Los siete grados de vida orgánicos para el ser humano

Nosotros, estimados lectores, hemos abandonado ahora la era prehistórica y accedemos al estadio actual para ustedes como seres humanos, para el animal y la madre naturaleza.
Todavía están presentes los siete grados de vida para su organismo.
La madre tierra continuó millones de años y terminó este organismo, porque evolucionó la luz del espacio.
Volvemos a ver el primer grado de vida en la selva.
El ser humano y el animal se han desarrollado y han esparcido la vida por la tierra.
En las profundidades de la selva viven los primeros grados como organismos humanos.
Solo tenemos que seguir a esa gente para constatar los grados para la conciencia orgánica.
Son seres humanos y criaturas de Dios, también el reino animal se ha desarrollado.
Nacieron millones de animales, tampoco la madre naturaleza se quedó atrás.
Es el estadio actual al que pertenece André.
Y entonces el maestro Alcar puede decir:

—¿Cómo se ha densificado el organismo humano?
¿Qué espacio hemos recibido como seres humanos?
¿Cómo es nuestra concienciación?
Es nuestra existencia, hermanos míos, y hemos de aceptarla.
Han nacido siete grados de vida consecutivos, para los que hemos vivido en la luna el primer estadio para el “primer grado cósmico”, pero ¡ahora estamos viviendo el “tercero”!
El séptimo representa la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es), la sociedad.
O sea, lo que le tocó vivir al planetas lo viviríamos también nosotros como seres humanos, además del animal y la madre naturaleza.
Esta gente vive en la selva y todavía no puede vivir la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es).
No obstante, el alma como ser humano continúa, por medio de la paternidad y la maternidad vencerá la selva, los primeros grados, y no hay manera de detener este desarrollo.
Nosotros, mi hermano André, hemos seguido estos grados para los libros ‘El origen del universo’, usted conoce ahora estos grados de vida.
Es aquí donde el ser humano tuvo que comenzar la primera vida para la tierra como conciencia terrestre.
Pero seguramente ya lo habrán comprendido: hace miles de siglos todos los grados vivían en la selva, porque el ser humano todavía tenía que empezar con la construcción de la sociedad.
Conforme los grados fueron desarrollándose y evolucionando, los grados de vida consecutivos se liberaron de la selva; el grado de vida más elevado, el séptimo, recibió inventos del ser humano, que ya había completado su ciclo de la tierra.
Por eso llegó a haber despertar interior, la ampliación del espíritu, y podremos seguirla más adelante cuando analicemos el “alma como ser humano” como la personalidad.
Ahora lo vemos: lo que el universo ha densificado, hemos llegado a controlarlo como seres humanos, como el animal y la madre naturaleza.
Dios se ha manifestado por medio de estas siete transiciones, y también eso lo hemos constatado a lo largo de las eras.
Aquí en la tierra comienza ahora la creación humana.
La tierra terminaría estos siete grados de vida humanos.
Los grados de vida preanimales de los demás planetas, anteriores, los ha vencido el ser humano.
Aunque este organismo posea todavía la sintonización animal, el séptimo grado de vida nos conduce al humano, del que vemos en las ciudades el desarrollo y también el despertar.
Este estadio y el de la era prehistórica han cambiado, pero las leyes siguieren siendo las mismas.
Los organismos han vencido ese desarrollo, el ser humano ha depuesto lo prehistórico, también esas especies animales adquirieron otros organismos.
Vemos que todos estos grados de vida evolucionan, adquirimos esta concienciación por medio del universo, por lo que la tierra conduce sus organismos hasta el grado más elevado.
Y significa ampliación de espíritu, el despertar de la vida interior, y eso lo tiene que aceptar la ciencia.
Lo ven: estos seres humanos todavía se sienten con conciencia animal.
Pero no tiene relevancia alguna para el grado de vida propiamente dicho; el siguiente grado, el segundo para el organismo humano le da más ampliación al alma, le da una concienciación más elevada.
Los primeros tres grados de vida viven aquí como tribus.
Cada grado resulta en separación.
Los primeros grados ni siquiera se conocen, así de profundo vive ese grado de vida en la selva, pero más adelante, cuando el erudito continúe sus investigaciones, también estos se manifestarán.
