Los siete grados de vida corporales para el ser humano

Ahora que nos sentimos listos, habiendo reflexionado acerca de todo esto, el maestro Alcar vuelve a recibir el contacto cósmico, y podemos seguir nuevamente.
“Descienda ahora”, dice el maestro Alcar, “hasta los siete grados de vida corporales para este estadio embrionario, para que vivamos lo definitivo para la luna como madre.

Lo que ahora da un paso al frente es que han surgido siete grados corporales consecutivos para el ser humano como vida embrionaria.
Y vamos a seguirlos ahora.
Pero ya lo ve: este animalito sigue siendo inconsciente ahora, aunque más adelante será orgánicamente consciente, y vencerá de esta manera el planeta como espacio.
Conforme fueron pasando los siglos, esta vida siguió un camino propio y accedió a esta evolución para la existencia propia.
Este organismo celular se dilata, el alma como ser humano se amplía, despierta, por lo que esta materialización para la vida orgánica adquiere conciencia.
¡También el universo continúa!
Hay ampliación, es el ‘renacer’ el que da este despertar corporal a esta joven vida, y vemos que estos siete grados de vida se dilatan y ya ahora han alcanzado el grado de vida animal.
Miren, pues, el universo, para que puedan hacer comparaciones.
Hemos de aceptar ahora que también el universo se ha densificado, por lo que la luna como madre pudo comenzar con sus densificaciones.
La paternidad del espacio crea, por lo que la maternidad da a luz, y vivimos este imponente proceso de evolución.
Ustedes pueden inclinar la cabeza cuando perciban esta unión sagrada.
¡El sol y la luna son completamente uno!
El sol posee como la fuerza creadora lo que vivimos para la luna como madre, así que la luna no ha avanzado más que lo que el sol posee en cuanto a conciencia.
No hay ser humano que haya visto este desarrollo, ninguno; únicamente la ‘Omnimadre’, o sea, como Dios... vive de verdad en este espacio y se materializará.
Está claro que más adelante esto adquirirá relevancia para la tierra, esta certeza se ampliará y materializará, pero así surgió la ‘evolución’ humana.
Y esa fuerza, hermanos míos, que por tanto llega directamente desde el universo hasta la vida lunar, irradia ahora la maternidad y se ha sintonizado de manera infalible con la maternidad, es armoniosa y calculadora de cara a este embrión humano.
Si el sol estuviera más desarrollado, o sea, si hubiera avanzado más que la luna como madre, entonces habrían nacido aquí leyes disarmónicas, pero todavía no hemos podido vivirlas.
Si esto fuera verdad, entonces esta joven vida habría tenido que aceptar ya aquí la primera muerte material, pero la ‘Omnifuente’ abarcó todo esto con la mirada, ¡esa ‘Providencia’ daría a luz y crearía con certeza infalible!
He alcanzado ahora la unión con el sol para este estadio y soy capaz de vivir estas fuerzas paternas.
Así que está claro que cuando la vida embrionaria pueda vivir más vidas, que además el sol como ‘Padre’ de este espacio se densificará más y más.
Lo que seguimos viendo ahora es una luz tenue, una luz envuelta en una emanación, pero que a pesar de ello es animación divina.
La ‘Omnimadre’ impulsa y da al sol la energía propia, que vivirá ahora el nacimiento por medio de las leyes de densificación elemental.
Así que es lógico que al sol se le hayan dado a representar las leyes de justicia paternas y que sea él por el que la luna como madre goza y acoge esa unión universal.
Todo esto nos dice que además el alma como embrión posee la fuerza y también la resistencia para procesar estos sentimientos radiantes del sol.
Así que el embrión humano no ha avanzado más que lo que el sol poseen en cuanto a conciencia, y se puede constatar, ver y vivir por medio de la densificación del órgano material embrionario.
La luna sigue representando su vida por debajo de la paternidad, y significa que blinda su joven vida contra el enfriamiento, que ahora no es posible.
Así que vivimos el primer contacto para esta paternidad y maternidad cósmicas.
También es el primer amor de todos entre el sol y la luna.
La luna como madre recibe su beso cósmico del sol como padre.
¡Y ahora ella puede dar a luz!
Es la primera caricia para este amor universal, el contacto y vivencia de unos y otros, el acogimiento de la personalidad del otro, un silencio y sacralidad que ha sentido únicamente la ‘Omnimadre’ cuando vivió este momento divino.
