un joven de veintisiete años, reconoce mi conciencia por la luz en mis ojos.
Me conoce, por el libro ‘El ciclo del alma’, también ha llegado a conocer esas leyes.
El maestro Yongchi pinta con rapidez, según siento y veo, pero tenemos algunas horas.
Este plan de los maestros tiene que tener éxito, porque el maestro Alcar empezó con esta tarea cuando André vivía todavía en el mundo astral, y ahora es su propio destino para estas poderosas leyes.
Solo cuando hayamos alcanzado el punto en que podamos escribir los libros de su juventud, André llegará a conocer también esas horas imponentes y verá cómo el maestro Alcar ha puesto una piedra encima de otra.
Y entonces me dirá:
“Cada vez que la ‘Madre agua’ habla a mi vida, Lantos, es como si viera al maestro Alcar y como si fuera él quien aúpa la conciencia de esta vida.
A veces desciendo en el agua y entonces esas leyes empiezan a hablarme, lo que es una revelación”.
“Que tu maestro Alcar te ve, que viene, André, es porque él es quien te conecta sin excepción con toda la vida de Dios.
Mira, es el contacto con todo lo que vive, pero que recibes por medio de los maestros.
Absolutamente todo lo que ha creado Dios tiene que abrirse o no podrás avanzar, debido a que ahora has de vivir unión espacial, a que tenías que seguir esas leyes.
Como ser humano te conduce a la conciencia cósmica cuando la vida comience a hablar.
Eso lo vivimos en las esferas de luz.
¡Quien se blinde contra eso no llegará nunca!
Porque esos grados de vida quieren revelarse a nuestra vida y conciencia.
Cada ley vital ha de aclarar la propia creación, y es esta unión, André, por la que vivimos este ser uno para el alma, el espíritu y la materia; después se manifestará una ley tras otra”.
“Por lo tanto es de extrema urgencia que me abra a eso, ¿no?”.
“Ya te lo digo: ¡si no quisieras vivir este ser uno, no avanzarías!”.
“Es asombroso, Lantos.
Qué asombroso no es, por ejemplo, la vida de una gallina.
Cuando percibo ese animal, vivo la paternidad y la maternidad, y también las leyes de densificación”.
“Eso es verdad, André.
Ya lo ves: ese sencillo grado de vida posee ahora lo que al espacio le requirió billones de siglos para las leyes de densificación y dilatación, en cuanto a tiempo y despertar, o sea, una concienciación que la “Omnimadre” ha dado a esa vida.
Antes de que este animal, y a la par de él todas las aves, pongan el huevo... llegarán a esta vida la densificación y el endurecimiento, y mira: lo que ha durado billones de siglos está aquí abierto y consciente, pero el ser humano no vuelve la mirada.
El ser humano no vive este milagro divino, todo es de lo más común.
Esto es la paternidad y la maternidad en una sola mano, para un solo grado de vida, pero mira ahora los millones de otros grados de vida para el mundo animal y la vida de las aguas, y nos vemos ante una cosmología de belleza sin precedentes.
Deja que la vida hable a tu alma y conciencia, André.
A Oriente le gustaría vivir estas leyes, pero no es capaz de someterse a ello.
Te he contado estas posibilidades por medio de los libros anteriores, ‘Dones espirituales’, para que puedas saber a qué me refiero.
Ramakrishna vivió esta unión, el resto experimentó el propio mundo de los pensamientos; no obstante, el Antiguo Egipto conoció esta unión.
Vivirás estas leyes y posibilidades.
Y créeme: son ellas quienes te abrirán para la cosmología.
Así que apremia que escuches cada una de las leyes vitales y esa “ley” tiene que contártelo todo de la densificación propia y adquirida.
Te digo, André: ¡esa vida incluso puede hacer predicciones y siempre es infalible!
La humanidad todavía no ha de aprender, pero nosotros lo sabemos en nuestra vida, es el “ser uno” con toda la vida de Dios.
Nos reconduce al “Omnigrado” y solo entonces podremos decir: ¡he completado mi ciclo!
Si en las esferas de luz queremos hacer un examen, tenemos que saber contestar.
Cuando el maestro pregunte: “¿Tiene un árbol de la tierra un alma y un espíritu?”, tenemos que poder contestar según las leyes de realidad.
Y ¿qué hacemos entonces?
Ahora sigue el ser uno con todo lo que vive.
Vivimos ese ser uno y sabes cómo ha de ocurrir.
Ahora ese árbol me cuenta dónde y por medio de qué ha recibido la vida.
Ahora cada ley nos reconduce a la propia existencia y también al origen.
Ahora somos uno solo, de manera infalible, ¡ocurre de alma en alma y de sentimiento en sentimiento!
El insecto más nimio nos cuenta si va a continuar con nosotros.
Si no es así y si las leyes para esta vida son materiales y animalmente terrenales —te encuentras ahora ante los nacimientos posteriores—, entonces esa vida hablará a nuestra conciencia y podremos contestar en el mismo instante.
Y esa respuesta tiene justificación divina.
En fin, sabes cómo un planeta, como el sol y la luna han hablado a tu conciencia, y eso vale para toda la vida de Dios.
Por supuesto, es lo más hermoso que se puede vivir en la tierra.
Y eso, André, lo han querido todos los filósofos, pero todavía no tenían esta conciencia.
¿Qué tiene que contar una flor de la tierra?
¿Qué tiene que contar ella en las esferas de luz?
Si el ser humano de la tierra entra aquí, estará ante estas leyes, y la madre naturaleza en nuestra vida habla ahora al alma humana.
Eso es ahora la personalidad astral por la que disfrutamos de esa “unión universal” y desde luego despertamos ahora espacialmente.

Pero es la madre naturaleza.
A ver, ¿serías capaz de descender en el mundo animal?
Sigue un pedazo de piedra en la tierra, André, y vivirás mundos.
Mundos para las leyes de densificación.
¡Mundos para la conciencia!
¡Mundos para el alma, el espíritu y la materia!
¡Mundos para el amor!
¡Mundos para la paternidad y la maternidad!
¿Qué pensarías, mi hermano querido, si te contaba sobre las leyes para la paternidad y la maternidad para el reino de los colores?
Un diamante, ¿tiene conciencia materna o paterna?
Un zafiro, ¿es madre?
¿Tiene una flor paternidad y maternidad?
Si a una flor la conoces bien, te reconducirá a la “Omnimadre”, incluso podrás observar la “Omnifuente”.
¿Qué se sabe en la tierra de todas estas leyes?
La lluvia y el viento, ¿son paternidad o maternidad?
Sigue una nube, toma un día soleado para tu conciencia viva y sigue todo eso.
¿Qué son el relámpago y el trueno?
Esas leyes se conocen en la tierra.
Por supuesto, pero ¿dónde nacieron esos primeros fenómenos?
Las revelaciones espirituales, aunque divinas, han tenido que vivir el proceso, mi hermano André.
La nube de tu propio tiempo tiene billones de siglos.
Cuando toda esa vida habla a tu personalidad, gozas de unión divina.
Y esto no puede aclarártelo un maestro, dicen ellos, para esto te hacemos falta yo y otros grados de vida.
¡Y eso sí que es verdad!
Es un árbol, una flor, un pez, una paloma, un perro y un gato, un león puede contarnos dónde nació esa vida y qué evolución ha tenido que seguir, pero ¡para nosotros será el ser uno con toda la vida de Dios!
Primero esta unión tiene que desarrollarse de este lado, solo entonces un maestro seguirá la siguiente, y también eso es una ley vital.
¿Qué tienen que contarnos los planetas, pues?
¿Qué quiere vivir el espacio para nuestra conciencia?
¿Qué tiene el espacio para darnos?
Ya lo sabes: solo cuando el ser humano de la tierra entre aquí podremos empezar a liberar esa alma como ser humano de todos los sinsentidos que se le han enseñado a esta criatura de la madre tierra.
Y si vieras entonces a esos pastores protestantes.
O a un clérigo, André, esos pobres lloran como niños pequeños.
Porque no quieren otra cosa, ¿no?
Libéralos de la Biblia.
¿Es posible si aún no tienes la conciencia y el sentimiento para esto?
Cuanto más se eleva esa gente para su doctrina y estudio, tanto más difícil se vuelve”.
“¿Has vivido ya, Lantos, que entraba un Santo Padre de la tierra?
“Sí, se me concedió vivir el honor de hacer despertar espacialmente a Clemente VI”.
“¿Qué dices?”.
“Ciertamente, mi hermano André.
Sabes que anduve nueve siglos por esas tinieblas.
Entre el año mil doscientos y mil trescientos recibí despertar espiritual por medio de mi Padre... Emschor...
Yo había llegado a conocer las leyes para esta vida, y puesto que me disponía a servir, me conectó con la vida de Clemente, que había recibido el cargo papal entre esos años.
Y fue cuando experimentamos el acceso al mundo astral”.
“¿Es eso un milagro?”.
“No lo llames un milagro, hermano mío.
La desgracia para estas almas es tremenda”.
“¿Qué hiciste entonces con él?”.
“Para empezar, volvimos a la tierra para convencerlo de su muerte allí y de la liberación de las leyes materiales.
Cuando estuvo al lado de su cadáver y vio con sus propios ojos que vivía, esta criatura lloró.
Se pueden escribir libros sobre esto”.
“¿No lo quisieron los maestros?”.
“¿De qué les sirven esos libros a los maestros, André?
¿Se podrán aceptar en la tierra?
La iglesia católica había puesto en la hoguera la vida que había recibido esta sabiduría, y antes de estos siglos teníamos bastantes otras cosas que hacer.
Cuando en la tierra hubimos llegado a ese punto partimos a la luna, y él llegó a conocer su cosmología, lógicamente por medio de las primerísimas preguntas vitales de la tierra”.
“¿Y luego?”.
“Después recibió el renacer”.
“¿Para luchar otra vez?”.
“Vive ahora en la tierra, André, y es un enemigo de la iglesia católica, y con él muchos otros, que accedieron a la vida consciente de este lado, el resto de todas estas almas vuelve al renacer, el mundo de inconsciencia, para concluir la vida en la tierra.
Después de Clemente, se me concedió acoger a otros altos dignatarios de la iglesia católica, entre ellos una decena de cardenales, y viví la felicidad de verlos despertar para su cosmología”.
“¿Fueron horas imponentes, Lantos?”.
“Fueron horas de un disfrute sin precedentes, André.
Te encuentras ante una criatura de Dios.
Es sencillo, ¿no?: toda la vida de Dios —y son ya billones de criaturas— posee esa sintonización universal.
Pero al estar el alma ante las leyes espirituales, y si hay conciencia de que hay que echarlo casi todo por la borda porque la fe católica no es más que un dogma, nos toca a nosotros aquí la felicidad de ayudar a esas almas.
En ese tiempo no tenía más que un sentimiento, quería saberlo todo de los cardenales y los papas, los clérigos de la tierra, que habían completado su ciclo.
Y mi maestro Emschor me acercó a miles de almas, me aclaró las leyes.
Estuvimos presentes en cada uno de los lechos de muerte, André, por lo que se me concedió acoger a millones de personas, por lo que yo mismo desperté, recibiendo así, desde luego, conciencia.
Solo después comencé con mi propia cosmología.
Pero cuando piensas poseer lo más elevado de todo para la tierra y para Dios, y llegas detrás del ataúd y has de aceptar que absolutamente todo es distinto y que tú mismo no significas nada, ¿entiendes que eso abre un boquete en tu alma?
Lloraron como niños, pero más tarde el alma que se les infundió los hizo quebrar salvajemente la iglesia.
Querían demoler ahora lo que ellos mismos habían construido allí, pero eso es imposible: ¡allí nadie los ve ni los oye!
Y entonces están nuevamente en su santa sede que para Dios no tiene relevancia alguna, pero ahora atraviesan los auras vitales de sus sucesores, y ¡para este mundo ya pueden decir ‘sí y amén’!
Nos volveremos a encontrar con ellos, hermano mío, muchos están de camino y han alcanzado para este mundo sus títulos y maestría.
Ahora reconducen la vida de Dios a la ‘Omnifuente’, pero saben cómo su iglesia ha engañado al ser humano.
En mil quinientos se me concedió hacer despertar espacialmente a Julio III y a Marcelo II, con el maestro Emschor, por lo que este me puso en las manos todos los derechos.
Sé dónde viven ahora, estas criaturas de Dios, también tienen que aceptar las leyes espirituales ellos y el conjunto de la iglesia católica, los millones de criaturas de Dios que se han quebrado por medio de una condena.
Y entre ellos muchos grandes de la tierra, hombres y mujeres, sacerdotes y sacerdotisas, porque yo me preparé para la ‘Universidad de Cristo’.
Cómo han sufrido todas estas criaturas cuando se nos concedió explicarles las leyes de Dios.
Es un trabajo imponentemente hermoso, André, te ves ante el alma como ser humano que quiere despertar y que pronto será capaz de aceptar, porque las leyes vitales hablan para la paternidad y la maternidad.
Muchas personas han de volver a la tierra para vivir la paternidad y la maternidad, algún individuo continúa y ha concluido ahora el ciclo de la tierra.
Y luego los otros a quienes se me concedió convencer.
El maestro Alcar conoce todas estas leyes.
Sabe por qué se me concedió vivir a Sócrates y por qué lo he traído a las esferas de luz como ser humano.
Sócrates, con quien yo y el maestro Alcar habíamos vivido el Antiguo Egipto, se recondujo a sí mismo a nuestra vida y conciencia, y entonces continuamos en este mundo.
Conduje a muchos eruditos a la primera esfera, les aclaré las primeras leyes para la vida en la tierra y después pudieron continuar.
¡Hay un maestro listo en esta vida para cada uno de los seres humanos!
Sí, para cada alma como ser humano en la tierra está preparado aquí un mundo, hay miles de maestros listos para acoger esa vida.
Pero volverás a ser tú una y otra vez, mi hermano, André, si has tenido que ver con esta vida.
Eso significa, por lo tanto, que he conducido esas almas hasta el despertar espiritual que he conocido por medio de mis vidas materiales y ellos volvieron la vista a esto.
Solo después nos vimos ante el amor humano, materno y paterno, y ¡ellos se rindieron por completo y conscientemente!
Es imponente, porque ¡nos conecta con el amor universal de Dios y con el renacer para absolutamente todo lo que vive!
¿Quién es ahora el alma de Goethe?
Conoces a este genio.
Conozco muy bien a ese genio.
Se nos concedió conducirlo a las esferas de luz.

Ahora vete a la quinta esfera y pregunta al maestro Alcar si puedes vivir a Goethe, y él te conducirá hasta esa conciencia.
Es allí donde vive Goethe, y ¡es un hermano del maestro Alcar!
Y allí viven los seres humanos conscientes, los grandes de la tierra que han querido el bien y que se mantuvieron en pie a sí mismos.
Todos, André, sirvieron a la ‘Universidad de Cristo’.
¿Dónde vive Rembrandt ahora?
¿Dónde viven Tiziano y Leonardo da Vinci?
¿Y Bach, Beethoven y Mozart, los reyes y los emperadores salvajes?
Aún no se han ganado su mayúscula, sí lo ha hecho el alma que se entregó para el desarrollo de la humanidad.
El ser humano que ha vivido esta evolución, en cuanto a las artes y ciencias, vive ahora en las esferas de luz, si no se han olvidado durante su reencarnación material.
Cada ser humano de la tierra que ha trabajado para este desarrollo estuvo bajo la inspiración de los maestros.
Pero lo que tú puedes vivir ahora, André, no lo conoció ninguno de ellos, ¡esto lo supera todo!
No pudieron vivir esta unión con la vida de Dios, no eran capaces de hacerlo.
Por supuesto, mi hermano, la madre agua puede predecir, toda la vida puede hacerlo, si estás abierto a ello y también posees la sensibilidad.
Ya lo entiendes: salir de la tierra por tus propias fuerzas no es posible.
Para eso has de poner fundamentos, y lo hemos hecho por medio de nuestras vidas orientales.
Estuvimos todos en el Antiguo Egipto, todos nosotros hemos continuado, vida tras vida, como sacerdotes.
Ahora hemos llegado a ese punto.
¿Que si esto está reservado solo a algunos?
Estás listo o no lo estás.
¡Tú justo te me adelantaste o yo habría recibido tu vida como ‘Jeus’!”.
“Oye ¿y tú qué dices, Lantos?”.
“Tal vez yo habría nacido como ‘Jeus’ o como ‘Gerhard’ para esta tarea, pero en cuanto a sentimiento, te me habías adelantado justamente un poco”.
“Y ¿es eso lo que me dio la posibilidad de servir en la tierra?”.
“Así es, hermano mío, como sentimiento y como alma te adelantaste justamente un poco a millones de personas aquí, u otra vida como ser humano habría recibido tu tarea.
La conciencia del ser humano lo dice todo, y son los sentimientos.
Porque todo lo que como ser humano recibimos en la tierra se queda atrás.
Y por nuestra propia fuerza no somos capaces de hacerlo; esta sabiduría se tiene que recibir desde las esferas de luz, y son los maestros, pero es la ‘Universidad de Cristo’ a cuyo servicio están todos.
Y fue cuando hubo unión entre el alma y la materia, y cuando el maestro Alcar pudo comenzar.
Los maestros de la Universidad de Cristo son omniscientes para este espacio, pero ahora mismo la ‘Omnifuente’ está volviendo a auparnos, y ¡también para nosotros como maestros espirituales es una gracia!
Que tú hayas querido continuar, André, se ha convertido para el maestro Alcar y para mí en la gracia de vivir el ‘Omnigrado’ consciente o habríamos podido esperar billones de siglos más.
Ahora te habrá quedado claro, y por lo tanto podrás aceptarlo, también nosotros tenemos que inclinar las cabezas ante estas leyes.
Y en este momento ya estamos sirviendo para la Universidad de Cristo, y terminaremos este trabajo.
Ya has de saber que en tan solo unos segundos podemos acceder a la primera esfera, pero el maestro Alcar quiso que por el camino siguiéramos estas leyes y posibilidades.
¿Cómo percibes ahora el otro lado?”.
“Me siento mucho más ligero, Lantos”.
“¿Lo ves, André? Eso es lo que importa, pues.
Por eso el ‘Omnigrado’ consciente se hunde en tu vida.
Hablaría contigo y te contaría de mi vida, es la ‘orden’ de los maestros más elevados, y lo haremos, pero más adelante también verás a tus seres queridos, y solo entonces serás capaz de aceptar tu tarea y continuaremos”.
“Estoy tan agradecido, Lantos”.
“Todos los del otro lado lo saben, André.
Toda la vida de Dios te lo dirá en la tierra, y ¡absolutamente toda la vida de Dios lo sabe!
Si percibes eso, comprenderás por qué una estrella recibe conciencia.
No obstante, somos nosotros mismos la causa de que esa vida llegue al hablar humano como una ley vital.
Y una y otra vez es una revelación para tus sentimientos.
Es el ‘beso’ de cada uno de los grados vitales, mi hermano André.
Ahora puedes recibir la vida más pequeña de Dios y fue lo que Dios quiso, pero después el alma humana como madre.