Solamente los últimos años, mi hermano André, el erudito se ha abierto a los muchos tipos de raza (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) en la tierra, quiero decir que se intenta hacer todo para llegar a conocer a estos seres humanos.
Cae por su propio peso que estos tres primeros grados de vida solo gozan de interés ahora, para el estadio actual, para que también la criatura selvática evolucione.
Así que no solo de manera corporal, sino también espiritual.
Hace cien años se sacrificaba y comía al blanco, también ahora todavía, si cae en manos del primer grado de vida, pero la conciencia actual para todos estos estadios selváticos avanza, todos los grados de vida de la madre tierra entran en contacto y se servirán.
Lo que es posible ahora —ya lo conocen, los eruditos intentan apoyar a la criatura selvática— no era posible hace tan solo cien años, porque la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) estaba siendo aniquilada.
Podemos ver por ese desarrollo que la criatura de la selva despierta, pero por medio de los grados de vida más elevados.
Las muchas especies de seres humanos que vemos ahora se encuentran por tanto todas en esta ampliación y despertar.
Los grados viven la paternidad y maternidad y se desarrollan, pero el alma como ser humano encuentra sintonización con el organismo.
Significa, pues, que el alma y la materia también ahora siguen siendo uno solo.
Significa, además, y también esas leyes las hemos tratado para nuestros libros, que la vida de la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) no puede atraer los primeros grados para el renacimiento, pero que cada uno de los grados de vida atrae el alma como la vida interior.
Tampoco en esa unión ha cambiado nada.
El primer grado de vida —lo viviremos más adelante— atrae el alma que pertenece a ese organismo.
¡Son leyes espaciales!
No hay ningún ser humano que pueda cambiar esto en nada.
La raza blanca y la gente de color representan el sexto y séptimo grado de vida.
Y la vida del alma encuentra sintonización espacial con eso, es decir que el alma ha recibido sus leyes de vida corporales por medio del universo y que simplemente no puede vivir ningún grado de vida más elevado si el alma no posee todavía esa sintonización.
En efecto, la tierra continúa y termina su vida.
Y también significa que más adelante cada uno de esos grados de vida se disolverá en el séptimo, para que algún día el alma como ser humano también habrá vencido el estadio selvático.
Y se nota, hermanos míos, porque hace siglos vimos todos esos grados que están presentes aquí.
El cuarto, quinto, sexto y séptimo grados ya se han desprendido del estadio selvático, esos grados llegaron a tener más conciencia.
Fue cuando despertó la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) y el ser humano comenzó a construir su sociedad, como es ahora para el estadio actual.
¿Se puede constatar eso, André?
—Sí, mi maestro.
Lo que veo es que hemos vivido esas leyes para la era prehistórica.
Entonces todavía no había ciudades, nada de todo lo que el ser humano ha creado para sí mismo y que pertenece a mi sociedad.
Veo ahora que el ser humano y el animal han alcanzado ese desarrollo.
Y la madre tierra nos ha acompañado, ella no se ha quedado atrás.
Hemos llegado a ese punto por medio del renacimiento, mi maestro.
—Es verdad, hermanos míos.
Pero lo vemos: también la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) tendrá que alcanzar el grado de vida espiritual para el organismo humano.
Y es posible.
Hemos depuesto millones de años, trabajamos como seres humanos en nuestro organismo, pero por la tierra hemos llegado a controlar esas leyes de vida.
Así que podemos decir: ¡tampoco el ser humano del estadio actual ha alcanzado todavía lo más elevado de todo!
La imagen futura para el ser humano tiene que representar una conciencia más elevada, el ser humano se hará por tanto más hermoso, más perfecto, ¡y eso es posible!
Porque tampoco el universo ha alcanzado ese estadio todavía.
Pero el sol como la animación paterna evoluciona para sí mismo y nos beneficia a nosotros y toda la vida.
Porque ¡esa es la intención de la “Omnifuente”!
Hemos constatado que ya la era prehistórica fue capaz de completar el ciclo de la tierra y también hemos de aceptarlo para la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es).