Pero este instante, hermanos míos, también es la primera vivencia para nosotros como existencia embrionaria, es para nosotros el primer momento paradisíaco con sintonización cósmica.
Lo cierto es que el sol y la luna han vivido en esto su primer amor, dando a luz y creando, llevándose a sí mismos a esa división y transmitiendo esa felicidad a su vida creada.
¿Se puede decir con más claridad, Madame Blavatsky, teósofo, rosacruces y mucha otra gente de la tierra que quiere llegar a conocer estas creaciones?
La luna como madre dijo a su amor: ¿me oyes y me percibes?
¡He comenzado con el ‘alumbramiento’!
¡Nuestra vida va a comenzar, querido!
Como seres humanos vivimos ahora esa cordialidad.
¿Y acaso es distinto en la tierra, cuando el médico libera a la nueva vida?
¿Podría conservar esa vida si abriera las puertas de esa habitación de par en par y el frío se acaparara de la vida?
Tiene que proteger esa vida del enfriamiento o la mata, pero también lo vivimos para el sol y la luna, ¡aquí no hay enfriamiento alguno!
Pero ¿qué habría pasado si en este momento hubiera habido un viento potente que podría haber enfriado esta vida?
Entonces la luna habría vivido disarmonía y tendría que haber aceptado, y eso aún no hemos podido vivirlo, pero por medio de ese enfriamiento se había matado también aquí a la vida joven.
Pero esas eras ¡solo las viviremos millones de siglos más tarde!
Otros planetas vivirán esas eras, y entonces esas tormentas y esos enfriamientos serán necesarios, ¿verdad?, la ‘tierra’ hará la noche, protegerá su vida contra la combustión, para que lleguemos a conocer también esas leyes armoniosas cósmicas.
La luna, dije, se mantuvo con su cuerpo debajo del sol, y conforme si iba materializando se alejaba de la paternidad, recorrió su órbita como madre para la paternidad, y para nada más.
Son estas leyes con las que vivimos esa unión de cara a los siete grados de densificación para el embrión como organismo.
No hay trastornos ni llegará a haberlos, este proceso evolutivo divino tiene que densificarse y continúa infaliblemente.
Pero este es el amor macrocósmico para el sol y la luna, y también esa ley la recibiremos y viviremos, y la recibirá el ser humano, como una imagen divina para la tierra.

Es indudable que el ser humano representará este conjunto cósmico y armonioso por medio de la paternidad y la maternidad, y la madre podrá decir:
“Querido, hemos comenzado con nuestro alumbramiento”.
Querido, creamos dos hijos para nosotros mismos, para que después de esta vida podamos entrar en el renacer, y espiritualizar y materializar más nuestro ser uno para el alma y el espíritu y nuestra personalidad, siempre a más altura, con más perfección, más amorosamente.
Sí, eso es lo que vivimos en la tierra, como seres humanos, pero ¡para el sol y la luna ha sido exactamente la misma vivencia!
El hombre creará y la madre dará a luz, porque así vencen este espacio macrocósmico, y ¡eso la ‘Omnimadre’ lo puso en manos del ‘ser humano’!
Pero le pregunto ahora, maestro Zelanus: ¿en qué aspecto, por medio de qué fenómenos volvemos a ver este universo como calor y amor en la existencia humana para la tierra?”.
“Sé lo que usted ve y siente, mi maestro, y le contestaré.
Me ubica ante el carácter dilatante del alma como ser humano.
El hombre y la mujer en la tierra han de aceptar lo que va a ocurrir en el universo, y así representan, como usted ya constató, Dios como Padre y como Madre, y por tanto están en contacto con este conjunto cósmico.
Así que el alma como ser humano representa las leyes de vida alumbradoras y creadoras para su propia vida, pero llegó a tenerlas en sus manos por medio del sol y la luna”.
“En efecto, el hombre y la mujer recibieron la paternidad y la maternidad por medio del sol y la luna, pues, criatura de la madre tierra.
Ahora saben para qué se han creado el sol y la luna.
Pero eso el erudito todavía no lo conoce, y se lo aclara ahora la
‘Universidad de Cristo’.
¡El ser humano mira el universo y no lo conoce!
El erudito da nombres hermosos a una constelación, dice que la luna se llama ‘luna’... pero para el universo, eso significa que la luna como madre representa el ‘primer grado de vida cósmico’, y que es algo muy distinto de lo que dicen y conocen de ellos los eruditos.