¿Sientes ahora cómo te entra el amor imponente y te llega?”.
“Lo comprendo, mi Lantos, me estoy inclinando y sirvo”.
“En el momento de ser uno, André, esos otros sentimientos quieren vivir tu paternidad o maternidad, y ¡se convierte entonces en amor universal!
¿A causa de qué querría la vida de Dios despertar como ser humano?
¿Por estar atravesando el espacio volando?
¿Volando de un grado a otro y olvidando el resto de Dios?
Te digo: primero llegará esta imponente unión universal, y quien pueda vivirla ya en la tierra tiene conciencia sobrenatural, y tú la has recibido por medio de tu conciencia de los sentimientos.
Como ya te dije, puedes hablar a la más nimia de las vidas de Dios en la tierra, y te contará a qué ley y grado de vida pertenece.
Lo vivimos aquí, y tenemos que seguirlo o jamás alcanzaremos el despertar espacial.
El ser humano que haya alcanzado la primera esfera puede ponerse con ello, quien viva por debajo de la primera esfera no es capaz de hacerlo.
Conoces esos grados vitales, primero la personalidad ha de liberarse de esas tinieblas.
Una flor, mi hermano André, un árbol, un ave está hablando a tu conciencia y a tu paternidad o maternidad, a tu maestría.
No obstante, mi hermano André, si ahora no posees esta conciencia, un pajarito puede asesinarte porque quiere aprender a volar.
Cuando recibas este ser uno con la vida de Dios, pierdes temporalmente tu conciencia, y aun así has de seguir pensando conscientemente en tu vida.
Ya lo has vivido con la madre agua.
Pero tú no nos has visto, no viste que el maestro Alcar te atraía y a la vez te repelía, que te forzaba a volver a la tierra, o te habrías metido al agua y habrías tenido que aceptar el ahogamiento.
¿No es sencillo?
Y ahora eres uno con un nimio pajarito.
Ese animalito te enseña a volar, André, y tú como ser humano saltas de tu pequeña rama y ¡te estrellas!
Eso primero hay que vencerlo.
¿Por qué estaban tan locos esos antiguos egipcios?
¿Por qué también ellos querían volar a veces?
¿Por qué se metían sin más a las aguas?
Ni uno solo que se sometió a estas leyes vitales salió de allí vivo, sino que todos eran uno solo con ese grado de vida y perdieron la existencia temporal, aunque volvieron para continuar sus vidas.
Y ¡fue posible, André, porque servían!
Eran suicidios vividos por medio del despertar.
Eran suicidios por medio de la vivencia de las leyes divinas, y esos suicidios eran sagrados, estaban sintonizados con esta evolución espacial.
Ellos, nosotros, ¿qué hemos vivido durante este ser uno?
Una y otra vez, eternamente, la paternidad y la maternidad.
Esa misma ave como grado de vida se encargaba de que yo y los demás recibiéramos una nueva vida.
Pero, desde luego, hemos vivido nuestras propias leyes orgánicas, y eso significa que hemos concluido el ciclo desde la selva, que hemos vivido nuestras propias leyes del karma hasta ese punto, y solo entonces la vida de Dios comenzó a hablar a nuestra conciencia.
Pero como una ley vital, ese pajarito nos recondujo al renacer.
Un proceso evolutivo también es capaz de lo que puede hacer la paternidad y la maternidad de Dios.
Si por medio de esta evolución la madre agua te priva de la vida, tiene que encargarse de que tú como ser humano recibas un nuevo organismo y también una nueva vida.
Y es que estas leyes no han cambiado en nada.
Cuando un ser humano priva a otro de la vida, el ser humano ha de enmendarlo dando un nuevo organismo a esa alma.
Y de eso precisamente, mi hermano André, es capaz toda la vida de Dios, cuando perdemos la existencia material por medio de la unión universal.
¡Es en ese mismo instante cuando volvemos a recibir un nuevo organismo!
Y entonces no nos hace falta esperar miles de siglos, sino que ¡esas leyes nos conectan con ‘La cosmología’!”.
“Qué imponente, Lantos.
Santo cielo, qué profunda es tu conciencia”.
“Y llegarás a tenerlo en tus manos, André, porque estás al servicio de la ‘Universidad de Cristo’ y posees el sentimiento necesario.
Por lo tanto, la madre agua habría podido quebrarte, habría podido quitarte la vida, pero el maestro Alcar estaba velando.
Ese árbol, que te hizo llegar un ‘brazo’, habría podido privarte de la vida”.
“¿Lo sabes?”.
“Sí, hermano mío, porque éramos uno solo contigo, solamente que al maestro Alcar le hacía falta un ser humano para ponerlo delante de tu puerta, y nada más, pero ¡ese ser humano sí que lo hubo!
El árbol, no obstante —si continuamos un momento más, y también esas fuerzas las hay, aunque ahora se están convirtiendo en una ‘orden divina’— se había encargado de tu calor por sus propias fuerzas, pero todavía no hemos llegado tan lejos.
Así que todo eso vuelve a ser posible si tú mismo tienes la conciencia necesaria.
¿Qué ha dicho Cristo, pues?
Hazte uno solo con todo y tendrás a tu ‘Padre’.
¿Habría podido explicar la unión divina al ser humano de Jerusalén o a Sus apóstoles?
Pero estas son las leyes vitales y es la unión espacial con toda la vida de Dios.
Lo hemos asimilado en el Antiguo Egipto, en China y en otros templos de esa época, no fue sino de este lado cuando llegamos a conocer las leyes y pudimos constatar qué nos había hecho perder nuestras vidas.
Pero continuamos, mi hermano, y se nos concedió alcanzar esta conciencia.
¿Qué se sabe de esto en la tierra?
Nada, pero algunos hijos de Dios han vivido en la tierra y ellos habían alcanzado el punto.
Así nació esta cultura, o no habríamos conocido templos en la tierra.
Y esas leyes ha de asimilarlas cada una de las almas de Dios, ¡ese es el ser humano!
Ya te lo dije: ahora habla a tu conciencia adquirida la vida de la madre naturaleza, ¡y es posible!”.
“Conoces todas estas vidas que te permitieron conocer estas leyes, ¿no, Lantos?”.
“Por supuesto, André, tan claramente como absolutamente toda la vida visible en este universo que ha podido densificarse.
Una estrella está hablando a tu vida y te habla de Wayti.
Pero seguro que no quieres perder tu conciencia, ¿no?
Entonces en el instante mismo la sangre te fluirá por los labios.
Porque ella es más fuerte que tu vida orgánica.
Cuando eres consciente para tu propia vida, esa vida ya no puede alcanzarte.
Pero te pierdes, y ahora esas auras llegan a ser un solo mundo y una sola concienciación, y para el espacio es que una vida tira de otra y la saca con violencia de la órbita alcanzada, y ves semejante estrella o meteoro volando por el espacio.
Así que cuando alcanzamos esta unión espacial, tu fuerza de voluntad y también tu personalidad se disuelven, y la conciencia espacial y por tanto macrocósmica domina la nuestra, y ya no podemos objetar nada.
Cuando ‘Wayti’ te dijo en voz alta ‘Ven ahora mismo, André’, el maestro Alcar te detuvo.
¡Primero tú mismo has de demostrar lo que quieres!
No lo sabes, pero te seguíamos, estábamos dentro de ‘Wayti’..., mi André, pudimos acogerte y a la vez repelerte o allí, en ese balconcito, se te habría asesinado conscientemente.
Tu sangre no habría sabido acoger estos poderes y estas fuerzas, el sistema nervioso habría sucumbido, y allí o bien te habrías desplomado o bien habrías enloquecido, y además ¡de golpe!
Y ¿qué habría oído tu Anna allí, pues?
Habrías hablado de ‘Wayti’ y no hay quien sepa qué es eso ni qué significa, habrías hablado del espacio y de ser uno con todo lo que vive, pero el médico habría podido encerrarte.
Habrías perdido toda resistencia, y entonces, ¿qué?
El odio, la pasión y la demolición, en que vives ahora, se habrían aferrado a tu conciencia y se te habría visto violento y rabioso, pero por causa de las leyes elementales.
Un viento puede volverte demente, pero también el alma y la vida de una flor, un pequeño insecto, André, en fin, ¡todo!
En eso se convierte, pues, el ser uno para toda la vida de Dios en la tierra.
Pero al haber vivido el ‘Omnigrado’ divino y consciente, estás abierto a él, pero no puede ocurrir, porque ahora somos uno espiritualmente y eso nos faltaba en el Antiguo Egipto, en cada uno de los templos, o allí ya habríamos tenido las grandes alas”.
“Qué imponente, Lantos”.
“Lo es, hermano mío.
Ramakrishna, pues, no podía volverse demente —ya te habrá quedado claro— ¡porque se desdobló conscientemente!
Y debido a que puedes vivir y comentar estas leyes detrás del ataúd, ya no puede pasarte nada.
O, naturalmente, el maestro Alcar no continuaría, porque los maestros no tienen ganas algunas de dar sabiduría a una criatura de la tierra, de la que ellos saben que aquí y allí hay demencia, esperando a esa vida”.
“¿Y eso es absolutamente irrevocable?”.
“Sí, hermano mío, significa irrevocablemente la muerte o la demencia.
Millones de seres humanos, hombres y mujeres, han perdido sus vidas materiales.
Pero aún no estaban listos y por lo tanto siguieron las leyes por sus propias fuerzas.
Al estar hablando juntos, te estás liberando por completo.
Pero te digo: has llegado a ese punto, o los maestros no habrían abierto estas alturas para nuestra conciencia.
A mí ya no me puede ocurrir nada aquí, porque no poseo mi vida material.
Pero que ahora se nos conceda ver el ‘Omnigrado’ consciente se debe, según ya dije, a que tú quieres servir, o jamás nos elevaríamos por encima de nuestra esfera y conciencia; hemos de asimilar esas fuerzas.
Así que para esas leyes como espacios vitales también nosotros seguimos siendo inconscientes.
¡Ponte al servicio de Cristo y absolutamente todos los mundos estarán abiertos para tu conciencia!
Por supuesto, hermano mío, conocemos ahora estas leyes.
Esto es la pérdida de la personalidad propia también para nuestra conciencia.
Pero te digo: ya no podemos vivir el derrumbamiento material.
Sin embargo, también esas vidas llegarás a conocerlas, quiero decir: cuando el maestro Alcar haya alcanzado ese punto, llegarás a conocer la personalidad astral, que se ha dado por completo en nuestra vida para experimentar este ser uno.
Y entonces ves a gente tendida en el suelo, piensas, ‘Qué extraño, ¿están meditando?’.
Ahora estas almas como seres humanos son una sola con una flor o una planta, y han depuesto la propia conciencia.
Pero ¿qué está ocurriendo?
Con la vida, la misma flor vuelve al origen, y es, una y otra vez, la luna como Omnimadre para este espacio.
Durante meses, según los cálculos terrenales a veces durante años, la vida yace allí, viviendo esa unión espacial.
Otros siguen los planetas, y entonces volvemos a ver a esa gente allí.
Por cierto, al seguir la concienciación humana también llegas a conocer estas leyes.
El maestro Alcar solo ha podido aclararte las leyes fundamentales para la vida y la muerte, pero no pudo contarte nada de las leyes de desarrollo.
Pero cuando sigues esas leyes, André, eres una flor, eres agua y como un árbol, ahora para el espacio eres lluvia y viento, tormenta y relámpago, pero debido a eso conoces cada una de las leyes y cada fenómeno como alma, espíritu y material, y además todas las leyes de densificación y dilatación sin excepción, como ya se nos concedió vivir para el universo”.
“Así que cuando seguimos el mundo animal ¿vivimos todos los grados de vida para el animal?”.
“Exactamente, eso es.
Ahora primero seremos seres humanos, y después animales.
La vida animal contará ahora infaliblemente cómo ha nacido.
Sabemos que cada una de las células de Dios posee los siete grados de vida para la paternidad y la maternidad, y también para las leyes de densificación, para que un grado de vida animal nos haga vivir esos espacios.
Solo ahora podemos decir ‘He llegado a conocer esa vida animal, la sabiduría de esta concienciación que vive debajo de mi corazón, y ahora se ha convertido en mi conciencia’.
Lo que ahora se nos concedió vivir para el universo, André, más adelante lo seguiremos para el mundo animal, y después para la madre naturaleza.
Creo que viviremos todas estas leyes, pero que no seremos capaces de escribir esos libros, porque tu vida material es demasiado corta.
Pero además puedo decirte, y ya lo sabes, que continuamos nuestro imponente trabajo para la Universidad de Cristo en el mundo nuestro, y esa es tu tarea para más adelante.
De esta manera, detrás del ataúd el ser humano llega a conocer su Dios.
Esta es la vivencia de Dios.
Por medio de la paternidad y la maternidad recibimos conciencia humana, pero también esta vida nos pertenece y tenemos que asimilarla conscientemente.
Eso es el desarrollo humano detrás del ataúd, y no hay quien pueda eludirlo.
Ya no puede pasarte nada, porque somos uno solo, el maestro Alcar conoce las leyes y tiene que velar por tu vida.
Ahora el ‘Omnigrado’ vuelve a hundirse en tu subconsciente, pero es tu propio pensar y sentir.
Esto es lo que te ha permitido ser maestro, recibir tu conciencia y saber ahora cómo actuar durante tu vida en la tierra, para la que sirve este desdoblamiento corporal.
Está pintando Yongchi, mi hermano André, no para hacer ese cáliz vital para tu vida, sino para estar al servicio del sistema nervioso, para acoger lo que vivimos ahora, lo que significa, y ¡vivirlo posteriormente!
Erich Wolff no habría sabido hacerlo, porque todavía no posee ese grado de vida consciente, y porque se prepara para volver a la tierra.
Así ves que también este desdoblamiento ocurriría, porque ahora volverás a la tierra de otra manera, y podemos comenzar a escribir ‘La cosmología’, o con tan solo algunas oraciones te habría asesinado o quebrado conscientemente.
Y no hay quien pueda ayudarte.
Sí que sería posible, si el ser humano poseyera el sentimiento, pero no lo hay, así que tenemos que continuar por nuestras propias fuerzas, allí no hay vida como ser humano que pueda acogerte.
Cuando me preguntas si tu organismo aguantará, puedo decirte, mi hermano André: ‘Sí’.
Aunque más adelante sucumbas, aguantarás.
Cuando el maestro Alcar pueda ir hasta el punto en que como seres humanos podamos seguir el alma hasta en el ‘Omnigrado’, eso lo será absolutamente todo, y una imponente ganancia para nosotros y para ti mismo.
Escribir ‘La cosmología’ vendrá después.
De todos modos no hago más que consignar las leyes fundamentales.
El otro lado nos dará las fuerzas para más adelante, o sea, después de la guerra, comenzar con los análisis.
Solo que entonces conscientes y juntos.
Nuestra vida y tarea, mi hermano André, reconducen a la humanidad a la paz y el sosiego, y al ‘Omnigrado’.
Quien algún día tenga entre sus manos ‘La cosmología’ ya no vivirá demencia religiosa.
Y esta sabiduría, que los maestros han consagrado, es para millones de criaturas de la madre tierra.
No obstante, todo esto quiere decir que nunca hubo un detenimiento; otros han puesto los fundamentos de aquello a cuyo servicio estamos.
El proceso de revelación divino convencerá a la humanidad de una vida consciente detrás del ataúd.
Esta es tu última vida allí, André, ya lo sabes.
Para la tierra has alcanzado lo más elevado de todo.
Lo que no se puede creer se hará realidad divina para nuestra vida.
Hasta que la totalidad de la humanidad se vea ante Cristo”.
Continuamos.
André piensa, y yo me entrego a su vida.
El espacio material está detrás de nosotros, estamos sintonizados con el mundo astral.
Percibo ahora que podrá cargarlo todo, nuestro ser uno le brinda esa concienciación y fuerzas, para las que hacemos este breve desdoblamiento corporal.
André percibe el ‘Wayti’ de todo lo que vive.
Esto es la concienciación verdadera, es amor, felicidad y paz y tranquilidad.
Cada grado de vida nos dice en voz alta que continuemos, pero la conciencia humana en la tierra todavía no ha llegado a ese punto, esa sociedad aún ha de despertar.
El individuo vive este contacto, este ser uno con toda la vida de Dios, y así ha puesto los fundamentos espirituales.
¡Y entonces el alma como ser humano es uno solo con todo!
Sabemos que Dios no ha creado demencia ni enfermedades ni desgracia, eso el ser humano lo trajo a la tierra.
Y entonces nos llega desde este mundo:
“El ser humano como padre y madre vencerá cada una de estas leyes”.
¡Y ‘La cosmología’ como el regalo de “Cristo” para la criatura de la madre tierra conduce a esos padres y madres al amor inmaculado!
“¡Mira, André, la ‘primera esfera’!
Ahora hemos alcanzado la ‘Vida’.
Hemos dejado atrás la ‘muerte’.
Atravesamos el ataúd hasta lo eterno —¡ahora mismo!
Y lo recibirás.
Te amará, hermano mío.
Vivirás este ser uno por tus propias fuerzas.
Mira allí, dos ángeles, quieren saludarte y saben que estamos llegando”.
“¿Veré a mi hija?”.
“Sí, y a alguien más a quien amas mucho”.
“Es el ‘Wayti’ de las esferas de luz, según percibo y veo”.
“Tu hija es una maestra, André.
Vive ahora en la quinta esfera.
Y tu hermana Miets avanza rápidamente, despierta para este espacio.
No hace falta que te explique esas leyes, conoces esas vidas.
Hasta más tarde, mi hermano, André”.
André está solo en las esferas de luz, pero a lo lejos está viendo a sus seres amados.
¿Miets?
¿Gommel, hija mía?
¡Están vivas!
Estas almas van vestidas con espléndidas túnicas, su hija y su hermana viven rodeadas de belleza celestial.
¿Saben que él va a venir?
Ahora sintoniza con esas vidas.
Y entonces oye de parte de Miets:
“¡Jeus! ¡Ay, Jeus!”.
Mira a su hermana pequeña a los ojos.
Y luego a su hija —Gommel.
Miets... Gommel... ¿saben (sabéis) dónde he estado?
¡Lo saben!
Lo ven por su irradiación y conciencia.
¿Pueden comprender su felicidad?
Claro, anda por este espacio tomado de sus manos, la vida le sonríe.
Viven en Dios y en Su Reino.
Y es felicidad y posesión humana.
Él como “Jeus” de madre Crisje es uno solo con su hermana Miets, y ahora también pueden vivir su juventud.
Ahora llega a ver a qué se dedican estas vidas.
Es un trabajo imponentemente hermoso.
Sirven la vida de Dios y la llevan a la conciencia de las esferas.
Miets ha recibido una tarea del maestro Alcar.
Por medio de su amor sirve al ser humano que viene de la tierra y habla de su vida en las esferas de luz.
¿En la tierra nunca conoció a mi hermano “Jeus”?
¿Nunca oyó hablar de “Jeus”?
¿Jamás tuvo en sus manos un libro de mi hermano?
¿O se ha burlado de él?
¿Lo ha mancillado, deformado, lo ha puesto en la hoguera?