Así que este desarrollo cósmico tampoco se puede detener, vivimos esos milagros, y a la par de nosotros, el animal y la naturaleza.
Nos elevamos más y avanzamos más, y una y otra vez hay un organismo listo, por lo que evolucionamos corporalmente.
Así que la madre tierra cuida nuestro organismo.
Y el alma como ser humano ha de vivir y aceptar sus leyes, ¡no puede eludirlas!
¡Nos conduce primero al mundo espiritual y después al “cuarto grado de vida cósmico”!
Consignamos para la “Universidad de Cristo”:
¡La tierra todavía sigue evolucionando!
¡Su vida está siendo alimentada por la conciencia espacial!
¡Los primeros grados de vida de todos se encuentran todavía en la selva!
El sexto y séptimo grado están siendo representados por la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es).
¡Toda la vida de la madre tierra ha comenzado en la selva!
¡El ser humano, que ahora representa la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es), habrá completado más adelante su ciclo de la tierra y accederá al mundo astral para prepararse allí para el “cuarto grado cósmico”!
¡En la selva es donde viven los “tres” primeros grados de vida para la el organismo humano!
¡El cuarto grado de vida para el organismo humano ya vive fuera de la selva y llega a tener contacto y sintonización con el quinto grado de vida!
¡Significa que el alma como ser humano vencerá la tierra!
¡A toda la vida de Dios le toca vivir estos siete grados de vida!
¡Y estas leyes son para el ser humano, el animal y la madre naturaleza!
Las eras prehistóricas se disolvieron, pero ¡se encuentra ahora en la selva!
En la tierra no se pueden vivir tipos de razas, ¡únicamente estos siete grados de vida para el ser humano!
Ser negro, moreno o blanco no tiene relevancia, ¡estos siete grados de vida son los que importan!
Y esas leyes vitales llegamos a tenerlas en manos por el universo, ¡por la paternidad y la maternidad espaciales!
¡Lo dice la “cosmología” de Cristo!
¡Toda la vida de la madre tierra ha de aceptar estas leyes!
¡Conforme el ser humano va elevándose más, posee más conciencia!
¡Así que cada grado de vida posee la concienciación adquirida!
¡Son las leyes de la “Omnifuente”, pero con las que el alma como ser humano vencerá su planeta!
¡Así llega a haber ampliación y despertar material!
Nosotros, hermanos míos, hemos de demostrar que el universo se creó para el ser humano y que hemos recibido lo que se materializó en él.
Son estos siete grados de vida por los que evoluciona el ser humano.
¡El ser humano va a continuar!
El organismo humano se embellecerá y el alma despertará.
Así que se puede abarcar con la vista el estadio actual.
Si continuamos, accederemos al cuarto grado, y ya vive fuera de la selva.
Así que el organismo da más sentimiento al alma, y por medio de ese sentimiento el ser humano se atreve a desplazarse y explorar la tierra como cuerpo.
El cuarto grado de vida nos conduce al quinto, los esquimales (véase el artículo ‘Ser humano o alma’ en rulof.es) y las razas mongólicas (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es).
El quinto y sexto grados de vida los representan los pueblos de Oriente; después llegamos a la gente de color y la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es).
Esos grados de vida están dispersos por la tierra.
Se puede constatar claramente cómo el alma se dio a sí misma ampliación.
Los pueblos de la India colonial pertenecen, al igual que todos esos grados de vida orientales, al sexto y séptimo grado de vida.
Lo que el erudito ve como tipos de razas lo vivimos para el organismo humano.
Los pueblos de la naturaleza representan los grados de vida más elevados, de los que la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) posee el séptimo grado de vida.
Ustedes saben además que la gente de color como las razas oscuras, ha alcanzado además el séptimo grado para el organismo humano y que esa gente de color ya no son para nada habitantes de la selva.
Los negros (véase el artículo ‘Anti racismo y discriminación’ en rulof.es) tienen sintonización en el sexto y séptimo grado de vida.
Ustedes pueden constatar la concienciación elevada, el habitante de la selva todavía tiene que alcanzar ese estadio.