¿Lo escucha, criatura de la madre tierra, ser humano del siglo XX?
La luna representa:
‘El primer grado de vida cósmico’... ¡y es la ‘Omnimadre’ para este universo!
Y eso ha de aceptarlo ahora, criatura erudita de la madre tierra, y ¡podrá inclinar la cabeza inconsciente ante ello!
Pregunto a la criatura de la tierra: ¿qué ha percibido Sócrates cuando empezó con estos pensamientos y sentimientos?
¿Qué significa si uno vive el amor?
Este amor ha densificado todo este universo.
Y se lo demostraremos, porque cada ley vital nos envía en esa dirección.
Así que constatamos, hermanos míos, que el alma como ser humano ha de materializar todas esas leyes universales para la paternidad y la maternidad y los siete grados de densificación.
El ser humano ampliará sus leyes vitales por medio de la paternidad y la maternidad del espacio, por medio del sol y la luna.
De esta manera, el alma como ser humano puede densificar sus fuerzas vitales, para las que ha de entregarse por completo y accederá a este poder y entidad universales.
Dará forma a su propio carácter, dando a luz y creando, porque así la ‘Omnimadre’ se manifestó a sí misma, ¡porque el sol y la luna se entregan para eso!
Cuando el alma como ser humano está en armonía, pues, con su universo, puede vivir el amor universal, si no, accederá a las leyes disarmónicas que ella misma ha creado, de las que acabamos de hablar y para las que se han puesto los fundamentos para la ‘Universidad de Cristo’.
Por medio de la paternidad y la maternidad universales podemos analizarles a ustedes todos los sistemas filosóficos para la tierra.
Porque son los fundamentos divinos para nuestra existencia como seres humanos.
¿Qué significa eso, mi hermano André?”.
“Aquello que han buscado Sócrates y otros filósofos ha nacido aquí dentro del espacio, y significa la paternidad y la maternidad”.
“Le agradezco esta respuesta, es la verdad divina.
No han visto el estadio inicial, no han podido vivirlo, o ya habrían conocido el universo ahora.
Debido a que desconocen el sol y la luna tampoco pueden avanzar, pero ellos, los eruditos de este siglo, despertarán por medio de la ‘Universidad de Cristo’.
El erudito no salvará jamás sus abismos si no ve el sol como padre, si no ve la luna como madre, porque así él mismo se blinda contra estas revelaciones divinas, y no alcanzará jamás esta unión.
Así que aquí mismo, hermanos míos, vive la respuesta divina para todas estas leyes imponentes.
‘Sócrates, ¿dónde estás ahora?
¿Conoces ahora estas leyes?
¿Se te ha concedido vivir lo ‘absoluto’ a la par de los otros muchos de tus tiempos?
Nos encontraremos contigo, Sócrates, y entonces podrás testificar ante la “Universidad de Cristo”’.
¿Escucha la voz de su hermano, André-Dectar?
Está escuchando la voz de Sócrates.
Ya lo ven, hermanos míos: toda la vida de Dios como ser humano se mantiene con vida y se conserva este contacto universal.
¿A quién le gustaría conocer de aquellos que han estado al servicio de la ‘Universidad de Cristo’?
Es posible porque hemos de llevar a cabo una sola tarea.
¡Vamos a continuar!
El sol le dio a la luna como madre todo lo de la propia conciencia adquirida.
Así que ahora se le infunde animación divina a la luna como madre.
Si queremos analizar, pues, cada uno de los rasgos para el alma como ser humano, tenemos que conocer también esta unión, pero entonces nos vemos ante el sol y la luna como padre y madre para este universo.
Y es que estas son las leyes esenciales para la vida interior de los siete grados de densificación, el organismo humano.
Ahora dará un paso al frente como vida embrionaria humana lo que la ‘Omnimadre’ ha densificado para ella misma.
Y esas leyes vitales, esos rasgos de carácter le han infundido alma a cada chispa, y eso llegaremos a conocerlo.
Aunque más adelante el alma como ser humano viva en una sintonización animal, es divina, porque ¡cada tejido material posee esa unión divina!
Pero más adelante, cada rasgo de carácter tendrá que sintonizarse con el nacimiento divino, y solo entonces el alma como ser humano llegará a vivir su personalidad material o espiritual.