¿Ha cotilleado sobre él sin saber que tiene que representar las esferas de luz?
Sí, ¡ese es mi hermano!
Lo conectaré con sus maestros, pero eso tomará un poco más de tiempo.
Por cierto, ¿ha leído usted sus libros?
Entonces podemos ayudarlo.
Allí, como se piensa, usted ha muerto, pero aquí está vivo.
¿Era usted católico?
¿Sigue creyendo en la condena?
Entonces tendremos que quitársela, porque ¡Dios no condena!
Y ¿qué hace su padre?
Ahora Miets le enseña lo que hace su padre.
Hendrik el Largo trabaja para los maestros.
Sí, tienen que aceptarlo como su maestro, aunque para las esferas de luz su hija sea más avanzada que lo que posee André mismo en cuanto a espacio; aún no ha alcanzado la sintonización con la quinta esfera.
Llega al ser uno con su hija, atraviesan los espacios de Dios y viven las creaciones espirituales y materiales.
La felicidad de Miets será completa cuando la gran madre de “Jeus” esté a su lado, pero eso pasará pronto ahora.
Miets y “Hendrik el Largo” ya no tienen que esperar mucho; antes de que termine la guerra Crisje partirá de la tierra y también ella habrá completado su tarea allí.
Ahora tiene que representar a “Jeus” como André, y es posible.
Miets dice:
“Papá trabaja duro, está al servicio de los maestros.
Lo verás, hermano.
También se te dará ese milagro.
¿Te mantendrás fuerte?
¿Transmitirás ‘La cosmología’ a la humanidad, André?”.
“Sí, cariño, hago todo lo posible para llegar a ese punto”.
Y entonces puede hablarle su hija.
Sí, lector, si uno es madre o padre tiene que inclinar la cabeza ante la vida que conoció en la tierra.
Aquí se encuentran ante el amor universal.
Gommel es una maestra.
La hija de él, esta alma que volvió a las esferas de luz por sus propias fuerzas antes del nacimiento.
Y ¿a eso se le llama en la tierra la pérdida de un ser querido?
Esto es el reencuentro en las esferas de luz.
André ya ha podido vivir todas esas leyes y esos libros están listos, el ser humano puede aceptarlo.
Aun así, esta vida puede decirle:
“Padre y hermano míos, mi vida y conciencia le dan las gracias por todo lo que ha sentido por mí.
Deme la gracia de poder estar a su servicio.
Las esferas de luz saben para qué está usted aquí y cómo es su maestría.
El sentimiento para el que vivimos es para conducir a la humanidad al despertar.
Por medio de eso somos unos solo con Dios.
Haga el bien y recibirá y vivirá ‘La cosmología’.
¿Entiende que somos uno de sentimiento en sentimiento?
¿No es asombroso?
Usted sirve para la paz en la tierra, y nosotros lo ayudamos a cargar”.
¡Eso lo dice su hija!
Pero ahora se encuentra ante la vida de Dios, y ha de aceptarlo.
Según sabe André, el ser humano es una personalidad espiritual, ¡es un mundo!
Y en ese mundo como esfera la otra criatura de la madre tierra ha de tener sintonización, o no habrá reencuentro.
Ahora han de seguir una sola sintonización y aceptar esas leyes.
André puede dar su espacio a estas vidas, puede darles dónde ha estado con los maestros, y naturalmente aclarar las leyes.
Por supuesto, lo ve: estas almas tienen conciencia espiritual, ¡trabajan y sirven!
Sabe que pueden ayudarlo a cargar.
También ellos poseen el “Wayti” para estos mundos.
Es el amor, la felicidad, la paz y la concienciación, y lo tienen que aceptar los padres en la tierra si quieren volver a ver a sus seres queridos detrás del ataúd.
El amor defectuoso de la tierra ha tenido que ceder su lugar a este, que es universal.
Este contacto es eterno.
Es la posesión más poderosa del ser humano.
Sumergido en esta belleza vive André estos corazones, con que ha vivido el contacto material, pero que ahora han de representar una esfera espiritual.
‘Mira las flores y los pájaros, el ser humano detrás del ataúd material’, piensa, ‘y la vida te conducirá al despertar espacial’.
Camina al lado de estas almas y desciende en estas vidas.
Ahora percibe el silencio espiritual y su sentir y pensar eternos.
Gratitud y fuerza de voluntad se le acercan a raudales desde estas almas.
Es su ser uno con la vida de Dios para todas las esferas de luz.
La providencia divina ha creado todo esto, pero el ser humano ha vencido el espacio.
¡El ser humano es una entidad divina, es una ley de amor!
Ve el arte espiritual y oye los cánticos espaciales, los ángeles en los cielos viven en esta imponente felicidad.
“¡Gommel!
¡Miets!
Lo sé, son (sois) personalidades conscientes.
Sé que por medio de mi amor puedo acceder a sus (vuestras) vidas; sé que poseemos un mundo y una sintonización propios, pero nos someteremos a este ser uno para la ‘Omnimadre’.
Sí, el ser humano tiene que aprender estas leyes y asimilar esta sabiduría
¿Qué son la muerte y la vida?
¿Qué es la paternidad y la maternidad en la tierra?
¿Qué significa la fraternidad allí?
Aquí somos uno solo y hemos de aceptar estas leyes, pero los ‘pueblos de la tierra’ tendrán que asimilar las leyes de Dios —solo entonces habrá paz y sosiego.
Veo mis vidas, también las suyas (de vosotros).
Sí, más de una vez nos hemos encontrado en la tierra.
¿No es asombroso?
¿Cuándo vivirán (viviréis) la ‘luna’ como madre?
Veo que sirven (servís), mis hermanas, lo que hace que despierte su (vuestra) personalidad.
También yo me mantendré en ese camino.
Por supuesto, hermanas mías, verán (veréis) a Crisje.
Lo sé, pronto habrá terminado su tarea.
Y entonces seguirá el ser uno espiritual durante millones de siglos, esta felicidad no terminará jamás.
Para eso entregaré todas mis fuerzas”.
André ve que estas almas poseen su amor gemelo, pero que Miets se prepara para ello.
Un solo ser humano no es nada en las esferas de luz y para Dios, la paternidad y maternidad es el vínculo universal, no hay nada que pueda destruir esa unión.
Y él llegó a conocer estas leyes, los libros están en sus manos.
Pero sí que es un milagro.
Miets y su Gommel, su hija y su hermana, son dos almas como criaturas de Dios entre los millones que viven aquí, pero con las que puede experimentar este espacio como una esfera espiritual.
Aquí viven millones de padres y madres con los que él y nosotros poseemos el contacto espacial.
¿Qué será lo que significa esto?
¡El ser humano de la tierra vive la paternidad y la maternidad!
No obstante, ¡el ser humano ha de amar absolutamente toda la vida de Dios!
¡El ser humano de la tierra vive entre los pueblos de la tierra!
¡El ser humano ha depuesto millones de vidas!
En las esferas de luz, ¡el ser humano está ante el amor universal!
¡Y esas son las leyes de Dios!
Son los grados de vida.
Desde luego, la última vez que conoció a Miets y a Gommel fue en la tierra, pero ¡mira todos estos millones de almas, de criaturas de Dios, que también fueron nuestros padres y madres!
Aquí los padres se ven ante sus hijos, y los padres son hijos de sus hijos, ¡por lo que, sin embargo, se manifiesta el amor universal!
Eso es lo que ellos tienen que vivir y lo que ha de aceptar el ser humano de la tierra después de partir de allí; el amor de la tierra se disuelve por completo en el “universal” que ahora, en nuestra vida, es espiritualmente consciente.
¿Cómo es la vida en la tierra?
Ahora él y la vida de Dios pueden hacer estas comparaciones.
Aquí nos vemos ante esas leyes divinas.
¿Cuál es la existencia esencial?
¡La vida en la tierra es temporal!
¡La vida en la tierra se disuelve por completo!

La vida en la tierra y todas las posesiones siguen siendo allí una escuela, y es lo que son; la paternidad y la maternidad permiten al alma vencer los espacios materiales y continuar.
¡La vida en la tierra es para despertar!
¡La vida en la tierra sirve para reconducir al ser humano a Dios!
La vida en la tierra tiene que vivirse según las leyes de Dios, ¡cuya sabiduría y espacios asimila el alma como ser humano!
André puede decir a estas vidas: los (os) amo universalmente.
¡Mi padre se ha convertido en mi hermano y mi madre en hermana mía!
¡Paternidad!
¡Maternidad!
“El amor fraterno” se disuelve en la veracidad “Universal”, al igual que el ser humano tuvo que aceptarlo en el “Omnigrado” divino.
No obstante, toda esta vida puede servir y lo ayudará a cargar.
Y entonces podrá mirar a estas almas a los ojos y decir:
“Hasta más tarde, hermanas mías.
Doy gracias a Dios por esta gracia.
Estoy listo para terminar mi tarea allí”.
Y entonces me veré ante la vida de él y podremos despedirnos de las esferas de luz, de este amor, que nunca se niega a servir.
Adiós, hermanas mías, saluden (saludad) a mi padre, sé dónde se encuentra.
¡Saluden (Saludad) a toda la vida de mi parte y díganle (decidle) que traeré la ‘Universidad de Cristo’ a la tierra!
Vuelvan (Volved) a la tierra más adelante a por su (vuestra) querida madre, llévenla (llevadla) a las esferas de luz.
¡Yo serviré!”.
Las criaturas de las esferas se disuelven delante de sus ojos.
Miets y Gommel vuelven a sus tareas y nos liberamos de las esferas y nos conectamos con el cosmos material.
Volvemos a vivir en este espacio gigantesco cuyas leyes conocemos y que analizaremos para el ser humano de la madre tierra.
Yongchi está casi listo, volvemos rápidamente, ya no hace falta que nos digamos nada, sabemos.
Y André ve al maestro Alcar, por medio del maestro suyo y mío se nos ha concedido vivir esta unión.
Ahora está a la altura de toda esa desgracia de allí y trabajará hasta el último momento.
Ahora en el espacio es de día.
Pero en este espacio jamás es de noche.
Poco se dice en la Biblia sobre esto; los autores de la Biblia no conocieron las leyes, o podrían haber dado otra cosa a la humanidad.
Pero lo hacemos ahora, ¡y eso es tarea de nosotros!
El sol irradia con toda fuerza y seguirá haciéndolo, hijo de Jehová... La madre tierra ha de terminar su propia tarea, ¡el mundo no perecerá!
Ya les gustaría, pero ¡no es posible!
¡Dentro de millones de años esta paternidad espacial para la madre tierra y toda su vida seguirán irradiando!
¡Lo sabemos!
Esto ya no es una búsqueda, ¡es nuestro saber y el saber universal!
André envía a su madre:
“Crisje, mi madre querida, estuve donde Miets y mi hija.
Crisje, están vivas y más adelante estarás con ellas.
Crisje, mi madre, ¡también tu “Largo” querido te espera!
Crisje, mi madre, mi todo, estoy luchando para la madre tierra y sus criaturas, y seguiré esforzándome.
Ay, Crisje, de tarde en tarde Miets y papá vendrán a visitarte.
¡Nunca estarás sola!
Crisje, ¡recibo ‘La cosmología’ para tu vida en la tierra y para el otro lado!
¿No es esto el todo absoluto?
Doy alimento divino, sabiduría espacial a las criaturas de tu vida, madre mía, se lo daré a Johan y Bernard, a Gerhard y Hendrik y Teun; Miets ya lo posee.
Lo entrego todo para eso, pero son ellos mismos quienes han de aceptar las leyes y para las que han de inclinar las cabezas.
El ‘amor sanguíneo’ de la tierra lo es todo y nada, Crisje, y significa: es necesaria la apertura al amor universal.
Entonces seremos ‘uno solo’, todos los seres humanos serán exactamente iguales, lo que he aprendido por las leyes de Dios.
El ser humano de la tierra, querida Crisje, ama a sus hijos, el hijo de otros padres es envenenado para salvar el propio.
¡Ese amor no lo tengo!
Si no fueras tan cariñosa, no te mandaría sentimiento alguno y no querría tener que ver con tu vida, ¡hasta que empiezas a ser amor!
¿No es algo magnífico cuando de niño puedes decir: ‘Tengo unos padres cariñosos’?
¿No es eso todo?
Pero si no eres capaz de vivirlo, entonces estamos ante un grado de vida que todavía es inconsciente, en el que no hay amor universal.
Pero..., pero, querida madre, ¡tú sí que llegaste ya a ese punto!
Gracias a ello serás feliz más adelante y estarás ante esa veracidad eterna.
Volverás a ver a papá, porque él es tu alma gemela.
¡En esta esfera serán uno!
Miets ya lo sabe, y vi el lugar donde vivirás, he visto tu Reino, mi madre querida, espacial, porque eso es lo que eres para mi vida y amor”.
Crisje, la madre de André, recibe todo este amor inmaculado desde el espacio.
A él lo he seguido y puedo decir: sí, sí, algún día los seres humanos estaremos ante el amor espacial y tendremos que aceptar toda la vida de Dios.
Entonces tendremos que inclinar la cabeza y veremos nuestra propia conciencia adquirida.
Esas leyes las analizaremos, pero entonces empezaremos con la personalidad humana.
Entre tanto hemos alcanzado la tierra, el maestro Yongchi está listo y se despide de André, ahora puede seguir.
Se vivió el “Omnigrado”, ahora puede cargar esa sabiduría a la vez que ha recibido su cáliz vital.
“Y ahora, André, hermano mío, hasta luego.
Sintonice ahora con la escritura y comenzaremos”.
Pero (ahora) puede responder a las preguntas de sus amigos.
Y un poco más tarde podrá mantener una conversación con la Madre Agua, con las flores y las plantas, con la vida de Dios, que es, ante todo, amor.
Empieza la escritura.
Ahora aligeraremos su vida, la liberaremos de estos viajes y seguiremos de nuevo.
El maestro Alcar le dice que tiene que seguir el organismo humano.
El organismo también tiene siete grados de vida y lo llegaremos a conocer más adelante, por lo que viviremos el desarrollo para toda lo que vive.
Por la tarde estamos ante la máquina de escribir, con mantas a modo de envoltorio, hace frío, comida u otra cosa cero, pero trabajamos y materializamos este viaje.
Cada pensamiento que siga y viva André, sus conversaciones con la vida, las consigno al papel, porque puede verse y seguirse su película vital por medio de la cual habla la “Cosmología” para la criatura de la madre tierra.
El hilo vital divino nos reconduce infaliblemente hasta cada grado de vida, en este espacio no se produce de ninguna manera un extravío.
Han surgido siete grados de vida para el espacio, pero estos los volvemos a ver por medio del planeta, y el ser humano, el animal y la madre naturaleza tienen que aceptarlos.
André puede regresar en pensamiento hasta en la “jungla” humana, porque es allí donde empezó nuestra vida como seres humanos para la madre naturaleza.
Son grados corporales, tenemos que seguir esas leyes también para el alma como ser humano, ¡hasta en el “Omnigrado” divino!
Y solo entonces estaremos ante Cristo.
“Tengo que seguir a la gente”, se dice a sí mismo, “eso lo ha dicho mi maestro.
Tengo que llegar a conocer a la gente.
A este ser humano de la madre tierra.
Hay millones de personas que viven en la tierra, de diferentes razas (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es), pero son los grados vitales para Dios, creados por la “Omnimadre”.
Este saber le vino por los libros de ‘El origen del universo’, por esa trilogía, así que es capaz de orientarse.
Piensa en la gente y ahora se le envían pensamientos.
Nosotros, como personalidades astrales, estamos en contacto con toda la vida de Dios.
Podemos hablarles, aunque se encuentren a millones de horas de nuestra vida, captamos infaliblemente sus pensamientos y sentimientos, así que ahora vivimos esa unión espacial, aunque humana.
Eso es el ser uno en las esferas de luz, por lo que más adelante se manifestarán los ‘Dones espirituales’ para el ser humano, y para lo que André también escribió dos libros.
Esa sensibilidad se le está imponiendo ahora a su vida.
En el espacio, o sea, la esfera de la tierra, reina el caos.
El ser humano piensa; el ser humano ha sido apaleado, el ser humano vive desgracias y cosas miserables, es posible oír esos gemidos, si uno es capaz de vivir esta unión.
Desciendan hasta la vida de Dios y lleguen a esta unión, ustedes como seres humanos ya no estarán solos.
Eso se lo pueden decir los iniciados de Oriente.
Si se ponen en marcha para buscar la sabiduría vital, tarde o temprano se verán ante esas personas sensibles y oirán:
“Estaba al corriente de su llegada, hermano”.
“¿Sabía que iba a acudir a usted, maestro?”.
“Sí, le diré cuándo habrá emitido su primer pensamiento para partir”.
Y entonces el occidental oye que Oriente lo sabe todo sobre esa personalidad.
¡Este es el ser uno!
Oriente está sintonizado con estas leyes, pero entonces se encontrarán ante un maestro espiritual.
Los esperarán en la frontera.
Es algo que ustedes, como criaturas occidentales, pueden conseguir, pero lo que hace falta para vivir este ser uno se lo enseñará la Cosmología y se lo explican los libros ‘Dones espirituales’.
Es el grado de vida espiritual para el sentimiento y el pensamiento.
Es despojarse de los sentimientos sociales, el llegar a ser uno con la vida de Dios, a la que esas vidas están abiertas.
Vayan al Tíbet, a la India británica, allí siguen viviendo algunas personas sensibles y podrán constatar aquello para sus propias vidas.
También André vive esta unión, pero entre las personas de su ciudad.
Y lo que tiene que vivir durante estas semanas es poderoso para su personalidad y las leyes de Dios, pero, además, para estos tiempos en los que viven millones de hijos de Dios.
A la vez deja constancia de que muchas personas buscan a Dios y que quieren vivirlo, y que todas ellas se liberan de esta existencia horrorosa.
El soldado alemán, que se ha acercado a él por sus libros, levanta la voz y pide ayuda a gritos.
Al haber elevado el contacto el maestro Alcar, André puede escucharlo.
En ocasiones, esa conciencia lo oye hablar.
Entonces este soldado alemán se siente feliz, aunque un poco después aleja estos pensamientos y sentimientos con fuerza y piensa: ‘¡Eso es lo que soy yo mismo!
¿Puedo hablar a André de esta manera?
¿Puedo vivir este ser uno con los maestros?
¿Qué quiere hacer Dios conmigo?’.
Ahora hay millones de seres humanos que quieren vivir la unión espiritual y piden ayuda de voz en cuello, pero quien sintonice con los acontecimientos materiales no recibe respuesta.
Cuando el ser humano se pregunta “¿Por qué se me tiene que golpear de esta manera?”, “¿Por qué no puede intervenir Dios?”, “¿Por qué no vuelve Cristo?”, de ninguna manera puede vivir el contacto espiritual, porque esta alma como ser humano todavía no conoce ni quiere aceptar las propias leyes del karma, la causa y el efecto.
Aunque tengas hambre, aunque se te golpee, eso no existe para la persona espiritualmente consciente.