Son para los negros (véase el artículo ‘Anti racismo y discriminación’ en rulof.es) las sintonizaciones de la sangre y ya no tiene relevancia alguna para los siete grados de vida.
Por eso esa gente se encuentra para el estadio actual por debajo de la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es).
Esa conciencia es capaz de representar la sociedad actual, aunque la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) haya construido el desarrollo espiritual.
Ahora también es de lo más lógica que el sexto grado casi no pueda distinguirse del séptimo grado de vida, pero se puede percibir porque ahora habla la conciencia.
Así que cada pueblo representa el grado de vida propio.
Los tipos de raza (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) representan una sintonización orgánica para el grado de vida.
Y eso es el organismo humano.
Se dibujan con nitidez los grados de vida para el desarrollo material, de cara a los primeros cuatro grados.
Los chinos y japoneses representan el sexto y séptimo grado de vida.
Pero vemos ahora además de eso que cada uno de los grados de vida posee las siete transiciones.
Así que lo que a la madre tierra le ha tocado vivir para ella misma lo pone en nuestras manos.
Significa que un solo grado de vida para el organismo ha de vivir también siete transiciones antes de que se haya alcanzado el estadio definitivo.
Ahora nos va quedando claro que un solo grado de vida posee distintos grados de conciencia, que son personas que forman parte del grado.
Lo que para la tierra eran las eras, pues, hermanos míos, lo volvemos a ver para el organismo humano y eso significa que el ser humano pertenece a la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es), ¡que ha de vivir siete transiciones antes de que se haya alcanzado ese grado definitivo!
Y eso también se puede constatar, aunque de manera pura y natural, cuando accedemos a la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es).
El ser humano, pues, de esta sociedad ha despertado.
Este ser humano se ha creado un mundo; cómo sea ese mundo no tiene relevancia alguna.
El ser humano vive en las ciudades y en el campo.
Así que son ahora millones de seres humanos que representan el séptimo grado de vida.
Y son además pueblos, o sea, tribus, que a lo largo de los siglos se han blindado como grado de vida y que se han dado un nombre como pueblo.
También ese desarrollo tomó miles de siglos, por lo que surgieron todas esas nacionalidades.
Lo que hemos de seguir es, por tanto, que André puede vivir siete transiciones para su propio estadio, como lo conoció también el universo y se puede vivir todavía, porque los planetas de transición representaban esas transiciones.
Son las transiciones espaciales, pero también el ser humano ha de seguirlas y asimilarlas.
Esas leyes de vida volvimos a verlas en la selva, también los demás grados representan estas leyes de vida.
Es por eso que la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) posee esos estadios de transición y tiene que aceptar al ser humano.
Para el alma como ser humano son necesarias estas transiciones, porque no puede dar de una vez el salto del sexto grado de vida al séptimo.
Vemos ahora que el ser humano —ya sea en la ciudad o en el campo, no importa— vive esas transiciones.
Por eso volvemos al organismo perfecto, pero además a la demolición, el regreso, por el que vemos esos organismos.
Y significa: algunos seres humanos son más hermosos que otros.
Por lo tanto, no tiene nada que ver con las leyes de justicia, al alma como ser humano le toca vivir estas leyes para la perfección del organismo.
Pero significa además que algunos seres humanos para la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) poseen más conciencia como sentimientos que otros seres humanos.
El ser humano de la primera transición para el séptimo estadio por tanto no puede poseer la conciencia del que posea y tenga que representar lo definitivo como organismo.
Y eso, hermanos míos, se puede ver en el organismo.
Así que el alma ya le da conciencia al alma, pero por la sintonización de los sentimientos.
Cuando más adelante sigamos todas estas leyes para el alma como la personalidad, volveremos a acceder a otros milagros, pero también esos se pueden analizar, porque entonces estaremos ante las leyes del karma y la causa y el efecto.
¡De esta manera al alma como ser humano le tocará vivir cada una de estas transiciones para enmendar!
Pero la madre tierra fuerza al alma a que antes que nada termine sus grados de vida, ¡solo después empezaremos como ser humano con nuestra causa y nuestro efecto!
Pero ¿dónde se ven con más claridad los siete estadios de transición, maestro Zelanus?