¿No es todo sencillo ahora?
¡Son estas leyes las que reconducen el alma a Dios!
Aclara además, hermanos míos, que como seres humanos algún día poseeremos esta luz divina, y que la irradiaremos.
¡Cómo se comprende esto también en la tierra?
El ser humano será luminoso.
El ser humano es igual que Dios, pero irradiaremos esa energía viva por medio del sol y la luna, y representaremos la paternidad y la maternidad universales, cuyas leyes cósmicas asimilaremos.
¿Cuándo, pues, se le ha infundido alma universal a la criatura de la madre tierra?
¿Puede la iglesia católica infundir alma de manera universal a su criatura, ahora que sabemos que a esta criatura de le condena?
Ya han de comprenderlo: tampoco la iglesia conoce estas leyes, no conoce al sol ni a la luna, y niega esta paternidad y maternidad universal.
Podemos decir a voz en cuello:
“Quien en la tierra, como ser humano, cree disarmonía de cara a la vida orgánica, se dará de bruces con estas leyes del sol y la luna, ¡con esta unión armoniosa divina!”.
Estas son las leyes vitales para la paternidad y la maternidad cósmicas, pero se le dieron a vivir al alma como ser humano.
El alma como ser humano dará así autoridad divina a sus grados de vida.
Lo que se manifestará por medio del sol y la luna posee sintonización divina ¡y es padre y madre!
¿Por medio de qué creó Dios al ser humano?
‘¡Por medio del sol y la luna!’.
Ser humano de la tierra, hablo a tu vida, a tus pensamientos y sentimientos, ¿qué fue, pues, lo que quiso decir la ‘Omnimadre’?
¿Por qué no terminó de una vez con su vida?
Ya lo estás viendo: no era posible.
Pero eso es lo que quiso demostrarlo la Biblia, e hizo que, en cuanto a lo cósmico, tu vida y ella misma fueran de mal en peor, y así siguen (seguís) hasta la fecha, pero la ‘Universidad de Cristo’ los (os) sacará de esa situación, porque es capaz de hacerlo.
Entonces, la ‘Omnimadre’ como Dios pudo decir a la vida de ella:
‘Miren, hijos míos, “Yo” les di todo, todo’.
Y eso es verdad divina.
Ahora hay que volver, hermanos míos, a los estadios embrionarios, y así será posible aceptar todos estos milagros.
Ahora la vida se dilata y adquiere materialización.
Seguiremos ahora miles de estadios de transición antes de alcanzar lo definitivo, el estadio de pez.
El organismo cambia, después de cada vida material es distinto, más fuerte, más grande, así que llega a haber despertar material y también interior.
Estas células se dilatan y llegarán los sentidos, también en eso trabajan el sol y la luna.
Vean ahora cómo ha cambiado esta joven vida por medio de los grados de vida y las leyes de dilatación.
También el alma como ser humano se ha convertido en padre y madre.
Todo eso se lo dieron el sol y la luna a sus hijos microcósmicos.
Porque también crearán y darán a luz para el espacio, y más adelante surgirán así otros planetas y después las estrellas, paternidad y maternidad consciente y también inconsciente.
Pero toda esta vida posee sintonización divina, es una solo en todo, sin importar dónde vaya a encontrarse más adelante, esta unión sigue existiendo y no puede ser destruida, ¡por nada!
Todo esto se realiza en estas aguas.
Y lo ven: también las aguas dan un paso al frente.
En este estadio evoluciona el ser humano, también el animal, la vida de flores y plantas.
¿Habrá un solo ser humano en la tierra, y de la iglesia católica, que pueda y quiera aceptar estos milagros?
Ay, créanlo, la iglesia católica ya sabe mucho de estas leyes —por su pasado—, pero entonces perderá su poder, su gloria, que de todos modos no tienen relevancia para el universo.
Llegamos a tener en nuestras manos, hermanos míos, esta unión cósmica, llegamos a verla y vivirla.
Así que la luna no ha de dar a luz ni ha de crear una conciencia más elevada, eso más adelante lo harán sus criaturas cósmicas, a las que pertenece la madre tierra.
Pero vean ahora con cuánta infalibilidad se han sintonizado los grados de vida entre ellos, y comparen este imponente suceso con la madre como ser humano en la tierra, y tendrán que aceptar nuevamente que estas leyes no han cambiado en nada.