¡Quien ahora mismo sintoniza con “por qué” y “para qué” ya se está blindando contra este contacto y ser uno espiritual!
El ser humano que sabe, el ser humano que puede aceptar, el ser humano que únicamente busca sabiduría, llegará a ese punto, y como ya le dije, será la unión espiritual que encuentra sintonización con nuestra vida y conciencia astrales.
Y entonces todavía hablarán los grados de vida.
Algunos han alcanzado ese punto, otros todavía no.
Así, el hombre y la mujer viven la felicidad más imponente en la tierra, y son los siete grados de vida para el despertar humano y el amor adquirido.
¡Eso son los sentimientos, por los que la personalidad habla y también actúa!
Más adelante André vivirá también esas leyes y podrá asimilarlas, pero está abierto para esta felicidad y eso significa: el ser humano tiene su propio amor en sus manos.
¡El ser humano es felicidad!
¡El ser humano es amor!
El ser humano como hombre y mujer posee todo, pero el grado de vida propio y adquirido le cuenta qué amor da y quiere vivir usted.
Seguramente que entiende que entonces nos vemos ante los rasgos de carácter.
Es cuando su personalidad se manifiesta de manera infalible.
¡Y eso es usted como hombre y mujer!
¡Eso es usted como padre y madre!
¿Qué amor desea usted?
¿Qué amor quiere vivir?
¿Qué le vale ese amor?
¿Qué hace por él?
¿Por qué no tiene usted amor?
¡Todo se lo debe a usted mismo!
¡Lo tiene en sus manos como ser humano!
Y podrá vivirlo si tiene la sensibilidad para ello.
Ahora dirá: “¿Así que no es culpa mía que no pueda vivir ese amor?”.
Es cierto, es verdadero, porque no posee ese grado de los sentimientos.
Y no vale solo para el amor, pues, sino también para todo lo demás: para el arte, la música, la pintura, la sabiduría, el estudio, el deporte, ¡cuyos grados he analizado para su vida en la tierra por medio de los libros ‘Dones espirituales’!
Y esos grados de vida son infalibles.
Representan todo para la felicidad y la vida de amor humanas, es imposible eludirlos y se lo explicaremos para convencerlos por medio de los grados de vida espaciales.
Ya han de sentirlo: serán cien libros imponentes y podríamos escribirlos si la vida de nuestro instrumento recibiera ese espacio vital para la tierra, pero es imposible en unos años.
Pero ya le conté: después de su muerte continuaremos y terminaremos este trabajo gigantesco, porque estamos al servicio de la “Universidad de Cristo”.
André oye que el pobre soldado alemán exclama:
(En alemán): Porque ya no tengo idea de a dónde ir.
Jetzt, weil ich the ... Masters, weil ich die Engelen kennen gelernt habe. (Ahora, porque he llegado a conocer a los maestros, a los ángeles)”.
Sabemos que esta vida habla francés y alemán e inglés, una criatura alemana, sí señor, pero que no quiere ser un asesino.
Y de esta manera a esta criatura se le da a vivir el contacto espiritual.
André envía de vuelta:
“Haz lo que puedas, pero ¡no asesines!
O habrás roto las amarras de cualquier ley divina”.
Y ¿qué le envía ese hombre como respuesta...?

“¿Te oigo, André?
Ay, mi maestro, ayúdame.
No quiero matar.
No quiero tener que ver con todo este lío.
Tuve que hacerme soldado porque de lo contrario habrían asesinado a mi mujer e hijos.
Pero siempre busqué el bien, lo hermoso, y lo recibí por medio de sus libros, maestro André.
¿Me oyes?
¿Me entiendes?
¿Puedes captar mis pensamientos?
¿Me apoyarás y ayudarás, para que no mate?”.
Y eso, a su vez, está mal.
Eso tiene que tomarlo en sus manos él mismo.
Nadie puede ayudar a esta vida.
Si uno mismo no da todo de su personalidad, si no lo entrega, entonces en cuanto personalidades astral conscientes no somos capaces de tender una mano y, desde luego, no funcionan las leyes divinas.
Entonces uno mismo las desactiva.
No hay que aceptar ayuda, primero lo tiene que hacer uno mismo y quererlo, o no podremos hacer nada y eso André lo ha aprendido.
“Por favor ayúdame”, eso no significa nada para las leyes de Dios.
Recen, da igual, no les servirá de nada cuando se vean ante las leyes del karma.
Ese soldado alemán aprendió muchas cosas.
Ya simplemente porque pudo decir: ¡en ningún caso quiero matar!
Cuando fue a por sus libros, de lo que los vecinos dijeron: “¿Qué hace ese alemán allí...?”, dijo a André:
“Estuve en Polonia, pero ¡no maté a nadie!
Estuve en Holanda y tuve que luchar, pero ¡matar, no maté a nadie!
Estuve en Francia, vi y tuve que vivir muchos campos de batalla, pero no ‘maté’ a ningún hijo de Dios.
Veo al ser humano como mi hermano y hermana.
¿Puede usted ayudarme?”.
André pudo decir a esta vida: “No hace falta que nadie lo ayude.
¡Ya lo tiene usted en sus propias manos y lo tiene que recordar!
¡No dispares a nadie o tendrá que remendar!”.
Este soldado, estimado lector, lo vimos mi maestro Alcar y yo, es una de los millones de almas en Alemania que llegó a conocer las leyes del Antiguo Egipto, y que ahora está listo para aceptar la vida elevada.
¿Y él es su enemigo?
¿Es su asesino?
Esta vida fue a Rusia y dijo a André:
“¡No mataré!
Aunque beban mi sangre, ¡no mataré!
Ni a un ruso ni a un belga ni a un franchute ni a otra criatura de Dios; amo, no quiero sintonizar con la violencia y la destrucción, la demolición para esta humanidad, ¡quiero amar!
Me encargaré de mantener las manos limpias e inmaculadas, André”.
¡Manos que estrangulan!
¡Manos que disparan!
¡Manos que asesinan!
¡Manos que se han creado en amor!
Pero estas manos, de esta criatura alemana, ¡no matan!
Esta vida quiere mantenerse en armonía con Dios.
¿Puede usted seguir odiando esta vida más tiempo?
De todos modos, algún día tendrá usted que poner las cartas sobre la mesa.
¡No cada uno de los alemanes es un asesino, según aprende André!
Millones de criaturas del pueblo alemán no quisieron nunca jamás lo que Adolf Hitler quiere lograr por medio de la autoridad dominante.
Más adelante, cuando sigamos y vivamos estas leyes y grados de vida para la “Omnifuente”... el...
¡Omniamor!
¡Omnialma!
¡Omniluz!
¡Omnivida!
La “Omnipaternidad” y la “Omnimaternidad”, entonces estarán como rey y reina, emperador y erudito, por más grandes que sean y por más elevados que estén en el escalafón social para los grados de amor de Dios, y tendrán que poner las cartas sobre la mesa.
Esta criatura alemana supo hacerlo, quiso hacerlo.
Al estar libre esta vida de odio y violencia, de demolición y destrucción total, tuvo que vivirnos y oírnos como conscientes de espíritu; no obstante, cada pensamiento material equivocado blindó el alma contra este ser uno universal, y esa vida volvió a estar sola como ser humano.
André está en contacto con Adolf Hitler y puede escuchar lo que quiere en realidad.
¡Cada alma como ser humano está bajo control divino y con ella puede vivir este ser uno, si el ser humano como la personalidad quiere vivir el ser uno espiritual!
Pero cuando uno pone sus manos al servicio del mal, ¿qué quiere vivir?
¡Entonces estará ante el odio y la demolición!
Y no será capaz de vivir la unión espiritual, tendrá que vivir la vida en la tierra y si esta llega a ser lo que usted desea, lo que quiere, ¡verá su propia sintonización!
¡Luche ahora por su país y su pueblo y ya no le quedará nada aparte de aquello para lo que estén abiertos sus sentimientos!
Y ¿es esto injusto?
¿Es incomprensible?
Lo seguiremos, y André le dará esas pruebas.
El estudiante pide ayuda y contacto a gritos, y muchas veces ha escuchado y oído esa voz, pero aún no ha reaccionado, porque ahora tiene que aceptar primero la revivencia.
Pero ¿qué llega?
“¿Lo oigo a usted?”.
André envía en respuesta: “Sí, me oye”.
“¿Es usted un ángel?”.
“¡Soy un ser humano!”.
“Eso son tonterías.
Entonces no lo necesito a usted”.
“Qué pena, amigo mío, porque soy un consciente cósmico”.
“¡Imposible!”.
“Sí que es posible, porque lo soy”.
“¿Me está tomando el pelo?”.
“Yo no, pero ¡es usted mismo!”.
“¿Dónde vive usted entonces?”.
“Vivo en La Haya y estoy en la calle, pero lo oigo gritar.
Ya lo he oído muchas veces, pero primero tengo que poner orden en mis propios asuntos, ¿de acuerdo, estudiante?”.
“¿Sabe usted que soy estudiante de medicina?”.
“Lo veo, sí, es lo que es”.
“¿Terminaré mis estudios con éxito?”.
“Como pintan las cosas ahora, para nada, porque no puede estudiar, ¿verdad?”.
“Pero tengo clases privadas.
O sea, a escondidas, o esos alemanes se enterarán y esos boches de mierda lo destrozarán todo”.
“Qué pena”.
“¿Qué es una pena, maestro?
¿Todavía está allí?”.
“Sí, estoy aquí.
Es una pena que usted odie, amigo, o podría vivir el contacto espacial”.
“¿No son estos mis propios pensamientos?”.
“Para nada, oriental, ¡esta es mi voz!”.
“¿Dice usted que soy un oriental?”.
“Sí, lo es, para poseer estos sentimientos hay que vivir treinta vidas.
Ahora que está sintiendo odio, porque toda esa gente no tiene nada que ver con eso de ‘boches’, se está blindando contra este contacto”.
“Por mí, vete al diablo, de todos modos estoy tomándome el pelo a mí mismo, y tuve que aprenderlo”.
“¿Qué es ir al diablo, amigo mío?
¡Es matar!
¡Y yo no mato!”.
“O sea que sí, a pesar del ‘contacto’?”.
“Claro, pero esto vale un pepino”.
“¿Qué quiere decir?”.
“Que esto no vale un pepino”.
“¿Así que a pesar de todo estoy ocupándome de mí mismo?”.
“Tiene que ir a sentarse detrás de la iglesia en Leiden, y lo verá todavía mejor”.
“¿Sabe usted que estoy en Leiden?”.
“Lo veo allí, y primero tiene que admirar su iglesia”.
“¿Sabe entonces qué fe tengo?”.
“¡Es usted un protestante corriente y moliente!”.
“Por mí vete al diablo”.
“Gracias, ha de haberlo aprendido en su ciudad, es verdaderamente material, pero así no va a lograrlo jamás.
¡Es odio!
¡Pobreza!
¡Ese reventar suyo lo conduce a Jerusalén!
Allí cantará su gallo, amigo.
Allí está el sentimiento, pero parece que está loco, por lo menos para estas leyes.
¿No lo entiende, protestante?”.
“Pero ya no quiero tener nada que ver con mi fe”.
“Es lo que dice, pero no es verdad”.
“¿Qué quiere de mí?
¿Puede ayudarme?
Deseo que se me conceda saber”.
“¡De esta manera está siguiendo a Adolf!
Usted odia, amigo mío.
Lo conduciré hasta mi vida y luego podrá inclinar la pequeña cabeza humana”.
“¿Quién es usted en realidad?”.
“¡Cristo!”.
“No me haga reír”.
“Ya lo está haciendo.
¡Soy ‘Dios’!”.
“¡Fanfarrón desgraciado!”.
“¡Eso mejor dígaselo a su propio nacimiento!”.
“¿Qué dice?”.
“Que yo amo a todo lo que vive”.
“¿De verdad es cierto que lo estoy oyendo?”.
“¡Sí, ser humano!”.
“¿Y usted es...?”.
“¡Cristo!”.
“Por mí vete al diablo, eres un espíritu tenebroso, ¿no?”.
“Si usted no fuera un ser humano, ¿me mostraría a su vida para asustarlo, sombra?”.
“¿Sombra?”.
“Sí, sombra”.
“¡Me voy a dormir!
Mejor: al diablo contigo”.
“¡Gracias!
Pero no debería ser así.
Qué pena.
No obstante, soy Cristo”.
“Ya no lo cree nadie”.
“Eso demuestra, por lo tanto, que esta humanidad no tiene fe.
Soy ‘el Camino, la Verdad y también la Vida’.
¿Quieres dormir por la mañana?
¿Quieres vivir a Dios por medio de odio, de ‘vete al diablo’ y ‘revienta’?”.
“¿Acaso quieres hacerme creer que ‘Cristo’ vive en La Haya?”.
“Claro, allí vive Cristo.
En un segundo piso, para que se entere”.
Lo que oye André es una risa estridente.
Y un poco después todavía llega: “¿Cómo consigo esos sentimientos, maestro?”.
“Si se porta bien, se lo diré, criatura mía.
Tiene usted sensibilidad mediúmnica, y eso es todo.
Ha estado en Oriente, ¿o no cree en el renacer?”.
“Es precisamente lo que quiero llegar a conocer”.
“Mire entonces su propia sintonización y lo sabrá.
Déjeme que le cuente otra cosa, amigo, y entonces sabrá que lo sé todo, que soy un maestro.
Si dos personas se aman, ¿pueden vivirse a la distancia?
¿Por qué ha engañado a su chica?
Fue la semana pasada y ahora ella ya no quiere tener nada que ver con usted.

Pero ha podido hablar con ella, a distancia, se lo contó todo y usted pensó que ella lo engañaba, pero ¡era usted!”.
Durante un tiempo no llega nada, y entonces desde el espacio cae a su conciencia:
“Es cierto, maestro.
La engañé.
Pero pensé que ella me había engañado y entonces quise pagarle con el mismo amor”.
“Qué pena, porque ella no lo engañó, usted se ha engañado a sí mismo”.
“¿Es cierto eso?”.
“¡Lo es!”.
“Pero usted es un maestro, ¿no?
¿Estoy oyéndolo de verdad?
¿Soy uno solo con su vida y estamos conectados?”.
“¡Así es!”.
“Y ¿vive usted en La Haya?
¿O son esos pensamientos que he captado sin más?”.
“Me encuentro al lado de agua y estoy en La Haya.
¿También oye este estruendo de botas?
Van pasando unos alemanes.
¿No oye usted a esta gente?”.
“Sí, es verdad, pero son pensamientos propios.
Hay miles de ellos que andan por aquí”.
“Así que sí que vive en Leiden, ¿no?”.
“Sí, vivo aquí, pero son mis propios pensamientos, ¿no?”.
“¿Quién es usted, para querer vivir esto?”.
“Busco a Cristo y a Dios”.
“Entonces continúe tranquilamente.
Ya me volverá a oír”.
“Maestro, no me deje solo.
¡Contésteme, maestro!”.
“Usted tiene odio y entonces ya no estoy abierto a su vida.
Habla de ‘reviente’ y ‘váyase al diablo’, y no ve la vida de Dios.
¡No ama!
¡Usted mismo está reventando!”.
“¿Puede perdonárselo a mi vida?”.
“¿No he perdonado a absolutamente toda la vida de Dios?”.
“¿Sigue sosteniendo que es Cristo?”.
“Claro, porque soy vida de mi Padre”.
“Entonces esto es peligroso para mí.
Voy a estudiar”.
“Es lo mejor.
Termine primero con eso y solo después podrá escuchar mi espacio.
¡No odie si no quiere que se le odie!
Ame si quiere recibir amor inmaculado.
¡Le digo la verdad!
Voy a continuar, los grados de vida de la madre tierra quieren abrirse.
El sol y la luna hablan a mi conciencia y ¡amo todo lo que vive!”.
“¿De verdad que tengo conciencia oculta, maestro?”.
“¡Así es!”.
“¿Puedo preguntar algo más?”.
“Estoy listo”.
“¿De verdad vive usted en La Haya?”.
“Claro, vivo aquí”.
“¿Me permite entonces saber cuál es su nombre?”.
“Ya le dije quién soy, ¿no?”.
“Eso no es cierto.
Un ser humano no es ningún Cristo.
Estos son mis propios pensamientos”.
“Para nada, son mis pensamientos.
¡Soy ‘Cristo’!
¡Soy ‘Dios’!
¡Soy la ‘Omnifuente’!
El Omniamor, la Omnivida, la Omniluz.
¡Soy el altruismo!”.
“Que Dios me libre de la demencia”.
“Ya te gustaría, pero ya estás demente”.
“¡No lo estoy!”.
“Si crees en mí, no puedes volverte demente”.

“¿Lo dice en serio, maestro?”.
“Ni tú lo dices en serio”.
“Entonces revienta.
Pero estoy hablándome a mí mismo”.
“Lo sé, si no me blindaría contra su conciencia y ya no podría oírme”.
“Es para volverse loco, maestro”.
“No es cierto, amigo.
Primero tiene que atravesar eso de la locura si quiere vivir lo verdadero.
Yo represento a Cristo... y también a Dios... y también la ‘Omniconsciencia’.
Hasta allí, ya me oirás, pero te golpearé.
Ahora te dejaré dar voces de verdad.
Solo entonces, cuando ames, volveré a tu vida.
¡Adiós, estudiante!”.
“¡Adiós, maestro!”.
“¡Adiós, ser humano con odio!”.
“Ya no quiero odiar, maestro”.
“Hay tanta gente que lo dice ahora, pero no dejan de hacerlo”.
“¿Es cierto aquello de que he engañado a mi chica?”.
“Claro, porque puso a María en lugar de ella, ¿no?”.
“Demonios, sí, se llama María”.
“Pues bien, resuélvalo usted mismo.
¡Adiós, estudiante!
¡Adiós, ser humano sin voluntad!
¡Adiós, pobre alma!
¡Adiós, estafador!
¡Adiós, usted que odia!
¡Adiós, grave error!”.
“¡Revienta!”.
“¡Te amo!”.
“Mejor vete al diablo”.
“Cristo jamás quiso eso.
Es una pena para su vida y conciencia, usted lo tiene todo, pero todavía no tiene amor.
¡Adiós, faquir!
¡Yogui!
¡Iniciado semiconsciente!
No debería haber leído todos esos libros.
Se conduce usted mismo al precipicio.
Un poco más y se verá ante el manicomio.
¡Vuelva a arreglar las cosas con su Liesbeth!”.
“¿Es cierto?
Quiero decir, ¿de verdad llegué a tener contacto con el espacio?”.
“Lo tiene desde hace millones de años, amigo”.
“¿O sea que sí?”.
“¡Claro!”.
“Aprenderé a amar.
¿Entonces volverá a mí?”.
“Se lo preguntaré a mi ‘Padre’.
Pero no dejaré que mi vida vuelva a crucificarme”.
“¡Pare ya con el ‘Cristo’!”.
“¡Yo lo soy!”.
“¡Entonces estoy loco!”.
“Si no puede aceptarlo, desde luego”.
En la calle la gente va corriendo y está muriendo, en el espacio ya no son ellos mismos y piden una respuesta, piden que se les conceda saber.