—En los animales, mi maestro.
—Es verdad.
Exacto, las especies animales nos dan ahora una imagen muy clara de un solo grado de vida y de estos estadios de transición.
A un tigre volverán a verlo como mascota, pero ahora esa vida es un “gato”.
El perro lo reconducirá al lobo y para miles de organismos para el mundo animal volveremos a ver estos estadios de transición y también hemos de aceptarlos.
Los pueblos en Europa poseen estos estadios de transición, también tu propio pueblo, mi hermano André.
De esos el más elevado, el séptimo grado, se puede ver y vivir.
Si ahora quieren analizar cada uno de los pueblos nos veremos ante estos estadios de transición.
Su pueblo, pues, André-Dectar, posee siete grados de vida para el organismo humano.
Y cada uno de ellos está siendo representado por miles de personas y posee una conciencia propia, que ahora es corporal y también espiritual.
Eso se ve más incluso por la vida interior que por el organismo, porque el alma como la personalidad demuestra ahora cómo es la sintonización de sus sentimientos para las artes y las ciencias.
Ahora llegamos a conocer al ser humano.
Pero la vida interior como el alma y la personalidad nos dice cómo son todas esas transiciones.
El alma como personalidad asimila ahora sabiduría vital y se dedica a las artes y ciencias, cuyas leyes aclaró usted, maestro Zelanus, por los libros ‘Dones espirituales’.
Significa, no obstante, que algunas personas tienen más sensibilidad que otras, y eso son los grados de vida para la vida interior y también para el organismo.
¡Lo que unos alcanzan, otros son incapaces de hacerlo!
Los grados de vida nos cuentan ahora de manera infalible cómo es la conciencia de cara a la madre tierra y las leyes de vida, para las religiones y las artes y también las ciencias.
Solo más adelante nos hará falta seguir y analizar la paternidad y la maternidad, pero entonces viviremos la personalidad humana.
Sabemos ahora, hermanos míos, que los pueblos de la tierra representan los siete grados de vida orgánicos para:
la vida y la muerte.
Dios.
Cristo... ¡y también el “Omnigrado”!
Sabemos que en ocasiones todos esos pueblos poseen una religión propia.
Además analizamos el significado de esas religiones, pero entonces para la “Universidad de Cristo”.
Por eso se manifiesta además qué pueblos pertenecen a Israel y a otros pueblos que tienen que representar una religión propia.
Sabemos encima qué pueblos luchan ahora por Israel y qué pueblos se acercarán todavía a Israel.
Sabemos además lo que va a ocurrir después de esta guerra, porque cada pueblo adquiere una entidad propia.
Cuanta más conciencia posee un pueblo, pues, tanto más amplia se vuelve la vida material, pero que el organismo puede percibir.
¡Ahora el grado de vida más elevado posee las artes y ciencias!
El estadio selvático no es capaz de vivir aquello de que es capaz el séptimo grado de vida, y las cosas que este puede alcanzar.
¡Son por lo tanto leyes orgánicas!
Ningún esquimal (véase el artículo ‘Ser humano o alma’ en rulof.es) es capaz de representar a su Rembrandt ni a Beethoven, Bach, Tiziano, sus artes y ciencias, maestro André-Dectar,... porque esos organismos representan la vida interior propia y la sintonización para la tierra.
Únicamente el séptimo grado de vida es capaz de eso, ¡con el alma como la personalidad!
Europa posee esa sintonización, también Este y Sur, Oeste y Norte, pero ahora, igualmente, vivimos las siete transiciones.
Ahora cada uno de los pueblos ha de vivir esas transiciones para la sintonización propia y adquirida.
Norte y Sur, Oeste y Este —cae por su propio peso— se han dividido para las siete transiciones.
Volvemos a ver estas siete transiciones para cada uno de los pueblos, y se han dispersado por la tierra.
A pesar de eso, un pueblo como masa se ha mantenido junto, pero sus grados más elevados se encuentran entre todos los pueblos, por lo que ustedes son capaces de elevar a sus propias vidas las criaturas de Este y Oeste, de Norte y Sur, porque esa gente posee el séptimo grado de vida.