Y me llega desde el ‘Omnigrado’:
‘¡Y encima de esta roca de piedra construiremos la “Universidad de Cristo”...! Y podremos aceptar, y nuestro “yo” adquirido tendrá que inclinarse’.
La célula humana ha de vivir ahora millones de vidas antes de acceder al estadio de pez.
Pero también eso vendrá.
¡Vamos a continuar!
Nos encontramos ahora en el estado diezmilésimo para el alma como existencia embrionaria, hermanos míos, y aún no hemos alcanzado el momento definitivo.
Pero ¿ven lo grandes que son estos organismos ya?
Son, pues, las diferentes leyes de densificación para el organismo humano.
Y cada uno de esos cuerpos posee la sintonización vital adquirida, como individuo y como masa, como el grado de vida al que por tanto pertenece esa vida.
Vivimos aquí siete estadios de densificación como organismos, para la paternidad y la maternidad, por los que el alma como ser humano ha de vencer el planeta madre.
Dios lo ve: ¡todo va a pedir de boca!
¡La disarmonía no existe!
Y esas células insignificantes ya se han convertido en organismos poderosos.
Sí, sí, iglesia de la tierra, ¡hemos nacido dentro de las aguas!
La luna como madre se desarrolla, se dilata como su vida que ha de experimentar, pero mientras tanto envía su energía adquirida al espacio.
Más adelante llegaremos a conocer lo que nacerá a partir de eso, y entonces analizaremos también esas leyes.
Eso significa, no obstante, que surgirán nuevos planetas, a los que más adelante pertenecerá la tierra, y ¡que es entonces una criatura del sol y la luna!
Pero miren ahora todas estas entidades, como formas, como cuerpos, como seres animales, aunque esto se convertirá en el ser humano.
Qué ridícula es ahora la narración de la Biblia.
Aquí no viven un solo Adán y Eva, sino millones de personas de conciencia y densificación distintas, hasta que la luna como madre se haya disuelto del todo, y solo entonces podrá comenzar con su proceso de muerte.
¿Cuánta inconsciencia tenían los autores de la Biblia?
¿Qué será lo que han vivido esas criaturas cuando comenzaron con la escritura de la Biblia?
Y esa palabra resulta que es de Dios, esa palabra todavía la aceptan millones de criaturas de la tierra.
¿No va siendo tiempo ahora de que los maestros traigan ‘La cosmología’ a la tierra?
La luna pudo decir: yo di a luz, viví lo que Dios es en cuanto a amor, pero fui yo quien lo transmití a todos mis hijos.
Y el sol le dio: ‘Lo que es “Él” como Padre, también lo soy “yo”, y llegaste a sentirlo de mí, ¡es mi beso!’.
Pero ahora vamos a continuar un momento millones de años, hermanos míos.
Tomó millones de años según cálculos terrenales para que la luna se hubiera densificado.
En ese momento ella había... ha materializado su aliento vital y pudieron producirse los nacimientos posteriores.
En sus aguas viven varios grados de vida, y son el ser humano y el animal, la flor y la planta.
¡Y darán a luz y crearán, todas esas vidas como chispas de Dios, como han podido hacerlo ellos, estos dos!
Basta con que repasen con la mirada esta vida y si quieren vivirla, vivirán su propio despertar.
Han nacido aquí millones de grados de vida, hermanos míos, y todos esos grados tienen que multiplicarse, darán a luz y crearán.
Ahora llega desde el ‘Omnigrado’ consciente:
‘¿Comprenden ustedes ahora sus vidas?’.
Y nosotros exclamamos:

‘Sí, sí, inclinamos la cabeza ante todo’.
‘Ustedes son los primeros profesores para la “Universidad de Cristo”’.
‘Inclinamos la cabeza’.
‘Pero ¡ustedes son lo que importa!’.
‘Para los que queremos servir a “Cristo” y así lo haremos’.
Nuevamente estamos pensando, mientras meditamos vivimos estas leyes y grados de vida para el alma como ser humano.
Entonces André alcanzará la unión divina con la luna como madre, y lo oímos decir:
‘Madre mía, ahora la estoy percibiendo y viviendo a usted.
Veo sus grados de vida y tiempos de densificación, he podido seguirlo todo y le estoy tan agradecido.
Pero puedo decir: seré uno solo con su vida y hasta su final.
Ya no volveré a perderla.