Esta alma está buscando y posee la sensibilidad mediúmnica, según sabe André, y es una vivencia por sí sola, no es un milagro.
Y sin embargo tan sencillo.
¡Hay que oír a toda esa gente pegando gritos y haciendo preguntas, es para hacer que te pierdas a ti mismo y eso no debe ser!
La de cosas que se pueden vivir por medio de esta guerra.
Ese estudiante loco está buscando, ese chico pregunta y es un oriental o no poseería ahora este sentimiento.
Pero es curioso.
Puedes hablar con todo, y la gente pensará que no existe, pero el pasado habla.
Es el subconsciente el que representa a miles de vidas y al que aun así el pragmático Occidente no entiende.
¿Cuánta gente está abierta a esta conciencia espiritual?
¿Cuánta gente quiere enriquecerse ahora y despertar?
La vida en la tierra es triste, pero viven allí seres humanos que no quieren tener que ver con todo esto, que lo buscan más arriba.
Se puede vivir ahora mucha belleza, según constata André para sí mismo y es la verdad sagrada, porque la vida y el deseo animales se separan ahora de los espirituales.
También eso es verdad, por lo que mucha gente recibe la conciencia más elevada.
La gente está loca, pero ¿por qué se ha perdido a sí misma?
Porque ven y buscan lo inferior.
Y esto no es un lío sentimental, ¡sino que es la verdad!
¿No conoces a la gente?
¿No ves los siete grados de vida?
Los seres humanos y esos siete grados de vida andan corriendo por las calles, tienen hambre y escasez de todo, y ¡maldicen a Dios, a Cristo y a sí mismos!
El ser humano ya no tiene relevancia, y sin embargo es la vida que lo domina todo que ha creado Dios.
Puedes acompañar a esos salvajes y te perderás.
“En verdad les digo: quien me siga poseerá el Reino”... no hay pastor protestante que pueda vivirlo ni soldado que asesine, porque ¡es odiar, y la falta de fe en un Dios que es Amor...!
¿No sabes cómo has de vivir?
Entonces ya te lo enseñarán los maestros.
¿Quieres disfrutar el ser uno?
¿Quieres vivir el amor?
Entonces no golpees ese amor ni lo alejes de tu vida a patadas.
Recibirás y vivirás amor conforme a como eres tú mismo, porque ¡estas son leyes!
Es imponentemente interesante estar por encima de todo esto.
Aunque el organismo sea como un esqueleto, aunque la personalidad viva como el espíritu, y pueda pensar y percibir, planear y ser uno solo, recibirás amor como no lo has vivido antes.
¿Y eso en estos tiempos?
Claro, porque vivo en él.
Participa en la defensa de tu patria y solo tendrás un pedacito de tierra como posesión, ¡no a Dios ni a Cristo!
Conviértete en miembro del movimiento nacionalsocialista (holandés), ¿es eso otra cosa que cuando estás listo para asesinar?
¿Habrá alguna diferencia que pueda vivir el espacio?
“¡Para nada!”, exclama, “¡No participo en nada!”.
Ni aunque Adolf me robe todas mis posesiones, participaré en estos líos inhumanos, todo lo que toques en la tierra es obra del diablo.
¿Qué eres cuando eres un general?
¿Qué eres cuando eres juez?
¿Qué eres cuando posees lo más elevado para la tierra?
¿Qué eres como reina y emperador?
La vida se está volviendo peligrosa.
Piensas que has de representarlo todo, pero hay un Dios y hay un Cristo.
¡Y ambos son ‘Amor’!
¿Has actuado con amor?
¿Amas todo lo que vive como lo quiso Cristo?
¿Has conducido tu servir hasta Dios?
¿Has ejecutado tu jurisdicción respecto de esa sintonización?
¿Quién es capaz de ello, ahora que sabemos cómo es la conciencia de este mundo?
Esa es ahora la pregunta que hacen millones de personas.
André empieza a entender que cada uno de los pensamientos de la sociedad es animal, basto material, y que solo después se volverá espiritual, pero entonces ya no querrás tener nada que ver con la sociedad ni la dignidad real, porque la masa inconsciente te forzará a dar la orden de asesinar.
¿Siquiera es posible eso, si eres una criatura de la iglesia?
¿Entonces qué?
¿Ahora qué?
¿Aprobar que Adolf te pisotee?
¿Crees en Dios?
¡Claro que sí!
¿Crees en Cristo?
¡Claro que sí!
Pues bien, ¿qué quiere Dios y qué quiso Cristo?
¿Que mates?
¿Que hagas la guerra?
¿A quién buscas ahora?
¿A quién representas ahora?
¿A Dios?
¿A Cristo?
A tu conciencia terrenal y humana, ¡nada, y nada más!
Y eso es todo lo que posees.
Haz lo que quieras, conviértete en miembro del movimiento nacionalsocialista (holandés), ¡todos ustedes son unos inconscientes!
¿Qué dice la madre tierra?
“¿Entiendes ahora, hijo mío, lo que significa la evolución?
¡Eso es evolución!
Hace algunos años toda esta humanidad seguía viviendo en la era prehistórica.
Los eruditos ya pueden aceptarlo.
Pero cuando digo que son ellos mismos los que han vivido en eso, mi vida se ríe de mí en toda mi cara y conciencia, y dice:
“No me hagas reír, viejito.
Tienes que comprender, viejito: a mí ya no me vas a hacer creer eso.
Estudio, voy a ser médico y casi lo logro.
¿Viví en la era prehistórica?
¿Nosotros, el ser humano que ahora vive en la tierra?
¿Qué dices, viejito?
¿Es la reencarnación?
Quién va a creer en esa reencarnación.
Cuando el alma llega a la tierra, o sea, como niño, entonces es por primera vez”.
Esa es la conciencia de 1939 y 1944... es lo que dice esta sociedad, es lo que dicen los eruditos, hay millones de seres humanos que aún no tienen conciencia espiritual.
Únicamente este estudiante loco se ha puesto con ello.
Más adelante tendrá que hacerlo.
Se rebelará y se erigirá, y una vez que haya llegado a ese punto, él dirá:
“Durante la guerra oí hablar a Dios y a Cristo, pero como un maestro, como un ser humano, por supuesto, ¡eso ya nadie me lo quitará!”.
Y entonces, según entiende André, Oriente hablará al pragmático Occidente y una universidad vivirá conciencia espiritual, pero es el contacto espacial para toda la vida de Dios.
¿Qué tienen que contar los planetas ahora?
¿Cómo son el sol y la luna ahora el uno para el otro?
Ve los siete grados de vida en la tierra.
Los ha recibido el ser humano.
Los tiene un árbol, una flor.
Un perro y un gato, cada animal posee estos siete grados de vida para alcanzar lo más elevado de todo.
Pero ¿dónde han nacido?
Eso pronto lo verá y vivirá, después de que nosotros escribamos, solo entonces estaremos listos para los maestros.
Es muy sencillo.
Ahora que el ser humano siente hambre sus instintos de lobo vuelven a surgir conscientemente.
Ahora puedes comprar un alma humana por un pedazo de pan, antes por dinero y otras posesiones, el ser humano se tiraba a la calle y vivías una función de circo.
¿Acaso no es cierto?
Por supuesto, mi maestro, seguiré y viviré este esqueleto humano.
Pero sobre todo este interior, o no llegaré a conocer esa conciencia.
¡No dispares a un ser humano, asesinarás a Dios!
¡No dispares a ningún ser humano, asesinarás a Cristo!
¿No es cierto, acaso?
¡Te lo demostrarán los maestros!
¡Te lo demostrarán las leyes de Dios!
Este “yo” que traquetea no significa nada, señora, ¿puede aceptarlo?
No lo busque, pues, en la tierra, sino en su propio espacio, y lo poseerá todo.
¡Pero estos sentimientos que traquetean son un producto divino, señora!
¡Estos sentimientos que traquetean forman parte de Su deidad, señora!
¡Eso es Dios mismo, señora!
¡Eso es usted, señora!
¿No me cree?
¡Entonces se lo demostraremos, señora!
Un poco más de paciencia y comenzaremos con el siguiente viaje, que nos hará vivir cómo fue que el alma nació como ser humano y dónde exactamente llegó a tener su entidad en sus propias manos.
Sí, sí, estoy casi listo, señora.
El maestro Zelanus avanza que da gusto y será entonces cuando volvamos a partir.
Estos tiempos son para el mal, señora.
Eso significa que ahora se vence el mal en un cierto porcentaje.
Pero entonces aún no está terminado el asunto.
Hay pueblos inconscientes en la tierra, y esa masa tiene que ir a esta sintonización espiritual, solo entonces habrá paz y sosiego.
No obstante, al engañar la Biblia a tantos millones de criaturas de Dios, ahora los maestros vienen a la tierra y ese es, pues, ¡‘Cristo’!
¡Si el ser humano conoce su vida y sus leyes, cuando el ser humano haya de aceptar que la ‘Reencarnación’ es por lo tanto renacer, que ha vivido millones de veces en la tierra, la vida en esta sociedad se volverá milagrosamente hermosa y vivirá ese amor, ese amor inmaculado que ahora vive dentro de mí, señora!
Ay, Biblia, cuántas falsedades has traído a esta sociedad.
Ay, no te asustes, hay muchas cosas buenas, pero ¿por qué trajiste condena?
¿Qué dices?
¿Tú no?
¿La gente misma ha convertido las cosas en eso?
Pero esos teólogos, ¿son entonces unos lelos?
¿Son pobres?
¿Tontos?
¿No comprenden la Biblia los profesores?
¿Quién tiene que enseñarles entonces las cosas?
Pero entonces terminas por creer que millones de criaturas de Dios, que “ÉL” ha creado seres humanos y animales por medio de un poco de barro y aliento vital.
He visto que esto no es cierto.
Y miren ahora estos pueblos.
Moisés habló con Dios.
Eso tampoco es cierto, porque Dios no habló jamás como un ser humano.
A ver, ¿y si escuchamos ahora un pastor protestante?
Hace que te sientas mal, ¡es falsedad!
¡Son mentiras!
Es raquítico para este siglo, pero ¡el “Siglo de Cristo” ha comenzado!
Estoy en ello, estoy de camino, ¡se lo traeré a los pueblos de la tierra!
¡Porque “yo” represento la “Universidad de Cristo”!
Para el ser humano, este siglo es para despertar.
Trae ahora conciencia más elevada.
A este siglo se le puede ver como cuando... cuando Cristo vivía en Jerusalén, pero ¿a ver si alguien se atreve a levantarme la mano?
¡Si la iglesia pudiera ponerme en la hoguera lo haría!
Mira a tu alrededor y tienes que aceptarme.
He visto las túnicas espaciales.
Veré y viviré el organismo humano del cuarto grado cósmico, pero ya conozco ese organismo.
Porque ya estuve miles de veces en el otro lado, ¿no?
¿No lo crees?
Entonces no te queda más que esperar hasta estar detrás del ataúd.
¿Señora?
¿Señor?
¿No lo crees?
Entonces espera un poco más y lo lograrás.
Sí, mi maestro, seguiré y viviré los esqueletos humanos.
Dios mío, exclama André a cada instante, qué de cosas estoy aprendiendo hoy.
Si la gente entendiera cómo es de verdad, entonces habría paz ya mañana, pero aún no lo sabe.
Y he de enseñárselo.
Lo quiere Cristo, lo quiere la “Omnimadre”, porque toda esta vida ha de volver a ella.
El ser humano se prepara para la tumba.
¿Por qué lo hace, si detrás del ataúd es una personalidad astral?
¿Qué es la resurrección divina?
Cuando no quieres matar.
Cuando quieres justicia.
Aunque otra gente lo hace de otra manera, déjenlos hacer, ¡no participen en esa demolición!
No lo hagan y se asegurarán su felicidad espiritual.
El ser humano se prepara para levantarse más adelante de la tumba.
Biblia, ¿de dónde ha sacado la gente estos sinsentidos?
¿Dónde quiere encontrar su cabeza, ser humano de la tierra?
Porque ese esqueleto humano se ha consumido.
¿Y aun así quieren resurgir?
No participen en este ajuste de cuentas, en esta demolición, y ¡resurgirán y representarán a un Dios de amor!
Cuando va ahora por la calle, así sin más le van cayendo las lágrimas por las mejillas.
Percibe a fondo cada una de las leyes de Dios y puede llorar por los seres humanos.
¿Qué van a querer hacer estas chispas?
Naturalmente, el ser humano piensa que llora de hambre, a causa de este sentimiento miserable que no posee porque el espacio le alimenta.
Para nada, de eso no se trata, empieza a percibir lo que tuvo que percibir Cristo cuando andaba por la tierra.
Cristo que es divinamente consciente y que tuvo que aceptar cómo vivía el ser humano en la tierra, empieza a percibir de qué manera tan tonta y pobre se han comprendido las leyes divinas, y es posible porque los grados de vida de Dios hablan.
“¿Hay algo más que pueda hacer por ti, soldado?”.
Miren, allí van, pero esos no son de esos Erich Kohlen.
Son asesinos conscientes.
Pero ¿es distinto asesinar al pueblo de uno mismo?
¿Qué dice usted, señora?
¿Que será mejor entonces que dejemos a Adolf que haga de las suyas?
Bien, siga entonces a su papá, porque es general para las fuerzas aéreas de aquí.
Entonces mejor acompáñelo a pegarle un tiro a todas esas vidas de allí, haga lo que quiera, pero acéptelo: ¡es usted demoniaca!
“¿Hija mía?
¿No hemos estado antes en Alemania, en Inglaterra y en Francia?
¿Ya no nos reconocemos?”.
¡No, no, madre!
Aunque tenga esta vida de los sentimientos consciente, su criatura es ahora la criatura de otro pueblo, ve ahora a la criatura propia como su enemigo, ¿verdad?
Aun así, algún día se le concedió dar a luz a esa vida.
¿Sinsentidos?
Asesinará a su propia vida.
¡Mejor entréguese a su divinidad!
Lo divino dentro de usted, ¿puede alcanzarla como la personalidad si usted quiere matar?
¿No entiende todavía lo que quiere su deidad?
¡Entonces tenga un poco más de paciencia y lo sabrá!
“¿Jeus?
¿Jeus?
¿Oyes todo esto?
¿Me has seguido?
Claro, más adelante ya volveré a ti.
También a ‘Jozef’, y solo entonces llegarás a conocerte”.
Qué imponentemente hermosa que es la vida.
Qué suave que es.
Si uno vive de manera consciente y cordial, si no quiere ver el mal, o esa felicidad no existirá.
¿Nos lo ha enseñado de otra manera Cristo?
El “bien” acoge a esta humanidad.
El bien en el ser humano triunfa por encima de todo el mal.
El bien en el ser humano habla, ama, da a luz y crea, como lo quiso “Cristo”.
¿No es cierto también eso, humanidad?
Mundo, ¿me escuchas?
Yo soy el que importa; ¡tendrás que aceptarlo!
¡El bien acoge a la humanidad!
Adolf puede hacer lo que quiere, los maestros también están allí.
O surgiría un caos, y no puede ser, ¡la vida en la tierra tiene que continuar y evoluciona!
Entonces los seres humanos podrían decir: Dios nos ha dejado solos y Él no es un Padre de amor, pero ‘La cosmología’ se lo demostrará.
Desde el espacio llega a su vida:
“André-Dectar, ¡tú eres el que importa!”.
Cuando repasa en pensamientos todo lo que ha recibido por medio de su maestro, la emoción le impide seguir.
No poder seguir y sin embargo abrirte a la vida en la tierra y del espacio.
Mantén la calma, sigue siendo sencillo, pero ¡continúa y llegarás al final!
‘Claro, lo lograrás’, dice dándose apoyo y fuerza a sí mismo, ‘¡lo lograrás!’.
Claro, mi maestro, ¡lo sé!
Quiere ayudar a esta humanidad apaleada, quiere apoyar a esta masa ciega y haré lo que pueda.
Pronto podremos continuar, el maestro Zelanus ya casi ha llegado a ese punto, vamos avanzando, ya no hace falta que espere mucho tiempo.
Lo sigo todo, estoy casi listo.
¡Sin duda alguna llegaré al final, mi maestro!
Lo dice Wayti y ella me da la verdad.
Estas palabras animan, no enturbian nada, al contrario: son ciertas y verdaderas.
¡Busquen amor y den amor!
¿Dónde quieren ustedes buscar su amor?
¿Pensaban vivir amor por medio de la Biblia, bebiendo la sangre de Cristo?
Adolf es pobre, pero ya se verá: cada atentado a su vida se malogrará.
¿No es eso curioso?
Se debe a que tiene que concluir su tarea.
También eso es evolución.
Pero a la humanidad le parece extraño, ¿y aun así...?
¿Quién es Adolf?
¿Qué quiere esa vida?
¿Hacer la guerra?
¿Poseer el mundo?
No tendrá el mundo en sus manos.
Lo sé desde hace tanto tiempo, humanidad.
¡Adolf terminará su tarea (véanse los artículos ‘Hitler’ y ‘Genocidio’ en rulof.es)!
Son leyes, ya lo vivirás.
También en eso voy a tener razón.
¡Es por Adolf!
Por medio de Adolf nos acercamos a tiempos nuevos.
¡Adolf trae evolución (véanse los artículos ‘Hitler’ y ‘Evolución de la humanidad’ en rulof.es).!
¡Adolf Hitler crea miseria!
¡Adolf es el verdugo de esta humanidad!
Adolf es un demente, pero ¿por qué estás loco tú mismo?
¿Por qué no le has impuesto el alto?
Podrías haberlo hecho, mundo, humanidad, pero no comprendías tu propio tiempo ni vida.
¿Y ahora a lloriquear?
Puedes hacerlo, pero ¡no te va a ayudar!
¡Tenemos que enmendar!
¡La humanidad tiene que despertar!
¡Llegará por medio de Adolf!
Por medio de él llegará a haber concienciación, no por medio de la oración, porque eso no sirve.
Rezando no se puede vivir evolución.
¿Acaso es tan poco claro?
Pero ¡yo soy alimento para el alma de usted!
Pero ahora soy yo el camino y la verdad, y entonces ¡la vida seguirá por sí sola!
Cristo es el que importa y los maestros sirven para el “Gólgota”.
Qué hermoso que es un ser humano.
Hay que darle un buen vistazo a una madre de estas, ¡es un templo!
Pero en este caso por medio de la paternidad y la maternidad.
Si conoces eso, humanidad, ¡estarás abierto para el universo propio y adquirido!
Solo ahora el alma habla sobre la vida.
¿No es un ser humano imponentemente hermoso?
¿Y eso lo despedazas a balazos?
¿Eso se asesina conscientemente?
¿Es para eso que vives?
¿De esta manera pensabas vivir milagros divinos?
Continuaré, mi maestro, no dude de mí, enseguida estaremos listos, ¡pronto tendremos certeza y conciencia!
Pero Cristo les dice en voz alta:
“¿Acaso no me han comprendido en nada entonces?”.
¡Así son las cosas, pastor protestante!
Madre tierra, la ayudamos a cargar.
¿Pasa algo?
Empiezo a comprender su vida.
¡Tú eres madre al mil por cien!