Ciertamente, entre su pueblo viven ingleses, franceses, estadounidenses, alemanes, austríacos, griegos, turcos y españoles, polacos y rusos, criaturas de otros pueblos, pero que representan todas el séptimo grado de vida para el organismo humano.
Tienen entre ustedes las sintonizaciones orientales, los habitantes de la India colonial, ¡todos esos pueblos orientales representan el sexto y séptimo grado de vida para el organismo humano!
A pesar de esta infalibilidad, habrán de aceptar de cualquier manera que todos esos pueblos poseen una concienciación propia.
Y ahora se manifiesta, hermanos míos, que Israel (la casa de Israel) posee la concienciación más elevada.
Y ¿a causa de qué es eso, André-Dectar?
—Porque hemos recibido a “Cristo”, mi maestro.
—¡Eso es muy cierto!
Cuando más adelante analicemos la personalidad interior de cara a “Dios” y también “Cristo”, constataremos que los pueblos de Israel han recibido lo más elevado para la tierra; porque “Cristo” vino a la tierra para esos pueblos, ¿no, maestro Zelanus?
—Para nada, mi maestro, pero porque Cristo habló al organismo más elevado de todos y trajo para eso “Su” Evangelio divino.
—En efecto, esa es la respuesta.
Nosotros, los pueblos de Israel, hemos recibido a Cristo y esa es la conciencia más elevada para la tierra, para la humanidad entera, aunque la iglesia como órgano haya cometido errores.
Lógicamente estamos ahora ante la cultura humana y la posesión espiritual del ser humano.
¿Qué han de representar ahora los pueblos orientales, maestro Zelanus?
—Egipto, China y Tíbet, mi maestro, al que pertenece la India colonial, aportaron sabiduría vital para el propio grado de vida, para Oriente.
Y para eso “Egipto” ha vivido lo más elevado para este siglo.
—¡También eso es verdad!
Así que Egipto pertenece a séptimo grado de vida como pueblo, pero no representa ahora ninguna iglesia católica, sino que sintoniza con esta sabiduría, las leyes “metafísicas”, para las que los maestros han puesto los fundamentos por el Antiguo Egipto.
Ya lo ven, nos veremos infaliblemente ante todas estas leyes de vida, pero que se manifestaron por medio de los siete grados orgánicos y que nos regaló la madre tierra.
Ciertamente, Europa representa “Cristo”...
Israel.
Ya no son “diez” tribus de “Israel”, André-Dectar, pero más adelante toda esta humanidad se acercará a Israel, y eso significa: a la totalidad de la humanidad le tocará aceptar y vivir a “Cristo”, pero para eso ponemos las leyes ahora mismo, ¡y también las analizamos para la “Universidad de Cristo”!
Europa representa ahora el núcleo para esta concienciación.
Inglaterra.
Francia.
Alemania... son los pueblos dominantes para esta conciencia, y tenemos que aceptarlo.
Holanda.
Bélgica.
Italia.
Grecia... a la que se añade... Egipto... tienen sintonización con los pueblos conscientes e influyentes para Europa... pero con los que sintonizan ahora los pueblos orientales, algo que hace siglos todavía no era posible.
Porque España, Inglaterra, sobre todo su propio pueblo, maestro André-Dectar, y los demás pueblos sintonizados, recibieron las artes y las ciencias, se prepararon para explorar la tierra, y de eso no era capaz ni un habitante de la selva ni un esquimal (véase el artículo ‘Ser humano o alma’ en rulof.es).
¿Qué pueblos, pues, poseen la conciencia más elevada?
Eso se puede analizar de manera infalible y se puede constatar para la “Universidad de Cristo”.
Si accedemos a otro estadio vemos de inmediato que ahora también la conciencia más elevada ha acogido en ella la más baja.
No importa nada si eso ocurrió entonces también para su propio pueblo y para su propia posesión, la conciencia más elevada tendrá que servir a la más baja, de modo que los pueblos de Europa vencieron los mares y acogieron en sí esos grados de vida inferiores, y es algo que se puede vivir todavía.
Pero ahora que esos pueblos quieren vivir y poseer una entidad propia, ahora que el ser humano todavía no se comprende, llegó miseria y es inevitable, porque esto es, al igual que lo demás, ¡evolución!