¡Construiré la “Universidad de Cristo” para su vida en la tierra, para su criatura, para las criaturas de usted y de ella, madre tierra!
¿No es eso lo que usted espera de mi vida?’.
André espera un momento y recibe respuesta de la luna como la ‘Omnimadre’ para este universo:
‘Sí, sí, hija mía, allí usted me representará a “Mí”.
Por supuesto, eso es lo que va a acontecer ahora.
Por fin hemos llegado a ese punto’.
‘Reconduzco al ser humano a Dios’.
‘Exactamente, criatura mía, eso es lo que importa’.
‘Y ¿seguiremos siendo uno, madre?’.
‘Para la eternidad’.
‘Entonces yo tampoco sucumbiré jamás’.
‘Para nada, ahora ya no, André-Dectar, aunque requiera absolutamente toda tu sangre vital’.
‘Lo entrego todo, madre’.
‘Eso lo sé, o no estaría usted aquí’.
‘¿Usted me oye y comprende, madre?’.
‘Por supuesto, porque usted es de mi alma, mi espíritu, mi vida y también mi personalidad’.
‘Es imponente, madre mía’.
‘Y... divinamente consciente.
Pero continúe ahora’.
André puede comprender y abarcar todo esto.
Eso es, piensa, y será su tarea.
Y entonces también el maestro Alcar ha llegado hasta ese punto y oímos cómo dice:
‘Ahora, hermanos míos, accederemos al estadio definitivo para la luna, el estadio de pez para el ser humano.
Miren allí, por medio de todas esas leyes de densificación se ha densificado también la ‘materia’ y va apareciendo desde las aguas.
Han surgido orillas, pero el animal humano quiere continuar y se arrastra fuera de las aguas.
Ahora vemos aquí miles de especies animales, morirán porque han abandonado las aguas.
Así que esto es lo más elevado que ha creado y alumbrado la luna como madre.
¡El ‘estadio de pez humano’!
¿Cómo se siente ahora, mi hermano André, ahora que se le ha concedido vivir estas leyes?’.
‘Para la vida en la tierra me siento todopoderoso, mi maestro’.
‘Y se puede comprender, porque ahora ha llegado a conocerse a usted mismo, pero ante todo su inicio divino, su sintonización universal.
Debido a eso, pues, materializaremos todas estas leyes por medio de su vida, el maestro Zelanus escribirá los primeros libros de todos para la “Biblia divina”... ¡para la “Universidad de Cristo”!
¡Para eso se le ha concedido vivir este ser uno, André-Dectar!
Pero también nosotros, el maestro Zelanus y yo, sentimos que nos hemos hecho todopoderosos, porque ¡este ser uno es el contacto con el consciente “Omnigrado” divino!
Este estadio, pues, es lo más elevado que ha creado la luna.
Cuando el cuerpo espiritual de ella se haya materializado, pues, cuando toda su vida acceda a este estadio, comenzará con su proceso de muerte.
Pero como es la luna ahora y como nosotros la vivimos y vemos, ¡así no la ha conocido ningún ser humano!
Eso se puede vivir únicamente de este lado, y lo han recibido ustedes ahora.
Durante el alumbramiento y la creación para la luna emitió su energía adquirida —según acabo de decir— al espacio, y así surgirán ahora planetas nuevos, que están listos para acoger la vida de ella y entonces el alma como ser humano puede comenzar con su estadio posterior.
¡Esos son los planetas de transición!
En nuestros viajes anteriores, André-Dectar, ya las hemos vivido, y por medio de los libros ‘El origen del universo’ se las hemos dado a la criatura de la madre tierra; es de lo más lógico: ¡también esas obras forman parte de la “Universidad de Cristo”!
Esos cuerpos macrocósmicos están dispersos, pues, en el universo, pero todos ellos tuvieron que vivir esa densificación propia por medio del sol y la luna.
Así que esas son las leyes macrocósmicas, que se han creado para la vida microcósmica.
Por tanto está claro que la luna dio su vida también para eso.
Y solo ahora mismo estamos conociéndola como la ‘Omnimadre’ para este espacio, y es lógico que su vida quiera continuar y que esto no es el final de su vida; al contrario, el alma como ser humano y toda su vida se eleva más y va más allá, y volverá al ‘Omnigrado’ consciente.
Ahora se nos conectará con la luna como la ‘madre’ de este espacio”.
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