Toda la vida de usted es milagrosa.
Usted no cometió errores, ¡fuimos nosotros!
Pero ¡eso cambiará, madre!
Usted es el milagro eterno de bondad.
¡Usted es amor!
Lo ha dado todo, y ¿qué hemos hecho nosotros como seres humanos?
¡Lucharé, madre mía!
Estaré a su servicio, madre mía.
¿Lo está oyendo, madre?
(En alemán): “Nosotros y la verdad”.
Pero también Adolf llegará a conocerlo todavía, y solo entonces su fondo se desplomará y podrá poner punto final a su existencia humana, pero volverá para enmendar toda esa desgracia.
Sí, madre, ¡lo sabemos!
¿Sabe, madre, lo que estoy oyendo?
(En alemán): “Ahórcate”.
Eso es este ser humano.
Es el ser humano que quiere enriquecerse por medio de la miseria de millones de criaturas de Dios, pero cada una de ellas, madre tierra, ¡ha de “enmendar” ahora mismo”!
Pero eso su criatura no quiere aceptarlo, sino que los maestros forzarán a su criatura a que incline la cabeza.
Voy a continuar rápidamente dejando constancia de nuestro viaje, pero él ha de pensar y prepararse.
Unos días más y habremos llegado a ese punto, y entonces partiremos a la madre luna, para seguir los grados de vida para la vida embrionaria del ser humano material.
Llegará un tiempo, según sabe André, en que todos estos seres humanos se ahorcarán, porque las cosas no seguirán siendo como son ahora.
Seguro que no hay un ser humano normal que siga creyéndolo, pero ¡él lo ve y lo sabe!
Ya lo sabía en 1935, Adolf, pero tú no.
De ninguna manera: esa providencia tuya no es providencia, no comprendo que no lo entiendas, y tus sentimientos son pobres.
¡Debido a que te abres a fuerzas y poderes más elevados tienes los días contados, Adolf!
Ahora lo ves mal todo para ti mismo, se te puede alcanzar y tu providencia te lleva de mal en peor.
¿No lo comprendes?
(En alemán): “Ahórcate”.
Ves: eso es, pues, todo lo que sabes para otra vida de Dios.
¡Además es esta la razón que te hará ahorcarte, mi Adolf!
Y contigo tu terrible grado de vida inconsciente.
¿Lo oyes, Adolf?
Yo represento el grado de vida espiritual para la conciencia humana, ¡tú el preanimal!
Y eso hace que ahora seas un satanás.
Eres un demonio, ¿y sin embargo?
Ahora se te necesita un momento, Adolf, claro, es verdad, pero la humanidad aún no lo comprende.
Has tomado el látigo en tus manos y quien haga eso, Adolf, está completamente perdido, aunque traigas la evolución por medio de la espada.
Porque eso nadie lo aceptará.

Eso no hay quien lo quiera, ¿y aun así?
Esta humanidad ha de aceptarlo.
Para eso ha nacido Napoleón, ¿no?
Él ha comenzado, Adolf.
Pero ¿sabes dónde vive esa vida ahora?
Vive en las tinieblas —yace allí como una medusa en la playa, ya no tiene vida.
Espera un momento, iglesia, aún no hemos llegado.
También Napoleón ha de volver a la “Omnifuente”.
¿O sea que esas almas ni siquiera han sufrido condenación?
Para nada, iglesia, porque no es posible.
Tú has creado baños de sangre, iglesia.
¿Acaso tu vida no puede ser condenada entonces?
¿No querrías tú condenarte a ti mismo?
Si se condena a Napoleón y a Adolf Hitler, a ti también te toca tu hora, porque tú eres el que ha echado miles de inocentes en las hogueras.
¿Lo recuerdas?
¿No es cierto?
¿Que solo fueron diez?
La historia no lo va a olvidar.
Te conocemos, iglesia católica.
Por eso Adolf es como una furia para tu conciencia y tu vida.
Porque ¡eres falso!
¡Repugnantemente falso!
Lo haces rezando y haciéndote el santo.
Pero eso ¿podrá Cristo seguir aceptándolo?
¿Pensabas poder servir a Cristo poniendo Su vida en una hoguera?
¿Todavía no entiendes a dónde lleva todo esto?
¿Pensabas tú poder protegerte?
¡En cincuenta años llegará tu caída, iglesia católica!
Basta que leas el libro ‘Los pueblos de la tierra’ y lo sabrás para ti mismo.
¡Te caerás irremediablemente!
Y entonces podrás poner las cartas sobre la mesa para los maestros, pero ¡más que nada para Cristo!
Napi (Napoleón), ¡volverás y Adolf contigo, para enmendar!
¿No es una gracia?
Aun así tendré razón, porque ¡yo soy la “Universidad de Cristo”!
¡Yo, como el hijo de la madre Crisje!
Cuando entiendo y veo de qué se trata, oigo el pisoteo de botas.
Y también eso se disolverá, pero entonces empezarás a destruirte a ti mismo, no quedará nada para ti y para todos los que pensaban poder enriquecerse por medio de la pena y el dolor del ser humano.
Cuando no estamos escribiendo, André piensa, medita acerca de todo, hay miles de escenas que se abalanzan sobre su vida y las va acogiendo una por una.
Aún no sabe que dejaremos constancia de cada uno de los pensamientos y que después los analizaremos, y tampoco hace falta, pero seguro que eso llegará.
Y esos son los problemas sociales para la humanidad, los problemas para las artes y las ciencias, es la mentira y el engaño, el mal y el bien en el ser humano, cuyos grados de vida más adelante tendremos que seguir.
Tiene que pensar si quiere o no, pero la “Universidad de Cristo” despierta en su personalidad.
Posee las Grandes Alas espirituales, pero se va a casa arrastrando los pies, el organismo chirría, pero él continúa, hasta el momento en que no podamos hacer que baje letra alguna, tecla alguna de la máquina, pero entonces casi estaremos viviendo el final de esta desgracia.
Desgracia para el ser humano, felicidad y júbilo para André-Dectar, porque llega a vivir su cosmología.
¿Se han olvidado los seres humanos del canto del agallo de Jerusalén?
Ahora ese mismo gallo canta día tras día para millones de personas, y nuevamente Cristo es vendido y traicionado, pastor protestante, ¡tú lo haces!
Pero mi “Universidad” puede enseñártelo.
¿Te ríes, erudito?
¿Es todo esto tan ridículo?
¿Te burlas de mí como lo hiciste de Galileo?
Claro, de eso eres capaz, solo de eso, pero más adelante, cuando tengas que aceptarme, ¿qué?
¿Hombre mono?
¿Sentimientos parecidos a los de Darwin?
¿Qué quieres, erudito?
¿Tú también estás gritando?
Tú también vives en este espacio y pides misericordia a gritos?
¿Me oyes?
“Hazte granjero, erudito”.
“Revienta, maestro”.
“Ya me lo imaginaba, tú aún no has aprendido nada.
Todavía no te has ganado tu diploma, ¿verdad, psicólogo?
No me hagas reír”.
“Demente”.
“Dan ganas de decir, ¿no sabes nada para ti mismo?”.
“¿Maestros?
Maniático de la reencarnación?”.
“Lodo consciente, ¿qué quieres de mí?”.
“¿Quién lo es?”.
“Ustedes, ustedes los psicólogos lo son”.
“¡Tonterías!”.
“Muy bien, buen hombre, pero ya te volveré a ver.
¿No lo pensaba?
Has de estar que te lleva el diablo porque tus estudiantes te ponen delante mis libros, ¿no es cierto?
Para eso no hay más que un remedio: también tú tendrás que inclinar la cabeza.
Tú y tus colegas todavía tienen (tenéis) que nacer.
¿Gracias a qué has recibido ese título?
¿Todavía me oyes, erudito?”.
“¿Dónde vives?”.
“¿Estás escuchando si posees clariaudiencia?
¿Quieres saber si la guerra habrá acabado pronto?
Sí que hay algo que no está bien con tu razón universal.
Yo que tú tendría cuidado, erudito, te alejas demasiado de lo tuyo, más adelante vivirás la demencia, y ¿eso sería por tu espiritismo?
Sí que es extraño, pues,hay que ver las cosas a las que se aferra la gente”.
“¿Todavía está allí?”.
“¿Acaso no oyes lo que dije?
Más vale que lo sepas: miro detrás de tu máscara.
¿Te ríes, benefactor?
Aquí también hay alguien que ríe, pero ese hombre que tengo delante lo hace porque ya piensa haberse reducido a un esqueleto.
¿Es eso como para estar de cachondeo?”.
“¿Todavía está usted allí, usted que es un consagrado?”.
“Esa es una palabra palabra, psicólogo.
Ahora te haré esperar un poco, podrás controlar tus pensamientos o te elevaré más al espacio y entonces las cosas se vuelven peligrosas para tu vida.
Porque no crees en una nueva vuelta a nuestra buena y hermosa madre tierra, ¿no?
Sí, erudito, soy un consciente cósmico y usted tiene contacto con un maestro.
Esto es telepatía espacial, si te interesa.
¡Yo estar, siempre estoy!
¿Aún no has oído la voz de tu estudioso?
Él también emite, erudito, y esa criatura ya sabe muchísimo sobre estos asuntos.
No corras por la calle, es peligroso.
Para nada, ¡la muerte no existe!”.
“¿No existe?”.
“Claro que no, ahora hay millones de hombres y mujeres que caen, pero ni uno solo ha muerto aún”.
“¿Así que es cierto, a pesar de todo?”.
“Es justamente al revés, erudito, ¡todo está allí a pesar de ti mismo!”.
“Eso no cuadra, maestro”.
“Allí es donde quiero tenerte, buen hombre.
En ningún caso se trata de ti, aunque lleves sombrero de copa”.
“¿Dónde vivías antes entonces?”.
“En la pirámide de Giza”.
“Eso es un galimatías”.
“Para ti, pero ¡no para mí!”.
“¿Dónde está usted ahora, maestro?”.
“Vivo entre ustedes (vosotros), amigo mío.
Soy de los que viven en tu ciudad asquerosa.
Qué pena, La Haya siempre era tan pulcra, ¿verdad?
La calle siempre estaba impoluta, y ahora ves cómo se asoman los rabos de los perros de entre la mierda en la calle, meneándose todavía; erudito, ¿no tenía su personalidad ganas de un huesito de esos?
Soy la “Universidad de Cristo”... mi erudito, pero eso de todos modos no lo creerás.
¿Nunca oíste hablar de Egipto?
¿No sabe nada de Isis, Ra y Ré?
Qué pena, porque allí vive su propia concienciación y cultura.
No esta, esto no es nada.
Búscame y vivirás milagros.
¿O no es un milagro esto?
Me oyes, ¿no?”.
“Es cierto, pero son mis propios pensamientos”.
“Y aun así no es cierto, erudito.
Ahora te diré lo que estás tramando”.
“¿Qué hago entonces, si fuera tan amable de decírmelo?”.
“Estás tirado con el codo derecho en la mesa, y así llevas de holgazán toda la mañana.
Vives en la calle Riouwstraat, erudito.
¿Quieres oír tu número?
Eso también puedo contártelo”.
“Es cierto, pero son mis propios pensamientos”.
“Eso es verdad.
Pero sé ahora que jamás llegarás.
Porque estoy hablando”.
“Pero lo oigo en mi interior, y entonces de todos modos es la misma cosa.
Entonces soy yo, ¿no?”.
“También puedes oírme al margen de ti, y entonces desactivamos la telepatía espacial ¡y soy yo!
Y ahora es arte espiritual.
Pero ese arte es mío y no te pertenece.
Puedes preguntárselo al maestro Alcar”.
“¿Quién es ese?”.
“Un consciente cósmico.
Más adelante partiremos a la luna para seguir los grados de vida humanos, aunque embrionarios”.
“¿Qué dice?”.
“Estamos listos para partir a la luna”.
“¿Con un cohete V2?”.
“Muy mal, cómo puedes compararme con un V2.
Esos son asuntos diabólicos, mi erudito, pero yo soy un maestro”.
“Ese maestro Alcar, ¿también vivía en la pirámide de Giza?”.
“Sí, allí sigue, solo que ahora por medio del universo entero”.
“¿O sea que por medio de la cámara del rey?”.
“Así que algo sabes del Antiguo Egipto.
Veo que husmeas en ese libro.
Vale la pena, ¿no es cierto, erudito?
“¿Por qué hay maestros que son tan sarcásticos?”.
“Porque de todos modos no podemos alcanzarte con palabrería humana.
Para ustedes (vosotros) siempre tenemos que ser sarcásticos, pero acompañándola de un caramelo de esa ciencia de nada”.
“Venga, maestro, hábleme y estaré agradecido a Dios”.
“No sabes lo que es la gratitud.
De haberlo sabido esta humanidad, no habría envenenado a mi hermano Sócrates.
De todos modos no hablas en serio”.
“Resulta que sí”.
“Muy bien, ponte de cabeza entonces, ¿quieres?”.
“¿Qué quieres ahora, maestro?”.
“Así quiero hacerte saber que ahora no estás pensando tú mismo.
¿Por qué no lo haces?
Ven, rápido, y continuaré.
Así está bien.
Quédate así otro momento, erudito, y respira bien, así tendrás otros cuatro meses de vida y conciencia.
Chas, paf, mírate allí.
Tu mujer no sabía que estabas de cabeza, pero ¿qué significa?”.
“¿De verdad estoy en contacto con usted?”.
“Sí, así es, pero ¿qué dirías de que ‘yo’ soy Cristo?”.
“No lo dirá en serio”.
“Sí que lo digo en serio.
¡Incluso soy Dios!
¡En todo soy ‘Dios’!
Y ahora te has asustado, pero tú también lo eres”.
“Vaya, entonces todo cambia”.
“Así que no es usted tampoco tan tonto.
¿Si Cristo anduviera entre la gente, ¿qué haría entonces esta humanidad con Él?”
“Entonces no lo crucificarían, sino que lo ahorcarían”.
“Así es, erudito.
Y por eso Cristo me dijo: ‘Ve un momento a mirar la tierra para mí, allí siempre se encuentra a alguien que esté abierto a Mi vida’, y mire, allí está usted también.
Y de eso puedes estarle agradecido, ¿no es cierto, erudito?”.
“¿Tendría que estarle agradecido a ese bobo?
Soy un erudito.
Bien que te he tomado el pelo.
No creo en Cristo, es una leyenda”.
“Vaya, ahora ya estamos, a pesar de todo lo hemos logrado.
¡Ya me lo imaginaba!
Por eso dije hace un rato: ‘lodo consciente’, y es lo que eres.
Pero ¿sabe usted que mis libros provienen de Su Universidad?
¿Sabe que mis libros hablan de Su ‘Universidad’?
¿Que mis libros aclaran Sus leyes?
Debería echar mano de ‘Entre la vida y la muerte’, entonces sabrá al instante quién ha hablado a su vida.
Claro, médico, ‘Entre la vida y la muerte’... hay quienes quieren dar mil florines para poseerlo, pero ya no me queda ni uno y Adolf ha mandado poner a buen recaudo los que hay todavía.
Lea también la serie sobre el universo y sabrá qué viviremos más adelante, cuando hayamos alcanzado la madre luna.
Sí, señor, tengo el don de desdoblarme corporalmente, exacto: como Ramakrishna.
Él también está en el espacio, basta sintonizar tu vida con él y lo oirás.
Pero eso... eso no es tan sencillo.
También puedes escuchar a Sócrates, pero se ha vuelto desconfiado, ya no cree a ningún erudito en absoluto.
Dice: ‘¡Son unos canallas!’.
Y es lo que son (sois), porque en realidad tienen (tenéis) la culpa de su muerte.
Por supuesto, haber muerto entonces por él.
Pero cuando la cosa iba en serio, sus adeptos pusieron pies en polvorosa.
Y tú eres uno de ellos, por si te interesa”.
“Usted es como el manicomio”.
“Siempre son (sois) así, si algo sobresale un poco por encima de tus capacidades, ese otro está loco, pero lo eres tú mismo, ¡lodo consciente!”.
“Vete al diablo, hombre”.
“Gracias, ni siquiera sé lo que es, pero desde allí llego a su vida y conciencia”.
Durante un tiempo no oye nada, y luego llega otra vez:
“¿Lo que me dijo fue en serio, maestro?”.
“No hace falta que me llame ‘maestro’ para usted mismo, porque ¡usted no lo vale, ricitos!
“¿Ricitos?
¿Ese soy yo?”.
“Porque tiene de esos ricitos tan monos alrededor de sus orejas.
Pues bien: esa gente nunca llegará a ser algo.
Rizarse el pelo así da un aire tonto, que te lo digo yo.
Pero te compadezco”.
“¿Por qué?”.
“Porque eres un judío que vive en la clandestinidad”.
“¡Diablos!”.
“Es una pena, señor, porque ahora el gallo vuelve a cantar, ¡y de qué manera!
De verdad que es una pena.
Lo ves: estás renegando de ti mismo.
Pero ¡yo soy Cristo!
A mí me has traicionado.
Me has escupido en el rostro.
¡Te has burlado de mí!
Me has crucificado y cuando después de mi muerte el cielo oscureció, saliste disparado.
Pero lo ves: han pasado casi dos mil años y te vuelvo a encontrar.
¿Todavía no sales corriendo?
¡A mí me has traicionado!
Pero no tengas miedo, hermano mío, ¡la iglesia católica es mucho peor!
¡Como madre es una ramera!
Es verdad, porque ¡ha convertido Mi vida en condena!
Es peor que ser ahorcado y la muerte en la cruz.
¿No lo sabías?
Pero ¿tengo razón o no?
Son tus ricitos.
De verdad que no habría dicho semejantes palabras, pero ¡tú mismo lo has querido!”.
“Oh, ungido, ¿cómo se lo he de agradecer?”.
“No lo dices en serio, judío.
Si tu mujer no fuera cristiana y tú no fueras tan buena persona, te habría agarrado Dachau.
He de decirlo, estás allí en la boca del lobo y por lo tanto ni tan mal.
La mayoría de los judíos buscan las cosas demasiado lejos.
Es muy astuto, he de decirlo, encima de las cabezas de las criaturas de Satanás, cómo es posible.
Pero allí está todo, doctor.
Y eso que la señora a su lado es buena persona.
Todavía puedo decirle, cuando tenga el libro ‘Entre la vida y la muerte’ entre sus manos, que durante esa batalla allí estuvo al otro lado de donde yo estaba y que por tanto estuvo al servicio de los ‘negros’.
Más adelante sabrás por ti solo lo que esto significa, y entonces podrás volver a hacer preguntas, en caso de que antes de este final hayas leído el libro, porque más adelante este contacto espacial se disolverá para todos los que lo están viviendo”.
“¿Lo dice en serio, maestro?”.
“Así es, amigo.
Más adelante, este contacto se disolverá, porque entonces la gente vivirá algo muy distinto.
Entonces el cuerpo recibirá alimento.
Pero acepta esto: millones de seres humanos tienen ahora este contacto milagroso.
Si sabes algo de la Biblia y es el bien, o sea, si es verdad; ¡tanto no hay en la Biblia que hable con la misma agudeza que esto!