Lo que está claro es que así vemos los siete grados de vida que vencieron el estadio de planeta desde la selva, o sea, la madre tierra y todas las leyes vitales que ha creado.
Los otros pueblos, más pequeños, que no mencioné para la tierra, a los que pertenecen:
Costa Rica.
Estonia.
Afganistán.
Albania.
Finlandia.
Suecia.
Letonia.
Persia.
Perú.
Uruguay.
Noruega.
Dinamarca.
Australia...
Islandia...
Suiza...
Luxemburgo...
Abisinia...
México...
Siam y otros pueblos pequeños y más grandes... esos pueblos, hermanos míos, adquirieron una entidad propia y representan también el sexto y séptimo grado de vida para el organismo humano.
Se convirtió en los pueblos de la tierra y se convirtió en las leyes vitales, para toda la vida de la madre tierra, para la existencia orgánica y para el alma, el espíritu y la personalidad.
Así fue cómo los pueblos de la tierra se densificaron, materializaron y espiritualizaron, algo cuyo mundo astral admiraremos más adelante.
Ese desarrollo duró millones de años, y durará todavía millones de años antes de que estén listos la madre tierra y también su vida, antes de que todos sus grados hayan alcanzado el séptimo grado de vida.
Así que ha de quedarles claro, hermanos míos, que el ser humano ha vencido ahora el universo.
¡El alma como una personalidad espiritual continúa!
Esta evolución se produjo por medio de los planetas y del sol como autoridad paterna.
¡Todavía poseemos esa unión nosotros y todo lo que vive!
No surgieron trastornos cósmicos.
Aun así, viviremos trastornos espirituales; cuando sigamos el alma en su sociedad y analicemos también entonces sus leyes para el espacio y su vida como personalidad astral.
La tierra termina sus grados de vida.
Nada puede detener esta evolución.
Dentro de eras —tienen que aceptarlo— la selva vivirá en la raza blanca (véase el artículo ‘No existen las razas’ en rulof.es) y ya no se podrá vivir ningún primer grado de vida, todos estos grados se disolverán en el séptimo grado de vida para el organismo humano.
La vida se desarrolla de manera corporal y también espiritual.
Los organismos oscuros se disolverán.
Más adelante, la tierra ya solamente poseerá organismos blancos y morenos.
También los animales adquirirán otros organismos, los organismos que siguen siendo prehistóricos como especies y también como grados de vida desaparecerán de la tierra.
Cada entidad evolucionará.
¡También el espacio, como luz, verano, otoño, invierno y primavera, cambiarán!
Ante todo seguirá habiendo evolución, porque hemos podido vivir que la madre tierra acaba de pasar sus años de pubertad.
Tiene que comenzar con los grados de vida más elevados, y comenzar con esa conciencia es posible.
¿Qué más tiene que contar la “Biblia”?
¿Sigue creyendo el ser humano todavía en “un poco de barro y de aliento vital”?
Las universidades alcanzan la conciencia espiritual, el ser humano y la sociedad alcanzarán el despertar.
Aunque vivamos una guerra tras otra, ha comenzado el “siglo de Cristo”.
¡En eso trabajan los maestros!
¡Toda la vida de Dios sirve y vive para el despertar espiritual!
Vuelve un momento la vista a la luna como madre del espacio y percibe entonces lo que todo esto significa.
Vuelve a cada uno de los grados de vida para el espacio y desciende hasta el núcleo de tu vida, tu sintonización divina, y podrás inclinar la cabeza ante estas leyes.
El ser humano es el ser más elevado creado por la “Omnifuente”.
El ser humano es una deidad, aunque también ahora se encuentre todavía ante los grados de vida animales.
¡Esa es nuestra vida!
¡Es nuestra conciencia!
¡Es nuestra luz!
Nos la ha dado la paternidad y la maternidad, de las que hemos vivido los siete grados de vida.
Vengan ahora, hermanos míos, vamos a continuar.
Atravesaremos las esferas de luz al “cuarto grado de vida cósmico” y desde allí al consciente “Omnigrado” divino.
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