Si puedes leerlo, porque la Biblia ha hablado de ello —pero por medio de Cristo—, sabrás con certeza qué quiero decir ahora.
Y entonces leerás:
‘En Mi tiempo, todos Mis hijos podrán escucharme’.
Y ese es el tiempo que está hablando a nuestra vida, doctor.
Millones de personas viven ahora este contacto, con Dios, con Cristo, con los maestros y consigo mismas, por lo que aprendemos como seres humanos, pero también lo hacen los espíritus”.
“¿Y puedo aceptarlo?”.
“Tendrás que aceptarlo, doctor, o jamás llegarás”.
“Sí que me pone a pensar, maestro”.
“No sabes nada de mi libro ‘Entre la vida y la muerte’, así que cómpralo más adelante y sabrás que ahora has vivido contacto espacial.
Por cierto, se me elevó en esa unión con más gente.
No es cierto, no es usted sordomudo, pero ¡tiene que hacer caso!
Decláreme demente y no nos habremos dicho nada”.
“Estoy empezando a creerlo, maestro”.
“Y eso es lo mejor, doctor mío”.
“¿Es usted de verdad un maestro?”.
“Por supuesto, lo soy”.
“¿Es posible verificarlo?”.
“Ya ha empezado, doctor.
Porque ahora está buscando, escuchando”.
“Tengo que reflexionar sobre esto”.
“Hágalo, amigo mío.
Ahora voy a salir de su vida.
Porque me tengo que preparar para los maestros.
He de seguir los cuerpos materiales para el ser humano, y de eso sé suficiente ahora, así que puedo decir que estoy listo.
Y eso sí que significa algo, ¿no, doctor?”.
“¿Eso también lo dice en serio?”.
“Claro, me desdoblo corporalmente, doctor, más adelante podrá leer mi cosmología y volverá a encontrar todo esto.
Basta con que diga que estoy chocho y que usted está senil”.
“Es un gran milagro”.
“Eso se lo debe, pues, a que es un ser humano, doctor.
Ya se lo dije: es usted buena persona.
Ha logrado que mucha gente no entrara al manicomio, eso simplemente lo sé”.
“Es cierto”.
“Así que lo ves: lo tienes o justo no lo tienes, pero sea como fuera, usted lo tenía”.
“Yo ‘quiero’, maestro”.
“Eso es lo mejor que puede hacer, ‘querer’ despertar es vivirlo absolutamente todo”.
“¿Puedo volver a hablar con usted mañana?”.
“No, no, porque ahora nos vamos, y cuando vuelva estaré ante otra cosa nueva.
Pero ya me volverá a oír”.
“Me inclino, maestro.
¡También ante Cristo!”.
“Entonces ya no es usted judío.
Lo bendigo, también a su querida mujer”.
“Gracias”.
“Y ahora: fuerza y felicidad, tu maestro André-Dectar”.
“Por favor, quédese un poco más conmigo, soy tan feliz”.
“Los ‘qué penas’ le parece miserables, ¿no?
¿Le parece una pena que me vaya?
En el lugar en que yo vivo no existen los ‘qué penas’”.
“Es usted extraño, maestro”.
“Es posible, pero no lo soy si me conoce”.
“De vez en cuando pensaría hablar con un maestro y puedo aceptar la vida después de la muerte, pero en ese mismo instante me pierdo en usted y ya no sé qué pensar.
No es usted un demente, ¿no?”.
“Lo que está diciendo ahora, doctor, lo reconduce a Jerusalén.
Si Caifás no hubiera dudado, pero eso es propio de la raza de usted (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es), Cristo seguiría vivo ahora, porque tenía la vida eterna, ¿no?”.
“Me conmueve su perspicacia”.
“Entonces por lo menos habremos alcanzado algo.
Pero tengo que ir a casa, porque el maestro quiere escribir.
Falta el último empujoncito, y también habremos terminado ese libro.
Lo importante es que sepas: ¡Adolf Hitler es Caifás!”.
Un breve silencio, y luego se oye:
“¡Boche desgraciado!”.
“Si lo dice usted, doctor.
¡Ya va siendo hora de tu ‘muro de las lamentaciones’!”.
No respeto a un pelagatos como Mussert [el líder nacionalsocialista holandés], pero a ti menos todavía.
Demuestra, pues, que ese loco y pobre Mussert tiene razón, los que son de su (vuestra) calaña no aprenden nada.
Te lo juro, ¡para nada odio a los judíos!
Yo mismo soy un judío, por cierto, Mussert y Adolf Hitler también, pero ellos ya no saben que lo han sido.
Que te vaya bien, doctor, ve a tu ‘muro de las lamentaciones’ y encuéntrate a ti mismo.
Ahora aprende una cosita de nada y podrás continuar, así que no estoy enfadado contigo.
Pero no te portes como un pastor protestante, ese mete la cabeza en la tierra —como sabe hacerlo un avestruz— y exclama: ahora no estoy, maestro.
Vuelve a buscar tu sintonización y habrás llegado.
No retractaré mi bondad, erudito, pero ya lo ves.
¡Acepta tu cáliz!
Veo que ahora se arruga la cara, pero reflexione sobre ello y podrá continuar.
Escuche otro poco y luego me iré.
¡Manos que Dios ha creado con amor inmaculado!
¡Manos que ahora asfixian y abaten a gente a balazos!
¡Manos que se pliegan entre lamentaciones y que sin embargo no creen en nada!
Manos que suplican, rezan, pero ¡que no quieren aceptar Dios alguno!
Y eso puedes hacerlo, si extiendes las manos, ¿cierto o no?
¿Qué quieres, doctor?
¡Cristo es el que importa!
¡Cristo es amor!
¡Cristo es espacio!
¡Cristo es paternidad y maternidad!
¡Cristo es verdadero y es la luz de este mundo!
¡Cristo es el que siempre importa!
Pero ¡ya no permitirá que lo crucifiquen!
¡Ya no permitirá que lo flagelen!
¡Ya no permitirá que mancillen Su vida!
¡Ya no soportará más traición!
Doctor, ¡quítese los pañales!
Pida a su mujer que rece por su vida y personalidad, ¡ella puede hacerlo!
¡Usted no!
Usted ya no tiene fe, ya tampoco es un judío.
¿Por qué el miedo, entonces?
¿Por qué entonces se estremece y tiembla por mí?
¡Yo mismo lo soy!
Lo ve: son estas lágrimas.
Esas lágrimas son lo que importa para despertar.
Sí que usted es buena persona, ya se lo dije, pero tiene que tomar el control de sí mismo.
Y es posible ahora, en este momento, en este tiempo es posible, más adelante habrá pasado.
¿Qué dice usted?
Fuera de aquí, pesado.
Qué pena, pero no se han creado ‘qué penas’, me quedaba claro que iba usted a renegar de sí mismo y de Él.
Vaya a la iglesia católica y tendrá algo, siga a su mujercita y tendrá amor, ¡ahora no tienes nada!
Qué extraño que Adolf odie tanto la iglesia, ¿no?
Pero es una culpa ancestral, doctor.
Eso es lo que vive ahora debajo de su corazón, todavía no lo conoce, pero allí está.
No, no, ¡usted todavía no conoce mi plan divino, doctor!
Le digo: ¡de ninguna manera!
¿Que soy un atontado?
¿Por qué me retuvo?
¿Por qué?
¿Qué relevancia sigue teniendo su ‘por favor’?
Así es la gente, doctor.
¿Un poco de regaliz?
¿Algo de paloduz?
Ahora lo blindo a usted contra mi vida.
Voy a elevarme más y seguir.
Estoy construyendo un templo, doctor.
Salude a Mussert de mi parte, él es aquí la culpa de todo, pero sus intenciones tampoco son tan extrañas.
Más adelante puede mandarlo a las minas de Limburgo.
Quiere matarlo, ¿verdad?
Pero eso tampoco es bueno.
Porque dije que bebes ‘Mi’ sangre, lo haces una y otra vez.
La esperanza y la fe no son nada, ¡se trata del ‘saber’!
¡Hasta más tarde”.
¿Qué ocurrirá cuando en la tierra se pueda vivir la unión espiritual?
Entonces, según sabe André, el alma vivirá la telepatía espacial, y a la vez la concienciación espiritual.
¿Que qué hace falta para esto?
Entrega total, estar libre del dogma y de la iglesia, ser uno armonioso con toda la vida de Dios.
Es imponente, puedes hablar con miles de personas, puedes amarlas; ahora hay mundos que se abren para el alma.
Cuánto ha aprendido y recibido gracias a estos viajes.
Es sintonizarse con los grados de vida, y ahora llegarás a conocer ese otro grado como una personalidad humana, animal o natural.
Es innumerable la cantidad de sentimientos que entran en ti, te sientes feliz y cargado.
¿Qué será lo que quiere la gente?
¿Qué es la riqueza en la tierra?
Nada en comparación con estos sentimientos, este saber, esta concienciación.
Solo ahora el hombre y la mujer pueden abrirse y dar amor.
¡”Wayti” es lo que importa!
¡Wayti me ama!
¡Wayti vive dentro del ser humano!
Wayti te envía hacia arriba, pero el ser humano aún no ha llegado a ese punto.
El ser humano sigue siendo inconsciente, el ser humano acepta un Dios que condena, un Dios que te odia eternamente, entrarás a un infierno.
¿Acaso no es pobre?
Sócrates, ¿para qué has vivido?
Buda, ¿para qué has vivido?
Ramakrishna, ¡tú lo sabías!
Pitágoras, ¡alcanzaremos la unión!
Rudolf Steiner, ¡más adelante me encontraré contigo!
Madame Blavatsky... voy a demostrarte ahora mismo que has visto mal, porque pronto volveremos a la vida embrionaria y llegaré a conocer también los grados de vida de ella.
¡Es entonces cuando te demostraré que el animal ha nacido del ser humano!
Ya lo he visto, lo sé, pero ahora mi maestro va a ahondar más.
Llega a su vida desde el espacio:
“¿Van bien las cosas, maestro André-Dectar?”.
“Sí, mi maestro, ya estoy aquí, puede liberarme para el siguiente viaje”.
“¿Qué tal las fuerzas para el organismo?”.
“Lo está viendo, mi maestro, pero lo alimentaré por medio de concienciación espiritual.
Seguiré dominando, mi maestro”.
“Prepárese entonces, pronto volveremos a ser uno solo”.
“Le doy las gracias, maestro Alcar”.
Ahora Jeus y Jozef no tienen nada que contar, pero se ocupará de esa personalidad más adelante.
Tanto Jeus como Jozef llevarán conversaciones, tendrán que aceptar las leyes para ellos mismos, él como André-Dectar... alimenta estos rasgos de carácter, estas personalidades, y recibirán concienciación.
Empieza a sentir y ver que cada uno de los rasgos recibe conciencia espacial, si los grados espirituales para el pensamiento y el sentimiento en la tierra no olvidan nada.
Sí que es interesante, entiende André.
Ese Jeus.. que yo era antes sigue viviendo en mí.
Jozef es una personalidad completamente distinta.
Como André-Dectar sigue la vida de la sociedad, pero actúa para las leyes mismas, de modo que constata esta división.
Ahora tiene que representarlo Jozef.
Debido a que en esta sociedad no puede ser él mismo, ya que de lo contrario el ser humano no lo comprende, “Jozef” tiene que vivirlo.
Jeus es su juventud; cuando las cosas se ponen muy feas, sintoniza con eso y puede volver a procesar la parte cósmica, pero ahora tiene que seguir siendo André-Dectar si quiere vivir y procesar ‘La cosmología’.
Más adelante —ya lo está sintiendo— vivirá detrás de Jeus y Jozef, y entonces esos dos tendrán que arreglárselas entre ellos, para entonces él ya no vivirá como maestro en la tierra sino en el espacio, y eso se puede comprender.
Es hermoso llegar a conocerse a sí mismo de esta manera, y lo es para cada ser humano.
Si Jeus y Jozef no poseyeran amor, pues, destruirían lo que él había construido.
A Jozef y también a Jeus les gusta la diversión, reír, claro, no pasa nada, pero son capaces de olvidar la seriedad para la vida.
Ellos demolerán lo que él construirá como André.
Ellos pueden cometer errores, ¡él no!
Y eso, pues, es Jeus y es Jozef.
¿Algo más?
Como “Jeus” se portó como un loco, antes, como Jozef era impetuoso y andaba corriendo de aquí para allá, jugaba al fútbol, pero eso ya no llevó a ninguna parte.
Sigue su juventud y sus sentimientos de entonces.
¿Quién lo obligó a ir a La Haya?
Fue su maestro.
Cuando vivió una vivencia oculta, eso fue André, fue para André-Dectar y no para Jozef o Jeus, sino para el instrumento de los maestros, lo que es ahora él.
Empieza a ver que cada uno de los pensamientos, todo lo que el ser humano hace en la sociedad, tiene que poseer conciencia espiritual, porque la personalidad entera tiene que sintonizar con las esferas de luz.
Jozef está casado.
“¡Yo también y yo no...!”, constata, porque todavía no puedo vivir esa alma para mi vida, dar algo para mi vida, esa conciencia aún no ha llegado a ese punto.
Pero ¿ahora qué?
Sócrates, ¡estos van a ser los sistemas filosóficos!
Empiezo a comprenderle, sé lo que ha querido.
Si quiero poder darme, si quiero darme a mí mismo a la vida, entonces Jeus y Jozef tienen que ser aupados a mi conciencia.
Pero entonces ya no se nos comprenderá.
Pues bien, si el hombre y la mujer quieren vivir la felicidad verdadera, tienen que fundirse paulatinamente, y gozar de ser uno en absolutamente todo y para todo, o sea, para cada pensamiento, solo entonces la vida en la tierra se convertirá en un paraíso.
¿Y es eso lo que quiere la gente?
Si de verdad quieres vivir el grado de vida espiritual para el amor, entonces... mi querido Sócrates, la vida tiene que vivir todo pensamiento.
¡Ahora el hombre y la mujer son uno solo en sentimiento y pensamiento!
Son una sola vida, un solo pensamiento, ahora la vida se vuelve imponente.
Y eso todavía no es posible; sí que es posible si posees tu propio grado de vida.
Se han creado siete grados de vida.
Se los ha creado también para el pensamiento humano, también para las artes y ciencias, para absolutamente toda la vida de Dios.
Ahora se casan hombres y mujeres con el cuarto y el primer grado para la concienciación humana.
O sea, es sumar cuatro y tres.
Uno y cinco.
Seis y tres, ¡y entonces esas vidas no se comprenden entre ellas!
Exacto, mi maestro, por eso las personas se alejan unas de otras, así surgieron divisiones.
Esas vidas no se comprenden, no pueden vivir la felicidad, porque representan otros grados de vida.
Qué cierto es esto, mi maestro.
Son los siete grados de vida, según está viendo, para el matrimonio, que es lo más imponente para el ser humano en la tierra.
Y de esto, pues, se trata todo.
Cuánta importancia tiene el matrimonio.
¿A qué se debe, continúa, que haya tantos que se malogran?
¡El ser humano no se conoce a sí mismo!
¡El ser humano no posee suficiente amor para estar al servicio de la demás vida!
¡El ser humano tiene que llegar a conocerse primero si quiere casarse!
¡El ser humano como hombre y mujer primero ha de conocer las leyes!
¡El ser humano como hombre y mujer tiene que saber primero para qué vive!
¡No aprendes nada por medio de la fe!
Eso está claro.
Rezando no se puede alcanzar un grado de vida más elevado, para eso tienes que entregarlo todo de di mismo.
¿Por qué busca la gente esta imponente felicidad?
¿Qué es la felicidad?
¿Qué es?
¡Todo eso es lo que ahora quiero llegar a saber y conocer!
¡El matrimonio lo es todo!
El hombre y la mujer lo son todo, lo tienen absolutamente todo, pueden vivirlo absolutamente todo, cuando pertenecen a un solo grado de vida para el pensamiento y servir, para el amor, para sus hijos, porque ves cada uno de estos problemas imponentes en la sociedad.
Si participas en violencia ahora, jamás podrás vivir el amor espiritual.
El arte te conduce a la felicidad, pero cuando ese arte se mantiene terrenal, también la felicidad seguirá siendo material, y ¡puedes comprarla por un poco de dinero!
Pero ¡las cosas no son así!
Solo cuando el hombre y la mujer se conocen a sí mismos —son estas leyes, es la cosmología de ellos— pueden continuar para tratar seriamente el carácter y si son de un mismo grado de vida para la concienciación humana, harán la transición el uno en el otro.
¡Ahora se comprende una acción!
¡Ahora se perciben unos a otros!
¡Ahora tienen comprensión mutua!
Ahora son uno solo para la paternidad y la maternidad, lo que hace la madre ahora es del hombre, y al revés.
Y es lo que la gente busca.
El ser humano busca esta felicidad en el mundo, está allí y no lo está.
Habrá un día en que el ser humano quiera vivir esto, busca ese amor y solamente puede encontrarlo y vivirlo por medio de su propia sintonización espiritual.
¿Quién tiene ahora conciencia espiritual?
En el futuro, el psicólogo se encargará de esta unión.
Seguirá y analizará entonces la personalidad, para decir:
“¡Como hombre y mujer son (sois) uno solo!
Son (Sois) del quinto grado de vida y se comprenderán (os comprenderéis) para miles de cuestiones vitales, viven (vivís) en un mismo mundo”.
El séptimo grado de vida, pues, posee la felicidad más elevada.
Si tienes esa concienciación, la madre también lo es, y podrás vivir la felicidad espiritual.
Ahora ya no hace falta un teléfono para hablarse a distancia, se hace interiormente, eres uno solo por medio de la telepatía espiritual.
Santo cielo, ¡qué imponente ha de ser!
Qué hermoso es esto, constata para sí mismo, pero ¿quién puede vivirlo?
Solo ahora el hombre y la mujer son felices, y todo lo demás todavía no es felicidad.
Dios lo ha creado para absolutamente toda Su vida, y vive ahora sus leyes.
Cuando eres uno con tu mujer, como ahora con ese médico y ese estudiante, es amor, pero además tu espacio, tu beso, tu cordialidad.
Tu cargar sobrenatural.
¡Tu amor sobrenatural!
¿Tu confianza sobrenatural?
Para nada, esto es, pues, saber, esto es tu propia vida, madre, padre, hombre, mujer, hermana y hermano, cuyas leyes conoce el otro lado.
Cuando hayas entrado a la primera esfera y la hayas vencido vivirás en esa sintonización y tendrás esta felicidad, entonces tu “beso” no sabrá a condena.
Entiende que ahora la fe se vuelve el terrible escollo para el hombre y la mujer.
Es cierto, iglesia: si tienes a ambos en tus manos, o sea, un hombre y una mujer de una misma fe, si ambos se confiesan y se postran para rezar, esa gente ya está viviendo una felicidad imponente, porque están en un mismo fundamento que han puesto para su amor y felicidad.
Si en cambio ambos, como hombre y mujer, son protestantes, van a la iglesia tomados del brazo, recibirás el beso dogmático de tu mujer y de tu amor, pero tampoco nada más, nada, porque no posees ese espacio.
¡Y ahora yo!
¡Hay que verme ahora!
¡Hay que percibirme ahora!
¡Ahora has de recibirme como tu hombre!
¡Ahora atravesarás conmigo, con alas, los espacios de Dios!
¡Ahora se te está cargando espacialmente, madre!
Amor, vida, luz, de mi propio corazón, de mí mismo, y ¡es algo muy distinto de lo que pueda darte la iglesia!
¿No es cierto?
Santo cielo, ¡qué verdadero es todo esto!
Esto mismo, entiende André, será el futuro para toda la vida en la tierra.
No hay que intentar encontrar a tu extranjero, sino tu propio grado de vida.
Ahora la riqueza no sirve de nada.
¡La riqueza no puede darte esta felicidad!
La riqueza, o sea, las posesiones materiales, el dinero y los bienes, la ropa bonita, un coche, una casa imponente, todas esas posesiones no pueden darte ese amor, de todos modos tarde o temprano te estrellarás.
Se ha demostrado en esta sociedad: gente con muchísimo dinero no tenía felicidad.
Eran personas de distintos grados de vida.
Ese hombre y esa mujer, chico o chica no habían pensado en su grado de vida.
Sí en las posesiones, pensaban que estas ya les darían su riqueza, pero no es cierto: el ser humano como la personalidad es la felicidad.
¡Lo que importa es el grado de conciencia!
¡Se trata de la sintonización igual!
¡El grado de vida infalible les dice quiénes son!
El amor está hablando y ese amor, ese sentimiento, esos pensamientos y sentimientos no se comprenden ahora ni se perciben, ¿y luego?
Te encuentras ante ti mismo y no ante tu amor.
Así que lo que importa es uno mismo... constata André, si quieres vivir amor, si quieres recibir amor, porque si uno se convierte en amor lo tiene, ¡lo es!
Señor Nuestro, ¡todo esto es verdad!
Es cierto, mi maestro.
Puedo hacer comparaciones aquí.
Es cierto, la mujer tiene que hacer sus quehaceres domésticos.
La madre tiene que cuidar a sus hijos y no puede entregarse para un estudio.
Pero ¿qué es el estudio?
Porque es lo que se dice en esta sociedad.
La madre, se dice, es la esclava para el hombre.
¿Es cierto?
¿Puede ser?
¡Tengo que reflexionar sobre esto!
¿Qué eres cuando eres catedrático?
¿Qué eres cuando eres bueno para correr y practicas deporte?
¿Qué eres cuando eres un erudito y no tienes amor?
¿Qué eres como hombre cuando eres ministro?
¿Qué eres como hombre cuando has alcanzado lo más elevado para la sociedad?
¿Qué eres como hombre cuando te has vuelto famoso en el mundo entero?
¿Puede la madre alcanzar eso?
¿Es la madre la mula para su marido y los hijos?
¿Quién de los dos puede desarrollarse mejor?
¿El hombre que estudia y se convierte en el jefe de la sociedad?
¿Es más que la madre, que la mujer?
¡Los dos sirven!
Si ambos carecen de amor, ya no es servir.
No obstante, la mujer sirve para el espacio, la madre no se queda atrás, no puede quedarse atrás, si sirve verdaderamente, si ama; por más que el hombre quiere y hace lo que quiera, es ella quien está delante de la vida de verdad, ella es incluso más que lo que posee él, porque es ella quien tiene que representar la vida.
¡Eso sí que es verdad!
Si la madre pone su amor en todo, por medio de todo lo que hace, es igual de imponente que el erudito que está delante del aula e imparte clases, según siente André.
La madre hace lo mismo, aunque quite el polvo de sus humildes muebles, aunque le cambie el pañal a su hijo, ¡es su acto!
Ella representa una misma ley, un erudito no es más que un deshollinador, no más que un barrendero, porque de todas formas toda su sabiduría se queda en la tierra, ¡en el otro lado no la necesitan!
Y eso lo dice... Jeus... Jozef... que los sentimientos lo son absolutamente todo.
Que los actos hablan al igual que los sentimientos y que ¡son y se convertirán en el amor!
Y eso es lo que es eterno para el hombre y la mujer.
¡Vaya verdad!
¿Cierto o no, espacio?
Wayti, ¿tengo razón?
“Sí, querido mío, mi André, ¡de eso se trata...!”, llega a su vida desde Wayti, y la madre agua le dice levantando la voz:
“Vas avanzando bien, André, un buen progreso, hijo mío.
Justamente así es, si no estuviéramos en armonía con las leyes vitales, ¿qué habría de nosotros?
Tienes que mirar bien, André.
Todo lo que hace el ser humano, pues, a fin de cuentas termina siendo amor.
Hagas lo que hagas, tu acto tiene que convertirse en amor.
Y si entiendes eso, pues, si quieres comprenderlo como madre, si la mujer como madre acompaña a su marido —aún no tiene que asimilar ese arte, pero tiene que estar abierta a él—, entonces estas almas se funden y solo entonces se manifestará el amor.
¿Acaso lo ves de otra manera, querido?”.
“Para nada, madre, tienes razón, ¡de esto se trata!”.
¿Qué es comprender?
¿Qué es ser uno?
¿Qué es lo que hace feliz al ser humano aunque no posea riqueza alguna?
Es precisamente este ser uno.
¡Es este sentimiento y pensamiento!
¡Este sentimiento da amor al hombre y a la mujer!
‘Claro que sí, estoy conectado con la vida’, entiende, y esa es la vida que me da este pensamiento y sentimiento, pero ahora, además, el amor.
Y eso se puede vivir como hombre y mujer, es la felicidad del espacio.
Este es el beso universal, ¿no, mi Wayti?
“Sí, André, lo es el beso”.
“Entonces voy avanzando bien, voy a asimilarlo.
No obstante no lo alcanzaré aquí, Wayti”.
“Lo sé, pero lo poseerás para allá”.
“El cuarto grado cósmico, quieres decir”.
“Exactamente, André, ahora es tu tarea decírselo y dárselo a la gente, para que haya paz y tranquilidad para el hombre y la mujer.
Si ellos lo saben, ¡ya seguirá por sí sola la gran mayoría!”.
“También eso es verdad, Wayti.
Te doy las gracias”.
“No hay nada que agradecer, André, me haces tan feliz.
No me dejes sola nunca más.
No te vayas nunca más de mi vida, André, solo ahora soy feliz”.
“Si no vas tú mismo, querido, no haré que te vayas”.
“Y lo sé, no me apartaré jamás de tu camino”.
“Santo cielo, Wayti, aquí tienes ahora este beso”.
“Gracias, André”.
Su mente domina ahora todos los sistemas.
Claro que sí, André-Dectar, de eso es que se trata.
Pero eso ¿la gente aún no quiere poseerlo?
No hacen nada para lograrlo.
Lo exigen todo para ellos mismos y quieren ser amados, pero ¿qué dan a cambio?
Si el ser humano, mi hermano André, no quiere llegar a conocer las leyes divinas, la personalidad tampoco avanzará.
Ahora puede jugar a ser esclavo día tras día, es tu propia culpa, pues, no quieres salir de tu propio grado de vida.
No haces nada para lograrlo.
No obstante, André, se manifiesta ahora que no se trata del arte sino de tu paternidad y maternidad.
El ser humano sintoniza con el arte, pero olvida la paternidad y maternidad para cada acto, cada acción puede y debe vivir y también recibir paternidad y maternidad o jamás te liberarás de tu propio grado de vida.
¿Qué haces, hombre y mujer?
¿Qué quieres, hombre y mujer?
¿Juegas a ser el esclavo para tu casa o lo eres para ti mismo o para ti misma?
¡Ahora sí: aquí viene!
Has de intentar ahora comprender qué hace falta urgentemente.
Pues bien: en todo lo que hagas, no debes olvidar tu sintonización con Dios.
Lo que aprendes, pues, viviendo las leyes de Dios, lo transformas en armonía y vivirás ahora a qué sabe el beso, cómo es tu amor.
¿Cómo vivimos en las esferas de luz, André?
Conoces nuestra vida y las leyes.
Hemos alcanzado este preciso estadio, y con brutalidades no llegaremos.
Qué hermosa es la vida, siente André, aunque no tengas de comer, solo ahora sé cómo seré cuando tenga a mi amor delante.
¡Se trata del acto humano!
¡Se trata de la acción humana!
El ser uno humano llegará a serlo, si estás abierto para la paternidad y la maternidad, y si quieres vivirla primero, antes de dedicarte al arte.
Una mujer que practica deporte no puede vivir jamás el amor más elevado.
Una mujer que sea docta y olvide su maternidad no puede volverse jamás amorosa para el espacio, porque esa alma no está abierta a la vida verdadera.
¡No quiero una mujer que practique deporte!
¡No quiero tener una mujer erudita!
No quiero tener a una médico, si no es madre.
Pero, pero, entiende ahora, si ella se mantiene hermosa y joven, si por medio de su arte y también erudición es también madre, si lleva sus actos al grado de vida espiritual, si sintoniza con él, entonces la erudición, el deporte, el arte, el canto y todo lo que la mujer pueda vivir ¡se convertirá en amor universal!
Sí, y es lo que busca la gente, es lo que buscan el hombre y la mujer.
Pero ¿qué es la madre, qué es la mujer para el hombre?
Ese cuerpo no es, pues, lo que importa, si la vida interna no habla para el grado espiritual, y tiene que asimilar como ser humano el “alma” —Sócrates, ¿no es cierto...?—, entonces el ser más hermoso es un engendro, una bruja, es fría, como del polo norte, con fuertes bufidos, pobre, lastimosa, de mente estrecha; ­¡la injusticia lo castiga todo!
Eso cada ser humano quiere poseerlo, y ahora la riqueza no significa nada, ¡las almas como hombre y mujer no están listas para ello!
Y justamente esto es lo que toda la sociedad ha de aprender y asimilar.
Cuántas cosas aprendo durante esta horrorosa guerra.
Pues bien, ¡quien refunfuñe, quien tenga hambre de verdad es pobre!
Quien como ser humano, como hombre y mujer no tenga posesiones espirituales caerá tarde o temprano, y con esa gente no se puede vivir.
Ninguno de los actos que la personalidad transforma, pues, por medio de violencia cruda, puede recibir sentimientos ni experiencias espirituales, esos pensamientos y sentimientos pertenecen a...
¡lo preanimal!
¡Lo animal!
¡Lo basto material!
Y los grados de vida espirituales materiales, solo detrás de ellos vive el “espiritual” y ¡ese grado hay que vivirlo según los grados armoniosos de Dios como “leyes”!
Claro, Wayti, soy creyente, empiezo a comprender a Sócrates y también a Buda, él también quiso esto, pero los teósofos no llegarán nunca, porque representan perifollos, porque aún no conocen la creación.
¿Cuándo vives el beso espacial como hombre y mujer?
¿El espiritual?
Al seguir como ser humano las leyes de Dios, al espiritualizarlas y también materializarlas.
¡Y así entras a las esferas de luz!
¡Eso, pues, es un cielo!
¡Puedes vivir un cielo en la tierra!
¡Un cielo como un espacio es un solo pensamiento!
Un cielo como el universo es un beso espacial.
Eso, pues, es amor.
¡Como hombre y mujer se puede vivir un cielo por medio del arte!
Un cielo en la tierra cuando eres uno solo para el alma, la vida, la paternidad y —antes que nada— ¡la maternidad!
Párroco, ¿por qué niegas todo esto?
Capelán, ¿por qué no creas?
Obispo, ¿por qué no eres padre?
Cardenal, ¿por qué no haces caso de la creación divina?
Papa, ¿por qué no empezaste una familia?
¿Cómo quieren (queréis) alcanzar la armonía espacial?
Monja, ¿por qué no te conviertes en madre?
Monja, ¿por qué niegas la maternidad?
¡Ahora jamás llegarás!
Ustedes hacen (Vosotros hacéis) algo que para Dios y Sus creaciones es lo más horroroso que pueda hacer un ser humano: negar lo más sagrado que Dios ha dado a los seres humanos.
¿Son (Sois) ahora santos?
¿Castos?
Por medio de la paternidad y la maternidad no puedes vivir una castidad más inmaculada.
Si quieres andar al margen de la creación, ¡a tu vida como ser humano y personalidad le faltará veracidad!
“¿No es cierto, Wayti?”.
“Sí, André, tienes razón, ¡justamente así es!
¡Quien no haga caso de la paternidad y la maternidad no llegará jamás!”.
¡Ahora el acto humano para crear y dar a luz es sagrado!
¡Esa es ahora la “ley divina”!
“Iglesia, ¡cuántas cosas te quedan por aprender!
Iglesia, ¡qué equivocada estás!
Iglesia, ¡de esta manera vuelves disarmónica la vida de Dios!
Iglesia, esto no es más que esto, pero ¡falta ahora todo lo demás, para lo que yo llegaré a conocer las leyes!
¡Más adelante tendrás que darme la razón de todos modos!
¡No quiero tener una mujer así de casta!
¡No quiero poseer un santo de estos, que para nada es santo!
¡No quiero tener semejante trasto muerto, esas vidas, son falsas, pues!
No quiero tener una “monja”, ¡no saben besar!
Quiero tener una madre, una madre de verdad, aunque día tras día se ande arrastrando por el suelo, pero es madre, besa, sirve, me da todo y para eso vivimos juntos.
Iglesia, ¡eso tú no lo tienes!
Muy bien, pastor protestante, tú por lo menos sigues siendo creador, o ¡también para ti las cosas pintarían mal!
Todas esas mujeres, pues, que son quisquillosas, todas esas mujeres de la tierra que no están abiertas a la maternidad, no poseen un solo grado de vida verdadero para la creación divina, y como hombre y creador con ellas tampoco podrás vivir nunca felicidad ni amor, jamás de los jamases, porque esa gente se ha colocado al margen de la creación divina.
Ya no son vidas normales, ya no son leyes vitales normales, ¡esa gente se ha puesto a sí misma al margen de las leyes de dilatación divinas y armoniosas y ya no tiene felicidad!
Ya no perciben felicidad ni amor, porque no poseen el sentimiento.
¡Lárgate, trasto muerto!
Lárgate de mi vida, mujer rica, no tienes sentimiento y con todo lo que posees me volveré pobre como una rata.
No quiero ser rey ni príncipe terrenal si tengo que mentir y engañar, si tengo que representar la falta de justicia; esa felicidad no es más que apariencia y es momentánea, es pobreza, porque estaré anclado a esa sociedad inconsciente y tendré que representarla, debido a que las leyes humanas me fuerzan ahora a actuar de esta manera.
Ahora bien, si voy a vivir el grado espiritual, soy un loco, porque ¿a quién se le ocurre andar por allí como un mendigo si es un príncipe, un rey?
¿Por qué no hace eso el papa, si quiere ser espiritual y santo?
¿Puede un santo aprobar que sus seguidores perezcan de hambre y miseria, viéndose él mismo vestido de brocado y oro?
¿Una camita de esas de pluma de ganso?
¿Quién se deja cargar si ve que millones de sus hijos no poseen zuecos ni zapatos ni nada?
Es falso, no es verdadero y por eso todo son falsedades, iglesia, erudito, chica deportiva, artista, de eso no se trata; se trata del sentimiento espiritual, si quieres actuar conforme a él.
¡Pues entonces maldigan a Adolf Hitler (véase el artículo ‘Hitler’ en rulof.es)!
“Jeus y Jozef” se han disuelto ahora y ya no los conoce.
Pero también ellos llegarán a conocer estas leyes y las asimilarán.
Antes de irse de la tierra, o sea, de entrar aquí al ataúd, también elevará a Jeus y Jozef dentro de sí, y ha de hacerlo todo ser humano; en las esferas de luz ya no hay cuestión de la división de personalidad.
Solo entonces la conciencia del “Universo” hablará al ser humano como una criatura de Dios, pero además como un grado de vida divino.
Ahora quiere hablar el universo, y dice que cada uno de los grados de vida es un espacio.
Ahora André empieza a entender que por medio del estudio vivido en el Antiguo Egipto sabe pensar y percibir, y ¡es “Dectar”!
Sí, médico, hace un rato de verdad que fuimos uno solo.
Pero no lo crees.
No obstante, llegarás a estar en mi camino, y toda la vida de la madre tierra ha de seguirme.
¿No es cierto, madre tierra?
“Sí, André-Dectar, toda mi vida tiene que atravesar las leyes hasta la sintonización espiritual”.
Exacto, tú también has tenido que vivirlas y has tenido que crear y dar a luz.
Cómo se han equivocado esos católicos, madre.
Yo era católico, pero como niño aprendí a pensar, y ahora lo veo.
He seguido el bien, he aprendido: absolutamente todo lo de la tierra es imponente, ¡todavía no hay nada de la sociedad humana que valga!
André entiende ahora que se acerca el momento en que su maestro vendrá a verlo.
He terminado de escribir, ¡en dieciséis días hemos escrito la segunda parte de ‘La cosmología’!
Y ahora ¡a seguir!
Es de noche.
Están sentados en la cocina, un pedacito de cordón de zapato arde como luz, una gota de agua como llama para la vida cotidiana, pero dentro de él arde un fuego de belleza sin precedentes, por lo que está asegurada su vida.
Quien lo sigue llegará a vivir felicidad, amor y luz, porque ¡André-Dectar reconduce la vida de la madre tierra a Dios!
Jozef es quien contesta las preguntas, se está preparando para este desdoblamiento corporal.
Los rasgos humanos que son como “paja” tienen que ceder su lugar ahora al verdadero producto vivo y es un pequeño rasgo del carácter de Jeus.
Jozef ya está esforzándose, según ve, ¡sabe inclinarse!
Ya sabe hablar bien y ya habla sobre un Dios de amor, ahora solo falta ‘La cosmología’ para todos las leyes vitales.
¡Qué hermosa es la vida!
Claro, gente de la tierra, ustedes también pueden desdoblarse, pero ¡no quieren!
La estufa está apagada, de todos modos el libro alemán que ahora se ha quemado no tenía nada espiritual que contar, el autor de esta obra le dará las gracias por ya no estar en el mundo, porque contenía cosas extrañas y raras.
¿También estás feliz?
¿Ahora que has engañado al ser humano con tus garabatos?
Conozco bien tu vida, amigo mío.
¡Ahora los quemaremos!
Se acuesta, ya se le están enfriando los pies, ha comenzado el desdoblamiento.
Su alma se libera de los sistemas materiales, y un poco más tarde tenemos a André-Dectar delante de nosotros: su maestro y yo.
Ha regresado el propósito, ¡de vuelta a la luna!
¡Allí es donde hemos de seguir y analizar las leyes para el organismo embrionario y humano!
¡Las “Grandes Alas” cargan la vida y conciencia de André!
“¡Adiós, madre tierra!
Adiós, agua, y adiós, mis queridos árboles y flores.
¡Es por ustedes (vosotros) que voy!
¡Pero también por el hombre y la mujer de la madre tierra!
¡Para absolutamente toda la vida de Dios!
¡También para la iglesia!
No estoy enojado contigo, ¿verdad, madrecita?
¡Hasta más tarde!”.
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